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Jesús es el Cristo,

Introducción
Serie «Dios y Hombre»

Tema: Introducción al evangelio de Juan.


Texto clave: Juan 20:31

INTRODUCCIÓN
En unos días habrá un evento en toda la región llamado “Marcha para Jesús”.
Allí muchas personas marcharán juntas para “proclamar” a Jesús en toda la
ciudad. Personalmente creo que hay dos problemas con esto. 1) Que marchar
para Jesús difícilmente sea lo que el mismo Señor nos llamó a hacer. Y 2) la
gran mayoría de personas que “marcha para Jesús” tiene poco o nada de
conocimiento de quien en verdad es Jesús y lo que él demanda de su iglesia.
Hoy iniciamos una serie de predicaciones basada en el evangelio de Juan y que
he titulado “Dios y Hombre”. A través de este estudio al cuarto de los evangelios
conoceremos la persona de Cristo desde una perspectiva única. Te animo a que
cada domingo asistas y explores con nosotros este hermoso evangelio.
Hoy veremos una pequeña introducción al libro, donde conoceremos algunos
detalles del mismo y de su autor, así como el propósito del libro.
El evangelio de Juan fue escrito al rededor del año 80-90 por el apóstol Juan en
los últimos años de su vida mientras se encontraba en Éfeso. Aunque hay
quienes cuestionan que Juan haya escrito este evangelio, la iglesia desde el
tiempo de los apóstoles afirma su autoría. Una de las muchas razones de su
autoría es que él no se menciona en su propio libro por su nombre, sino que se
describe como un testigo presencial y con la frase recurrente “el discípulo al
que Jesús amaba” (Jn. 13:23; 19:26; 20:2; 21:7, 20). Juan, junto con su hermano
Jacobo eran hijos de Zebedeo y Salomé (Mt. 10:2-4; 27:56; Mr 1:19-20; 15:40)
por lo que se cree, eran primos del mismo Jesús (Mr. 16:1; Jn. 19:25). Juan era
pescador y también discípulo de Juan el bautista (Jn. 1:35), y de los primeros
en seguir a Jesús. También fue uno de los doce discípulos y más especialmente,
fue uno de los tres discípulos, junto a Pedro y Santiago, que gozaron de una
comunión especial con Jesús. Estuvo con Jesús en la crucifixión quien a su vez
le asignó el cuidado de su madre María (Jn. 19:26-27). Estuvo con Pedro en los
primeros días de la iglesia (He. 3:1; 4:13, 19; 8:14) y vivió más que todos los
apóstoles muriendo de maneras naturales ya a finales del siglo primero durante
el reinado del emperador trajano (año 98-117).
Juan fue llamado, en sus años como discípulo de Jesús, como “hijo del trueno”
(Mr. 3:17) por su personalidad intensa y quizá hasta violenta. Aunque más tarde
se le consideraría como el apóstol del amor debido al contenido de sus cartas.
El evangelio de Juan, a diferencia de los evangelios sinópticos (similares en su
contenido y estructura), no contiene relatos del nacimiento de Cristo, de su
genealogía, juventud, bautismo, tentación, transfiguración o ascensión. De
hecho, el noventa por ciento del contenido del evangelio no se encuentra en los
otros tres. Aunque al ser el último de los evangelios en ser escritos es muy
probable que Juan se valiera del material de los sinópticos, la gran mayoría de
su material es exclusivo de sí mismo.
Su propósito, además, es diferente del resto de los evangelios. El evangelio de
Juan tiene dos enfoques: uno apologético y otro evangelístico. Por un lado, Juan
escribe con el propósito de convencer a sus lectores de que Jesús es el Dios
eterno que se hizo hombre y cuya naturaleza es tanto humana como divina. Él
es el creador de todas las cosas, el mesías profetizado y el salvador del mundo.
Juan buscaba convencer tanto a judíos como a griegos de que este logos (verbo)
era en realidad Jesús, el Dios hecho hombre. Por otro lado, Juan escribe no solo
para convencer a sus lectores, sino que va más allá. Su propósito máximo es
que crean que Jesús es el Hijo eterno de Dios para que así tengan vida eterna.
A diferencia de los primeros tres evangelios, Juan describe el propósito de su
libro en el 20:31 «éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el
Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre». Puesto que
Jesús es el Hijo de Dios hecho carne, el mesías que habría de venir, todo aquel
que crea en él tiene vida eterna. En este solo pasaje podemos encontrar resumido
el propósito de todo el libro. Hay al menos dos verdades acerca de Cristo que
son claras en todo el libro.
JESÚS ES DIOS
Todas las afirmaciones que Juan hace en su libro acerca de Cristo apuntan a su
