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Psicologia
espiritual
Menantiales de uida
plena de senttdo
SAN PA*L*
"ol"cción OESlS
C.',.-,r,áir-r.do p,',,r, .1 I)r,. Clo..ii,-, García Pi,tos
El siglo
mayor XX exhibe un
al crecirniento allmento
drástico las alteraciones
de Iaenpoblación rnundiát,psÍquicas
ló cual
sign-ifica qr-re la proporción entre personas psíquicarnente
estables e inestables se inclina a favoi de las,ittirrrá". Según la
okfs (organización Mundial d.e la salud), el fenórneno debe
atrib_uirse principaknente a tres factores: la desintegración
farniliar,la ruptura de las tradiciones y la soledad prápia de
la sociedad de masas. Ya hacia fines de la década del-50, el
psiquiatra y neurólogo vienés viktor E. Frankl enunció con-
ceptos afines al aludir a Ia pérdida de los instintos y tradicio-
nes, que amenaza la integridad del ser
a la pérdida de los instintos, Frankl aludía
PercePción interior Al
a la rnernra
hurnano. referirse
que perrnite a Lrna persona descubrir el
en la
cLr.rso de acción que debe ernprender Ln sincronía con su
modo de ser natural. Al hablar de pérdida de las tradiciones,
apuntaba a la falta del sostén exterior que proporciona a la
Pfrsona el legado de reglas de juego rnilénaria" que curnplen
el propósito de fijar pautas de vida
Cierto es que, corno bien dice Friedrich Hólderlin, donde
amenaza el peligro tarnbién crece la salvación, pues es este
"siglo de almas cada vez rnás vapuleadas" donlde surgió y
cundió
ella, psicología como
la lapsicoterapia. Aún una
estárama
en telade de
la ciencia y, juntó con
juicio si estas dos
l0grarán Procurar al ser hurnano la ansiada
núltiples que han sido ras recetas desarro[ad¡ salvación. por
las crisis existenciale",
i aun en 1o se ha podj$o ir.,p"d?: ff:;::rX:¿X:
onde Ia previsión
rugares como los ;-;;;;;;;.r]J".te
sociar Estaáos unidoá o Europa Centrar,
en ro que
tañe a psicoterapia.
Considerada superficiaknen te, la escuela
ninada "logote rupiu" no es *á" que unade Frankl deno-
sicología-psicoteiapia- si p."rrr,aizárnos variante de la
ero/ veremos que stts "poJiUitiardes en slr estudio, en1-
es/ pues propende al rnantenirniento de son m.ayo_
"rr,r"ión,,
del vínculo farniliar,
estacando lá irnportancia de la reconciliación
iernbros y la cohósión rnatrirnonial; vivifica entre sus
uanto es quinta esencia de la tradición, en
as relaciones,
mplican unión ar hacer hincapie-Ln
la sabiduríalos
hrrnr.
razosa,deypromueve
y entrega. se áontrapone así _y estoamor que
ubestimarse- a las .oñdi.iones d;ít;t;;#" no debe
e" enuncia ra
|#?r.t""J"principales'responr"ull"^a"-^iJ"'a"""qrilib.io" I
' ¿De qué se ocupa ra rogoterapia? Más I
q'é cosas .,,o se ocupa. No ctnsiste en fácir sería expricar de
un procedirniento I
sicoanalítico ni en ui rnétodo psicotécnico.
ogía de autosalvación ni ur, .urio esotérico. Ivo es u.a ideo_ I
barcadora, pues se dirige ,".r" Es una disciplina I
personas
nfermas, ade
ituaciones jóvenes como
vida más a ancianos" pretensión
di"í;;iá".^s" y a individuos
sanas en
corno
las I
spira a preParar el terreno para que es sencilra:
entido las personas hallen
a sus vidas. Los contenidos de Ia rogóterapia
abarcan I
spectos filosóficos, rnéd.ico", p.áágOgi.os,
siquiátricos y espiriturr"i,- p.oro ra rnejorpsicoterapéuticos, T
aracterizarla es diciendo que .árr"titllye rnanera de I
ue Llne los fragrnentos diipersos de el eslabón faltante
ue es Lrna síntesis inregraddra del ser á" "i".oir" hr*anas. I
n este rnundo h;;;;;;;^;;'t"ró;r, I
luvias
Parayelchaparrones p"e;;;;';".i.
carnbio de rnilenio el barórnetro anuncia torrnentas,
un en los países priviregiados, ;;;." que er clima se enfrÍa
hlbituados
rt
ar bienes_ I
8
a
(
-
t
I
I
hacer valer una escuela de psicoterapia en d etrirnento de
otras, sino poner sobre el tapete el dilema de la psicolo gía-
I
psicoterapía, en sll pretensión de salvar a la persona y ofrecer I
una alternativa frente a las dernás disciprinás. I
indisoluble entrede
Observernos cerca el dilerna.
la pretensión Consiste en una
de las universidades tensión
y entidades
especializadas Por otorgar a dichas disciplinas carácter científi-
It
co "desde arriba" y el requerirniento qué se hace de oír ,,desde
abajo", expresado por gran cantidaa ae individlros que han
I
perdido sus lazos rnetafísicos en el mundo de hoy y busóan algo
que sustituya a la religión. La psicología-psicoterapia oscila I
entre estos dos reclarnos, pero no es bueno "navegar entre dos
agrtas". Por un lado, coquetea con las'ciencias naturales desde
I
épocas de Sigrnund Freud y ha echado cirnientos sólidos en I
psicología
gracias a suexperirnental y terapia
estricto ernpirisrno, delfinaknente
pudo cornportarniento donde,
despojarse
estigrna de la charlatanería. Por otro, el objeto de investigación
del I
quedó parcialrnente desplazado por el criterio endiosado de las I
pruebas estadísticas. Se irnpuso la rnoda de hablar de "psicolo-
gía sin alfi1,a", concepto quá Viktor E. Frankl arnplió, aI ñferirse
I
críticarnente a uriá "psicología sin espíritu". Apárecieron enton- I
ces los "ofererrtes de espíritu y de eipíritus', ^de tod,o tipo eu€,
bajo el rnanto de la psicolo gía, comerc ializan lo que p.rld"
t
ofrecer el mercado en 1o que a concepciones del rnundo se I
refiere: sectas, supersticiones, castillor err el aire, rnund.os irna- I
ginarios.
dolor todo tierr',po ha florecido el negocio en torno al
Enestupidez.
y ala II
La psicología-psicoterapia ocupa los singulares espacios en-
tre religión y ciencia y, dentro de esta últirna, entre lás ciencias I
naturales y ciencias del espíritu, entre lo ernpírico y 1o
fgnorngnológico, la dernost.a.ión y La evidencia. Tárnbién, por
I
de§dicha, entre la ayuda efectiva y el engaño corno negócio I
lucrativo. En este árnbito lucha por forjar ,.rá irnagen positila de I
sj. eA quién habría de sorprender que el éxito tardL
".,
U"grr? Su
desventaja radica en su arnbigua pertenencia a arnbas dlscipli- I
nas- NIi aun
la tierra las reglamentaciones
de nadie legales
o de todos ur, qré lograron arrancarlJ de
se encllentra. I
72 I
I
a
1 Betnadettenirnásnirnenos queunahistéricacon alucinaciones a,
visionarias. Lo que son rnás allá de esto r7o se refleja a nivel ¿
psiquiátrico, pues ni el rnérito artístico de uno ni la religiosidad
de la otra tienen incidencia a dicho nivel. Todo seguit'á siendo J
arnbiguo
ttansparente en laenesfera psiquiátrico
de alootra
relación hasta
instancia, que se vttelva
quedetrás
yace o Pot'
encirna (.. .). Toda patología necesita un diagnóstico, urTa diagno- I
sis, urt "ver-a-través", una referencia al logos que se encuentta
deh'ás deL patltos, aI sentidoqueposee eIsufrirniento.
d
é
Flablando pues en sentido figurado, la logoterapia no é
navega entre dos agqa-s-,-si,lro-sobre dos aguas, que ha logfado '
trarrsforñtar en Llna superficie integrada. Es éste el gran é
rnérito que tiene. En ningún rnomento olvida el sustrato é
psicofísico de la existencia hurnana, propenso a alteraciones,
por 1o que ha elaborado un inventario de referencias relativas
a la terapia rnédica. Pero tarnpoco ignora la Personalidad éé
espiritual de la persona, la chispa divina que anida en la é
" a:rc7lla", testimonio de una fluerza creadora indornable.
Logoterapia es cura de airnas, pero una cur:a rnédica de alrnas; é
es psicología", p€ro psicología espiritual. Las dos aguas se é
Llnen y conforman un todo que sostiene la rrave de la vida. La
tierra lirnítrofe, la tierra de nadie entre dos reinos, se ha f
corrvertido en " tíetra de prornisión "' (...) . é
Antes de cornenzat a recorrerla con el espíritu, hagarnos é
un en layrnateria.
paréntesis
versadas escuchernos la palabra de algunas persor¡as
aI
CITA I (Hans Urs von Balthasar)s
a
a
¿Córno está estructtrado eI hornbreTAlo cabe duda de qtte es
a
erróneo el esquema ideado por Descartes, que concebía un c-uelpo a
2Viktor E. Frankl , Psicoanálisis y Existettcialisrnc't,Fondo de Cr-rltura Econó-
a
rnica,
3 Hans [Jrs Aires/México,
Buenos von Balthasar, L999.
Honto Creaf¿¡s -Esf, cap. "Gesundheit zwischert
Wissenschaft urrd Weisireit", Einsiedeln, 1986, págs. 83-92. a
C
r
1A
-I.t
Lh
es carac er zar atinadamente er objeto
a ap licaci ón d e tnétod os inad ectt que e nvesüga (...).
os de las inv estigarioa"" p"ioiigrrut expricipor por qué los res lta-
a d os
bt
; niento antropológiia
ecisiótthurnano fund amental : los loscarnbiosse vinculaba
carnbios a urTa
en eI comporta-
nó se interTtretaban de otra foruna que
om o e fe cto d e un a ca L7sa. En c on no fuese
a persona Posee libertad interior,,
ha d r a
1 1""1
j" e s os ti ene u e
se erige Ia quáafirrna queestá
eterrninada' De esta tnarTera, r7osólo
F,
7?
se ponén en entredicho las
uestiones referentes a Ia responsabilidaá
esta espacio al eletnento inconsciente y iaiurt"d, sino q,te e
yÁpiriáal dentro de lo
a
s íq u i c o - L a c u anti fi cay ón
y rn ed i ci ón .. *f, iiv as d e I o psíq u _
co, c ond ici ona d aygr * á tod i
p
la p s i c ol ogía a d é fini rs e corn
or og, u emple a "d a, no s óI o nev
aron
o . 1nc i a d e l.c o rnp
2
, ivencia' sino ayelitnittar
unpostergabtes de su repertorio una oseúe
esey.i"t"" puruTi comprensión d e las
cornportantientos humuno",
rta ntide to y I a
enternas
vivencias
f'r "o^orauiresponsabilidad,
urnor, a fe,Ia conÍianza
I
I
Mientras que ei "ser" conlo horizottfe de referettcia abs<;luto se
identifica en nosotros con el ot'den rnoral corrto Ltrta "voz" o tt71
"llarnado", el trlttrtdo o la existencia en eI seno deesfe orden
t
sigttifica, pc>r el contrario,la tentación de seguir ateniéndonos
cóntodantente a los objetivos fijados. Cornprenderlo a fondo
equivale a tomarconciencia del sentintiettto de atnbigüedad y
II|
{
de cisura; de la paradoja que encierra la posicíón det sér
huntano. A/ues tra "qlteridad ontológica" eipresa que sólo la é
Persona se cuestiona acerca del sentiáo y, a li vez, ,Lr"u logra é
obteneruna respuesta exhaustiva. Sóto ta persoÍla vivencla el
ttundo corrlo aquello a Io que fue arrojádo; sólo ella sabe, ú
tarnbiétt, qtte al entregaÍse a esta existencia sepierde irren'úsi- *
blentente (...). é
A rniacabadarnente
jan iuicio, las representaciones
las dimensiottesarquetípicas religiosas
de esta esencia refle-
ámbivalente
del ser hufi1ar1o: desde la idea del Paraíso, esta "rentittiscencia" Jt
de la participación en la integridad del ser que se ltaperdido,
pasando por Ia figura de la caída en el rnundo y el f uicio Final é
cor|1o collftoritaciót't cotl el horizonte absoluto de referencias del é
ser hurnano,Itasta la idea de Ia salvación corno puttto culnti-
ü
nante de la trascendencia, aquella "cuasi-identlficaciót^t" corl
la plenitud del ser hacia Ia iual éste tiende unu y otra vez. El
hecho de que todos los intentos irreflexivos del íanatisnto pol-
I
é
dar nacitttiento a ttrl "paraíso terrenal" inevitablernente desán-t-
bocan er1 ur7 infierno terrenal se expresa palrnariantente en Ia
frase d e que el reino d e Dios no es 'd"
"si" mund o,,. En efecto,
urla vida que resulte rnedianantente soportable en este nturtdo
I
sólo puede gatantizarla un ser orietttado hacia algo "detrás" cle é
este mundo, ul1 seÍ que en su aquí y en su ahora se rija por lo é
infinito, lo absoluto y 1o eterno. Ál orientarse sin ÍeseÍvas hacia é
eI aqttí y el ahora, todo ahoira y todo aquí soportable'se
I,
transforrnan ert ttn párarno sitt rernisión y térrninán tiñéndolo é,
i Vaciav é,
F{amburÉf, nr-reva
Havel, irn¡1¡ssl(1n cle .lg91,
Briefe an Olq;a. pags. 308-310.
Betrachtttnten ttus c{em Gefángnis, Reinbek bei
¿
18
4
Por ciet'to, así corno Cristo está clavado a la cruz, eI set hunlaÍ7o
está clavado en la intersección de dos paradojas: la horizontal
del tnundo y la vertical del ser; arrastrado porla desesperanza
de la existencia espacio-ternporal, por un lado, y lo inaccesible
de 1o absoluto, por otro, Oscila entre el torrnento que significa
E
5
el desconocintiento de su rnisión y la alegría de su realización;
entre la nada y el contenido de sentido de su vida. Al igual que
Cristo, vertce,l>rincipalrnente, en sus derratas: al contentplar
L¡ el absttrdo recupera el sentido de su vida; en su fracaso
redescubre su responsabilidad; gn la rnuerte *slt última y
F. rnáxirna derrota- triunfa definitivarnente sobre su quebranto.
F Al rernatar para toda la eternidad su perfil en la "rt1enloria del
ser"', vuelve al regazo del ser integral sin renunciar en nada a
su "alteridad".
7
F Dice FIavel
derrotas: qt-le la persona
conternplando el absurdo principalmente
vuelve
vence a hallar el sentido
en st-ls
de la vida, en slls fracaso's descubre nuevarrrente su responsa-
bilidad, €n la muerte derrota definitivarrrente su rniseria (...).
A este triunfo en rnedio de la derrota es a donde la logoterapia
aspira a llevar a''los individuos.
Todos cotlocerrtos
h'abaio ya no ocupa la sociedad
el centro en que
de ella, ha sido insertos.
puesestarnos El
desplazado
por la vi*,encia. En gran tnedida, la vivencia se ha transforrna-
do en Ltl1a rneta en sí. Hay infinidad de cosas que no necesita-
tnos Pero desearíarnas tener: desde la vestirnettta al autotnóviL
nl;evo, el valor de la vivencia es a rnenLtdo rnás itnportante que
el de uso. EI sentido de la vida ya no lo propot'ciona el trabajo,
sino labúsqueda de ex¡>eriencias agradables y la -estetización-
§e la vida cotidiana. Todo debe ser rnás placentero, ntás betlo y
ntás at71er7a, pues "tod.o lo que divierte está ¡tet'nti tid o".
h Hans I(r-ing,
pron.unciada c'tr el Conferencia
Congreso desobte tema "Acerca
Radioeloncología del se¡rtidoelde18.11..1995.
en Baclen-Baclen [a vida",
19
I
a
a
A/o es de sorprender que er7 nuestra sociedad, a la par del I
rnercado de trabajo, el rnercado de las experiencias se haya
convertido en un factoi dotninante de la vida cotidiana, donde
a
la oferta es cada vez rnás refinada y la dernanda rnás rutinaria a
(...).
éste elLasentido
consigna
de la "¡Vive
es:vida?, tu vida ahora
¿estarnos preguntarnos,
".IYosrnás satisfechos que
antes? I{oprecisarnente. El sociólogo Gerhard Schulze sostie-
¿es
a
ne: "Los- feriados y las vacaciones, las relaciones de la pareja, la I
profesió, y otros árnbitos ert la vida de las personas están
'iornetidos a la presión que generan las expectativas, las desilu- a
siones. Cuanto rnás hagarnos de las experiencias el sentido de a
nuestras vidas, tanto rr'tayor será el temor cle que éstas no se
produzcan (...)".
a
En vista de lo dicho, es preciso valorar las palabras de rnuchos a
psicólogos y psicoterapeutas que nos exhortan a gu€, frente a a
tantas revoluciortes y relativizacioÍtes científicas, políticas y
religiosas, hallernos el sentido en nosotros rnisrnos. Trabajernos I
s obre nos ott'os r:ti srnos, a goterrtos nuestros potenci a I es, d esa tro- é
llernos nuesttas rnetas y nuestra moral por nosotros l;rtisn:.c,s,
inventernos el sentido de nuestras vidas. Definarnos los prin-
a
cipios según los cuales desearnos vivir; en una palabra, realicé- a
rr7or1os. ¿Es éste el sentido de nttestras vidas? ¿Ixlos brindará un a
sentido de vida supremo que nos señale el carnino que debernos
seguir? ¿Aquello que pÍeocupa a psicólogos y psicoterapeutas a
-es decir, la identidad e integridad personales-nos procurará I
el sentirniento
suPerarlas de coherencia
situaciones y estabilidad
ntás difíciles? que nos
¿No exigirnos perrnita
dentasiado
de nosotros ntisrnos al crear el sentido de nuestras vidas de tal I
tnaneta? a
Mi respuesta es que nosotros y sóho nosotros sorrTosseres que
b uscam os sentid o a la v d a, p ero no lo hallarern os a rnenos que I a a
abrarnos a urta clirnensión profunda; a rrterTos que todo Io que a
uivirnos, experirnentarnos, obrarnos y el aborarnos esté funp'»regna do
de la confianza en algo que no t:,ace de nosotros rnisrnos. Sólo a
encontrarerrtos un setTtido que abarca todos los árnbitos de nuestras a
vidas si, en medio de nuestro trabajo, de las experiencias que
vivirnos, nos
confianza sustenta la confiartza en esta realidad oculta: urta
raciottal en el fundarnento prirnero y últirno de todo a
é
0 I
b
21
Aproximación crítica a la filosofía de la
polaridad
Entre los enfoques filosóficos y religiosos de la actualidad
hry Lrno que ha sido motivo de reflexión y desarrollo por
parte de pensaclores destacados. Se trata de la filosofía cle la
polaridad. El último en reforrnularla con genialidad fue Bijarr
Arnini ', que intenta derivar de ella nlrevos argllmentos para
su pedagogía de las crisis. Al hacerlo, se rernite al ideario cle
Yiktor E. Frankl. Cierto es que la logoterapia no adhiere
cc-¡nceptualrnente a la filosofía de la polaridad. En lo que
sigue, procuraremos deterrninar las causas de ello, sopesan-
do 1os pros y los contras de dicha orientación.
Cornencernos con algunas aclaraciones prelirninares en
relación a la filosofía de la polaridad: segúrn ésta, tod o
f enórneno perterreciente al mundo de las representaciones
hurnanas
fundarnentan condicionan por
estáy conforrnado dos rnitades
mutuamente: polares
desde que se
la inhalación
y la espiración, la tensió. y la distensión, hasta la verdad y el
error, la vid, y la rnuerte, todo oscila clentro de esta dualidad
a la que se ha llegado -y aquí cornienza la creencia- por la
división de Lrrla unidad primigenia . La estructura y dinárnica
polares dan testimonio del dolor que nace de la división del
7Bijan Anrirri, Erzielltirl[i zun] Sinn: PrirrziL. Hoffnung der Páclagr-rgik , en
L<tgothera¡tie uncT Existenzanalrrse, Bremen, nún-lerrr extraorclinario, Act¿rs ciel
Congreso cle la Amistad de Ia Sc¡ciedad Strizo-aiemarra de Logoterapia ),
Análisis Existencial, reuniclo del 13 al 16.b.ia9e en Davos/Suiza.
23
I
I
uno prirnigenio y del anhelo por reclrperarlo. Es decir, que al
pri,áipio f"ue la únidad prirnigenia y.al final es o deberá ser la II
reunificación de arnbal rnitaáes polares forrnando launque todo
integrad"o. Entre arnbos se encuentra la polaridad en se I
d"esávuelve el hqrizonte de nuestro ser y nuestra cognición": T
escribe Bijan Arnini. De esto deduce 9t. toda crisis vital
la oportunidad , pot consiguient-e,
encierra en sí el peligro y'sordá I
con desesperación o P_rocurando
puede enfrentarse hacia el sentido ínsito enestá
crecer, orientánd"ose
elección dependerá de cuál de los dos polos
cada vida'
en la La
rnira' I
T
según Arnini, la pedagogía d.e las_ crisis apunta a "veÍ en el
vital' I-a I
p.á"""o (crítico) tát sóIo i..r, mitad polar del procesoy hallar la I
rnad"uración consistirá, pues, en buscar, interpretar
"ti".Lo ideal sería que ü p..uona rnisma comPlete y concluya t
la historia".
Bijan Arnini recurre a un ejer4plo conmovedor .Para avalar
t
strs tesis. Cuando Gandhi estaba agonizando, se le acercó un
t
hindú que había asesinado a un niño rnusulrnán por vengarse t
de la rnuerte
parecía de fin
no tener prgpio hijo,
su é1 asesinado
vicioso porque
de. dolor rnusulrnanes'
se padecía
"ir".rlod,e sufrirnientos y de culpas' La tt
y se infligía en'esta maraña
trisis era p..fecta. Pero quedaba en pie una oportunidad'
rnodo totálrnente dif.r.ritu de encaÁrla, ttn "polo opuesto"al'
un t
como sostiene Arnini. Gandhi 1o presenta en su consejo t
hindú. "Sé de un carnino que te libiará de tu torrnento. Buscaa t
a un niño que no teng, pt-d."s Porque ha1 sido asesinados,
nn rnuchaciro (...) V trátalo cotno a tu hif o. Debe ser rnusuknán,
T
.-
rnujer, calor y frío tarnbién 1o son. Mas no ocurre 1o rnismo cotl
- la conservación y destrucción de la vida, la verdad y eI error,
el amor y el odio. En estos casos, los polos no están yuxta-
---
puestos sino que urro se coloca por encirna del otro por 1o cual,
f, en rigor, flo se trata de pares y rnenos aún de polos. Poderrros
a
I aplicarles el farnoso apotegrna' de Spinoz a; "La verdad es la
norrna de sí rnisrna y del erroÍ" , lo que significa que se trata
4 de un solo valor que existe de por sí y a partir de sí. IrIo se
anti-valor
42 originar
coñlo polo
plr€s, por
opuesto, contraste
sino qLle es "sttun
con dis-valor
propia o
ttorrna", posee stt
propia grandeza ontológica, su calidad de valor. EI hornbre
E no es un valor superior en relación a la rnujer, Pero la vida es
un valor superior a la aniquilación, y la naturaleza se ha
u ocupado de insuflar a los seres vivos un sentimiento instinti-
vo de esto en la forrna de una voluntad de supervivencia a
- todo trance. Análogarnente, la verdad constituye un valor
n
, superior al error y el arnor un valor superior al odio. Podría-
rrros decir que el valor, qlre existe a partir de sí rnisrno, es el
I
polo favorecido que se justifica éticamente. Es el polo delinea-
h¡r do por el logos, el "debo" hacia el que todo serdeafluye. ¿Y cuál
F
8 Cf. Elisabeth Lukas, LJna vida fascinante, Editorial San Pablo, Noesis
No 1, Buenos Aires, 1994-
r
F
r
25
27
I
i
t
j
k I
Odio,
indiferencia arTror I
Progreso Progreso 2
I
1
t
Alavar.z,ar hacia E\, un ser hurnano que parte de A1 I
avanza más hacia el arnor que otro qLle se encuentra en A2 y I
avanza hasta F,2, pues el carnino recorrido en su progreso es
rnayor que el del segundo, pese a que éste ha penetrádo rnás I
lejos en dirección al arnor. La calidad de vida á" .r.,, persona I
debería medirse por el camino recorrido en su desarrollo
hacia el arnor antes que por el lugar que ha alcanzado. I
Indudablemente, esto no pasa de ser "teotía gris", pero slr a
irnportancia en psicoterapia Ie confiere coloridó. ru. es des- I
tI
el desarrollo
acertado de las
entender al psicoterapeuta corrlo
person ás" , cuyo tln "asistente
cornetido para
consisté en
haeer lo posible por alargar el trecho que desandan los
pacientes en dirección al arnor, Me refieio en particular a I
pacientes con trastorllos neuróticos de la p.r"oralidad.
Mucho se escribió acerca del fenórneno neurótico, pero I
seguimos sin contar con un trabajo concluyente al respectó. rui
siquiera el argumento aparentemente obíio de que l,
i
"rr..- a
30 I
II
I
psíquico y se agita impotente, invadida por ternores. ¿O no es
I¡
así (...)? I
Un día el padre le dijo: "¿Qué te parece si escalarnos aquel I
cerro?" y señaló una rnontaña detrás del hotel. T
"¿Yo, papá? ¿Hasta arriba?".
"Sí. Y también podrás rnontar eÍt rttltla". T
"¿Qué es urTa rnula, papá?". T
El padre
ni le explicó
un caballo, sino algo una rnula
que entre arnbos. era enterartente
no Celia unburro
estaba excitada pues T
ernprendería la aventura de escalar una rnontaña, pero la rnadre T
expresó ciertas dudas al respecto. ¿Alo seríapeligroso? Elpadre I
se rió de ella y le dijo que no fuera tan medrosa, pues la niña T
no correría el rnenorpeligro.
