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1. No evitar pensamientos.
Todos los intentos por evitar los pensamientos pueden ser en vano. Los pensamientos
son automáticos fruto de nuestras experiencias y aprendizajes, por lo tanto en la
mayoría de las ocasiones no somos responsables de ellos, aparecen automáticamente
y no tenemos control sobre lo que pensar o no. Al intentar evitarlos se lleva a cabo un
esfuerzo mental que de manera paradójica hace que ese pensamiento aparezca en
más ocasiones.
2. No valorar el pensamiento.
Al igual que hemos dicho que no se puede evitar los pensamientos automáticos
porque estos se hacen más frecuentes, si que podemos evitar la valoración que
hacemos de ellos, dar vueltas y vueltas al mismo tema y a la misma situación. La
valoración y preocupaciones son formas de afrontar determinadas situaciones y
pensamientos y es aquí donde más control tenemos.
3. Dile STOP a tus preocupaciones
Registrar pensamientos y preocupaciones diariamente te ayudará a conocer tus
pensamientos y tu manera de afrontar situaciones. Una vez que hayas detectado la
preocupación utiliza la parada de pensamiento y para tus preocupaciones con una
palabra clave (STOP, BASTA…)
4. Técnicas de distracción
A veces estamos tan abrumados que la mejor manera de afrontar todos nuestros
pensamientos y preocupaciones es distrayéndonos para evadirnos un poco de la
situación y de nuestros pensamientos. Cualquier forma de distracción es válida el
objetivo es mantener la mente ocupada cantando, hablando con alguien, contando
hacia atrás de dos en dos o de tres en tres, sumando los números de las matriculas,
saliendo a pasear, haciendo crucigramas…
5. Haz ejercicio
El ejercicio físico ayuda a combatir la ansiedad y el estrés. Las investigaciones han
mostrado que durante el ejercicio se liberan sustancias químicas que provocan un
efecto similar a algunos ansiolíticos y antidepresivos, pero sin efectos secundarios.
6. Autoinstrucciones positivas
Las Autoinstrucciones son instrucciones que nos damos a nosotros mismos y que nos
permiten afrontar determinadas situaciones de manera más adaptada, disminuyendo
pensamientos negativos y el nivel de ansiedad.
Podéis usar frases motivacionales como “puedo hacerlo” “voy a controlar mi ansiedad”
“no sirve para nada buscar interpretaciones de las situaciones”…
Los pensamientos negativos no duran para siempre, pero pueden ocasionar un
malestar intenso si los dejamos crecer y nos recreamos en ellos. Es importante darse
cuenta que nuestro pensamiento negativo es solo un punto de vista, una opinión que
tenemos de nosotros mismos y de todo lo que nos rodea. Nuestros pensamientos no
se han reflexionado, no son verdades generales, son solo hipótesis que se han formado
fruto de nuestras experiencias y aprendizajes.