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Versos Descompuestos
Pixiny Ibarra
Desorden
Desorden humano
La humanización
de los no humanos.
Un vacío
I
No somos más que vibraciones
no producimos objetos, sino sensaciones.
II
En el suspiro de silenciar, y el parpadeo de no ver,
ahí erradica la humanidad.
III
Llegamos al punto en que transportar nuestro cuerpo
ya no cansa,
cuesta dinero.
IV
La peor forma de adaptarte es obligándote.
V
Vivimos en un país en donde los medios de
comunicación nos pintan la paz con masacres
violentas.
VI
Cada creación del humano es una aberración para la
naturaleza.
VII
Las cosas más insoportables son las que sabes que
soportas por voluntad propia y sin embargo sigues
aferrándote a soportar un poco más.
VIII
IX
Bajo cada techo que protege cuerpos desalmados,
creo firmemente en que es posible que una vez que
nació la razón, se le dio fin a un alma que teníamos.
Impotencia humana
Un insulto o un halago.
Demasiado peso.
Se me derrama el café
ya frio por el tiempo
siempre se me derrama
como los sueños planeados
sin realizarse.
Cobarde.
Al final
la única motivación para vivir
es saber que un día vas a morir…
Cuestión de tiempo perdido…
Así exactamente,
somos seres cambiantes,
polimorfos en una vida,
inertes e inestables al mismo tiempo.
Con el tiempo,
el inestable estable tiempo,
las cosas cambian
o se estabilizan con roces de cambio.
Es minuto flotante,
horas que se lleva el viento,
perdidas en los míseros afanes
de superar la perdida,
agonizante dolor de dejar ir,
soltar sin ser soltado.
Es preciso seguir,
seguir, sin rumbo, seguir.
El cuerpo palpita,
vibra,
vive y se siente inútil,
el cuerpo se debilita
y se fortalece cuando nuestra mente pasa
desapercibida.
El tiempo no se limita,
incluso en tu muerte,
pero hay segundos calculados
que pueden hacer la diferencia.
La acción de vivir
es una decisión.
La gente que eliges,
es la misma que se apodera de tus proyecciones.
Ya no importaba si me dejabas,
o te quedabas conmigo,
al fin y al cabo, en ambas
terminaba riéndome.
I
No existe un sentimiento más hostil que el de no
sentir nada.
II
III
IV
Y la gente me observa
y con seguridad dicen que escribo muy bonito
y a menudo me preguntan qué voy a hacer con mi
vida.
Todo es tan oscuro, no encuentro una puerta…
Jamás lo sabré.
Para existir
Yacía en mi mente
y se penetraba en mis pensamientos.
Verde, frescura,
vienes a oscuras,
corro, me escodo,
corro, me hundo.
Señores y escobas,
basura y sobras.
Niños felices,
viejos infelices
Medicina olfateo
y el guardia me pateó,
corro me escondo.
Frescura, verde,
ella viene,
se acerca, no me teme,
la observo y me gusta,
la olfateo y no me gusta.
A tristeza huele
y me duele,
dejo que me toque,
me acaricia y me sonríe,
huele a perfume.
No sé por qué,
pero creo que la quiero,
la sigo hasta una habitación.
Fresco, verde…
huele a muerte,
ella tiene depresión.
Es el perro
de los ojos azules,
con su mirada me cura,
mi fuerte no es el olfato
pero huele a felicidad.
Ya no sé si estoy viva
o sólo me late el corazón por costumbre.
No me encuentro en la lista
es que perdí la vista,
de tanto correr
por querer ver.
Perdí mi taza
entre tanto café.
Yo misma cierro
mi propia jaula.
Incendio
Basta de simulacros
la vida misma, el presente
son ya el incendio,
alimentar el fuego o dejar que se sofoque
es tu decisión.
Prefiero arder
incluso cuando ya no queden cenizas.
Suerte
Autodestrucción.
Te metes en la bañera,
te comes y lees la suerte,
se te derrama el vino tinto,
hubo un tiempo en el que era distinto.
No tenías suerte
tenías el control.