También elherrnano de Celia, Cirilo, participaría de Ia excur- T
sión corl el padre. Cirilo se indignó, "¿Cómo? ¿La chiquita
ta mbién viene ? ¡ No hará rnás que arruinarnos el día ". Aunque
I
sentía cariño por Celia, se sentía herido en su orgullo rrTascu- T
I
I
I
pues, podía entendetla. Las alas de la mariposa aletearon cot1 T
rnás fuerza en el viento y el llanto de Celia se hizo incontenible- T
Estaba segura de quá nadie, iamás, se había sentido tan
desdichado corno ella. I
,,Lo mejof es que regfesemos cLlanto antes", diio el p2dte. A/o I
entendía nadá. "LaTlevarefilos de vuelta con tnamá' Ella tenía
razón. La excursión fue dernasiado para laniña". I
C e 1 ia hubie s e d e s e a d o e xc laÍ¡1 r : " It Io e s v et d ad ¡ Llo to p o t' otr a
a
I
razór't
por Pero nada
qué". lloraba. dijo, Pafasacudió
Perturbada, Ia volviesen
que no le cabeza' Pfeguntar 1
Lloró durante todo el trayecto de vuelta, sintiéndose cada vez t
peor.
-Aún Todo 1o
veía sornbtío y depritnente' I
padre
lloraba cuando la alzaron de la rnula delante del hotel. El
Llevó aruiba, donde los esperaba su madre. "Tenías
t
la
'razón, Miriam", d ijo, "ft4e demasiado para la pequeña-Alo sé I
si le duele algo o sirnpletnente está agotada"' I
"I{o 7o estoy", sollozó Celia.
"Tuvo rniedo Pofque la montaña efa Inuy escalPadau, diio Cirilo'
r
oIVo
tuve rniedo",:¿L¡¡o
-¿Entonces qué tien'es?" llotando.
ellainsistió el padre' I
Aturdid a, Celia fiió la vista en su madre. Sabía que nunca
podría ha,blar sobie el gran pesar que sentía; que éste debía
I
'qued.ar para siernpre en-cetra-do en su corazón. Í{abría deseado I
§ritartás a todosla verdad, peto no podía- De alguna frtanera I
rnisteriosa se sentía obligada a Inantenet silencio, como sí I
algyien hubiese sellado sus labios. ¡ Ay, si mami supiese Pa: qué
ultrb, tan triste EIla cofnprendetía. Pero no se lo podía qlue decir-
su
I
Todos Ia rniraban, esPerando algunaexplicación. Sentía
interior se contraía áolorosamertte, mientras les lanzaba una
I
rni a d a p i d i end o s o coÍÍ o
-
a
- Hasta aquí el relato. Es de suponer que casi todos los
lectores piensan espontánearnente: ¡pobre niña Además, el
t lector versado en psicología podrá sacar interesantes conclu-
siones. LJna experiencia que provoca horror, que deja rrrarcas
- en la psique de la persona y cuesta elaborar (...).Lo rnisrno
debió pensar la autora de la novela, que continuó la historia
- en forrna consecllente hasta el histérico intento de suicidio
a
- que cornete Celia a los 38 años.
Desearía, no obstante, agregar algunos elementos qlle
) a rrojen nueva Luz sobre el suceso, pues la realidad de la
) historia es otra. ¿Qué sucedió concretarnente? Algunas perso-
nas se esfuerzan por dar una alegría a una niña. El padre
1 aiquila una rnula para que sr-l hija pueda participar de la
, excursión sin cansarse dernasiado. La rnujer del refugio les
prepara una cornida exquisita y el guía atrapa una rnagnífica
;
u mariposa para adornar el sornbrero de la pequeña. Aunque es
poco grato, no pod.emos rnenos que preguntarnos qué aportó
; la niña.
guía, Echa
y deja perder lalibrada
la arnariposa excursión al padre,
a su suerte. Noalesherrnano y al
mi intención
A acusar a Celia, qlre no es rnás que una niña. Lo que pretendo
I es señalar que el mal que causa es rnayor que el que sufre, y
a rrre pregunto si, aI ver el asunto desde esta óptica, no estarnos
yendo a la raíz de las neurosis.
¿Cómo se habría cornportado un niño sano, no propenso a
a
-
las rreurosis? F{abrÍa protestado en el momento en que el guía
a se proponía sujetarle la rnariposa al sornbrero. F{abría expre-
sado su desagrado, pidiendo qr-le se liberara al anirnalito. O
af,f, al
quecornienzo lo habría
la rnariposa aceptado
aleteaba por cortesía.
y se le llenaban
habría confiado sr-r malestar al padre.
Luego,
los ojos al sentir
de lágrirnas,
-
35
I
/
¿
¿
T
É
¿
a
Lo arnado precede al arnor. Análogamente, podríamos Para-
frasear el cogito, ergo SuITt de Descartes de esta rnanera: "Anto J
(deum), ergo (deus) es{'. Si innurnerables seres de todos los
pueblos y culturas aman a Dios desde los orígenes del pensa- I
rniento humano, Dios es1o. Tarnbién al tratarse del sentido a
últirno de la totalidad, el amor es "1o más irnportante", o sea, a
el rnás grande y poderoso argumento.
a
La psicoterapi a y La teología son dos disciplinas colindan-
tes. Lá línea dá demarcación entre ambas está dada Por el I
fluir
rapia,ternporal que separa loobjeto
de to irnperecedero, transitorio, la psicote-
objeto de Corno
de la teología. diji- É
rrtó" al principio, el rnérito de Viktor E. Frankl resulta del É
hecho de que, siendo científico, no ternió tender urr puente ¿
entre ambás disciptinas, anclando su logoterapia en el árnbito
de la psicoterapia, Pero rnuy próxirna a la orilla de esta IY
sostienen el
corriente de dernarcación. Los pilotes del puente IL
arco que conduce al "Ínás allá" .
, Las investigacion es recientes de Reinhard Tausch, profe-
investigaciones
T
iilllird
L
-
rf.f.
F. * se vuelven crirninales con tnenor frecuencia
sin convicciones religiosasll .
que las personas
r
Alentada por estos resultados y rnis propias experiencias
con los pacientes, avanzaré unos pasos por eI puente que
- tendió Viktor E. Frankl, aventurando una interpretación
Iogoterapéutica del Decálogo (los "Diez Mandarnientos" bí-
blicos). Tengo plena conciencia de que no siendo teóloga ñre
- expongo a críticas fustificadas. No obstante, tal interpreta-
;- ción podría
en qLre arrojar
rnuchos seres se refugian
nlleva luz sobre
enelilusiones esotéricas
Decálogo, pues
en una época
7
I
han perdido vigencia las fórrnulas vacuas de una tradición
'a
I
I
anquilosada. El Decálogo no es vacuo; si se 1o conternpla a
través del cristal de una disciplina de psicohigiene rnoderna
t se observará que rebosa de orientaciones para una vida sarla
r- p1ena. Particularrnente el 4o mandarniento es, a rni juicio, un
t
I
;
,s
I
Cetalle.
s
I
-a
JI 4" Mandarniento: Perdonarás tus padres los errores que
cornetieron acontigo.
5o Mandarniento: Afirrnarás ir-rcondicionalrnente el sentido
a
- de la vida.
lr rl Reinhard Tausch, Einsichten itt seeli,sclie Yorgánge beint rclígiósen Gl¿tubert
und bei Christliclt-ethischen Botschaften. Ergebni.s-se entpiriscl'rer Forscltungerr, edi-
It ci(tn especial del Instituto Psicológict-r III cte Ia Unir-ersidad de Hamburgo,
1997.
45
)
A
a
é
é
6o Mandarniento: Consentirás que tu propia satisfacción ú
constituya el efecto secundario de un acto é
de arnór. é
7o Mandamiento: I\To car garás sobre tus espaldas ni torna-
rás posesión de lo que no está destinad"o é
a ti. e
8" Mandarniento: I.Jo acrecentarás el sufrimiento entre las
Personas.
4
Ia é
9" Mandarniento: Respetarás
familia. y rnantendrás la unidad de
10" Mandarniento: No aspirarás a tener, sino a ser. t
é
a
L
rLL
F Acerca del 2o Mandamiento
Mantendrás tu receptividad para con los valores
-
El nombre de Dios es irnpronunciable e innornbrable. IrJo
t
L
sólo es irnposible irnaginar córno es Dios, sino cuál es Su
nornbre. Pero a los seres humanos nos es difícil venerar lo
innorninado. Pareciera qLre la solución radica en conservar el
respeto por el ser en todas sus forrnas, por la riqueza en los
valores del ser: la natural eza, los objetos, las plantas, los
7
anirnales
adherir al ypanteísrno,
las personas. Con 1o dicho
que distribuye no rne
el sentido propongo
de 1o sagrado
sin condensarlo. La frase de Viktor E. Frankl de que nunca
hubo un río que hubiese construido su propia central energé-
I ticai2 -con 1o cual pone lírnites a lo instintivo frente a lo
I: espiritual de la persona- puede transrnitirse a toda la corrien-
te de ser del rnundo, eü€ tarnpoco puede haberse d.ado su
II ¡rropio desarrollo y estructura.
u \4i intención al esbozar esto es señalar que el observador 9Lre,
.a
t
con adrniración y recogirniento, contempla las poderosas olas
que rnueve Ia central energética estará rnás dispuesto a hincar las
-I rodillas ante el innominado e invisible constructor de la central,
que no puede pensarse de otro modo que no sea personal.
,a
I
)a
t Acerca del 3"' Mandamiento
)a
I
Periódicamente harás ur:.a pausa para dialogar coÍt tu
at conciencia
t En un lapso de diferencia de diez años, Viktor E. Frankl
definió la conciencia de diversas rrraneras. Originariarnente,
ff
t6l de 1995, pá9. 40.
rj Viktcrr E. Frankl, Ltt presencia ignorada Ce Dios, Hercler, Barcelc¡na, 7977.
ra Viktc¡r E. Frankl Das Leiden am sinnlosen L eL', en, Friburgo, nlleva impresirin
,
de 1991, pág. 29.
t f 17
I
I
que conoce el concePtg de sentido' en logoterapia sabe que la tI
diferencia entre arnbas definiciones es reducida, Pues en
arnbos casós se trata de algo transubjetivo que sólo la conÓien- I
cia subjetiva puede escuchar o detectar. I
Ahora bien, Para que se prod:uz,ca este Proceso de escuchar
o detectar es necesario dedicarle mornentos de conternPla-
I
ción, pausas para rneditar, instantes de quietud y recogirnien- I
to. Si no disponernos de tal refugio ante los ruidos que I
proced.en del exterior, nuestro "órgano del sentido" itá I
facultad para de
átrofiándose a poco.
escuch bullicio
El diario
ar y el trajín rnerrrralirnita
cotidiano nuestra
nrrestra caPa-
cidad de detección. En una palabra, los elernentcls irnportan-
I
tes para nuestro ser subjetivo hacen perder presencia a los
I
elernentos esenciales transubjetivos- t
' No especularé acerca de las consecuencias que esto trae I
consigo en sentido rnetaclínico, pues basta tener en cúenta las t
.or'r"."rrencias clínicas. Concluyen en el derrumbe del orga-
nismo, 1o que la sociedad indrrstrial cegada por el rendirnien- t
to, tarnbié; ha descubierto y Procura comPensar con rnétodos I
de relajarniqnto artificiales de. todo tipo. Sería rnás sencillo y
nattrrai retorna? al "Día del Señ ot." i al día en que descansa el
organisrno entero salvo un órgano: la conciencia?
II
I
Acerca del 4o Mandamiento I
Perdonarás a tus padres los etrores gqe corrreüerorl contigo t
La psicología profunda parte de una idea esencial del I
siguiente tenor: cuando los padres "honran" a sus hijos (en I
cláve rnoderna: los educan bien desde el. punto de vista
I
áes), tei ira ybien
pedagógico a los hijos (en
corresponden cariñosarnente a susnonecesida-
clave rnoderna: sufrirán I
traumas que deben reprirnir, no d.esarrollarán neurosis ni
d.epresionás) y vivirán rnuchos años ("n clave rnoderna: serán I
inrnunes a trastornos psicosornáticos). Opinamos que algo I
sernejante sucede a 1á inversa. Cuando los hiios adultos
"honrarr" asus padres (en clave moderna: no los atacan, no los I
rf
¿ a res no e . . a:
a:
soPortarán rnejor la crisis de la edad madura, el síndrorne del
nido vacío, la crisis en que pueden caei al retirarse de sus
actividades y los padecimientos de la \rejez). Esto lleva a un
frecuente la asistencia adel
que alude arnalentendido en épocas en,qrre
4n Mandamiento
La vejez creyéndose
las cajas
de jubilaciones y obras sociales eran inexistentes.
Por el contrario, la auténtica relación de causa y efecto del
4o Mandarniento ya no nos resulta comprensible. Cuando los
hijos honran, respetan y arnan a sus padres, les irá bien a los
hijos. A los hijos, no a los padres "honrados". ¿Se trata de una
contradicción lógica? ¿Son palabras sabias caídas en el olvi-
do? Y si así fuese, ¿córno armonizarlas con los resultados de
la investigación psicoterapéutica actual?
F{e tratado de sondear en este asunto y hallé una sorpren-
dente coñtpatibilidad entre el antiguo aforismo en su signifi-
cado genuino y los datos estadísticos referentes a las enfer-
rnedades psíquicas del siglo XX, allnqrre sólo se pone de
rnanifiesto al exarninar dichos datos desde una perspectiva de
"psicología "elevad a"ls y no profunda.
Las Personaé con enferrnedades psíquicas dearnbulan por
la vida con un pasmoso bagaje de ira, discordia, reprochás y
acusaciones contra sus padres. En 25 años de práctica
psicoterapéutica escuché grandes y pequeñas tragedias de
rniles dedepersonas,
rnedida con el propósito
rnis posibilidades, delos
aplicando rnétodos en
ayudarles, de la
la
logoterapia. Pude comprobar que de cada 10 pacientes 9
tenían una actitud crítica hacia sus padres. Algo semejante
comentaban rnis colegas. Antes solía deducirse de esto que
los padres de los enferrnos habían incurrido en errores
causantes de enfermedades psíquicas en sus hijos. Pero puede
llegarse a r-rrta conclusión diferente: que los enferrnos psíqui-
cos sor¡., las rnás de las veces, personas que rechazan á sus
15 En
es decir, círculos especializados,la
la logoterapia de Viktor E."Tercera tambiéndesePsicotera¡ria
Frankl, Escuela de Viena",
denornina "Psicolo¡3ía
Elevada", por ocuparse menos de los abismos de la psique que cle las cirnas
de la espiritualidad hurnana.
49
I
a
I
at
ñrayor oque
Padres, no perdonart
rrrenor los errores
medida todos que 1o
los padies cornetieron -corrro
hacen- y los en
culpan
por ornisiones y fracasos propios; que no "honran" a sus padres
y, por consiguiente, "sus días no se alargan sobre la tierra". a
Interpolacíón a
é
Intercalarnos dos criterios que apuntalan la versión a
logoterapéutica del 4" Mandarniento.
a
poder
a) El
La vida es despedida
deun perdónde hora en hc¡ra y de un
delavance,
constante
tramo de la vida a otro, y es por ende Llna constante despe- I
é
l-=
t
a
na, rto sólo ante la tumba de su rnadre sino ante sí rnisrno?
I
CornoseLlna
cómo persona su
presentará abandonó
quernadre? Cornoa su rnadre
alguien la vejez.
enarnó,
que ¿y
áyu.io, a
sirvió; alguien que no abandonó a sus t',i¡o" .^,i r sus nieios en a
rrrornentos difíciles. La cosecha de su vida será abundante y
podrá estar satisfecha de su identidad. El cornportarnientt I
ingrato de su hijo no logrará despojarla de esto. a
I{aturalmente, existe Ia contraparte: padres que todo lo a
desaprueban, que son pendencierós, posLsivos, dbrninantes,
etc- Pero tarnbién en tal caso, la actitud que tengan los hijos I
hacia ellos incidirá en el bienestar de los propio-s hijos. Si se a
aI
sornetenhaciendo
estarán el juego
se volverán al abuso;
hipócritas; si perrniteñ qru se por
si son fñrnes loá tiranice
dentro
y rnisericordiosos Por fuera se convertirán p"rionas esta-
y bondadosas. Puede objetarse nuevarnente ".r
lles qLre no es
tlacit lograrlo. Es verdad. Preáisamente por ello, la enferrne- a
9ld psíq,ica es a rnenudo el punto de flégada de un trayecto
fácil y dernasiado córnodo én el cual r" ha evadido todo
I
desafío, obstáculo y responsabilidad. Es el caso del paciente a
al qr- e hicirnos referenciá, qrre llega al extrerno de huir de un I
enctrentro con sar rnadre en la escalera para no sentirse
culpabl_" y necesita sorrreterse a psicoterapia porque no está
a
satisfecho consigo mismo ni con su identidad.
¿Cómo podernos sintetizar
^2
lo antedicho? Corno psicotera- a
peuta con varios años de experiencia profesional rne atrevo a
afirrnar que el 4" Mandamiento es un auténtico mandarniento de J
arnor para los hijos. son los dÍas de ros hijos, de la generación a
joven, los que deben "alargarse sobre la tieira,,; son
"ño"
los que a
deberán estar protegidos de pesares y sufrirnientos innecesarios
y libres de hipotecas sobre su futr.o. E"to sólo lo podrán lograr a
rnediante un "doble acto": agradeciendo a sus pádr." sincéra- a
nlente 19 gue les brindaron al educarlos y perdoiando con igual
a
aa
sinceridad
arnbos losrnejor
actos erroresque el de "honlai",
cornetidos. No hry concepto que abriftre
rnuy supLrior al
"retribuit" o "devolv er" . Donde hry disposi.ior-, pu*a hacerlo,de
se abren a la persona posibilidade"-r't.r..irs; logra arrojar de sí
recuerdos tristes y el rnundo se le rnuestra corno *"r pórretrado I
por el espíritu. a
52 I
T
Acerca del 5o Mandamíento
Afirtnarás incondicionaltnente el sentido de la vida
Hry un delito que oprirne eL corazón rnás que ningún otro.
Es la destrucción insensata, el vandalisrno gratuito, el asesi-
nato
sentido.
porque no destruir?
reflejos
¿Porsí,qué Si nuestra
todos ellos vida vivida
de una vida carece sin
de
sentido no hry respuesta a tal pregunta. Hagarnos lo que
hagarnos, todo da lo rnisrno, todo se va a pique, todo anda
rnal; estamos enterrados en el lodo y nadie nos auxilia. ¿Por
qué no habríarnos de destruir? Al rnenos así gritarnos, arro-
jarnos sobre este rnundo rnaldito todo nuestro dolor por tanta
indiferencia, pisotearnos lo que nos rodea para aumentar en
algo el núrnero de contestatarios
Es fácil afirrnar la vida rnientras todo es agradable, rnien-
tras estamos
qué sucede confortablernente
cuando apoltronados
cesa la felicidad? en ella. en
Seres perecederos ¿Pero
urr
rnundo perecedero, no tenernos rnás que dos alternativas: o
procurarrlos convencerños de qt-re la vida tiene Lrn sentido
incondicional que no pierde bajo ninguna circunstancia -el
credo de la logoterapia- o nada tiene sentido, €fl cuyo caso,
por rnás buena voluntad pongañros, no podrernos hallar
rnotivo alguno que se opon ga a la (auto)destrucción.
é
a
é
El que está ala caza de reconocirniento, éxito, autorrealizaciór'r é
y atrtoafirrnación no alcanzará La presa ansiada. Es rnás que
seguro que pagará
secundario elevadoconarechazo, fracaso
la categoría dey rneta
alienación. El efecto
se vuelve Lln
é
é
objetivo inalcan:.zable. Lo qLre se pretende obtener especulan-
do se sustrae al especulador. é
Hry un solo consejo que puede darse ala persona que busca é
el placer: el de entregarse con arnor, dejando que lo dernás se dé é
por sÍ solo y, cuando llegue, aceptarlo agradecida.
é
Acerca del 7o Mandamiento é
a
nocargarás
ql;.e/\Io está destinado a tiespaldas
sobre tus ni tomarás posesión de 1o C
Toda persol.ta es irnportante pues le espera una tarea é
propia y única. NIo se trata de urra sola tarea n'rorrrentánea, é
sino de Lrna tarea continuada y siempre carnbiarrte, que é
consiste en extraer lo rnejor posible de cada situación vital. Al
ser humano se le ha encornendado la función de "cocreadot", é
la dignidad d"e participar en la Creación. é
Función y dignidad, por cierto, implican que preste espe- é
cial atención para discernir lo qlre le espera, lo que está
destinado a é1, lo que se refiere a éI. N[eaning is w,hat is nteant é
-el sentido es lo que se refiere a uno- 1o que se remite a una {
persona. Así lo enuncia Viktor E. Frankl y la definición es casi
metafísica. ¿Pero qué es lo que se remite a Llno, 1o que tiene é
conexión con uno? Supongarnos que estoy pasando mis vaca- é
ciones en la playa y me encr.rentro reposando al sol. De pronto
se acerca un niño, corriendo a tropezones por la arena. Llora {
y clarna por slr madre. ¿El incidente se rernite a rní, tiene é
conexión conrnigo? ¿Se refiere a que debo levantarrr¡e, ir hasta é
é1, consolarlo y llevarlo donde está su rnadre? Si su rnadre
ü
tal caso
está rrnfynocerca no lo pierde
tieney cot.rexión de vista
conrnigo. de sentido
será sólo
Carece queyme
un juego, en é
inrniscllya. Pero si el niño se ha perdido y str corazón infantil
está acongojado, el incidente ciertarnente tendrá conexión é
conrnigo, aunque esté de vacaciones y no se trate de lr.. i hiio. é
54 é
E
s
-
t
L que le corresponde.
corresponde,
1o ni 1o dejaráIrJo
solo cuandoalseniño,
abrazará puesNo
Ie acerca. esto no la
torna le
moneda que rro le pertenece ni rehúsa la rnano del arnigo que
le ofrece la moneda. No se impone cargas que no es capaz de
sobrellevar pues están pensadas para otras espaldas ni elude
cometidos que sería capaz de cumplir corrro ningún otro.
- La persona que sabe reconocer Lrna y otra vez lo que "tiene
7
- conexión con ella" -aunque no lo logre siempre- encontrará
sLl corrletid,o, la rnisión de sr- vida, €fl sus tareas parciales de
cada día y de cada hora. Descubre por qué vale i, p"r't, que
I e xi sta.
a
- Acerca del Bo Mandamiento
I
I
]
lVo acrecentarás el sufrirniento entre las personas
-l No discutiremos aquí si la persona psíquicarnente enferrner
; €S, en realidad, la persona que se siente mortificacla en sLl
l
; Frsique, aunque es frecuente oír tal afirrnación. Si se redujese
s
) a esto, no sería fácil comprobarlo científicarnente. Pero algo
de cierto hay en ello. Por lo general, las ofensas se propagan
)
con singular facilidad; podría decirse que saltan de uno a otro
A
; corno Llna pelota de ping-pong.Apenas alguien se siente
I
I
afectado por ur.ta ofensa o humillación, comienza a trabajar
; para cobrarse su revancha. Vuelve a arrojar la pelota tal corrro
I
,;
la recibió. Considerando la rapidez con que esto suced.e, €s
¡ comprensible que en ocasiones la pelota no dé en el blanco,
; vale clecir, en el rernitente originario, y qLre la "colltraofensi-
t
)
va" vaya a parar a Llna persona que nada tiene que ver. Si ésta
entra en el juego del revanchismo, d su vez arroiará ofensas
-
a otras personas ajena s a la situación. El dolor que los
individlros se provocan rnutuarnente parece ser el primer
;- "perpettrurn rnobile" delrrrás queo aparente,
rnund capaz de funcionar.
i Esto, ernpero, r1o es ya que es posible
I
recoger la pelota cuando se acerca r.olando y retenerla,
ti soportarla ("ser su soporte"). Soportar la ofensa, la hurnilla-
55
l
t
a
a
ción, sin pasarla a otro. Defeng"aru pacíficarnente, dialog ar y a
"::t:.rgr la pelota para que se detenga er "perpetuurn ,rrotile;,
^rnutuarnente.
I
dolor
delCon tlnos los seres
quePocos quehu¡nanos
1o hiciesen, rnfligL.
s" se lirni taría considerable- ¿
a
rnente el odio y la falsedad en su tendencia d e propagación
autornática. Ellos darían testirnonio de que el ser hurnáno es a
libre, tan libre que está en condiciones de áevolver bien por rnal. a
Acerca del 9o Mandamiento a
Respetarás y ntantendrás la unidad de Ia familia
a
a
La farnilia es la célula gerrninal de la vida hurnana y ésta es
existencia
prirner responsable.
árnbito La familia
de encuentro €s, por consiguíente,
del adolescénte el
con sus respon-
sabilidades y, si su farnilia no está indemne, el resultadt ae aa
este encuentro será insatisfactorio. A esto se debe que en I
logoterapia añadarnos un "criterio de priorid ad,, a esté anti-
guo rnandarniento16. Dicho criterio expresa que toda persona I
es libre de forrnar o no su propia familia, p":ro quien lo hace é
deberá curnplir con la función que da sentiáo a tál deterrnina-
ción, dándole prioridad por encirna de otras funciones asirnis- I
rno dotadas de sentido. a
Decirpadre,
función esposorol.
no eso decir al rolsirro
Ja
madre, esposa en Nio nos referirnos
el sentido tradicional, de
de la tarea funcionalrnente insustituible de una rnadre o un
padre,_esPosa o esPoso determinados en Ltna situación parti-
cular. Se trata de arbitrar los recursos que hacen a la ..r-.""r-
I
vación de la farnilia; se trata del I
insurná de tiernpo y energía
qlle se exige de nosotros en nornbre de la familia-. Lá p"rro-r,, é
ptrede realizar rnuchos valores -sean profesionales,- artísti_ é
cos/ meditativos, deportivos o caritativos. Todos ellos enri-
quecen la existencia hurnana. Pero perderían sentido si se é
realizaran en detrimento o a costa
de los allegados crlyo üé
Fc>rmttlaclo por primera vez en el libro Tu fantilia ne,cesj ta senticlo, SM
16
Ediciones, Madrid , 7983. Reproducido en el libro Sinn in der Familie, Friburgo, é
7995, pág. 16L.
