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EL TRATAMIENTO DE LA DISOCIACIÓN
RELACIONADA CON EL TRAUMA
Un enfoque integrador y práctico
BIBLIOTECA DE PSICOLOGÍA
Desclée De Brower
Título de la edición original:
TREATING TRAUMA-RELATED DISSOCIATION
A Practical, Integrative Approach
© 2017 Kathy Steele, Suzette Boon, Onno van der Hart,
W. W. Norton & Company, Inc., Nueva York, USA
EditorialDesclee
@EdDesclee
Esta copia digital fue elaborada a partir de otra fotocopia hallada en la Internet.
NO TIENE INTENCIÓN DE LUCRO y su objetivo es la difusión del conocimiento
para quienes no cuentan con recursos para comprarla.
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Printed in Spain
ISBN: 978-84-330-3017-7
Depósito Legal: BI-1675-2018
Impresión: Grafo, S.A. - Basauri
Prefacio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13
Reconocimientos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23
Introducción
PARTE I
La relación terapéutica
PARTE II
Evaluación, formulación del caso y planificación
del tratamiento
PARTE III
Fase 1 del tratamiento, y más allá
10. Trabajar las partes disociativas:
una perspectiva sistémica integradora. . . . . . . . . . . . . . . . 333
17. Trabajar las partes del paciente que imitan al agresor. . . 549
PARTE IV
Fase 2 del tratamiento
20. El tratamiento de los recuerdos traumáticos:
visión de conjunto. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 667
PARTE V
Fase 3 del tratamiento
22. La integración de las partes disociativas dentro del marco
de una personalidad cohesionada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 735
Apéndices. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 783
Brand & Mattanah, 2014), por lo que los procesos relacionales con
estos pacientes merecen una atención y un cuidado especiales. Pero
a pesar de las recomendaciones de los expertos en el sentido con-
trario, los terapeutas en general suelen infrautilizar la relación en-
tendida como un proceso terapéutico (Brand et al., 2013). En razón
de ello, hemos tratado de incorporar dentro del contexto relacional
fundamental un enfoque práctico e integrador que incluya tantas y
tan variadas técnicas como sea posible, para su aplicación a lo que
con frecuencia suele ser una terapia ardua y compleja.
Cuando nos vemos enfrentados a las urgencias, las crisis y la
confusión, resulta especialmente difícil seguir la sabiduría del pro-
verbio que dice: No hagas nada; quédate ahí sentado. * Las palabras
pueden fallar o ser malinterpretadas en terapia; las intervenciones
pueden ser ineficaces o ser rechazadas sin pensárselo dos veces; las
buenas intenciones se quedarán cortas; y aparecerán problemas que
ninguna acción directiva puede cambiar o arreglar. Las interven-
ciones clínicas se vuelven entonces invisibles, transformándose en
maneras de ser intersubjetivas, inconscientes, implícitas, no verba-
les. En razón de ello, proponemos modificar ligeramente el antiguo
proverbio citado más arriba: No hagas nada; limítate a estar presente.
Estos “diálogos” relacionales son los más difíciles para los terapeu-
tas, a la hora de reconocerlos y de participar en ellos con habilidad.
Pero son de suma importancia. Hemos tratado de incluir algunas
sugerencias para que los terapeutas puedan comunicar lo que no es
posible comunicar con palabras. Esto es esencial para los pacientes
muy traumatizados, quienes la mayor parte del tiempo viven en un
mundo interior opresivo en el que las palabras han perdido su sig-
nificado y el lenguaje no tiene cabida. Con este propósito, también
* N. del T.: Don’t just do something; stand there! en el original inglés, en alusión a
la reformulación antitética y provocadora del conocido cliché: “No te quedes ahí
sentado; ¡haz algo!”, para enfatizar que en ocasiones es preferible la “inacción”,
en el sentido profundo y curativo (como subrayarán repetidamente los autores a
lo largo de todo el libro) del poder de la presencia y de la comunicación implícita:
el ser y estar ahí, sin más. En los tiempos más recientes, la expresión fue utilizada
literalmente en 2007 como título del libro de Marvin Weisbord y Sandra Janoff,
traducido al castellano como Lidere más, controle menos: 8 habilidades de lide-
razgo fuera de lo convencional. Barcelona: Paidós, 2016.
16 EL TRATAMIENTO DE LA DISOCIACIÓN RELACIONADA CON EL TRAUMA
Concepto nuclear
Concepto nuclear
* N. del T.: too little or too much en el original inglés, forzando deliberadamente la
traducción al castellano con objeto de enfatizar las vivencias paradójicas extre-
mas asociadas de forma característica a la no-percepción, la dualidad dinámica
de la disociación, como reza la subsección siguiente más abajo.
LA DISOCIACIÓN ENTENDIDA COMO UNA NO-PERCEPCIÓN 37
Concepto nuclear
Control
Defensa Tipo Nivel de activación Indicaciones físicas
fisiológico
Imbricación Contacto con los Vagal ventral; Regulación fisiológica y Relajado, postura abierta hacia los
social demás en busca parasimpático sensación de bienestar; demás; rostro sonriente o relajado;
de seguridad; FC y PS* normales buen contacto ocular.
la defensa más
evolucionada
Llanto de apego / Grito de socorro Simpático; Niveles elevados de Ojos suplicantes que buscan los ojos
grito de socorro para movilizar a sistema cerebral angustia y pánico; del otro; aumento de la búsqueda de
un otro más fuerte asociado al conductas de búsqueda proximidad física; tendencia a inclinar
y más sabio, con pánico, más que urgente y aferramiento el cuerpo hacia adelante, y de llegar al
objeto de poder al miedo al cuidador otro con los ojos, la cara y el cuerpo.
sobrevivir
Ataque Defensas asociadas Simpático Hiperactivación Tensión en los brazos y en los hombros;
EL TRATAMIENTO DE LA DISOCIACIÓN RELACIONADA CON EL TRAUMA
Desmayo / Defensas asociadas Vagal dorsal; “Hacerse el muerto” Tono muscular flácido; mirada perdida
Colapso / a la inmovilización; predominio o muerte fingida; o ausente; la persona es incapaz
Apagado inmovilidad flácida; parasimpático caída pronunciada y de hablar o de moverse; no puede
la defensa más vertiginosa de la FC orientarse hacia el entorno: con
primitiva y la PS; perdida del frecuencia no puede oír, oler, ni
conocimiento y de la percibir los sabores; puede hacer
LA DISOCIACIÓN ENTENDIDA COMO UNA NO-PERCEPCIÓN
Concepto nuclear
¿Por qué razón Helen –al igual que otras personas gravemente
traumatizadas– persiste en mantener una no-percepción y una diso-
ciación graves en su condición de adulta, mucho después de que la
experiencia traumática hubiera finalizado? ¿Por qué no procedió a
desarrollar una identidad integrada una vez que dejó atrás la situa-
ción en la que acontecieron los abusos sexuales? Las respuestas a
estas preguntas pueden estar en la descripción respecto de cómo se
desarrolla inicialmente la disociación.
De niña, Helen tuvo experiencias traumáticas que no fue ca-
paz de integrar en aquel entonces, líneas de fractura o “puntos de
ruptura” metafóricos (T. A. Ross, 1941, pág. 66). Las emociones
negativas abrumadoras (e.g., terror, vergüenza y rabia, junto con
reacciones de bloqueo y apagado), el dolor físico y los pensamien-
tos negativos (e.g., No merezco que me quieran) precipitan un pun-
to de ruptura (un momento crítico en el que las fuerzas físicas,
mentales o emocionales se desploman bajo el peso de la tensión
o del estrés), una especie de interruptor psicológico y fisiológico
que salta.
Concepto nuclear
Concepto nuclear
Concepto nuclear
Concepto nuclear
del ser humano. Siento curiosidad por averiguar por qué siento esas
cosas algunas veces. Deberá aprender a aceptar y a interpretar co-
rrectamente las señales corporales: Siento ganas de salir corriendo.
Ese es un impulso que procede del pasado. Deberá transformar los
flashbacks fragmentarios en la trama de una narrativa autobiográfi-
ca: Estas imágenes, sensaciones y emociones intrusivas forman parte
de los abusos sexuales que sufrí de niña. Deberá aceptar las partes
disociativas como propias: ¡Esa niña pequeña soy yo! ¡Esa parte fu-
riosa y agresiva es la que guarda mis sentimientos de rabia!
La capacidad que tenga Helen de tolerar las emociones deberá
conducirle a materializar unas acciones relativas a elegir diferentes
opciones en la vida, asumir los riesgos inherentes a entablar nuevas
relaciones, y probar a hacer cosas diferentes que anteriormente ha-
bía evitado a causa del miedo. El sentido recientemente descubierto
y constatado respecto de la propia competencia y de la confianza en
sí misma deberá traducirse en unas acciones conductuales concre-
tas, tales como volver a la universidad o buscar un trabajo mejor o
un ascenso, aprender a disfrutar de los pequeños placeres del día
a día, salir a la calle más a menudo y encontrar actividades y rela-
ciones que tengan un sentido para ella. Ello también contribuirá a
introducir algunos cambios en su cuerpo: la postura se enderezará,
los hombros se echarán hacia atrás, la cabeza se levantará; esta-
blecerá un mejor contacto ocular, mirará a los ojos de manera más
adaptativa. Estos diversos cambios fisiológicos, a su vez, favorece-
rán una sensación duradera de competencia y bienestar (Ogden et
al., 2006).
La terapia con los pacientes crónicamente traumatizados en
general, y con los pacientes disociativos en particular, supone un
esfuerzo persistente y gradual por ayudarles a pasar de la no-percep-
ción a la percepción realista. El terapeuta deberá ser capaz de reco-
nocer las declaraciones y demás indicaciones que informan de que
el paciente está estancado en la no-percepción o avanzando en direc-
ción hacia la percepción. Con este objetivo, en la tabla 1.2 procede-
mos a describir algunas de las indicaciones que señalan la presencia
de una percepción creciente durante el transcurso de la terapia.
72 EL TRATAMIENTO DE LA DISOCIACIÓN RELACIONADA CON EL TRAUMA
Tabla 1.2.
Pasos graduales hacia la percepción
Personificación de la experiencia
• ¡Esa niñita soy yo! ¡Aquello me pasó a mi!
Duelo
• Aquellas fueron unas cosas espantosas que me hicieron mucho daño; perdí
una gran parte de mi niñez.
• Es bueno y es normal que me permita llorar aquella pérdida.
LA DISOCIACIÓN ENTENDIDA COMO UNA NO-PERCEPCIÓN 73
Rabia
• ¡Fue enormemente injusto y cruel que me hicieran tanto daño!
• Es normal que esté furiosa, y además puedo aprender a no actuar
destructivamente cuando esté furiosa.
Vergüenza y culpa
• ¡Yo era tan pequeña!; no fue por mi culpa. Y ahora puedo asumir la
responsabilidad de las cosas que me pertenecen y me corresponden, en el
presente.
Mentalización*
• Mis padres lo hicieron lo mejor que pudieron o supieron; ellos mismos no
tuvieron unos buenos padres.
• Mi padre era un sádico y estaba enfermo mentalmente -parecía disfrutar
haciéndome daño y después echándome la culpa a mí. ¡Era una auténtica
locura!
• Eso no es una excusa, pero me ayuda a comprender qué les pasaba a ellos
en realidad, y a saber que en realidad aquello no tenía que ver conmigo.
Comparaciones finales
• Mi experiencia fue peor que la de bastantes personas, pero no tan mala o
tan terrible como la de otros casos. Lo importante es que me doy cuenta
del impacto que ha tenido sobre mí y de cómo puedo superarlo aquí y
ahora, en el presente.
Percepción plena
• Ya no me siento asustada, ni avergonzada, ni desbordada o destrozada.
Hoy en día tengo mis puntos fuertes y mis relaciones con otras personas.
Puedo elegir y tomar mis propias decisiones. Puedo sentirme entera, de
una pieza: más triste pero más sabia. Puedo afrontar mis pérdidas, mis
derrotas o mis fracasos.
• Todas estas son partes de mí misma; puedo reconocerlas como mías y
darme cuenta de ellas, porque se me hacen mucho más claras y evidentes.
Exploraciones adicionales
Concepto nuclear
Concepto nuclear
Concepto nuclear
Límites y normas
* N. del T.: En alusión a los principios éticos, códigos de conducta, códigos éticos
o códigos deontológicos formulados por los respectivos colegios de psicólogos, y
que delimitan los criterios y principios éticos a los que se espera que se atengan
los profesionales en el ejercicio de la psicoterapia.
90 EL TRATAMIENTO DE LA DISOCIACIÓN RELACIONADA CON EL TRAUMA
* N. del T.: dual relationships en el original inglés, en alusión, dentro del ámbito de
la salud mental, a la situación en la que existen distintos niveles o papeles en la
relación entre el terapeuta u otro profesional de la salud mental, y el paciente.
La APA (American Psychological Association) determina que acontece y se puede
hablar de una relación dual (o múltiple, como también se la denomina) cuando:
a) el psicólogo y el paciente mantienen simultáneamente una relación profesio-
nal y una relación personal; b) el psicólogo tiene una relación con una persona
muy cercana a su paciente, o estrechamente relacionada con él; c) el psicólogo
tiene intención de entablar una futura relación con el paciente o con alguien
estrechamente relacionado con el paciente. En términos generales, se añaden
algunos criterios para determinar cuándo se deben evitar las relaciones duales o
múltiples (e.g., cuando la relación dual daña o se aprovecha del paciente de al-
guna forma, al tiempo que perjudica a la competencia del profesional) y cuándo
no cabe considerar dichas relaciones como poco éticas (e.g., cuando la relación
dual no se aprovecha del paciente de alguna forma, ni perjudica a la competen-
cia del profesional).
EL TERAPEUTA SUFICIENTEMENTE BUENO 91
Concepto nuclear
Tabla 2.1.
Revisar las normas y los límites terapéuticos
* N. del T.: internal working models en el original inglés, término acuñado por John
Bowlby y que suele traducirse literalmente por “modelos internos de trabajo’’ o
“modelos operativos internos”, lo que pudiera tener unas connotaciones mecáni-
cas o automáticas inadvertidas (cf., por ejemplo, working model es actualmente un
conocido software de simulación de ingeniería, dentro del ámbito de la cibernéti-
ca). La opción alternativa “modelos internos de referencia’’ o “modelos internos
de guía” enfatiza la concepción original del propio autor (Bowlby: Attachment:
Attachment and loss. Vol. I: Loss. Nueva York, NY: Basic Books. 1969) en tanto que
“marco de referencia cognitiva [cognitive framework] que comprende una serie de
representaciones mentales acerca del mundo, de uno mismo y los demás”.
**N. del T.: streams of consciousness en el original inglés, en alusión al flujo constante
e ininterrumpido de pensamientos, emociones e impresiones (visuales, auditivas,
táctiles, asociativas y subliminales) en el “alma” de la persona, a medida que van
surgiendo y en el orden que van surgiendo, sin seguir necesariamente un encadena-
miento lógico perceptible, y que dan forma y contenido a la conciencia individual.
96 EL TRATAMIENTO DE LA DISOCIACIÓN RELACIONADA CON EL TRAUMA
o las más jóvenes, o las evitativas) y no con otras (las partes enfure-
cidas o sádicas, las partes con una propensión persistente al suici-
dio, las partes desbordadas o abrumadas).
La labor de los terapeutas consiste en no perder de vista al pa-
ciente entero, como un todo. Deberán encontrar la forma de mante-
nerse firmes y estables cuando sus pacientes cambien abruptamente
de una emoción o un pensamiento a otro, de una parte disociativa
a otra. Aprender a darse cuenta de qué fue lo que pasó antes de
que se produjera el cambio de registro y a prever lo que podrá ve-
nir después, y a tratar de ser tan consistentes y tan congruentes
como puedan, independientemente de qué parte del paciente esté
presente. De hecho, podemos ver al terapeuta como un puente hacia
la percepción realista y la integración, que atraviesa las distintas
divisiones disociativas, hasta que los pacientes sean capaces ellos
mismos de construir también sus propios puentes.
Concepto nuclear
Concepto nuclear
Tabla 2.2.
Cuestiones existenciales para los pacientes y los terapeutas
Sentido
• ¿Qué sentido tiene mi historia?
• ¿Mi vida tiene algún valor?
• ¿Cuál es mi objetivo en la vida?
• ¿Por qué tienen que suceder unas cosas tan terribles?
• ¿Por qué unas cosas tan terribles me pasan a mí?
Sufrimiento
• ¿Por qué tengo que sufrir tanto?
• ¿Cuál es el sentido del sufrimiento y el dolor?
• ¿Hay algo bueno que pueda sacar de mi sufrimiento y del de los demás?
Aislamiento
• Estoy solo conmigo mismo.
• Nadie puede saber verdaderamente lo que es ser yo.
• En los momentos de mayor sufrimiento he estado completamente solo, y
me parecía insoportable.
• Los demás no reparan en mí, ni me escuchan.
Libertad y responsabilidad
• En última instancia soy responsable de mí mismo, y eso es algo que me aterra.
• No estoy seguro de si soy enteramente libre de elegir o decidir.
• Debería ser capaz de hacer lo que quiero hacer, porque desde hace mucho
tiempo no he tenido ninguna libertad.
• El tener que responsabilizarme y hacerme cargo me abruma y me
desborda.
• Hay demasiadas opciones a elegir.
• No creo que tenga ninguna opción.
• No puedo tener una vida propia, cuando los demás me necesitan y me reclaman.
104 EL TRATAMIENTO DE LA DISOCIACIÓN RELACIONADA CON EL TRAUMA
Muerte y mortalidad
• La vida tiene un final, y eso es algo que me aterra.
• Tengo miedo de morir.
• ¿Qué sentido tiene hacer ningún esfuerzo, si nos vamos a morir de todas
formas?
• Soy demasiado viejo; no tiene ningún sentido tratar de mejorar a estas alturas.
• Me siento como si ya estuviera muerto de hecho.
Exploraciones adicionales
Concepto nuclear
Las relaciones, incluida la relación terapéutica, son desencadenantes
de primer orden en la reactivación de los recuerdos traumáticos.
Al fin y al cabo, las experiencias traumáticas de los pacientes con
frecuencia acontecieron dentro del contexto de unas relaciones
muy importantes para ellos, y algunas de sus heridas traumáticas
más graves incluyen malos tratos y abusos sexuales, abandono,
y traición a su confianza dentro de esas mismas relaciones.
Concepto nuclear
Los pacientes se encuentran atrapados en un conflicto
de apego irresoluble, entre el fuerte deseo de establecer una relación
terapéutica y la defensa frente a esta misma relación.
Los terapeutas deberán evitar deliberadamente activar el sistema
de apego del paciente hasta que no sea posible un grado razonable
de estabilización y de regulación emocional.
Concepto nuclear
La disociación no es únicamente una vivencia interna. Es una respuesta
a lo que está sucediendo en la relación en el momento presente.
En razón de ello, los terapeutas deberán siempre considerar qué podría
estar ocurriendo en reacción a la relación terapéutica en este momento,
cuando aparece el cambio de registro o el aumento del conflicto entre
las partes disociativas, y cuando se activan las defensas innatas.
Concepto nuclear
Es importante que los terapeutas comprendan las defensas frente
al peligro y la amenaza para la vida, dado que estas tienen muchas
implicaciones para el tratamiento y suelen ser unos elementos
organizadores principales de las partes disociativas.
Las partes disociativas suelen estar en conflicto unas con otras
respecto de si el apego hacia el terapeuta es seguro o no lo es.
116 EL TRATAMIENTO DE LA DISOCIACIÓN RELACIONADA CON EL TRAUMA
Reescenificaciones relacionales
Tabla 3.1.
Resolver las reescenificaciones relacionales
Concepto nuclear
El terapeuta desempeña un papel importante en ayudar a los pacientes
a regularse y, a su vez, los pacientes influyen en la regulación
del terapeuta durante las sesiones. La capacidad del terapeuta
de mantener la regulación ante la desregulación del paciente es esencial.
Tabla 3.2.
Consejos prácticos para que los terapeutas se regulen ellos
mismos durante las sesiones
• Tratemos de identificar alguna cosa del paciente que nos guste o nos agrade
de verdad, y centrémonos en ello.
• Tratemos de escuchar qué es lo que el paciente nos está diciendo por debajo
de la intensidad de sus emociones: “Me siento herido, tengo miedo, me siento
avergonzado, me siento incomprendido o malinterpretado, tengo necesida-
des emocionales”. Respondamos a estas declaraciones implícitas más que al
contenido manifiesto.
• Reconozcamos que en realidad no podemos mantener al paciente a salvo y
fuera de peligro; eso es algo que le corresponde hacer al paciente.
• Si estamos ante una emergencia, busquemos ayuda. Llamemos al psiquia-
tra del paciente o a otros miembros del equipo. Insistamos en llamar hasta
localizar al contacto de emergencia del paciente. Conozcamos los límites de
nuestro papel como terapeutas. No tengamos miedo de ingresar al paciente
como un último recurso, aunque sepamos que es posible que no permanezca
ingresado mucho tiempo. Esto le ayudará al paciente a saber que nos toma-
mos muy en serio su seguridad.
Exploraciones adicionales
* N. del T.: window of tolerance en el original inglés, término acuñado por Pat Og-
den y que suele traducirse literalmente por “ventana de tolerancia”, en alusión a la
zona, espacio o intervalo óptimo de activación fisiológica, entre la hipoactivación
y la hiperactivación, dentro del cual la persona puede funcionar más eficazmen-
te en lo relativo a recibir, procesar e integrar información y demás formas de
responder adaptativamente a las exigencias de la vida cotidiana sin demasiada
dificultad. La palabra castellana “margen” recoge adecuadamente la idea de hol-
gura o espacio favorable para algo, limitado por sus correspondientes marcos,
extremidades u orillas superior e interior, a uno y otro lado. Los propios autores
utilizan también más adelante e indistintamente la expresión range of tolerance o
patient’s tolerance level o incluso the tolerance of the patient sin más, exactamente
en este mismo sentido,
132 EL TRATAMIENTO DE LA DISOCIACIÓN RELACIONADA CON EL TRAUMA
Sexto, los pacientes no son niños sino adultos, con unas necesi-
dades y unas responsabilidades evolutivas adultas, además de unas
necesidades infantiles no satisfechas –y no integradas. Necesitamos
un modelo que nos ayude a favorecer las capacidades, las libertades
y las responsabilidades adultas de nuestros pacientes en su condi-
ción de seres humanos interdependientes y completos, al tiempo
que trabajando igualmente los dolorosos conflictos y luchas aso-
ciados a la traumatización temprana en el ámbito del apego, los
déficits evolutivos y la disociación.
Por ejemplo, uno de los objetivos principales en terapia consiste
en ayudar a los pacientes disociativos primeramente a aceptar las
partes infantiles, a desarrollar una actitud comprensiva y compasi-
va hacia ellas, y finalmente a darse cuenta de que son aspectos de
ellos mismos. Los pacientes pueden aprender a cuidar de las par-
tes infantiles, y a fomentar el que las partes infantiles “crezcan”
y aprendan a abordar las necesidades de dependencia desde una
perspectiva adulta. Y lo más importante de todo, nuestros pacientes
también deberán hacer el duelo por las cosas que han perdido en
la niñez –y que no es posible enmendar ni amar en la distancia, por
mucho que uno haga, o se preocupe o esté disponible y al alcance
de ellos en el presente.
Finalmente, necesitamos un modelo relacional en el que tanto el
paciente como el terapeuta sean unos participantes activos, un mo-
delo que sea más colaborador que jerárquico. Ello invita al paciente
a ser un miembro activo y motivado dentro del equipo, y a ser un
participante, en lugar de un receptor pasivo. Cuanto más sientan
nuestros pacientes que son ellos los que hacen sus propios cambios
con la ayuda de nuestro apoyo compasivo, pero sin esperar de no-
sotros una sabiduría sobrenatural o unas intervenciones mágicas,
más capaces serán de funcionar en el mundo con una sensación de
capacidad y de participación activa, de habilidad y de voluntad de
obrar libremente. Así pues, cualesquiera que sean las intervencio-
nes compasivas que los terapeutas utilicen, su base y fundamento
es el conocimiento de que nuestros pacientes deberán ser los verda-
deros hacedores o los verdaderos actores dentro de la terapia, como
también en la vida.
MÁS ALLÁ DEL APEGO 133
Concepto nuclear
Todos tenemos una necesidad innata de abrirnos compasivamente a los
demás, de comprenderlos, y de que nos comprendan. En nuestra
condición de seres sensibles y conscientes, tenemos la necesidad de
comprendernos. Esta comunicación esencial es la base para colaborar
con los demás, de manera que podamos disfrutar de
nuestras similitudes y diferencias, y respetarlas.
Concepto nuclear
El modelo relacional colaborador requiere que estemos presentes con lo
que está sucediendo en este mismo momento, tanto internamente como
entre el terapeuta y el paciente. Esta es la experiencia última de compartir y
de sentirnos comprendidos, y es lo que nuestros pacientes disociativos más
necesitan de nosotros.
Concepto nuclear
Tanto la colaboración como la sensación de seguridad son necesarias para
poder abordar las cuestiones relacionales en la terapia
con pacientes gravemente traumatizados. Pero la colaboración
deberá venir antes del apego, y el terapeuta deberá tener cuidado
de no mostrarse solícito o protector, dado que ello contribuirá
a generar más búsqueda de apego en el paciente.
Tabla 4.1.
Modelos relacionales en psicoterapia
Tabla 4.2.
El terapeuta demasiado implicado y demasiado
poco implicado
* N. del T.: felt sense en el original inglés, en alusión al concepto acuñado por Eu-
gene Gendlin a propósito del enfoque conocido como focusing o terapia expe-
riencial. En un esfuerzo por encontrar otras alternativas adicionales a la habitual
“sensación sentida” (expresión consagrada dentro del ámbito de esta técnica en
particular, pero menos familiar fuera de la misma), se ha optado por traducirlo
unas veces como “sensación palpable” (de hecho uno de los significados en el
idioma inglés de palpable es that can be touched or fell) y otras como “vivencia
subjetiva” (subjective experience), según se aludiera al predominio de los aspectos
más particularmente vivenciales (como en el caso, más adelante, de la sensación
inequívoca de que el otro se preocupa y ofrece su apoyo realmente) o bien a un
conjunto más amplio y variado de experiencias individuales (sensoriales, motri-
ces, cognitivas, emocionales y demás), reservando la transcripción de “sensación
sentida” para las referencias directas, específicas y/o inequívocas al concepto
gendliniano repartidas a lo largo del texto, como en el epígrafe que abre esta sub-
sección y en el presente ejemplo.
MÁS ALLÁ DEL APEGO 145
Concepto nuclear
Los pacientes necesitan aprender cuándo es adaptativo
utilizar la autorregulación y cuándo utilizar la regulación relacional.
Pero lo más importante de todo, el cómo utilicen el apoyo
de los demás es lo que puede introducirlos en la espiral
de la dependencia inútil, o impulsarles a proseguir con la experiencia del
autodescubrimiento y del cambio.
146 EL TRATAMIENTO DE LA DISOCIACIÓN RELACIONADA CON EL TRAUMA
Concepto nuclear
El apoyo relacional no depende exclusivamente del contacto
cara a cara, sino más bien de si la persona tiene la sensación
palpable de que el otro le apoya y de si dicha sensación palpable
se sigue teniendo incluso en ausencia del otro.
Concepto nuclear
La calidad de nuestra relación con los pacientes en el
momento presente es mucho más importante que la cantidad
de tiempo que estamos con ellos.
Terapeuta: De modo que a las partes bebés de ti misma las están ex-
hortando a que no manifiesten su dolor en este momento. ¿Por qué
piensas que eso podría ser importante?
Natalie: ¡Porque sí! Acaban de empezar a hacer acto de presencia, y después
tenemos que dejarlo y ser adultos. ¡No podemos hacer una cosa así!
Terapeuta: Hum, suena como si fuera un auténtico dilema. Estaba pen-
sando si podríamos encontrar alguna forma de trabajar eso.
Natalie: No veo cómo, con solamente una hora a la semana para vernos.
Terapeuta: Bueno, supongo que encontraremos la forma de arreglar
eso juntos, aunque puede que sea difícil. ¿Lo intentamos?
Natalie: Supongo, pero no veo la manera, a menos que esté usted dis-
puesto a hablar conmigo por teléfono todos los días cuando de ver-
dad le necesite.
Terapeuta: Bien, vamos a ver si podemos ir paso a paso, ¿vale? Vamos
a empezar por el aquí y ahora de momento, en lugar de dar un salto
hacia adelante demasiado rápido. Tengo la sensación de que nos
estamos perdiendo algo verdaderamente importante en este mismo
momento, antes de que sigamos adelante.
Natalie: No sé a qué se refiere. Estoy aquí, ¿o no? ¡Me dejo caer por
aquí todas las veces que tenemos sesión!
Terapeuta: Sí, es verdad, y te tomas muy en serio el venir aquí. Eso está
genial y es un primer paso importante. ¿Podríamos, además, dirigir
nuestra curiosidad por un momento hacia otras partes que también
están dentro de ti y mirar a ver qué es lo que están sintiendo en este
momento?
Natalie: ¡Ya se lo he dicho! Los bebés están llorando, y están todos gri-
tando para que se callen.
Terapeuta: ¿Eso suena entonces como si los bebés se estuvieran dejando
ver por la sesión, pero otras partes de ti no quieren que estén aquí?
Natalie: Pues claro, porque lo único que van a sacar en claro de todo
esto es que les hagan daño cuando acabe la sesión y tengamos que
volver a casa sin usted.
Terapeuta: Vamos a empezar a trabajar con esas partes de ti que echan el
freno durante la sesión. ¿Podríamos, solo de momento, dejar a las par-
tes bebés de ti en un lugar seguro que les resulte tranquilizador, sola-
mente durante el tiempo breve que estemos trabajando juntos con esas
otras partes de ti? Por supuesto, las partes bebés son tan importantes
como todas las demás partes de ti, y nos ocuparemos de ellas.
MÁS ALLÁ DEL APEGO 151
Natalie: ¿Quiere que vengan David y Sam? [“David”y “Sam”son las par-
tes de Natalie que la protegen de que la decepcionen o de que le ha-
gan daño, insistiendo en que evite acercarse a los demás y confiar en
ellos].
Terapeuta: Sí –esas partes, tú y todas las demás partes de ti a las que
les pueda parecer útil. ¿Pueden David y Sam y otras partes de ti,
junto contigo, concentrar la atención en la habitación durante un
momento? Simplemente mirad a vuestro alrededor y ved con toda
claridad donde estáis, qué sonidos se oyen, el tacto del asiento que
os sostiene, las sensaciones en vuestro cuerpo asociadas a que estáis
en esta habitación. [El terapeuta le dedica un tiempo a ayudar a estas
partes de Natalie a percibir los muchos detalles asociados al hecho de
estar presentes en la habitación].
Natalie: Vale, vale, conocemos esta habitación. ¿Y ahora qué?
Terapeuta: Se me ha ocurrido que estas partes de ti están pasando de-
masiado rápido por encima de unas sensaciones que podrían ayu-
darles a sentirse más seguras y protegidas. Tengo la esperanza de
que, si enlentecemos estas partes lo bastante como para que puedan
notar y sentir verdaderamente este momento presente, encontraréis
otra forma de ayudar a solucionar el dilema de tener que dejar la
sesión sin llegar a ser capaces de sentiros apoyadas. ¿Podéis queda-
ros conmigo, con vuestra curiosidad, en lugar de dar un salto hacia
adelante demasiado pronto? Vamos solamente a dar unos pequeños
pasos en este preciso momento.
Natalie: (Suspirando ostensiblemente) De acuerdo. Pero no veo de qué
forma va a ayudar esto.
Terapeuta: Ahora que esas partes de ti se dan cuenta de que están en
la habitación, y toman conciencia del presente a salvo y sin peligro,
del aquí y ahora, ¿podrían esas partes volver su atención hacia qué
es lo que se siente al estar conmigo en este preciso momento?
Natalie: Ya se lo dije, ¡es espantoso!
Terapeuta: Sí, es verdad que me lo dijiste antes, y esa es una respuesta
muy, muy rápida, de sopetón. ¿Estarías dispuesta a ir más lenta,
junto conmigo, con la sensación de que es espantoso? Una vez más,
pienso si no estaremos perdiéndonos algo importante que está pa-
sando aquí.
Natalie: ¿Qué quiere decir con que “vaya más lenta”?
Terapeuta: Bueno, vamos a dedicarle solamente los próximos 15 segun-
152 EL TRATAMIENTO DE LA DISOCIACIÓN RELACIONADA CON EL TRAUMA
dos y nada más. Dejemos que las partes de ti noten qué se siente al
estar aquí sin pasar inmediatamente a lo que podría suceder des-
pués de esos 15 segundos. ¿Te parece que ¡o puedes intentar?
Natalie: Vale. ¿Solo 15 segundos y ya está?
Terapeuta: Sí, durante 15 segundos centrarse únicamente en qué es lo
que se siente por el hecho de estar conmigo.
Natalie: Es muy poco tiempo. Me da pánico.
Terapeuta: Vale, dime más cosas respecto de qué es lo que sucede.
Natalie: David se ha puesto a gritar diciendo que 15 segundos no es
tiempo suficiente.
Terapeuta: ¿No es tiempo suficiente para qué?
Natalie: ¡Para sentirse mejor! ¡No es suficiente para sentirse mejor!
Terapeuta: Ah, ya veo. David está anticipando que se espera que estos
15 segundos le harán sentirse mejor. ¡No es de extrañar que lo vea
difícil! Tal vez no me expliqué bien. Permítame que lo intente otra
vez, y espero que David este escuchando. El único objetivo es ver
qué se siente por el hecho de estar conmigo en este momento. El ob-
jetivo de sentirse mejor es verdaderamente importante, pero no es
lo que vamos a hacer durante estos pocos segundos. ¿La parte Da-
vid de ti podría simplemente notar qué se siente estando conmigo,
centrar su atención en eso durante un momento? Deja simplemente
que David, Sam, todas las partes de ti miren hacia mí y vean qué es
lo que sienten al estar aquí, juntos. Solamente nosotros dos, centra-
dos únicamente en explorar qué es lo que está sucediendo en este
mismo momento. Nada más, y no más allá de los pocos próximos
segundos.
Natalie: ¡Es difícil! No hago más que pensar en lo que sentiré cuando
me vaya.
Terapeuta: ¡Tienes razón, es difícil! Y como sucede con muchas de las
cosas difíciles, requerirá un poquitín de práctica. ¿Recuerdas cuan-
do le estabas debatiendo enormemente con la idea de hacerte daño,
y lo difícil que fue parar, pero aprendiste a hacerlo, aunque fue muy
difícil? ¡Y ahora va no te autolesionas más! ¿Te acuerdas de lo que
se sentía al hacerte cargo de ti misma y dejar de autolesionarte?
Trata de sentir únicamente esa sensación aquí y ahora, durante un
momento. [El terapeuta está llevando a la paciente en dirección a un
momento en el que se sienta competente, lo cual es en si una experien-
cia positiva]. ¿Cómo se traduce en tu cuerpo esa sensación?
MÁS ALLÁ DEL APEGO 153
Tabla 4.3.
Explorar la sensación palpable que el paciente
tiene del terapeuta
Concepto nuclear
El paciente necesitará tener por lo menos otra persona más que le apoye,
además del terapeuta. Esta persona puede ser un familiar, un amigo, otro
miembro del equipo de tratamiento, u otro profesional
MÁS ALLÁ DEL APEGO 157
ger tenía una parte disociativa que insistía en que era un fracasado. El
terapeuta trabajó esta parte del paciente para comprender sus funcio-
nes (evitar que Roger tuviera experiencias dolorosas y defenderle de la
vergüenza criticándole severamente). El terapeuta ayudó tanto a Roger
como a esta parte de él mismo que le atacaba internamente, a averiguar
más cosas acerca de su vergüenza (véase el capítulo 15) y a tener más
compasión hacia sí mismo.
A medida que fue capaz de regular satisfactoriamente sus emocio-
nes cuando no estaba bajo una situación de estrés, el terapeuta pudo
resaltar los éxitos del paciente, de modo que este empezó a sentir un
cierto orgullo. Con la ayuda de un poco más de compasión entre las
partes disociativas, estas empezaron a mostrarse más dispuestas a co-
laborar en el trabajo y asumir pequeños riesgos en dicho ámbito. Roger
fue aprendiendo lentamente a regularse él mismo sin necesidad de re-
currir siempre a otra persona con esa finalidad.
Concepto nuclear
Compartir con los pacientes lo que sentimos en ese momento puede,
cuando se hace debidamente, fortalecer la relación, fomentar la
confianza, y ayudar a los pacientes a mejorar su capacidad de
compartir y de comunicarse. Es una manera de decir: Formas parte del
género humano, al igual que yo y que todos.
Concepto nuclear
Las revelaciones personales respecto de cuál es la vivencia del terapeuta
en ese momento estando con el paciente, o aquellas que se suman
al paciente en la condición común de ser humanos, son generalmente más
útiles que las revelaciones de hechos concretos relativos a la vida o a la
historia del terapeuta.
MÁS ALLÁ DEL APEGO 161
Resumen
Tabla 4.4.
Revelaciones por parte del terapeuta que favorecen
la colaboración
• Noto que me voy sintiendo triste mientras me cuentas esta historia, pero tú
te estás riendo y sonriendo. Siento curiosidad ante el hecho de que tengamos
unas reacciones tan diferentes. ¿Podrías decirme cuáles son tus emociones y
tus sensaciones cuando me cuentas esta historia?
– Y no: Eres incongruente cuando te ríes por algo que claramente es triste.
Necesitas sentir esa tristeza.
• Me acabo de dar cuenta de que he estado conteniendo la respiración, y noto
que tú también lo estás haciendo. Vamos a respirar profundamente los dos
y a sentir curiosidad respecto de qué es lo que los dos estamos tratando de
conseguir con el hecho de no respirar.
– Y no: Estoy conteniendo la respiración esperando a que digas algo.
• Percibo mucha frustración en la habitación. La siento. Me puedo imaginar
que tú también la sientes –¿es así? Vamos a ver si encontramos alguna forma
de entenderlo.
– Y no: Me siento muy frustrado contigo en este momento. No comprendo
porqué te resistes tanto ante algo que claramente hará que te sientas mejor.
• Cuando me gritas, me siento un poco asustado. Es difícil comprender qué es lo
que realmente estás tratando de decir, y te quiero escuchar. Así que, por favor,
baja la voz y vamos a encontrar la forma de estar juntos, para que lo pueda
entender.
– Y no: ¡Deja ya de estar tan enfadado y cálmate!
• Si un paciente se está mostrando sádico y cruel, el terapeuta, en lugar
de manifestar miedo y vulnerabilidad, deberá inmediatamente volver a
concentrar nuevamente la atención en la vivencia del paciente: Me gustaría
parar un momento, porque acabo de darme cuenta de que lo que está pasando
entre nosotros se parece mucho a lo que dices que te pasa en otras relaciones. Da
la sensación de que extraes una cierta satisfacción de la incomodidad o el miedo
que otras personas de tu alrededor puedan sentir, lo cual has notado que le da
una sensación de poder. ¿No será eso tal vez lo que está sucediendo ahora entre
nosotros, aquí?
– Y no: Me siento enormemente herido. Solo estoy tratando de ayudarte. ¿Por
qué me (ratas de esa forma?
• Parece que hubiera una cierta energía sexual en la habitación. Vamos a
encontrar la forma de poder hablar de eso sin peligro, con todas las partes de
ti mismo presentes.
– Y no: Estás sintiendo impulsos sexuales hacia mí.
– Y no: Estoy sintiendo impulsos sexuales.
• Veo que tengo la curiosa sensación de sentirme un poco incompetente en este
preciso momento. Estaba pensando si esto nos puede decir algo acerca de
qué es lo que está pasando con nosotros dos en esta sesión. Adivino que es
una sensación que te resulta familiar. Vamos a aprovechar esta importante
oportunidad de comprender mejor tu sensación y nuestra sensación juntos.
• Y no: Viniste a verme porque soy un experto, y sé perfectamente lo que estoy
haciendo. Quiero ayudarte, pero tú rechazas todo lo que yo sugiero.
MÁS ALLÁ DEL APEGO 165
Exploraciones adicionales
Concepto nuclear
Los trastornos disociativos complejos requieren unos enfoques terapéuticos
específicos. En razón de ello, la evaluación diagnóstica reviste la mayor
importancia.
Concepto nuclear
Los cambios en la focalización de la atención –lo que algunos autores llaman
la disociación “normal”– sin duda alguna son uno de los componentes de
la disociación de la personalidad, si bien no explican la separación en el
sentido de la propia identidad que aparece en los trastornos disociativos
complejos, y que hace que los síntomas de dichos trastornos sean
cualitativamente diferentes del aturdimiento abstraído,
la inmersión complaciente en un mundo de ensoñaciones diurnas
o el bloqueo desconcertado.
Concepto nuclear
En el caso de OTDE y del TID, la disociación se entiende
de la mejor forma como una organización particular excesivamente
compartimentalizada y rígida de la personalidad y del sentido de la
identidad del paciente, y que incluye diversos sentidos de la
propia identidad separados e independientes. Los síntomas salen
a la luz como manifestaciones de las actividades de las
distintas partes disociativas.
Falta de formación
Concepto nuclear
La mayoría de los terapeutas han recibido poca o ninguna formación en lo
relativo a la evaluación diagnóstica de la disociación. Ello puede conducir
a un aumento de falsos negativos (un infradiagnóstico)
o de falsos positivos (un sobrediagnóstico) a la hora de reconocer o de
diagnosticar correctamente un trastorno disociativo, lo que en ambos casos
derivará en un tratamiento inadecuado de los pacientes.
Los terapeutas que trabajan con poblaciones de pacientes con
traumas complejos, tienen la obligación ética de hacer una evaluación
diagnóstica precisa y certera con objeto de identificar la presencia
de posibles trastornos disociativos.
Concepto nuclear
Los síntomas disociativos suelen permanecer ocultos de la vista
del terapeuta porque el paciente no es consciente de sus experiencias y
sensaciones, se avergüenza de ellas o no sabe cómo describirlas.
Los terapeutas deberán hacer preguntas concretas y especificas acerca de la
disociación y recabar numerosos ejemplos de experiencias y
sensaciones del paciente, ya no solo del presente, sino también del pasado.
180 EL TRATAMIENTO DE LA DISOCIACIÓN RELACIONADA CON EL TRAUMA
Concepto nuclear
Los terapeutas deberán ser conscientes de que las actividades
de las distintas partes disociativas pueden remedar o exacerbar
otros síntomas y trastornos, tales como la depresión, las autolesiones,
la inclinación al suicidio, los trastornos de alimentación, las adicciones,
y los ataques de pánico.
comparables a los estados del yo. Podemos pensar en las partes di-
sociativas en tanto que situadas bajo la rúbrica de una categoría
abarcadora más amplia de estados naturales del yo. Metafórica-
mente hablando, todos los tigres (partes disociativas) son mamífe-
ros (estados del yo), pero no todos los mamíferos (estados del yo)
son tigres (partes disociativas) (véase Kluft, 1988a, 2006).
Concepto nuclear
Los estados del yo son fenómenos normales que todos sentimos,
y no indican la presencia de un trastorno disociativo. Se diferencian
de las partes disociativas en su falta de autonomía y de elaboración,
la vivencia y el recuerdo personales, además de tener una sola
y única representación del self y perspectiva en primera persona.
El paciente reconoce con facilidad que los estados del yo forman
parte de él mismo, lo que no es el caso de las partes disociativas.
Concepto nuclear
Los síntomas disociativos pueden ser positivos o negativos. Los síntomas
positivos son intrusiones transitorias tales como voces, dolor físico,
pensamientos y emociones. Los síntomas negativos son pérdidas de
funciones que no se pueden explicar por otras razones, tales como
entumecimiento emocional, analgesia o anestesia, parálisis, y pérdida
repentina de habilidades tales como conducir o cocinar.
Tabla 5.1.
Síntomas de disociación más comunes
Amnesia
La amnesia es uno de los sellos distintivos del TID y puede afectar tanto
a experiencias pasadas como actuales. Deberá diferenciarse del ensimisma-
miento y el alejamiento (fallos en la fijación o codificación mnémica). La
amnesia no deberá estar debida al abuso de sustancias (blackouts o lagunas
mnésicas). La amnesia psicógena o disociativa importante rara vez aparece
aisladamente, sino que la mayoría de las veces constituye un síntoma de un
trastorno disociativo más complejo (Loewenstein, 1991b).
Influencia pasiva
• Una o más partes disociativas influyen internamente (sin un cambio manifiesto
de una parte disociativa a otra) en la conducta del paciente, en sus pensamien-
tos, sensaciones, predicciones y percepciones sensoriales. Ello puede dar lugar
al desarrollo de síntomas schneiderianos (véase más abajo).
• Dos o más partes disociativas están (co)presentes simultáneamente. Ello puede
dar lugar al desarrollo de síntomas schneiderianos.
• Una parte disociativa deja paso totalmente a otra parte y es observada por el
terapeuta o por otras personas cercanas al paciente.
Síntomas schneiderianos
Los síntomas schneiderianos de la esquizofrenia (también conocidos como
síntomas positivos o de primer orden) son muy comunes en los trastornos
disocialivos y son el resultado de las actividades y de la influencia de las partes
disociativas (Brand & Loewenstein, 2010; Kluft, 1987b; Dorahy et al., 2009; C.
A. Ross et al., 1990; Steinberg & Spiegel, 2008). En los pacientes que tienen
una historia de traumatización crónica, la presencia de cualquiera de estos
síntomas deberá suscitar la cuestión respecto de la existencia de un trastorno
disociativo, lo que hará necesaria una mayor evaluación.
LA EVALUACIÓN DE LOS TRASTORNOS DISOCIATIVOS 189
• Síntomas conductuales:
– Los pacientes informan de la presencia de fluctuaciones desconcertantes en
las habilidades y las capacidades adquiridas (e.g., conducir, cocinar, hacer
operaciones matemáticas).
– Otras personas les informan a los pacientes de que estos actúan de manera
muy diferente en algunas situaciones y que casi parece como si fueran otras
personas distintas de ellos mismos.
• Síntomas afectivos
– Los pacientes informan de que tienen fluctuaciones inexplicables y muy rápi-
das en el estado de ánimo y en sus emociones.
– Los pacientes tienen la sensación de que no controlan sus emociones, como
si las emociones “cayeran del cielo”.
• Síntomas verbales:
– Los pacientes desarrollan una narrativa en torno al apego-d o apego desorga-
nizado/desorientado que no es congruente ni coherente, y que incluye lapsos
en la atención y confusión entre el pasado y el presente.
• Los pacientes dicen que no pueden oír bien, como si estuvieran bajando por un
túnel muy largo.
LA EVALUACIÓN DE LOS TRASTORNOS DISOCIATIVOS 191
* N. del T.: executive functioning en el original inglés, que también suele traducirse
por función ejecutiva, o funciones ejecutivas, en alusión al concepto neuropsico-
lógico que engloba las funciones superiores que integran las diferentes áreas cog-
nitivas, permitiendo responder a las situaciones nuevas y constituyendo la base
para controlar otros procesos cognitivos, emocionales y comportamentales. Son
muy importantes para la ejecución, mediada por el córtex prefrontal, de la mayor
parte de las actividades cotidianas, principalmente aquellas que incluyen la pla-
nificación y la organización, la toma de decisiones, la solución de problemas, el
autocontrol y la autorregulación.
192 EL TRATAMIENTO DE LA DISOCIACIÓN RELACIONADA CON EL TRAUMA
Concepto nuclear
Es importante distinguir entre los pacientes que tienen una única parte
disociativa que funciona en la vida cotidiana, y los que tienen más de una.
Además de ayudar a diagnosticar correctamente el trastorno disociativo, esta
diferenciación tiene importantes consecuencias para el tratamiento.
Bob era un varón de 40 años de edad que buscó ayuda por proble-
mas sexuales. Por primera vez en su vida tenía una relación estable
con otro hombre, John, pero se angustiaba mucho con su relación sen-
timental, particularmente cuando estaba de por medio el sexo. Tenia
miedo de que John le dejara, dado que estaba convencido de que le
había decepcionado y de que era un fracaso en la cama. Bob sabía que
era homosexual desde hacía mucho tiempo, y en el pasado había tenido
varias relaciones con diferentes hombres, pero ninguna de ellas había
durado más allá de unas pocas semanas. La mayoría de las veces, era el
paciente el que ponía fin a estas relaciones.
Le dijo a la terapeuta que un vecino había abusado sexualmente
de él desde los 7 a los 12 años. Se daba cuenta de que sus problemas
sexuales estaban de alguna forma relacionados con los abusos sexuales
infantiles. Informó de que había recibido terapia y EMDR por sus ante-
cedentes traumáticos, pero había dejado las sesiones de “movimientos
oculares” porque parecía que hacían que sus problemas fueran a peor.
De hecho, llegó a sentirse completamente desbordado y aterrorizado.
Su solución había sido evitar tanto la terapia como las relaciones sexua-
les durante los últimos 10 años.
Bob se desempeñaba bastante bien como ingeniero y tenía muchos
contactos sociales superficiales, además de un par de amigas íntimas.
Fue una de estas amigas la que le había animado a Bob para que volvie-
ra a buscar ayuda. Bob le dijo a la terapeuta que todo le iba bien en la
vida, siempre y cuando se mantuviera al margen del sexo y de las rela-
ciones sentimentales con otros hombres. Cuando se le preguntó acerca
de posibles síntomas somáticos, Bob señaló que por lo general no sentía
gran cosa su propio cuerpo. Le gustaba entrenar muy fuerte en el gim-
nasio, pero decía que jamás sentía molestias ni dolor, aun cuando se
había lesionado.
Bob le había hablado previamente a su pareja de sus antecedentes
traumáticos, y John pareció mostrarse bastante empático, pero ello no
disminuyó el miedo ni la vergüenza de Bob. John había observado que
Bob se mostraba muy inquieto por las noches mientras dormía, como
si tuviera constantes pesadillas. Varias veces, durante la noche, parecía
LA EVALUACIÓN DE LOS TRASTORNOS DISOCIATIVOS 199
Resumen
Exploraciones adicionales
Recursos económicos
Factores multiculturales
Concepto nuclear
Es esencial evaluar la posibilidad de un daño cerebral traumático (DCT)
en los pacientes que han sido maltratados crónicamente desde la niñez
y que tienen una historia de agresiones físicas o de accidentes
que potencialmente pueden provocar traumatismos craneales. El DCT
no diagnosticado y no tratado puede interferir significativamente
en los avances en la terapia.
• Inteligencia:
– ¿Cuál es el nivel de inteligencia del paciente?
– ¿Es capaz de servirse de su inteligencia como un recurso
dentro de la terapia en lugar de como una defensa?
• Habilidades verbales:
– ¿Cómo de bien es capaz el paciente de expresar verbal-
mente sus vivencias y sus sensaciones dentro de la terapia?
• Coherencia del pensamiento:
– ¿Qué capacidad habitual tiene el paciente de pensar cohe-
rentemente, y qué sucede a este respecto bajo condiciones
de un estrés moderado?
– ¿Unas partes disociativas tienen más o menos coherencia
que otras?
• Capacidad de atención y conciencia plenas:
– ¿El paciente es capaz de aprender o está dispuesto a apren-
der a estar más presente y más atento y consciente (mind-
ful) en relación con lo que está pasando internamente y a
su alrededor?
216 EL TRATAMIENTO DE LA DISOCIACIÓN RELACIONADA CON EL TRAUMA
Insight
de abusos infantiles, tardó mucho en llegar. Pero una vez que dicho
insight se arraigó junto con una verdadera percepción realista, la pa-
ciente procedió a introducir algunos cambios importantes durante el
transcurso de los dos años siguientes, incluido el encontrar un trabajo
mejor remunerado y un lugar mejor donde vivir, además de comprarse
alguna ropa nueva por primera vez en años, tomarse unas vacaciones
por primera vez en toda su vida adulta, y encontrar y disfrutar de va-
rias relaciones sanas.
Motivaciones
Recursos emocionales
Recursos somáticos
Recursos imaginativos
Cara era una paciente que estaba justamente empezando a poder abor-
dar algunas de sus emociones más dolorosas. El terapeuta decidió ayu-
darle a servirse de algunos recursos para que la paciente pudiera sentir
y afianzar una sensación de comodidad y de seguridad de manera más
consciente. Cara eligió utilizar como recurso imaginarse una figura que
tuviese unas cualidades positivas. Se representó la imagen de una mujer
224 EL TRATAMIENTO DE LA DISOCIACIÓN RELACIONADA CON EL TRAUMA
Defensas psicológicas
Concepto nuclear
Una historia detallada de los tratamientos anteriores del paciente
es de utilidad para desvelar posibles problemas transferenciales
y contratransferenciales que pueden surgir en la terapia actual,
cómo maneja el paciente las finalizaciones del tratamiento,
las expectativas que tiene el paciente respecto de la terapia, y qué
cosas deberán ser similares y diferentes en la terapia actual.
Estilos de apego
Concepto nuclear
Valorar el pronóstico
Comorbilidad grave
Nivel de autocompasión
Concepto nuclear
El diagnóstico se centra en los síntomas y los trastornos. La formulación
del caso utiliza la evaluación para avanzar en dirección a comprender el
proceso que siguen los pacientes, la forma como están organizados y se
relacionan con ellos mismos, los demás y el mundo. La formulación del
caso, pues, permite dar forma al tratamiento.
MÁS ALLÁ DEL DIAGNÓSTICO 245
joven que ella, pero no se veían con frecuencia, dado que ella reducía al
mínimo el contacto con su familia de origen. Cuando era pequeña, tuvo
dos profesoras que se mostraron muy comprensivas con ella y le ayuda-
ron, y que la terapeuta consideraba que podrían ser posibles recursos.
Marianne era inteligente, pero parecía tener grandes dificultades
en hablar de sus problemas y al principio del tratamiento se disociaba
con frecuencia. Manifestó estar motivada y tener cierta capacidad de
insight, pero al mismo tiempo le asustaban sus vivencias internas y te-
nía una fuerte fobia a su diagnóstico y a las partes disociativas. Existía
claramente un enorme conflicto interno entre las distintas partes, per-
ceptible para la terapeuta, pero Marianne apenas podía hacer ningún
comentario acerca de lo que sentía y se mostraba muy despectiva hacia
las partes de ella misma. Sin embargo, se mantuvo desenvolviéndose
bien dentro del encuadre terapéutico, jamás faltó a una sesión, venía
siempre a su hora, y no llamaba por teléfono ni mandaba e-mails a la
terapeuta inapropiadamente en el intervalo entre sesiones.
Sobre la base de esta información y alguna otra recabadas durante
la evaluación clínica, su terapeuta elaboró una formulación del caso.
Marianne tenía cierta fuerza del yo, inteligencia, insight y motivación
para emprender el tratamiento. No obstante, los siguientes aspectos
habrían de ejercer un impacto (negativo) de primer orden en su trata-
miento: (a) su constante incapacidad de percibir con claridad y realis-
tamente, lo que derivaba en una fobia a la experiencia interna y a las
partes disociativas hasta el punto de que no podía aceptar su diagnós-
tico; (b) conflictos internos muy serios entre las distintas partes diso-
ciativas, que derivaban en frecuentes cambios de registro durante las
sesiones y en una incapacidad de recordar de qué se estaba hablando;
(c) conflictos y dificultades graves de apego, que indicaban la presencia
de unos esquemas rígidos y derivaban en el aislamiento social y una de-
fensa crónica cuando percibía a la terapeuta como una figura cariñosa
y cercana; (d) el uso de la proyección como defensa, de manera tal que a
menudo la terapeuta se sentía avergonzada e incompetente ante ella, lo
que protegía a la paciente de la posibilidad de sentir ella misma dichas
emociones; (e) la transferencia, que incluía una compleja combinación
de acercamiento y dependencia emocional derivados de las partes que
permanecían fijadas al llanto de apego, seguidos rápidamente de una
rabia pulverizadora derivada de las partes que necesitaban defenderse
ante la posibilidad de sentir ningún apego, o de conductas rechazantes
MÁS ALLÁ DEL DIAGNÓSTICO 247
Resumen
Exploraciones adicionales
Concepto nuclear
Los planes de tratamiento dependerán del diagnóstico, la formulación
del caso y el pronóstico. La mayoría de los pacientes disociativos
necesitarán cuanto menos un breve período de estabilización,
en tanto que algunos otros pueden necesitar un apoyo prolongado
para poder llegar a estabilizarse.
Concepto nuclear
Unos límites adecuados favorecen el encuadre terapéutico
y el plan de tratamiento. Están pensados para maximizar
la efectividad de la terapia, minimizar el riesgo de que el terapeuta
acabe “quemado”, y ayudar a los pacientes a seguir funcionando
y a desarrollar una creciente sensación de competencia y de dominio.
Concepto nuclear
Sesiones más frecuentes no siempre es sinónimo de una terapia
más eficaz. Los terapeutas deberán considerar detenidamente los pros
y los contras, y tener unas razones claras para aumentar el número
de sesiones o la duración de la sesión. El tratamiento deberá empezar por
una sesión semanal hasta que el paciente pueda ser evaluado a fin
de decidir si podría estar indicado tener más sesiones
o sesiones más largas, y con qué objetivos.
LA PLANIFICACIÓN DEL TRATAMIENTO 253
Concepto nuclear
Las sesiones deberán siempre empezar y acabar a su hora. Las sesiones
más largas de lo normal deberán ser planificadas con antelación, en lugar
de alargarlas espontáneamente. El terapeuta deberá asegurarse de dejar
el tiempo suficiente antes de acabar la sesión para que el paciente vuelva
a poner los pies en la tierra y se sienta contenido y capaz de abandonar la
consulta sin sentir un padecimiento y/o una angustia excesivos.
mar de cómo van las cosas puede brindar una importante sujeción y
contención en el caso de algunos pacientes durante el período entre
sesiones, en aquellas ocasiones puntuales en las que pudiera ser
necesario algún apoyo adicional. Dichas comunicaciones deberán
ser relativamente breves.
Los terapeutas deberán dejar bien claro desde el principio qué
tipo de mensajes de texto o de e-mails serán apropiados, cuando el
paciente tenga que utilizarlos, y cómo podrá responder a ellos el
terapeuta. Este deberá ser consecuente con estas directrices, tal vez
reconociendo sin más la recepción de la comunicación con un men-
saje breve apoyando al paciente. Por ejemplo, el terapeuta podría
escribir: He recibido el e-mail que me mandaste hoy. Siento que lo
estés pasando mal y espero que estas palabras te sirvan de ayuda para
recordarte que no estás solo. Por favor, practica las habilidades que
hemos estado trabajando juntos –la semana pasada lo hiciste muy
bien. Espero con ilusión poder hablar contigo de esto cuando nos vea-
mos el próximo viernes.
Un problema importante con los pacientes disociativos será el
uso de los mensajes o los correos por iniciativa de algunas partes di-
sociativas específicas. El terapeuta deberá tener cuidado de no en-
redarse en conflictos internos en los que unas determinadas partes
disociativas están contándole por escrito al terapeuta unos secretos
que no quieren que otras partes sepan, o que únicamente se darán
a conocer a través de la telecomunicación, en lugar de dentro de la
terapia. Esto genera un dilema imposible de resolver, en el que el
terapeuta se convierte en parte integrante del sistema disociativo.
En estos casos, los terapeutas pueden señalar que las partes diso-
ciativas no deberán compartir ningún secreto con ellos, y que lo que
se espera es que las partes disociativas participen en las sesiones.
Se dedicará un tiempo en la terapia para analizar por qué las partes
disociativas sienten la necesidad de guardar secretos unas respecto
de otras, y qué podría ayudar a las partes disociativas a participar
durante las sesiones.
Por el lado positivo, a veces una parte disociativa del paciente
reticente o avergonzada puede empezar a implicarse en el trata-
258 EL TRATAMIENTO DE LA DISOCIACIÓN RELACIONADA CON EL TRAUMA
miento a través del correo electrónico, dado que ello sería menos in-
tenso a nivel relacional que las sesiones cara a cara. En la medida en
que ello pueda servir para que finalmente dichas partes disociativas
se decidan a intervenir en las sesiones, pudiera ser de utilidad. A veces
las partes enfurecidas son las primeras en arriesgarse a expresar la
rabia hacia el terapeuta a través de esta forma más indirecta, pero ello
no deberá ser insultante ni ofensivo. El terapeuta deberá responder
al proceso subyacente más que al contenido del e-mail y dirigir la res-
puesta a la persona como un todo en la medida que ello sea posible.
Si el paciente tiene amnesia respecto de haber enviado un men-
saje de texto o un e-mail, el terapeuta deberá llevar una copia del
mensaje o del correo a la sesión y ayudar al paciente a analizar dón-
de reside la dificultad respecto de ser consciente de que una parte
de él mismo se está comunicando con el terapeuta de esta forma.
Al margen de si quien está tratando de comunicarse es el paciente
como un todo o una parte disociativa de él, el terapeuta insistirá en
que el paciente en su conjunto –es decir, todas las partes disociati-
vas– deberá atenerse a los mismos límites.
Concepto nuclear
El terapeuta deberá analizar de manera regular con los pacientes los
objetivos a corto plazo y a largo plazo del tratamiento y los avances, y
ajustar el tratamiento cuando ello sea necesario.
más las distintas partes de ella misma y la forma en que dichas partes
contribuían a generar y a mantener sus problemas de sueño, dado que
sospechaba que las mismas desempeñaban un papel muy importante,
porque con frecuencia Anna decía tener amnesia respecto de muchas
y diferentes conductas que acontecían durante la noche. La terapeuta
le dedicó un tiempo a fin de tranquilizar a la paciente respecto de que
sus miedos eran perfectamente comprensibles y de que podía tomarse
el tiempo que necesitara para poder avanzar a pequeños pasos. Esto
le ayudó a Anna a decidir conjuntamente con la terapeuta que podía
establecer el objetivo de analizar su temor a las partes disociativas.
Una vez que disminuyó el miedo, se estableció el objetivo adicional de
trabajar para lograr una mayor comunicación y colaboración entre las
partes respecto de dormir por las noches.
Crear seguridad
Concepto nuclear
El terapeuta deberá volver regularmente a la formulación del caso, el
pronóstico y la planificación del tratamiento, con objeto de determinar si
la terapia está progresando en la dirección adecuada, y si el paciente está
ganando en sensación de seguridad y en habilidades emocionales.
* N. del T.: Dado que ello contradice aparentemente el alivio que la paciente experi-
mentó inicialmente al explicarle que sus síntomas y signos indicaban la presencia
de un trastorno disociativo, “dado que tenía tanto miedo de estar loca o de ser
esquizofrénica” (véase el capítulo 5: ejemplo de un caso de diagnóstico de TID:
Marianne; párrafo final), es evidente que luego de esta primera reacción, al poco
la fobia característica a la experiencia interna y a las partes disociativas ocupó
rápidamente un primer plano.
LA PLANIFICACIÓN DEL TRATAMIENTO 269
Concepto nuclear
Los objetivos a corto plazo que incluyan pequeños pasos
en dirección a objetivos a largo plazo, pueden ayudar a mantener
la terapia por el buen camino, de modo que no se pierdan de vista
los objetivos más ambiciosos que necesitan más tiempo.
LA PLANIFICACIÓN DEL TRATAMIENTO 271
Resumen
Exploraciones adicionales
Concepto nuclear
Los terapeutas deberán tener un buen conocimiento respecto de cómo
entender y trabajar el proceso con los pacientes disociativos. El simple
hecho de aprender unas técnicas y unas habilidades no será suficiente.
Por ejemplo, Mara era una paciente que tenía un TID y que con
frecuencia se enzarzaba en contar largas historias acerca de las mu-
chas veces que se había sentido herida en las relaciones con su fami-
lia, historias que a menudo se concentraban en los problemas con la
otra persona. La terapeuta hacía algunos comentarios ocasionales
acerca de lo doloroso que debía ser para Mara el no sentirse es-
cuchada ni respetada. Gradualmente logró ayudar a Mara a darse
cuenta de que tenía miedo de que la terapeuta no la escuchara ni la
respetara. La labor terapéutica pudo entonces pasar a ocuparse de
la vivencia subjetiva de Mara en el aquí y ahora, en lugar de seguir
contando unas historias repetitivas en las que la paciente evitaba
tomar conciencia respecto de cuál era su propia dinámica dentro
del ámbito de las relaciones interpersonales.
280 EL TRATAMIENTO DE LA DISOCIACIÓN RELACIONADA CON EL TRAUMA
Concepto nuclear
El contenido de los recuerdos traumáticos no deberá ser ignorado, pero
los terapeutas deberán comprender y trabajar la dinámica del sistema
interno y de las relaciones del paciente cuando los recuerdos traumáticos
salen a la luz o son evitados. Lo que sucede dentro del paciente y lo que
sucede en la relación cuando los recuerdos traumáticos son evocados,
constituirá un punto central esencial dentro del tratamiento.
Concepto nuclear
La regulación de la velocidad requiere que el terapeuta determine cuánto
tiempo y qué tipo de apoyo es necesario para que el paciente reciba
contención y arraigo, con objeto de salir de las sesiones
a su hora sintiéndose seguro y modulado.
Concepto nuclear
El nivel general de funcionamiento del paciente deberá mantenerse o
mejorar con el tratamiento, y cualquier regresión posible deberá ser de
vida corta. Si el paciente tiene cada vez más dificultades en abordar la
vida cotidiana, la intensidad y el ritmo de la terapia deberán ser revisados
como una posible contribución a este resultado.
Concepto nuclear
Los límites son esenciales. Si bien deberán ser un tanto flexibles
dentro de un rango limitado, no deberán cambiarse debido
meramente a que el paciente quiera o exija algo, o porque
el terapeuta esté sintiendo unas emociones muy intensas.
294 EL TRATAMIENTO DE LA DISOCIACIÓN RELACIONADA CON EL TRAUMA
* N. del T.: El lector interesado puede consultar el clásico de Ledochowski, Igor: Ma-
nual de formación en trance profundo. Volumen 1: Habilidades de hipnotización.
Bilbao: Desclée De Brouwer, 2009. Ledochowski imparte clases magistrales en la
Escuela de Hipnosis Clínica de Londres, es miembro numerario de la Sociedad
Británica de Hipnosis Clínica, de la Asociación de Programación Neurolingüística
y de la Red Internacional de PNL Humanística. La obra citada presenta una serie
de principios teóricos esenciales procedentes de la totalidad de las principales
escuelas de hipnosis, así como de ejercicios y ejemplos prácticos para sacar el
mayor provecho de esta antigua actividad mental impermeable al envejecimiento
(la hipnosis y el trance, partiendo de la base de que “nuestro inconsciente tiende
hacia la salud”). El texto es una valiosa guía para desarrollar la excelencia y la
elegancia como hipnotizadores, tanto en el caso de los principiantes como de
los profesionales experimentados, y el método de hipnotización que se expone
en el mismo es verificable, comprobable y replicable. El autor confía en que su
manual de formación contribuya a la utilización de la hipnosis con fines curati-
vos, y ofrezca una alternativa poderosa y eficaz a la terapia farmacológica en el
tratamiento de los problemas psicológicos.
LOS PRINCIPIOS QUE REGIRÁN EL TRATAMIENTO 297
Concepto nuclear
Un objetivo a largo plazo del tratamiento será ayudar a los pacientes
a aceptar con compasión a todas las partes de ellos mismos,
y a separar la desaprobación de las conductas de la desaprobación de
las partes del self.
alguna forma o en uno u otro grado con todos los pacientes. Esto se
le puede adelantar a los pacientes al principio de la terapia diciendo
algo así como: Cuando cometa algún error o te malinterprete, ¿cual
sería la mejor manera de que pudiéramos tratar de solucionarlo
juntos? Esto permitirá ejemplificar la falibilidad humana, la humil-
dad y la disposición a reparar la relación desde el principio mismo
de la terapia. Como se analizó en el capítulo 4, la reparación es
esencial para la salud de todas las relaciones en general, y en espe-
cial para la relación terapéutica. Será de la responsabilidad de los
terapeutas el poner los pies en la tierra y aclararse primeramente
ellos mismos, y a continuación salir al encuentro del paciente para
reparar el malentendido, la falta de sintonía o el daño.
Concepto nuclear
Los terapeutas deberán aprender a reparar las fisuras
relacionales con humildad, incluso en el caso de que
no hayan hecho nada equivocado o malo.
Exploraciones adicionales
8.1 ¿Qué principios son los que guían actualmente nuestro tra-
tamiento de los pacientes? ¿Alguno de los principios ana-
lizados en este capítulo nos sorprendió? ¿Nos sentimos en
desacuerdo con alguno de ellos, o bien tenemos algunos
otros principios adicionales que podríamos añadir?
8.2 Tomemos uno de nuestros casos actuales y procedamos a
revisarlo para ver si estamos aplicando los principios del
tratamiento,
8.3 Practiquemos el desglosar los objetivos más amplios en una
serie de pasos más pequeños, aplicado a un paciente. Por
ejemplo, probemos a hacer una lista de distintos pasos para
aprender a regular las emociones o a comunicarse con una
parte disociativa. ¿Por qué pasos empezaríamos? Si tene-
mos alguna dificultad, recurramos a nuestros compañeros
de profesión para que nos ayuden.
9 El tratamiento por fases:
visión de conjunto
Concepto nuclear
El tratamiento de los pacientes con trastornos disociativos
procederá por fases con objeto de ayudar a desarrollar
las habilidades cognitivas, emocionales, somáticas
y relacionales necesarias al principio del tratamiento.
y reducir los síntomas (e.g., Boon et al., 2011; D. Brown et al., 1998;
Courtois, 2008; Courtois & Ford, 2012; Herman, 1997; Howell, 2011;
Kluft & Fine, 1993; Van der Hart et al., 2006). Esto difiere conside-
rablemente de los tratamientos de primera línea para el TEPT, que
generalmente incluyen algún tipo de exposición a los recuerdos trau-
máticos, junto con la prevención de recaídas (Foa, Keane, Friedman
& Cohen, 2009). En la fase 1, los recuerdos traumáticos serán mayo-
ritariamente contenidos en la medida que ello sea posible, hasta que
el paciente pueda desarrollar la capacidad de permanecer dentro del
margen de tolerancia emocional. Si bien puede que los pacientes
hablen de hecho en cierto grado acerca de lo que les sucedió, por
lo general el terapeuta no alentará a hablar de los detalles, para no
dar un lugar a un desencadenamiento o una reactivación adicional.
Una posible metáfora que ofrecer al paciente sería la idea de pre-
pararse para un evento deportivo: debemos estar en condiciones de
obtener unos buenos resultados, por lo que la preparación y la prác-
tica serán importantes. Los pacientes deberán practicar una serie de
habilidades para regular la activación antes de proceder a abordar
directamente los recuerdos, con objeto de maximizar la posibilidad
de tener éxito. En esta primera fase, el enfoque relacional tendrá en
cuenta que a los pacientes crónicamente traumatizados les han heri-
do profundamente en el ámbito del apego y, en razón de ello, la segu-
ridad deberá preceder al apego, y la reparación relacional reiterada
será un componente esencial del tratamiento (D. Brown et al., 1998;
Chu, 2011; Courtois, 2008; Courtois & Ford. 2012; Ford, Courtois,
Steele, Van der Hart & Nijenhuis, 2005; Howell, 2011; Loewenstein
& Welzant, 2010; Schore, 2012; Siegel. 2010b).
Concepto nuclear
La primera fase del tratamiento incluye la creación de una seguridad
interna y externa, la reducción de los síntomas, la estabilización
del funcionamiento en la vida cotidiana, la labor inicial para crear
una alianza terapéutica, las primeras incursiones en el trabajo real
con las partes disociativas, y la contención de los recuerdos
traumáticos abrumadores.
306 EL TRATAMIENTO DE LA DISOCIACIÓN RELACIONADA CON EL TRAUMA
Concepto nuclear
Un principio guía será prevenir una mayor reactivación de los recuerdos
traumáticos en la fase 1, al tiempo que escuchando compasivamente al
paciente y manteniendo el tratamiento dentro del margen de tolerancia.
EL TRATAMIENTO POR FASES 307
Tabla 9.1.
Objetivos terapéuticos de la fase 1
Tabla 9.12
Habilidades de estabilización para los pacientes
Concepto nuclear
Los pacientes pueden mostrar una completa negación de los hechos
traumatizantes, una evitación fóbica extrema, o una tendencia
a pasar a hablar de ello inmediatamente y con todo lujo de detalles.
El terapeuta deberá ser consciente de que habitualmente el paciente tiene
intensos conflictos entre las distintas partes disociativas respecto
de encarar los recuerdos traumáticos, y que lo que se le muestra
al terapeuta suele ser únicamente una de las caras del conflicto entre
saber y no saber. Este conflicto en sí deberá ser abordado
en el tratamiento a la velocidad debida.
Concepto nuclear
Los flashbacks deberán ser contenidos y el paciente deberá arraigarse
en el presente. Estas son reviviscencias abrumadoras en las que el
paciente está fuera del margen de tolerancia y, en razón de ello, no es un
buen punto para empezar a trabajar los recuerdos traumáticos.
Tabla 9.3.
Cómo contener los flashbacks
Concepto nuclear
Los flashbacks deberán ser contenidos y el paciente deberá arraigarse
en el presente. Estas son reviviscencias abrumadoras en las que el
paciente está fuera del margen de tolerancia y, en razón de ello, no es un
buen punto para empezar a trabajar los recuerdos traumáticos.
Megan era una paciente de 52 años que tenía una depresión mayor y
OTDE. Se crió con un hermano extremadamente violento que padecía
una enfermedad mental grave. Aunque Megan estuvo yendo a un psi-
quiatra durante doce años, jamás le habló de lo que había pasado, al
margen de reconocer que su niñez había sido un período muy difícil. Le
dijo a su actual terapeuta que sus padres no habían hecho ningún es-
fuerzo para lograr que su hermano se tratara de su enfermedad mental,
ni por intentar controlarlo mientras vivió en casa. Cuando su hermano
le hacía daño a Megan, los padres solían echarle la culpa a ella, pregun-
tándole: ¿Qué has hecho para alterarlo de esa forma? En este momento
EL TRATAMIENTO POR FASES 315
Tabla 9.4.
Objetivos terapéuticos de la fase 2
Esta será una de las fobias más difíciles de superar, para lo cual
se requerirá una capacidad de integración elevada y perseverante.
Algunas partes disociativas en particular pueden mostrarse especial-
mente reacias a tomar conciencia de estos recuerdos, a pesar del
creciente reconocimiento y comprensión presente en otras partes de
la personalidad. Por ejemplo, una determinada parte puede persistir
en aferrarse a la “fantasía dorada” de tener unos padres amorosos
ideales, aun cuando otras partes están tomando más conciencia de
los abusos del pasado, y aceptándolos. En razón de ello, la persona
como un todo continuará adoleciendo de una falta significativa de
percepción realista. La tristeza y el duelo por el pasado y por las
pérdidas actuales deberán ser toleradas con objeto de favorecer una
creciente toma de conciencia. Pero habrá siempre que contrapesar
el duelo con la capacidad de extraer una mayor satisfacción, alegría,
placer y gozo de las experiencias positivas en el presente.
EL TRATAMIENTO POR FASES 325
Tabla 9.5.
Objetivos terapéuticos de la fase 3
• Aceptar y hacer el duelo por las pérdidas del pasado, el presente y el futuro.
• Superar la fobia a la intimidad, incluida la sexualidad y el cuerpo.
• Amoldarse a una vida y una rutina diaria más normal, aprendiendo a vivir
más plenamente en el presente.
• Asumir riesgos adaptamos para mejorar la calidad de vida y las relaciones.
• Aceptar el cambio como algo inevitable y adaptarse en la medida de lo
posible.
• Entablar unas relaciones sanas y duraderas.
• Integrar la personalidad y proceder a establecer una identidad unificada,
en la medida de lo posible.
• Desarrollar unas capacidades y habilidades para disfrutar de la vida coti-
diana.
• Dar forma a un sentido y un propósito en la vida.
• Seguir mejorando la situación asociada a la vida cotidiana.
EL TRATAMIENTO POR FASES 327
Exploraciones adicionales
* N. del T:. internal family systems en el original inglés, lo que ha sido traducido al
castellano por el Center for Self Leadership como la terapia de los “Sistemas de la
Familia Interna”® (Richard C Schwartz: Introducción al modelo de los sistemas de
la familia interna. Barcelona: Elefhteria, 2015). Schwartz combina el pensamiento
sistémico con la visión respecto de que la personalidad se compone de diferentes
subpersonalidades relativamente separadas e independientes, cada una de ellas
con su punto de vista y sus cualidades que les son propias. El modelo se sirve de la
terapia familiar sistémica (family systems therapy en inglés, en alusión a la rama
de la psicoterapia que trabaja con las familias y las parejas –reales externas– para
favorecer el cambio y el desarrollo, sobre la base de la teoría general de sistemas
enunciada por el biólogo y filósofo austríaco Karl Ludwig von Bertanlanffy) con
el fin de comprender la forma en la que se organizan estos grupos de subpersona-
lidades. La opción de “terapia familiar sistémica interna” concuerda con los auto-
res del presente texto, quienes más adelante hablarán explícitamente de aplicar el
enfoque familiar sistémico a las partes disociativas internas de la personalidad.
TRABAJAR LAS PARTES DISOCIATIVAS 335
Concepto nuclear
La personalidad, la identidad y el yo no son cosas reales. Son términos
que nos dan una impresión a grandes rasgos y condensada respecto de
quiénes somos para los demás y para nosotros mismos. No tenemos
un yo del mismo modo que tenemos un cerebro o un corazón. Antes
bien, nuestras mentes construyen una historia en constante evolución
respecto de quiénes somos; a esto es a lo que llamamos nuestro “yo”. Los
pacientes con trastornos disociativos sienten subjetivamente que su yo y
su personalidad están fragmentados, y con frecuencia los sienten también
como algo exterior o ajeno a su control voluntario y a su conciencia.
TRABAJAR LAS PARTES DISOCIATIVAS 337
Concepto nuclear
Normalmente, nuestro sentido de la propia identidad se está
actualizando constantemente, conforme aprendemos y reflexionamos
acerca de las experiencias tanto nuevas como antiguas. Los pacientes
disociativos parecen no ser capaces de realizar suficientemente esta
revisión natural, lo que les deja con un yo relativamente rígido y dividido.
trauma del pasado de Helen. Esta parte infantil veía a Helen como una
adulta separada que se desentendía de ella, y no estaba segura de cuál
era su relación con Helen. De hecho, no pensaba demasiado en ella, lo
cual era un ejemplo del estrechamiento de la atención y de la no-per-
cepción que son los sellos distintivos de la mayoría de las partes diso-
ciativas. Ellen tenía una vaga sensación de estar en el trabajo de Helen,
pero no era consciente de qué era lo que Helen hacía allí, y no le parecía
especialmente relevante para sus propias vivencias.
Derrick, un paciente que tenía un TID, mencionó que se sentía asus-
tado porque con frecuencia no sabía lo que le había pasado en el trabajo
o ni tan siquiera sabía a ciencia cierta si había estado en el trabajo. Se
acordaba de que había salido de su casa y había cogido el coche, pero
después perdía la noción del tiempo. Trabajaba como técnico en un
laboratorio. Derrick, la parte del paciente que se presentaba en la tera-
pia, no tenía la sensación de ser él quien estuviera haciendo la mayor
parte de ese trabajo. En lugar de ello, otras dos partes disociativas que
se referían a ellas mismas como “Stephen” y “Joel” eran las partes prin-
cipales que se encargaban de ir a trabajar. Stephen y Joel pensaban que
Derrick estaba demasiado débil como para poder trabajar; y de hecho,
se sentía enormemente angustiado y deprimido, a menudo era incapaz
de hacer nada en su propia casa, y tenía una apariencia física de estar
agobiado y oprimido, junto con unos movimientos lentos y pesados.
Pero cuando aparecían Stephen y Joel, ambos mostraban unos cambios
físicos sutiles: Stephen iba más derecho, con la barbilla levantada en un
gesto de determinación y Joel hacía unos movimientos más rápidos y
se sentía dispuesto a pasar a la acción. Estas dos partes del paciente no
tenían demasiadas ganas de participar en la terapia ni de comunicarse
con Derrick, e insistían en que no tenían ningún TID y en que la tera-
pia era una pérdida de tiempo que podría valer para otras cosas. Más
avanzada la terapia, alcanzaron a poder decirle al terapeuta cuáles eran
sus verdaderos miedos: el miedo a que si se acercaban más a Derrick,
pudieran sentirse inundados por los sentimientos de ansiedad y de de-
presión, emociones que actualmente no sentían. Les preocupaba que no
pudieran ser capaces de seguir yendo a trabajar.
TRABAJAR LAS PARTES DISOCIATIVAS 341
Concepto nuclear
El terapeuta deberá comprender las razones por las que el paciente
continúa teniendo diferentes partes disociativas –es decir, continúa
enraizado en una profunda no-percepción. Estas razones serán los
objetivos del tratamiento e incluyen la fobia a la experiencia interna,
a las partes disociativas y a los recuerdos traumáticos.
344 EL TRATAMIENTO DE LA DISOCIACIÓN RELACIONADA CON EL TRAUMA
Si bien cada una de las partes puede tener algunos rasgos únicos
y exclusivos a nivel superficial, existen varias similitudes subyacen-
tes características en las funciones más elementales de las partes y
en la forma como se organizan. En el nivel más elemental, es pro-
bable que las partes se organicen en torno a los sistemas de acción
(Van der Hart et al., 2006). Esta sería una organización dual basada,
por un lado, en la defensa frente a la amenaza y, por otro, en el fun-
cionamiento en la vida cotidiana, como ya señalamos.
La complejidad del sistema de la personalidad del paciente pue-
de tener muchos y distintos niveles; el más sencillo sería una parte
principal que funciona en la vida cotidiana, y una o más partes fi-
jadas al período del trauma. Algunas de las partes pueden adoptar
una mayor autonomía y elaboración con el transcurso del tiempo,
pero no todas. Por ejemplo, en el caso de Helen, que presentamos
en el capítulo 1, su sistema constaba de una parte (Helen) que fun-
cionaba en la vida cotidiana y varias otras partes estancadas en la
defensa frente al peligro y la amenaza para la vida. Estas partes
disociativas, tales como la parte infantil llamada Ellen, guardaban
recuerdos, emociones y demás de los que Helen todavía no podía to-
mar conciencia. La mayoría de los casos de OTDE tienen este nivel
de organización disociativa.
En un nivel más complejo, lo cual consideramos que sería el
caso del TID, los pacientes tienen más de una parte que funciona
en la vida cotidiana, junto igualmente con más de una parte diso-
ciativa fijada al período del trauma. El sistema dinámico de las
partes disociativas de Derrick mostraba este nivel de complejidad
(véase su caso más arriba en este mismo capítulo). Este paciente
tenía varias partes diferentes que se encargaban de las tareas y las
funciones de la vida cotidiana, incluidas las dos partes disocia-
346 EL TRATAMIENTO DE LA DISOCIACIÓN RELACIONADA CON EL TRAUMA
Concepto nuclear
El terapeuta deberá trabajarlas partes disociativas como subsistemas
de una misma persona total, y no como individuos separados.
Concepto nuclear
La cuestión no es “¿Debo trabajar las partes disociativas?”
La cuestión es “¿Cómo debo trabajar las partes disociativas
de forma que facilite la integración?”
Concepto nuclear
El terapeuta necesitará evaluar en un momento dado (junto con el
paciente, cuando ello sea posible) si podría ser más eficaz trabajar
con el paciente como un todo en base a la técnica de “hablar a través
de”, con dos o más partes disociativas para facilitar la conciencia y la
colaboración, o con solo una única parte disociativa.
El mero hecho de relacionarse con sea la que fuere la parte que “se deje
caer” por la terapia no será suficiente para facilitar la integración.
Las interacciones del terapeuta con las distintas partes deberán tener el
propósito de lograr unos objetivos terapéuticos específicos.
Suele ser útil un enfoque secuencial para trabajar las partes di-
sociativas. El primer paso será entonces determinar el grado de to-
lerancia del paciente a la idea de tener distintas partes disociativas,
y en qué medida el paciente, en tanto que la parte principal y mas
importante que funciona en la vida cotidiana, ya conoce la existen-
cia de las otras partes disociativas y es capaz de comunicarse con
ellas.
Psicoeducación. A continuación, el terapeuta brindará psicoe-
ducación para ayudar a la parte presente del paciente a aceptar la
importancia de trabajar con las otras partes. Dado que muchos pa-
cientes sienten temor o vergüenza hacia sus partes disociativas, con
frecuencia suelen ser extremadamente reacios a aceptar que son di-
sociativos. El terapeuta necesitará ayudar al paciente a comprender
de qué forma el cuerpo responde al trauma, las defensas animales
que se ven activadas, y de qué forma la postura y los movimientos
del cuerpo contribuyen a mantener las partes disociativas, además
de las emociones y las creencias específicas. La actitud y el len-
guaje del terapeuta pueden ser de utilidad para reducir el estigma
de tener partes disociativas. Los terapeutas deberán encontrar la
manera que sea más correcta para sus pacientes, sirviéndose de su
propio lenguaje y de sus propias formas de entender la experiencia
subjetiva.
Normalizar el hecho de sentir las distintas partes. Los terapeu-
tas pueden explicar que el trauma, por definición, genera unas de-
fensas animales instintivas acompañadas de unas acciones físicas
y unas emociones características, y que conlleva la incapacidad de
352 EL TRATAMIENTO DE LA DISOCIACIÓN RELACIONADA CON EL TRAUMA
Concepto nuclear
El yo adulto del paciente necesitará primeramente implicarse en el
tratamiento, y ayudarle a aceptar y a trabajar las otras partes disociativas.
TRABAJAR LAS PARTES DISOCIATIVAS 357
que quieran hablar. Cada parte tiene su propio orden del día y sus
propios intereses. Muchos de estos intereses serán estrategias de
evitación. Algunos temas son importantes, pero se presentan en un
momento inapropiado como, por ejemplo, los recuerdos traumá-
ticos al principio de la fase 1. El terapeuta deberá seguir haciendo
de guía para mantener el rumbo de la terapia, siguiendo unos hilos
coherentes sin salirse del camino (véase el capítulo 8).
Concepto nuclear
Los intentos iniciales de facilitar la comunicación entre las distintas
partes disociativas deberán centrarse en la estabilización y en ayudar
al paciente a funcionar en la vida cotidiana, y no a hablar
de los recuerdos traumáticos.
Concepto nuclear
Los cambios evidentes de una parte disociativa a otra no son aleatorios.
Tienen siempre una función –con frecuencia la de evitar, conseguir
satisfacer unas necesidades inaceptables, o hacerle frente
a una amenaza– y de forma característica tienen lugar cuando
el paciente está bajo cierta coacción interior.
Tabla 10.1.
Manejar los cambios de una parte a otra durante las sesiones
Ejemplo: Mary, ¿qué acaba de pasar? Algo ha cambiado, y no estoy seguro de por
qué. Vamos a ver si los dos juntos podemos ayudar a que estés más presente.
Ejemplo: Me gustaría preguntar si Mary puede volverá estar presente otra vez,
porque no habíamos terminado con nuestra conversación. Estaré encantado de
ayudar, si lo necesitas.
• Otra opción sería seguir hablando del mismo tema con una parte disociativa
diferente ocupando un primer plano.
Ejemplo: Me gustaría poder saber qué es lo que está haciendo que te resulte tan
difícil recordarlo. ¿Qué es lo que puede haber motivado el que estés aquí, así de
repente? ¿Estarían dispuestas algunas otras partes de ti, por dentro, a compartir
contigo qué era de lo que estábamos hablando?
Ejemplo: ¿Podrías mirar dentro de ti y ver qué es lo que le está pasando a Mary?
Vamos a ver si encontramos la forma de ayudarle. O también: ¿Puedes notar qué es
lo que sientes en tu caso cuando eres consciente de Mary, aunque sea a distancia?
Exploraciones adicionales
11 evitación fóbica:
introducción
Concepto nuclear
La mejor forma de concebir la resistencia tal vez sea verla
como una evitación fóbica de aquello que el paciente cree
que sería demasiado abrumador percibir. La evitación fóbica
puede aparecer en relación con ciertos pensamientos, emociones,
sensaciones, predicciones acerca del futuro, conductas,
partes disociativas, recuerdos, situaciones actuales o pasadas,
perturbaciones relacionales, y con el cambio en general
(Janet, 1904, 1925b; Steele et al., 2005; Van der Hart et al., 2006).
Concepto nuclear
La actitud del terapeuta hacia las resistencias y sus creencias respecto
de las mismas, aumentarán o disminuirán las posibilidades de ayudar
eficazmente a los pacientes a elaborar y superar su evitación fóbica.
mejor para mí; No quiero cambiar porque sé que será peor para mí.
Es este tipo de conflicto el que deberá ocupar un lugar más promi-
nente en la mente del terapeuta, y percibirse claramente y de ma-
nera compasiva, para que de este modo el paciente pueda sentirse
apoyado y aceptar las diversas caras del conflicto que pueden estar
disociadas y repartidas en partes diferentes de la personalidad.
Tabla 11.1.
Indicaciones de contrarresistencias en el terapeuta
• Mantenerse reacio a poner fin a una terapia inviable después de que exista una
considerable cantidad de sugerencias de asesores especializados y de recomen-
daciones respecto de la necesidad de proceder a ello.
• Sentir la necesidad de que el paciente tenga éxito como un reflejo de que somos
unos buenos terapeutas.
• Sentir la necesidad de “salvar” al paciente cueste lo que cueste.
• Sentir la necesidad de que el paciente nos necesite.
• Evitar hablar o tratar acerca de los problemas o cuestiones relacionados con la
dependencia en la terapia.
• Tratar de trabajar en situaciones de “chantaje” emocional, sin abordarlas direc-
tamente (e.g., Si no me llama todos los días, me mato; Si da por terminada la
terapia, me mato –la única persona que me puede ayudar es usted).
• Fomentar la desunión dentro del equipo de tratamiento; hablarle mal al pa-
ciente acerca de otros miembros del equipo, o hablarles mal a otros miembros
del equipo acerca del paciente.
• Centrar excesivamente la atención en el contenido de los recuerdos traumáti-
cos o manifestar una actitud contrafóbica hacía el trauma.
• Evitar completamente los contenidos traumáticos.
• Sostener una creencia (o una incredulidad) ciega acerca del paciente; ser in-
capaz de reflexionar acerca de qué es lo que el paciente necesita, en lugar de
acerca de qué es “verdad ‘ y qué “no es verdad”.
• Episodios de acting-outs crueles con el paciente, con interpretaciones a modo
de castigo, negándoles algo, mostrando desdén, etc.
Concepto nuclear
La resistencia incluye unos hábitos relacionales entre el paciente
y el terapeuta que bloquean la labor terapéutica eficaz en el aquí y ahora
(Van Denburg & Kiesler, 2002).
Concepto nuclear
La resistencia puede ser pasajera –sobre la base de una reticencia
debida a la falta de conocimientos, al miedo o la vergüenza– o duradera.
Esta última sería la expresión de una fobia persistente y generalizada
a la toma de conciencia y al cambio. Los pacientes que muestren una
evitación fóbica como parte de su forma permanente de ser serán los más
difíciles de tratar. No obstante, la terapia logrará alcanzar sus objetivos
cuando el terapeuta haya sido capaz de permanecer reiteradamente
paciente, persistente, curioso, comprometido y sin ponerse a la defensiva,
y haya sabido mantener unos límites sanos.
LA RESISTENCIA COMO EVITACIÓN FÓBICA: INTRODUCCIÓN 383
Tabla 11.2.
Consejos prácticos para trabajar la resistencia duradera
• El mejor momento para empezar con los pacientes que muestran una evitación
fóbica duradera será la evaluación clínica. Cuanto más pronto se reconozcan
en la terapia estos hábitos tan arraigados, menor será la probabilidad de que el
terapeuta quede atrapado en los callejones sin salida y en las luchas de poder.
• Tratar de comprender todos los elementos relacionados con la evitación fóbica:
las creencias que la refuerzan, la experiencia somática asociada, cómo ayuda,
los costes asociados a la misma, las emociones relacionadas (e.g., miedo, ver-
güenza, rabia).
• Darles a los pacientes altamente resistentes espacio de sobra para que se dirijan
ellos mismos, para que desarrollen sus propios objetivos en la terapia y para
que sientan que tienen un control sobre lo que les sucede (Beurler et al., 2010).
Generalmente suele ser muy útil volver una y otra vez a los objetivos declarados
por el propio paciente: Volvamos un momento a los objetivos que tú mismo te
propusiste alcanzar en la terapia y que acordamos conjuntamente. ¿Cuál sería
la mejor forma de que pudiéramos abordar algunos de ellos en la sesión de hoy?
• Aunque los pacientes estén dirigiendo su terapia, el terapeuta deberá mostrarse
firme a la hora mantener el encuadre y los límites terapéuticos básicos, a pesar
de que los pacientes reclamen insistentemente que se lleven las cosas de otra
forma.
• Señalar los dobles vínculos de manera empática, hablando (sirviéndose de la
metacomunicación) acerca del problema de comunicación: Noto que cuando
trato de ayudar y tengo la sensación o de que en realidad no estoy siendo de mucha
ayuda o de que no estoy comprendiendo con claridad, a pesar de ello me gustaría
poder hacerlo (i.e., ayudarte, serte útil, comprenderte). Por otro lado, si me recuesto
en el asiento sin decir ni hacer nada, eso evidentemente tampoco se ve como algo
útil o que pueda ser de ayuda. Me gustaría que pudiéramos encontrar una solución
juntos, de modo que estaba pensando si pudieran haber algunos conflictos inter-
nos entre las distintas partes de ti que podría ser útil que analizásemos. También
estaba pensando si otras partes de ti mismo podrían tener mejores ideas respecto de
cuál sería la mejor forma de estar contigo en este mismo momento.
• Tener siempre al paciente experimentando con alguna nueva habilidad o
sensación, sin ninguna expectativa en particular, ni de éxito ni de fracaso:
Vamos simplemente a tratar de identificar juntos qué es lo que sucede (Ogden
et al., 2006).
386 EL TRATAMIENTO DE LA DISOCIACIÓN RELACIONADA CON EL TRAUMA
• Ayudar a todas las partes a explorar los conflictos respecto del cambio, para
que el terapeuta quede menos “triangulado’’ como el único que parece estar a
favor de cambiar. ¿Hay algunas partes que se sientan más abiertas y curiosas
que otras? ¿Podrían estas otras partes compartir su interés con las partes
más evitativas?
Rory era una mujer de 46 años de edad con un TID y un trastorno límite
de la personalidad y que había estado funcionando relativamente bien
hasta que murió su padre, cuando ella tenía 33 años. Llegada a este pun-
to, se descompensó y se vio inundada por un aluvión de recuerdos trau-
máticos. Se sentía gravemente deprimida y angustiada, se hacía cortes
con regularidad, tenía intentos constantes de suicidio y era incapaz de
trabajar. Sin embargo, pasaron otros 10 años hasta que se decidiera a
entrar en tratamiento. Cuando vino a terapia, estaba completamente
anclada en una desregulación crónica, inestabilidad emocional y crisis
sucesivas. Estaba aislada socialmente y se odiaba a sí misma. Tenía
flashbacks insoportables y casi constantes en los que revivía el abando-
LA RESISTENCIA COMO EVITACIÓN FÓBICA: INTRODUCCIÓN 387
La resistencia cognitiva
Marie era una mujer de 62 años que había estado en varias terapias
de larga duración desde principios de su treintena. Ninguna de estas
terapias había demostrado ser especialmente eficaz. Tenía un TID, una
grave disfunción ejecutiva, depresión y pánico. También tenía un CI
muy elevado, se desenvolvía bien en su profesión como maestra, y te-
nía un sentido del humor maravilloso. Fue derivada por un terapeuta
especializado en TID que se estaba jubilando, a otra terapeuta conoci-
da también por tratar casos de disociación. Durante las dos primeras
390 EL TRATAMIENTO DE LA DISOCIACIÓN RELACIONADA CON EL TRAUMA
Tabla 11.3.
Evitaciones fóbicas (resistencias) más comunes en el paciente
• No respetar los límites que han sido claramente definidos por el terapeuta.
• Llegar tarde a las sesiones.
• Negarse a acabar la sesión a su hora o tener una crisis al final de la sesión (su-
poniendo que el terapeuta esté concluyendo las sesiones con tiempo de sobra).
• Mandar e-mails o llamar por teléfono más allá de los límites establecidos.
• Acechar al terapeuta o preocuparse por la vida personal del terapeuta.
• Tratar de desarrollar una dependencia extrema y literal hacia el terapeuta.
• Mostrarse reacio a crear una relación terapéutica.
• Amenazar con utilizar la violencia, o mostrarse violento o sexualmente provo-
cador durante las sesiones.
• Ser violento con otras personas fuera de las sesiones.
• Incapaz de pensar, con una sensación borrosa y de “quedarse en blanco” o res-
ponder sistemáticamente No lo sé en la terapia.
• Ser incapaz de permanecer arraigado en las sesiones o en casa.
• Seguir reacio a aceptar la existencia de las partes disociativas.
• Cambiar de una parte disociativa a otra incontrolablemente y de manera repe-
titiva, acompañado de flashbacks.
• Ser reacio a permitir que ciertas partes disociativas participen en las sesiones
(e.g.. partes sexualizadas, partes que imitan al agresor, partes adultas que fun-
cionan en la vida cotidiana).
• Presentarse en la terapia únicamente bajo la forma de las partes infantiles.
• Mantener un gran empeño en seguir teniendo un TID.
• Obligar a creer o a no creer: Debe usted creerme, No debe usted fiarse de nada
de lo que yo le diga.
• No colaborar con el terapeuta para mantener la terapia en un nivel tolerable
pero al mismo tiempo avanzando.
• Exigir que la relación con el terapeuta adopte una naturaleza sexual; mastur-
barse durante la sesión (transferencia erótica extrema).
• Insistir en relatar una y otra vez unos detalles extremadamente gráficos acerca
de los abusos sexuales, y describirlos sin cesar (conductas exhibicionistas y
voyeuristas durante las sesiones).
• Comportarse sádicamente con el terapeuta y disfrutando de ello –e.g., dicién-
dole cosas crueles.
• Insistir en que el terapeuta satisfaga las necesidades emocionales insatisfechas,
fantasía persistente de que el terapeuta puede arreglarlo todo.
• Hablar demasiado; generar unas cantidades abrumadoras de contenidos por
escrito (con frecuencia a propósito de los recuerdos traumáticos, las partes
disociativas, o los sentimientos respecto del terapeuta).
LA RESISTENCIA COMO EVITACIÓN FÓBICA: INTRODUCCIÓN 393
agresor, dado que era demasiado peligroso enfadarse con él. También se
atacaba a ella misma debido a una profunda vergüenza. Había desarro-
llado una parte infantil que imitaba al agresor y a la que le llamaba “Eso”.
Esta parte disociativa de Nancy se liaba a darle patadas y puñetazos
internamente, generándole un intenso dolor; le hacía que se quemase
“accidentalmente” en la cocina o con la plancha; la privaba de alimento
y de líquidos; o hacía que se cayera por las escaleras. Esta parte infantil
enfurecida, muy fuerte e intensa, había ideado una especie de mantra
para protegerse del dolor que el agresor le infligía. Y ello habría sido la
causa de su propio sufrimiento masoquista: ¿Quieres que sufra? ¡Pues
te voy a enseñar hasta qué punto soy capaz de sufrir! Puedes hacerme
daño, puedes quitarme todo lo que quiero; y aun así yo puedo hacerme
más daño que tú a mí. Me lo puedo quitar todo hasta no dejar nada y a
pesar de ello conseguir sobrevivir. No me voy a permitir tener nada bue-
no jamás. ¡Soy más fuerte que tú!