Plutón
Perdida en mí.
Perdida en ver.
Esperabas por mí.
Esperaba por alguien más.
Cualquiera…
Perdí mi fe
en una taza de té,
pretendo encontrarla
entre colillas apagadas
y una estúpida resaca.
No sé en qué momento,
a qué hora,
en qué minuto,
ni las circunstancias
en las que llegó la incertidumbre.
Lo más extraño
es que ahora que no tengo convicción
empieza una destrucción
y se está bien el caos
sé que después vendrá mi creación.
Aburrición
Perdida
no quiero salir, no es una despedida
pero debo huir,
pasar desapercibida,
así es como se sigue con vida.
La cicatriz ya se reabrió,
cuento los hombres en mi cama, ebrios.
Yo no quiero jugar
en mis malos días no tengo explicación
en la desesperación no tengo por qué sonreír,
yo no quiero hurgar
en bolsillos que no son míos
buscando aprobación,
prefiero las carcajadas que reír,
reír sin gracia
y no dar gracias por comprender.
Estaba encontrándome
mientras todos en sus intentos de salvarme,
estaban olvidándome.
Luz
Tendí mi cama,
te arropé con las sábanas
y encendí en nivel bajo el ventilador,
dejé un poco abierta la ventana
para que entrara la brisa…
Te tenía a un lado,
te tenía abrazada
y te quería más cerca.
Y no lo reconozco.
Lo siento.
Pero tengo miedo…
Y no lo reconozco.
Tengo miedo…
Solo tratas,
dejas todo atrás
porque ya no te queda mucho tiempo,
te queda mucha mierda por deshacer.
En el que, ocupada,
no sepa dónde deje 24 horas perdidas.
Necesito un trago.
Qué el alcohol me cale en la garganta.
Necesito que la nicotina desgarre mi garganta.
Estoy harta...
Quizás...
Estoy.
Así a secas.
Por 150 pesos
Luna de abril.
Está podrida.
Hay más…
Mujer...
La que te engendró…
Desórdenes ajenos que se evocan
en mí
Ella
Sigues andando,
tan frágil en este mundo,
tan sutil en ese cuerpo,
tan fuerte a paso lerdo.
Tu voz resuena
tan grave en mis venas,
tu aliento vuela,
y tu alma pide que vuelvas.
El tiempo no vuelve,
y ya se empolva el caballete,
mis ojos piden cada vez que te ven,
poder verte expuesta sin desdén.
Anda, ve y pinta,
que, si no lo haces,
estarás extinta.
Huye de ti, pero regresa
Volviste…
Vete y no vuelvas,
no vuelvas hasta que comprendas el vacío
con el que siempre regresas
y desafíes aquello que puede llenarlo,
que debes llenarlo.
Que debes largarte
y no volver hasta que no vuelvas contigo.
Discúlpeme usted,
pero la verdad es que está vivo
y no importa el lugar donde esté,
las personas a su alrededor,
e incluso los malos días,
está usted aquí en este preciso momento
y quizás no del todo bien
pero solo deténgase,
observe con atención el cielo
las figurillas que engendran las nubes,
respiren profundo
cierre los ojos e imagine un poco…
¿acaso no es hermosos?
Sonría,
deje ver sus encías llenas de vida,
recuerdos de otras risas del pasado
y experiencias,
no deje de sonreír por que la sonrisa es aquello que
descifra su vida,
lo que ha vivido,
que la vida se dé cuenta de que usted es feliz
con tan solo sonreír.
Sigo esperando,
abajo, una noche,
un café, un cigarro,
esperando junto al coche.
La cena se enfría,
y sigo esperando,
que en ese vestido seas mía,
eres lenta, me estoy desesperando.
Sigo esperando,
enciendo un cigarro,
me ensucio el abrigo,
y ya odio este frío.
Sigo esperando
la esperanza perdida,
frente a tu ataúd, tu vela encendida,
la flama palpita,
lo que no alcanzó tu corazón latir.
Un par de canciones
que engendramos bajo edredones
al ritmo de las sábanas,
di que me amas
y tendremos el álbum completo.
