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La Nueva Gestión Pública (NGP) implica una búsqueda, con el fin de lograr una
mayor productividad en eficiencia colectiva, porque no sólo se espera el
cumplimiento de metas por parte de quienes la dirigen, más aún se requiere el
compromiso del ciudadano.
La gestión pública, según Hood se ocupa de situaciones en las que hay que actuar
en ausencia de pruebas incontrovertibles de que un enfoque será mejor que otro.
Gestionar, no es toma de decisiones, es práctica, significa manejar situaciones
enredadas y particularistas mientras se trata de hacer lo correcto y de hacerlo
bien. Tiene que ver con el poder de persuadir y conformar impresiones.
Para alcanzar una sólida capacidad de gestión de gobierno es preciso contar con
un Estado saneado en los planos fiscal y financiero, competente en el ámbito
administrativo. Esta competencia administrativa resultará de la buena
implementación del modelo gerencial, sustentado por un núcleo estratégico
formado por una élite burocrática técnicamente capaz y motivada. Sólo
adquiriendo mayor capacidad de gobierno es que los aparatos estatales podrán
ayudar a alcanzar las tres principales preocupaciones latinoamericanas, que no
está demás reiterar: la consolidación de la democracia, el desarrollo económico, y
el mejoramiento en la distribución de la riqueza.
Según los estudios del profesor Omar Guerrero en su obra “La Administración
Pública Cataléctica”, podemos encontrar las siguientes diferencias:
BUROCRATISMO
1.-Los ciudadanos entendidos como clientes deben ser puestos en primer lugar.
Estos se deben identificar respecto a los productos y servicios que presta la
organización.
2.- Se deben eliminar los procedimientos burocráticos. Reducción de trámites en
los pasos y operaciones organizacionales.
3.- Se debe procurar dar un mayor poder a los empleados esto con el fin de
obtener resultados.
Barzelay, construyó un esquema que busca dar cuenta de nuevos medios para
mejorar la acción colectiva en la gestión pública. Este nuevo esquema es
presentado como paradigma post burocrático, el cual requiere que se transite del
concepto burocrático de interés público a un concepto de resultados, medidos
desde la valoración que dan a estos los ciudadanos.
Sus postulados básicos son los siguientes: