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Consejos para que los niños aprendan a respetar a los padres

cuando son niños

1. Ofrecer el mejor ejemplo El ejemplo de respeto entre nosotros, los padres. ...
2. Escuchar sin interrumpir sus opiniones Ellos y sus problemas son igual de
importantes que los nuestros. ...
3. Ser sinceros en nuestros mensajes No mentirles, ni defraudarles ni
engañarles. ...
4. Ser amables con ellos ...
5. Evitar darles todo cuanto piden en el momento que lo piden ...

Consejos para que los hijos aprendan a respetar a los padres cuando son
adolescentes
La adolescencia es una de las etapas más complicadas por las que atraviesan
los pequeños de la casa, y en ocasiones algunos padres pueden sentirse
perdidos sin saber cómo educarlos y cómo ofrecerles lo que necesitan en este
nuevo período tan crucial para su desarrollo.
Una de las principales características de los jóvenes es su tendencia a la
rebeldía a la hora de afrontar cualquier regla o norma de comportamiento
dentro o fuera del hogar, algo que puede llegar a complicar las relaciones
familiares y las estrategias de educación aplicadas en casa.
¿Cómo motivar a los adolescentes a seguir las normas impuestas por sus
padres?
Sería un error asumir que por el simple hecho de ser adolescentes, estos
jóvenes se negarán a respetar las normas o mostrarán un claro desinterés por
las reglas aplicadas en casa por los adultos; hay mucho por hacer para lograr
que no solo las cumplan, sino que además tengan interés por cumplirlas.

1. Fomentar la comunicación (sin ser interrogatorio)


La comunicación es una herramienta esencial para establecer relaciones
interpersonales exitosas y satisfactorias con cualquier persona y también a
la hora de educar a los hijos que están en edad adolescente.
Fomentar la comunicación significa crear un clima familiar propicio para que
nuestro hijo se sienta cómodo a la hora de explicarnos cualquier cosa que le
haya sucedido en el día a día, ya sean problemas, miedos, dudas u obstáculos
vitales. Debe crearse un contexto comunicativo en el que los jóvenes no se
sientan interrogados o puestos a prueba, y del cual también puedan obtener
algo valioso.
La comunicación con los hijos también puede ser aplicada a la hora de
educarlos, y esto se puede lograr explicando el porqué de las normas a seguir
y procurando que entiendan cómo se pueden beneficiar de la existencia de
dichas normas.

2. Pactar las normas


Hacer partícipe a los adolescentes de las normas establecidas en el hogar
familiar es una excelente manera de motivarles para que se impliquen en la

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convivencia común y de hacerles entender que son parte importante de la
familia.
Es por eso que pactar las normas con ellos, en la medida de lo posible, es una
de las mejores maneras para que las cumplan en el futuro, ya que las
concebirán como algo que les interpela y no como un conjunto de obligaciones
impuestas y aleatorias.
De igual manera, a la hora de establecer normales de cualquier tipo no
debemos limitar a aplicar castigos si estas no son cumplidas, sino que
debemos crear un sistema de recompensas justas.
3. Evitar controlar excesivamente su vida: Otra de las estrategias que deben
tener siempre en cuenta los padres de chicos y chicas adolescentes es la de no
intentar controlar todos los aspectos de sus vidas y dejarles espacio y también
libertad en su vida privada, Otra de las estrategias que deben tener siempre en
cuenta los padres de chicos y chicas adolescentes es la de no intentar controlar
todos.
4. Ofrecer recompensas: basar la educación de los hijos en un sistema de
recompensas justas puede ayudarnos a motivarlos para que quieran obedecer
a sus padres y se impliquen para que la convivencia sea óptima en todo
momento.
Las recompensas las podemos ofrecer cuando el hijo o la hija adolescente
haga algo bien hecho y que sea significativo, con esfuerzo y dedicación, y
ésta siempre debe ser proporcional al objetivo logrado.
Además de eso, debemos evitar que haya agravios comparativos entre los
hermanos, ofreciendo siempre las mismas recompensas a todos los hijos que
hagan bien su trabajo.
Las recompensas las podemos ofrecer cuando el hijo o la hija adolescente
haga algo bien hecho y que sea significativo, con esfuerzo y dedicación, y
ésta siempre debe ser proporcional al objetivo logrado.
Además de eso, debemos evitar que haya agravios comparativos entre los
hermanos, ofreciendo siempre las mismas recompensas a todos los hijos que
hagan bien su trabajo.
5. Predicar con el ejemplo: Predicar con el ejemplo significa que si queremos
que los hijos hagan algo de una determinada manera, debemos empezar
nosotros por hacerlo así.
Así pues, si queremos que nuestros hijos no tengan hábitos nocivos en su vida
como los de beber alcohol o fumar, debemos ofrecerles un modelo de conducta
adecuado tampoco haciéndolo nosotros.
6. Reconocer los progresos: Reconocer los progresos del/la adolescente al
comportarse bien contribuye enormemente a mejorar su autoestima y su
motivación para seguir portándose así, obedeciendo cada una de las normas
establecidas.
Además de eso, hablar de ellos y con ellos en términos positivos,
elogiando su esfuerzo, premiando sus éxitos y valorando todo lo bueno que
hacen, es una excelente forma de relacionarnos con nuestros hijos y establecer
un vínculo emocional positivo

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7. Mantener la consistencia: Mantener la consistencia en las normas
ampliadas significa que estas normas deben ser siempre vigentes y deben ser
cumplidas por todos los miembros de la casa.
Si una vez dejan de aplicarse, se pierde totalmente su valor, porque los hijos
pueden considerar que su aplicación es aleatoria y que nuestra autoridad está
en entredicho.
8. Ofrecer alternativas: Otra de las funciones de los padres para mantener
motivados a sus hijos adolescentes en el cumplimiento de las normas consiste
en ofrecer siempre alternativas cuando un cambio de comportamiento
genere resistencias en el adolescente.
Esto significa que cuando el hijo no quiere o es incapaz de seguir una norma
determinada de conducta, podemos ofrecerle una alternativa para que la
cumpla y obedezca a sus padres igualmente.

PERDIDA DEL RESPETO


El origen de esta pérdida de respeto es complejo, pero tiene mucho que ver
con la forma de educar a los niños y al papel que les estamos otorgando en
sociedad actual.
La familia se ha vuelto más permisiva, centrada en el hijo y en su bienestar.

Hoy en día se ha situado al hijo en el centro de todas las atenciones y


equivocadamente, muchos padres buscan únicamente complacer a sus
hijos, evitándoles cualquier conflicto, problema o frustración.
Parece que ya no son capaces de contradecirles, enfrentarles o negarles
cualquier cosa que nos pidan, criando de este modo a los hijos más egoístas,
demandantes, impulsivos e incluso agresivos, Los niños no respetan a sus
padres porque no están aprendiendo a hacerlo, ya que viven creyéndose el
centro del mundo.

Consejos para que los hijos aprendan a respetar a sus padres:

Ofrecer el mejor ejemplo


1-El ejemplo de respeto entre nosotros, los padres. Cuando los hijos viven en
un entorno respetuoso y tranquilo es más probable que ellos lo sean también,
Los hogares donde las faltas de respeto entre los progenitores son constantes
y sistemáticas generan el clima propicio para que germine la semilla de la
intolerancia y la agresividad en nuestros hijos.

2. Escuchar sin interrumpir sus opiniones-, Ellos y sus problemas son


igual de importantes que los nuestros. Aprendamos a escucharles y
empaticemos con ellos

3. Ser sinceros en nuestros mensajes: No mentirles, ni defraudarles ni


engañarles. No hay nada que mine más el respeto y la confianza hacia una
persona que sus mentiras y engaños continuados. Y, además, si lo hacemos
nunca más van a volver a confiar en nosotros. ¿Queremos esto realmente?

4. Ser amables con ellos: Enseñar a los niños el valor de las palabras siento,
pedir perdón en caso que nos equivoquemos, reconocer nuestros errores y

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agradecerles su esfuerzo al ayudarnos. cuando los padres se comunican
positivamente con sus hijos, les demuestran respeto

5. Evitar darles todo cuanto piden en el momento que lo piden


De este modo conseguiremos evitar convertirnos en 'padres cajeros
automáticos' o cumplidores de sus deseos. Y aunque todos queremos hijos
felices, los padres debemos cumplir el rol que nos toca y saber decir que no en
los momentos que es necesario, sin miedo ni temor a sus reacciones ante las
frustraciones.

6. Hablarles sin gritar: Los gritos no nos dan más autoridad ni credibilidad ni
infunden respeto. Los gritos y las malas formas fomentan el miedo y alejan a
nuestros hijos de nosotros. Los gritos son el alimento perfecto para la
desobediencia y la desconsideración.

7. Corregirles de un modo positivo cuando nos contradicen: Cuando un


hijo nos replica o contradice hacer saber que su modo de contestarnos no es
correcto. Debemos enseñar que existen otros modos de decir lo mismo sin ser
agresivo, contestón o mandón

8. Establecer normas o reglas de convivencia claras: Las normas o las reglas


de casa ayudan a los miembros de la familia a mantener una buena
convivencia. Nos ayudan a respetarnos mutuamente y facilitan la armonía
familiar, como por ejemplo no interrumpir cuando mamá o papá hablan por
teléfono, no jugar con el móvil o con la consola mientras estamos comiendo o
cenando o pedir las cosas por favor.

9. Ser coherentes y consistentes en nuestros actos; Para que nuestros


hijos sepan que aquello que está mal lo está no solo porque tenemos un mal
día si no porque es algo que no es correcto bajo ninguna circunstancia. Si una
de las normas es 'no se salta en el sofá' no dejaremos que lo haga en casa de
los abuelos, en un hotel o porque tenemos visita y no queremos montar una
escena.

10. Poner límites a sus salidas de tono: Bajo ninguna circunstancia debemos
permitir que nuestros hijos nos insulten aun cuando creamos que son
demasiado pequeños para entender lo que dicen. Ante cualquier insulto o falta
de respeto debemos ser firmes y claros, explicándoles que ese tipo de trato no
se admite en nuestra familia.

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