Esta era la única forma de que “Eso” pudiera controlar el sufrimien-
to, la impotencia y la vergüenza ante los espantosos abusos sádicos, al
tiempo que castigándola simultáneamente por evitar fóbicamente estas
experiencias. Llevaba tantos años evitando afrontar esta parte de ella
misma debido a la profunda vergüenza y a la rabia, las cuales no quería
aceptar como suyas. Después de muchos años de labor paciente y lenta
dentro de la terapia, finalmente Nancy fue capaz de tomar conciencia
de que había internalizado el sadismo de su maltratador bajo la forma
de ‘Eso’. Tuvo un insight adicional respecto de lo avergonzada que se
sentía de “Eso”. No quería que el terapeuta conociera esa parte de ella,
que llevaba años ocultando de la plena vista en la terapia, a pesar de los
repetidos intentos de reconocerla y trabajarla.
Solo después de años de desarrollar la confianza, de tomar concien-
cia una y otra vez de la secuencia reiterada de los avances seguidos de
la regresión, de desarrollar habilidades, de trabajar con éxito los recuer-
dos menos intensos, y de tener muchas pequeñas experiencias positivas
en su vida actual, finalmente Nancy fue capaz de reconocer, ante ella
misma y ante su terapeuta, la raíz de su autosabotaje de por vida. Ello
marcó el comienzo de un giro decisivo en la terapia, en el que ‘’Eso’’
finalmente fue capaz de ser más consciente del presente, elaborar su
rabia y hacer el duelo. Tanto “Eso “ como la parte adulta de Nancy se
volvieron mucho más compasivos el uno con la otra.
400 EL TRATAMIENTO DE LA DISOCIACIÓN RELACIONADA CON EL TRAUMA
Exploraciones adicionales
12 evitación fóbica:
enfoques prácticos
Concepto nuclear
La conducta resistente suele tener lugar en las partes disociativas
a las que no se puede acceder fácilmente en la terapia, y a las que
el paciente puede culpabilizar fácilmente del problema, cuando la
resistencia es de hecho un problema del paciente como un sistema total.
Todas las partes desempeñan un papel en lo relativo a mantener la
resistencia, aunque ello sea tan solo mediante
el recurso a evitar y a culpabilizar a las partes resistentes.
Concepto nuclear
El desarrollo de habilidades y recursos será esencial para que el paciente
como un todo se sienta capaz de dejar atrás la evitación fóbica.
Concepto nuclear
Trabajar la experiencia somática de la resistencia
o de la evitación fóbica puede ser una forma muy eficaz
de ayudar al paciente a tener acceso a cambiar.
Dado que los pacientes disociativos son por lo general muy hip-
notizables, la utilización de las imágenes mentales hipnóticas y de
las sugestiones hipnóticas positivas puede ser de un valor inesti-
mable (e.g., Kduft, 1992a, 1992b; Van der Hart, 2012). Pero los pa-
cientes únicamente podrán servirse de las imágenes mentales de las
resistencias cuando sean capaces de reconocer que la resistencia
existe y es un hecho. Con frecuencia, esto no suele suceder hasta
bien adentrada la terapia.
410 EL TRATAMIENTO DE LA DISOCIACIÓN RELACIONADA CON EL TRAUMA
Terapeuta: Sí, podrías, ¿verdad?, empezar a permitir que sea tuyo... ¿Pue-
des mirar a ver qué sientes ahora en relación contigo y con el muro?
Paciente: El muro parece muy diferente. Da una sensación de mucha
relajación, casi como si las piedras se estuvieran volviendo más li-
geras, más flexibles. (Riendo de contenta). Como si se estuvieran
conviniendo en pompas de jabón flotando en el aire. Unas pompas
de jabón preciosas. Sí, ¡pequeñas pompas de jabón llenas de vida!
Flotando por encima de todo este lugar tan hermoso, sobrecogidas
por lo que ven ahí. Parece como si por fin hubieran vuelto a casa. Yo
por fin he vuelto a casa. (Más lágrimas).
Concepto nuclear
Cuando la evitación fóbica sea muy fuerte, puede ser útil revisar los
objetivos terapéuticos junto con el paciente
Concepto nuclear
La resistencia es un problema sistémico. Es decir, si bien una o más
partes pueden ser calificadas como las resistentes, al tiempo que otras
partes parecen querer hacer progresos, todas las partes disociativas
del paciente sirven al propósito general de mantener el status quo
de la persona total. En razón de ello, el terapeuta deberá abordar
compasivamente el papel que desempeña cada una de las partes,
ya sea explícita o implícitamente, en mantener la evitación fóbica
parte niega que jamás tuviera una madre; mientras que otra parte
más esta convencida de que ella misma es la madre. La magnitud
de esta complejidad puede confundir al terapeuta. Sin embargo,
cada una de las facetas del conflicto empezará a tener un sentido
contemplado dentro del contexto del mundo doloroso y caótico de
la niña que fue objeto de abusos y malos tratos. Obviamente, de
ordinario una niña amará y odiará por igual a la madre que la mal-
trató. Por supuesto, la niña podría haber deseado no haber tenido
una madre jamás, y en un estado de profunda ensimismamiento y
trance pudo llegar a creerlo. Y por supuesto, la niña introyecta el
self malo de su madre, el cual adopta una vida propia. Tan abomina-
ble, desconcertante y aterradora es su madre que la niña no puede
integrarla como una persona total. Ni tampoco puede integrar sus
propios y diversos conflictos insolubles respecto de su madre, ni sus
propios sentidos discrepantes de sí misma en relación con la madre.
En razón de ello, cada parte disociativa tiene unas percepciones li-
mitadas respecto de la propia experiencia de la paciente y respecto
de su madre.
Con frecuencia, una o más facetas del conflicto permanecen
ocultas de la conciencia del paciente, y por tanto también del tera-
peuta, como señalamos más arriba. Los terapeutas deberán apren-
der a reconocer y a tratar de detectar posibles conflictos caracterís-
ticos, indagando y formulando hipótesis respecto de qué conflictos
podrían estar operando por debajo de la evitación fóbica. Deberán
insistir compasivamente en que todas las partes aprendan a partici-
par en comprender y resolver estos conflictos, en lugar de pasarlos
al acto. Por supuesto, esta puede ser una labor larga y ardua, pero
puede ser útil no perder de vista el conocimiento fundado de que
abundan los conflictos ocultos.
Respecto de las partes disociativas, el terapeuta necesitará hacer
uso de la actitud según la cual, si no somos parte de la solución,
entonces somos parte del problema. Por ejemplo, algunas partes
disociativas críticas siempre están quejándose de otras partes del
paciente, con frecuencia de la parte o de las partes que funcionan
en la vida cotidiana: Es una vaga, es una estúpida, come demasiado,
416 EL TRATAMIENTO DE LA DISOCIACIÓN RELACIONADA CON EL TRAUMA
Exploraciones adicionales
12.1 ¿Cuáles son las resistencias más difíciles a las que nos en-
frentamos con nuestros pacientes disociativos?
12.2 ¿Algunos de nuestros pacientes se quejan de que existen par-
tes de ellos mismos que se resisten? De ser así, ¿podemos
ayudarles a aceptar que todas las partes de ellos desempeñan
un papel en esta estrategia de protección?
12.3 Busquemos a algún compañero y hagamos un role-play esce-
nificando las resistencias y cambiando los papeles para que
sea más eficaz. Hablemos el uno con el otro sobre qué es
lo que más trabajo nos da respecto de la resistencia. Todos
los terapeutas sin excepción tienen que batallar para poder
afrontar y superar las resistencias de los pacientes.
LA RESISTENCIA COMO EVITACIÓN FÓBICA: ENFOQUES PRÁCTICOS 421
13 de la terapia:
¿siempre, a veces, nunca?
Concepto nuclear
La dependencia y el apego seguro son dos conceptos diferentes.
La dependencia consiste en depender de otra persona más competente
para que nos ayude, nos cuide y nos atienda. El objetivo final es que otra
persona satisfaga nuestras necesidades. El apego seguro es sentir una
sensación interna de seguridad. El objetivo final es sentirnos lo bastante
seguros como para proceder a explorar, aprender y desarrollar una
sensación de competencia y de interdependencia.
426 EL TRATAMIENTO DE LA DISOCIACIÓN RELACIONADA CON EL TRAUMA
Dependencia
La calidad de la relación
Concepto nuclear
Una base segura es un medio para alcanzar el fin de ser capaces
de explorar nuestro mundo con confianza.
Concepto nuclear
Nuestro objetivo principal como terapeutas no es cuidar del paciente,
sino brindar la posibilidad de trabajar en colaboración para explorar
y mejorar el funcionamiento en la vida del paciente.
Concepto nuclear
El objetivo del apego seguro –de sentir una sensación de seguridad–
es tener la capacidad de explorar nuestro mundo desde una base segura.
En razón de ello, el terapeuta ayudará a los pacientes a analizar
su experiencia en ese momento con compasión, curiosidad y confianza,
en lugar de tratar de estar inmediatamente disponible o de salvar
a los pacientes de su padecimiento.
Concepto nuclear
La activación de la necesidad de apego se traduce
en una desactivación del sistema de exploración, y viceversa.
En razón de ello, el paciente que esté buscando frenéticamente
al terapeuta no podrá explorar su experiencia interna,
y por tanto no podrá implicarse en la labor de la terapia.
Concepto nuclear
Las conductas de búsqueda de apego no son solo una estrategia
para reducir las experiencias de la pérdida del apego; también
a veces son una estrategia para evitar el contacto con experiencias
internas dolorosas tales como la dependencia, la añoranza,
la rabia, la vergüenza o el miedo.
Concepto nuclear
El desarrollo del apego seguro en la terapia implicará introducir
algunos cambios en la organización interna del paciente,
que serán respaldados por un terapeuta compasivo, y no por
un terapeuta que ofrezca aumentar el contacto y los cuidados.
ran recibir ninguna ayuda. Estas partes infantiles tenían poca o ninguna
conciencia del presente, y vivían como solían hacerlo durante el perío-
do del trauma. Esta descripción ayudó inmediatamente a la terapeuta a
comprender un poco más por qué el paciente no era capaz de desarrollar
una sensación que pudiera sentir internamente respecto de un otro com-
prensivo y servicial. Las partes disociativas de Arthur más necesitadas
eran las menos accesibles, y estaban tan centradas en la angustia y la
vivencia de perturbación que eran incapaces de percibir la presencia de
la terapeuta. Un poco más adelante, Arthur describió a una parte despia-
dada que imitaba al agresor, inspirada en la imagen de su madre, y que
acechaba por los pasillos de la escuela con un bate de béisbol en la mano,
golpeándolo contra las puertas y dictándoles a los niños que se callaran
de una vez. También tenía una parte disociativa que se correspondía con
la figura de un cuidador interno, amable pero ineficaz, que se parecía
físicamente a una abuela de edad muy avanzada y muy frágil, y que se
mostraba emocionalmente tan indefensa y tan desbordada como su her-
mana. Esta parte “abuela” se retorcía las manos y lloraba con frecuencia,
diciendo: No sé qué hacer, no sé qué hacer. Quería ayudar y proteger a
los niños, pero se sentía incapaz, al igual que le ocurría a su hermana, y
como le ocurría al propio Arthur en el presente.
El comprender esta dinámica interna abrió la posibilidad de aplicar
algunas intervenciones específicas que le ayudaron a Arthur a abordar
su ansiedad y su dependencia en base a trabajar las partes disociativas
y su panorama interior, como analizaremos más abajo. Obviamente, los
hábitos del paciente estaban enormemente arraigados, por lo que, inclu-
so después de hacer un diagnóstico acertado, la terapia no fue fácil ni
rápida, especialmente en lo relativo a establecer un encuadre y unos lí-
mites terapéuticos diferentes. Pero a lo largo del transcurso de siete años,
la terapeuta alcanzó a poder ayudar a Arthur a cambiar lentamente su
mundo interno para mejor.
La terapeuta empezó de inmediato por establecer unos límites firmes
respecto del contacto fuera de las sesiones, y por reforzar un encuadre
terapéutico sólido que contuviera al paciente de forma segura, si no feliz.
Se esperaba que Arthur llegara a sus sesiones con no más de 15 minutos
de antelación, y que saliera del edificio y del entorno circundante dentro
de un margen de 15 minutos después de acabar la sesión. Esto le resultó
extremadamente difícil al principio, y generaba muchas lágrimas, rue-
LA DEPENDENCIA DENTRO DE LA TERAPIA 435
Concepto nuclear
La insatisfacción de las necesidades de dependencia derivará
en pánico y angustia abrumadores, y puede ser un componente
de un flashback, dado que con frecuencia suele ser una parte central
de las experiencias traumáticas tempranas.
Concepto nuclear
Los pacientes dependen de nosotros para que les ayudemos
a aprender a tolerar las oscilaciones moderadas entre la vinculación,
la separación, la perturbación, la reconexión, y la reparación
en el seno de la relación terapéutica.
El ciclo dependencia-amenaza
Pam fue capaz de estar una semana entera sin contactar con la tera-
peuta. Siguió sintiéndose enfadada, herida y dudosa respecto de si quería
seguir con la terapia, pero se implicó bastante en la sesión y no tuvo nin-
guna crisis durante toda la semana. A la segunda semana, Pam envió un
e-mail preguntándole a Marjorie si debía llevar a la siguiente sesión sus
registros diarios, dado que había estado escribiendo un montón acerca
de sus progresos. Marjorie se sintió encantada de que Pam estuviera dis-
puesta a llevar un diario, y también sintió la fuerte tentación de respon-
der a esta pregunta legítima. Después de consultarlo con el asesor espe-
cializado, Marjorie decidió mantener el límite acordado de no contactar,
dado que tenía la sensación de que esta era una primera “puesta a prue-
ba” de los nuevos límites. Una vez en la sesión de nuevo, Pam se mostró
enfadada porque Marjorie no le había contestado a su correo electrónico.
Pam: Podría usted haber respondido simplemente con un sí o con un
no. ¡Eso era lo único que le pedía! Estaba intentando aclararme so-
bre qué podría ser útil que trajera a las sesiones –¡Me estoy esforzan-
do de verdad!. Pero es usted tan rígida...
Marjorie: Está bien que te enfades conmigo. Es verdad, ciertamente te es-
tás esforzando. También es importante que puedas contar con que yo
sea consecuente. La norma era que no íbamos a tener ningún contac-
to por correo electrónico. No quise mostrarme desconsiderada con
todo el esfuerzo que estás haciendo en estas dos últimas semanas, y
volver a caer en algo que vimos que no funcionaba. También confío
en que tomarás buenas decisiones respecto de qué es lo que podrías
traer a las sesiones, y sé que aunque pudieras traer algo, seguirá sien-
do tu elección el que le decidas a compartirlo y hablar de ello, o no.
Varios meses después, Marjorie y Pam estaban trabajando bien juntas,
y las crisis entre sesiones habían desaparecido casi por completo. La
paciente había identificado a una parte infantil, a la que llamó “Pam-
mie”, y que era la que tenía los anhelos de dependencia. También había
identificado a una parte adolescente a la que llamó “Angry Girl”, y que
sentía por igual nostalgia y repulsión hacia los anhelos de dependencia.
Esta parte trataba de cuidar de Pammie, pero también se sentía frustra-
LA DEPENDENCIA DENTRO DE LA TERAPIA 461
Exploraciones adicionales
13.1 ¿Cómo nos sentimos con los pacientes que manifiestan con-
ductas dependientes?
13.2 ¿Qué mensajes nos transmitieron a nosotros respecto del
hecho de ser dependientes en la vida? ¿De qué forma estos
mensajes nos afectan a la hora de saber estar junto con los
pacientes que están batallando con la dependencia?
13.3 ¿Con qué facilidad establecemos unos límites con aquellos
de nuestros pacientes para quienes la dependencia supone
un problema? Practiquemos con algún compañero distintas
formas específicas de hablarles a los pacientes acerca de los
límites terapéuticos con compasión.
13.4 ¿Tenemos tendencia a querer salvar o cuidar de algunos de
nuestros pacientes? ¿Se nos ocurre algo que nos pudiera ayu-
dar a tolerar este deseo sin sentir la necesidad de pasarlo al
acto?
13.5 ¿Podemos describir para nosotros mismos la diferencia en-
tre el apego seguro y la dependencia, y la forma en que ello
se manifiesta en nuestros pacientes?
14 Trabajar las partes infantiles
del paciente
Concepto nuclear
De forma característica, las partes disociativas infantiles representan
las experiencias más vulnerables, dolorosas, desamparadas y repudiadas
del paciente. Pero también pueden contener otros elementos repudiados,
tales como rabia, sensación de tener derecho, impresiones sexuales
y una fuerte necesidad de controlar a los demás.
otras más están completamente aisladas de las otras partes y sin dar-
se a conocer –guardadas internamente en hoyos o agujeros oscuros,
detrás de espesos muros o profundamente ocultas de alguna otra for-
ma. El terapeuta deberá recordar que el mundo disociativo interior
no sigue un pensamiento ni una lógica lineales. En razón de ello, por
ejemplo, las partes llamadas “muertas” pueden no estar muertas real-
mente, sino que únicamente aparecen como tales durante un tiempo;
y las partes sordas pueden comprender sin que puedan oír.
Como siempre, el terapeuta y el paciente deberán empezar a tra-
tar de comprender el posible sentido de estas presentaciones y, más
específicamente, de las no-percepciones que las mismas incluyen.
Por ejemplo, un niño muerto puede haber cobrado forma cuando el
paciente perdió o estuvo a punto de perder el conocimiento durante
los abusos, y creyó que se había muerto. Así pues, ni esta parte diso-
ciativa ni otras partes del paciente son conscientes de que sobrevivió.
Un niño muerto podría representar la sensación de que los abusos
“mataron mi alma”, o podrían representar a otro niño que no es el
paciente. Algunas partes infantiles funcionan en la vida cotidiana o
bien ejercen una fuerte influencia sobre la parte adulta del paciente.
Concepto nuclear
Las partes disociativas infantiles no son niños reales.
Son representaciones y no deberán ser tratadas por el terapeuta
como si fueran niños, sino como aspectos de un paciente adulto.
forma en la que cuidaron del paciente cuando era niño, además del
cansancio y el desagrado del paciente adulto en el momento actual.
A algunos pacientes, las partes infantiles les parecen absolutamente
repugnantes o atemorizantes, y les tienen una fobia enorme.
La mayoría de las veces, las partes disociativas que imitan al
agresor suelen abusar y maltratar a las partes infantiles, insultán-
doles internamente, humillándoles, negándoles la comida y el agua,
pegándoles o abofeteándoles, sirviéndose de las autolesiones para
hacerles daño, e incluso torturándoles. En el capítulo 17 analizare-
mos en profundidad la forma de trabajar estas partes ‘’agresoras”
que originalmente desempeñaban una función protectora. Con fre-
cuencia, la parte adulta del paciente ignora y desatiende gravemen-
te a estas partes infantiles en una suerte de reescenificación de los
modelos del pasado. La parte adulta puede quejarse amargamente
de la debilidad y la dependencia emocional de las partes infantiles,
al tiempo que negándose a atender dichas necesidades para mitigar-
las. El terapeuta deberá tener cuidado de ayudar a las partes adultas
a tomar conciencia de su papel en lo relativo a cuidar de las partes
infantiles que permanecen estancadas en las necesidades emocio-
nales y en el miedo.
Tal vez la idea mas importante a la hora de trabajar las partes in-
fantiles sea la de velar por que dichas partes disociativas continúen
siendo de la responsabilidad del paciente, y no del terapeuta. Con este
fin, será útil y necesario lograr que una parte disociativa adulta que de-
sarrolle sus funciones en la vida cotidiana esté presente en la sesión la
mayoría del tiempo, cuando el terapeuta esté trabajando con las partes
infantiles. Puede ser de ayuda el guardar al paciente de desarrollar la
expectativa de que el terapeuta hará de padre de las partes infantiles,
mientras que la parte adulta del paciente continúa renegando de sus
necesidades de dependencia. Pero existen unas pocas excepciones a
esta norma general, las cuales analizaremos a continuación.
468 EL TRATAMIENTO DE LA DISOCIACIÓN RELACIONADA CON EL TRAUMA
Concepto nuclear
Las partes disociativas infantiles deberán siempre ser de la
responsabilidad del paciente como un todo, y no del terapeuta. Si bien
el terapeuta puede ayudar a la parte o partes que funcionan en la vida
cotidiana a aprender a entender y a sentir compasión hacia dichas partes
infantiles, las partes adultas del paciente deberán ser las encargadas de
cuidar de ellas y en última instancia de integrarlas
como parte de la experiencia del paciente.
Muchas de las partes infantiles son las que contienen los recuer-
dos traumáticos y los sentimientos de dependencia intolerables, de
manera que otras partes disociativas del paciente puedan seguir
evitando dichas experiencias. En razón de ello, los esfuerzos del pa-
ciente (o de ciertas partes disociativas de él) por mantener ocultas
o calladas por dentro a las partes infantiles protege al paciente de
TRABAJAR LAS PARTES INFANTILES DEL PACIENTE 469
• ¿Qué les resulta tan difícil de aceptar, a las otras partes del
paciente, respecto de las partes infantiles?
470 EL TRATAMIENTO DE LA DISOCIACIÓN RELACIONADA CON EL TRAUMA
• ¿Qué implicaría, para las otras partes del paciente, que alcan-
zaran a aceptar a las partes infantiles?
• ¿Qué emociones, creencias, sensaciones, pensamientos, de-
seos y necesidades contienen estas partes infantiles, que son
repudiados por otras partes disociativas del paciente?
• ¿Cuánta conciencia tiene de las partes infantiles el paciente
como adulto?
• ¿Cuán activas se muestran las partes infantiles tanto en el
mundo interno del paciente como en el mundo externo? ¿Ayu-
dan al funcionamiento de la vida cotidiana o son más bien un
obstáculo?
• ¿Tiene la parte adulta del paciente (y tal vez también el tera-
peuta) dificultades en establecer unos límites con algunas par-
tes infantiles –por ejemplo, las partes infantiles que quieren
ponerse a jugar de noche, o hacer acto de presencia estando
en el trabajo, o tomar las riendas de las sesiones de terapia?
• ¿Existen otras partes disociativas que ya estén cuidando de
las partes infantiles o que estén dispuestas a hacerlo?
• ¿Existen otras partes disociativas que les estén haciendo daño
o asustando o incluso torturando a las partes infantiles del
paciente?
• ¿Continúan las partes infantiles viviendo en el período del
trauma, ignorantes del presente? De ser así, ¿responden a los
intentos de orientarlas temporalmente?
• ¿Cuáles podrían ser las razones que les impiden a las partes
infantiles seguir desarrollándose y creciendo?
• ¿Qué secuencias dinámicas reiteradas se pueden advertir,
que incluyan a las partes infantiles? (Por ejemplo, el pacien-
te cambia invariablemente a una parte infantil para satisfa-
cer sus necesidades de dependencia o para evitar abordar un
tema doloroso en la terapia).
• ¿Cuáles serían las no-percepciones más importantes que con-
tienen las partes infantiles? (Por ejemplo: los hechos traumá-
ticos, las necesidades de dependencia, la rabia, las sensacio-
nes de excitación sexual o de placer durante los abusos, o la
posibilidad de jugar y de sentirse alegre).
TRABAJAR LAS PARTES INFANTILES DEL PACIENTE 471
Denise tenía una parte disociativa infantil que sentía que solo tenía 5
años de edad, y únicamente quería bailar. Se sentía feliz y libre cuando
bailaba, y soñaba con poder llegar a ser algún día una gran bailarina de
ballet. Obviamente, ese sueño ya no podría hacerse realidad, pero esta
parte de la paciente se mostró capaz de compartir con la parte adulta de
Denise la sensación de felicidad y de libertad, de la que todas las partes
de ella podrían disfrutar cuando la paciente se decidiera a incluir en
su vida el tomar clases de danza. Gradualmente, Denise fue capaz de
ir integrando una sensación de alegría y de libertad en cada vez más
aspectos y momentos de su vida cotidiana.
478 EL TRATAMIENTO DE LA DISOCIACIÓN RELACIONADA CON EL TRAUMA
Concepto nuclear
Es útil explorar por qué las partes infantiles no han logrado “crecer”.
Son varias y diferentes las no-percepciones que están en la base
de este estancamiento. Una vez que el terapeuta y el paciente
puedan reconocerlas, se podrá empezar a trabajar para resolverlas.
Vicky era una paciente con un TID, que decía tener pesadillas crónicas
y episodios de orinarse en la cama que le avergonzaban enormemente
A requerimiento de su terapeuta, la paciente fue a ver a su médico de
atención primaria, quien dictaminó que no existía ninguna causa mé-
dica que pudiera explicar la enuresis. La terapeuta y la paciente pudie-
ron proceder entonces a explorar otras posibilidades. Una parte infantil
muy niña a la que Vicky llamaba “Reggie’’ admitió que había un “bebé
en el contenedor de la basura” por dentro. El bebé tenía frío, hambre,
estaba mojado y abandonado. A través de la labor con las imágenes
mentales, la terapeuta ayudó a Reggie y a Vicky a rescatar al bebé y a
cuidar de él. Vicky se sintió impresionada de encontrarse con este bebé
interior, pero empezó a cuidar de él sin dificultad y se sintió agrada-
blemente sorprendida cuando el bebé empezó a crecer al cabo de unas
pocas semanas. La paciente dijo: Supongo que es la parte de mí que se
sintió tan abandonada cuando era un bebé. Solían dejarme sola en la
cuna. Siento una tristeza muy grande por ella, y por mí. Una vez que
tuvo lugar esta constatación, Vicky jamás volvió a orinarse en la cama.
TRABAJAR LAS PARTES INFANTILES DEL PACIENTE 483
Resumen
Exploraciones adicionales
14.1 ¿Nos resulta más difícil mantener los límites con las partes
infantiles? ¿Por qué sí, o por qué no?
14.2 ¿Tenemos tendencia a trabajar más con las partes infantiles
o a favorecerlas, por contraste con las partes adultas?
14.3 ¿Pensamos que volver un poco a hacer de padres sería útil
aplicado a algunas partes infantiles, dado que el paciente
como un todo ha echado en falta tantas cosas durante la ni-
ñez? Analicemos con algunos compañeros de profesión los
pros y los contras de materializar esta posibilidad.
14.4 ¿Podemos identificar los conflictos internos existente en el
paciente respecto de las partes infantiles, y trabajar con las
partes disociativas que desprecian, castigan o evitan a las
partes infantiles?
14.5 ¿Se activa nuestro sistema asociado a los cuidados al traba-
jar las partes infantiles? ¿Cómo podríamos controlar dicha
tendencia, sin pasarla al acto?
15 Enfoques integradores para
tratar la vergüenza
no tienen claro cómo deben trabajarla, más allá del mero hecho de
reconocer que existe. El primer paso consistirá en comprender las
funciones que desempeña la vergüenza.
Entender la vergüenza
Concepto nuclear
La vergüenza es una señal importante de que existe un desajuste
o una amenaza más seria en nuestras relaciones, y por ello cumple
importantes funciones. Antes de poder resolver la vergüenza crónica,
será necesario que paciente y terapeuta, juntos, alcancen a comprender
plenamente sus funciones, y a sentir compasivamente la profunda
desconexión y ocultamiento asociados a la vergüenza.
488 EL TRATAMIENTO DE LA DISOCIACIÓN RELACIONADA CON EL TRAUMA
La fisiología de la vergüenza
Concepto nuclear
La vergüenza inhibe las emociones positivas, especialmente el interés,
el entusiasmo y la alegría dentro del contexto de las relaciones humanas.
También puede inhibir las experiencias que el paciente cree que son
inaceptables a los ojos de las otras personas, tales como la rabia,
la necesidad de los demás, o las sensaciones e impulsos sexuales.
Concepto nuclear
La vergüenza nos ayuda a aprender los límites de las conductas
socialmente aceptables, para que podamos integrarnos dentro de nuestro
grupo social, con el nivel óptimo de cercanía y distancia. En razón
de ello, cumple importantes funciones sociales.
492 EL TRATAMIENTO DE LA DISOCIACIÓN RELACIONADA CON EL TRAUMA
Sabine: Bueno, ¡eso seguro! Por mucho que quiera tenerla cerca, me
sigue pareciendo arriesgado.
Terapeuta: En ese caso, ¿será que la vergüenza está tratando de ayudar-
te a permanecer a salvo anulando tu deseo de tenerla cerca?
Sabine: No me había parado a verlo de esa forma, pero parece que enca-
ja. Lo mismo puedo probar a comportarme de otra forma la próxi-
ma vez que vea a Dana.
Concepto nuclear
La vergüenza no es solo una emoción respecto de lo que sentimos,
pensamos, percibimos y hacemos. Es un juicio respecto de quiénes
somos contemplados desde la perspectiva de un otro crítico y rechazante,
dirigido desde nosotros mismos a nosotros mismos.
cia real de un otro, dado que puede estar basada en experiencias del
pasado y no reflejar la realidad actual. En razón de ello, puede sen-
tirse exactamente con la misma intensidad tanto en privado como
en público.
Los pacientes disociativos tienen partes de ellos mismos que
están enzarzadas y estancadas en unos círculos perpetuos de aver-
gonzarse las unas a las otras y de ser avergonzadas las unas por las
otras. Suelen oír voces críticas internas que les dicen que son tontos
o feos o unos completos fracasados, y temen que otras personas
puedan descubrirlo. En razón de ello, puede que hagan esfuerzos
extenuantes por ocultarle al terapeuta la existencia de estas voces.
Las personas crónicamente avergonzadas están convencidas de que
esencialmente tienen alguna tara, son malos, repugnantes o mal-
vados. Condenan ya no solo lo que hacen (o no logran hacer), sino
también su apariencia física (e.g., son feos o desagradables, dema-
siado gordos, demasiado desproporcionados en alguna parte de sus
cuerpos), las emociones que sienten (e.g., rabia, tristeza, excitación
sexual, miedo), y fundamentalmente y en el origen de todo, quiénes
son. En el fondo, los pacientes crónicamente avergonzados carecen
de compasión hacia ellos mismos y hacia las partes disociativas de
ellos mismos, y les parece imposible creer que nadie pueda tenerles
afecto, quererles o sentirse atraído por ellos. Pero al mismo tiem-
po, se mueren por que reparen en su presencia, les escuchen y les
acepten.
Concepto nuclear
La vergüenza no es solo una emoción respecto de lo que sentimos,
pensamos, percibimos y hacemos. Es un juicio respecto de quiénes
somos contemplados desde la perspectiva de un otro crítico y rechazante,
dirigido desde nosotros mismos a nosotros mismos.
La vergüenza oculta
Concepto nuclear
La naturaleza de la vergüenza es estar oculta. Puede que no sea
obvio para el terapeuta que el paciente está avergonzado, e incluso
el propio paciente puede no saberlo. El terapeuta deberá convertirse
en un experto en reconocer el lenguaje verbal y corporal de la vergüenza,
sus correlatos cognitivos y las desconexiones relacionales
que son signos indicativos de la vergüenza.
puedes. Confío en ti. Pero a nivel emocional, ello puede implicar sub-
estimar su profunda sensación de incompetencia y de inutilidad, y
dejarles solos con esas emociones abrumadoras. En lugar de ello, el
terapeuta podría preguntar: ¿Cómo lo has averiguado, o cómo sabes
que no puedes? O bien: Es verdad, ahora mismo no puedes hacerlo
porque todavía no has aprendido cómo se hace. Vamos a trabajar en
ello para que así puedas tener la sensación de que sí puedes.
El terapeuta deberá identificar las reacciones vergonzosas úni-
cas de los pacientes y poder reconocerlas durante las sesiones. Por
ejemplo, cuando los pacientes emprenden las defensas contra la
vergüenza (cf. Nathanson, 1992), los terapeutas pueden notar que
algo ha cambiado. A continuación pueden preguntar si tal vez ellos
han hecho algo que haya podido generar el distanciamiento del pa-
ciente (DeYoung, 2015). Este enfoque no le echa la culpa al paciente
de nada, al tiempo que ofrece un planteamiento abierto y que trans-
mite curiosidad por saber qué puede haber sucedido. Es importante
que al principio los terapeutas no sean demasiado directos a la hora
de mencionar a la vergüenza por su nombre, dado que ello podría
agobiar al paciente (Dorahy et al., 2015). En lugar de ello, los te-
rapeutas pueden hablar de la sensación de sentirse desconectado,
herido en el amor propio, bloqueado y demás.
Concepto nuclear
Nos defendemos frente a la vergüenza con la ayuda de cuatro estrategias
básicas: (a) atacándonos a nosotros mismos por malos, incompetentes
o deficientes; (b) atacando a los demás por malos, incompetentes
o deficientes; (c) evitando las experiencias internas que suscitan la
vergüenza, o evitando las sensaciones y emociones asociadas a la
vergüenza misma; y (d) evitando el contacto con los demás para prevenir
que acontezcan las experiencias vergonzosas (Nathanson, 1987).
El terapeuta deberá ser capaz de reconocer y de abordar estas defensas.
Concepto nuclear
La vergüenza genera un bloqueo cognitivo. El terapeuta deberá ser
más pausado al abordarla, hablando más lento y con palabras más
sencillas, haciendo pausas, rastreando detenidamente las reacciones
del paciente y haciendo los ajustes oportunos, y a un ritmo respetuoso.
506 EL TRATAMIENTO DE LA DISOCIACIÓN RELACIONADA CON EL TRAUMA
Concepto nuclear
La vergüenza se vive como si fuera un recuerdo traumático, con
una sensación de intromisión, evitación y activación fisiológica (Matos &
Pinto-Gouveia, 2010). En razón de ello, el terapeuta deberá tener cuidado
de no suscitarla si no es con una preparación preliminar cautelosa y,
cuando ello sea necesario, con la dosificación mesurada adecuada.
infantil que lloraba por las noches se sentía mortificado por la posi-
bilidad de que pudiera despertarse bañado en lágrimas. Le parecía
algo humillante y afeminado, y estaba furioso con la parte infantil.
Con ello se enzarzaba en la defensa de “atacar al otro” para comba-
tir la vergüenza. Hizo falta dedicarle mucho tiempo a trabajar esta
cuestión durante el transcurso de la terapia, para que el paciente
pudiera cuanto menos empezar siquiera a tolerar esta parte infantil
de él mismo.
La vergüenza es una dinámica que mantiene unas interrelacio-
nes desadaptativas entre las distintas partes disociativas internas.
Casi siempre habrá unas partes avergonzantes y unas partes aver-
gonzadas que se interrelacionan entre sí por debajo de la superficie
disociativa, generando una disforia intensa. Como señala DeYoung
(2015), esto les está sucediendo constantemente a los pacientes di-
sociativos. Interrumpamos este ciclo interminable ayudando a los
pacientes a sentir curiosidad respecto de las partes de ellos mismo y
de la forma en que se relacionan entre sí, y alentándoles (a ellos mis-
mos o a partes de ellos mismos) a aprender a aceptar y a trabajar las
partes disociativas avergonzadas y avergonzantes. Con frecuencia,
las partes avergonzantes suelen ser partes disociativas hostiles, y en
especial partes disociativas que imitan al agresor. El capítulo 17 se
centra en cómo trabajar esta clase de partes disociativas.
Concepto nuclear
El contacto directo con el paciente profundamente avergonzado puede
ser abrumador, y pedir que nos mire a los ojos puede derivar en que se
aparte todavía más. Las intervenciones relacionales iniciales pueden ser
más indirectas, tales como, por ejemplo, empatizar con los efectos que
genera la vergüenza, o explorar cómo maneja el paciente la vergüenza,
en lugar de centrar la atención en la emoción en sí misma.
Psicoeducación
Enfoques cognitivos
• Sentir compasión:
– ¿Puedes permitirte sentir compasión por todo lo que sien-
tes? ¿Por todos tus pensamientos? ¿Por las sensaciones que
percibes en tu cuerpo? ¿Por las distintas partes de ti? ¿Por
todas tus luchas y esfuerzos?
– ¿Puedes sentir compasión cuando piensas en otras partes
de ti, aunque también puedas sentirte asustado o vacilante?
¡Qué importante es darse cuenta de que cada parte de ti des-
empeña un papel especial en ayudarte a sobrevivir!
• ¿Podrías imaginarte una figura ideal que tuviera todas las cua-
lidades asociadas a la compasión, la seguridad y la dignidad, la
amabilidad y el respeto? ¿Qué aspecto exterior tendría esa figu-
ra? ¿Qué cosas se te ocurre que podría decirte esa figura? ¿Qué
podría decirle esa figura a otras partes de ti mismo?
• ¿Podrías imaginarte a tu figura compasiva ideal yendo al en-
cuentro de ese niñito pequeño asustado dentro de ti? ¿Qué po-
dría hacer esa figura? ¿Qué cosas podría decir esa figura? ¿Qué
podría hacer o decir esa figura para ayudar a ese niño?
• ¿Y podría ese niñito pequeño por dentro darse cuenta de la pre-
sencia de esa figura, llena de compasión, seguridad, calidez,
amabilidad, y que no tiene la menor intención de hacer ningún
daño de ninguna forma?
• ¿Podrías imaginarte que una figura compasiva está junto conti-
go mientras empezamos a hablar de tu vergüenza? ¿Qué podría
decirte esa figura, ahora mismo? ¿De qué forma podría darte
ánimos esa figura, en este preciso momento, y ofrecerte apoyo
y calidez, cariño y compasión? ¿Puedes sentir todas esas cosas
emanando de tu figura ideal?
Esta sería una declaración alegre y feliz, lo que Pierre Janet de-
nominaba un acto de triunfo (1925b), una acción de compleción e
integración plena de orgullo, sensación de competencia y compa-
sión.
Si no en esta misma sesión, entonces en otra, el terapeuta vol-
verá finalmente a la imagen del muro y a sus otras características
(resbaladizo, oliendo fatal) y las trabajará de la misma forma. El
mal olor sería indicativo de que la emoción de la repulsión* se en-
cuentra en activo (Klufl, 2007, 2013; Tomkins, 1963). La repulsión
está estrechamente relacionada con la vergüenza, como también lo
está el asco. La repulsión y el asco se originaron como una protec-
* N. del T.: dissmell en el original inglés, en alusión al neologismo acunado por Sil-
van Solomon Tomkins y su teoría de los afectos-sensaciones-emociones (todas
ellas neuropsicológicamente y sensoriomotrizmente interrelacionadas), para alu-
dir simplemente al afecto desencadenado por el mal olor (cf. el gesto de taparse
la nariz, dentro del estudio de las expresiones faciales en relación con las expe-
riencias sensoriales subjetivas), que nos advierte de las sustancias nocivas y puede
actuar para limitar el hambre. La repulsión (dissmell, dis-olfato) y el asco (disgust,
dis-gusto) pueden operar independientemente el uno del otro, o no, en diferentes
situaciones. Junto con la repulsión, el asco también puede actuar para limitar
el hambre, pero es mucho más generalizado e importante; su efecto se extiende
desde la comida a cualquier cosa que percibamos como poco grata, indeseable o
tóxica, y funciona principalmente para limitar nuestro contacto con lo que fuere
que provoque el afecto aversivo. No existe una palabra en castellano (como tam-
poco, en rigor, en inglés) para diferenciar específicamente la sensación (física y/o
emocional) de desagrado que producen el olor, por un lado, y el sabor o la visión
de algo, por otro.
ENFOQUES INTEGRADORES PARA TRATAR LA VERGÜENZA 519
alienta a los pacientes a observar sin más qué es lo que sucede, sin
formular ningún juicio ni tener ninguna expectativa previa (Ogden
et al., 2006; Ogden & Fisher, 2015). Cuando la sensación sentida de
haber sido incapaz de llevar a cabo una respuesta defensiva activa
sea una fuente muy potente de vergüenza, el realizar estas defensas
en el momento actual puede mitigar la vergüenza asociada al hecho
de no haber sido capaz de hacerlo en el pasado.
EMDR
Exploraciones adicionales
Concepto nuclear
La aceptación compasiva por parte del terapeuta de las partes
disociativas encolerizadas del paciente abre una vía para que dichas
partes puedan implicarse en la terapia y resolver su agresividad.
El terapeuta puede mostrarse compasivo, al tiempo que sin dejar
de poner límites a las conductas inapropiadas.
Concepto nuclear
Cuanto más pronto dentro del tratamiento se pueda implicar
a las partes encolerizadas del paciente en una alianza terapéutica,
más probabilidades habrá de que el paciente como un todo aprenda
a manejar la agresividad de manera apropiada.
* N. del T.: anger en el original inglés, lo que habitualmente se traduce por “ira”, tér-
mino este que tendría el inconveniente de estar saturado de las connotaciones de
furia, violencia, apetito o deseo de venganza, y/o reiteración de actos de saña, enco-
no y retaliación (de donde, e.g., Dies Irae), dejando demasiado atrás las acepciones
más moderadas o normales de “enfado” o “enojo” (como “movimientos del ánimo
que pueden suscitar o mover a la ira”). El término “agresividad”, muy familiar a
la teoría psicoanalítica de los impulsos y de los afectos, condensaría tal vez más
apropiadamente una posible solución intermedia, abarcando los niveles modera-
dos mencionados más arriba, al tiempo que incluyendo los elevados niveles de
activación, la modalidad defensiva de ataque y, en su grado más extremo, la “rabia
enorme” a la que los autores aluden desde el principio del capítulo y que por vía de
la introyección cristalizará en las partes disociativas que imitan al agresor.
TRABAJAR LAS PARTES ENRABIETADAS Y HOSTILES DEL PACIENTE 531
Concepto nuclear
La agresividad es la emoción principal de la defensa de “ataque”. Cuando
el paciente (o partes de él) permanece estancado en esta defensa, la
agresividad se vuelve crónica, En razón de ello, la primera intervención
será crear una sensación de seguridad v de ausencia de peligro.
Concepto nuclear
Las partes disociativas del paciente que desarrollaron unas estrategias
de apego controladoras punitivas se enfadarán con los demás para
conseguir lo que necesitan, mientras que las partes que tienen unas
estrategias de apego controladoras cariñosas se castigarán a sí mismas
por enfadarse o por el hecho de tener unas necesidades que satisfacer.
Concepto nuclear
El mero hecho de expresar la agresividad no es necesariamente
terapéutico en sí mismo. Lo verdaderamente importante es: (a) cómo
la siente y la expresa el paciente (las partes disociativas implicadas); (b)
si está dentro del margen de tolerancia; y (c) si es socialmente apropiada
y segura. Los terapeutas deberán ver cuándo es terapéutica la expresión
de la agresividad y cuándo es más útil contenerla.
• Una vez que el paciente esté más calmado, invitar a otras par-
tes del paciente a “observar y escuchar”, si es posible.
• Si esto desborda demasiado al paciente, trabajar únicamente
con la parte enfadada. El objetivo sería disminuir la sensación
de amenaza, favorecer la sensación de seguridad, y a conti-
nuación introducir gradualmente una sensación de conexión
con el terapeuta y entre las distintas partes disociativas. Es
primordial ayudar a la parte enfadada a sentirse segura y libre
de peligro antes de proceder a establecer ninguna conexión
relacional.
• Alentar al paciente a establecer unos límites para refrenar las
conductas inapropiadas de la parte encolerizada. No obstan-
te, la labor de contención deberá ir pareja con la compren-
sión compasiva de la parte encolerizada por parte del propio
paciente: el poner límites no deberá vivirse como un castigo.
• Recabar la ayuda de otras partes disociativas para orientar
temporalmente a la parte encolerizada en dirección al mo-
mento presente. Al igual que sucede con otras muchas partes
disociativas, con frecuencia las partes encolerizadas no reco-
nocen que están viviendo en el presente.
• El paciente como un todo (y la parte disociativa encolerizada)
necesita aprender que en las relaciones interpersonales sanas
no tiene cabida el castigo, la humillación ni el uso de la fuerza
o la violencia.
• Conseguir que las partes encolerizadas se pongan al servicio
de la terapia:
– Valoro que estés tratando de proteger del peligro o del fracaso
a otras partes de ti. Coincido contigo en que estar libre de
peligro y sentirse competente es importante para tu vida. Me
gustaría ayudarle a encontrar algunos otros métodos adicio-
nales que pudieran ser más eficaces. ¿Te interesaría explo-
rarlos conmigo?
– Coincido contigo en que ninguna parte de ti deberá contar lo
que sucedió, a menos que ello no implique ningún peligro.
Pareces creer que en este preciso momento no sería pruden-
te. Me gustaría saber algo más acerca de eso, y me gustaría
TRABAJAR LAS PARTES ENRABIETADAS Y HOSTILES DEL PACIENTE 539
Sin salir de la pantalla, se animó a Bobby a que abriera los ojos durante
unos breves momentos y se orientase más en el presente durante tan
solo unos pocos segundos cada vez. Los dos, Carl como adulto y la te-
rapeuta, tranquilizaron a Bobby asegurándole que estaba a salvo y que
ya no le estaban haciendo daño. Paciente y terapeuta empatizaron con
la agresividad vehemente de la parte disociativa infantil enrabietada.
Gradualmente, Carl y la terapeuta pudieron invitar a Bobby a salir de
la pantalla y entrar en la habitación para que se orientara todavía más.
La terapeuta probó a aplicar varios enfoques para ayudarle a Bobby
a sentirse más calmado. Descubrió que el “niño” respondía a la estrate-
gia de envolverse fuertemente en una manta y atrincherarse rodeándose
de almohadas en el sofá durante las sesiones. El ponerle una compresa
fría en la cara le calmaba. Algunas músicas le ayudaban. Fue capaz de
pelar y comerse una naranja, lo que le calmó. Carl ideó un lugar seguro
imaginario internamente para Bobby, que incluía todas las cosas que le
ayudaban a la parte infantil a calmarse, y practicó estas intervenciones
en casa. La terapeuta animó a Carl a recordarle a Bobby que el pasado
ya se había acabado, y a utilizar una serie de “anclajes” en el presente
para ayudarle a reforzar este hecho.
Bobby empezó a tener breves momentos de sentirse mucho más
calmado. Dejó de gritar y de dar golpes con tanta frecuencia, aunque
seguía mudo. Durante una sesión, la terapeuta le ofreció algunas mario-
netas a Bobby, con la parte adulta del paciente observando internamen-
te desde una cierta distancia. Bobby empezó a reescenificar los malos
tratos de su padre en los que la marioneta que representaba al padre
procedía a darle puñetazos repetidamente en el estómago y en la cara a
la marioneta que representaba al niño. La marioneta-niño contraataca-
ba y recibía una paliza todavía más brutal.
La terapeuta utilizó una marioneta adicional para tratar de comuni-
carse con Bobby y ayudarle a apartarse de la marioneta-padre. Con la
ayuda de la parte adulta de Carl, Bobby cogió la marioneta-padre, abrió
la habitación del despacho y la tiró fuera. Después de esto, se mostró
calmado y empezó a hablar con frases vacilantes. La terapeuta alentó a
la parte adulta de Carl a acercarse y apoyar a Bobby, quien por primera
vez se sintió muy relajado y muy seguro. Internamente, Bobby le tendió
las manos a Carl y le pidió disculpas por haberle hecho daño. Carl le
devolvió el saludo y abrazó a Bobbv, diciéndole que aceptaba y com-
TRABAJAR LAS PARTES ENRABIETADAS Y HOSTILES DEL PACIENTE 543
Concepto nuclear
E] mejor predictor de la violencia derivada de las partes encolerizadas
sería la existencia de una historia de episodios anteriores de violencia.
Se deberán tomar precauciones excepcionales con los pacientes
disociativos que tengan una historia de conductas violentas irrefrenables.
TRABAJAR LAS PARTES ENRABIETADAS Y HOSTILES DEL PACIENTE 547
Resumen
La agresividad es una emoción difícil y problemática tanto para
los pacientes como para los terapeutas. Cuanto más pronto dentro
del tratamiento puedan los terapeutas ocuparse de las partes agre-
sivas del paciente (con una combinación de sentir compasión y de
poner límites a las conductas inapropiadas), más eficaz podrá ser
la terapia. A medida que los pacientes como un todo vayan empe-
zando a comprender las funciones que desempeñan estas partes di-
sociativas, más capaces irán siendo de aceptar la agresividad como
una emoción humana natural, y podrán ayudar a estas partes de
ellos mismos a dejar atrás la defensa de ataque y desarrollar una
mayor capacidad de relación.
Exploraciones adicionales
16.1 Describamos las normas que regulaban la expresión de la
agresividad en nuestra propia familia de origen. ¿Se nos per-
mitía expresar el enfado, y de ser así, de qué formas sí y de qué
formas no? ¿De qué manera nuestra vivencia de la agresividad
nos ayuda o nos inhibe en nuestra labor con los pacientes?
548 EL TRATAMIENTO DE LA DISOCIACIÓN RELACIONADA CON EL TRAUMA
Concepto nuclear
Las partes disociativas que imitan al agresor con frecuencia se viven a
sí mismas en un sentido muy real y son vividas por otras partes
disociativas como si fueran los agresores reales. En razón de ello,
comprensiblemente dichas partes inducen temor y vergüenza dentro del
paciente como un todo, y a veces también inducen temor en el terapeuta.
TRABAJAR LAS PARTES DEL PACIENTE QUE IMITAN AL AGRESOR 551
Concepto nuclear
Las funciones de las partes que imitan al agresor son: (1) proteger al
paciente de las amenazas del agresor, quien continúa siendo vivido como
alguien real en el presente; (2) defender al paciente de la constatación
insoportable de la indefensión y la impotencia que vivió cuando era
un niño; (3) reescenificar los recuerdos traumáticos desde la perspectiva
del agresor, tal como fue procesado mentalmente por el niño;
(4) servir de defensa frente a la vergüenza, en virtud de atacar
al paciente y de evitar sentir las experiencias internas asociadas
a la vergüenza; (5) brindar una salida a las propias tendencias sádicas
y punitivas repudiadas por el paciente; y (6) guardar
unos recuerdos traumáticos insoportables.
Concepto nuclear
Los terapeutas deberán trabajar activamente para aceptar e incluir en
la terapia tan pronto como sea prudentemente posible a las partes que
imitan al agresor. La labor prematura con estas partes di sedativas puede
asustar al paciente, quien a continuación optará por dejar la terapia
o bien se descompensará. Por otro lado, el evitar trabajar estas partes
disociativas dejará al paciente susceptible de seguir
con el caos interior, el castigo, el miedo y la vergüenza interiores,
y a la terapia susceptible de entrar en un callejón sin salida.
Tabla 17.1.
Funciones de las partes disociativas que imitan al agresor
• Proteger al paciente de las amenazas del agresor original, las cuales pue-
den hacer las veces de sugestiones post-hipnóticas malignas, con el pa-
ciente creyendo instintivamente que continúan siendo verdaderas en el
momento actual La parte disociativa que imita al agresor repite interna-
mente las amenazas para evitar que el paciente se decida a contar nada
(e.g., “Si alguna vez le hablas de esto a alguien, tu hermana lo lamentará “Si
no haces exactamente lo que te digo, tu madre desaparecerá del mapa y no
volverás a verla nunca más”; “Esto está pasando por tu culpa y si alguna vez
se entera alguien, le meterán en la cárcel”).
• Defender de las emociones vulnerables, tales como la vergüenza, la culpa,
el miedo, la soledad, la tristeza, la indefensión y la impotencia.
• Refrenar los propios deseos de poder del paciente, y la sensación de poder
y de control que fueron inaceptables o peligrosos en el pasado.
• Refrenar las propias tendencias y deseos sádicos del paciente, que este
todavía no puede aceptar ni tolerar.
• Proteger al paciente por medio de las críticas y de los castigos.
• Reescenificar internamente el trauma del pasado de manera que parezca
absolutamente real internamente, lo que en última instancia impide la
percepción realista.
• Evitar que el paciente se sienta vinculado al terapeuta (o a otras personas)
con objeto de evitar el rechazo, la pérdida, los insoportables sentimientos
de dependencia, y demás; es decir, estas partes disociativas le tienen fobia
al apego.
Concepto nuclear
Los terapeutas necesitarán poder reconocer las reescenificaciones, en las
que las partes disociativas que imitan al agresor desempeñan un papel
crucial. Los terapeutas pueden sentirse empujados a entrar en estas
reescenificaciones, y pueden sentir indistintamente al paciente como un
niño o como el agresor. Estas experiencias internas del terapeuta deberán
ser reconocidas en la medida de lo posible, en lugar de pasarlas al acto.
Concepto nuclear
Los terapeutas necesitarán encontrar un equilibrio razonable entre
aceptar compasivamente a las partes disociativas que imitan al agresor
y poner límites a las conductas agresivas o sádicas, tanto internamente
para el paciente, como externamente, en la relación con el terapeuta y
demás personas de la vida del paciente.
Suele ser más fácil desarrollar una alianza de trabajo con las
partes enrabietadas fijadas a la defensa que con las partes que imi-
tan al agresor, si bien los mismos enfoques analizados en el capítulo
16 para trabajar las partes agresivas del paciente continúan siendo
de utilidad. Las partes que imitan al agresor suelen ser con frecuen-
cia el eje que mantiene intacta la no-percepción y, en razón de ello,
a veces son las últimas partes disociativas que se muestran dispues-
tas a aliarse con el terapeuta. De forma característica, una vez que
estas partes se sienten aceptadas y aprenden a ser compasivas ellas
TRABAJAR LAS PARTES DEL PACIENTE QUE IMITAN AL AGRESOR 559
Concepto nuclear
Cuanto más se activen en la terapia las partes vulnerables (tales como
las partes infantiles), más resistencia a la vulnerabilidad opondrán
las partes que imitan al agresor y más pasarán al acto castigando
a las partes vulnerables. De forma característica, el terapeuta deberá
trabajar las partes que imitan al agresor antes de proceder a trabajar
las partes vulnerables, dependientes y carenciadas.
les la boca a las partes infantiles para impedir que digan nada, por-
que dichas partes están convencidas de que las amenazas originales
de no contarle nada a nadie todavía están en vigor, o impedir que
el paciente trate de hacer nada que pudiera llevarle a fracasar), de
alguna forma jamás consiguen alcanzar su objetivo más allá de un
período transitorio, y que el problema vuelve a aparecer:
• Entiendo que estás haciendo todo lo posible por proteger a
Mary. Pero de alguna forma, a pesar de tus mayores esfuerzos,
Mary continúa teniendo dificultades en el día y a día, las partes
infantiles continúan llorando, las cosas siguen yendo mal, y la
mayor parte del tiempo tú continúas amenazando a las partes
para que se autolesionen o se maten. Estaba pensando si te po-
dría interesar aprender algunas formas diferentes que pudieran
funcionar, además de las que ya conoces.
• Apenas me puedo imaginar lo difícil que debe ser para ti soportar
que esas partes infantiles estén llorando constantemente y sin pa-
rar por dentro. ¡No es de extrañar en absoluto que quieras que se
callen! Y también estaba pensando si tal vez te ronda alguna pre-
ocupación respecto de que, en el caso de que no se callen, pudiera
suceder algo terrible, como ocurrió en el pasado. Es importante
que recuerdes, aunque puede que te cueste, que ahora estás a sal-
vo, y mi despacho es un lugar tranquilo en el que todas las partes
de ti son aceptadas y son bienvenidas. Aun así, ¿estarías dispues-
to a probar a aplicar un enfoque diferente con esas partes infan-
tiles tan alteradas, aquí en el despacho, conmigo, ahora mismo?
¿Les dejarías que se fueran a un lugar especial por dentro, que
fuera apacible y silencioso, donde pudieran quizás descansar o
jugar? Este es un experimento que podrías probar a hacer aquí,
para ver si les ayuda a estar más tranquilos.
• Sé que tienes un montón de preocupaciones respecto de la ca-
pacidad de Mary para funcionar en el trabajo, y comparto tu
preocupación. Los dos queremos que las cosas le salgan bien y
que conserve su trabajo. No puedo evitar pensar que si hubiera
más tranquilidad y silencio por dentro, entonces Mary se podría
centrar mejor en su trabajo. Ya sabes lo mucho que te molestan
TRABAJAR LAS PARTES DEL PACIENTE QUE IMITAN AL AGRESOR 567
Colaboración gradual
Mary: No lo sé... no, no ayudaría. Desde que estoy viniendo a verla a us-
ted a veces me siento mejor, y además, por fin no me creo que estoy
loca. Muchas de las cosas que ha explicado usted tienen sentido y
me han ayudado. Estoy empezando a comprender a esas dichosas
partes infantiles y bebés, y traté de seguir las ideas que usted me dijo
y crear un lugar seguro para ellas. Pero después él se puso como una
furia y se lo destrozó. Tengo mucho miedo de que de verdad vaya a
hacer algún daño terrible, y que la mate a usted o a mí. ¿No puede
usted hacer algo para que se vaya?
Terapeuta: Aunque comprendo que tienes miedo, no voy a trabajar para
que esa parte de ti desaparezca. Y aunque puede que todavía no lo
entiendas plenamente, esta parte de ti es esencial. Desarrollaste esta
parte para protegerte en el pasado, y pienso que esta parte todavía
sigue queriendo ayudarte. Esta parte de ti tiene sus razones para
pensar que la terapia es mala para ti. Quiero que comprendamos
esas razones. De modo que tal vez, en el fondo, también él quiere
salir de todo este enredo, porque durante todo este tiempo lleva de-
jándote que vengas a terapia.
Mary: No quiero que esté aquí. La sola idea me aterra. Está escuchando
y está empezando a chillarme otra vez. (La paciente se lleva las ma-
nos a los oídos, como para no escuchar los gritos).
Terapeuta: Bien, me alegro de que esté escuchando, y comprendo que
tal vez todavía no es el momento oportuno para él de que esté direc-
tamente en la sesión. Pero quizás esta parte pudiera estar dispuesta
a escribirme en tu diario o en un trozo de papel, y contarme algo
más sobre la necesidad de dejar la terapia y de ir al bosque en mitad
de la noche. Pienso que podemos encontrar una forma de salir de
este conflicto y de este lío, para la totalidad de ti. ¿Hay algo que esa
parte tenga que decir ahora? De verdad quiero escucharle.
Mary: Ahora ya no está gritando, pero me dice que no piensa cambiar
de opinión y... me da vergüenza... está diciendo unas cosas muy des-
agradables sobre usted. No se las puedo decir.
Terapeuta: Bien, me alegro de que esta parte de ti se sienta libre de con-
tarte cosas, y supongo que algunas partes de ti deben ciertamente
de sentir muchas cosas acerca de mí, no todas ellas positivas. Eso
está bien. Espero que esta parte de ti encuentre la forma de seguir
comunicándose conmigo con palabras.
578 EL TRATAMIENTO DE LA DISOCIACIÓN RELACIONADA CON EL TRAUMA
Mary (como la parte que imita a su padre): Ya sabía yo que era usted
muy peligrosa, no hace más que decir una sarta de mentiras. No soy
ningún viejo; tengo las piernas bien fuertes. ¿Ve usted por aquí algu-
na silla de ruedas? No soy ningún idiota. No va usted a engañarme
con sus mentiras. Ella [la paciente] quiere creer que yo soy viejo,
pero eso no es más que una fantasía. ¡Jamás se librará de mí!
Terapeuta: No, está usted aquí, y por supuesto no es usted viejo ni va
en silla de ruedas. Pero, ¿podría ayudarme a comprender quién es
la persona que está en la foto que trajo Mary, el hombre que aparece
en una silla de ruedas y que ella dice que es su padre?
Mary (como la parte que imita a su padre): (pareciendo desconcertado
momentáneamente) ¡Y yo qué sé! ¿Por qué coño insiste usted en esa
puñetera foto? ¡Qué más le da a nadie quién mierda pueda ser! Aquí
estoy yo. Eso es lo único que usted necesita comprender.
Terapeuta: Bueno, a decir verdad, los dos necesitamos comprender mu-
chas cosas, y eso vendrá con el tiempo. En este preciso momento
comprendo que usted está ciertamente aquí y me alegro, porque
está usted ayudándome a comprender más cosas sobre usted y sobre
las relaciones que tiene usted con otras partes por dentro.
Mary (como la parte que imita a su padre): Ya lo creo, las violo, las
muelo a palos, me lo paso muy bien.
TRABAJAR LAS PARTES DEL PACIENTE QUE IMITAN AL AGRESOR 579
Terapeuta: Hum, ¿qué cosas respecto de eso que dice que hace le hacen
sentir que se lo está pasando bien? ¿Y a qué se dedica usted cuando
no está violándolas o moliéndolas a palos? ¿Qué cosas hay que le
hagan disfrutar a usted, además de hacerles daño a ellas? [Aquí la
terapeuta empieza a cuestionar a la parte disociativa que imita al
padre, para expandir su conciencia más allá del trauma].
Mary (como la parte que imita a su padre): ¿De qué está hablando us-
ted? Me dedico todo el tiempo a hacerles daño, y ya está.
Terapeuta: Bueno, estoy segura de que así se lo parece a usted, pero
todo el mundo necesita descansar y tomarse un tiempo libre. Es-
toy pensando, por ejemplo, ¿cómo es que se lleva usted a las partes
al bosque para violarlas? ¿Alguna vez va usted al bosque solo? ¿Le
gusta el bosque, le gusta pasearse por allí, le gusta la sensación y los
sonidos del bosque?
Mary (como la parte que imita a su padre): No tengo tiempo para esas
capulladas de ir andando de puntillas por entre los tulipanes y de-
más chorradas por el estilo. ¡Qué pregunta tan estúpida! Sí me gus-
tan los pájaros, a veces.
Terapeuta: Sí, sé que mis preguntas deben de parecer muy estúpidas a
veces. Y le pido disculpas. Hábleme un poco más acerca de qué es lo
que le gusta de los pájaros.
Mary (como la parte que imita a su padre): ¿Por qué? ¿Es que quiere
ponerme usted en ridículo? ¡No, gracias! [Esta declaración le ayuda
a la terapeuta a identificar la profunda vergüenza contra la que se
defiende esta parte disociativa].
Terapeuta: No, me interesa de verdad saber qué es lo que le gusta a
usted. Los pájaros son tan increíbles: sus colores, los diferentes so-
nidos que emiten, sus plumajes, la forma en la que construyen sus
nidos, la forma en la que vuelan, e incluso algunos que no vuelan,
aves de presa, pájaros cantores. Unas de las criaturas más asombro-
sas de la tierra, ¿verdad?
Mary (como la parte que imita a su padre): Ya lo creo, son geniales. Me
gustan los sonidos que hacen. Pero espere, me está metiendo usted
en su trampa. Cierre la boca y deje ya de hablar de pájaros. Y ahora
me voy. (La paciente cambia de la parte que imita al padre a la parte
adulta de Mary).
580 EL TRATAMIENTO DE LA DISOCIACIÓN RELACIONADA CON EL TRAUMA
¿Qué te parece si compraras algún libro que hablara de los pájaros como
un regalo para esta parte de ti?
Gradualmente, se va afianzando la constatación de que, en realidad
y de hecho, esta parte es una parte de Mary, y no el padre real. Pero aún
así, durante bastante tiempo esta parte puede seguir aferrándose a la
idea de que es él quien hace daño, en lugar de ser la que sufre el daño. La
vulnerabilidad y la impotencia son increíblemente difíciles de aceptar y
de percibir realistamente. El terapeuta puede seguir ayudando a ampliar
las vivencias de esta parte en dirección a las experiencias positivas. Por
ejemplo, si esta parte dejara de necesitar tener bajo control a las otras
partes, o hacerles daño, ¿qué querría hacer con su vida? ¿Qué piensa él
de la vida de Mary, y en qué sentido o de qué forma podría él querer que
la vida de ella fuera diferente?
Resumen
Exploraciones adicionales
Concepto nuclear
Las conductas peligrosas son estrategias de afrontamiento
e intentos de resolver los problemas con la ayuda de conductas
sustitutivas que no son adaptativas.
586 EL TRATAMIENTO DE LA DISOCIACIÓN RELACIONADA CON EL TRAUMA
Concepto nuclear
De forma característica, determinadas partes disociativas
se enzarzan en unas conductas peligrosas, y el abordar estas partes
directamente puede ayudara eliminar las conductas.
RESOLVER LAS CONDUCTAS PELIGROSAS 587
* N. del T.: literalmente “bella indiferencia”, término poético acuñado por Pierre
Janet, discípulo de Charcot, con el que los psiquiatras franceses del siglo XIX
aludían a la actitud característica e inapropiada, ingenua y cándida, degran calma
observada originalmente en la neurosis histérica, y que contrastaba con el im-
portante grado de incapacidad que los síntomas de conversión generaban en las
pacientes que padecían el trastorno; la expresión remite actualmente a la despreo-
cupación y desafección anómala ante las percepciones de otras personas respecto
de la aparente gravedad de los síntomas asociados a la propia dolencia, en este
caso las autolesíones disociativas, acompañadas de ceguera cognitiva y/o amnesia
analgésicas.
RESOLVER LAS CONDUCTAS PELIGROSAS 589
Concepto nuclear
La contratransferencia frente a las conductas peligrosas, especialmente
las autolesiones y la propensión al suicidio, puede ser muy intensa.
Los terapeutas necesitarán recibir apoyo y encontrar la forma
de permanecer arraigados, calmados y capaces de fijar unos límites
claros para estas conductas, con una actitud de compasión.
Concepto nuclear
Si bien los terapeutas pueden ser decisivos a la hora de ofrecer ayuda
y guía, el responsable en última instancia de permanecer a salvo
y fuera de peligro es el propio paciente como un todo.
El terapeuta no puede salvar al paciente, y la seguridad
no deberá convertirse en una lucha de poder entre ellos.
Conductas peligrosas
• Agresiones físicas.
• Sadismo hacia uno mismo y hacia otras personas.
• Masoquismo en donde el paciente se somete de buen grado al
dolor emocional o físico provocado por otra persona.
• Buscar entablar relaciones arriesgadas o peligrosas.
• Abusos actuales continuados por parte de los agresores origi-
nales u otras personas.
hecho o que yo haya pasado por alto y que ha podido crear una brecha
dolorosa entre nosotros, y si ello generó en ti algunas emociones bas-
tante perturbadoras. ¿Podríamos explorar esa posibilidad?
Por supuesto, las conductas peligrosas no se deberán únicamen-
te a los avatares de la terapia. Pueden acontecer a raíz de algún tipo
de adversidad, percance o desencadenante relacionado con la vida
en general y que desborda a un determinado paciente en particular
como, por ejemplo, cometer un error en el trabajo, romper con una
pareja sentimental, ser severamente criticado, sentirse incapaz de
arreglárselas para cuidar de los propios hijos, la aparición espon-
tánea de una parte disociativa desconocida o de un recuerdo trau-
mático, un aumento de la depresión o la ansiedad, o la experiencia
de que un hijo salga de casa por primera vez para ir a estudiar a la
universidad.