;
56
;
y
57
El testimonio de Abel
J Una teoría de psicología profunda sostiene qr-re todos los
I espías sufrieron alguna traición en sus vidas; qLle de algur-ra
I; manera sus paclres los traicionaron
.una y que esto determirró qL¡e
,. se lricieran espías. En entrevista realízada a algunos
s
l espías, transrnitida por televisión, todos ellos relatabatl expe-
riencias de la ternprana infancia relacionadas con traiciones
s
I
I
padecidas (a rnenos que se hubiese escogido únicamente a
, espías qlle relataban estas experiencias...). Los telerridentes
s
I
I
no podían rnenos que sacar la conclusión de que los padres de
los irnplicados eran culpables de todos los casos de espionaje
,r
I del rnundo.
La teoría enunciada pasa por alto que sonros seres pri-
- mordialmente d eseados, antes aún de ser deseados por
nuestros padres. Estos adquieren contornos todopoderosos;
-
deciden sobre el arnor y el odio, la confianza y la traición. Se
- los supone sentados frente a Lrn tablero como el prograrnador
delante de su corrrputadora, inscribiendo
- st-l prograrrra en la
sangre de sus hijos.
- La realid acl es rnucho rnás cornpleja. Mucl-ras personas
t
- padecen traiciones reales o supllestas en sr-t niñez. Más tarcle,
integrarán uno de estos dos grupos: el de los que perdonan
rt o el de los qLre no perdonan. En el segLlnclo grupo se incubarr
F 59
7)
é
a
a
l9s efPías que dañan a su país y a su pueblor prr€s habiéndose
decidido Llna vez a favor de lo .,egati.ro (eI .o p".donar) no I
tienen escrúpulos en volver a hacerlo. é
é
Cantidad de personas que sufrieron
una traición en sus vidas I
é
1- Decisiónafavor é
de lo negativo é
Cantidad de Cantidad de
I
é
Personas que Personas que
perdonan no perdonan
Decisión a favor
a
é
é
de lo negativo
É
Cantidad de personas é
Cantidad de personas
gu€, a pesar de ello, que están dispuestas é
no están dispuestas a a cometer una traición é
corneter Lrna traición
é
Tornando únicarnente en cuenta los subgrupos de la dere- é
cha, la transrnisión televisiva efectuó el si§uiánte resumen: é
Cantidad de personas
at
que sufrieron una é
traición en sus vidas é
é
I é
Cantidad
que estánde personas
dispuestas é
é
a corneter una traición
é
60 é
E
JI
I
JI
a Los elernentos de decisión positiva y de perdón rro vuel-
a ven a aparecer en el resumen. El ser humano es declarado no
responsable de su.s propios actos. Transcribo un artículcr
II
I periodístico
brorna 1o que Fred Huck
deacabo de noviernbre de 1990, que torna en
de exponer.
I
, Caín dio muerte a Abet - Habrá un proceso por homicídio
u
I
(...) y aconteció que estando ellos eÍ, el carnpo, Caín se
II levantó contra su herrnano Abel, y le rnató (Gn 4, 8).
,
u
t Venecia. -En diciembre, se inicia el juicio por el priruter caso de
honticidio de la historia de la humanidad, prornovido pctr el
letrado italiano Dornenico Caponi Scltittar (50).Según oPi-
i
I
Á nión del letrado, Caín, primogénito de en
homicida. Por consiguiente, abogará Adán y Eva,
favor setía un
de sunolibertad.
a
I
EI letrado ha preparado el proceso durante cuatro at1os. Con-
vocará a un tribunal de jurados, confortnado Ttot' ttn juez,
I cuatro jurados, rt17 fiscal y algunos teólogos en calidad de
s
l
peritos.
Schittar confió su estrategia a un reportero inglés. Alegará que
,
a
I Cain procedía de un hogar deshecho. Fue Eva, slt ntadre, quien
con su debilidad de carácter generó el pecado origit'ral. Caín se
crió, pues, er7 un jardín paradisíaco que Pronto dejó de serlo. A
II esto se sumaría otro que 1o exfune de responsabilidad por
tI sus actos, y es que habíabebido
motivo durante Ia fiesta del sacrificio.
t Un punto irnportante de la defensa radica en dernostrar que el
t
I
d esencadenante del crimen fue el clirna inestable que irnperaba
al rnornento del asesinato. Abel, que eranóntade, no encontraba
J
I
praderas de pastoreo pat'a su rebaño de ovejas y debió trasladarse
J
I
a la tierra cultivada del carnpesino Caín. El letrado opina qLte
fue una provocación.
J
I
I
/ 67
it
a
J
;
EI artÍculo, redactado en tono jocoso, refleja la mentalidad ¿
"sclbre los espías" tan característica de nuestro tiempo. El
pobre Caín se transforrna ,en hornicida Por proceder de Lrn I
hogar actos puesyesnoLlnesbebedor
por susdestruido, capaz de asurnir
y, por responsabilidades
añadidtlra, víctirna de ¿
fluctuaciones clirnáticas y revoluciones socioculturales (.. .), é
todo lo cual no rige para Abel. é
¿No deberíamos comenzar Por detenernos en el mensaie é
que nos transmite Abel? ¿Tenenros clara noción de su legado
a la hurnanidad? Abel nos enseña que es posible ser y Perma- é
necer digno, aunqlle se Provenga de un hogar subvertido, nos a
tiente la seducción (en este caso, del vino) y las circunstarrcias
exteriores agraven la situación. Es posible, aunque el rédito
a
rnáselpreciado,
sea elydocumento
sufrirniento que
la muerte. Tal avala nuestra
posibilidad dignidad
es nuestro
humana. Tanto Abel como Caín fueron "ab-slteltos" Por Dios.
bien Ié
Y esta absolución -el grado de libertad concedido- les perrni- a
tió ser, a Lrno, Lln pacífico pastor de oveias , a otro, un É
fratricid a por propia elección y resPonsabilidad. I§o hoy é
tribunal en la tierra que irtreda absolvernos en rnás de 1o que
Dios 1o hace. §orrros libres o, en palabras de Frankl, la libertad I
no e.s algo qt-re "tengo".y, por ende, puedo perder; "yo soy" a
la libertadlT. I
é
2. El árbol del conocimiento É
El mito del pecado original es, Por así decirlo, el inforrne I
acerca del prirTrer "acto contraptresto al sentido" realizado en a
la Tierra, el relato de la culpabilidad y el destierro de1 ser
hurnano. No obstante, adrnite una lectura esPeranzada, si 1o
I
a
intérpretarnos corrro la saga de un ofrecirniento divino a seres
rnás elevados para que traspongan el umbral hacia 1o
específicamente hurnano.
t
a
Viktor E. Frankl, Psicoanálisis y Existencialismo, Fondo de Cultura Econó-
r7
rnica, Btrenos Aires,/México, 7999. á
62 É
I
J
J
{
Learnos el rnito del pecado original a partir de los argu- {
rnentos rnencionados. ¿Qué sabernos acerca de los protago- (
nistas del relato? Eran indudablernente seres libres, práctica-
rnente los prirneros
rnandarnientos lr "ab-sueltos"
prohibiciones de la
sietnpre Creaciór't, yd que los
se dirigen a aquéllos
qLle tienen poder de decisión. Irladie irnpondría una prohibi- t
é
ción a las piedras ni a los gusanos. "De todo árbol del huerto {
cornerás, rnenos de éste (...)" equivale a decir: "Podéis tornar é
vuestras decisiones (librernente), pero (con igual libertad)
debéis decidiros de tal o cual rnanera (...)". ¿
é
Libertad deelección é
(hay posibilidades de elección)
¿
¿
I
t
Reconocirniento de sentid o
C
(entre las posibilidádes de elección se reconocen ú
las que tienen sentido) C
é
é
seguir permitiócomo
Esto lez¡ioiendo escoger, particulármente
animal (permanecer elegir si deseabaa
en el Paraíso)
proseguir su desarrollo humano (comer del drbot del conoci_
miento). La posibilidad de elegir conllezta también la de cargar
con las consecLtencias de tal elecciónrpu€s el reconocimientá de
sentido y el desarrollo de la persona que dicho reconocimiento
trae consigo sólo pueden obtenerse al precio de la pérdida de la
inocencia (animal) y la adquisición del conocimiento (poco
" edificante) de la propia muerte.
Profundicernos un poco en el análisis:
Los seres "liberados" en aqaellos tiempos remotos carecían aún
de pautas de orientación (del "órgano del sentido,, conciencia,
AÉ,
J
¿
conlo lo llama Frankl), a excepción de uno: eI espíritu que les ¿
había sido insuflade, el espíritu a imagerl y semeianza de otro
espíritu, imposible de ,concebir. Desde un principio, sintieron ¿
I
atracción por el como
interior ("seréis arquetipo, cuyaDer¡izsa
dioses"). ahí imagen
que estaslleztaban en su
criaturas,las ¿
¿
primeras en condiciones de elegir, escogieran proseguir su
desarrollo huntano y alcanzar un peldaño del ser más eleaado
(comieron la ntanzana, con la esperanza, acaso inconsciente y é
errada, de que bastaba dejar de ser un animal para semeiarse a
t
Dios)? é
Lo que siguió fue la consecuencia ineaitable de lo anterior.
Cuando a la libertad de elección que ya Poseían se agregó el é
reconocimiento de sentido (-se agudizó la aoz de la concien-
se hizo sentir sobre sus {
cia), el peso
espaldas al igual la responsabilidad
de que el de la culpa, Ltna culpa que no sólo recaía ¿
sobre ellos sino sobre sus descendientes (:culpa hereditaria),
pues desde ese mismo instante podían y pueden decidirse en t
contra del sentido. Podríamos decir, que Caín fue el primero en É
hacer la prueba . é
Ahorabien, no sólo se los desterró del " Paraíso de la inocencia" ,
sino del " Pgraíso del desconocimiento" . Al desarrollarse el ser
humano, llegó el conocimiento de la muerte y de la transitorie-
t
é
dad ("el día que de él comieres morirás"). Esto supuso otra
carga más sobre las espaldas de los " expulsados": la carga de é
definir el sentido de la aida y aceptarla a la luz deque, su finitud. é
La importancia de esto se manifiesta en el hecho de en todas
é
partes del mundo,los primeros " signos de humanidad" son las
tumbas arqueológicas, un indicio de qlte, desde un principio, é
el ser humano sufrió una intensa confrontación espiritual con
la muerte.
I
é
. Concluyo mi interpretación no tradicional con la siguiente é
síntesis: é
nos hemos auelto seres
hutnanos
Comimos delno solamente libres, sino responsables. Dios nos
árbol del conocimiento; éé
ofreció esta opción -no sin adoertencias- y nosotros la escogi-
mos. Debemos cargart pües, con lo grandioso y lo abismal que é
é
6
.l
¿
¿
deterrninado- En rigor, el prirnero r:ro es una forrna de voli-
ción, aunque rnuchos pacientes que se sorneten a psicoterapia ¿
lo consid.eren así, 1o cual lleva a extrañas confusiones y ¿
rnalentendidos en sug vidas. Mencionaré cuatro de estas
frecuentes variantes de la volición que no es tal:
VARIA]VTE I
1
é
t
é
fines
b) de carrera
Hacer sernana, etcétera.-a diario hasta altas horas de
y estudiar
la noche, planificar los fines de sennana, etcétera.
68
¿
¿
¿
fiel a su elección. Es posible que subsista el deseo por aquello que
ha rechazado, pero no habrá quejas ni envidias Permanentes ¿
corno sucede" Con el ingeniero de la historia. Explicarle sus ¿
motivos recónditos para qüe entienda lo que realrnente desea
podría ser objeto de una sesión de teraPia. /
é
VARIANTE III {
{
LIn estudiante de escuela secundaria se enamora de unt é
compañera. Quiere estar con ellae "mayor tiempo posible. El
padre de la muchacha teme que desiúide gus estudios y prohíbe t
la relación. Furioso, el estudiante deserta 8e la escuela y I
J
mente y destruye
Si hubiese su propia
concluido el ciclocarrera ebcolar.se hubiese recibido,
secundario':,y é
procurando progresar y manteniéndosefiel a su amiga, sLt amor *
de juoentud habría tenido por lo menos una oportunidad de
plasmarse en el futuro. *
*
El anteriqr parece tln m.odelo neurótico extraído de Lln é
texto. El neuróti-co agudiza las situaciones. IrIo es la persona
que se juega por Ltna realidad rnejor, sino que se queja y, é
sintiéndose víctirna de una realidad adversa, la ernPeora
(recordernos el caso de Celia).'Cuando se le hace notar esto,
t
con
puedofrecuencia responde lacónicarnente:
carnbiarlo". ¡Menuda alegría Para
"Lo
sus sé, Pero noy
allegados
acofirpañantes Supone eI fin de todos sr.s esfuerzos
t/
ú
¿
¿
¿
soÍretirniento pero tarnbién sin cáIculo. En la gran rnayoría de ¿
los diálogos de asesoramiento es preciso recalcar esto.
Para volver al punto de,partida: no pretendo cuestionar en ¿
la vidaalguno
modo el lugar
hurnana. no se encuentraque
Pero preponderante el punto
en ocupa la volición
d e partida
en ¿
¿
del despertar ala libertad. El punto de partida lo constituyen
el deseo blando y rnullido, la búsqueda de orientación, la ¿
prueba y el error, la lucha con 1o que conocemos y lo que aún ¿
no encontrarnos. De este ernbrollo de ernociones y cogniciones
surge finalmente algo especÍficamente hurnano: la volición. ¿
Por sus efectos se verá si ha sido auténtico, si ha sido bueno. ¿
La volición, pues, no es principio pero tarnpoco es fin. Se ¿
encuentra a rnitad de carnino en eI proceso de una persona,
¿
problerna de la vinculada
estrecharnente a lo
orientación- y aque le precede
lo que -esresultado
le sigue -el decir, el ¿
concreto-. Es curioso observar que algo tan firrnernente ¿
arnarrado a los dos extrernos pueda ser tan ajetreado corno Ia
volición del ser hurnano. ¿
Para concluir, dirernos que hty presentirnientos reales, ¿
ilurninacione.s (=e1 "segrrnd o rostro") en las cuales se nos
rnanifiesta algo que sucederá en el futuro. ¿Córno se
cornpatlbllízan con nuestra facultad de querer y de poder?
La contradicción no es rnás que aparente. Los presenti-
I
¿
hurnano.
rnientos son
Dad.o que 'ddeebernos
atisbos una dirnensión qr" no
suponer que la dirnensión
es del ser é
suprahlrrnana transcurre rnás allá del continuo espacio-tiern- {
po, 1o que reposa en ella -que solernos llarnar lo "eterno"- rto
puede durar eternarnente. Más attn, no puede transcurrir en
forrna ternporal alguna. Debe existir de rnanera internporal,
vale decir, sirnultánea. Internporalidad, es sinónirno de s.imul-
?
é
¿
taneidad, sin "arttes", sin "después". ¿
En tal dirnensión suprahurnanat que no podernos vislurn- ¿
brar, todo 1o que se articula en térrninos de pasado, presente
futuro en nuestra experiencia espacio-ternporal, está, estu- ¿
yvo siernpre y estará yuxtaprresto. (Tarnpoco nuestro lenguaje ¿
pued.e expresar lo internporal). Al suprirnir el continuo tern-
poral seiía, pues, posible ver lo que se encuentra yuxtapuesto ¿
72 1a
.J
7)
=
4
I
á
I
J
-
i
t
J
l
á
I
-
J Muchas veces se habla del poder curativo de la lectura.
J
I
á
J texto corno si fuese un remedio, la
contando con deterrninados
I
J Ludwig Muthls
I
J
I
I
Cuando nos preguntamos por el poder curatiao de la lectura
In
I con otros'destinos, retroceder al propio pasado, aolaer a sí
mismo de la distracción, lograr mayor profundidad, meditar.
Al ir más allá del proceso banal de información, se manifiesta
II el sentido mrís profundo de la cultura de la lectura. Dtficilmen-
te hallaremos una autobiografía donde los libros no sean
protagonistas. Ahorabien, ¿qué tienen de significatizso para las
biografías de los autores? ¿Qué consideran digno de mención?
r' No el haber obtenido datos útiles por medio de los libros, el haber
aumentado su conocimiento profesional o saciado su curiosi-
in
r)
dad superficial, sino el hecho de qlte la lectura pone en
'8 Peter Raab (editor), Heilkraft des Lesetts, Friburgo 1988, Págs.33-34.
fl 75
a
a
é
moaimiento algo en el interior de la mente anquilosada. La
lectura se aincula al proceso que Angelus Silesius pretende é
impulsar cuando expresa: "Amigo, si eres algo no te detengas; é
aoanza de una luz a ot'rA" . .'_:
pág.Kittler/Friedhelm Munzel, Was lese ich, wenn ich traurig bin, Frilburgo,
Ié
re LJdo
'1.984, 11.
20 Peter Raab, Die Heilkraft
des Lesens entdecken, corrrposición en urr periódico
escolar, 1,990-
76 é
¡
¡
T
t,r' apropiado parn hocer perder el miedo a la persona: rniedo a dar
forma a su aida de tnanera independiente; ntiedo a la cida en
general y a la cesación de uida. EI texto deja traslucir la
jperierZ¡, d, que la aicla puede estar coltnada de sentido y ser
s
- plena pese a su intperfección. En tal caso, la lectura se
transforma en el camino que puede lleoarnos o encarar lq ai-
s
I
da con tnayor seriedad y ahínco. Si la lectura supone un
compromiso existencial de parte de una persona, le ofrece la
J;
I
I
oportunidad de iniciar un proceso profundo de maduración
; existencial y trabajar sobre su conciencia. Lleaada adelante en
s
I
forma continuada, esta elaboración le proporcionará serenidad
s
I y sosiego,lo que a su T)ez le hará sentirse reconfortado y mtís
libre.
s
I
Esto es lo decisiao y realmente terapéutico que ofrece Ia lectura
L
I
Desde la Antigüedad, hubo médicos, filósofos y escritores que
- relataron experiencias y reflexionaron sobre el texto literario
como terapia y apoyo; como un instrumento de la psicoterapia
- y la medicina, importante para la preaención, rehabilitación y
curación; como diagnóstico para mejorar la relación con el
- ntédico, los parientes y los amigos; finalmente ¡ como forma de
r'
-
-
ayudar a toda persona a desenz¡olaerse mejor en la enfermedad
y las crisis, en el sufrimiento y la muerte.
Un texto podrd significar distracción u orientación; podrá
serair de modelo o de escartniento; podrá relacionarse con
nuestras aidas o enfermedades o alejarnos de tales situaciones;
estar supeditado a tnetas prácticas o tener un sentido metafí-
sico. Sea como fuere, siempre será, al decir de Kafka, " el hacha
que resqttebraja el mar congelado en nltestro interior".
21 Dietrich r.on Engelhardt, Bibliotlteraptie, en T\\- \er-rrologie Psychiatrie 6,
pags. 447-45O, Karlsruhe, junio de 1.992.
77
I
a
é
Otto Betzzz é
l,a ntaUoría de los cuentos de hadas narran un camino. euien I
desee conocer
descubrir el ntundoElhamundo
lo desconocido. de emprender el canti&
es más grande para
de lo qur
había pensado.,La persona que es cómoda, que teme las áespe-
t, I
é
I
siendo jooen, se encontraba un día recorriendo una ptaya c
é
II
desierta. El imponente espectáculo del mar entbrartecido lo (
indujo a especular acerca de las misteriosas fuerzas que man-
tienen en mooimiento bl uniaerso. Mientras caailaba, oio de
pronto a un pequeño que se hallaba ocupado en aerler agua de
mar en un hoyo con una conclta ntarina. San Agustín se
detuz¡o a contemplarlo durante un rato y luego le preguntó qué
¿
é
hacía. L;a respuesta que obtuao fue tan absurda que le hizo
sonreír: 'lPongo todo el mar en este hoyo". CLtando el sabio ra
alegó que era imposibil"e hacer esto, el niño respondió que era mds {
fácil aerter el agua de todos los mares de laTierra en un pequeño é
hoyo, que lograr que la razón hutnana captase el misterio de la
Creación. é
La enseñ.arrza que brind,a el texto es clara. "Inclínate ante é
el rnisterio",
estrellas", "nodiría viktorcon
disputes E. el
Frank124. "No"noquieras
destino", atrapar
intentes las
escudri- é
{
ñar los carninos de Dios".
Recuerdo a una paciente de 63 años, acosada por terribles {
rniedos. Antes de realizar un viaje cavil aba durante senranas €
enteras qué harígr si enferrnaba en el extranjero. Recordaba {
artículos de periódicos que hablaban de alirnentos poco
higiénicos y venenosos, e irnaginaba con detalle que se encon- e
traría en una habitación rnal aireada de algún hotel, atorrnen- é
tada por cólicos e íncapaz de regresar. Con igual pánico é
reaccionaba ante
acosturnbrados y otrasseactividades
sólo o
hallaba rnedianarnente bien en
acontecirnientos des-
estrecho corsé de la rutina cotidiana del hogar, para disgusto
el é
é
de su esposo, ün jubilado emprendedor.
é
¿Por qué veía siernpre y en todas partes el lado negativo d"e
las cosas? ¿Había sufrido experiencias arnargas que avivaban é
estos ternores? Só1o parcialrnente. Su padre había caído en la é
guerra; con su padrastro no se llevaba bien y lnabía escapaiJo
del internado para refugiarse en casa de una hermana rnayor. é
Segurarnente no había sido el rnejor "preludio" para la "sin- é
2a
Viktor E. Frank I, Logotlrcrapie und. Existenzanalyse, Quintessenz, Munich, é
1.994, pá9. 138. é
80 é
¡t
?
F
F
fr for:.ía" de su proceso personal. Pero luego había vir.ido sin
sobresaltos. Durante 18 años se desempeñó eficazrnente corrro
#4 asistente de laboratorio, y aunque su vida de relaciones fue
carnbiante y no de1 todo satisfactoria, fue desarrollando sr.r
personalidad en forrna continu ada. Finalrnente, contrajo
,_
I rnatrirnonio y aún seguía
térrninos generales, casada.
no }:.abía Podría
rnotivos suficientes gue,que
decirsepara en
-_ adoptase una actitud crónica tan pesirnista frente a la vida.
-11 Sin ernbargo, hubo un elernento irnportante que debirnos
t considerar. La paciente había sido educada en forrna rnuy
4 estricta en el aspecto religioso. Más tarde, se había dejado
llevar por las tendencias rnás bien antirreligiosas de los años
4 60 y 70 y por la rnoda de la "autoruealización". Posteriormen-
4 te, se había alejado de dichas influencias, sin lograr anclar en
una nueva creencia. Pude percibirlo a través del diálogo: "No
,I,11 puedo aceptar
entristece tantadernaldad
que hayaMiles
terriblernente. personas el mundo.
eninocentes Me
sufren
.4
I
y rnueren de harnbre; rnás les hubiese valido no nacer. Todo
I se desrnororla; hry gLrefras y violencia en todas partes; las
4 catástrofes naturales aurnentan y no hty perspectivas de que
4 toda esta rniseria acabe algún día. I§o es posible que haya un
,r)_-
'btlen' Dios que lo tolere sin intervenir. O no existe o está
I enojado y deja que eI rnundo se lance a su perdici ón"
4
.
efFr
fr brías la..id,
pánicodeque sentíau.t,r't, quedel y d¿seDios, y el
imagen
aguardando rnundo
estas sombras cerniesen
sobre su propia vida. Pero carecía de explicación para darle.
Todo 1o que poseía y poseo al respecto es rni confianza. ¿Sería
F posible que se Ia transrnitiera? Busqué el texto de la leyenda
de San Agustín y 1o coloqué sobre la rnesa . " ¿El rnar no entra
en el hoyo de arena?" pregunté en voz baja.
é
#a La paciente no respondió. Algo se agitaba en su interior.
Luego levantó la vista y sonrió. "Pues sí" , dijo, "seguramente
rni entendirniento es corno un pequeño hoyo. I§o hay rnucho
\4
la que quepaque
de cosas é1. Tal
en no entiendo". "Y sacar
vez debería dejar conclusiones",
de cuestionarme acerca
agregué.
f, 81
üFr
(
I
é
La paciente rió. "Tiene raz6n". Luego recuperó la seriedad.
" ¿Pero (.,.) en qué creer entonces?". " ¿Qué le dice su cora- é
zón?". "Todavía sueño con el 'buen'Dios de rni infancia (...)". é
"tJn streño hermoso", condesté espontánearnente. "Consérve-
lo. Suéñelo antes de cada viaje, cada carnbio o cualquier {
suceso que la asuste. ¿Usted dice que procede de la infancia? é
Pues bien, también San Agustín recibió la nueva por boca de
un niño. Lo infantil -no lo pueril- a rnenudo es un sírnbolo de e
lo verdadero, de 1o que no se ha falseado, de lo dirninuto de é
nuestro 'entendirniento de pequeño hoyo' aún sin torcer
(...)".
I
é
La paciente reactivó su sueño y con ayuda de él fue
superando poco a poco sus ternores. I
FIasta aquÍ rne he referido a la capacidad aleccionadora del
texto. Busquemos ahora la prornesa que alberga. Parece decir:
d
"Mira, hry cosas que no te son reveladas porque no las é
é
entenderías. Pero tarde o ternprano se te rnanifestará la causa
por Ia cual no puedes entenderlas, pues te será concedido el
conocirniento de los lírnites de tu entendirniento".
t
é
El que tuerce_ el gesto ante este conocirniento tenga en
crrenta que el eñtendimiento del ser hurnano, corno el del ¿
anirnal, tiene sus límites, pero sólo el prirnero sabe que los é
tiene y cuanto rnás evolucionado sea tanto rnayor será la é
conciencia de eIlo. Los científicos destacados de todos los
tiernpos fueron los que vieron con rnayor claridad los lírnites ¿
del conocirniento
tiene sus Iírnites es, adquirido.
pues, rrn elemento que el entendirniento
Saber específicamente hurna'
é
no. Pero, dLa vez, se hace una concesión rnuy grande a esta é
criatura lirnitada, pues tener conciencia de los lírnites propios é
implica presentir gue hry un rnás allá de este lírnite, pues todo é
Iírnite separa dos "dorninios". No puede haber un lírnite que
no-se asiente entre un "rnás aquí" y un rnás aIIá. Y si este "r,nás é
aquí" contiene nuestro mundo hurnanarrrente aprehensible y é
lamentablemente caótico, su lírnite prornete un más allá de
ordenarnientos y verdades sobrehurnarras que se sustrae a é
nuestra cornprensión
fiadarnente corno algopero puede irnaginarse
"infinitarnente o soñarse
diferente" . con- é
Á
82 Id
-
tl
- La promesa de Ia leyenda estriba en gue, cada vez que
golpearnos duramente contra nuestros lírnites y sentirnos que
a
-
nos invade la desesperanza, nos ilurnina el presentirniento de
este "rr.ás allá del IÍrnite".
-
a
-
2. La oruga (Otto Wiem er)25
a
a No hay posibilidad. Seis metros de asfalto.
Veinte automóailes por minuto.
- Cinco camiones. Un tractor. Un carro tirado por caballos.
J La oruga no sabe de autoruóoiles.
No conoce el ancho del asfalto.
J Nada súe de peatones, de ciclistas ni de motos.
Ia Rudolf
komrnen". OttoenWierner,
Poerna "Chance
Bibliotherapie,
Ed. Bleicher, Stuttgart, 7987.
der por
editado Bárenrar-lpe, überRobert
1a Fundación die Strasse
Bosch zu
en
a
a 83
é
(
J
é
que vislumbra una rneta ansiada en lo rnás profundo de su ser. é
AI visu alizarla anticipa su llegada, lo cual le da fuerzas Para
emprender el viaje. El pogrna establece un paralelisrno entre J
el deseo de la oruga por alcan:.zar eI verd. y el anhelo del ser é
(" él':
hurnano por realizar
"rJno") deberá el sentido
cr:uz,at guiada por Ia de su vida.
intuición, "Ella"
trasponiendo la, {
zcrna de riesgo que es la distracción y la posibilidad del é
fracaso.
Recuerdo a una paciente de dieciséis añosr elJ€ fue dada de
T
alta después de perñranecer ocho tneses en una clínica PSi- é
quiátrica. No había logrado progresos significativos en rela- é
ción a su connportarniento alirnentario. Por el contrario, había é
experirnentado retrocesos: había abandonado la escuela se-
cundariu y perdido a sus arnigas, el vínculo con su rnadre I
había ernpeorado, había suspendido la práctica de sus hobbies
y srl autoestirna estaba en su nivel rnás bajo. LJna de las
prirneras frases que rne dirigió fue: "Nf o tengo rernedio". I
é
¿Dieciséis año.s y ninguna esPeranza Para el futuro? É
No dediqué rnucho tiernpo a averiguar detalles sobre su É
pasado. EI parte rnédico era rnuy preciso al respecto; ocho
lrreses son tierntlo suficiente para reconstmir urta tragedia. é
Prirnero, el horror de una relación triangular y el divorcio de a
los padres; una rnadre sobreexigida Por su profesión y Ia é
soledad de la hija adolebcente. Poco después, Ia rnuchacha
recurre al sucedáneo de la alirnentación, 1o que le provota un ¿
sobrepeso enortne
ros de clase. y las con-secuentes
Para eludir burlas degorda"
el rnote de "chancha sus cornpañe-
se Pone
é
el dedo en la boca después de cada cornida y devuelve. Ya está ¿
en cltrso la bulirnia. Los ayunos extremos alternan con ata- é
ques de glotonería; tiene problernas de circr¡lación; la madre é
se enoja; el padre divorciado se distancia; pierde el año
escolar y parece próxima a sufrir un colapso. Afligidos, stts a
profesores aconsejan que se sorneta a una terapia; el psicólbgo
recornienda una internación; los rnédicos de la clínica le
a
administran sedantes y exigen disciplina; el estado de ánirno a
joven oscila
de alaalgunas
ta entre de
arnenazas suicidio esylalareclusión
Ia depresión rebeldía. sin posibili-
La resptles- aé
dades de salida y el resultado, la apatía total. Ya nada puede
84
a
I
, inl
I
I
(
la prornesa de que llegaría a condición de ser Perseverante y {
valiente. No ñre atrevo a juzgar la rnagnitud de esta prornesa
en toda su envergadura. .Como en el "iuego con las cosas (
supremas" de la poesía, podría ser rnás grande de lo que I
pensarrros. Pues si la oruga
dignidad indeclinable tarnbién lleg ará aaldestino
sirnboliza ser humano en Su
si es atrope- {
llada y mueie. {
é
3. La corriente de aire (Anthony de Mello)26 é
(
El salón estaba repleto, en su mayor parte de señoras no ffiuy é
jóaenes. Asistían a una conferencia sobre una especie de
retigión o secta nueaa. Se puso de pie el conferenciante, uestido é
(
únicamente
del poder delcon un turbantey
espíritu sobre launmateria,
taparrabo. Con
de la efusiónhabló
psique sobre el é
cuerpo.
Todos pendían de sus labios. Finalmente, el orador regresó a su é
asiento. Su oecino se dirigió a él y le preguntó en un susurro: A1
" ¿Realmente cree usted lo que acaba de decir: que el cuerpo no
é
siente nada, que todo ocurre en el espíritu y que la ztoluntad
puede influir conscientemente en éI?". "¡Por supuesto " é
respondió el charlatán con piadosa conoicción, a lo que el ¿
oecino retrucó: " ¿Entonces me haría el faaor de cambiar su
lugar por el mío7 Estoy sentado en medio de la corriente". I
Pese al tono jocoso del texto, la sabiduría qúe contiene no
debe subestimarse. La advertencia es seria: "No te eleves del
I(
suelo. Mantén los pies sobre la tierra. Al elevarte en brazos de
tus sublirnes pensamientos no olvides que la capacidad y el
I
é
esfuerzo dependen de un'instrurnento' del espíritu hurnano que
ptrede negar obedieflcia"Z7. O bien en tono rnás serio: "NIo (
olvides que.eres polvo y al polvo regresarás (...)". El idealisrno é
es bueno, pero es rnejor si no se desliga de un realisrno sensato.
é
26
Anthony
l2l, 271991., 72.Mello,
pág.de Warunt der Vogel singt. Weisheitsgeschichtett, Friburgo é
'J,99O. é
Viktor E. Frankl, E/ hombre doliente, Flerder, Barcelona,
86
I
L
. acrerr
acrerr e , -
ticado como caso border-Iine. Su enfermedad fronteriza con la
esquizofrenia se expresaba en extrañas ideas supersticiosas.
Afirrnaba que debía pagar por los nurnerosos abortos que se
producían en la población haciendo trabajos que no le intere-
saban y regalando objetos pertenecientes a la residencia de
carnpo de sus padres, con quienes vivía. Que debía infligirse
castigos, como la laceración, y renunciar a beber durante
varios días para aplacar los poderes celestiales y apartar el
rnal de1 rnundo.
del paciente No hay ideas
a concebir duda fijas
de que la propensión
incongruentes se enferrniza
surnaba a
una irnagen de Dios que 1o intirnidaba, catapultándolo a un
árnbito sornbrío de pensañrientos distorsionados que lo arne-
nazaban.
Por rni parte, tenía la convicción de que los argurnentos de
nada servirían. No conseguiría nada dándole explicaciones
bien intencionadas para cornbatir las sornbras de un delirio en
ciernes. Me acerqué a los padres del joven, cansados y
resignados después de años de infructuosos intentos por
encontrar
texto de deunMello. "Noqúe
rernedio es aliviase a sudehijo.
el espíritu Les entregué
su hijo el
el que está
confundido", les expliqué. "Podríarnos decir que está senta-
do en la 'corriente de aire'. Sufre de trastornos metabólicos
d"e las neuronas y es fundarnental que se le administre la
adecuada rnedicación. IJna vez que cese la 'corriente de aire'
y se cofirpensen hásta cierto punto las funciones de su orga-
nisrno, podrernos dialogar con él sobre ternas religiosos y
otros". Me respondieron que hasta el rnornento su hijo se
había negado a seguir las prescripciones rnédicas. Por consi-
guiente , eta preciso
consentirniento ni cooperación.
adrninistrarle
Estolosera difíciI, pues pasaba
rnedicarnentos sin su
días enteros sin beber una gota de líquido. pero- la rnadre
solucionó el problern a fi:.ezclando las pastillas fragrnentadas
en la avena que le preparaba para el desayuno.
Dos rneses y rnedio después volví a ver al paciente. Había
cornenzado a trabajar como ayudante en un establecirniento
de horticultura atando coronas, y disfrutaba de la actividad.
Planeaba, inclttso, cultivar coníferas en el jardín d.e la casa de
6/
I
c
carnpo paterna, paÍa confeccionar rarnos y coronas para las é
sepulturas, que se venderían en las festiviáades de fádos los é
santos y Navidad. Lo reafirrné en su propósito. Con alivio
torné nota de que se perrnitía realizar rrn trab ajo agradable sin I
vacilaciones. ';¿Córno encontró el trabajoH eí establecimien- é
to
"esdeque
horticultura?..",_
me guían". I{o l_e
pregunté. ponersonrió
1'Bueno,,,
creí necesario el paciente,
objeciones a esta
é
profesión de fe, pero_por las dudas ins]stí: ,, ¿Lá guían bien?,,. {
Su rostro se ertsornEreció por un instante. "Mientras no é
corneta un pqcado (...)". El rniedo había hecho su aparición, É
Pero el paciente ya no estaba sentado en Ia'corriente de aire,,
Pues los rnedicarnentos habían fortalecido su sisterna nervio- É
so- Estaba en condiciones de hacer frente a sus ternores con é
rnedios espiritüales. " ¿por qué desea saberlo ?,,, retrucó. ,,Me
Parece que la guía es necesaria cuando nos extraviarnos. Si el
II
carnino es recto y sencillo É
Mi cornentario pareció convencerlo. En el
no hace falta ninguna curso d e esta
conducción,,.
intensa evaluación de las diversas forrnas posibles de ver las É
cosas/ cornenzó a elegir para sí una rnás indulgente, rnás É
benigna. Y la.rernató tornanao un váso de lirnonadá conrnigo. É
Pasaron dos rnedio antes de que re expricara al 1r
T."":"-y
paciente la necesidad de tornar regular.r,ente los rnedicarnen-
tos. Al principio se resistió, pero Jo..o no que ría aliesgar su é
nuevo trabajo de acornpañante de chófei de una flárería é
rnayorista, terrninó resignándose ante lo inevitable. Esto le
valió una rnejora sustancial en su calidad de vida. é
El sery hurnano
(Frankl) es "rnultiplicidad a la vez que unidad,,
que lo olvid, ,d conoce aI ser hurnano. Larnen-
ü
"l é
tablernente, en 'srl esfuerzo por ser científica, la psicología
rnoderna tiende 3 dejar de iado lo inrnaterial y éspirituál, É
rnientras los conductores de sectas, sanad.ores, áradores de é
alrñas y charlatanes de toda laya tienden a descuida. el é
elernento fisiológico de la p"."o.r. NIo obstante, la historia
que he referido conllevt ,r-,á profiresa reconfortante: lo valio-
1o condigno se manife staiá, desenrnascarad o por el senti-
":,
do cornún. Todo elemento falso y discordr.,i", co,no la
cháchara
rnisrno al del orador del turbante, finaknente se lleva a sí
absurdo.
88
a
-
J
,
l
4. El puño cerrado (Nossrat Peseschkian)28
t
-
¡ Un mullah desea lleuarle nueces a su esposa, pues le ha
, ¡trometido cocinar fesenjan, una comida que se prepara con
t.
,.
,r
)
I
dice: " AhorA junta los dedos y sácala lentatnente de la aasija" .
He ahí que el mullah retira la mano con toda facilidad de la
, aasija. Pero no estd totalntente satisfecho. "He logrado liberar
)
u
) poseer a toda costa se nos resiste.Hry personas que pasan
gran parte de sus vidas persiguiendo un deseo que nunca
f, 28Nossrat Peseschkian, Der Kauftltanfi rn.t,J ci. ,--F.;:r;{ci, Frarrcfort del Meno,
ff)f)
1985, págs. 58 / 59
89
):r
I
I
I
alcanzan. Las cosas no adrniten que uno pretenda Poseerlas I
por la f:uerza., y tanto menos cuanto más valiosas son. Lo más
herrnoso, 1o rnás amad,o, lo más sublime yace fuera de toda I
factibilidad. I
tosSin
de embargo, misrnas cosas
estas sigilosa,
gracia. Suave, se nos o{recenseenasoman
inesperadarnente morrren-a
nuestras vidas y las envuelven en su brillo. De repente, la a
dicha rnás absoluta penetra un corazót:. desasosegado y 1o a
connpensa por toda su rniseria. I-Jna ola de afecto viene al
encuentro de alguien que sabe que no la m.erece. Lo inasible, J
1o inexigible, 1o irrealizable se presenta sin rnás y anida en é
nuestra rnano abierta y vacía. a
En psicoterapia nos encontrarnos frecuenternente con el
puño áerrado dé la parábo1a de Peseschkian, en lugar de Ia a
Viktor E.con
libera. abierta;
rrrano el aferrarse
Frankl, a las nuecesMilton
PaulWatzlawick, que laErickson
vasija noy éé
otros investigadores que abrieron rurnbos en esta disciplina
hacen una descripción. plástica del fenórneno, que puede I
dernostrarse asirnisrno en experimentos con anirnales. Se É
torna una gallina"harnbrienta y se la introduce en una jaula que
consta de tres vallas de tejido de alambre. Detrás de la valla É
del centro se coloca un platillo con alirnento. La gallina desea a
llegar al alirnento que ve a través del alarnbrado pero se da de é
frente con éste. LJna y otra vez intenta lo misrno. A rnedida
que aurnenta el harnbre intensifica stls esfuerzos: alborota, é
vano, puesylalanza
revolbtea valla picotazos diestra
no cede. Sia no y siniestra.
se auxilia Todomorirá
a la gallina
es en é
de harnbre, aunque bastaría que "se cornportara paradójica- é
rnente" , gitase sobre sí y se alejase del alirnento para poder é
salir de lá jaula, dar la vueltay llegar al platillo sin dificutta- é
des.
é
é
Galtina alirnento é
{
eÍ
0
f
E
grgs - a .. us, ,>s
J
- zonte de conocirnientos mucho más arnplio, se enred.en en Lln
proceso sirnilar, tratando de "pasat con la cabeza Por la
J pared". Por eso la enseñanza.. que el relato deja aI rnullah es
J
I
91
/
)
I
I
I
dirigirse a rní. "ZQué rne aconseja entonces?,,. ,,¿ Qu é sería É
exactarnente lo contrario de 1o que desea?,,. Su respuesta no a
tardó enrllegar. "Que R. encuentre a otra mujer, bonita y sana, a
y yo vuelva a estar sola". "Talvez es esto lo que usted áebería
ofrecerle", sugerí, "po, lo rnenos, dejarlo libre para que I
eventuaknente forrne pareja con otra pprsona, si así lo deseá,,. É
" qr-lé .
¿YMe
invadió
huy dey.,
rní?"profunda cornpasión por la rnujer, pero ¿
que condoliéndorne no le seríá de utilidad. Lo único qr" ;
-sabía
le ayudaría sería dejar de aferrarse. seguí argumentando;i,si É
usted retiene a R. por la fuer za, es qr; ya lo ha perdido. Si
trata de atarlo a usted haciéndole sentirse culpable, r1o hará I
rnás que ahuyentarlo. Por el contrario, nunca perdien- É
"áldra
do si deja sincerarnente que él tome sus decisiones futuras
siguiendo sus verdaderas inclinaciones. En trugar de padecer t
constanternente por el rniedo de que se aleje , logrará desp"_ I
dirse arnistosarnente de é1 o
"No toleraría girnió
ra despedida",reiniciar la paciente. la"¡No
cautarnente ió;,,,,.
relaccrea
respondí. "Usted se paTa sobre sus propios pies. No depende I
¿
de que un hornbre revolotee a su alreáedoi. r" hora d'" q.r. É
torne conciencia de las fuerzas que hry en su interior,,. Con el é
dedo señalé el relato. "La vida presenta gran cantidad d.e
oportunidades que tienen sentido. se las presenta a todos: a É
parejas corno a personas solas, a sanos corno a enferrnos. Las É
nueces crecen por doquier. Pero eso sí: deben sacar la rnano
de la vasija. Si no, será irnposible recogerlas,,. É
I{o sin tristeza rni paciente siguió rni consejo. Hubo una ¿
fase de transición cargada de confusiones, pero finaknente el ¿
amor de R. hacia ella resistió la prueba.
Hasta aquí la enseñanza del relato. En cuanto a su prorne-
I
sa, entraña aún rnás ayuda. LJna persona queda atasáada en ¿
algo- Se esfuerza en vano. Llarn. J"u" .ongé.,eres para que la
socorran. Estos Presencian la escena con interés. S. traia de
I
un rnodelo que todos conocemos (...).y luego llega la prome- ¿
sa: hay alguien que acude en srl ayuda. ¡No lo duáest Álguien I
te salv ará. ¿Quién es? ¿un vecino? ¿un rnago? No imlorta a
bajo qué forrna se presente, É1 está aquí y te
.
su apoyo.
92 fresta é
F
h
fl-I
t
5. Los almohadones de seda
5I (Nossrat Peseschkian)2e
a
5¡ Un califa yacía moribundo sobre sus cojines de seda. Los
tr médicos de su país lo rodeaban, coincidiendo en que una sola
cosa podría sanarlo: la catnisa de un hotnbre feliz, QUe debía
a
;r
tengo catnisa", respondió el pastor.
t
1
Los emisarios regresaron a la corte y transmitieron al califa el
mensaje de que el único hombre que habían
i poseía camisa, pues era sumamente feliz pobre. Esto dio
encontrado no
que pensar
I
t
t
al califu. Durante tres días y tres noches se retiró a un reducto
solitario. Al cuarto día, hizo repartir sus almohqdones de seda
t¡
tl
tf
93
;
I
Por contraste, el califa yace rnoribundo sobre sus aknohado-
?
nes de seda. No le sirven de nada, corrro tarnpoco sus piedras /
preciosas ni sus subordinados. La revitalización sólo es posible /
si brota del interior. Y en este caso se prodrrce. ¿Córno? De la /
rnejor manera posible, es decir, siguiendo los pasos necesarios:
reflexionando, buscando la soledad y la quietud, echando de sí /
Tengoinútil,
el lastre realizando
presente un acto de
a una paciente de 35
arnor.
años, rnadre de cuatro /
?
niños. Hacia más de un año que había escaPado de la "cárcel
del rnatrirnonio" . Había abandonado a su esPoso y a sus hijos (
y había ido a vivir a los Estados lJnidos con un profesor I,
nortearnericano. I\Tunca antes, durante slr " apagada" existen-
cia,.había sabido lo que era vivir un arrlor corno aquél (between ?
us is a good chemistry -t uy tlna buena química entie nosotros), ;
ni había conocido jarnás el bienestar rnaterial que él le ofrecía. ;
El profesor la rnirnaba,le regalaba roPas y viajes y la liberaba
dornésticas. Sin ernbargo, ella se sentía cada vez ;
de lastriste.
rnás Había dejado de entenderse a sí rnisrria y al rnundo
tareas
, por prescripción rnédica, corner.r zó a ingerir antidepresivos.
Estaba convencida de que había sufrido tanto que sus heridas
r?
espirituales aún no habían cicatrizado. En realidad parecían
agravarse en lugar de sanar.
?
El profesor no sabía qué hacer y echó rnano al últirno ?
recltrso que se le vino a la rnente: reservó pasajes Para un viaje ;
que eñrprenderían juntos a Europa. Pensó que acaso tuviera
nostalgias y le hiciese falta ver lugares y oír acentos que le
?
erarr farniliares. Corno vivo cerca del lugar de donde procedía ?
la y su depresión
pacientedecidió se había al ver en
agudizado lugar de ;
atenuarse, consultarme. Me asusté la alta
de antidepresivos que le habían Prescripto y lrre Pregunté si
dosis ?
el fondo del problerna no sería totalrnente diferente al su- ?
pr.resto. Mis sospechas se acentuaron cuando Pregunté a la
rnujer: "¿Tiene noticias de sr.s hijos; sabe córno les va?". EIla
?
estalló en llanto. Sus sollozos parecían no querer acabar ;
nunca. Era irnposible continuar el diálogo. Le alcancé el relato /
de Peseschkian y le recornendé gü€, al igual que el califa, se
retirara durante tres días y tres noches a rneditat, y al cuarto I
día
94
rne hiciera saber el resultado de sus reflexiones.
?
=
+
f,-
f
I Efectivarnente, la mujer concurrió al cuarto día a rni con-
IT sultorio junlo .o_r', el profesor. Estaba ojerosa pero t.".,qriü.
I
r "He decidido volver con mis hijos,,, dijo. ,,Tieien entre cinco
IT )- once años y necesitan a su madre. Mi esposo no está en
I
s
I condiciones de educarlos solo, y la ayuda qr. consigue no
l-rro\¡ee rnás que el cuidado rnínimo. siento que sus apnas
I
^arnor.
sJ' sufren".
11er'ó Miró alpero
al paraíso, profesor con
yo rne ojos
enferm llenos
é. ,,Él;; a
de dispuesto
ÉL estaría
que me llevase a los niños conrnigo, pero el divorció signifi-
caría ,na confrontación con mj espoio r nivel judicial*y .,o
s ceseo causar rnás dolor y soledad á los niño". ño, entregaré
;r Lcs 'aknohadones de seda' (...)". El profesor rozó su rnano con
la suya. "No olvides, siempre tend.á" .. rní a un buen amigo,,,
n rnlrrmuró en inglés y se puso de pie. ,,¿Tend,rá que continuar
s con los rernedios?-l mg preguntóanter a. aespáairse. sugerí
que fuera suspendiéndolos poco a poco y regresase en tres
; *iemanas.
) Pasado este período -er profesor ya hab ía regresado a su
I país de origen-, suspendirnos los ántidepresiios. pese al
cesorden desco.rnunal que encontró en su casa y a nurnerosos
a problemas escolares que la irnpactaron con d:uráza, rni pacien-
s te sonreía. "Los niños están rnuy felices porque he vuelio,,, rne
dijo, "y rr..i esposo está de acuárdo en que consulter¡os a un
rl consejero rnatrirnonial. Todos ñre extrañaron rnucho,,. ,,
f usted no extraña nada?", pregunté. Afirrnó con la cabeia, ¿y
Il p€ro luego de un mornento ra sacudió. "No,,, dijo, ,,los
-
alrnohadones de seda no son para rní (. ..),,.
II,r cQué prornete esta historia? Nada rnenos que el hecho de
que la felicidad puede encontrarse. saberno" q.r" no puede
rl comprarse, ni producirse, rnenos aún forzarsu, .ó.rro lo ilustra
la vasija llena de nueces. Se nos ofrece en un ,,golpe de
rr fortuna"- Pero en su expresión rnás sutil tarnbién es ,,hallab le,, .
t ¿Dónde? En el espacio cotidiano que nos fue asignado y que
ocupamos con constancia y sencille z, afirrnando con ,í"r" y
rf cantos, "sin carnisa" (= incondicionafunente), aquello para lá
rr que hemos sido llamados.
a
)
95
)
J
I
I
6. La camarera (Anthony de Mello)So I
Una familia oa a un restaurante y se sienta a almorzar. La é
camarera tonta el pedido a los adultos y luego se auelae hacia é
el niño de siete afios: " ¿Qué quieres comer? " , le pregunta. El é
ría comer
niño un 'hot dog"'a .suAntes
mira tímidamente alrededor la camarera
y responde:
de que "Me atine
gusta-a é
anotar el pedido,la madre tercia: " ¡Nada de 'hot dog' Tráigale é
un bistec con puré de papas y zanahorias". La camarera hace é
que na oye. " ¿Quieres el'hot dog' conketchrp o mostaza? ",le
pregunta al niño. "Con ketchup". "ErL seguida te lo traigo", é
responde y se dirige a la cocina. é
Los adultos callan anonadados. El niño los mira y dice: é
" ¿Saben una cosa? ¡Ella piensa que realÍnente existo ".
é
El texto rros enseña algo fundarnental. La actitud del
individuo
sociedad política,
es decisiva: err la sociedad hurnana, en Ia
siernpreprofesional o religiosa y natr-ralrnente en la
é
r
farnilia. Todo lo que fluye del individuo es producto de su é
decisión personal, y de ningún rnodo la consecuencia o reac-
cién autornática frente'a lo que afluye a é1 del rnedio que 1o É
rodea. Por cierto, todo lo qr.re sucede atraviesa una zona de su ¿
espiritualidad, libertad y responsabilidad y se enriquece con É
el ingrediente personal que le añade. Es, pues, el individuo
quien, con su actitud responsable o frívola, logra o rnalogra I
srls cornetidos; logra o rnalogra el progreso de 1o hurnano en é
el rnundo.
Si definirnos la educación
-concepto que no
'sería corno un cornetido hurnanitario
en absoluto desacertado-, tanto 1o
Ié
bueno corno 1o rnalo dependerá de esta única persona que Ia ¿
transrnite. En el relato precedente, las dos alternativas están
representadas por la rnadre y la éarnarera. Sin pretehder ¿
asignar rnalas intenciones a la rnadre, no hay duda de que su ¿
autoritarisrno y ernpeño err rnantener al hijo bajo su tutela I
irnpiden que éste se convierta en una persona segura de sí y
E
Anthony de Mello, Wer bringt das Pferd zum
30 Weisheitsgeschichten,
Friburgo Í27, 1,991, pá9. 43.
