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Comentario
Desde la pregunta ¿qué te pasa?, ¿qué te para construir la identidad. No somos, esta-
duele, qué sientes? (fijémonos que el médico mos siendo. La calidez le permite al otro
generalmente no pregunta: ¿qué piensas?) afirmarse. Es decir, la calidez es personaliza-
uno comienza a mirar la emoción del pacien- da. “No el médico y un objeto confrontado,
te, pues toda acción, todo quehacer están sino la relación de yo y tú, sería lo permanen-
acompañados de una emoción. temente decisivo en la conducta médica” (K.
Tenemos miedo de las emociones, las con- Jaspers).
sideramos rupturas con la razón y queremos El paciente es ante todo un ser que siente.
controlarlas. Calidez es calor humano. Nues- Y en la gama inmensa del sentir, una emo-
tra calidez activa muchos mecanismos inter- ción allí predomina: el paciente sufre. Y yo,
nos en ese paciente. La conexión neuroinmu- como médico, lo acojo.
noendocrina nos enseña que estos estados de
ánimo nos activan la dinámica endocrina- La calidez es parte del arte médico
neuronalinmunitaria. Ello nos explica lo que No hay normas fijas, el verdadero arte
históricamente ya sabíamos: la humanidad inventa. La amistad médica es como una
del médico también cura. atmósfera primordial que acerca al médico y
al paciente, que propicia el encuentro cálido
La calidez envuelve al y positivo de dos personas. Pues, a medida
objeto en una atmósfera específica que somos médicos verdaderos nos conven-
Es benevolente, indulgente, es favorable, cemos de que “el más hondo fundamento de
acaricia. Es fluida, permite crecer. Al menos la medicina es el amor” (Paracelso).
por un instante, el otro es único. Cuando hay
respeto mutuo desaparecen la arrogancia y Calidez no es un hecho sino un valor
la obediencia. Es algo que no está ahí, lo ponemos. Es un
Se crea un vínculo solidario. puente que construyo entre mi individuali-
dad y la de mi paciente. Implica una estima-
La calidez crea una distancia… ción, una valoración del otro. Yo valoro al
conveniente paciente como digno de mi atención, de mi
Estamos con él en una convivencia sim- tiempo, de mi afecto. El paciente también me
bólica. No sólo nuestra prescripción lo acom- valora y abre su ser, confiado en mi experien-
paña. Hay mil formas de decir: cuente con- cia, en mi ciencia, en mi historia, en mi ser.
migo, yo estoy a su lado, su causa es la mía,
me adhiero a su persona y a su ser. ¿Cuándo somos cálidos?
Es una distancia cercana. Luego de termi- • Cuando “somos”. La presencia total por
nar la entrevista, mis recomendaciones en un instante de una personalidad deseosa
salud, mi prescripción van con él, el médico de ayudar al enfermo, no sólo es enorme-
es una ausencia presente. La ciencia requiere mente benéfica. La presencia de un indi-
lejanía, la calidez cercanía, son como los dos viduo razonable con la fortaleza de espí-
polos de mi actuar médico. Que el corazón ritu y la convincente influencia de un
permanezca despierto, mientras mis ojos, incondicional ser bondadoso despierta
objetivamente, miran. Nuestra prescripción, en el otro –y también en el enfermo–
nuestro contacto lo acompañan, forman una incalculables poderes de confianza, de
camaradería itinerante. deseos de vivir, de veracidad, sin que sea
“Soy médico por mis conocimientos pro- necesario pronunciar una palabra. Lo que
fesionales y estos establecen como condición el hombre puede ser para su semejante no
la objetivación, el distanciamiento”... pero, se agota en lo conceptual” (K. Jaspers).