Solo un expreso más
I
Y si no sucede, ya tendré algo de qué escribir…
II
Nacimos distantemente conectados.
III
¿Por qué no hay ventana abierta que deje entrar el
frio, pero no el ruido?
IV
Sigo desperdiciando cigarros a tu ausencia.
No debo estar mucho tiempo inhalando basura
porque esta nicotina que llevo en mis entrañas
no necesita las sobras de tus insípidas colillas.
Hablando de ti
Hablando de ti,
donde el sentido común no existe,
de este mundo tendría que salir
arrojarme a los agujeros negros,
recorrer frías galaxias.
Hablando de ti,
y de lo que está por venir,
luz que tarda en salir,
Sol que arde en dolor,
tu lumbre quema a color.
Un café frío
que no terminamos por la madrugada,
un cigarro roto,
que olvidamos fumar,
que odias que fume.
“Prohibido estacionarse”
Quizás me extrañes
quizás vuelva
prometo volver cuando tengas una hora libre
entonces seremos 36 minutos felices
mientras almuerzas y yo compro gasolina para
continuar mi camino.
Pero, cariño,
ambos sabemos que no todo dura para siempre,
somos tan distintos,
tan distantes
y sabemos que a pesar de eso siempre volvemos
en tu descanso, en mi parada.
“Prohibido estacionarse”
“prohibido enamorarse”
Pero, cariño,
Suenas a apetito.
Cuando hablas suenas a ganas de comerse el cosmos
ese que se desborda de tus labios.
I
Déjame hacerte la poesía en la piel,
quiero recitarte un par de versos
con mis manos danzándote encima
déjame rimarte el placer con besos.
II
Tuve que escribirte una novela
porque la poesía ya te la había hecho
por dentro y por fuera.
IV
Pernoctar en tu pie,
soñar entre tus párpados,
quiero dormirme en tu pecho
y despertarme con los latidos de tu corazón.
V
Me gusta el sonido que emites cuando te ríes
sólo por eso soy un poco torpe cuando estoy contigo
intento hacerte reír.
Los cráteres de tu piel
La tierra palpita,
rendirte a sus pies,
la tierra delira,
y tú sigues danzando en mi boca,
en un recuerdo,
en una noche.
El cielo se marchita
y en tus ojos siguen floreciendo esos deseos
que no te atreves a sacar.
El viento resuena
haciendo vibrar cada lugar recóndito del planeta
mientras tus labios tiemblan del miedo
a pronunciar esas palabras que te niegas a decirme…
Pero me desespera,
y ahí me tienes de nuevo en el intento,
en la sosegada espera,
hora no sé qué pasará.
Mirándonos el alma,
besándonos con calma.
No sé si es cuestión de tiempo,
tal vez sólo por compasión
te riegue todas las mañanas,
pero notarás la diferencia
entre dar agua a secas y dar agua con cariño.
Y yo no podré salvarte,
porque sabrás que el agua por sí sola no bastaba.
Un poco más
No sé cómo te miro,
como si nada,
sin saber que será la última vez.
Y duele, ¡joder!
Cuánto cala tener ese hielo ahí dentro,
tan congelado.
Siempre huyes
y me quedo varada,
nunca me oyes
y espero a que respondas.
Todavía dudo,
pero también lo di por sentado,
lo nuestro nunca se pudo,
pero tengo una mota de fe,
demasiado ligera,
demasiado libre,
demasiado mía
para ser realidad.
Fastidio
Todavía duermo,
no era el café lo que me despertaba,
no sabía cuánta compañía
estaría tan ausente al perder la tuya.
Tú
El verso alienta
destruye
construye
revive
y mata.
Aunque sepas
que con un solo verso
corres el riesgo de perder a esa persona
tal vez para siempre,
merece saber que, en esta vida,
en medio del caos,
le fueron dedicados unos versos
mal rimados,
bien sentidos…
La poesía aniquila
la noción del existir,
quien no la entiende
es un desperdicio.
