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Necesitamos diferenciar muy bien entre ellos para poder detectarlos y poder trabajar sobre cada

una de ellos, porque no es la misma intervención – autorregistro diario

PREOCUPACIÓN – pensamientos que nos sirven para buscar soluciones y no tienen por qué
paralizarme ni ser problemático (ej: esta semana tengo muchísimo trabajo y tareas que hacer 
me organizo y cumplo el planning).

RUMIA – pensamientos que no nos suele guiar hacia comportamientos proterapéuticos. Es algo
cíclico. Esto genera una respuesta de malestar a largo plazo, pero a corto plazo, se refuerza por:
- la búsqueda de control ya que creo en mi cabeza todas las opciones posibles y asi me anticipo y
reduzco la incertidumbre (sobre cosas pasadas y futuras)
- porque mientras pienso evito hacer otras cosas que me causan malestar (por ejemplo, trabajar)
- puedo conseguir algo de mi entorno (que me perdonen, que me den atención…)

LA RUMIA ME ALEJA DE LAS COSAS IMPORTANTES, Y ADEMAS NOS CAUSA MALESTAR.

PENSAMIENTOS IRRACIONALES - verbalizaciones encubiertas que generan respuestas


emocionales de carácter aversivo y no guían la conducta hacia comportamientos proterapéuticos
(como la rumia). No son tan cíclicos como la rumia (más automáticos).

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