Autolesiones
zar en autolesionarse con objeto de evitar el daño más grave que su-
pondría un intento de suicidio. Desgraciadamente, en algunas raras
ocasiones las autolesiones pueden provocar la muerte, aun cuando
el propósito del paciente no fuera el de suicidarse.
Las autolesiones pueden adoptar muchas formas, pero algunas
de las más comunes son hacerse cortes, quemarse, arrancarse el
cabello, lanzar un puñetazo contra la pared y dar con la cabeza
contra algo, fuertemente y con violencia. Puede ir de los rasguños
superficiales a las heridas graves que necesitarán atención médica
urgente. Obviamente, estas conductas pueden generar unos sen-
timientos intensos de vergüenza en el paciente, además de toda
clase de reacciones poco útiles y de escasa ayuda en las personas
que rodean al paciente, incluidos los terapeutas. Por ejemplo, el
personal médico del servicio de urgencias (e incluso algunos psi-
quiatras que trabajan en las unidades de intervención en crisis)
que deberán cuidar las heridas autoinfligidas o las secuelas que
siguen a los intentos de suicidio pueden reprender, avergonzar y
ofender al paciente (por ejemplo, mientras ponen los puntos de
sutura a las heridas), sin mostrar ninguna compasión ni compren-
sión. Puede que traten al paciente con dureza, como si el paciente
se mereciera que lo trataran mal debido a su conducta repulsiva.
Esto no hace más que añadir una vergüenza todavía mayor y una
mayor propensión a autolesionarse en pacientes que de hecho y en
realidad tienen muchas probabilidades de mejorar cuando se les
trata con dignidad y respeto (Christoffersen, Mohl, DePanfilis &
Vammen, 2015).
Algunas autolesiones adjetivas incluyen una rutina o un ritual
claramente organizado. Por ejemplo, el paciente puede intenciona-
damente “crear el ambiente” oportuno y proceder a poner determi-
nada música, encender velas, disponer cuidadosamente los instru-
mentos específicos con los que se autolesionará, e incluso preparar
de antemano algunas vendas y medicamentos para su aplicación
después de las lesiones. Las autolesiones y otras conductas peli-
grosas pueden acontecen de una forma específica o en una deter-
minada localización (por ejemplo, en el dormitorio o el baño del
598 EL TRATAMIENTO DE LA DISOCIACIÓN RELACIONADA CON EL TRAUMA
Propensión al suicidio
Concepto nuclear
Un problema de primer orden en los pacientes disociativos es que
con frecuencia no son conscientes ni pueden controlar a las partes
disociativas que se enzarzan en las conductas peligrosas. En razón de ello,
a menudo no pueden explicar por qué se hacen daño a ellos mismos.
Karen era una paciente de 36 años de edad con un TID y que tenía una
parte disociativa de 13 años que estaba decidida a suicidarse. En lugar
de arreglar inmediatamente el ingreso hospitalario, el terapeuta se tomó
el tiempo necesario para explorar la resolución suicida. Cuando pregun-
tó por los planes que tenía Karen, la paciente dijo que pensaba disparar-
se en la cabeza con la pistola de su tío. El terapeuta sabía que el tío había
fallecido, por lo que empezó a indagar un poco más para determinar si
esta parte disociativa de la paciente estaba orientada en el tiempo.
Concepto nuclear
Es esencial idear un plan de seguridad y ponerlo por escrito.
Dicho plan deberá incluir distintas formas para que el paciente logre
hacer participar a las partes disociativas internas para ponerse a salvo,
además de distintas formas de regularse y de tranquilizarse.
Concepto nuclear
Las autolesiones durante las sesiones no son aceptables bajo ninguna
circunstancia, y deberemos detenerlas inmediatamente.
RESOLVER LAS CONDUCTAS PELIGROSAS 607
Concepto nuclear
Para el paciente excepcional que continúa aumentando
en escalada las llamadas en crisis motivadas por sus conductas
peligrosas, a pesar de haber aprendido algunas buenas
habilidades y después de haber abordado el papel que
desempeñan las partes disociativas, puede que sea necesario
un enfoque especial en el que, después de consultado detenidamente
con un asesor especializado, el terapeuta reduzca su disponibilidad,
excepto durante las sesiones.
Rebecca era una paciente con un TID que había estado ingresada re-
cientemente durante varias semanas por un cuadro de bulimarexia. A
pesar de ello, seguía fluctuando en torno a su peso mínimo aceptable e
insistiendo en las conductas restrictivas y purgativas, hasta el punto de
alterar su equilibrio electrolítico. La terapeuta tenía que decidir si podía
trabajar con Rebecca como paciente externa o si debía derivarla a un
nivel más elevado de cuidados.
Terapeuta: Estoy perfectamente dispuesta a continuar la terapia contigo,
pero si tu peso vuelve a bajar otra vez hasta el punto de que tu vida
esté en peligro, tendré que derivarte para que te traten en el hospital
y no podré verte hasta que no estés estabilizada. Me gustaría mucho
que siguiéramos con nuestro tratamiento, por lo que espero que deci-
das que esto de lo que estoy hablando es algo que quieres hacer.
Rebecca: Pero usted sabe que yo no tengo ningún control sobre esta
conducta. A veces sé que he vomitado por el gusto que me queda en
la boca, pero es algo que me pasa en medio de una laguna de memo-
ria. ¿Cómo puede usted decir que es de mi responsabilidad? ¡Tengo
amnesia! ¡Quiero con toda mi alma que esto desaparezca! ¡Pensaba
que era usted una experta en disociación y que podía ayudarme!
Terapeuta: Estoy absolutamente dispuesta a ayudarte y a tratar de com-
prender por qué razón una parte de ti se niega a comer o se purga,
y ayudarle como persona total a hacer algunos cambios sanos. Pero
el tratamiento tiene que ir en las dos direcciones, es una experiencia
recíproca donde las dos, tú y yo, tenemos nuestras responsabilida-
des. Yo no puedo mantenerte con vida; únicamente tú puedes elegir
hacerlo. Es imposible tratarte como paciente externa si tu estado
físico interfiere en nuestra capacidad de comprometernos en el tra-
tamiento. Nuestro acuerdo es en favor de la psicoterapia, la cual
únicamente podremos seguir cuando tu peso esté fuera de la zona
de peligro, de manera que no corras ningún riesgo, Ahora estás cer-
ca de la inanición, lo que afecta a tu capacidad de pensar y a tu jui-
cio. De modo que sí, es verdad que tengo un gran interés en seguir la
terapia contigo; y sí, también es verdad que es absolutamente de tu
elección el mantenerte en un estado físico que posibilite la terapia,
RESOLVER LAS CONDUCTAS PELIGROSAS 611
Parecía revivir sus experiencias pasadas con su madre cada vez que Lydia
la “volvía a encerrar con llave” internamente. María, que era la parte diso-
ciativa principal que funcionaba en la vida cotidiana, no había sido cons-
ciente de estos conflictos internos y, de hecho, no tenía conocimiento de
la existencia de Lydia ni de Alexa, aunque sí era conciente de las lagunas
de memoria y tenía la sensación de que su trastorno de alimentación
estaba fuera de su control. María se sintió muy avergonzada cuando oyó
que la parte “niña pequeña” de ella a veces robaba comida, pero también
se sentía muy enfadada con Lydia por encerrar con llave a esta parte de
ella. María también estaba indignada por el hecho de que Lydia se mos-
trase tan preocupada por quedarse embarazada, dado que María negaba
con vehemencia que estuviera teniendo ninguna relación sexual.
La terapeuta ayudó a estas partes de María a encontrar el objetivo
común de evitar un nuevo ingreso hospitalario. Con alguna explicación
por parte de la terapeuta, Lydia comprendió que encerrar internamente
a Alexa estaba desencadenando unos recuerdos dolorosos y servía úni-
camente para acrecentar la tendencia a comer demasiado. Se ideó un
espacio seguro imaginario para Alexa, un lugar lleno de comida y de luz.
María se mostró más dispuesta a cuidar de esta parte infantil de ella
misma, asegurándose de que estuviera a salvo, e invitándola a vivir la
experiencia real de comer juntas con regularidad, además de ayudarle a
orientarse en el presente y a utilizar algunos “anclajes” en el aquí y aho-
ra a la manera de recordatorios. Lydia mostró su conformidad con un
peso corporal de referencia, aunque seguía restringiendo la comida. Este
proceso requirió varios meses de arduo trabajo. María informó de que
tenía una mayor sensación de paz internamente, y la intensidad de sus
atracones y de sus conductas purgativas disminuyó espectacularmente.
Este fue un éxito muy importante.
Sin embargo, Lydia todavía estaba convencida de que corría el peligro
de quedarse embarazada, al tiempo que María continuaba negando que
estuviera teniendo relaciones sexuales. María también seguía teniendo
períodos importantes de amnesia en la vida diaria, principalmente por
las tardes/noches. La terapeuta se preguntaba qué es lo que podría es-
tar sucediendo durante esos momentos, pero ni María ni Lydia parecían
saberlo. No obstante, Lydia informó de que tenía flashes extraños en los
que le venían imágenes de estar con hombres, e insistió en que esto se
correspondía con el momento actual, y no con el pasado.
RESOLVER LAS CONDUCTAS PELIGROSAS 617
María (como esta parte disociativa): ¿Qué es lo que quiere usted? Estoy
segura de que jamás ha tenido usted sexo sadomasoquista ni sabe lo
que es eso; es usted demasiado sosa, exactamente igual que María.
¡Qué estúpida es María! Se pregunta qué es lo que sucede por las
tardes/noches. ¿Tiene ella alguna idea de quién le está pagando sus
estudios? ¡Su beca apenas da para cubrir nada en absoluto! ¡Ni tan
siquiera se para a pensarlo! Ese es su estilo, no pensar en las cosas
que no quiere saber.
Terapeuta: Sí, María está pasando verdaderamente por unos momen-
tos muy difíciles constatando algunas cosas dolorosas de las que no
quiere hablar, y está trabajando en ello. Parece que tú puedes saber
más cosas que ella sobre esta cuestión. De alguna forma le estás ayu-
dando a pagarse los estudios, sin que ella tenga conciencia de ello.
¿Tiene esto algo que ver con la razón por la que María no recuerda
lo que hace por las tardes/noches?
María (como esta parte disociativa): ¡Pues claro! (riéndose) Ella no tiene
la menor idea de cómo consigo el dinero. Y esa idiota de Lydia de-
bería saber que por supuesto que tomo mis precauciones. No quiero
quedarme preñada de ningún bebé. María odia a los hombres; ¡pues
debería gustarle lo yo que les hago! Les hago sufrir. ¡Esos juguetes tie-
nen su razón de ser! Y usted no me los va a quitar. ¡Ni usted ni nadie!
María (como esta parte disociativa): ¡Ni pensarlo! Ella no querrá ha-
blar conmigo.
Terapeuta: Vale, ¿y qué te parece si se lo cuentas a Lydia, y después ella
podría contárselo a María?
María (como esta parte disociativa): Lo que usted diga (indiferente).
Lydia está escuchando de todas formas. Ella le puede decir a María
lo que le dé la gana. Me importa un bledo.
Terapeuta: Bien. Y verdaderamente espero que podamos seguir con
nuestra conversación, dado que tú eres una parte muy importante
de María.
* N. del T.: a safe word en el original inglés, en alusión, dentro del argot de la comu-
nidad BDSM (sadomasoquismo consensuado), a la palabra clave (habitualmente
irrelevante y extraña dentro del contexto de la situación sexual: e.g., fishsticks,
“barritas de pescado”, equivalente a “¡para!” o “¡no!”, que podrían ser equívocas
e interpretarse como que forman parte de la “protesta” fingida) acordada pre-
viamente por los participantes para detener la actividad o disminuir el nivel de
intensidad de la misma.
RESOLVER LAS CONDUCTAS PELIGROSAS 623
Exploraciones adicionales
Concepto nuclear
Es esencial tener en cuenta las relaciones del paciente con otras
personas importantes para él, en el momento de planificar el tratamiento.
Deberán tomarse algunas decisiones respecto de si se podría incluir
a otras personas que pudieran apoyar al paciente, y de qué forma.
La relación de pareja
La dinámica entre los pacientes y sus parejas puede servir como
directriz para decidir lo que pudiera ser de utilidad para el paciente
comunicar o no (Sachs, 1986). ¿Es altamente probable que la pare-
ja del paciente vaya a implicarse excesivamente, tratando incluso
OTROS PROBLEMAS ESPECÍFICOS 627
Concepto nuclear
En algunos casos, los síntomas disociativos pueden interferir en la
educación de los hijos, a pesar de los mejores esfuerzos del paciente.
El terapeuta deberá preocuparse por ayudar al paciente con
las habilidades parentales y el manejo del estrés, y asegurarse de que
los hijos del paciente sean evaluados clínicamente, si ello fuera necesario.
influencia que ejercen sobre sus hijos sus éxitos y sus fracasos en su
labor como padres. Ello puede favorecer el que tomen conciencia
del verdadero dilema en el que se encontraron ellos mismos cuando
eran unos niños en el pasado. Con frecuencia estos padres pueden
permitir que sus partes disociativas infantiles se beneficien de la
experiencia de vivenciar sus habilidades parentales positivas en la
relación con sus hijos/niños reales.
Es importante revisar periódicamente con los pacientes cómo
se están desempeñando sus hijos, y cómo están llevando ellos mis-
mos la experiencia de ser padres. Es motivo de preocupación grave
cuando los pacientes informan de que están teniendo lagunas de
memoria o cambiando de registro en dirección a otras partes diso-
ciativas cuando están con sus hijos, dado que serán incapaces de
informar claramente de cómo están cuidando de sus hijos. Puede
que esto no sea un tema fácil de tratar para los pacientes, dado que
a muchos de ellos les aterra la posibilidad de que no estén siendo
una buena madre o un buen padre, y de que llamen a los servicios
de protección del menor. En algunas situaciones, será necesario
derivar a los niños a un psicólogo infantil o un psiquiatra infan-
til para que realicen una evaluación clínica, y en unos pocos casos
será necesario llamar a los servicios de protección del menor. Los
terapeutas deberán ayudar a los pacientes a superar su reticencia a
hablar de su experiencia de ser padres, y ofrecerles tantas habilida-
des parentales como ello sea posible.
Recientemente, ha habido algunas iniciativas para prevenir los
traumas intergeneracionales en base a diseñar un modelo de gru-
pos psicoeducativos estructurados para padres disociativos (Fri-
berg, 2014; Ruismäki & Mankila, 2013). El centro de atención en
estos grupos recae en discutir y compartir los temores, las dudas y
los problemas como padres, y aprender unas habilidades parentales
eficaces. La mayoría de los pacientes disociativos quieren ser me-
jores padres y lo intentan con fuerza. Todavía no se han realizado
estudios de resultados, pero el feedback brindado por los pacientes
señala que se sienten enormemente ayudados y apoyados por estos
grupos estructurados.
632 EL TRATAMIENTO DE LA DISOCIACIÓN RELACIONADA CON EL TRAUMA
Concepto nuclear
Antes de que los pacientes desvelen información acerca de su historia, su
diagnóstico, o de la terapia, las partes disociativas deberán llegar
a un acuerdo interno respecto de qué es lo que se puede contar.
De lo contrario, los pacientes pueden vivenciar
una fuerte reacción interna en contra.
Una pregunta que formulan tanto los terapeutas como los pa-
cientes es si sería necesario o útil hablar del diagnóstico con su
pareja o con algún amigo íntimo. Ello dependerá de la situación
de cada paciente. No son muchos los profanos que pueden com-
prender plenamente la naturaleza de los trastornos disociativos, y
el paciente ciertamente tendrá que afrontar la posibilidad de en-
contrarse con una mezcla de fascinación, miedo y estigma. Sin em-
bargo, la mayoría de las personas pueden entender compasivamen-
te el concepto de estrés postraumático. Algunos pacientes pueden
sencillamente decirles a los demás que están bajo los efectos de un
TEPT o que están bregando con algunos problemas relacionados
con traumas o abusos acontecidos en la niñez. Puede que necesiten
informarse previamente respecto de qué tipo de preguntas pueden
hacerles los demás, y si quieren responderlas y de qué forma. Hacer
un role-play previo con el terapeuta puede ser de utilidad. Es impor-
tante explorar qué es lo que el paciente quiere obtener revelando el
diagnóstico y si se trata de una expectativa realista, y si todas las
partes del paciente están de acuerdo en desvelar este detalle. ¿Qué
clase de ayuda o de apoyo puede ofrecer una pareja o un amigo, y
qué podría ser saludable para el paciente y su pareja o su amigo; y
qué no?
634 EL TRATAMIENTO DE LA DISOCIACIÓN RELACIONADA CON EL TRAUMA
El momento de la confrontación
Concepto nuclear
Los pacientes pueden perdonar a sus agresores, o no; esto es algo que
le corresponde decidir al individuo y únicamente será sacado a colación
en la terapia por iniciativa del paciente. En ese caso, el terapeuta
deberá explorar detenidamente qué significa para el paciente el perdón,
y si se trata de algo que el paciente desea hacer, y por qué razones.
Relaciones sexuales
Concepto nuclear
Será necesario ayudar a los pacientes a sentir que tienen el suficiente
control sobre sus impulsos como para permitir que el terapeuta pueda
trabajar con las partes disociativas sexualizadas sin correr riesgos. Puede
que sea importante hacer que una parte observadora del paciente esté
presente conjuntamente con el terapeuta, mientras este procede
a trabajar con estas partes disociativas.
Casey era una paciente de 36 años con un TID que estaba en trata-
miento con una terapeuta. La paciente tenía una parte sexualizada de
7 años de edad a la que llamaba Cat, “gata” y a la que percibía inter-
namente llevando puestas “una ropas muy sexys de persona mayor”
y “los labios pintados de rojo”. Esta parte disociativa era visualizada
como una “putita”, con las piernas abiertas en actitud provocativa y
una mirada muy voluptuosa en la cara. Otras partes disociativas de
Casey rechazaban a esta parte sexualizada y se avergonzaban de ella,
convencidas de que Cat quería que abusaran sexualmente de ella y que
de hecho finalmente lo había generado con su conducta provocativa.
Casey tenía una larga historia de promiscuidad en la que esta parte
disociativa sexualizada desempeñaba un papel predominante. Duran-
te años, no admitió tener esta parte y la mantuvo bien alejada de la
terapia. La única evidencia de la existencia de esta parte disociativa
durante las sesiones aparecía cuando Casey se frotaba incesantemente
los labios con un pañuelo de papel durante la sesión, como si tratase
de quitarse las huellas de carmín, o cuando otras partes disociativas
se referían vagamente a la “puta”.
OTROS PROBLEMAS ESPECÍFICOS 645
* N. del T.: Término aparecido por primera vez en 1991 en un post online e inter-
pretado como una combinación de las abreviaturas: B/D (bondage y disciplina),
D/S (dominación y sumisión), y S/M (sadismo y masoquismo), concebido para
abarcar una serie de prácticas, fantasías y aficiones sexuales relacionadas en-
tre sí y vinculadas a las llamadas sexualidades “alternativas’’, apoyadas siempre
en el consentimiento informado de ambos participantes, considerado esencial.
Dada la amplia variedad de modalidades, algunas de las cuales pueden llevarse
a cabo por personas que no consideran que estén realizando prácticas eróticas
o role-playing BDSM, la inclusión en esta comunidad o subcultura dependerá
habitualmente de la identificación de la propia persona como tal, y de la expe-
riencia compartida.
OTROS PROBLEMAS ESPECÍFICOS 647
estaba dentro del ámbito de su control. Fire Walker rara vez utilizaba su
palabra de seguridad para detener las prácticas masoquistas, dado que
se entumecía y no sentía el dolor, al tiempo que otras partes disociativas
sí lo sentían con mucha intensidad, pero no podían utilizar la palabra
clave acordada.
La terapeuta empezó a comprender la fascinación que el mundo
del sadomasoquismo consensuado ejercía sobre Fire Walker. Esta sub-
cultura le ofrecía una sensación de control, de poder y de aceptación
que jamás había tenido de niña. La terapeuta empezó por ofrecerle
simplemente a esta parte sexualizada de la paciente un tipo diferente
de relación, una relación de colaboración, respeto, interés y cuidados,
manteniendo la relación a un nivel tan igualitario como ello fuera po-
sible. Tuvo cuidado de no juzgar a Fire Walker, al tiempo que sin dejar
de insistir en que las lesiones masoquistas graves no eran aceptables.
Nicky fue alentada a comunicarse con esta parte de ella misma y a com-
prender mejor las funciones que desempeñaba.
Al principio esta parte trató de ofrecerse ella misma a la terapeu-
ta para tener relaciones sexuales. La terapeuta, después de consultarlo
debidamente con un asesor especializado, fue capaz de mantener un
rumbo constante sin salirse del camino. Ayudó a Fire Walker a sentir
por primera vez una relación segura de verdad, sin dominación ni su-
misión. La terapeuta estaba constantemente alerta ante los problemas
manifiestos y sutiles de poder y de control, la experiencia de disfrutar
del dolor y del sufrimiento, y demás aspectos relacionados dentro de la
dinámica de la relación terapéutica, y los procesaba de manera sistemá-
tica junto con la paciente como un todo.
Gradualmente, Fire Walker fue capaz de excluir las autolesiones de
la actividad sexual, y el daño sufrido durante las prácticas sexuales dis-
minuyó significativamente. Se le ayudó a esta parte a sentir su cuerpo
cuando no estaba teniendo relaciones sexuales, y después gradualmente
cuando sí las estaba teniendo, para que así pudiera seguir la evolución
del dolor con más exactitud. Se le alentó a que prestara más atención a
otras partes a las que no les gustaba lo que ella hacía y que sentían dolor
de resultas de dichas prácticas.
A medida que Fire Walker se fue conectando cada vez más con
Nicky, también comenzó a interesarse más por otras actividades ade-
más del sexo y las autolesiones, y a explorar –junto con la parte adulta
650 EL TRATAMIENTO DE LA DISOCIACIÓN RELACIONADA CON EL TRAUMA
tes. Al igual que sucede con otras emociones tales como la rabia,
la vergüenza o el amor, el terapeuta deberá gradualmente apren-
der a aceptar y a tolerar las sensaciones sexuales y a utilizarlas
simplemente como un medio más para explorar qué es lo que está
sucediendo por dentro del paciente en ese momento, en lugar de
reaccionar ante las mismas. También es útil comprender que bajo
la transferencia erótica subyacen habitualmente problemas profun-
dos relacionados con el apego, y el centrar la atención en estas cues-
tiones puede ser de ayuda. Es importante consultar estos casos con
un asesor especializado, para ayudar a los terapeutas a trabajar sus
propias reacciones intensas.
Concepto nuclear
El terapeuta deberá aprender a aceptar y a tolerar las sensaciones
y emociones sexuales, al igual que cualquier otra sensación
o emoción, y utilizarlas para explorar qué está sucediendo
con el paciente en ese momento.
Concepto nuclear
Los procesos paralelos, las divisiones, y los conflictos entre los miembros
del equipo de tratamiento pueden interferir seriamente en la posibilidad
de ofrecer un buen tratamiento. Es esencial que los objetivos del
tratamiento sean compartidos por todos los miembros del equipo.
Cuando aparezca algún conflicto que el equipo no pueda resolver,
se deberá llamar a un asesor especializado.
Ángela era una mujer de 40 años con un TID, que estaba en terapia en
una clínica especializada en el tratamiento de trastornos de origen trau-
mático para pacientes externos. La paciente tenía a una psicoterapeuta
individual, Laura, además de una terapeuta artística, Jane, y también
participaba en un grupo de terapia conductual dialéctica (TCD). Esta-
ba en la fase 1 del tratamiento con el objetivo principal de ayudarle a
estabilizarse en su vida cotidiana y aprender a aceptar y a tolerar las
distintas partes disociativas de ella misma. La terapia artística se había
añadido al tratamiento para ayudarle a Ángela a expresarse mejor, dado
que con frecuencia bregaba por encontrar las palabras adecuadas. Tam-
bién utilizaba el arte para contactar con sus partes disociativas. El gru-
po de TCD se había añadido al tratamiento para ayudarle a la paciente a
aprender más habilidades de regulación. Este enfoque de equipo estuvo
funcionando bien durante aproximadamente medio año.
Entonces Ángela tuvo una crisis en la que se mostró muy desregula-
da. Laura le pidió a la paciente que trabajara en calmar a las partes infan-
tiles utilizando sus habilidades conductuales dialécticas y otros distintos
recursos. La paciente respondió: ¿Cómo puede usted esperar que sea yo
la que tranquilice a estas partes? ¡Usted sabe muy bien que nadie me ha
tranquilizado a mí jamás! ¡La TCD no funciona! Ni siquiera hablan de las
OTROS PROBLEMAS ESPECÍFICOS 653
partes que están por ahí dentro. ¿Cómo puede esperar que yo sepa lo que
tengo que hacer? Ya he hablado con estas partes y les he dicho que ahora
están a salvo y que no corren ningún peligro, pero ellas siguen llorando sin
parar. El único momento en el que se calman es cuando estoy con Jane [la
terapeuta artística]. Jane sí sabe calmarlas, ¡pero usted se niega a hacerlo!
Jane comprende que no puedo hacerlo yo misma. Ella cuida de las partes.
¿Por qué no habla usted con Jane? ¡Ella le puede decir lo que tiene usted
que hacer!
Dado que la terapia parecía estar yendo bien en un principio, Laura,
Jane y los coterapeutas del grupo de TCD llevaban bastante tiempo sin
comunicarse para hablar del proceso que estaba siguiendo la terapia y
habían acabado por estar divididos con respecto a los objetivos del tra-
tamiento. En consecuencia, los terapeutas también acabaron por estar
divididos en la mente de la paciente, con Jane, la terapeuta artística, con-
virtiéndose en la terapeuta “buena” y los demás en los terapeutas “ma-
los”. Los cuatro terapeutas acordaron reunirse para hablar de cómo po-
dían ayudar a Ángela. Resultó evidente que Ángela estaba cambiando de
registro hacia las partes disociativas infantiles en las sesiones de terapia
artística sin estar presente (como la parte adulta), y que no estaba siendo
apoyada en el grupo de TCD para que utilizara las habilidades de regu-
lación con las partes disociativas. Jane, la terapeuta artística, se sentía
responsable de tranquilizar a las partes infantiles altamente perturbadas,
en lugar de ayudar a Ángela a permanecer presente y aprender a hacerlo
ella misma. Los terapeutas de grupo no estaban prestando atención a la
dificultad que suponía el que la perturbación y la angustia se estuvieran
“guardando” en otras partes disociativas diferentes. La parte adulta de
Ángela que funcionaba en la vida cotidiana no estaba presente duran-
te la mayoría de las sesiones de terapia artística, y esta parte adulta no
les estaba permitiendo a las partes infantiles aprender habilidades TCD.
Cuanto más cuidaba Jane de las partes infantiles y se relacionaba con
ellas sin que la parte adulta de Ángela estuviera presente, y cuanto más
ignoraba Ángela a sus partes disociativas infantiles en la TCD, más se
dividía el tratamiento.
Al principio los miembros del equipo de tratamiento se sintieron frus-
trados y enfadados unos con otros. Pero se dieron cuenta de que no se
habían estado comunicando bien y se pusieron a trabajar para idear un
plan más integrado. Jane se dio cuenta de que necesitaba incluir en las
654 EL TRATAMIENTO DE LA DISOCIACIÓN RELACIONADA CON EL TRAUMA
Abusos actuales
Concepto nuclear
Los “cuelgues” emocionales continuados con los agresores de la niñez
o con redes criminales organizadas requieren dedicar una atención
especial a la cuestión de la seguridad. El terapeuta deberá estar
preparado para abordar estas cuestiones tan complejas, al tiempo que
permaneciendo arraigado y centrado en los objetivos de la terapia.
Concepto nuclear
El terapeuta no deberá dar por sentado que los pacientes disociativos
están fuera de peligro en el momento actual, dado que puede
que sigan abusando de ellos. Es importante preguntar específicamente
por la seguridad existente en el presente.
Concepto nuclear
La atención a la seguridad y la estabilización es una parte principal,
a largo plazo y particularmente difícil del tratamiento con pacientes
que continúan siendo objeto de abusos físicos y/o sexuales.
Generalmente, las incursiones en la labor con los recuerdos traumáticos
deberá retrasarse hasta que el paciente esté fuera de peligro.
Contratransferencia
Si bien son muchas y complejas las dificultades inherentes al
tratamiento de los pacientes que continúan siendo objeto de abusos
en el presente, tal vez el aspecto más exigente sea manejar la in-
tensa contratransferencia. Las reacciones de los terapeutas pueden
incluir la fascinación (o el sentirse desbordados) por los detalles
gráficos de los abusos, la necesidad urgente de salvar al paciente,
la credulidad o la incredulidad ciegas, la connivencia inconsciente
con el paciente en una especie de folie à deux de miedo y paranoia,
el fallo en centrarse en el proceso y no en el contenido, o el recha-
zar al paciente y retraerse emocionalmente de él. Los terapeutas
pueden enzarzarse junto con el paciente en una espiral de temor,
que se intensifica mutuamente en escalada, respecto del castigo o la
venganza de los agresores, al tiempo que se creen ciegamente todo
lo que el paciente les dice. El contenido se convierte entonces en
algo primordial y de suma importancia, al tiempo que se ignora o se
662 EL TRATAMIENTO DE LA DISOCIACIÓN RELACIONADA CON EL TRAUMA
Exploraciones adicionales
19.1 ¿Cómo nos relacionamos –en el caso de hacerlo– con los fa-
miliares de nuestros pacientes?
19.2 ¿Nos sentimos cómodos hablando de sexualidad con nuestros
pacientes? ¿Alguna vez nos hemos parado a ver si nuestros
pacientes tienen alguna fantasía erótica acerca de nosotros?
¿Nos hemos encontrado alguna vez con una transferencia
erótica, y de ser así, de qué forma le hicimos frente?
19.3 ¿Alguno de nuestros pacientes cuenta con otros profesiona-
les implicados en su tratamiento (sacerdote, terapeuta artís-
tico, terapeuta de grupo, terapeuta de pareja, etc.)? ¿Nos reu-
nimos con el equipo de tratamiento de manera regular? ¿Nos
hemos encontrado alguna vez con algún conflicto dentro de
un equipo de tratamiento? De ser así, ¿cómo lo manejamos,
y qué podríamos hacer de forma diferente –en el caso de que
hubiera que cambiar algo– cuando surja algún conflicto en el
futuro?
19.4 ¿Preguntamos alguna vez para saber si un paciente está ver-
daderamente fuera de peligro en su vida actual? ¿Cuáles son
nuestros sentimientos respecto de aquellos pacientes que
continúan siendo objeto de abusos físicos y/o sexuales en el
presente? ¿Cómo pensamos que estos sentimientos nuestros
le podrían afectar a nuestra capacidad de ser terapéuticos?
IV Fase 2 del tratamiento
20 El tratamiento de los recuerdos
traumáticos: visión de conjunto
creer que el recuerdo está resuelto; es decir, integrado. Pero otras par-
tes disociativas permanecen fijadas al recuerdo traumático y a unas
acciones defensivas incompletas que continúan repitiéndose. Incluso
después de años de terapia, un paciente tal puede seguir sin estar in-
tegrado, y plagado de flashbacks y de reescenificaciones.
Concepto nuclear
El objetivo principal del tratamiento de los recuerdos traumáticos
no es la descarga intensa de la emoción, sino la percepción realista.
Si bien la emoción puede ser intensa, deberá permanecer dentro
del margen de tolerancia del paciente como un todo.
Concepto nuclear
No existe una única forma correcta de ayudar a los pacientes a resolver
los recuerdos traumáticos. Existe una variedad de métodos que parecen
ser eficaces. El terapeuta y el paciente, juntos, deberán colaborar
y determinar cuál podría ser el mejor enfoque sobre la base
de la capacidad de integración y las preferencias del paciente.
670 EL TRATAMIENTO DE LA DISOCIACIÓN RELACIONADA CON EL TRAUMA
Concepto nuclear
La síntesis es la compartición de los recuerdos traumáticos entre
las distintas partes disociativas, y el acceso a la perspectiva que cada una
de las partes tiene del recuerdo. Se trata de un paso único y exclusivo
de la fase 2 del tratamiento de los pacientes disociativos.
EL TRATAMIENTO DE LOS RECUERDOS TRAUMÁTICOS: VISIÓN DE CONJUNTO 675
Concepto nuclear
La percepción realista implica reconocer el recuerdo como propio
(personificación) y como parte de la propia autobiografía,
al tiempo que sin perder la capacidad de vivir en el presente,
y de aceptar la realidad tal y como es (presentificación).
Concepto nuclear
Las fobias relacionadas con el trauma deberán superarse
en cierto grado antes de proceder a trabajar los recuerdos traumáticos.
La presencia de estas fobias indica que el paciente todavía
no tiene las habilidades ni la capacidad de integración necesarias
para poder integrar los recuerdos traumáticos.
Ford, 2013; Kluft, 1993a, 1993b; Korn & Leeds, 2002; Steele & Col-
rain, 1990; Van der Hart et al., 2006; Van Dijke, 2008). En general,
los pacientes necesitarán tener la capacidad de:
Concepto nuclear
Es esencial llegar a un acuerdo entre las distintas partes
disociativas respecto de que la labor con los recuerdos traumáticos
puede empezar. Este será un paso necesario en la preparación
preliminar. De lo contrario, puede acontecen una violenta reacción
negativa que podría desestabilizar al paciente.