Eres creíble
y lo sabes,
nunca puedo estar del mismo lado
te advertí que sigo luchando contra mí.
A veces todos los humanos me producen asco
y con ellos me incluyo yo.
Y ella lo sabe,
no hay nada que nos pueda asustar
pero extrañas la única sensación
de seguridad y lo sabes,
cuando estás cerca es distorsión
y yo aún no me canso de estar…
Gris y azul,
no me bastan los colores
para sacarte de la oscuridad.
Ya qué más da
si en clímax sonríes
en la rima te corres.
Manchas en tus ojos…
¿Realmente me ves?
¿Realmente ves que estoy aquí?
¿Por qué hoy?
¿Por qué estás aquí?
Dormitas,
yaces en la apología
del rugir de las olas…
Frágil,
tus olas mojan mis pies,
tranquilo,
sereno,
suspiras,
y quiero relampaguear.
Frágil,
divisas una sonrisa,
la calma,
la brisa,
el sueño,
se me escapa el ocaso.
A veces pienso
No sé…
A cuántas chicas te recuerda el mar,
sí solo ves el ocaso por mí,
si en verdad lo ves…
Encajas perfectamente
con mi banda musical favorita
y me importa un carajo
si algún día llegas a arruinarla.
Tú
Tomados de la mano,
esa que no se toca,
entre cada humano,
elegí tu boca.
Vuelvo y me deslumbro
ante ti, contra el viento
posas tu mirada en mí
y todo es desastroso.
Un hermoso caos…
Marzo lluvia,
por un momento te tuve,
ya no es octubre.
Y ya no sé si es suficiente,
ya lo fue quizás, creciente.
No existe hoy, ya no
estoy agotada, hundida en el llanto
bajo cada recuerdo
lo tengo, y lo pierdo.
Esta vez despierto,
y sé que ya es hora
de dejarte ir,
aunque duela,
dejarlo otra vez,
aunque esta vez sí fue.
Petricor de marzo,
mi inseguridad esparzo,
ya no sé qué quiero ser,
junto a ti ya no me puedo ver.
Invierno y primavera,
en efecto, lo nuestra era.
Te advierto
que de andén a tren
yo solo hago paradas,
pero como el viento,
al mismo punto
nunca vuelvo.
Hui a tiempo…
Siempre huyo
y te dolió más en tu ego
que lo que significaba realmente
el hecho de dejarte.
No dolió su partida
dolió más la mía
me dolió mi propia negación
de la desesperación.
Estaba cegada
pero esa parte de mí ya está apagada.
Qué ironía
las palabras que engendran mi poesía
porque no tengo la necesidad de darte
la mínima importancia
pero, aun así, lo hago
y con amor.
Llagas
Bajo el techo
¿Cómo vivía sin oxígeno?
Le perdí
antes de que se apagara él solo.
me enerva la sangre
al tocar las llagas
fétidas en mi interior
Morí.
Mi aliento le mantenía a salvo
y todo lo que dolía me lo tragué
estaba quemándome,
sofocándome,
no quería que se apagara,
y le dejé entrar en mí.
No sé cómo decirte
que a veces,
sólo a veces
me molesta tu presencia.
No sé cómo decirte
que me acostumbré
a estar conmigo misma,
me encariñé con tu ausencia.
No sé cómo decirte
que odio el ruido que haces
al despertar el domingo.
No sé cómo decirte
que dejes de preocuparte
por mis suspiros,
hay cosas que es mejor no sacar,
se quedan dentro
hasta que el cuerpo ya no pueda más,
hasta que la mirada delata
la putrefacción que uno lleva desde hace tiempo
y en cada palabra
se note el olor fétido.
No sé cómo decirte
que a veces,
sólo a veces,
pienso así.
No sé cómo decirte,
que suspirar es por ahora
mi única salida.
¿Sigues aquí?
No recuerdo verte desaparecer entre los robles
aquella madrugada oscura
sin luna.
¿Puedes oírme?
¿Puedes tocarme?
Tus brazos eran fríos,
congelabas las sábanas cuando me abrazabas,
por las noches me querías,
lo sentía verdadero, seguro, cerca.