“Es una exigencia muy rigurosa que en me- • El escenario cuenta. El acto médico, para
dio de la frialdad el corazón permanezca usar una expresión del teatro, requiere
despierto” (K. Jaspers). una “puesta en escena”: el primer acto del
tratamiento es el acto de dar la mano al
La calidez es una actitud enfermo (Ernest von Leyden).
concreta en relación a su existencia • Soy cálido con mi expresión verbal, pero
El otro tiene derecho a existir, a ser reco- en especial con mi expresión preverbal.
nocido. La calidez es la estancia favorable La mayor cantidad de mensajes no verba-
Calidad y calidez en la atención pediátrica / 393
les es transmitida por los ojos. “Bajo el la enfermedad. Cuando le ayudo a verla
arco de las cejas, como tras el escenario de dentro del sentido de la vida.
la boca, párpados, esclerótica, pupila, iris, • Cuando soy capaz de mostrarle que la
integran una maravillosa compañía de existencia tiene dos caras: la vida y la
teatro que representa maravillosamente muerte.
el drama y la comedia de adentro”
(Fernández Sotelo). ¿Cuándo no somos cálidos?
• También soy cálido con mi silencio, que • Cuando el otro es un objeto.
es apertura al otro. Cuando existe un inte- • En la carrera contra el tiempo.
rés real por el paciente, las palabras pue- • Cuando medicalizamos en exceso la vida
den ser máscaras apenas pues el paciente de la gente.
sintoniza con mi ser interior. • Cuando el paciente se convierte en
• Cuando lo trato como un individuo, libre, “usuario”.
autónomo, responsable de sí.
• Cuando sé oir. “No puede haber una clí- Quisiera, para finalizar, resumir de esta
nica fina si el que la practica no ha apren- manera:
dido, mucho más sutilmente que hasta Soy cálido cuando estoy convencido de
ahora, a oír” (Laín Entralgo). que el otro, el paciente, es una persona. Y
• Cuando se siente acogido. Ojalá recorde- cuando reconozco que el paciente es el esce-
mos su nombre, los detalles de su vida. nario donde logro mi realización personal,
Muchos clínicos recomiendan gastar los donde se completa esa especie de segunda
primeros minutos de la entrevista en ha- naturaleza que es ser médico. Calidad y cali-
blar cosas generales, ello distensiona, ade- dez deben ser como la sombra inseparable
más nos permite conocer un poco el mun- del acto médico. ■
do del paciente.
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
• Cuando, a pesar de nuestro escaso tiem- - Buber M. ¿Qué es el hombre? Bogotá: Fondo de
po, le hacemos saber que tenemos el sufi- cultura económica, 1981.
ciente para oírlo. - Fernández Sotelo JLD. La comunicación en las rela-
• Cuando le pasamos el número de teléfono. ciones humanas. México: Trillas, 1990.
- Gadamer HG. El estado oculto de la salud. Barcelona:
• Cuando le explicamos su enfermedad. Gedisa Editorial, 1996.
• Cuando estoy abierto a sus críticas y su- - Jaspers K. La práctica médica en la era tecnológica.
gerencias. Es importante realizar encues- Barcelona: Gedisa Editorial, 1986.
tas periódicas entre los pacientes, tener - Laín Entralgo P. La relación médico-enfermo. Ma-
drid: Alianza Editorial, 1983.
buzón de sugerencias, en fin, tener una - Marías J. Persona. Madrid: Alianza Editorial, 1996.
retroalimentación. - Maturana H. El sentido de lo humano. Bogotá: Dol-
• Cuando le mostramos el lado positivo de men TM Editores, 1998.
Fe de errata
En el N° 4/2004 de Archivos Argentinos de Pediatría, en el artículo sobre “La construcción
social de la enfermedad: la autora es Agustina Lejarraga, estudiante.
En el N° 4/2004 de Archivos Argentinos de Pediatría, la carta al editor sobre Bioética y
derechos de los niños de la página 317, fue escrita por el Dr. Horacio Lejarraga del Servicio de
Crecimiento y Desarrollo del Hospital Nacional de Pediatría Dr. J.P. Garrahan.