La relación terapéutica
La mayoría de las publicaciones especializadas se centran en
las técnicas o en las teorías relacionadas con el tratamiento de los
recuerdos traumáticos. Uno de los aspectos del que rara vez se ha-
bla pero que está implícito, sería la necesidad de disponer de una
relación terapéutica firme y estable. Si bien abundan las técnicas,
la importancia de la relación terapéutica en la integración exitosa
de los recuerdos traumáticos no debe infravalorarse (Kluft, 2013;
Phelps, 1996). La presencia auténtica y compasiva del terapeuta es
la principal razón por la que los pacientes pueden sentirse seguros
y a salvo aquí y ahora en el momento de abordar y trabajar unos
recuerdos traumáticos sumamente amenazantes. El terapeuta es la
piedra angular del sistema de imbricación social que contrarresta
las respuestas ante la amenaza y contrapesa la angustia abruma-
dora. Y el compartir interpersonalmente unas experiencias y unos
hechos terribles con un otro compasivo que pueda dar testimonio,
constituye un factor curativo de vital importancia.
680 EL TRATAMIENTO DE LA DISOCIACIÓN RELACIONADA CON EL TRAUMA
Concepto nuclear
La relación terapéutica es un factor estabilizador e integrador
esencial en el tratamiento de los recuerdos traumáticos. Los terapeutas
no deberán perder de vista su importancia central, y exagerar o poner
demasiado énfasis en el uso de las técnicas. Las técnicas son simplemente
formas de ayudar al paciente a mantenerse conectado con el terapeuta,
ayudándole a permanecer dentro del margen de tolerancia.
Tabla 20.1.
Consideraciones a la hora de abordar el tratamiento
de los recuerdos traumáticos
• ¿Es la vida actual del paciente relativamente estable y está exenta de crisis re-
gulares? Los períodos de crisis o las transiciones vitales importantes requieren
energía, por lo que tal vez no sea útil que en esos momentos el paciente se en-
zarce en una labor intensa con los recuerdos traumáticos. Dicho esto, también
es verdad que con frecuencia los recuerdos traumáticos suelen verse reactiva-
dos por las transiciones y las crisis, por lo que puede que el terapeuta necesite
ayudar al paciente a contenerlos hasta que llegue el momento apropiado. Pero
puede que haya veces en las que lo apropiado sea integrar el recuerdo, e incluso
sea importante hacerlo. Por ejemplo, si una paciente se está autolesionando
mientras está “reconstruyendo” el recuerdo, y la paciente tiene generalmente
un nivel elevado de capacidad de integración, puede que sea esencial integrar el
recuerdo con objeto de poner fin a las autolesiones.
• ¿Pueden paciente y terapeuta, juntos, idear algún plan específico en colabora-
ción respecto de cómo y de cuándo trabajar los recuerdos traumáticos? Como
señalaremos más adelante en la sección sobre la preparación (capítulo 21). el
primer paso en el tratamiento de los recuerdos traumáticos no es un hecho es-
pontáneo, sino que requerirá una planificación premeditada y detenida.
• ¿Ha sido capaz el terapeuta de implicar a las partes disociativas que imitan al
agresor, hasta el punto de que podrían dar su consentimiento para poder em-
prender cierta labor con los recuerdos traumáticos? Este trabajo previo es esen-
cial para prevenir reacciones violentas y respuestas negativas (bajo la forma de
posibles retrocesos) frente a la revelación de los recuerdos traumáticos.
• ¿Tiene la parte disociativa del paciente que suele estar presente en las sesiones y
que reviste una importancia principal (habitualmente una parte adulta) la capa-
cidad de tomar conciencia cuanto menos parcialmente de que el trauma ocurrió
realmente? Esta suele ser una indicación de que se puede proceder a trabajar
los recuerdos.
• ¿Existe alguna comunicación explícita entre las partes que permanecen fijadas
al período del trauma y las partes que funcionan en la vida cotidiana? De ser así,
¿existe alguna muestra de compasión entre las distintas partes? Cuanto más me-
surada y constructiva sea dicha comunicación y mayor sea la compasión interna,
mejor se desarrollará la labore en los recuerdos traumáticos, dado que en ese caso
podrá haber un esfuerzo en colaboración para regular y tranquilizar.
• ¿Tiene el paciente (o las partes implicadas en trabajar los recuerdos traumáticos)
la capacidad de permanecer arraigado y presente en cierto grado mientras van
saliendo a la luz los recuerdos traumáticos?
682 EL TRATAMIENTO DE LA DISOCIACIÓN RELACIONADA CON EL TRAUMA
• ¿Existe un fuerte conflicto entre las distintas partes disociativas en torno a “es
verdad/no es verdad” respecto de los recuerdos traumáticos del pasado? Dicho
con otras palabras, ¿insisten algunas partes en que el trauma sucedió, mientras
que otras insisten en que no? De ser así, ello podría requerir de una mayor re-
solución antes de poder empezar a trabajar los recuerdos. El terapeuta puede
ayudar al paciente a llegar a cierto acuerdo y compasión respecto de que todas
las partes disociativas están sufriendo de alguna forma, al margen de qué fue
lo que generó el sufrimiento. O tal vez pueda haber algún acuerdo respecto de
que algunos recuerdos sucedieron verdaderamente, mientras que en el caso de
otros recuerdos todavía caben dudas. Los primeros podrían entonces ser objeto
principal de atención en la labor con los recuerdos. Es imprescindible que el
terapeuta no tome partido en este conflicto interior, dado que se trata de algo
que le corresponde al paciente como un todo.
• ¿De qué forma se presenta el recuerdo traumático? Por ejemplo, ¿aparece de
repente bajo la forma de un flashback en reacción a unos desencadenantes con-
cretos? De ser así, el paciente deberá permanecer arraigado, los flashbacks de-
berán ser contenidos, y deberá llegarse en colaboración a un cierto acuerdo
entre paciente y terapeuta respecto de cuáles van a ser los siguientes pasos a
dar. ¿Aparece primeramente el recuerdo traumático en los escritos, los dibujos
u otras producciones de las partes disociativas? De ser así, deberá primeramen-
te analizarse en las sesiones, cuanto menos a un nivel cognitivo. ¿Alguna parte
disociativa del paciente relata el recuerdo a través del correo electrónico o de
cartas dirigidas al terapeuta, pero se niega a hablar de ello en las sesiones? De
ser así, antes de seguir adelante con la labor deberá abordarse primeramente el
conflicto entre contar y no contar.
• ¿Cambia el paciente de registro repentinamente, durante las sesiones dedicadas
a trabajar los recuerdos, en dirección hacia una parte disociativa que insiste en
contarle al terapeuta lo que sucedió? El “secuestrar” una sesión le será de poca
ayuda al paciente como un todo. El terapeuta puede detener a la parte disocia-
tiva que ha irrumpido abruptamente y hacer que el paciente eche un vistazo
por dentro para ver qué es lo que está sucediendo con otras partes disociativas
y ver si son conscientes de que esta otra parte quiere contar un recuerdo. Con
frecuencia suele ser útil preguntar si todas las partes están conformes en que se
hable del recuerdo, dado que normalmente pondrán objeciones. A continuación,
el terapeuta puede ayudar al paciente a centrar la atención en los conflictos
entre las partes respecto de la posibilidad de recordar, allanando así el camino
para trabajar más directamente el recuerdo.
• ¿Alguna parte quiere contar lo que sucedió e insiste en que se trata de un se-
creto que no se puede compartir con las otras partes? Esta sería una modalidad
bastante común de ‘’presentación’’ del recuerdo, y el terapeuta puede acabar
EL TRATAMIENTO DE LOS RECUERDOS TRAUMÁTICOS: VISIÓN DE CONJUNTO 683
Concepto nuclear
En algunos casos, los flashbacks que generan una crisis pueden
tener una función adicional de servir de estrategia de búsqueda de apego
con objeto de recabar los cuidados del terapeuta (o de otras personas).
Los terapeutas deberán ser conscientes del contexto situacional
y relacional en el que aparecen los flashbacks, además
del contenido de los recuerdos.
EL TRATAMIENTO DE LOS RECUERDOS TRAUMÁTICOS: VISIÓN DE CONJUNTO 685
Recuerdo
traumático
Conflictos y
amenazas
Fobia al
recuerdo traumático
Fobia a las
partes disociativas
Fobia a la experiencia
interna
Figura 20.1.
Las resistencias a la integración de los recuerdos traumáticos
de qué fue lo que generó ese terror Por otro lado, otra parte de ti dice
que estás mintiendo. Me da la impresión de que al margen de qué pue-
da ser verdad y qué no, lo cierto es que estás sufriendo enormemente.
¿Sería esto algo con lo que todas las partes podrían estar de acuerdo?
Los terapeutas no deberán sentirse movidos a decirle al paciente
sin pensar que presuponen qué fue lo que sucedió. Este conflicto de
percepción consciente deberá seguir siendo de la responsabilidad
del paciente. No obstante, el terapeuta puede reflexionar junto con
el paciente respecto de lo que se sabe y lo que no se sabe (Van der
Hart & Nijenhuis, 1999): Bueno, sabemos que tu padre bebía mucho
y que tu madre estaba deprimida y se pasaba días enteros en la cama.
Sabemos que tu padre les pegaba a tu hermano y a tu hermana. Estás
poniendo en duda a esta parte de ti que dice que te pegaba a ti tam-
bién. En cualquier caso, presenciaste en tu casa algunas cosas bas-
tante duras que fueron aterradoras y desconcertantes. ¿Podrías quizás
sencillamente escuchar lo que esa parte tiene que decir, sin pararte a
juzgar todavía? Estoy seguro de que con el tiempo tú y esa parte de
ti podréis aclararlo. Pero primero necesitáis tener cierto espacio para
poder escucharos uno al otro.
EL TRATAMIENTO DE LOS RECUERDOS TRAUMÁTICOS: VISIÓN DE CONJUNTO 689
Puede que haya veces en las que la historia que cuenta el paciente
parece tan inconcebible que el terapeuta no puede creerla. Puede ha-
ber muchas razones por las que el paciente refiera inexactitudes, una
de las cuales, y no menos importante, sería la naturaleza imperfecta
de la memoria y la comprensión limitada de los hechos que tiene un
niño muy pequeño. Ello no significa que el paciente esté mintiendo.
Los recuerdos equivocados o distorsionados pueden coexistir con los
recuerdos precisos, y la fantasía puede entremezclarse con la reali-
dad. La memoria no funciona igual que una cámara de vídeo; nos
brinda una representación de lo que sucedió, y puede cambiar con el
tiempo. A veces, las distorsiones en la memoria sirven al propósito de
evitar que el paciente tenga que hacerles frente a unos recuerdos muy
reales y dolorosos de la niñez, los cuales eran más “prosaicos”, pero
también demasiado dolorosos de reconocer conscientemente. Se los
conoce como recuerdos pantalla o recuerdos encubridores.
Ahora bien, a veces una historia fantástica resulta ser cierta.
Una paciente contó una historia aparentemente inverosímil de que
había sido raptada a los 3 años de edad y a plena luz del día por una
desconocida, que la arrebató de la sala de estar mientras los padres
estaban en casa, y fue utilizada como un escudo humano durante
una persecución policial, con la raptora finalmente siendo abatida
por un disparo y desplomándose encima de ella, cayendo ambas por
un risco. La paciente dijo que sus padres y hermanos negaban que
hubiera sucedido nada semejante. Sin embargo, ella se las arregló
para dar con un reportaje de un periódico que relataba la historia
y que encajaba exactamente con su descripción, y a continuación
logró acceder al informe policial en el que aparecía su nombre. Sus
padres siguieron negándose a reconocer lo sucedido, por razones
que posiblemente solo ellos puedan comprender.
Exploraciones adicionales
Concepto nuclear
La relación terapéutica es de una importancia principal
en el tratamiento de los recuerdos traumáticos en los pacientes
disociativos. Las técnicas para trabajar los recuerdos
traumáticos deberán ser meramente unos elementos auxiliares
para ayudar al paciente a permanecer dentro del margen de tolerancia
y a mantenerse presente junto con el terapeuta.
Concepto nuclear
El terapeuta deberá explicarle al paciente las diferencias entre revivir y
recordar, utilizando ejemplos extraídos de la propia experiencia
del paciente. Se enfatizará la necesidad de permanecer en el presente
y conectado con el terapeuta durante la rememoración traumática.
696 EL TRATAMIENTO DE LA DISOCIACIÓN RELACIONADA CON EL TRAUMA
Tabla 21.1.
Enfoques de tratamiento para abordar los recuerdos
traumáticos en los pacientes disociativos
Preparación
Concepto nuclear
La velocidad de las sesiones dedicadas al tratamiento
de los recuerdos traumáticos deberá ser debidamente ajustada, de manera
que haya tiempo de sobra hacia el final para ayudar a todas las partes
del paciente a volver a poner los pies en tierra y a calmarse, para contener
adecuadamente cualquier labor sin acabar, y finalizar la sesión a su hora.
EL TRATAMIENTO DE LOS RECUERDOS TRAUMÁTICOS: DIRECTRICES Y TÉCNICAS 699
Concepto nuclear
La síntesis guiada deberá empezar por lograr que el paciente (y las partes
disociativas del paciente) esté presente y arraigado, junto con el terapeuta.
ción necesaria como para que todas las partes disociativas puedan
participar simultáneamente. Cuando un paciente tiene un TID y
una vida cotidiana muy exigente y agotadora que pudiera poten-
cialmente desorganizarse –por ejemplo, un trabajo muy importante
y que requiere mucho empuje o la crianza y educación de varios
hijos- la parte o las partes que funcionan en la vida cotidiana pue-
den quedar transitoriamente fuera de la labor. Puede que a la larga
puedan observar desde “una distancia de seguridad” el momento
en el que tiene lugar la síntesis. Ello dejará más tiempo para desa-
rrollar la capacidad de integración en las partes adultas. Pero las
barreras disociativas no siempre resisten, por lo que la labor deberá
fraccionarse cuidadosamente hasta determinar qué es lo que dichas
partes adultas pueden tolerar. Cuando llegue el momento oportuno,
el terapeuta deberá poder ayudar a estas partes disociativas a tomar
conciencia de que estos recuerdos también les pertenecen a ellas.
Concepto nuclear
Los recuerdos traumáticos contienen núcleos patógenos
–a saber, experiencias, emociones, sensaciones o creencias
que fueron las más abrumadoras. Dichos núcleos deberán
ser abordados, percibidos e integrados para que el tratamiento
de los recuerdos traumáticos pueda ser eficaz.
Síntesis guiada
La síntesis guiada es un esfuerzo planificado y realizado en co-
laboración de reactivación y compartición controladas de los re-
cuerdos (véase el capítulo 9). El primer paso en la síntesis con los
pacientes disociativos consistirá en compartir el recuerdo entre las
distintas partes disociativas, a nivel cognitivo si es posible de al-
gún modo. Habitualmente suele haber cierto grado de amnesia o
alguna otra falta de consciencia respecto de qué fue lo que sucedió,
en cuanto menos algunas de las partes disociativas del paciente.
Si bien puede que no todas las partes participen al principio, fi-
nalmente la persona total deberá saber y aceptar que determinado
hecho sucedió, y que le sucedió a él.
Concepto nuclear
La síntesis guiada es la compartición planificada e intencionada de
un recuerdo traumático entre las distintas partes disociativas, de manera
que ya no hayan más lagunas amnésicas acerca de la experiencia en
cuestión, y pueda comenzar el largo proceso de la percepción realista.
Concepto nuclear
Exposición no es lo mismo que síntesis. La exposición es solo
el principio de la síntesis y no aborda la necesidad de que las partes
disociativas compartan los recuerdos traumáticos.
Técnicas específicas
Atención dual
El terapeuta deberá asegurarse de que todas las partes disocia-
tivas del paciente que estén participando en una sesión de síntesis
permanezcan ancladas en el presente (al tiempo que otras partes di-
sociativas están contenidas y a salvo). Ello podría incluir fomentar
la conciencia y la atención plenas (mindfulness) durante la reme-
moración de los recuerdos traumáticos (Walser & Hayes, 2006), o
ayudar al paciente a servirse de lo que Shapiro denomina “atención
dual” dirigida hacia el pasado y el presente simultáneamente. Este
centro de atención dual le ayudará al paciente a refrenar la posibili-
dad de acabar totalmente sumergido en el recuerdo, lo que pudiera
ser re-traumatizante.
EL TRATAMIENTO DE LOS RECUERDOS TRAUMÁTICOS: DIRECTRICES Y TÉCNICAS 709
Técnicas de titración
Janna, una paciente que tenía un TID y una historia de abusos parti-
cularmente espantosa, necesitaba integrar un recuerdo traumático que
incluía la creencia de que estaba a punto de morir (durante el trauma).
Janna estaba convencida de que una parte infantil de ella misma había
muerto cuando perdió el conocimiento durante los abusos, y en razón
de ello se mostraba inflexible en su negativa a proceder a realizar la
síntesis guiada, convencida de que esta parte de ella volvería a morir
cada vez que reviviera los hechos. El terapeuta fue capaz de llegar a un
arreglo con otras partes disociativas respecto de que primero podían
sintetizar cómo acabó esta experiencia traumatizante, lo que incluía,
obviamente, una fuerte sensación de que la paciente había sobrevivido
a aquel suplicio tan terrible. Luego de sintetizar con éxito el final de la
experiencia, fue posible de hecho proceder a trabajar la experiencia de
la “muerte” que precedía al momento del final.
* N. del T.: slow leak en el original inglés, como una variante de las técnicas de abre-
acción fraccionada, también llamadas de liberación lenta (slow-release) o que pro-
ceden “a fuego lento” (slow-burn). La técnica fue ideada originalmente por Kluft
para los candidatos dudosos a la experiencia ardua de la abreacción tradicional,
por su elevada fobia a la ansiedad, su baja tolerancia a la ansiedad, y el riesgo
de complicaciones físicas (e.g., cardiovasculares), en un esfuerzo por concebir
un recurso alternativo que permitiera la transformación del proceso abreactivo,
pasando de ser una experiencia abrumadora, desbordante y que amenaza con
generar una regresión y/o una disociación y traumatización adicionales, a ser una
situación que incluye elementos de control y de dominio. Se utiliza únicamente
después de inducir un estado hipnótico en el paciente. Se trata se una técnica pro-
lija (verbalizacioncs que se van “dejando caer”, goteando lentamente) basada en el
desarrollo de una historia metafórica que constituye una alternativa constructiva
al resultado nefasto y desastroso que el paciente anticipa que sobrevendrá des-
pués de afrontar los contenidos dolorosos. En esencia, la filtración lenta genera
la expectativa de que el material puede ser y será controlado y manejado sin que
se genere una alteración o perturbación adversas. Se sirve de una pseudo-orienta-
ción temporal implícita que tranquiliza al sujeto respecto de que sea lo que fuere
que pensaba que iba a ser tan difícil o incluso imposible, ya ha sido dominado y
controlado de hecho con pleno éxito.
EL TRATAMIENTO DE LOS RECUERDOS TRAUMÁTICOS: DIRECTRICES Y TÉCNICAS 721
Hacer el duelo
Concepto nuclear
No existe una única forma correcta de ayudar a los pacientes disociativos
a integrar los recuerdos traumáticos, dado que cada paciente puede
necesitar un enfoque diferente. El terapeuta deberá colaborar
con los pacientes para descubrir qué les funciona mejor en su caso,
en lugar de tratar los recuerdos traumáticos con una misma técnica
o enfoque únicos en todos los casos.
los recuerdos traumáticos cada vez más ellos solos, a medida que
avanza la fase 2 y que se van sintiendo más seguros respecto de su
habilidad para manejar los recuerdos.
Celia era una paciente con OTDE, que tenía episodios de psicosis di-
sociativa que solían prolongarse durante varias semanas cada vez (cf.
Van der Hart & Witztum, 2008), aunque por lo demás mostraba una
capacidad de integración muy elevada. Durante dichos períodos, la pa-
ciente no estaba orientada en la realidad actual, tenía alucinaciones
auditivas y visuales de gente que la apuñalaba, hablaba de una forma
ininteligible y extremadamente desorganizada (esquizofasia o “ensala-
da de palabras”), profería sonidos como de chupar, similares a los que
hace un bebé, y vagaba de acá para allá sin ningún objetivo, gimoteando
y agarrándose el estómago como si sintiera un dolor grave. Cuando el
terapeuta dirigió a la paciente para que se desplazase internamente a
su “espacio seguro”, Celia se quedó completamente relajada y lúcida, y
entró fácilmente en un estado de trance profundo. Se utilizaron las se-
ñales ideomotrices con los dedos para determinar si había alguna parte
en particular que estuviera activa durante la “psicosis”. Sí la había, y
también se invitó a esta parte a relajarse y a entrar en un trance profun-
do. El terapeuta hizo que la parte adulta se imaginara mirando hacia
afuera a través de los ojos del niño, para ver qué sucedía, al tiempo que
sirviéndose de su mente adulta. Habitualmente se le pide a la parte in-
fantil que mire a través de los ojos del adulto, pero esta paciente no era
capaz de responder a dicha sugestión.
A continuación, el terapeuta se sirvió de un método de recuento:
Mientras voy contando del 1 al 5, puedes permitirte simplemente saber
y recordar que aquello que sucedió tuvo un principio, un desarrollo y
un final. La atención se centraba en tomar conciencia de que había un
final, sin ocuparse todavía del contenido. Durante este primer recuento,
EL TRATAMIENTO DE LOS RECUERDOS TRAUMÁTICOS: DIRECTRICES Y TÉCNICAS 727
Sharon era una paciente de 32 años de edad con OTDE, y que fue deri-
vada a terapia a raíz de que su novio la abandonara dejándola con un
bebé de meses. Esto había marcado un giro decisivo en la vida de Sha-
ron: la paciente se descompensó y se vio inundada por los recuerdos de
experiencias de abusos. Había estado trabajando como enfermera en el
turno de noche y se sintió incapaz de poder seguir trabajando. Sharon
necesitó aproximadamente unos cuatro años de labor de estabilización
antes de que estuviera en condiciones de pasar a la fase 2. En estos
cuatro años, tuvo que empezar a vivir una vida completamente dife-
rente, adaptarse a ser una madre primeriza, buscar otro apartamento,
728 EL TRATAMIENTO DE LA DISOCIACIÓN RELACIONADA CON EL TRAUMA
de una parte cognitiva “benefactora” por dentro, una parte “anciana sa-
bia” que informó de que custodiaba todos los recuerdos de Sharon. Con
la ayuda de esta parte, la paciente identificó a las partes disociativas que
habían estado presentes: una parte contenía el dolor y el miedo a mo-
rirse mientras estaba vomitando sangre; otra guardaba los sentimientos
relacionados con la intensa añoranza de su madre ausente; otra guarda-
ba la rabia motivada por el hecho de que su madre no hubiera aparecido
para tranquilizarla y consolarla; y una parte que imitaba al agresor y
que se parecía a la madre guardaba una sensación de impotencia, un
concepto profundamente negativo de sí misma, rabia y vergüenza. La
paciente pudo identificar cognitivamente varios núcleos patógenos ex-
ponenciales que formaban parte de sus flashbacks crónicos: (a) pánico,
que la dejaran sola en aquel hospital rodeada de personas desconocidas
y sin saber ni comprender qué iba a pasar; (b) la experiencia de notar el
sabor de la sangre y de tener sangre en la garganta; (c) el miedo de que
se iba a morir; (d) que la dejaran sola en el hospital después de que los
padres de los otros niños se los llevaran de vuelta a casa al final del día; y
(e) vergüenza y humillación, junto con la idea de que debía ser una niña
malísima y que se merecía que le pasara lo que le pasó.
Junto con su terapeuta, Sharon fue capaz de dividir esta ‘‘historia”
en ocho pasos más pequeños. Por ejemplo, el primer paso incluía el
que la llevaran al hospital sin darle ninguna explicación, y el segundo
paso consistía en que la sujetaran para sacarle sangre. Todas las partes
de Sharon recibieron psicoeducación respecto de la síntesis. Sharon y
la parte “anciana sabia” tenían la sensación de que parecía demasiado
todavía como para poder compartirlo con todas las partes, de modo que
algunas partes se fueron a su lugar seguro. Sharon se había organizado
para que una amiga la trajera a la sesión y a la salida la llevara a casa, y
para que alguien cuidara de su hija aquel día después del colegio para
que así la paciente pudiera descansar si lo necesitaba. Dado que esta era
la primera sesión de síntesis para Sharon, su terapeuta había acordado
llamarla por teléfono el día después de la sesión para comprobar si ha-
bía habido algún problema y ver cómo le estaba yendo.
Durante los 90 minutos que duró la sesión de síntesis, Sharon y las
distintas partes de ella fueron capaces de sintetizar esta experiencia del
hospital paso a paso. El aspecto más difícil fue la sensación de haber
sido abandonada por su madre, lo que también se relacionaba fuerte-
730 EL TRATAMIENTO DE LA DISOCIACIÓN RELACIONADA CON EL TRAUMA
mente con otras experiencias que había tenido con su madre a lo largo
de toda su vida. La terapeuta tuvo que ayudarle varias veces para que
volviera a concentrarse en esta sensación de abandono, pidiéndole su
valoración en una escala SUDS después de cada ronda, para evaluar
la intensidad remanente de la sensación. La valoración de Sharon no
llegó al cero, pero era bastante baja y ella tenía la sensación de que
era suficiente. Durante la síntesis hubo un momento muy importante,
cuando la paciente recordó de repente que durante su estancia en el
hospital había habido una enfermera muy agradable que le había lleva-
do un helado, había hablado con ella y la había confortado. Este fue un
momento muy importante en su vida que no había vuelto a recordar y
que en aquel entonces le dio esperanza y consuelo. Sharon se dio cuenta
de que este hecho había influido en su decisión de hacerse enfermera.
El feedback de Sharon al día siguiente y una semana después fue
positivo; se sentía tranquila y refirió que había sido capaz de consolar
a sus partes más “pequeñas”. No había tenido ningún flashback de la
experiencia traumática: ahora era “tan solo un recuerdo”. Estaba dis-
puesta a planificarse, junto con la parte “anciana sabia”, para hacer
más sesiones de síntesis respecto de otras experiencias traumáticas.
Propuso tratar varios temas en el siguiente orden: los primeros abusos
sexuales perpetrados por su tío; los abusos sexuales ulteriores perpe-
trados por su padrastro; y finalmente, el miedo y el dolor relacionados
con la violencia de su madre hacia ella. Durante el transcurso de los
tres años siguientes, gradualmente fue siendo capaz de integrar estas
experiencias. La mayor parte del tiempo, la terapeuta podía trabajar si-
multáneamente con Sharon, con la parte “benefactora”, y con las partes
que contenían determinados núcleos patógenos pertenecientes a las ex-
periencias traumáticas. La atención recaía siempre en: ¿Qué es lo que te
está perturbando en este momento, mientras estás pensando (tú y todas
las partes de ti) en esta experiencia? En razón de ello, no fue necesario
concentrarse en todos los detalles uno por uno.
En una de las sesiones de síntesis, la terapeuta decidió trabajar
temporalmente con una única parte, sin Sharon (como la parte adulta
principal que funcionaba en la vida cotidiana) ni la parte benefactora
(la anciana sabia). Esto se decidió así porque Sharon sentía una fobia
enorme hacia esta parte de ella, que conservaba la sensación corporal
enormemente vergonzosa de tener un orgasmo. Su tío le había dicho
EL TRATAMIENTO DE LOS RECUERDOS TRAUMÁTICOS: DIRECTRICES Y TÉCNICAS 731
(bajo la forma de esta parte adolescente de ella misma) que ella disfru-
taba mucho del sexo, que de hecho prácticamente se podía decir que
ella misma se lo buscaba, que ella era su putita, y que él tenía pruebas,
porque ella tenía orgasmos. La parte adolescente se sentía muy mal
consigo misma, al tiempo que también era injuriada y denigrada por
otras partes disociativas, convencidas de que había querido intencio-
nadamente que abusaran de ella. Sentía que su cuerpo le había trai-
cionado, y se sentía extremadamente avergonzada y a veces suicida. La
terapeuta trabajó primeramente con esta parte de Sharon para ayudarle
a reducir la intensidad de sus sensaciones corporales y de las emociones
de la vergüenza y de la humillación. Dado que esta experiencia estaba
oculta internamente y jamás había sido analizada, la terapeuta también
les brindó psicoeducación a todas las demás partes para que pudieran
alcanzar a comprender mejor a esta parte y a tener un mayor conoci-
miento respecto de las reacciones fisiológicas normales asociadas a la
excitación sexual.
Resumen
Exploraciones adicionales
21.1 ¿Qué técnicas nos son más familiares, y cuáles nos gustaría
tener más experiencia en utilizar?
21.2 ¿Cuáles son nuestras dudas, en caso de tener algunas, a la
hora de trabajar los recuerdos traumáticos con un paciente?
¿Qué nos ayudaría a poder dar pequeños pasos con nuestro
paciente?
21.3 ¿Cuáles han sido nuestras experiencias en lo relativo a tra-
bajar los recuerdos traumáticos? ¿Qué fue lo que salió bien?
¿Qué fue lo que puede que saliera mal?
21.4 Hablemos con otros compañeros de profesión acerca de
cómo podemos saber que un determinado paciente en parti-
cular está ya en condiciones de trabajar los recuerdos trau-
máticos.
V Fase 3 del tratamiento
La integración de las partes
Concepto nuclear
La integración de las partes disociativas posibilita un sentido coherente
de la propia identidad que sería consistente y adaptable a lo largo
del tiempo y de las distintas situaciones. Los pacientes ya no deberán
tener síntomas disociativos tales como amnesia, cambios de registro,
oír voces o fenómenos de influencia pasiva.
Concepto nuclear
Los pacientes pueden resistirse a la integración de las partes disociativas
porque tienen miedo de estas partes de ellos y de las experiencias internas
relacionadas, miedo a cambiar, miedo a convertirse en unas personas
diferentes, o porque están fuertemente apegados a las distintas partes
de ellos mismos como entidades separadas con las que se han habituado
a relacionarse. Estas resistencias deberán resolverse antes de proceder
a integrar las distintas partes disociativas.
740 EL TRATAMIENTO DE LA DISOCIACIÓN RELACIONADA CON EL TRAUMA
Concepto nuclear
Durante el transcurso de la terapia, el terapeuta deberá seguir revisando
junto con el paciente por qué las distintas partes disociativas necesitan
permanecer separadas. Centrar la atención en la necesidad de proseguir
con la disociación puede permitir identificar problemas específicos que
mantienen las partes disociativas, tales como la fobia a la agresividad o la
ausencia de conciencia respecto de haber sido objeto de abusos sexuales.
Combinación
Concepto nuclear
La combinación, la integración temporal de dos o más partes
disociativas, puede ser un primer paso muy potente en dirección a lograr
una integración permanente de dichas partes. Los pacientes pueden
practicar la integración de esta forma, y ello les permitirá vivenciar
en qué consiste y qué se siente al unir partes de ellos mismos antes
de decidir que a la larga y en última instancia es útil.
Fusión
La fusión es la integración de dos o más partes disociativas del
paciente y puede acontecer de manera espontánea o bien intencio-
nadamente (Kluft, 1993b).
750 EL TRATAMIENTO DE LA DISOCIACIÓN RELACIONADA CON EL TRAUMA
casi más una imagen que una presencia, si esto que digo tiene algún
sentido.
Un paciente notó que la fusión gradual de las partes disociati-
vas parecía algo bastante natural, y que ahora hacía falta menos
esfuerzo para gestionar las distintas necesidades de las partes en
conflicto:
Me siento cada vez más junto, sin necesidad de tener que pensar en
quién necesita esto o lo otro por dentro de mí. Fluye sin más, durante
gran parte del día. Estamos –estoy– empezando a sentir una cierta paz
que discurre plácidamente por todas las partes de mí. Tenemos menos
miedo de estar juntos. Se está conviniendo en algo agradable y exento
de peligro, el ser yo.
Unificación
A la integración de todas las partes disociativas en un todo uni-
do y coherente se la denomina “unificación” (Kluft, 1986b, 1993b).
Esto acontece habitualmente hacia la última parte de la terapia, en
algún momento de la fase 3, si bien no siempre. Unos pocos pacien-
tes pueden llegar a estar casi unificados, antes de proceder a tratar
los recuerdos traumáticos. En estos casos, las distintas partes ya
son lo bastante compasivas y colaboradoras, lo que hace que sea
más sencilla y más directa la labor con los recuerdos, y es posible
que se vuelvan uno solo (que se integren) durante dicha labor o poco
después de finalizarla. Pero la mayoría de los pacientes tendrán que
recorrer un camino mucho más largo para llegar a la integración,
ya bien entrada la fase 3. La mayoría de las veces, las partes se irán
uniendo gradualmente con el tiempo de una forma natural.
Al igual que sucede con las fusiones, la unificación puede acon-
tecer espontáneamente o proceder de una forma más gradual, se-
gún los pacientes (Kluft, 1993b). Unos pacientes lo ven como un
hito muy importante, otros se lo toman con más calma, como si se
lo esperasen; y unos pocos la evitan aun cuando estén preparados,
debido a la fobia a la fusión de las partes disociativas. Unos pacien-
tes reconocen que ha llegado el momento de la unificación; a otros
les viene de sorpresa. Unos la viven como una pérdida o como una
muerte, o como una despedida triste. Otros la ven como un aconte-
cimiento gozoso, como una señal de éxito y dominio. Cada paciente
LA INTEGRACIÓN DE LAS PARTES DISOCIATIVAS 753
Esta sensación, la de que soy alguien con toda una vida y toda una
historia, y de que es mía y soy yo: verdaderamente no la conocía. Y me
siento muy feliz del aspecto que ha tomado y que tiene ahora esa vida,
con todas sus cosas buenas, y sus cosas malas. Estoy muy contento y
satisfecho de ella y me siento enriquecido por ella. Tiene gracia, me
siento rico por primera vez en mi vida y puedo mirar atrás y recordar
muchas cosas que eran mías. Un montón.