96
fliegen?
t
;
5
-
a
fl desarrolle su "yo". sus sentirnientos aún reflejan Io que
flI
It
reciben: si no se lo torna en serio él tampoco lo hará; si sJ lo
flI Pasa Por alto también él 1o hará. Es posible que la situación se
reYierta con su rnaduraciónespiritiaL, pero iardará tiernpo en
5i l:berarse de su inseguridad.
f,I La camarera toma a su cargo la corrección del cornporta-
f,t, que
miento
datá lugar alfallido.
educativo desarrollo. No asee1la,
Gracias se d,e
trata abre ,^ .ipacio
satisfacér
deseo -aunque el texto pueda interpretarse errónearnente de
un
I
) :al manera-, sino del amplio rr,rrg"., de elección resporlsable
t
I
que se da a la persona en oposición al rnargen estrech^o que da
a
I ia obediencia basada en la elección ajáa. Se trata d e la
cportunidad de ser y llegar a ser uno rnisrno. Al pasar por alto
a
,
el irnpedirnento, la carnarera perrnite que, acaso por prirnera
\-ez, eI niño escuche su propia voz.
)
a
I
sr*r
Me viene a la rnente un paciente, viudo, de 50 años. según
) 'ersión
mujeres. de lasvivióbajo
Prirnero, cosas, siernpre
la férula de Llnadominado
estuvo por las
rnadre dorninan-
a
t
te )- luego bajo la de Lrna esposa de carácter sernejante al de
a aquélla. En su lecho de enferrna seguía haciendo la rnandona.
Quise saber por qué nunca se habíá rebelado. Respondió que
e1 sornetirniento a las rnujeres se había hecho carne en é1. Le
- Pregunté si la rnuerte de su esposa había significado entonces
1a liberación de esta tortura. ;'srp"rficiahñente sí,,, opinó el
a
-
paciente. " ¿Y a nivel rnás profun áo?". Titubeó un rnornento.
"Ni yo rnisrno sé lo que quiero", adrnitió. ,,suerra ridículo,
JJ pero casi preferiría que alguien rrre volviese a irnponer un
a
- esqLrerna fijo. En el trabajo sé lo que debo hacer, pero en casa
lo py.do juntar fuerzas para nada. ¿y para q;é habría de
a hacerlo? Ya no hay nadie que necesit, q.rl hagá algo por é1,,.
Le hice leer eI texto de de Mello y pareció divertirle. ,, iLa
) pinta a rni rnadre de cuerpo entero ", exclarnó. ,,Siempre creía
J tener razón en todo. Nunca podía salirrne con la rirra. Ella
tiene _la_ culpa de que sea tan inseguro y dependien te,, . ,,En
J realidad, rne proponía hablar con ,ét.d sob.e la carna rera,, ,le
f, respondí-, El paciente me rniró desconcertado . ,, zeué carnare-
ra?". "La carnarera de su vida". "rso la entiendá,,. ,,En algún
J
) 97
)
?{
¿1
lugar, en algún rnorrrento, debe haber habido una carnarera en
su vida",Le expliqué. "iHaga rnernoria ¿En qué circunstancia e,
pudo conectarse bien consigo misrno y tornar conciencia de
sus deseos rnás íntirnos?". El paciente no supo responder a rni
a
pregunta. Por consiguiente, di por térrninada la sesión y le {
recon'rendé que reflexionara sobre 1o conversado. {
En la
lrabía seqión siguiente
descubierto rne cornentó,
a la " camateta" y, rr.ás una sonrisaz
con aún: etr€
era de sexo {
é
fernenino. Se trataba de una profesora que había tenido en la
escuela de cornercio. A é1 le desagradaba la rnateria 'Conta- é
bilidad', pero ella no se lo había tornado a rnal. Sólo deseaba é
saber qué le gustaba. En conversaciones personales con ella le
confió que le interesaba el derecho y ella logró que sus padres {
aceptasen de buen grado que su hijo siguiese la carrera de é
asesor fiscal y jurídico. Le debía rnucho a esta persona pero, é
corno sucede a rnenudo, había olvidado la sabiduría de
é
presuÍría de saberlo
aquella antigua todo.no así la actitud de su rnadre quien
profesora, é
"Ahora que la 'carnarera' ha vuelto a su conciencia, le ¿
aconsejo qq. de tanto en tanto dialogue interiorrnente con
elLa", proseguf "Cuando en sll casa siente que cae en la é
pasividad, imagine que ella entra en su habitación y converse {
con'e11a. Es la persona que podrá sacar de su interior 1o que
es auténticarnente suyo: su voluntad, sus deseos, sus rnetas; é
su pasión, srr esperanza, su irnagen del hornbre que usted
desearía ser". El paciente pareci6 cornplacido. "Me atrae la
a
é
idea. Lo intefrtaré", dijo a rnanera de despedida.
El esfuerzo no fue en vano. A los cincuenta años el hombre
cornenzó a "sxistir'realmente", a ser él rnismo. I
{
L
-
F.
tt
antigua profesora, tln buen arnigo. No deberíarnos olvidar los
F cestellos de amor que Ia vida nos depara una y otra vez y
cornplernentan u ofrecen un contrapeso al ámbito farniliar.
E
$- 7 . La isla (Anthony de Mello)31
n
r
, El anciano había pasado la mayor parte de su aida en una isla,
li considerada una de las más bellas del mundo. Ahora, ya
, jubilado, había regresado para establecerse en la ciudad. Al-
It
, guien opinó: "Debió ser maraailloso pasar tantos años en una
¡ isla que es considerada como una de las maraoillas del mltndo".
,
s
L El anciano reflexionó unos instantes y luego dijo: " A decir
aerdad, si hubiese sabido que era tanfamosa me habr{a detenido
, mtís a contemplarla" .
t
, enseñanlza
I no La
ignores las rnaravillas de este rnundo.
que nos proporciona esta historia
Aprécialas en su
es obvia:
u
- inorrrento; no pases delante de ellas con los ojos cerrados; vive
u intensarnente. Agradece tu herrnosa isla, en la que encontras-
te un hálito de bienaventuÍar1.za en medio del rnar embrave-
cido de los irnponderables existenciales. Si reconoces slr
flt belleza después de haber partido será tarde.
tt Me viene al recuerdo rlna religiosa de cincuenta y ocho
tt años, una persona llena de arnarglrra. Había desernpeñado la
f,I docencia durante cerca de treinta años. unas sernanas antes
de jubilarse había sufrido un ataque de apoplejía. Al cabo de
.tt J un año de tratarniento y rehabilitación est aba casi recupera-
.J da. Podía caminar y hablar y sólo conserv aba cierta lentitud
f general. Se había jubilado de la docencia, y le habían ofrecido
Lrna actividad rnás liviana y adecuada en el convento, que
f asurniría apenas se sintiese en condiciones. Tarnbién le habían
f.J
ü
adjudicado un cuarto amplio con vista al jardín, algo que
había deseado desde hacía rnucho tiernpo.
F
¡q
-t
99
Ja
ú
ú
¿Cuál era entonces el problema? En mi profesión se aPren- {
de a escuchar atentarnente. Sin embargo, Por rnás ernpatía y
atención que ponía, no logr aba captar en qué consistía. Opté Ü
por preguntárselo. Por reispuesta recibí una severa adrnoni- ü
ción. " ¿Córno puede preguntarrne eso? ¿Acaso un ataque de
apoplejía no es nada? ¡Toda rni vida está arruinada Ya no soy ü
la que
Me proponen que tienda
era. No sirvo para nada. Ni siquiera
las rnesas, qLte cuide en flores,
estoylas que
la escuela. ú
J
atienda la puerta, (...) ¡es Para desesperar ¿Por qué no Ine
habré rnuerto? Las otras religiosas dicen que tengo buen ü
sernblante, que rne cuide, que rne recuPere (...) ¡esta cháchara ü
corr la que pretenden consolarrne rne Pone los nervios de
punta ¡Y de qué rne sirve esta arnplia habitación, si parezco ú
un rnueble viejo e inútil en un desvánt". ú
Su arrebato de indignación rrre reveló el diagnóstico al ú
instante. La paciente, una rnujer surnarnente enérgica y activa
ú
por naturaleza,
tiernpo hundido
se. sentía
y esto la había exigida
pocoen una "depresión
desde hacía bastante
noógena"32.
La vida había perdido stl sabor Por carecer de desafíos y J
¿
experiencias que Ia pu'siesen a prueba. Es posible que a su
depresión noógena subyaciera una depresión orgánica rníni- J
rna, coñro las ocasionadas por derrarnes cer.ebrales, Pero el u
factor esencial era la frustración espiritual que la ernb argaba
por no poder realizarse y Por sentirse inútil, debido a la a
actividad de convalecencia que se le había asignado. a
Le di a leer la historia de de Mello y nuevarnente fr. i objeto
"Está cornpletarnente errada si se cornPa-
a
rarrne
de con el anci ano" , rne dijo. "Estttve conternplando
críticas.
bien mi isla durante treinta años y aproveché al
ProPone
rnáxirno
muy
los Ié
altibajos de la tarea docente. A pesar de las bruscas transfor-
rnaciones sociales que rnodificaron y dificultaron considera-
I
blernente las condiciones de la enseñanza, fue una época a
herrnosa y fructífera". "Lo sé", resPottdí, "pero no rne refiero a
a esa isla. Me refiero a la isla en la que vive usted ahora. Me a
(
32 Viktor E. Frankl, Teoría y terapia de las neurosis, capítulo 10 "Logoterapia
neurosis noógen-as", FIerder, Barcelona, 1,992.
como terapia eSpecífica de
100 aT
a - se
I r
,Cigaal recordarla: Quizás hubiera tenido que fijarrne rnás en
ü
ella (...)".
ü
u " ¿La isla en Ia que vivo ahora?". La paciente rrre rniró
perpleja. " ¿F's que vivo en alguna isla?". "Sin duda", le
J; aseguré, " está entre las maravillas de este rnundo. Hry
n-rillones de rnujeres que rrlueren antes de llegar a su edad,
B
,
h
,
millones que padecen hambre y no tienen techo sobre sus
I ':abezas y rnillones que nurrca han podido desempeñar una
fl
tl
profesión satisfactoria. Millones de mujeres de rnás de cin-
cuenta años
flu
T
rro sobreviven a unsolas
están y no
ataque de reciben
apoplejÍaayuda;
o, si locientos
hacen, de rniles
deberán
r rvir el resto de sus vidas padeciendo irnpedirnentos o pará-
fl) lisis Para las que no existe ferapia alguna. Su rnaravillosá isla
f,t se encuentra rnuy lejos de la inrnensa cantidad de seres
u sufrientes de su rnisrna edad y sexo que habitan el rnisrno
mrundo que usted y tienen una historia cIínica sirnilar a la
fl sLl\-a. ¡Y no considera usted que sea una isla especial, una isla
I
fl iiena de rnisterios Allí goza de rnovirniento, de protección
I iunto a personas a las que se siente unida y de libértad para
f, encarar nuevos designios de vida. Todavía
¡, do pues hace poco que la habita. En su lugat,yo ha dedicaría
no larne exarnina-
I a explorarla a fondo para descubrir sus aspectos rnás atracti-
f,] vos, sus paisajes rnás vistosos".
II "¿Ptredo llevarrne conrnigo esta historia?,,, preguntó la
u paciente con rlna voz que ya no reflejaba la protesta. "paÍa no
olvidar ni un día que debo detenerrne a conternplar el rnilagro
tI del que soy protagonista". "Con todo gusto", le dije e hice
flI una copia Para que se la llevara. Esto le sirvió a la rnonja para
gu€, en un rincón de su "isla postapoplétic a" , encontrara una
u
- actividad
alrna). que leavino
Se dedicó datosanillo
reunircorno aL dedo
históricos, los quedicho,
con(rnejor al
redactó
Llna crónica detallada de la vida de la orden religiosa ala que
t pertenecía -un trabajo que requería precisión y esfuerzo en el
acopio d e conocirnientos de cultura general y resultó ideal
t Para una directora de escuela jubilad a, ejercitada en la pacien-
cia y llena de energía.
.J
ft
t
101
,
ü
é
L
ñ
t'
f" la cooperación y ,,voluntad
que necesitan
con\¡ersión" delaún rnás de
paciente. Es irnposible alcanzar de
la salud física
T
La
r- psíquica sin colaboración del necesitado en el sentido de
educarse, dorninarse y corregirse a sí misrno.
La hisforia ilustra clararnente esta interacción. Frente al
peligro de que su hijo rrllrera quemado en el incendio, eI padre
L. no se encuentra totalrnente impotente ni es totalmente capaz
,r
i
I
de salvarlo. Puede recibirlo en sus fuertes brazos pero no
sacarlo de la casa en llarnas. El niño debe saltar. Es ia parte
Á irtdelegable que deberá curnplir. Y debe saltar antes de qire su
i
aa En el aspecto emocional,
inirnaginables. hace crecer
En el cognitivo, el los
le venda mieáo
ojos.hasta lírnites
Temblando
y enceguecido, el ser necesitado de,ayuda vacila en cumplir
a las instrucciones y se entrega a su propia ruina atado ae pies
y ñranos. En el relato se palpa indirectamente el rniedo del
J' niño en la referencia a su limitado carnpo visual: no ve rnás
que hurno y llarnas. ¿Quién no evoca, áI ..u. esta irnagen, a
il tantos seres hurnanos sufrientes de todo tipo que ,ro p"i"iben
il rnás que "htl¡no y llarnas" a srl alrededor? É., este preciso
fl momento, -el rnás crítico y delicado- en que la vida Lstá en
) 103
¡r
¿
ú
€
peligro inrninente, la lección que r:Ios transrnite el relato se
funde con un viraje hacia el nivel del rnás allá: "Cuando ya no ¿
veas nada, Alguien te v,erá y con eso basta. Cuando ya no {
afires a nadie, Alguien te arnará y con eso basta. Cuando ya no
creas en nad a, Alguien creerá en ti y cgn eso basta. Salta, a
J
pesar de tu rniedo y tu ceguera; salta a los brazos de la ¿
confian za prirnordial " ¿
t
Recuerdo a una paciente de veintinueve años, inrnersa en ;
Llna crisis de fe. "Yoy a la iglesia", me confió, "y no siento
ninguna resorrancia interior. Es corno si los antigr.ros ritos
Iitúrgicos hubiesen perdido sentido para rní. Salgo entonces ü
y busco el principio energético supreÍto en las copas de los ú
árboles, efl las nubes, en las estrellas (...) V no logro relacio-
narlos con este principio. Energía, f:uerza, explosión prirnor- J
dial (...) todo rn"e parece rnuy abstracto. El anciano con la ?
barba blanca, el Hijo en la cruz rne resultan excesivarnente
hurnanizados,'iya no puedo orar Y 1o necesito. ¿A quién u
edificiosdedeorar?
habría ZQué
piedra; las habría delos
copas de adorar? Laslasiglesias
árboles, nubes,son
estrellas son 1o que son. No veo nada detrás de ellas". "Tal
las ?
ú
vez desearía üsted dialogar con un padre espiritual (...)" L,
sugerí a la paciente, con la intención de derivarla a otra ú
persona. "I\To", dijo, corno resistiénd"ose, "rrris dud,as tienen
un trasfondo psicológico. Provengo del Este. Mientras estuvo t
en pie el cornunisrno, la Iglesia fue rni principal apoyo y sostén ;
en rni resistencia interior contra el rnarxisrno. Ahora que ya no
es necesario resistirse, parece que tarnbién hubiera perdido el
t
;
apoyo
"Sé (...)".
de una pequeña historia que podría servirle". Así ;
cornencé, en rni intento por ayudarle, y le di a leer el relato de {
Suenens. Tocó srls fibras rnás íntirnas. " ¿Cree usted que
J
tárnbién yo debo confiar de algún rnodo? ¿Pero córno .y en {
quién?" . "Para hacerle alguna recomendación concreta nece-
sito saber rnás acerca de usted", respondí y le pedí que me
contara algo de su vida. Era una rnujer inteligente y activa; de
día trabajaba en una oficina y de noche seguía un curso a
distancia para concluir los estudios que había dejado incon-
1,O4
-;JI
J
a clusos. Casi nunca se d.orrnía antes de la rnedianoche, pues
acostumbraba ver r1n poco d.e televisión en la can1a. " ¿F" decir
J qrre su día concluye cuando usted apaga el velador jr. nto a la
t carna?". Asintió. Decidí que juntas elaboraríarnos Llna situa-
ción irnaginaria con fines terapéuticos. Cada vez que apagara
- el velador, se diría a sí misrna: "Ahora oscurezco mi habita-
I ción y Tú ilurninas rni akna". "T1i" haría referencia a 1o
Jt nurninoso e innorninado para 1o cual nos faltan las palabras.
La paciente prornetió que todas las noches pronunciaría
eStas frases antes de dormirse. Y así 1o hizo. Poco a poco sintió
a córno iban penetrando en su interior hasta convertirse en una
sentida plegaria. Ella, que había estado incapacitad a para
J
a orar, se sintió traspasada nLlevarnente por la luz de Su
presencia. FJabía saltado ciegarnente y el Padre la había
J recogido en Sus brazos.
á La prornesa de la historia se vincula a esta verdad: "Ctlan-
do y a n o veas salida alguna, recrlerda que Alguien te estri
Jt uiendo. Con eso basta" .
t
t
J
a
J
á
*t
I
I
It
-
-J
a
I
a
II CEUINOS PARA SALIR DEL MIEDO
JI Lo que importa no es inquirir en
u
a la causa, sino en el objeto
nuestra preocupación de
t
I
,
t
,
:
,
u
t La logoterapia de Viktor E. Frankl torna distancia del " ui"
axiornático" de la psicoterapia tradicional y se asienta en otro
4u
; "j".
f, Lo que deja de lado
I
u
u No parte de rnecanismos psíquicos autornáticos que actúan
sobre la persona enferrnándola y hundiéndola progresiva-
t rnente en la patología, corno con vueltas de tornillo, sin sr-r
I
u participación, conocirniento ni responsabilidad. Supuesta-
4 rnente, tales rnecanismos tendrían una o más causas (traurnas,
II condicionarnientos fallidos,
(neurosis, depresiones, etc.),etc.) y una o entre
situándqse más consecuencias
arnbas como
transformadores autornáticos de una en otra. La logoterapia
ha dejado de lado este concepto de las "bornbas de tiempo
I inconscientes", q.ue hacen tictac en la vida afectiva del enfer-
t ITIO.
f,
II
f
tr)
1,07
llitl
itl
/
/
{
El elernento nuevo que introduce I
Parte de un núcleo sano y transmórbido de la persona (la I
"dirnensión espirituul"), que se expresa una y otra vez espon- I
tánearnente y asurne forrna concreta en la concien ciá, la
búsqueda de sentido, los cuestionarnientos éticos y religio- I
sos, etc. Dos factores específicos se conjugan en este elernen- {
to: lo propiarnente hurnano, que lo disiiñgre de otros seres {
vivos, y lo personal, que lo distingue de los demás seres
hurnanos. é
Con acentuada rniopía pero a Ia vez con la presciencia que ¿
vislurnbra un rnás allá, el elemento propiamente hr*ono pe.rr,it" é
a la persona asornarse por encirna del cerco de lo no-h,mano.
Afuera se extiende el inconrnensurable campo de sentido y de é
valor de la Creación. Los modelos idealás de lo bello, lo é
bueno y lo verdadero se entrelazaÍ-ry cristalizan, constituyén-
dose en indicios
resuelve de un rernoto
lo incomprensible rnundo superior, dondl' se
de este rrt.rnáo. A la rnirad a
é
É
hurnana, ernpero, sólo se ofrece 1o inrnediato, lo que preanuncia É
1o otro corno réalidad "ttansubjetiva" y "ttaniconstructiva,,
en forrna de valores propios, privativos de cada uno. única-
rnente el ser hurnano está capacitado para apreciar, por el é
valor que entrañan en sí rnisrnos, la obia de árte que se nos é
rnanifiesta en la naturaleza-basta observar las rarnilicaciones
de rrn árbol-; la plácida grandeza de una escultura antigua, la É
genialidad de un descubrirniento'científico,la entr*g, d" 11 I
samaritano al prójirno.
Por su parte, el elemento personal relaciona esta rnirada ,,po, é
encirna del cerco" con hechos tangibles de la vida individual {
y torna decisiones de peso para ambos. IrIo obstante, a é
díferencia de Abraham Maslow, viktor E. Frankl no postula
una "rraturaleza buena de la persona a partir de su contextura {
biológi ca" -con la consiguiente autorré alizaciófl, á condición
de que el crecirniento no sufra perturbaciones-, sino ,,la
I
é
libertad de la persona que se desarrolla a partir d e su
contextura esPiritual" --corr la correspondiente responsabili- é
dad,
108
a condición de que el desarrollo sea rrorrrráI-. En lo é
é
a
LL.
\
\ rLlarnado a sino
psíquica, de una
participar convocatoria que barruntarnos,
en la configuración de de un
la vida en libertad,
A
'A tornentando los valores. Quien se niega a responder a é1, se
e s tá retirando " al otro lado de1 cerco " y , al desertar de su
ti
109
t
f
trastornos neurÓticos o psicóticos. Parece ser que en este tímbito I
se está produciendo un fenómeno semejante al que -oemos en
medicina. f'os expertos han con'tenzadi a sorpre'nderse por la
t
gran cantidad de personas sanas que existen', preguntándose I
cómo es po-sible que sigan siéndolo sin ayudá aíguna y que I
recuperen la salud ( ...). É
tJ
reaelando
Estos est-udios,,
que las se extienden
quepersonas a lo largo depermanentemente.
se desarrollon aaríos Años, estdn
(Es decir, que sus posibitidades no se deterntinan en la adoles-
cencia para los próximos setenta años). También se estd J
descubriendo que son of their ol,on deaelopment,,, qLte
-"ftiake_rs
están en condiciones de dar forma a su destino en mayor med'ida é
de lo qy| o algunos conrsiene (...). La fijación ideoíAgiro de la a
inmoailización no sólo reside en la ,obrru de los táapeutas,
sino en los lamentos de nttis de un quincuagenario, qu, aún s
reprocha errores a sus ancianos padres sin tomar conciencia de E
que es él mismo quien se bloquea.
Preguntérnonos córno puede concebirse una psicoterapia E
é
gue, corno la logoterapia, ie ha distanciado de la etiología de É
los traurnas y postula Ln núcleo hurnano sano y transmórbido
en el que destelJa por rnornentos la chispa de libertad y é
reconocirniento de sentido a despecho de ia posibilidad dL é
negación y autobloqueo de la pérsona..¿Dó.ra. y córno se
encauza una- psicoterapia de estas característicr"i Hoy más ?
que nrlnca/ tiene vigencia la respuesta que viktor E. Frankl J
dio a este interrogante en 1.949, -refiriéndose a su d;"k;;;;; ?
Podrá obj.etarse que la logoterapia no es mds que una terapia
sintomiítica o paliatizta, no así causal. En ,rriidod es todá lo ?t
contrario. Voloamos sobre nuestras afirmaciones: la predispo-
sición psicofísica y la situación sociál determinan lá posic'ión ü
natural en que se halla una persona, pero no es lo decisizto. Lo ü
decisitto radica en la pe_rsona espiritu'.a\, en la actitud personal
que adoptafre4te a dicho contexto natural. Cuando se trata de
ú
actitudes, siempre es posible el cambio de actitudes existenciales. ú
La tarea de la logoterapia es centrarse en éstas. Al hacerlo, no
35 viktor E- Frankl,
EI hontbre dolienfe,
t
1L0
F{erder, Barcelona, 1990.
t
é
TT
J apela a las printeras causas, sino a la última cousn del sufri-
a tnienfo. A/o se ocupa de las causas que no son esenciales, es decir
IT de las condigiones, sino de la aerdadera causa, de la causa
II intrínseca del sufrinúento. Ésta reside en la persona det
enfermo, quien adopta determinada actitud frente a tales
-
condiciones, ínternas cotno externas. A esta actitud, que
aall constituye
recurre la última
y apela la logoterapia. y qlepues,
instancia Así, tendrá la palabra
queda decisi-aa,
demostrado
la logoterapia es, en cierto modo,la terapia causal por antono-
que
(
€
{
impulso natural de realizfrrse "Ltl'to mismo" , este "Lnto misnlo"
se entiende en fornta tan deterntinista como el de Ia terapia del (
conlportamiento que, cotno es sabido, Skinner sitúa mds allá de {
la libertad y ta dignidad. La única diferencia radica en que
unos consideran que está determinada desde adentro (desde la
"naturaleza',') y otros desde afuera (desde el "medio", la
I
(
"sociedad") f ...1. El discurso educatiz¡o sólo adquiere una
dimensión pedagógica cuando el ser humano es concebido co?no é
el forjador de su propia historia, que configura su oida y se é
moldea a sí mismo a trazsés de las elecciones y decisiones que é
tonta en las situaciones histórico-existenciales que se le presen-
tan, " jugando" con las posibilidades que ofrece toda situación {
concretA, seA producto de la naturaleza o del mundo en que é
oiae.
(...) La persona sólo es tal en sentido estricto cuando escyibe su é
propiahistoriay no permite que otros sela dictei o (pre)escriban é
( ...) . El concepto pedagógico de autoformación no hace referen-
é
cia a un deoenir natural y pasioo, sino a un proceso permanen- é
te y continuo de autotrascendencia. En el proceso de moldearse,
' el ser humano se trasciende continuamente a sí mismo. é
Al recurrir a los térrninos "atttoforrnación" y " autotrascen- é
dencia", [ue proceden de la nornenclatura logoterapéutica, é
Winfried Bóhrn subraya expresarnente su adhesión al ideario é
de Viktor E. Frankl. ZQué significa esto en la práctica? Que la
logoterapia ha introducido un elemento pedagógico en la é
psicoterapia. Ayuda a las personas a escribir su propia histo- é
ria de vida; a escribirla coñro
sns vidas, o bien a aceptarlas intentolapor
undesde de una
hallar sentido
perspectiva €
sentido que es incondicional. No es casual qup, casuíst ica, é
"r,
Viktor E. Frankl dé prioridad al "diálogo socrático" corno
".r"
é
esquerna argurnentativo. Sócrates, el rnaestro de la antigüe-
daá, tarnbién rnantenía diálogos con sus discípulos 1>ara é
propend er a su forrnación antes que a su curación. Aspiraba é
a que "se forrrrasen" en base a sus propias respuestas, después
é
de que sus preguntas orientadoras sacaban a la superficie las
respuestas adecuadas- Análogarnente, el arte del logoterapeuta
consiste en plantear "preguntas que generen respuestas
I
1,1,2
?IY
L
-
t-
t.