naturaleza como el Hijo eterno de Dios en cuyo ser habita la plenitud de la
deidad (cp. Col. 1:15)
1. Jesús es el verbo que estaba en la eternidad y por quien todas las cosas
existen (1:1-3).
2. Jesús es la fuente de agua de vida (2:1-12).
3. Jesús tiene poder aun en la distancia (4:43-54).
4. Jesús tiene poder sobre el tiempo (5:1-17).
5. Jesús es el pan de vida (6:1-14).
6. Jesús gobierna sobre la naturaleza (6:15-21).
7. Jesús es la luz del mundo (6:15-21).
8. Jesús tiene poder sobre la muerte (11:17-45).
También, en el evangelio encontramos más de veinte veces la afirmación “YO
SOY” por parte de Jesucristo. Con esta declaración Jesús se describe a sí mismo
como Dios haciendo uso del nombre con que Dios mismo se revela a Moisés e
Israel en el AT. Véase Ex. 3:14.
Pero Juan no solo declara la divinidad de Jesús, sino que, al afirmar su
encarnación, está declarando que Dios mismo ahora estaba morando entre su
pueblo en la persona de Jesús.
«Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su
gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de
verdad.» (Jn. 1:14)
Decir que Jesús es Dios encarnado es afirmar que él es la revelación plena de
Dios. Conocer a Jesús es conocer a Dios, seguir a Jesús es llegar a Dios.
Hoy muchos profesan ver la gloria de Dios y otros más anhelan contemplarla
con sus ojos. La Escritura establece que Cristo es la revelación de esa gloria.
¿Quieres contemplar la gloria de Dios hoy? Mira a Cristo y su palabra. Esto nos
lleva a la siguiente verdad que Juan establece en su evangelio.
JESÚS ES EL MESÍAS PROMETIDO Y TODO EL
QUE CREE EN ÉL TIENE VIDA ETERNA
Juan mismo describe que todas las señales registradas en su libro se escribieron
«para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios». (20:31) Tal como los
sinópticos, el evangelio de Juan revela a Jesús como el Cristo, el mesías
prometido y profetizado, aquel que vendría a traer liberación a su pueblo, por
medio de su muerte y resurrección. Él es aquel que traería luz sobre las tinieblas
del hombre (Jn. 12:46), el camino al Padre y la vida eterna para todos los que
creyeran en él. De todos los evangelios, Juan es el que más enfatiza la necesidad
de creer en Cristo para así obtener la vida eterna. Esto lo vemos por las
siguientes afirmaciones que el mismo Jesús hizo, como, por ejemplo:
1. No hay otra manera de acercarnos al Padre sino es por él (14:6).
2. No hay buena obra, sino que la verdadera obra es creer en el Hijo de Dios
(6:28-29).
3. Él es el agua viva provista por el Padre y todo el que cree en Jesús, fluirá
de él un manantial de agua para vida eterna (7:38).
4. Él es el que provee verdadera libertad a los que están cautivos (8:36).
5. Él es el buen pastor que da su vida por sus ovejas (10:11).
6. Él es quien segura la salvación de aquellos que le conocen y le siguen
(10:27-29).
¿Pero, qué significa creer en Cristo según Juan?
Creer en Jesús no implica meramente una afirmación intelectual, sino el creer
la verdad que proviene de él y vivir de acuerdo a esa verdad.
«Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid
todo lo que queréis, y os será hecho.» (Jn. 15:7)
«Si me amáis, guardad mis mandamientos.» (Jn. 14:15)
«El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y
el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré
a él.» (Jn. 14:21)
«Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi
Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.» (Jn. 14:23)
En su primera carta el apóstol plantea la misma verdad:
«Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus
mandamientos. El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus
mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él; pero el que
guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha
perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él. El que dice que
permanece en él, debe andar como él anduvo.» (1Jn. 2:3-6)
Creer en Jesús es amar su palabra y vivir de acuerdo a Su palabra. ¿Estás tú
viviendo conforme a sus mandamientos?
CONCLUSIÓN
Esta es solo una introducción al evangelio de Juan. Mi deseo es que a través de
este libro podamos conocer más profundamente a ese Jesús que es Dios y
hombre a la vez, y el mesías que habría de venir a darnos una plena salvación.
Mi anhelo es que conozcas a ese Jesús, creas en él y vivas de acuerdo de sus
mandamientos.

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