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7094/2016
constitucionales como retribución justa, igualdad y protección de la familia, más allá de sus
consecuencias patrimoniales.
Sentado lo anterior cabe señalar –como también lo tenemos dicho que tal
solución no se muestra como adecuada en los supuestos de agentes retirados o pensionados, en
los que obviamente no existe lugar de trabajo.
Cabe agregar también, que en autos no se encuentra cuestionado el
domicilio del actor en la ciudad de Formosa. Por lo tanto y dado lo expuesto básicamente que
ante la extinción del contrato no hay lugar de prestación consideramos pertinente confirmar la
resolución de primera instancia y declarar la competencia del Juzgado Federal N° 2 de la Ciudad
de Formosa para entender en la causa en resguardo de la tutela judicial efectiva que tiene
reconocimiento constitucional y convencional.
No es ocioso señalar que tal solución no implica detrimento alguno para la
demandada la que cuenta en todas las provincias con servicio jurídico.
A mayor abundamiento, la jurisprudencia ya consolidada en la CSJN con
el fallo “Pedraza”, y más recientemente en la causa “Giménez” (FSA 246/2019/CA1 – CS1,
fallo de fecha 15/07/21), citado por este Tribunal en “Britos, Mauricio Hernando Jesús
c/ANSES s/Jubilación por Invalidez”, Expte. Nº 9379/2018” (sentencia de fecha 23/09/21), que
si bien refieren a causas contra otro organismo del Estado (no el SPF), los principios
constitucionales en los que se funda también deben ser receptados en la presente.
El Alto Tribunal en “Giménez” expresó que “No es razonable que
personas que se encuentran en condiciones de vulnerabilidad y formulan pretensiones de
carácter alimentario, que se relacionan con su subsistencia y mejor calidad de vida, se vean
compelidas a acudir a tribunales que distan centenares de kilómetros del lugar donde residen,
debiendo afrontar los costos que se derivan de tal circunstancia…” (Considerando 9°).
5) Respecto de la falta de legitimación pasiva opuesta, es dable señalar
que la parte actora inicia demanda contra el Estado Nacional – Ministerio de Justicia y Derechos
Humanos –Servicio Penitenciario Federal, con el objeto de que se le reajusten sus haberes de
retiro.
en las que, como en el sub examine, se encuentra en juego una cuestión federal, por ser ese
Tribunal autoridad suprema y definitiva (cfr. arts. 116 de la Constitución Nacional y 14 de la ley
48; doctr. de Fallos: 312:2007, sus citas y otros; asimismo, esta Sala, “Inversora Cortines SA
c/EN – M° EO y SP – Dto. 1533/98 s/proceso de conocimiento”, sent. del 11/4/01, entre otras).
Por otra parte, el art. 1 de la ley 19.549 exceptúa de modo expreso de su
ámbito al procedimiento administrativo seguido ante los organismos militares de defensa y
seguridad, cuyas normas sólo se aplican de modo supletorio al personal civil que presta servicios
en dichos organismos, mas no al militar y de seguridad (art. 2 inc. a, de la ley citada) como es el
caso.
Dicho criterio no varía aun cuando el Decreto 9101/72 fue derogado por el
722/96, modificado a su vez por el Decreto 1155/97, como ha expresado el Alto Tribunal
(Fallos: 311:255; 312:1250; 322:551, 329:2886 y 331:144).
El principio expuesto se ha mantenido invariable con posterioridad a las
modificaciones introducidas por el art. 12 de la ley 25.344 a los arts. 30, 31 y 32 de la ley 19.549
y, en particular, en cuestiones relacionadas a reajustes salariales de personal militar CSJN
(Fallos 331:415).
En consecuencia, al no resultar aplicable en el sub discussio, el cuerpo
normativo de la ley 19.549, tampoco lo es la supresión dispuesta por la ley 25.344 respecto de la
excepción tradicional a la exigencia del reclamo previo, cuando éste, de antemano, estaba
condenado al fracaso.
De igual manera se ha entendido que, sin perjuicio de los argumentos
expuestos, la solución no sería diversa en el contexto en el que opera esta clase de asuntos en los
que, respecto a las presentaciones de los administrados, se da preeminencia al aspecto sustancial
sobre el formal y, en particular, a la verdad por sobre exageraciones rituales arraigadas en el
espíritu burocrático. Tanto más cuando las peticiones del administrado resultan entendibles de
primera lectura. Los criterios de doctrina y jurisprudencia se inclinan por sostener que el
requisito violenta principios constitucionales, sin menoscabo de la inutilidad de su exigencia
(conf. PERRINO, La excepción del ritualismo inútil y su vigencia a pesar de la derogación por
la ley de emergencia 25.344, en: Revista de Derecho Administrativo, 2001, pp. 407 y ss.;
LUQUI, R.E., Revisión Judicial de la Actividad Administrativa, Bs. As., Tomo 2, págs.139/141,
Bs.As., Ed. Astrea, 2005, Tomo II, pp. 139 y ss.) (conf. Cámara Contencioso Administrativo,
Sala III, La Plata in re “C., AQ. C/ PEN S/ Reajuste de Haberes” – Expte. N° 16.360/09,
sentencia del 15/09/2009).
En sentido análogo se ha expedido la Corte Suprema de Justicia de la
Nación y otros tribunales (Fallos:215:37; 233: 106; 252:326; 276:46, entre otros; C. N. A. Civ. y