)' contriblryan a que continúe su forrnación y se re-forme,
rnodificando su actitud existencial. Al hacerlo, se parte de una
instancia de la persona que puede reconocer deterrninadas
respuestas corno "coherentes en sí" y no rnerarnente "cohe-
Y. l
rentes para ella o para el terap ertta" , en base a la presciencia
fll
innata que brota de las profundidades inconscientes del
fl,
li
espíritu.
Ilustrarerrros lo dicho aludiendo al terna inagotable de la
f,
l
sLrperación del rniedo.
flI
I
flt Ejemplo I
f,) Una maestra se presenta en nuestro Instituto. Solicita parte de
flt enfermo por padecer accesos de miedo durante las clases. No ha
podido recurrir a la terapeuta que la ha atendido regulartnente
fl durante los últimos cinco Años, pues ésta se halla de aiaje por
tf, la India. Pregunto a la paciente si hay algún motiao puntual
)
que justrfiqw el parte de enfermo y contesta que lo hoy.Lln
f,t grupo de escolares es'trí por emprender un aiaje a Inglaterra. La
f,I paciente es su maestra de Inglés y a la uez encargada de clase,
tI por lo cual deberd acompañarlos. Por tniedo a que pueda ocurrir
alguna desgracia a los niños que estdn bajo su superztisión, hace
4I semanas que casi no duerme, se siente mal desde el momento en
4I que se leaanta y es incapaz de concentrarse.
Me hace saber que desde siempre sufre imaginando situaciones
f,t que significan una amenaza para ella. Por ejemplo, calificar a
f#
fa 113
?{
(
Todo se le presenta en imágenes oíoidas de horror que la €
enauelaen como en una brurua.
"Alo sé si la entiendo bien: ¿usted solicita que Ie extienda un é
parte de enfer?no para eximirse de aiaiar a lnglatgrra (...)?" é
pregunto, para cerciorarme de estar en lo cierto. La paciente
aueloe a asentir. {
eleÁentos que la
acerca del PrOR logoterapia
QUÉ- deja de
de la-angustia lado está la ada,
desproporcion pregunta
dado éé
que al ventilar esta pregunta se caería en esPeculaciones en
tbrno aLa etiologÍa det iit.r.t-r. Esto, a su vez, nos llevaría al é
PORQUÉ, a explicarnos que la paciente es excesivarnente
ternerosa porque vivió esto y aquello, porque tuvo deterrni-
I
é
nados rnoáeloi, hiro rnuchas o Pocas exPeriencia? d"- deterrni-
nado tipo, etc. El PORQUÉ es el elernento cifrado detrás del é
cual "" ""ctnde el d eterrninisrno. Es el códigó en el que é
aparece dictada -no escrita por ella rnisma- Ia historia de vida
dL ,rt, persona. Irüo hry duda de que hallaríarnos suficientes é
explicaáio.r"" a su elnellrosis.
terrnin aría siendo producto
El pobre
del y
azar y los errores individuo
desdichado hurnanos. Ié
Pasernos ahora al elernento nuevo qtle introduce la é
Iogoterapia. La paciente tiene ciertarnente síntornas, Pero es
una person. y-transmórbid a, Y cbmo tal pu_ed e otear, por é
"a^á áe 1o no-hurrrano y asomarse al mundo, rico
encirna del cer.o é
en sentid os y en valores. Corno algo exclusivarnente personal,
se le ha añadir "stl propia" riqueza a la ya a
existente."tl.o*"ndado
Podríarnos decir que se-la invita a participar en la
tarea de la Creación desde el lugar que ocuPa en el rnundo.
I
¿Cuáles son los valores dentro de la esfera de su PefcePción
11,4
aI
I
d
-
I¡
'a
i
'que aprecia particrllarmente? ¿CuáI es el objeto de sll ,,reve_
ar
I
)a
,r de
quenuestros desvelos;
necesitamos si es
si se trata delpreciso
QUÉ ae, nuestro amor y el eUÉ
fuerza suficiente para
rnodificar, para reescribir la historia de nuestras vidas pé"" ,
) nuestras debilidades.
fa La paciente había forrnulado con claridad QUÉ despertaba
sus ternores y Preocupaciones. Eran los escolares, pues ternía
fl que algo pudiese sucederles. ¿Pero era realrnente así? ¿Real-
a rnente se desvelaba por los niños? opte por enfocar el pioble-
rrra a partir de un diálogo socrático.
fa
fl "si entiendo bien,
) tener que aiajar a ¿usted
Inglaterra (...)?"
solicita parte
había sido mipara
de enfermo últinta
no
preguntA, y la paciente había asentido. Continué: "pero
a aunque usted no aiaje, es posible que atgún niño sufra un
a accidente. Aunq,ue usted no esté presenti, puede ser que un
niño, jugueteando, caiga en las aías del subterrtíneo o sea
IT arrollado por un óntnibus en la calle. su ausencia no hará que
t estos sucesos no ocurran. ¿Para qué, entonces, el parte de
lI enfermoT", La paciente reaccionó espontríneamente. "si no
estoy present, ,? será culpa mía. Nadie podrá reprocharme que
r¡ descuidé a los niños (...). porque estaré enferma en casa..,,. sLt
,ra
respuesta
que me entristeció. " ¿Quiere decir que le es indiferente
un niño se accidente o no, siempre que no la áfecte a
,a usted? ". " Sí..," , s€ detuao. "No, eso no. pero no sería pr-oblema
) trtío, ¿tterdad?". "Quiere decir que ro principal es que usted
a q-uede bien parada, no se le pueda repro'char iada y su imagen
docente se mantengainmaculada (...)". pude notalr que alg"o se
) agitaba en el interior de la paciente. "¿Lo principal...? En
I cierto sentido tiene razón aunque, ¡tensándol'o bien', me da un
poco de oergüenla...." .
I
a
) 115
)
a
é
vuelvo a interrumpir el relato para introducir algunos é
cornentarios. sabemos que, si nos centrásen-ros en el poñeuÉ
de las excesivas preocupaciones de la paciente, no haríamos
a
(
Itá" que sacar a l:uz las arcaicas condiiiones de sus temores
habituales. Por el contrario, al preguntarle euÉ preocupa a la a
paciente se revela de inmediatt la causa real de su sufrirnien- a
to que, según
aa
actitudes frenteFrankl,
a las se centra en la
condicior:res persona
intérnas como toma las
que externas.
Tarnbién en este caso se rrranifiesta que la causa real radica en
la persona. La paciente toma una aótitrd frente a sí rnisma y
al mundo que la rodea que no favorece a ninguno de los doJ, a
que no es "sincera". Volveremos sobre esto rnás adelante. El J
ternor que siente- de que algo suceda a sus alurnnos a la postre
no es rnás que ilusorio. En el fondo le son indiferentes. Los
a
valores quá rigen en el mundo no importan más allá del J
elemento positivo o negativo que afecia el bienestar d e la J
paciente
importa y terrnina siendo loesésencial
fundarnentalrnente que tod os su
en esténvida. Lo que
satisfechos
con elll la quierarl, la estirnet .orr,o una rnaestra perfecta. Lo tJ
É
esencial es librarse de estorbos y sentimientos dl culpa. ú
Pero preciLariiente esto la paraliza. El egocentrisrno es urr ú
Proceso que castiga- al que lo sufre. Así com.o la respetuosa
preocupación por el objeto de nuestro arnor nos d; alas y é
fuerzas , la fijación egocéntrica en nuestro propio beneficit ú
nos despoja de la f.,erza y la confian= porql. ét egocentris-
rno rros deja a rn.erced de un interminabie ,,támo. pá nuestro ü
pequeño Yo'1,. que podría sufrir algún ú
lomo posibilidad, está en constante riLsgo de
perjuicio i, al
áestrucción.
Quien hace de sí el centro de todo no encuentra forrna de
rnenos ú
é
a
escaPar al ternor Por sí mismo. Para retomar la rnetáfora de la
paciente, anda a tientas corno en la brurna.
'El hecho de gü€, en estos casos, lo específicamente hurnano )
está- en peligro de perderse fue clararnente expresado por
Herbert Huber, del Instituto Estatal de pedago§i, n""olár e ¿
Investigación de la Educaciór:rz7: ¿
¿
37
Flerbert Fruber, sittlichkeit und sinn, Donauwérth, 1,996, pás. g3/g4. ¿
1L6
J
¿
a
-
JI La integridnd de una persona consiste en no aer el mundo
JI exclusiaanlente desde la perspectioa de su propio interés, sino
en respetar lo que es el otro a partir de la perspectiaa de aqué\.
t
- La persona íntegra no sólo se honra a sí rnisntA, sino al otro o
a lo otro (sea persona o asunto). Si lo entendemos así, la
f,
3
;L
integridad no es mrís que el esfuerzo por hacer justicia al otro.
ut
f, Aristóteles afirma justicia
I demtís rsirtudes. El que en lajusto
hombre estánsecontenidas
no sólo interesa portodas las
sí, sino
por los demds. Es oerdad que siempre estantos interesados por
asuntos y personas ajenas, pero con frecuencia sólo lo estamos
f, en la medida en que nos pueden ser de utilidad. En realidad, en
estos casos no amamos o estimamos al otro sino nuestra aentaja
f,
t
personal. San Agustín se refiere a ello como " amor concu-
fl piscentia€", un amor que en el fondo no es más que egolatría.
t]
)
I parte de láEra
paciente. irnportante que hablásernos sobre esta " otra
realidad":
)
" Aunque , pensríndolo bien, me da un poco de aergüenza ( . . .) " ,
I
)
,r
I
había dicho la paciente. Se había anunciado el elemento sano,
transmórbido de su interior. "Le ruego que me diga con toda
J franqueza qué sería, en sus fantasías, lo peor que pudiera
l
I
{
espaldas y me despidieran con descrédito. Eso sería lo peor". {
" Cotnprendo" , dije. " Ahora le haré una pregunta difícil. {
¿Puede imaginar algo'aún peor, algo que pudiera tenter mds
pero que no la aoergonzaría tanto? ".
J
una chispa apareció en los ojos de la paciente. " ¡por supu€s- {
p?
lugar, al abandonar nuestro Institutoparte
solicitud de enfermo.
lleaaba En su
en su equipaje
118
fl
t
=
L
L una nueafr "prioridad" que le permitió lleuar adelante el aiaje
con entusiasnto. Cuando regresó su terapeutn de la lndia, le
comunicó que ya no le hacía falta la terapia, pues había
ts
1.. conseguido salir de la nebulosa de su egocentrismo.
Sobran ejernplos de casos como el anterior, en que un
"carnbio de actitud existencial priva de sustento" (Frankl)
los viejos rniedos. Para lograr rnayores precisiones, esboza-
a
-
-
mos dos variantes del mencionado.
a
- Ejemplo II
Un hontbre nos relató que su esposa lo sontetía. " Sietnpre hice
a
- lo que ella quería y a cantbio de esto nte entero, hace pocas
setnanas, de que me engaña con otro. Cttando nos casamos hace
- cinco años, tne sentía orgulloso de ella porque era una personct
) segura
Pero al de
pocosí, tiempo
que tenía su profesión
empezó y su
a criticar mi círculo
aspectode amistades.
exteribr: que
) mis trajes estaban pasados de moda, que los zapatos que lleaaba
J eran de plástico, etc.' Acordamos, por lo tanto, que en adelante
) ella elegiría mi ropa y nti corte de pelo. Pero cada oez decidía
nuís cosas en relación a mi persona. Decidía mis pasatiempos,
JI los inoitados que tendríamos y cómo pasaríamos el fin de
J semana. Si no estaba dispuesta a hacer las tareas dontésticas,
) debía hacerlas yo y ni siquiera me lo agradecía. Con el tiempo
fui sintiéndome conlo sifuese su esclaoo. Sin embargo, nltnca
protesté para no perturbar la paz. Pero ya no puedo mtís; no
a
)
)
soporto la humillación que me prodttce su relación
extrantatrimonial.
) I{econor"rrr,t" qlre es muy tentador preguntar por eI POR-
)
QUÉ de esta situación. ¿Por qué soporia rln ñombre las
sucesivas hurnillaciones a las que 1o expone otra persona?
J ZQué figura rnaterna o paterna es subconscientern
subconscienternente
ente res-
ponsable de esta .actitud fallida? ¿Qué experiencias de su
- niñez ternprana crearon el caldo de cultivo donde se expan-
- dieron las raíces masoquistas de su inhibición? Pese a elIo, no
t
J
?)
profundizarernos en estas cuestiones: rnás bien, practicare-
179
a
J
é
rnos la abstinencia logoterapéutica y Preguntarerrros Por el é
QUÉ. ZQué irnporta fundamentalmente al paciente? En forrna
sirnilar a la rnaestra del "ejempto I, rnanifiesta sus intenciones a
con urra cándida falta de sinceridad, al declarat que nunca
protestó para no perturbar la Paz. Debemos hablar, Pues/
a
sobre la paz.
aI
"Defina, por fartor,lo que entiende por'paz"'. "Que no haya
peleas", respondió el paciente sin aacilaciones. " ¿BAsta con
a
eso? ¿Reinalapaz entre las personas simplemente porque no se a
pelean?", inquirí. "Es aerdad,lapaz es más que eso", admitió.
"Parte de la paz es la armonía, la toleranci, y aceptación
a
mutuas. La posibilidad de que cada uno sea él ntismo y rtizsa a Í
su manera" . " Suena muy bien lo que usted dice" , coincidí, a
"pero hay algo que me sorprende. Afuerza de ceder permanen-
me describe. Lo único que logró
a
ternente,
fue
-
que suusted
esposa logró
no lo estoy que
acepte tolere cada aez menos, A que us_ted
oioa cada oez menos a su manera" . " Así es" , sttspiró el hombre,
I
"mi mujer..." , "No" ,lo interrumpí, " estoy hablando de usted'
Eztidentemerute, usted no hizo nada por lograr eso que según su rt
propia definición hubiese traído la paz" - t
El paciente reaccionó con irritación. " ¿Me está haciendo
reproches? ". "LO que deSeO eS que, entre loS doS, encontremOS
t
la raíz de su problema. Deseo reconocer el terreno sobre el que I
pudo crecer el drama conyugal. Volztamos a este punto: a
someterse como un esclaoo no logró traer la paz al hogar. ¿O
no lo ztesuasí?.". El paciente asintió.' Sin"Temíapeyderla.
cambió comportamiento. ¿Por qué?".
embargo, ustedSoyno
tT
una persona insegura y dependiente y no sabría qué hacer'sin I'
-Aquí eñrerge la causa verdadera: QUÉ Preocupa al paciel-
t
te. Que reine la paz entre arnbos no le irnporta un bledo; le
I
preocupa contar con un aPoyo interior. En psic ología, este I
ienórnéno de relación se denornirta "arnbivalencia". Es decir, t
arna a Su esposa por cuanto la necesita (como estímuIo, I
orientación, en talensentido
odia porqueayuda superior a Y,
ella es cotidianas)
sus decisiones é1.dlavez,Ia
Yo había tÉ
1,20
I
s
-l
sa criticarme,
persona tendría
tiene su propio
que modo de aer
hacerle ser ycon
susdelicadeza queycada
preferenciás,
siendo diferentes es posible complementarse muy bien, siempre
que
J' que no se hieranlos aalores del otro" . Mipaciente me miró con,to
,a un alumno que presenta sus deberes al ntaestro. por cierto,los
a habíahecho muy bien. " ¡ Excelente ", le dije. " No hay nada que
agregar. Ponga en priíctica lo que ha escrito". y por poco
a concluyo nuestro didlogo terapéutico con palabras de la Santa
Misa: "Vaya y llezse la paz a su hogar"
) .
aa
p:acientes temblorosos y desaalidos cuya enfermedad estaba mds
aaanzada aoloía a confrontarla con la perspectiaa de su propio
futuro. F ue perdiendo así lo que le restaba de confianza en po'der
aún disfrutar algunos años relatiaatnente gratos.
a
a
Sus teinores sobre el futuro se traducían7n un desasosiego
' profundo. A meinudo se subía a su automóztil t¡ recorría las
calles en todas direcciones, pues la necesidad di concentrarse
' en el tránsito la distraía de su desesperación.
En su casa se
deiaba lleaar por sordas cazsilaciones, no Atendía el tetéfono ni
a
ú
abría la puerta a nadie. Las fases rtotrices agitadas altárnaban
1,22
con otras depresiuas, pero el miedo era constitutioo de ambas.
ai
/
ú
rI
a
a
- Era evidente el PORQUÉ de la paciente. Aun Personas rnás
a fuertes que ella se resistirÍan a cambiar su destino Por eI suyo.
La veje z, la enferrnedad y la soledad no son buenos cornPa-
a ñeros de ruta para nadie. No era necesario un gran esfuerzo
rnental para .b*pt.nder eI PORQUÉ de sus temores- Pero
a faltaba precisar el QUÉ..Qré era 1o que rnás la angustiaba?
ZQue fuera a perder su rnotricidad, su lucidez mental, sü
hogar? Zeué é., 1o peor que podía irnaginar para sí? La
)
a paiiente no atinaba a resPonder a rnis Preguntas, porque ni
óttr 1o sabía. Pero un día, gracias a un sueño que tuvo, se le
hizo la l:uz.
-
La paciente tontó asiento en mi consultorio y comenzó a hablar
a
-
de su sueño. Dijo que no lo había soñado hasta el final porque
lo había interrumpido el despertador y que ella lo había
aa
- lantentado -cosa
sueños-. Pero a curiosa,
éste no pues
podía nltnca
quittírselo daba
de la importancia
mente. "
que terntine de soñarlo aquí", sugerí. Se sorprendió, pues no
a SUS
ProPongo
;
T
I
r
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fl
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II
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IT
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I
-
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a
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I
I Cer"uNos PARA sALIR DE LA ADICcIóN
?
I*
,
La renuncia y la confianza como
puertas hacia la libertad
Ja
ltr
t
I
l
,n
I Cornenzaré rni análisis con dos citas de un opúsculo de
)q
tr
Hans Jürgen Skorna referidas a ]oseph Roth y "La leyenda d.el
.q
) santo bebedor".
)q
T
:
.q
t
Cita I
.q
Roth se pasó la aida htryendo, conlo lo hace el protagonista de
.q
I
t sLt noaela La fuga sín fin, en cuya par.te final pareciera estar
.q
t
describiéndose a sí tnismo:
.q
I
" Eran las cuatro de la tarde del27 de agosto de L926. Un gentío
pululaba en los comercios; las mujeres se hacinaban en los
|q
I
.11 grandes alntacenr,t;
los maniquíes; en los
dialogaban losociosos
salones de confiterías;
en las belleza giraban
en lns
I
fdbricas giraban las ruedas; a orillas del Sena se despiojaban
,Á
I los mendigos; en el bois de Boulogne se besaban las parejas; en
éa los parques los niños daban aueltas y más aueltas en calesita.
a A esta hora mi amigo Tunda, un joaen sano y despierto,
aigoroso y lleno de aptitudes, se encontraba en la plaza de la
a Madeleine., en el centro mismo de la capital, del mundo y no
sabía qué hacer consigo tnismo. Carecía de profesión, de amor,
Á
T
de interés ¡tor nada, de esperanza; no albergaba ambiciones; ni
cita I del
causa
128
es un joven "sano yadictivo.
cornportarniento El "arnigo
despierto, Tunda"
vigoroso dede
y lleno la
s
é
s
=
?
t
¿
trances desagradables
períodos, el adicto deberá soportar la con
relacionados sensación Por
e1las.de largos
futilidad é
é
e inseguridad, corrro la sufren los protagonistas de las citas I
y II, o las rnolestias qt-le acompañan la abstención, corno É
nerviosisrno, sentirnientos de inferioridad, culpa y vergüen-
za, hasta que u6r "buen día" el carnino cornienza a ascender
I
hacia una planicie existencial que ya no conoce de estos ¿
sentirnientos, pues han perdido vigencia. é
Significa que no basta que confíe en el sentido qrre conlle- ú
van los pequeños pasos en dirección a la rneta. Con cada paso
é
que dé
rnitigan lascorroborar
deberá la renuncia
contrariedades a las rnuletas
del rnornento psíouicas
pero postergan ¿
su acercarniento a la rneta d"eseada. "Confiar y renunciar" es é
el secreto primordial que perrnite vencer 1r" adicciones.
Confiar en el sentido á. l" que hacernos y renunciar a é
deshacernos de lo que nos desagrada. Sin b) ni c) no hry é
Ptlente entre a) y d); no hry forrna de rnantenerse en la brrena é
senda; no hay posibilidad de franqllear la puerta para hallar
Llna salida. é
Después de deterrninar 1o que es irnprescindible para logra {
vencer las
rnisrnos factores,
adicciones,
aunque
podernos atrevernos
corr signo afirrnar que los
negativo,a desernpeñan
papel irnportante err el surgir de las adicciones. El que no
un F
p
130 €
J
-
5
J confía en la vida, tanto corno el que no desea renunciar a nada,
t estarán en rnayor peligro de contraer adicciones que otras
a personas. Esta afirmación aparece confirrnada en parte del
a opúsculo publicado en 1988 por el Ministerio de Salud de
Alernania, aunque debemos tener en cuenta que la situación
i actual se ha vuelto aún
rnodernas " drogas disco":
rnás dramática, basta pensar en las
t
fl "El núnlero de adictos oa en aumento. Considerando única-
a mente la (otrora, N. de la Ed.) República Federal de Aleruania,
el núntero de adictos al alcohol, la adicción mds conocida,
t oscila alrededor de L,5 millones. Lo mds alarmante es que la
f, población se inicia en el alcohol a edad cada aez ntás tentprana.
t Los jóaenes de diez u once años con dependencia alcohólica ya
no son la excepción. Es común que la ingestión comience como
t una "prueba
acceso de oalor"alentre
deruasiado fácil bar de miembros
casa o con una pandilla,
de una coca-cola con
cen
ron durante el recreo en el kiosco a la auelta de lA escuela".
t
t "Cornienza corno Llna.prueba de valor (...)". Aqrí se rnani-
tiesta la escasa confian:.za que siente el joven hacia sí misrno,
f, Ios arnigos, los padres y sus advertencias; hacia la vida entera.
5 EI que tiene que demostrar cuánto valor tiene se sentirá todo
rrrenos valiente; en realidad, se siente temeroso e intirnidado.
f, El que tiene "acceso dernasiado fácll al bar d.e casa" rnuestra
t
I
7
dernasiadas oportunidades, pero no deberá hacer uso d e
todas. Tenernos la oportunidad de consurnir en exceso, tarn-
bién la oportunidad de robar y traicionar, pero esto no
- significa que debarnos utilizarlas. Podernos renunciar a ellas.
Nos preguntarnos qué promueve y fortalece eI desarrollo
J
- de una confianza esencial y una actitud de renuncia que tenga
sentido, siend o que estas capacidades son decisivas para
J) vencer y prevenir adicciones. En sr-l acervo teórico , la
t.J.J relacionarse conViktor
logoterapia de E. Frankl tiene respuestas que rnerecen
la problernática de 1as adicciones. Dice Frankl:
ff,
t
131
t
r¡
I
I '%:"*u"
I
?s
fI l-o
t
rt
I¡ Persona
rt
rl
I
II
T
)
a Este es el punto de inflexión decisivo entre la confianza y
- -. :enuncia, que establece llanarnente que si llevamos a efectb
I "-::ia renuncia que tiene sentido, será en aras de algo cuyo
t -. alor es rnás elevado
y confiere sentido a la renuncia, pero Ln
-o que hry que creer. Las personas que no conocen 1os valores,
rI
f no creen
,r-Lle
espiritual en nada
o aPoyo quetienen
psíquico, darles unaen"orientación
puedadificultades reconocer
t -a necesidad de renunciar al placer o a lo que les procura alivio
.n situaciones poco placenteras. En la rnedida en que el
T rrincipio de vida no logra rnadurar, transforrnándo". é^ ,r,
) principio de sentido, queda varado en el principio del placer.
a Uno de los ejemplos rnáq aterradores que confirrnan lo
dicho es una estadística de los países q.r. cofirponían la
J. U.R.S.S., según la cual rnás de 40 rnillones de habitantes (cerca
t de un L6%) padecen de alcoholisrno. LIno de cada seis niños
) rusos nace con
discapacidad una ernbriopatía alcohólica (algún tipo de
pronunciada
por e1 consurno dé alco-
) hol de la rnadre durante el ernbara zo). ¿A qué podernos
) 133
)
J
a
atribuir esta proPensión? No, Por cierto, a las condiciones
a
precarias de vida durante el cornunismo y Poscornunisrno, a
pues la cornparten con mr,rchos países del Mediterráneo corno ú
Crecia y Poitu gal, donde el alcoholisrno no está tan difundi-
do. Suponemos que la represión de la vida
de c.r.átto generaciones y la religión de religiosa a lo largo
autosalvación del a
rnarxisrno irnperante pudieron tener alguna incidencia en eI
estado crítico de salud de la población soviética. Lo que
a
Viktor E. Frankl escribe acerca de la causa primordial de las a
neurosis vale asimism o Para las enfermedades adictivas3s: I
(...) hablarrdo de la causa que origina el modo de ser neurótico a
no es raro coffiprobar que el neurótico presenta una deficiencia: a
se halla reprimida su relación con la trascendencia. Pero la a
trascendencia
de reprimida
su " inconsCiente se manifiesta
trascendente" ComO profundidades
Ltnlas" desasosiego
desde del ;
corazón", Qtt€ en ocasiones llezta a una sintomatología neuró-
tica aparente. En este sentido, puede decirse también que la'
a
yetigiosidad inconsciente, como todo lo inconsciente, puede ser É
patogénica. Es decir, que la religiosidad reprimida puede ser tl
" desáiihatament e r epr imida't .
rt
Al reprirnir la religiosidad, desaparece la confiantza en la a
vida y slr sentido y esto hace qLle la persona sienta menor
disposición a rerrrlnciar a algo cuando debe hacerse. ¿Para qué
a
habría de reinunciar? ú
En Occidente Ia industria, con su ingente aparato publici- I
tgrio, hace 1o posible por fornentar las adicciones legales al
cigarrillo y al alcohot. Ella sabe rnuy bien que Para lograrlo
a
debe descender del plano del sentido al del placer Para a
.colocar sus productos. Los spots publicitarios declarnart: "nle a
Btlsta flrrraÍ" , " el placer es contagioso", " el disfrute rnás ü
prolongad.o", "¡tata auténticos sibaritas", etc., " ¿Pot" qué
renunciat?", Susurran al oído de hornbres y mujeres que Son I
consumidores norfirales. "Torna 1o que desees. IrJosotros te lo
suministrarnos (...)" . F
38 Viktor E- Frankl, La presencia ignorada de Dios, Herder, Barcelona, 1'977. p
;
L34
r
rr
I
I Para concluir analicemos lo que realmente proporciona el
f :cictivo, o bien, qué 1o hace tan seductor pr.á personas con
t =scasa capacidad de renuncia. No se trata más que de una
-'errsación agradable a breve plazo. El placer
I¡
I¡
- = breve duración determina la dependáncia futura
lo hacu d.r.rble
pues,
::srninuye el placer, el adicto áeberá procurarse una nueva
apenasy
T :¡sis Para que la sensación agradable no se torne desagradable.