¿Quién eras?
Te extraño…
Anomalía del ser
Nos olvidamos,
y tengo miedo de rencontrarnos,
en una caja de cereal,
nuestro recuerdo escondemos,
y aunque se acabe cada noche,
¿Te acordaras de mí? No sé.
Mi garganta se cerró,
mi piel se erizó,
y cada relámpago que caía,
cada trémula luz que abría,
abría con fulgor el suelo,
excitaba mi mente eufóricamente.
La respiración se me entrecortaba,
sin poder gritar, no podía moverme,
y esa jodida sensación exasperante,
envolvía mi cuerpo,
como acogiéndome a una nueva psicosis.
Me sentía observada,
como si alguien por medio de telepatía
oprimiera mis entrañas,
esquizofrenia,
me habías susurrado,
y mi piel te escuchaba;
“te extraño”
Se desmorona la barrera
entre los sueños y la realidad
ya no distingo mi existencia
o el miedo que siento
Sonreías,
me veías,
con tu sonrisa dócil,
con esos hoyuelos en tus mejillas,
inconscientemente estaba pasmada,
con una mirada tuya me sentía amada.
No sé contar el tiempo
pero en esta vida no es suficiente
no basta el tiempo
para esperarte.
¿Dónde estás?
¿No serás las estaciones, cambiantes e inestables?
¿No serás acaso el ocaso, el final del hoy?
¿No serás el comienzo, el alba, quizás?
Inestablemente inerte,
quiero establecerme
y no quiero quedarme,
pero tampoco quiero irme de mí.
Sobre el tiempo y el espacio
y todo a lo que no puedo ir despacio,
pocas horas en los días descontados,
interminables días contados.
No me quiero ir de mí,
por eso me llevo conmigo
en la adversidad de la vida.
Lo peor de escribir
No basta la sangre,
las vísceras a simple vista,
descripciones detallistas.
No encuentro salida
estoy atada a los azulejos negros
de lavamanos sin espejos,
espejos sin reflejos
y espesos cristales negros
pretenden reflejarme…
Ya no siento la lengua,
y ningún hueco separa los dientes
siguen castañeando,
se me retuerce la mandíbula…
Ya no sé si tengo boca
o sólo son las fauces antropomorfas
que debo portar como humana.
Complot
Sugiero no preguntar,
no todos los días se conserva la calma de la marea
pero tampoco siempre uno deja de insistir entre
aluviones.
Ya no sé a dónde voy,
si es que alguna vez logro escapar,
perdí la llave de mi habitación,
desde entonces entra cualquiera,
y hay un par de personas que siguen teniendo
más de una copia de la llave,
sin embargo, jamás se han vuelto a parar en la
puerta.
Martes
Solo tratas,
dejas todo atrás
porque ya no te queda mucho tiempo,
te queda mucha mierda por deshacer.
Quien te salve,
apagará incluso el latido de su corazón,
con tal de escucharte.
Nada
Que no se entiende,
no se entiende,
no escucha,
no resuena,
no nada,
en el mar,
no fluye,
los ríos se estancan,
descomposición del lenguaje,
no sé,
sólo sé que no se nada,
ni mi nombre me lo sé,
no me define,
no me limita,
pero me encierra
en conceptos mal compuestos,
descompuestos,
versos descompuestos,
no me encuentro,
no me busco,
no me pierdo,
ni el afán de desaparecer persiste en mí,
aquí sigo,
inerte,
compulsivamente inerte,
y la ansiedad colapsa,
la mente a mil por minuto,
nadie comprende,
no es necesario,
nadie tiene tiempo para incoherencias,
y la vida es irracional,
nuestros objetivos son incoherentes,
pero nadie lo ve,
incomoda
lo que no acomoda,
lo único que persiste
es el pensamiento…
Oscuridad
Soy lo imaginario,
la infancia olvidada
dentro de una canción
que no recuerdo,
pero estaba ahí,
aferrada a alguien que imaginaba,
para recordar que seguía siendo pequeña.