It Hasta aquí el mecanismo es transparente. Lo sorprendente
=s qlie por rlna sensación agradable pasajera Ia persona
I¡ :apaz de ponerlo todo en juego: su 'salud, sus arnigos,sea
¡t ::--',fesión, su vida (...).En el sexto simposio científico de la
srl
rt 'Central Alemana para Riesgos de Adicción,, en Tutzing, la
*:--1ca teoría sobre adicciones que logró coincidencia gentral
: :':e 1a que exPresa que los adictos siernpre
l¡ - :'- estado particular de vivencias. Deséan tratan
sentir de
algo deter-
alca ¡1zar
::-.-:-rado, aunque poco irnporta que este sentimiento tenga que
: -'=r con la realidad. Cornprobernos la vigencia
de esta ,Tirár-
I .. en 1o que respecta a las dos citas rnencionadas. El ,,arnigo
_ ;:^..j.a"
TT - se siente inútil en.este mundo. Ahora bien, ¿anhe-la
.=:-:rrse rnás irnportante o ser irnportante.para algo?-]oseph
t i' -- :h s e siente inseguro y amena zad,o .' jAnsiaba sentirse
: :-enos inseguró o adquirir rnayor seguridádz
I Como verrlos, no es posible evadir la cuestión de la rneta
: ¡tada de sentido que "traspasa los límites,,. Es, a la vez, la
T
t cuestión
c1es,:.
,aamigo Tunda"
que gira en torno a la aititud fundarnental del adicto,
qyu--o,rrca la diferencia entre vivir y vegetar. si el
lI ansía sentirse menos inútil no-tiená más que
echar rnano al hachís o la cocaína y de inrnediato tendrá una
It s ensación de alivio. Pero si ans-ía ser
rrlenos inútil, deberá
a errlprender una tarea qy" tenga sentido y hacerla suya,
aunque más no sea llevalle la bólsa de cornf.r" a una rnujer
lI con dificultades para carninar "en la plaz, á" la Madeleine,,.
ll Cuando Joseph Roth deseaba sentirse rnenos inseguro debía
lI echar rnano a la botella y de inrnediato recupe.áb, ,,cierta
a segurid ad".debido
dad habría Pero sicomenzrr aá ueuerioryor
po. dejaradquiri.
hubiese querido seguri_
para ahórrar
I el poco dinero que tenía y evitar riesgos para su salud.
,
IJ.]
ll
a
t
a
Desde esta óptica, los adictos son seres que se dan por
satisfechos con algo que no es auténtico, en vez de buscar 1o a
auténtico. No les interesá la realidad rnisrna, sino la forrna en a
en llegade
quelugar a los fondo de.Aeste
ir alsentidos. rnenudo sienterryvergüenza
sentirniento acabar conpero,
é1 a aa
largo plazo, toman alguna rnedida a breve plazo para anular-
lo. En el encuentro del principito con el bebedor, Antoine de I
Saint Exupéry 1o describe con acierto: t
"Bebo", respondió el bebedor con gesto adusto. a
" ¿Por qué bebes? " , le preguntó el principito.
" Para olaidar" , respondió el bebedor.
" jPara olaidar qué cosa? " , le preguntó el principito y sintió a
compasión porque
" Para oloiáar é1.
siento aergüenza" , confesó el bebedor y dejó II
caer la cabeza.
" ¿Por qug te aaergüenz*S? " , preguntó el principito, que J
deseaba ay'udarle.
" ¡Porque bebo ",le replicó el bebedor y se encerró definitioa-
I
inente,en s.u silencio. tl
a
No hry duda rt
cle que el alcohol ayuda a elirninar los I
sentirnientos de vergüenza, pero el que echa rnano a este
reclJrso se aserneja al hornbre que desconecta la alarrna de a
fuego en la casa en llarnas en que se encuentra porque estorba
su tranquilidad. El sentirniento de futilidad, inseguridad y aa
vergüenza; la frustración y desesperación existenciales de
una persona sorr pedidos de auxilio del alrna; son un clarnor a
dirigido al espíritu , a la conciencia de una persorra para que
ernprerrda alguna acción que tenga sentidor pü€s ya no puede a
seguir viviendo de espaldas a la realidad. Bienaventurado a
aquél que no "desconect a" artificialrnente este llarnado, sino
que 1o soporta coR todo lo que tiene de poco placentero.
a
Bienaventurado el que renuncia a engañarse a sí rnisrno a
buscando sensaciones
señales que parten delrnás
núcleo interno yy prefiere
agradables, saludableesclrchar las
de su ser;
señales que en "frecuencia trascendente" transrniten el rnen-
a
saje: "No irnporta que 1o que hagarnos nos proporcione una a
1,36
a
T
Di cornienzo
adicciones con dosacitas
rni de
análisis de la Skorna
Hans Jürgen problernática de las
y las concluyo
con un poerna del mismo autor:
ESPERANZA
-dedicado a un alcohólico-
aun desde las ruinas
de tu padecimiento
lo mejor de tu Yo
te enaía señales
para un nueao comienzo
cáptalas.
737
Interpretación
de una logoterapéutica
canción
a
é
Para llévar una vida con sentido es preciso estar atento al J
rnanejo cuidadoso del tiernpo, de los 6ienes, de las fi.rerzas é
propias, de las posibilidades. euien no sabe "adrninistrarse,,
y concentrarse en Io esencial se dispersa y se malogra. La t
Para
a la que
rnujercriar hicirnos mención s'e tornó el iiempo suf-iciente
a su hijo. Invirtió sus escasos recursos en una
herrnosa vivienda. Mostró perseverancia y cornpasión al aJ
acomPañar a su vecina en el duelo. TJtilizó sensatarnente las ú
posibilidades que se le presentaban. J
Por diversas que sean las condiciones de las que parte cada ú
l.o, hry algo que es igual para todos: el día tiene veinticuatro ú
horas. Lo apasionante es bbs"r..ar el uso que de ellas hace
cada persona-. " o" que nunca tienen tieri-rpo son los que é
rnenos hacen", observaba con perspicacia Geórg ú
Christoph.Lichtenberg
tiernpo enlos
se le escurra entre dedosxvIII.
el siglo "El"i que
deja u".rpár "".ritor
ladeja qru .l
vidaLntre é
los ded os" , sostiene victor Hugo. Hry algo Ln estos dichos.
Los que no saben utilizar bieñ su tilrnpL suelen ser poco
a
confiables y Poco puntuales; son inquietoi y nerviosos, lllnos é
de presiones internas y "rr.ala conciencia". Afirrnan sin cesar é
" qlrá no les alcLn2h el iiempo pero, si se los observa bien, se
verá que no se mueven del lugar. é
¿A qué se debe esto? A que el buen manejo del tiernpo é
Presupone un orden en los valores, presupone que tengarnos *
conciencia del "pata q:ué"
y d. las prioridades de la hora.
en cada
¿para de nuestraJvidas
qué vivirnos?
rnórnenio ¿eué tiene é
irnportancia fundarnental, qué tiene importancia secund aria? *
ZQué perderernos irrernisiblernente si ló pasarnos por alto en
-mujer é
un rnornento deterrninado? ¿Hubiese podido la del
relato criar a su hijo una década más tarhe? ¿Hubiese podido é
ayudar a su arnigo a instalar su hogar después de ,i.r"rte? é
¿Hubiese podido consolar a su arniga..., ,ho después? ", I{o. La
frase de Goethe: "Comparado .o.r. la capacidad de ordenar I
con sentidé la tarea de un solo d.ía, todo lb aernás es un juego
de niños" puede aplicarse n"o sólo' ar d.ía, sino a la ,"r.r'rrr,"rl
J
rnes a la entera.
' y vida I
Tarnbién tiene vigencia con respeeto a otras situaciones. El
que no se torna el tiernpo suficiente para finalizar las cosas, a
'142
a
Á
J
L .-.-------
a 713
t
a
-
- rará no pedirle
necesita recurrir más
a é1. favores y se
El marido dará por satisfecha
lo percibirá, aunque nada si no
se
diga al respecto, y la herida de su supuesta inferioridad no
a
- podrá cicatrizar.
Para no ser u_n castigo para los dernás es necesario tener
J suficiente estabilidad psíquica. Así corrro no es posible arnar
realrnente al Próiirno si uno no se arna a sí rnisrrro, es fácil hacer
a
- sufrir al prójirno si uno sufre. Esto vale en particular para
a rnodelos de cornportarniento neurótico. Escogerrlos dos, que
a rnenlrdo llevan a cornplicaciones insolubles en las relacio.."
- humanas.
,
a Modelo I:
Procedimiento hístéríco para la solución de problemas
a 1 ) Por principio, X (eI hornbre con trastornos neuróticos)
no resLlelve ningún problerna por sí rnisrno (No hare-
a
-
rnos referencia a la causa qlre 1o rnotiva, debido a la
a cornplejidad del asunto, que siernpre incluye un factor
de rniedo exagerado).
a
-
2) Xsolución
consigue queé1.algún
para allegadoque
Los rnedios busque y enclrentre
emplea para ello una
son
,l diversas variantes de presiones directas e indirectas,
tales corno señales de d.esarnparo, larnerrtos, denegacio-
a nes, síntomas de enferrnedad, depresiones,.arnenazas
a de suicidio.
,a 3) "Todo es corno debe ser" una vez que el arlegado ha
solucionado el problerna de X. Desde el punto á" vista
al de X, todo anduvo bien. Si el allegado no soluciona el
,t problerna en forrna satisfactoria, la culpa recaerá sobre
é1.
,a
a Tarnbién esto "es corno debe ser" desde la óptica de
X, pues:
4) Los sentirnientos de culpa que se despiertan en el
) allegado (incrernentados por 1os reproches y la osten-
a 145
)
J
é
tosa desesperación de X) lo llevarán a buscar nuevas ú
soluciones. é
é
NoLas
debeventajas de tal
esforzarse porcomportarniento
solucionar sus para X son evidentes.
problernas, 1o cual es ú
surnarrrente córnodo. Nunca tiene la culpa si fracasa en sus ¿
intentos Por resolver Lrna dificult ad y así se libera de respon-
ú
sabilidades. Por otra parte, dornina ál ot.o rnanipulándoio, lo
que le depara un secreto' placer.
Este cornportarniento tiene t pot cierto, sus desventajas. X
t
ú
debe presionar constanternente a los que lo rodean y cada vez
se hunde rnás en su papel de persona desarnp arada, depresiva ú
y cansada de la vida. Se vuelve rnás y rnás dependiente del é
Terrnina e incapaz
allegado por detestardeal resolver no puedepó.
problernas
otro porque su cuenta.
prescindir de é
é1 y se odia a sí rnisrno por su irnpotencia absoluta. É
Lo que este círculo irnplica para el allegado -sea padre, ú
esposa, herrnano o hija- no es difícil de irnaginar. Debe é
hacerlo todo en lugar de x, se siente sobreexigido, no se
atreve a "dejar eJr la estac ada" a X por el ternor (justificado) é
a que no sobreviva y, por añadidlJra, se le retribuye con odio. é
ú
Modelo II:
La ínsegurídad como couso de los problemas
1) X no se forrna una opinión propia de las cosas ni de las
C
ú
3)
X
influencia
prometede B. No
bajo influencia de A, deja
se cornprornete conde curnplirlo por
nada.
X es proclive a aceptar juicios gu€, a ojos vistas, son Jé
erróneos. Se lo puede convencer, por ejernplo, de que é
146 É
é
+
-
J 1lr1 colaborador eficiente es perezoso e inepto. X está
JI dispuesto a creerlo sin más, a hacerse eco de Io que dice
s el otro y a divulgarlo a los cuatro vientos sin sorneterlo
s a juicio
4) La crítico. de X se pone claramente de rnanifiesto
inseguridad
cuando se ve en la necesidad de tomar una decisión
s irnportante. Por lo general, procura no definirse o deja
s que las cosas sigan su curso sin intervenir, ,r.,qtr. i.
situación sea insostenible.
JI
JI Aunqt-e Parezca extraño, también estos rnecanisrnos tie-
nen ventajas Para X. Sin excepción podrá remitirse ,'ol.o" con
- ei argurnento de que le han inforrnado, lo han instruido o
-) si falló Porque
dirigido rnal. Porotros hablaron
seguirlos enlacontra
a ellos de lo efectuado
responsabilidad es de ellos;
la
respot'tsabilidad es de ellos. Si los demás han tenido éxito, X podrá
,l afirrnar que habría tenido el rnisrno éxito si alguien 1o hubiese
-,
anrrnado. si fracasan, podrá afirrnar que lo había previsto,
pero no intervino pues nadie le hubiese hecho caso. Corno
tl quiera que se rrranifieste su ternor a asurnir responsabilidades
prcrpias y por grotesco que parezca, siernpre tendrá el bene-
- ficio de sus supuestas "rnanos limpias,,.
rl
rl No obstant-e, las desventajas son sustanciales. El que no
aprende a revisar sus juicios en forrna independiente
I tándolos con Ia realidad se vuelve cada vez rnás ajeno a confron-
ella. Sus
apreciaciones erróneas se hacen más y rnás frecuentes, y no es
I¡ raro que terrnine Por sufrir un colapso físico, psíquico y social.
) Para los que lo rodean la inséguridad crónica de X es una
4 pesadilla. Nunca pueden confiar en él; constanternente los
s abandona. Al no contar con juicios propios no es posible
ponerse de acuerdo con é1, puésto que a lodo dice ""]', pero
) luego 1o desecha con ligereza. Se enreda en un mundó sin
) valor, puesto qu-e se basa en evaluaciones falsas; se protege
con srrs "rnanos,lirnpias" y deja que sus congénerer hagán
) cargo de todos los aspectos de su vida cotiáiana. "é
- "Ayúdarrre, señor de mis días, a que no sea un castigo (...),,
) no es solarnente un ruego para que nos sea dado reconocer el
a 147
)
¿
¿
orden de los valores, sino tener el coraje para coffrprorneter- ¿
nos con dicho orden, corriendo el ineiritable ,fo"go que ¿
rnente de todo
conlleva " sí" genuino
nuestras y tornando
lirnitaciones. sinconciencia hurnitde- ¿
eue, ernbargo, tengarnos
el valor de comprorneternos con apasionado arnor con ras J
soluciones que debernos idear y los progresos que debernos ú
alcanzar en el diminuto árnbitó que .or,"tituye io p.opio de
cada rlno, en nuestro árnbito de iesponsabilídades^. ú
J
III Ayúdame, señor de mís horas, o que no esté atado a mí ¿
propío yo é
encasillado
1"" conlopero
ya no rigen, hry algo que
"infidelidad" o "ádulterio,,. de latradicio-
forrna parteEstas esencia é
ú
de la Persona y rto es posiUté a§ar de ladá: un sexto sentido
no sujeto a tradiciones que le impide intercarnbiar a las I
Persorras a gusto y placer y retractarse del cornpromiso de ?
?
r,
748
ry
,l
J arnor ernpeñado. IJna voz se alza dentro del ser hurnano, que
J contradice la afirrnación racional de que todo anda a las rnil
a- rnaravillas.
Acaso esta vocecilla irnperturbable que no 1o deja en Paz
sea 1o rnejor que hry en é1. ¿Es la voz de la conciencia? En el
; caso de esta paciente Por cierto no puede tratarse de un
; superyo irnpuesto por norrnas anticuadas. NIada más alejado
a'ss
I
-
J es rln síntorna de nuestro tiernpo el hecho de que se deba
s extirpar
debernos toda culpa
curnplir losyterapeutas?
todo duelo? ¿Es ésta la función qr-re
I
I
El ser hurnano, poseedor d"e urta conciencia del Yo, se
u
- encuentra frente a frente cort lo que no es propio del yo, cort
1o que pertenece al tú, con eI rnundo. Más que cualquier otra
) criatura, srl ser está radicalrnente escindido. Los niños hacen
u
i
esta experiencia ontológica en el rnornento en que Pronuncian
por prirnera vez la palabra "yo" en lugar de su nornbre: "yo
s tengo sed" en lugar de "Pedro tiene sed". La etapa siguiente
) del desarrollo consiste en el paso irnaginativo hacia 1o que no
t
;
,s es "yo".tener
podrías Sj l'yo", Así corno
sed.Pedro, tengo
el rnundo
sed, tarnbién "tli",
se enfrenta al yo, las
Wilfrido,
necesidades del mundo se enfrentan a las necesidqdes del yo. Al
1
¡
II tornar conciencia de esto, la persona se libera de sí, se
ernancipa de la rnónada de Ia conciencia ausente o ernbotada
; ), se vuelve capaz de salvar la escisión radical del ser rnediante
it
I
e1 interés (inter-entre, essere-ser) cornún a sí y al/lo otro. Si
no 1o hace, si vuelve a atarse a sí rnisrna, se desliza otra vez en
f,¡
u la rnónada de 1o prehurnano y corre el riesgo de escuchar la
prote-sta, la voz de su conciencia, de La "guardiana de sLr
huinanidad"
f,
);
I
Sea co?no fuere, le expliqué a la ioaen rnujer que desde Ia
f,, perspectioa de la psicohigiene se beneficiaría enormenlente si
I dejnse actuar conjuntamente la disct¿lPo y el perdón, ya que
f,I una no puede alcanzarse sin el otro. Por su parte,la despedida
f, t49
f,I
a
C
é
resulta casi itnposible sin disculpa ni perdón. Le pregunté si los
había habido entre ella y su primer esposo. Me miró extrañada. é
" ¿Qué quiere decir? " . Proseguí, imperturbable, que el haberse ú
marchado sin despedirse expli,caría la sensación de incomodi- a
dad que la inztadía cuando lo recordaba, Debía hablar con él una
z¡ez mds. Le dije que reflexionara con tranquilidad por qué debía
'pedirle disculpas y qué debía perdonarle, y luego se pusiese en
a
ú
contacto con é1.
ü
, Lamentablemente, el hombre no se prestó al diálogo con ella,
pero la paciente le enaió una carta en la que expresaba su pesar ü
por haberlo hecho sufrir, y añadía que comprendía que estuaiese
ofendido y no se lo tomaba a mal. Si algo ayudó ala mujerfue
1
esta cArtA, que en realidad había sido escrita para ayudarle a é1.
Para no estar atado a uno rnisrno es preciso rnirar y a
=
escuchar más allá de uno, sentir y pensar con los dernás (corn- F
padecer), en una palabra, considerar las necesidades del JF
mundo. Si nos lirnitarnos a considerar nuestras necesidades ü
Personales, nos verernos catapultados fuera de la sociedad
hurnand o, m'ejor dicho, nunca habrernos entrado en ella. El ü
puente perrnanecerá elevado com.o un puente lev adizo rne, ü
dieval. Los datos que siguen ilustran los rnínirnos detalles en
ú
losLas
queestadísticas
esto se puede rnanifestar.
en EE.tlLJ. dernuestran que los autornóvi- ú
les de alquiler terrninan transformados en chatarra con rrayor ú
frecuencia que los demás. Por otra parte, una proporción de
autornóviles rnayor a la cornún es devuelta sin el rnenor a
rasguño. Vearnos a qué se deben estas dos actitudes extremas ü
de los autornovilistas. Los que destruyen el automóvil de
alquiler se dicen: "Qué rne importa; no rne pertenece (. ,.)" y a
se apoltronan en Ia mónada de los individualistas. ¿Y qué dice
a
ú
La voz dentro de ellos? Imaginarnos que la adormecen ton
toda suerte de excusas para
oírla."El
autornóviles sin un rasguño senodicen: Losauto devuelven
queno rre pertene-
los
ce; debo cuidarlo más", rnostrando su "tarjeta de identid ad" J1
de personas, de personas que no pierden de vista lo que Ú
concierne a los dernás, en arrnonía con su conciencia.
rl
150 é
ü
§
JI
J " Ayudarne, Señor de rnis horas, a que no esté atado (...)".
J. Con estas palabras rogañros que se nos conceda intensificar
-r
)
ertiende sensibilidad
nuestra rnás allá del para" el orden
horizonte propio; los valores
derogarnos queque
guÍe por el puente que conduce al rnundo. Pues sobre el
se
se nos
-r
JI
do U, para eaitar que se repita el incidente, se atrinchera
inconscientemente detrás de su computadora. Sibien el hontbre
coincide con-esta interpretación, no halla forma de salir de su
a,) adicción.
En logoterapia, la reconstrucción del problerna no está en
prirner plano. Lo esencial es el sentido que se confiere al
I
)
suceso del.. rnornento, " eL elernento único que es necesario"
- (Frankl).
)
I
) Un hontbre yaino
nicotina.Ét (t consltltarme
su hija a cousa de
eran losfumadores su adicción
delafamilia. Ellsa se
Ia
J había sontetido a una cura por hi¡:nosis sin resultado. Había
padecido una graae pulntonía qtre le había dejado secuelas. Los
I
)
,) bronquios congestionados y la tos crónica la obligaban a ingerir
J
i
151
J
a
a
a
eleuadas dosis de cortisona. EI padre la instaba continuantente
dejar de funlar,
aObseraé qlte lleaaba unellaatado
a lo que respondía queen
abierto el botsitlo
él tanipoco lo hacía.
de la aI
chaqueta t¡ le pedí que me lo alcanzara. " ¿Lleua consigo una
foto de su hija? " ,le pregunté. Asintió. Le rogué que tne la diera
I
y la extrajo de su billetera. La sujeté con un sujetapapeles al I
atqdo de cigarrillos. "Lleae 'sólo este atado con Ltsted", le I
aconsejé. " CttAndo tenga deseos de fumar,'obserr¡e durante un
instante la foto de su hija. Escuche en su interior y aaerigüe si I
desea fumar realmente o si prefiere aolaer a guardar el atado. I
¡ Mris le aaldríA
".
Hace un año y medio que el hontbre no Con la ayuda de I
Al cumplir el primer
la foto logró deshacerse de su adicción.fuma. I
año de abstención del cigarrillo recibió un maraailloso obsequio I
de su hija: la promesa de que procuraría seriamente dejar de
funtar, tanto por amor a sí ntistna co'nlo a é1. Han pasado dos I
nleses desde entonces y ella no ha ztuelto a fumar. r
Para rro fallar en 1o que es necesario en nuestras vidas I
debernos tener, una' conciencia despierta, despierta en eI I
sentido de que 1o irnportante no quede sumergido en nltestro I
cornportarniento rutinario y regulad o, sino que'reparemos en
ello y lo integrernos
equivale en nllestra
a que ese algo rutina. No rep
sea inconsciente. El atat en algo no
psicoterapeuta II
que atendía al paciente adicto a la cornputadora sostenía que
la adicción era una forrna de protegerse "inconscienternente'{ I
de las hurnillaciones. Sea .o-o fuere, el hecho de rro reparar I
en algo responde a rnecanisrnos diferentes. Nadie es perezoso ¡
para los deportes porque "incorrscientemente" desee tener
las articulaciones tiesas cuando envej ezca. Lo es porque
durante cierto período de tiernpo no repara en que sus I
articulaciones se vuelven cada vez rnás rígidas e inrnóviles. I
Cuando
Cuando1o hace suele
nuestra ser tarde.
corrciencia no está despierta, actuarnos d.e
rnodo tal que a la larga desearernos no haber actuado de esta
rnanera. Nos habituafiros a un cornportarniento poco sano, I
perezoso, ind olente o indigno que no resulta fácil rnodif icar,
precisarnente porque se nos ha hecho carne. Con el tiempo, se I
1,52 I
I
+
t
J hará sentir. Ir_{uy Personas que no van a dorrnir antes de
J- rnedianoche yz €n Lln rnomento
deficiencia sostenida de sueño. dado,
Otras sienten los efectos
cornen dulces de la
sin cesar
B
,rrl
,
acontelirniento cultural y luego i. sorPrenden d e que no
u
I
-
prueden participar en las conversaclones, y otros que no saben
Ciscutir rnás que a los gritos, corno si el atropello fuese el
mejor argumento, y terrninan aislados de todo"el rnundo. Con
a
1
sLr colnportarniento, estas personas no apuntan inconsciente-
a lo que desean alcanzar, sino inadverti-
j darnente
rnente enen dirección a lo que no desean alcanzar. hJo es que
dirección
^ra deseen sufrir trastornos del sueño en el futuro, estar gordos
) os ni carecer de cultura o de contactos, aunque su
f of
f,
t
t
I luego desrnesurado a nuestra conciencia despiertá. Pero, ¿de
qué sirve? ¿De qué le serviría al adicto a la cornputadora
it
)
^o."
reconocer un día en qué lugares, efl qué grr-lPos-hurnanos, en
f, 153
t
J
i
é
qué oPortunidades de irnportancia para el futuro
tras rniraba cautivado los" signos efírneros sobre la
faltó,
pantrnien-
En el lecho rnortuorio ya iro es posible recuperar lo perdido.
alla? rl
ú
"Ayúdame, señor de rni alrna, a que no esté ausente (...),,. ü
Con estas palabras, rogarnos que nos sea dado tener una
conciencia rnás alerta. Todos los valores necesitan cuidado, ú
sea que se trate de los valores del yo (salud, rnovilidad, ú
conocirnientos) o de los valores del tú (vínculos, altruismo, ú
sociabilidad). Irlecesitan de atención diaria, como los dientes.
Pero, al darse naturalmente, lo cotidiano se vuelve rutina ü
irreflexiva, se autornatiza. El ruego se centra, por lo tanto, efl ú
que se no
rutina nosseayude a rnantenernos
infiltren alerta
pueipara que en nuestra ú
falsos valores. to qr. se nos hace
hábito, el elernento de indiferencia diaria en el que apenas ü
reparan'ros, decidirá, llegado el rnornento, si heÁos .strdo
espiritualrnente presentes o ausentes. ü
ü
ú
ü
ü
ü
ú
ü
ü
ü
J
J
ü
é
ü
F
:a
154 aa
U
a
-
J
1i
J,r
)
a ¿UN Morrvo PARA vlvln?
,. Momentos de cuestionamiento
f, del sentido de nuestras vidas;
;
f, momentos de inflexión.
J'
a El comportamiento suicida
,t
t
) El cornportarniento suicida hace que la investigación causal
-.
toque sus lírnites más que cualquier otro fenórneno psicológi-
ct-i, pllesno hay prácticarnente nadie que no tenga en todo
t ITlorrrento algún motivo para suicidarse. LJna sola vida hurna-
) na que se haya prolongado rnás allá de la niñez equivale a toda
JI Lrna historia rnundial. Está llena de tragedias y cornedias,
engaños y decepciones, tentaciones y extravíos; de algunos
a ocasionales instantes lurninosos y gran cantidad de contra-
,) tiernpos pedestres y cotidianos. El hecho de gue, pese a ello,
se siga viviendo no significa que conscientemente se conside-
i re que hacerlo es un valor en sí. El instinto de conservación
) hurnano se oculta tras una irreflexiva falta de cuestionamiento
) de nuestra existencia, donde los asuntos del rnornento pr€v&-
lecen sobre la reflexión existencial profunda. IrIo hry duda de
-) que la elnaturaleza
hallar gusano quedispuso qLre el rnirlo
ha de alirnentarlo ensóIo se preocupe
el próxirno por
segundo,
sin preguntarse si sobrevivirá en el invierno y de qué serviría.
) De igual rnanera, dispuso que la persona se ocupe de slrs
) asuntos sin preguntarse constanternente si, como Sísifo, está
) construyendo ,lgo que volverá a destruirse.
J 155
)
-J
J
Por ello la pregunta acerca del sentido, que trasciende lo I
instintivo, no suele plantearse explícitarnente sino "en los
hechos", en, el accionar concreto. La realización de sentido,
" ¿
¿
pese a ser indirecta e inconsciente, confluye con un relativo
bienestar, dando por resultado una especie de "satisfacción a
rnedia" y aceptacién interna a despecho de las molestias a
diárias, dado que -al ñrenos aparenternente- sabernos por
qué las padecemos a
Sin embargo, hry desviaciones de la vida norfiral que J
ponen en tela de juicio eI sentido de la vida. a
1. Etapas particularmente
falta casi nada de 1o
fdciles
que
de la aida, en las que no nos
desearnos, salvo rlna rneta hacia
la cual avarl.zar; en la que no necesitarnos esforzarnos ni
aa
apreciañros la felicidad presente-en su justo valor.
a
2. Etapas particularmente difíciles de lq vida, en lás que debe-
rnos despedirnos de la persona arnada o de laposibili- a
dad de realizar valores de esencial irnportancia, sin las a
cuales la vida nos.parece vacua.
-, Períodos canflictiaos, err los que nos parece irnposible a
J.
conciliar lo placentero con 1o que percibimos dotado de a
sentidor ¡rinclinaciones,
nuestras estarnos desgarrados y elnuestro
la culpaentre deseo de viviry
deber
nrrestras vidas, 1o que ansiarnos y lo que nos es perrni-
a
tido a
Estas tres etapas en que nos planteafiros el sentido de a
nuestras vidas. son mornentos de inflexión fundarnentales, a
que nos irnpulsan a buscar motivos genuinos para seguir a
viviend o y, en caso de hallarlos, afirrnar conscienternente la
vida, " afirrrtar
2/1.
la vida a pesar de todo" , afirrnar el iirstinto de a
dar finalr¡rente(qre,
conservación
del sentido.
unacorno cualquier
respu€sta a lapuede
instinto,
explícita pregunta acercay
negarse) a
Si no sucede, €s decir, si no hallamos rnotivos genuinos a
para seguir viviendo, se presenta el inrninente peligro del al
suicidio en cualquier forrna que sea, no porque aparezca de .l
756 a
¿
\
I
J repente un rnotivo contundente para rnorir, sino porque en la
aa
) para vivir.
conciencia
razór¡ "despertada",
No puedesacudida, de la irreflexivarnente,
seguir viviendo persona falta la
corno antes, sin plantearse el sentido de su existencia. Es
conlo si se viera arrojada fuera de la esfera de los asuntos
J cotidianos y catapultada hacia un plano existencial rnás eleva-
a do,, desde donde la totalidad de su propio ser y devenir está
"pendiente de realizaciórt". ¿Córno llevaré a cabo las tareas
t que rne irnpone la vida? ¿Sirvo para algo? ¿Hago falta? ¿Estoy
dispuesto a encarar rni vida en las condiciones existentes?
)
¿Hay posibilidades de que rni vida carnbie algurLa vez? ¿F{e
JI r-ivido rnal y la he echado a perder? ¿Está definitivarnente
J. arruina
ta da? He aquí las preguntas que requieren una respues-
y pueden llevar a la desesperación a aquél que no las
) encuentra. Por otra parte, ¿qué tipo de respuestas podrían
JI sa1¡,.arle la vida, al rescatar su sentido? Volvamos sobre las
tres etapas críticas mencionadas.
JI Por extraño que parezca, u.rta etapa particularntente fdcil de la
JI ;'í¡l¡ puede presentarnos dificultades. Todos sueñan con una
u eristencia holgada y libre de preocupaciones. Pero esto sólo
se da en sueños pues, en realida d, La vida córnoda es surna-
J. rnente problernátiba. La persona se asfixia en un vacío sin
J, hry
contenido. posee todo
Si se exigirse;
nada que sinnolirnitaciones
hay desafÍos;lasin presiones
libertad no
es un
torrnento. El 70"/" de los suicidas ha vivido en condiciones
s externas favorables: sin penurias econórnicas, corr un techo
s sobre su cabe za, estudios realizados y posibilidades de hacer
carrera. Tiene arnigos y diversos apoyos. Pero no escucha el
) llarnado qlle 1o insta a tornar parte en la configuración creativa
4a del rnundo; el llarnado se pierde en el vacío
Por consiguiente, se lanzan a disfrutar de placeres dudo-
sos y, haciendo gala de irresponsabili dad, van en pos de
J'
JI el tiernpo. Sique
sensaciones lo rnisrno,
todolesdaayuden si todo
a vencer tiene el rnisrnoy rnatar
el aburrirniento
la moral decrece y se instala el acto sin sentido. No obstante,
valor,
I siernpre está el llarnado a buscar tln sentido en las cosas;
-
restlena en las profundidades de la conciencia e invita insis-
t tenternente a hacer uso de todo 1o que nos ha sido conferido
u 757
I
I
3
a
err esta et-aPa f ác71, Para bien de aquellos que no han resultado é
la beneficiados
taniniciativa corno
propia a.rrror al ia
y .l-nosotros. rnod"l"tir
prójirno y la contención,
son"lr" recetas que
é
hacen que las épocas feliies, exitósas, sana s y, por desdicira, a
seductoras de nuestras vidas, tarnbié n ofrezé"rt respuestas a
la cuestión del sentido que nos perrnitan seglrir viviendo. a
ahora la atención a una etapa particularmente a
-. -Ditiia_lnos
difícil de la oida. La experiencia dolorosa se asemeja al despren-
dirniento de un guijarro sobre la ladera de .rrn montaña.
a
I
Puede transforrnarse en un alud que entierra una aldea entera
o ser el. rnotivo que lleve a reforestar la ladera, brindando aire a
sano
se y protegció1-a
confiere los pobladores
al sufrirniento determinadecuál la aldea. sentido
de lasEldos
se volverá realidad. si interpretarnos que ,,el rnundo se viene
que
opcioáes aJ
abajo" , crecerá peligro de _que un colapso a
.el
psíquico, lo que ilustrarnos rnediánte "óbr".renga
la rnetáfo-ra del alua. Si,
Por el contrario, interpretamos el sufrirniento corno una
a
prueba y un cornetido, crecerán las fue rzas para superarlo y
"resucitaÍ" p_síquicarnente, lo que ilustrarnós apelándo a lL
a
ú
rnetáfora de la reforestación.
¿Cuándo s-e an,ncia el estado de ánirno ,,el J
que predice que
rnundo
Ja
se vendrá
91r€, a nuestro juicio,abajo"? cada vezque
nos pertenecen; .rá"-o"
queson valores
nuestra propie_
dad-.I{o es posible poseer los valores. frn y vienerr, nos Íozan
y agitan en el ámbito del espíritu, nos acornpañan en nuestro
avance por la vida y dan fe del rnilagro aát mundo. No en
vano viktor E. Frankl los llarna "ros que ocupan el lugar del -
señor". se rnanifiestan por igual .rt ál rostrl de la p""r"o.,,
arnada, en la alegría qr. ,ror produce una rnúsica qru no§
ernbelesa o en la fascinación qu¿ genera un trabajo quá colma
nuestro ser. Pero, no nos pertenecen. I{o nos p"iterr.ce el ser
arnado ni el arte. ni el tiabajo. El arnado rrb" abandona o
rnuere;
la la pérdida
rnúsica; la vejez odel
lasoído
crisisnos irnpedirápoJrarl
econóinicas seguir áespojarnos
gozando,de
de nuestro trabajo. ¿]ustifica esto el acto "slrmario,i de rnu.-
chos suicidas? ¿o es un. rnotivo poderoso para agradecer lo
que se nos brinda y un campo abierto a accio.,." .raliosas?
Alud o reforestación, esa i, cuestión (...).
""
1s8
queAnalicernos finalrnente
en cualquier otro caso,losirnporta conflictiaos,
períodosdar donde,
la respuesta rnás
adecua-
áa. Hay algó en nuestras vidas que está éñ qquilibrio inesta-
b1e. Qúira no esternos exentos áe val'ores peio no IóG, pode-
ñros conciliaf, o acaso la dicha nos sonríe desde una esquina
donde los valores están-ausentes. Inevitablemente debemos
tornar una decisión, pues no hacer nada tarnbién equi-vale a
tornar una decisión. Y toda decisipn tiene consecuencias.
Muchas personas sienten qus el''rniedo las invade cuando
piensan en esto. I§o hallan forma de arrnot:rizar 1o que pueden,
las
liberará y deben
quieren del dilerna.hacer y,
Pero la segúnno
rnuerte ellas,
resuelve la
sólo los rnuerte
problernas;
los desplaza hacia otras personas. Los deudos deberán cargar
con lo que el suicida se quita de encirrta, y no es una herencia
grata.
Lo que hace falta es coraje para vencerse a sí misrnoY, si es
preciso, para rentlnciar. Necesitarnos coraje Para tornar una
decisión cuando el curso futuro de los acontecirnientos es
incierto, aunque haya certeza en el akna. Por contradictorio
que parez.ca, rlna, de las curiosidades de la vida consiste en
que percibirnos el sentido con rnayor fluerza cuanto rnás
incornprensible nos resulta. Ciertamente, €s preciso tener
coraje para salir indernne de los conflictos, Pero tarnbién
confianza ef-L 1o que nos revela el silencio, Ia quietud. Pues en
el silencio y la quietud captarnos con nitidez las sutiles
pulsaciones del corazón que nos señalan el carnino de regreso
a la vida.
Lo dicho vale asirnisfno para las sociedades humanas. Las
culturas del bienestar, de la crisis y aquellas cuyos oalores están en
proceso de cambio tarnbién corren el peligro de corneter suicidio
colectivo. EI bienestar es Ia desviación excesivarnente fácil de1
térrnino rnedio
inclinaciones hacia forrnasque
saludable, genera
de vida y hastío
excesos El
perversas. estadoconde
necesidad es la desviación excesivarnente difícil del térrnino
rnedio saludable, que prornueve la corrupción y la apatía con
tendencias a recaer en forrnas de vida prirnitivas y anirnales.
El carnbio de valores, qlre siempre cornietaza con una decaden-
cia y no siernpre avanza hacia un renacirniento de éstos,
1,59
I
1
cortstituye la desviación conflictiva de la estabilidad, en la
que se ponen en tela de juicio los rnodos de vida tradicionales. dI
LJn buen ejemplo de ,la 'cornbinación de las tres culturas I
arnena zadas aparece en este extracto de la utopía de Karl
Michael Arrner, distinguido en 79BZ con el prernio al concurso I
de literatura de' la Editorial Luchterhand sobre el terna: ú
" ¿Córno vivirernos? "3e.
El relato gira en torno a Lln suicidio. Pero 1o que nos mu.eve
I
ü
a reflexión no es el salto al vacío de esta rnujer anónirna, sino
la reacción de los seres que la rodeanr habla de una é
rnuerte de otro tipo: Ia rnuerte de lo eue
hurnano. Se trata del
entierro de las sutiles pulsaciones del corazón, qrte han
ú
rnuerto en un contexto de bienestar exterior, crisis interior y é
desrnantelamiento rnoral. Para que tal utopía no se vuelva
realidad, cada urro de nosotros es llarnado a sacar provecho
a
é
de estos nnonnentos de cuestionarnient
cuestionarnientoo del sentido de nues-
tras vidas y rnornentos de inflexión, cualesquiera searr los é
indicios que los anuncian, para obtener a través de ellos las
é
rneiore" rL"püestas a las preguntas que suscitan.
q.,
**
I
Extr.a"eto de la utopía de K. M. Armer é
é
é
(...) No alcanzo a comprender del todo la perorata de F. Me
alegro de que por fin haya un poco de acción. En el piso é
oeinticinco una joaen se acaba de trepar a la barandilla del ü
balcón. Allí estd, en su batón floreado; se sostiene con una é
mano y mira hacia abajo.
"Se estápor desocupar un departamento", dice P. y sonríe con J
sarcasmo.
pregunto. , at
" ¿Por qué querrá pasar a ruejor oida?",
"TAl aez no le t¡endieron el producto de limpieza que necesitaba y
no pudo sacar las manchas de Ia camisa del aiejo", dice E. con
regocijo. "El tipo se enojó con ellay su mundillo se le oino abajo". ú
anrI su
Ls crítnara fotogrdfica
tnujer se desde un balcón aecino.
aueloe, confundida. En el departarnento a sus
es¡taldas se perciben mooimientos precipitados. parece que
algttnos, ni lerdos ni perezosos, ya han comenzado a apoderarse
f, del botín.
n súbitamente, a algunas casas de distancia, se oye la sirena de
a bontberos. ¿A qué aienen éstos? Maldición, no queretnos
a presenciar una acción de salaamento sino un buen salto, con
ntuchas aíscera.s y sangre. En un santiamén, algunos especta-
a dores han bloqueado el paso con los atttos estacionados en las
1 inmediaciones
del balcón, peropara impedir
"estos los bomberos se sitúen debajo
quesintpleTnente
brutos" los quitan de en
aa medio con su potente camión.
) No signrfiro que hayan derrotado al público. vuelan botellas
a que ran a estrellsrse contra los neumdticos del camión de
bomberos. Uno después de otro quedan en llanta. Los bomberos
t saltan a tierra con los neraios d, puntn. Intentan extender la
a 767
J'
J
J
lona de salaatnento. Desde Ltna aentana alguien arroja un
cóctel molotoo dentro de ella.
Jé
Esto colma la pacieicia del jefe de boruberos. " ¡Maldición é
¿Estcín todos locos? " , aocifera. Atro entiende que él y sus
hombres están perturbando el espectáculo; que les estdn echan-
a
do a perder la fiesta (Al fin y al cabo, todos tenentos derecho a G
un poco de diaersiórt, ¿o t'to es así7), ú
En el entreaero son pocos los que reparan en que finalntente la ü
mujer salta. Menos mal que esta noche todo podrá aerse por la
tele en cántara lenta.
a
é
J
a
t
a
é
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aa
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a
a
a
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J
762 a
'.,
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I
I
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"áRecoRDANDo coN ¡R qi,,
I La falla en la rnirada retrospectiva
T y su significado en psicoterapia
I
¡
a
a
fenórneno apasionante de la " falla gn la mirada retrospecti-
vá". Fue descrita por prirnera vez en la década del 70 por B. aa
Fischhoff y G. Wood y analizado en tralrajos medulósos a a
comienzos de los 90 por los científicos I. J. Christensen-
Szalanski & C.F. Willharn, S.A. Hawkins & R. F{astie, R. pohl a
y C. Schrnidt. Sin ernbargo, hasta el nlornento la irnportancia
de los resultados de estas investigaciones no se refléja cabal-
a
rnente en el cuerpo conceptual de la psicoiogía. a
La falla en la rnirada retrospectiva es el falsearniento clel a
recuerdo
niones enjtricios
y los 1o atinente al estaCo
del pasaCo, provocacLo Ias opi-
por: la inforrr'tr.ió.,
clel conocirniento,
que se ha adquirido entretan to. f,os nortearnericanos lo a
definen corno "biaseci judgenren,is oÍ' pasi events after the a
outcornes are known " c) 'ithe iii.,; lr' -i i-ai i-aiong -e.ff ect" . Se
trata, en térrninos generales, c1e ccncepir;s clefor'-in¿rd.os acer- a
ca d"e hechos pasados. Rüdiger' [-'o;:ri, a
lJniversi-
¡:ro{:eiirf,1' cle la
clod Eichstátt, r'ecurte a .u-r sán.illo ;:rEitoci<-r .:xperirnental para
el fenórneno4t):
a
d-ernostrar
a
Se solicita a deiernúnndcs ii¿t::ot" .(ts ilt,tr: resuoridñn a diaersas a
preguntas que difícilmente conozcan, por ejernplo, ia longitud
del Danubio. Des?tlnL<s cle slrrin t/¿:tlue, se les ¡srovorciona la a,
soluc:iótl correctt; a'ias pregu.vttgs, l st íc.s ittsirr, n recordnr las a
resp-uestas que han ciadr¡. Er; -frecue¡tte encontrar tlue, en estos
ctlsos, creen recorCar hr¿ber Aaclo respuestas qtr: se eficiientrsit
a
e?t L tt punto intermedio o rnrÍs cerca. ¡ie las resp uestas correctas. J
En eI eiemplo ciel Danubio podría sucede'r que tnifr personfi
calcuia "2.200 knt", luego se ente'rs de la respuesta co-rrecta
a
( 2.8 52 km) y rectterds 'haber calculaclo " 2.400 km" . Este
J
fenómeno se de.iine cotno falla en la mirada retrospeciiaa. Es a
Ja
Tttuy concluyente y ha sido corroboradc Ltor nutnerosos estudios
posteriores
En sus trabajos, Rüdiger Pohl hace notar el peligro que J
entraña ser víctirna de una ilusión de este tipo. La rnirada J
Rüdiger Pohl, "Der Rückschaufehler - eine systernatische Verfálschung J
a
ao
der Erinnerurrg", en Report Psychologie 21 (8/96), BDP, Bonn.
1,64 au
tt ién se en
ra¡iórl transrnite a personas que en al
el evocar
pasado rln
tu.¡ier:on partici-
L-
los hcchos, por ejemplo., accicleirte. La
::c¡nst:'trcción pei'rnite entender dr posteriori córnc¡ oc,.rrrió iocio.
I Pe;c eI conocirniento logrado posteriorrnente es engañoso, pues
-''-lgiele que putdo haber siclt-¡ controlado y evitaCo, 1o ..rá1 r,o
I :--í-.c,:a.r.'iar¡rente es así, y va acornpafiado
de reproches a los
I ¡':je,--r¡s implicados ("¿Pero no se dieron cuenta de tal cosa?",
'ccorl1c es posible que pudieran hacerlo?", "yo habría actuado
t de ctra rrlarlera", etc.) Rtidigei' I'oh1 rnenciona la hisioriografía
t -*-;:i1.i uit ejc.mplo .oerfecto de procesos sociales v políticos qLle
res uitan cornprensibles
aT r¡iirada retrospectiva aparecen ¿t las
a posteriori, y que en basé á hposterior-es
generaciones
corno "susceptibles de haber sido previstos y corregidos a
fatta en 1¿r
a
exPerimentadores/ acercando trarnposarnente sus respuestas é
originarias a la longitud real del Danubio. Pero el rnisrno é
error se produjo cuando debieron calcular lo que personas J
desconocidas opinarían acerca de la longitud del Danubio y
reconstruían mentalrnente estas respuestas después de obte- a
ner la inforrnación pertinente. En este caso, no favorecían la ú
irnagen positiva de sí rnisrnos ni otros aspectos socialmente ú
prestigiosos
ú
A comienzos del gO, las "explicaciones rnotivacionales"
fueron
to, sabernos que el por
sustituidas "explicaciones
fenórneno cognitivas".
"refleja nuestra Entretan-
capacidad
ilirnitada de aprender" (Poht). Toda nueva inforrnación es
casi
aa
ú
\
)
a ;ad l, de una
acorrtece fallaotro
cuando en lasurco
rnirada
conretrospectiva. Corno dijirnos,
nl'levas inforrnaciones inter-
fiere en nuestra rrrernoria con el anterior. Por consiguiente,
a .quién o qué instala nuevos surcos en la rnernoria del pacien-
re? ¿Quién le dice, por así decirlo, cuál es la longitud real del
4 Danubio? Entre las nurnerosas variantes posibles rrre referiré
Á a dos, las rnás corrrunes y las rnás estériles.
a
a Variante I: eI nuevo surco se instala en la
)) memoria desde afuera
) El paciente busca apoyo en libros de psicolo gía y lee sobre
1a relación entre una infancia cargada lle conflictos emociona-
)
les y los trastornos psíquicos del adulto. Acude al consultorio
) del terapeuta, quien 1o exhorta a que observe detenidarnente
a los factores que pudieron haberlo perturbado err su niñez. Al
) 767
)
II
volver detenidarnente sobre el pasado y colocarlo, por así ¿
decirlo,bajo una lente de aurnento, realza los acontecirnientos ¿
dolorosos y tristes de su vida. ]unto al antiguo surco de la
rneñroria, donde se ordenaban y ordenan cronológicarnente
todas las experiencias buenas y rnalas que conn:rueven y a
agitan el alrna hurnana, se va abriendo otro surco que se forrna a
al seleccionar y poner el peso exclusivarnente en las experien-
cias negativas (las cuales, se considerá, son las responsables a
de los trastornos que padece la persona). Éste le inlorrna, ya a
su infartcia,
rto la longitud
acerca de cuán terribledel sino iuán atroz ha sido
"en realidad".
frteDanubio,
a
Poco a poco se va instalando lo que señalan las rnediciones
de W. Hell: cuanto rnás profundo es el segundo su.rco (una o a
dos sesiones de " actttalización de la niñez" por sernana
aceleran proporcionaknente el proceso), tanto rr-ryor
a
será la
falla en la rnirada retrospectiva. El recuerdo reconstruido le a
hace valorar su vida en forrna cada vez rnás negativa y J
torturada. No sólo esto: considera en forrna creciente que su
"tortrrra existencial" pudo haber sido prevista y evitada por r
aquellos
parientes,qu€ lq etc. noTiende
originaron.
rnaestros, ignoraban lo
a creer que le
que suscausaban
padres,
comportándose corno lo hacían. Creerá, incluso, que 1o hacían
intencionaknente. Se ha preparado eI terreno para un "re-
aa
cuerdo perrnanente con il.a". una advertencia al respecto la J
encontrarnos en Peter Fiedler, profesor de la universidad de
Heid"elberg, quien escribe 1o siguiente acerca de los "trastor- J
nos de identidad disociativa" (antes: patologías histéricas)a2: J
La teoría de muchos terapqutas, que sostienen que los " trastor-
a
nos de identidad disociatioa" se remontan necesariamente al J
JJ
incesto en edad
neos. Dado temprana, pueden lleaar a diagnósticos erró-
que los pacientes disociatiaos se caracterizanpor ser
sumamente sugestionables, se corre el riesgo de que el terapeuta
" constrltya" realidades junto con el paciente para que éste las
elabore. Esto sucede, por ejemplo, cuando intenta sacar a la
a2 Peter Fiedler, "Dissoziative Identitátsstórung, multiple Persónlichkeit
und sexueller Missbrauch in der Kindheit", en: G. Arnman/R. Wipplinger,
Sexueller Missbrauclt, Tubinga, 1,996.
1,68
169
.--
a
ción neuronal constante de raíz biológica de los conocirnien- Ja
tos en base a la inforrnación, los juicios y las prioridades rnás é
recientes" puede resultaf surnarnente dañina, perturbando
los vínculos entre las personas. ¿Pero podrá tener un rédito J
favorable desde el punto de vista terapéutico? é
Me retrotraigo nuevamente ala afirrnación de Peter Fiedler é
de que el terapeuta debe ayudar a su paciente a encontrar un é
contexto de sentido en su vida pasada. hdo es posible sobre-
estirnar la genialidad
fundarnentales de viktor
se inspira Fiedler. Frankl, endecuyos
E. Ningurro conceptos
los tres prd."" éé