LA INTEGRACIÓN DE LAS PARTES DISOCIATIVAS 755
Signos de unificación
Una vez que el paciente ha integrado todas las partes disociati-
vas, los signos y los síntomas de disociación deberán remitir (Kluft,
1986b; 1993b). El paciente ya no oye voces ni siente pasivamente la
influencia de las partes disociativas. No hay ninguna sensación de
que las partes estén separadas. Los conflictos son por lo general sus-
ceptibles de ser contenidos dentro de la mente y tolerados. Algunos
pacientes, en especial aquellos que han sido gravemente disociati-
vos, puede que luchen por vivir y manejarse con una noción secuen-
cial del tiempo. Comentan, por ejemplo, lo largos que les parecen
ahora los días, dado que están presentes durante más tiempo, en
lugar de estar abstraídos y ausentes mentalmente durante períodos
prolongados. Ya no tienen a otras partes de ellos para compartir
la carga de los componentes más prosaicos y más estresantes de
la vida, y necesitarán un tiempo para adaptarse a una experiencia
diferente respecto de cómo administrarse las energías. Algunos pa-
cientes tienen unas vivencias sensoriales inusuales inmediatamente
después de la unificación, y refieren que ahora pueden ver u oír con
más claridad, que los colores son más vivos, que las sensaciones tác-
tiles son más perceptibles. Es posible que se sientan más presentes
en sus cuerpos, lo que puede parecerles incómodo o agradable. Su
postura corporal puede enderezarse y sus movimientos se vuelven
más fluidos –su experiencia somática se está integrando también.
Prevención de recaídas
El terapeuta deberá ayudar al paciente a anticipar las situacio-
nes que pudieran provocar la separación de las partes unificadas,
y ello tanto antes como después de la unificación. Esta sería una
buena forma de prevenir las recaídas, y le ayudará al paciente a
prepararse para el hecho de que la vida no se vuelve fácil por arte
de magia después de la unificación de las distintas partes. La vida
sigue siendo la vida, y los pacientes necesitarán hacer uso de todas
sus estrategias de afrontamiento para salir “victoriosos”. Después
de décadas de relegar a otras partes de ellos la labor de afrontar las
cosas y, en algunos casos, de utilizar el contacto interior entre las
756 EL TRATAMIENTO DE LA DISOCIACIÓN RELACIONADA CON EL TRAUMA
Concepto nuclear
El terapeuta deberá dedicar un amplio margen de tiempo a ayudar
al paciente a explorar las razones por las que la integración de las partes
pudiera no “cuajar”, y aprender a reconocer los posibles desencadenantes,
y a ser proactivo para mantener las ganancias derivadas de la integración.
Resumen
Exploraciones adicionales
Jamás pensé que sería capaz de llegar a la “otra orilla”, no podía ni tan
siquiera imaginar que pudiera tener un lugar mejor para vivir antes
de morir. No estoy segura exactamente de cómo he llegado hasta aquí.
Únicamente cuando miro atrás es cuando veo que ya no estoy dentro
de ningún abismo, sin saber quién soy. No es lo que me esperaba. Está
bien, pero no siempre es fácil. Todavía quedan algunas luchas. Pero
me parece que ahora son más como las luchas que tiene todo el mun-
do, ya no son tan diferentes. Quizás me esperaba un cuento de hadas,
en el que “viviría feliz para siempre”. Pero lo importante ahora es que
vivo una vida decente, tengo formas mejores de afrontar las cosas, y
algunas personas con las que compartir experiencias. Estoy contenta
de estar aquí y parece que decir “aquí” es simplemente un paso más
dentro de un camino que sigue adelante.
Concepto nuclear
A medida que los pacientes van integrando las partes disociativas,
deberán adaptarse a vivir una vida sin disociación, reconociendo
como propia una parte cada vez mayor de sus vidas cotidianas,
y centrándose menos en el pasado.
Hacer el duelo
Concepto nuclear
La incapacidad de hacer el duelo por aquello que fue
y por aquello que ya no podrá ser, constituye una no-percepción
de primera magnitud que deberá ser superada en el tratamiento.
LA FASE 3, Y MÁS ALLÁ 765
* N. del T.: En clara alusión al Libro Sapiencial del Qohéleth o Eclesiastés 1,18:
“Donde abunda sabiduría, abundan penas, y quien gana en conocimiento, gana
en dolor”.
LA FASE 3, Y MÁS ALLÁ 767
Rituales de despedida
A algunos pacientes les parece que los rituales de despedida tie-
nen mucha fuerza, que serían gestos mediante los cuales simbóli-
camente dejan de aferrarse a alguna pérdida (Van der Hart, 1983,
1086; Vesper, 1991). Los terapeutas pueden preguntarles a los pa-
cientes si se han parado a considerar los distintos rituales posibles y
si tienen la sensación de que alguno de ellos en concreto les pudiera
ser de utilidad. Por ejemplo, una paciente que ya había integrado
todas sus partes disociativas trajo a la sesión una caja de madera
muy bonita en la que había metido fotos de sus padres perversos y
sádicos cuando eran jóvenes. Se pasó la sesión hablando de cómo
la habían tratado, y lo que ella habría querido que fueran. Después
de la sesión, se fue a su casa y quemó la caja como un símbolo de
“soltar el hueso” respecto del pasado y de su necesidad de que sus
padres fueran la clase de personas que jamás pudieron ser. Otra
paciente con un TID, que no había integrado plenamente todas sus
partes disociativas, escribió cartas de despedida a sus padres, que
ya habían fallecido. Después fue al cementerio a visitar sus tumbas
y enterró las cartas en aquel lugar. Si aún quedan algunas partes
768 EL TRATAMIENTO DE LA DISOCIACIÓN RELACIONADA CON EL TRAUMA
Concepto nuclear
Los terapeutas pueden ayudar a los pacientes a hacer cambios
adaptativos explorando compasivamente los conflictos y los miedos
relacionados, y alentándoles a dar pasos pequeños, y de uno en uno.
seada durante los abusos sexuales. Viene a ser como si sintieran sus
cuerpos como algo separado de ellos mismos, como un enemigo, un
receptáculo de la vergüenza, el asco y la debilidad. Por ejemplo, una
paciente dijo: Ojalá pudiera deslizarme lentamente fuera de mi piel y
dejar atrás este cuerpo repugnante ¡Lo aborrezco! Es una cosa de lo
más asquerosa, además de inútil.
Estas personas deberán acabar por aceptar su corporalidad, con
sus alegrías y sus incomodidades. Deberán aprender a tolerar y a in-
terpretar las sensaciones físicas como señales que les ayudan a guiar-
les para que se ocupen de sus necesidades físicas, tales como el ham-
bre o el dolor, o de sus necesidades emocionales. Deberán dolerse
por la sensación de traición que sienten en relación con sus propios
cuerpos y aprender a aceptarlos como parte del hecho de ser persona,
un ser humano total. Algunos deberán afrontar las largas secuelas
físicas derivadas del trauma crónico, incluida la enfermedad y la in-
capacidad física. El envejecimiento y la edad también conllevan una
sensación adicional de pérdida y tal vez incluso desencadene nuevos
y viejos sentimientos de vulnerabilidad y de temor. Una paciente que
estaba envejeciendo se lamentaba de que ya no sería capaz de prote-
gerse físicamente (ante posibles ataques), lo que había sido una parte
importante de su curación al principio de su terapia.
A pesar de todo ello, son muchos los pacientes que acaban por
llevarse mejor con sus propios cuerpos, decidiéndose a habitar su
espacio físico con más frecuencia y más plenamente, como descri-
bió una paciente:
que noten con más frecuencia qué está sucediendo en sus cuerpos y
a vivenciar unas impresiones y sensaciones físicas más gratas y re-
confortantes, junto con su correspondiente afecto positivo, y a utili-
zar sus cuerpos como recursos (Ogden & Fisher, 2015). Por ejemplo,
el terapeuta puede sugerir algunos ejercicios sencillos, tales como
por ejemplo fijarse en las sensaciones que sienten mientras se están
tomando un baño o una ducha con agua caliente, se están poniendo
alguna crema, les están dando un masaje, están dentro de la sauna o
están haciendo ejercicio. A veces, el paciente necesitará aprender a
ser más activo físicamente, dado que puede haber evitado anterior-
mente el movimiento físico, debido a que podía traer a la memoria
recuerdos traumáticos.
Concepto nuclear
La finalización no es meramente el final de la terapia. Es una intervención
muy importante que en sí misma puede ayudar al paciente a seguir
creciendo y desarrollándose a lo largo de toda una vida.
Tabla 23.1.
Factores a la hora de decidir finalizar la terapia
Finalización prematura
Algunos finales acontecen antes de haber resuelto en la tera-
pia algunas cuestiones muy importantes. El paciente o el terapeuta
se trasladan a vivir a otra ciudad, el terapeuta se jubila o cambia
de trabajo, el paciente de repente pone fin a la terapia, los segu-
ros médicos y la situación económica personal se convierten en un
LA FASE 3, Y MÁS ALLÁ 779
Un testamento profesional
Exploraciones adicionales
Entrevistas diagnósticas
Parte 1
Amnesia respecto
del presente
Amnesia respecto
del trauma (en el
pasado)
Desrealización o
despersonalización
crónica
Disociación
somatomorfa
Influencia pasiva
(e.g., voces,
emociones o
conductas
“impuestas”)
Conflictos graves
entre las partes
«Asociativas
Cambios de
registro frecuentes
entre las partes
«Asociativas
Entregado en
cuerpo y alma al
diagnóstico de TID
Comorbilidad
Trastorno por
estrés
postraumático
importante
Trastorno
importante del
estado de ánimo
APÉNDICE B 789
Trastorno
importante de
personalidad
Trastorno psicótico
importante
Trastorno evolutivo
(e.g., retraso
mental, espectro
autista)
Trastorno
por consumo
persistente de
sustancias
Trastorno
persistente de
la conducta
alimentaria
Historia traumática
Refiere agresores
múltiples
Refiere abusos
sádicos
Refiere múltiples
tipos de abusos
Abusos o
desatención
grave siendo
bebé o niño muy
pequeño
Abusos continuados
Refiere abusos
actuales
El paciente
está abusando
actualmente de
otras personas
790 EL TRATAMIENTO DE LA DISOCIACIÓN RELACIONADA CON EL TRAUMA
Requiere
intervenciones
reiteradas en crisis
de forma habitual
Necesita
hospitalización
frecuente
Conductas peligrosas
Autolesiones (e.g.,
hacerse cortes,
quemarse)
Múltiples intentos
de suicidio
Conductas
compulsivas
persistentes
Otras conductas
peligrosas
Puntuación
subtotal de la
Parte 1:
APÉNDICE B 791
Parte 2
En esta sección, se invierte la escala de valoración.
0 = Casi constantemente (diariamente)
1 = Con frecuencia (unas pocas veces a la semana)
2 = Pocas veces (unas pocas veces al mes)
3 = Rara vez (unas pocas veces al año)
4 = Ausente
N/A = No aplicable o desconocido
Funcionamiento en la vida cotidiana
Funciona
adecuadamente en
la vida cotidiana
(trabajo, estudios,
crianza de los hijos,
labores domésticas)
Es capaz de aportar
dinero habitualmente
para cubrir las
necesidades básicas,
aunque sea a través de
los subsidios sociales
Tolera el estrés de la
vida cotidiana
Se administra
adaptativamente el
tiempo libre (aficiones,
ejercicio físico,
esparcimiento, un
tiempo para estar a
solas)
Es capaz de criar y
educar adecuadamente
a sus propios hijos
Tiene un sistema de
apoyo social, aunque
únicamente sea alguna
otra persona más,
además del terapeuta
792 EL TRATAMIENTO DE LA DISOCIACIÓN RELACIONADA CON EL TRAUMA
Es capaz de mantener
cuanto menos una
amistad íntima
Es capaz de mantener
una relación
relativamente sana con
su pareja
Participa en
actividades grupales
(sociales, religiosas,
caritativas,
voluntariado)
Tiene una
comunicación y una
cooperación entre
las distintas partes
disociativas cuanto
menos respecto de la
vida cotidiana
Está dispuesto a
permitir que el
terapeuta acceda a
estas partes y trabaje
con ellas
Partes disociativas
sádicas, punitivas o
que pasan al acto de
alguna otra forma, se
muestran dispuestas
a comunicarse con el
terapeuta
APÉNDICE B 793
Participación en la terapia
Es capaz de establecer
unos objetivos de
tratamiento razonables
Sigue las
recomendaciones
terapéuticas
razonables (e.g.,
medicación, terapia
adicional de grupo,
ingreso hospitalario)
Comparte los
pensamientos
y sentimientos
personales, y es
sincero con el
terapeuta
Desarrollo de habilidades
Tiene capacidad de
mentalizar, de reflexionar
y de ver las cosas en
perspectiva
Puede manejar y
contener los flashbacks
y demás síntomas
asociados al TEPT
Tiene cuanto
menos una cierta
autocompasión
794 EL TRATAMIENTO DE LA DISOCIACIÓN RELACIONADA CON EL TRAUMA
Es capaz de sintetizar,
percibir realistamente
e integrar los
recuerdos traumáticos
Percibe realistamente
e integra las
experiencias de
pérdida, dolor,
consternación y
rechazo, con el tiempo
Insight y motivación
Está motivado a
cambiar
Asume una
responsabilidad
razonable respecto de
la labor terapéutica
Utiliza el insight
para hacer cambios
adaptativos
Relación terapéutica
Está dispuesto y es capaz
de comprometerse con el
terapeuta
Puntuación subtotal
de la Parte 1 =
+ Puntuación subtotal
de la Parte 2 =
Puntuación total =
¿Qué otra cosa diferente podría hacer para alcanzar ese mismo
objetivo?
_____________________________________________________________
_____________________________________________________________
_____________________________________________________________
Conductas sustitutivas
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836 EL TRATAMIENTO DE LA DISOCIACIÓN RELACIONADA CON EL TRAUMA
Nombre ..............................................................................................
Fecha ...................................... Edad ................. Sexo.........
0% 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100%
0% 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100%
* Los autores E.B. Carlson & F.W. Putnam han dado permiso para que la Escala de
Experiencias Disociativas sea copiada, distribuida o reproducida para investigación o
uso clínico.
3. Algunas personas tienen la experiencia de encontrarse en un
lugar y no saber como llegaron hasta allí. Marque con un cír-
culo el número para mostrar qué porcentaje de las veces le su-
cede esto.
0% 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100%
0% 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100%
0% 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100%
0% 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100%
0% 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100%
8. A algunas personas les dicen que no reconocen amigos o
miembros de la familia. Marque con un círculo el número para
mostrar qué porcentaje de las veces le sucede esto.
0% 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100%
0% 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100%
0% 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100%
0% 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100%
0% 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100%
0% 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100%
14. Algunas personas tienen la experiencia de recordar el pasado,
a veces tan intensamente, que sienten que lo están volviendo
a vivir. Marque con un círculo el número para mostrar qué por-
centaje de las veces le sucede esto.
0% 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100%
0% 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100%
0% 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100%
0% 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100%
18. Algunas personas se dan cuenta a veces que están tan metidos
en una fantasía, o soñando despiertos, que sienten como si
estuviera ocurriendo de verdad. Marque con un círculo el nú-
mero para mostrar qué porcentaje de las veces le sucede esto.
0% 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100%
19. Algunas personas descubren que a veces son capaces de igno-
rar el dolor. Marque con un círculo el número para mostrar qué
porcentaje de las veces le sucede esto.
0% 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100%
0% 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100%
0% 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100%
0% 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100%
0% 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100%
24. Algunas personas a veces descubren que no pueden recordar
si han hecho algo o solo pensaron en ello (por ejemplo: sí en-
viaron una carta o solo pensaron en hacerlo). Marque con un
círculo el número para mostrar qué porcentaje de las veces le
sucede esto.
0% 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100%
0% 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100%
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0% 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100%
0% 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100%
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Títulos recomendados
John T. Blackledge
La defusión cognitiva en la práctica
Guía clínica para valorar, observar y apoyar el cambio en tu cliente
“Defusión” es un neologismo que ha tomado carta de naturaleza en el ámbito de la Tera-
pia de Aceptación y Compromiso (ACT). Conceptualmente se correspondería -de haberlo-
con otro término que se utiliza en el presente manual: “deliteralización”, distanciamiento
del significado convencional de las palabras, del “mapa lingüístico” que, como señalaba
Korzibsky, no es la realidad vital en la que estamos inmersos.
Como técnica, la defusión viene a constituir algo así como el procedimiento operativo en
la ACT, el pilar sobre el que se asientan los otros cinco componentes de este innovador
planteamiento terapéutico: es la base de una aceptación sensata, el requisito previo para
un compromiso responsable, la esencia del yo-como-contexto, el marco para la conscien-
cia del momento presente (o “mindfulness”) y la medida realista de los valores vitales so-
bre los que proyectamos construir una vida plena.
El mérito principal de John Blackledge no es tanto examinar pormenorizadamente el con-
cepto y muchas de las técnicas concretas de defusión como ofrecer, además, directrices
para su aplicación a otros procedimientos basados en marcos teóricos diferentes de la ACT
y presentar resultados experimentales comparativos de su aplicación.
Con las terapias de tercera generación, la psicología está accediendo a un campo cada vez
más apasionante y difícil de abarcar. La inclusión de los “valores” como compromiso per-
sonal en la construcción del propio sentido vital frente al intento de “sanar” las emociones
supone la reconquista de una visión proactiva del ser humano como protagonista de su
vida frente a la consideración patologizante y reactiva de los anteriores planteamientos.
La defusión es una herramienta de uso obligado en esta tarea personal.
Títulos recomendados
Tim Desmond
La autocompasión en psicoterapia
Prácticas basadas en la conciencia plena para la curación y la
transformación
Este libro nos muestra por qué la autocompasión se encuentra en el núcleo
de la sanación terapéutico, y nos enseña también el modo de integrar la
formación de la compasión en la práctica clínica. Tim Desmond ofrece uno
orientación excepcionalmente clara, accesible e intuitiva.
Rob Brandsma
Guía para la enseñanza del Mindfulness
Habilidades y competencias esenciales para enseñar las intervenciones
basadas en mindfulness
Un libro elegante, sutil, extenso, así como riguroso y honesto, que será muy útil
para las personas con serias aspiraciones a enseñar mindfulness y también
para quienes ya lo enseñan. El lector aprenderá muchos cosas de sí mismo y
descubrirá que es la encarnación del aprendizaje que emerge a partir del proceso
la que lleva a cabo todo el trabajo.
Jon Kabat-Zinn
Este libro es, hasta la fecha, la guía más completa que existe para la enseñanza
del mindfulness. Ninguna pregunta queda sin respuesta. Tanto los instructores
experimentados en el mindfulness como los principiantes tendrán este libro
como referencia en los años venideros.
Peter Bourquin
Trauma y presencia
Habilidades y competencias esenciales para enseñar las intervenciones
basadas en mindfulness
De pronto la palabra “trauma” está en boca de todos, loque conduce a un uso exagerado
de la misma y con ello también a su banalización. Sin embargo, este fenómeno es simultá-
neamente la manifestación de que una nueva comprensión es útil y acorde con la época
en que surge. Por fin se puede nombrar y explicar algo que antes no tenía un nombre y
que, al mismo tiempo, es responsable de las heridas más profundas del alma humana.
Solo entonces pueden aparecer posibilidades de un tratamiento exitoso. Integradas en
un trabajo terapéutico cuidadoso y responsable, las constelaciones sistémicas pueden
ser una valiosa aportación al tratamiento del trauma, con un acompañamiento sistémico
profesional y ante testigos propicios.
Este libro reúne aportaciones, enfoques y artículos internacionales alrededor de los te-
mas esenciales del trabajo de constelaciones en relación con el trauma personal. Los
textos abordan los diferentes tipos de trauma, intervenciones específicas para el trauma
dentro de constelaciones y su combinación con otros métodos, así como la prevención
del trauma secundario. El aspecto espiritual del trauma cierra esta visión de conjunto y
la completa..
BIBLIOTECA DE PSICOLOGÍA
Dirigida por Vicente Simón Pérez y Manuel Gómez Beneyto
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143. TRATAMIENTO PSICOLÓGICO DEL TRASTORNO DE PÁNICO Y LA AGORAFOBIA. Manual
para terapeutas, por Pedro Moreno y Julio C, Martín
144. MANUAL PRÁCTICO DEL FOCUSING DE GENDLIN, por Carlos Alemany (Ed.)
145. EL VALOR DEL SUFRIMIENTO. Apuntes sobre el padecer y sus sentidos, la creatividad y la psico-
terapia, por Javier Castillo Colomer
146. CONCIENCIA, LIBERTAD Y ALIENACIÓN, por F. de Potestad y A I. Zuazu Castellano
147. HIPNOSIS Y ESTRÉS. Guía para profesionales, por Peter J. Hawkins
148. MECANISMOS ASOCIATIVOS DEL PENSAMIENTO. La “obra magna” inacabada de Clark L.
Hull, por José Ma Gondra
149. LA MENTE EN DESARROLLO. Cómo interactúan las relaciones y el cerebro para modelar nuestro
ser, por Daniel J. Siegel
150. HIPNOSIS SEGURA. Guía para el control de riesgos, por Roger Hambleton
151. LOS TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD. Modelos y tratamiento, por Giancarlo Dimaggio
y Antonio Semerari
152. EL YO ATORMENTADO. La disociación estructural y el tratamiento de la traumatización crónica,
por Onno Van der Hart, Ellert R.S. Nijenhuis y Kathy Steele
153. PSICOLOGÍA POSITIVA APLICADA, por Carmelo Vázquez y Gonzalo Hervás
54. INTEGRACIÓN Y SALUD MENTAL. El proyecto Aiglé 1977-2008, por Héctor Fernández-Álvarez
5. MANUAL PRÁCTICO DEL TRASTORNO BIPOLAR. Claves para autocontrolar las oscilaciones
del estado de ánimo, por Ménica Ramírez Basco
56. PSICOLOGÍA Y EMERGENCIA. Habilidades psicológicas en las profesiones de socorro y emergen-
cia, por Enrique Parada Torres (coord.)
157. VOLVER A LA NORMALIDAD DESPUÉS DE UN TRASTORNO PSICÓTICO. Un modelo cogni-
tivo-relacional para la recuperación y la prevención de recaídas, por A. Gumley y M. Schwannauer
158. AYUDA PARA EL PROFESIONAL DE LA AYUDA. Psicofisiología de la fatiga por compasión y del
trauma vicario, por Babette Rothschild
159. TEORÍA DEL APEGO Y PSICOTERAPIA. En busca de la base segura, por Jeremy Holmes
160. EL TRAUMA Y EL CUERPO. Un modelo sensoriomotriz de psicoterapia, por Pat Ogden, Kekuni
Minton y Clare Pain
161. INSOMNIO. Una guía cognitivo-conductual de tratamiento, por Michael L. Perlis, Carla Jungquist,
Michael T. Smith y Donn Posner
162. PSICOTERAPIA PARA ENFERMOS EN RIESGO VITAL, por Kenneth J. Doka
163. MANUAL DE PSICODRAMA DIÁDICO. Bipersonal, individual, de la relación, por Pablo Población
164. MANUAL BÁSICO DE EMDR Desensibilización y reprocesamiento mediante el movimiento de los
ojos, por Barbara J. Hensley
165. TRASTORNO BIPOLAR: EL ENEMIGO INVISIBLE. Manual de tratamiento psicológico, por Ana
González Isasi
166. HACIA UNA PRÁCTICA EFICAZ DE LAS PSICOTERAPIAS COGNITIVAS. Modelos y técnicas
principales, por Isabel Caro Gabalda
167. PSICOLOGÍA DE LA INTERVENCIÓN COMUNITARIA, por Itziar Fernández (Ed.)
168. LA SOLUCIÓN MINDFULNESS. Prácticas cotidianas para problemas cotidianos, por R D Siegel
169. MANUAL CLÍNICO DE MINDFULNESS, por Fabrizio Didonna (Ed.)
170. MANUAL DE TÉCNICAS DE INTERVENCIÓN COGNITIVO CON DUCT DALES, por Ma
Ángeles Ruiz Fernández, Marta Isabel Díaz García, Arabella Villalobos Crespo
172. EL APEGO EN PSICOTERAPIA, por David J. Wallin
173. MINDFULNESS EN LA PRÁCTICA CLÍNICA, por Ma T. Miró - V. Simón Pérez (Eds.)
174. LA COMPARACIÓN SOCIAL DE LAS EMOCIONES, por Bernard Rimé
175. PSICOLOGÍA Individuo y medio social, por Ma Luisa Sanz de Acedo
176. TERAPIA NARRATIVA BASADA EN ATENCIÓN PLENA PARA LA DEPRESIÓN, por Beatriz
Rodríguez Vega - Alberto Fernández Liria
177. MANUAL DE PSICOÉTICA. ÉTICA PARA PSICÓLOGOS Y PSIQUIATRAS, por O. Franca
178. GUÍA DE PROTOCOLOS ESTÁNDAR DE EMDR. Para terapeutas, supervisores y consultores, por
Andrew M. Leeds, PhD
179. INTERVENCIÓN EN CRISIS EN LAS CONDUCTAS SUICIDAS, por A. Rocamora Bonilla
180. EL SÍNDROME DE LA MUJER MALTRATADA, por Lenore E. A. Walker y asociados a la
investigación
182. ACTIVACIÓN CONDUCTUAL PARA LA DEPRESIÓN. Una guía clínica, por Christopher R.
Martell, Sona Dimidjian y Ruth Herman-Dunn
183. PREVENCIÓN DE RECAÍDAS EN CONDUCTAS ADICTIVAS BASADA EN MINDFULNESS.
Guía clínica, por Sarah Bowen, Neha Chawla y G. Alan Marlatt
185. TERAPIA COGNITIVA BASADA EN MINDFULNESS PARA EL CANCER, por Trish Bartley
186. EL NIÑO ATENTO Mindfulness para ayudar a tu hijo a ser más feliz, amable y compasivo, por
Susan Kaiser Greenland
187. TERAPIA COGNITIVO-CONDUCTUAL CON MINDFULNESS INTEGRADO. Principios y
práctica, por Bruno A. Cayoun
188. VIVIR LA ANSIEDAD CON CONCIENCIA. Libérese de la preocupación y recupere su vida, por
Susan M. Orsillo, PhD, Lizabeth Roemer, PhD
189. TERAPIA DE ACEPTACIÓN Y COMPROMISO. Proceso y práctica del cambio consciente (mind-
fulness), por Steven C. Hayes, Kirk Strosahl y Kelly G. Wilson
190. VIVIR CON DISOCIACIÓN TRAUMÁTICA. Entrenamiento de habilidades para pacientes y
terapeutas, por Suzette Boon, Kathy Steele y Onno Van Der Hart
192. DROGODEPENDIENTES CON TRASTORNO DE LA PERSONALIDAD. Guía de intervenciones
psicológicas, por José Miguel Martínez González y Antonio Verdejo García
193. ARTE Y CIENCIA DEL MINDFULNESS. Integrar el mindfulness en la psicología y en las profesio-
nes de ayuda. Prólogo de Jon Kabal-Zinn por Shauna L. Shapiro y Linda E. Carlson
195. MANUAL DE TERAPIA S1STÉM1CA. Principios y herramientas de intervención, por A. Moreno (Ed.)
197. TERAPIA DE GRUPO CENTRADA EN ESQUEMAS. Manual de tratamiento simple y detallado
con cuaderno de trabajo para el paciente, por Joan M. Farrell y Ida A. Shaw
198. TERAPIA CENTRADA EN LA COMPASIÓN. Características distintivas, por Paul Gilbert
199. MINDFULNESS Y PSICOTERAPIA. Edición ampliamente revisada del texto clásico profesional,
por Christopher K. Germer, Ronald D. Siegel y Paul R. Fulton
200. MANUAL DE TRATAMIENTO DEL TRASTORNO DE ESTRÉS POSTRAUMÁTICO. Técnicas
sencillas y eficaces para superar los síntomas del trastorno de estrés postran matice, por Marx Beth
Williams, PhD, LCSW y CTS, Soili Poijula, PhD
201. CUIDADOS DE ENFERMERÍA SOBRE LA BASE DE LOS PUNTOS FUERTES. Un modelo de
mención para favorecer la salud y la curación de la persona y la familia, por LAURIE N. Gottlieb
203. EL SER RELACIONAL. Más allá del Yo y de la Comunidad, por Kenneth J. Gergen
204. LA PAREJA ALTAMENTE CONFLICTIVA. Guía de terapia dialéctico-conductual para encontrar
paz, intimidad y reconocimiento, por Alan E. Fruzzetti
206. SENTARSE JUNTOS. Habilidades esenciales para una psicoterapia basada en el mindfulness, por
Susan M. Pollak, Thomas Pedidla y Ronald D. Siegel
207. PSICOTERAPIA SENSORIOMOTR1Z. Intervenciones para el trauma y el apego, por Pat Ogden y
Janina Fisher
208. ¿TRATAR LA MENTE O TRATAR EL CEREBRO? Hacia una integración entre psicoterapia y
psicofármacos, por Julio Sanjuán
210. EL MUNDO DE LA ESCENA Psicodrama en el espacio y el tiempo, por Pablo Población Kanappe y
Elisa López Barbera: con la colaboración de Mónica González Días de la Campa
211. TRATAMIENTO BASADO EN LA MENTALIZACIÓN PARA TRASTORNOS DE LA PERSONA-
LIDAD. Una guía práctica, por Anthony Bateman y Peter Fonagy
212. FOCUSING EN LA PRÁCTICA CLÍNICA. La esencia del cambio, por Ann Weiser Cornell
213. PSICOTERAPIA CENTRADA EN LA TRANSFERENCIA. Su aplicación al trastorno límite de la
personalidad, por Frank E. Yeomans, John F. Clark!n y, Otto F. Kernberg
214. TORTURA PSICOLÓGICA. Definición, evaluación y medidas, por Pau Pérez-Sales
215. MANUAL PRÁCTICO DE PSICOTERAPIA INTEGRADORA HUMANISTA. Tratamiento de 69
problemas en los procesos de valoración, decisión y práxicos - VOL2, por Ana Gimeno-Bayón y
Ramón Rosal
216. LA FORMULACIÓN EN LA PSICOLOGÍA Y LA PSICOTERAPIA. Dando sentido a los problemas
de la gente, por Lucy Johnstone, Rudi Dallos
217. MANUAL PRÁCTICO DE TERAPIA DIALÉCTICO CONDUCTUAL. Ejercicios prácticos de TDC
para aprendizaje de Mindfulness, Eficacia Interpersonal, Regulación Emocional y Tolerancia a la
Angustia, por Matthew Mckay, Jeffrey C. Wood y Jeffrey Brantley
8. MINDFULNESS: UN CAMINO DE DESARROLLO PERSONAL. Programa de desarrollo personal
Mindfulness Based Mental Balance (MBMB), por Santiago Segovia
219. MINDFULNESS PARA EL DUELO PROLONGADO. Una guía para recuperarse de la pérdida de
un ser querido cuando la depresión, la ansiedad y la ira no desaparecen, por Sameet M. Kumar
220. TÉCNICAS DE TRATAMIENTO BASADAS EN MINDFULNESS. Guía clínica de la base de evi-
dencias y aplicaciones, por Ruth Baer (Ed.)
222. MANUAL DE TÉCNICAS Y TERAPIAS COGNITIVO CONDUCTUALES, por Marta Isabel Díaz
García, Ma Ángeles Ruiz Fernández, Arabella Villalobos Crespo
223. VIDA COMPASIVA BASADA EN MINDFULNESS. Un nuevo programa de entrenamiento para
profundizaren mindfulness con heartfulness, por Erik van den Brik; Frits Koster
224. NEUROFEEDBACK EN EL TRATAMIENTO DEL TRAUMA DEL DESARROLLO. Calmar el
cerebro impulsado por el miedo, por Sebern F. Fisher
225. AUTORREGULACIÓN CON MINDFULNESS Y YOGA. Manual básico para profesionales de la
salud mental, por Catherine P. Cook-Cottone
226. EXPERIMENTAR LA TCC DESDE DENTRO. Manual de AutoPráctica/AutoReflexión para tera-
peutas, por James Bennett
227. LA PRÁCTICA DE LA TERAPIA SISTÉM1CA, por Alicia Moreno
228. SIETE CASOS CLÍNICOS TRATADOS CON PSICOTERAPIA INTEGRADORA HUMANISTA,
por Ana Gimeno-Bayón (Editora)
229. MANUAL PRÁCTICO DE MINDFULNESS Y ACEPTACIÓN CONTRA LA DEPRESIÓN. Cómo
utilizar la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) para superar la depresión y crear una vida
que merezca la pena vivir, por Kirk D. Strosahl, Patricia J. Robinson
230. ENTRAR EN TERAPIA. Las siete puertas de la terapia sistémica, por Stefano Cirillo, Matteo Selvini,
Anna Maria Sorrentino
231. GUÍA PARA LA ENSEÑANZA DEL MINDFULNESS. Habilidades y competencias esenciales para
enseñar las intervenciones basadas en el mindfulness, por Rob Brandsma
232. LA INTEGRACIÓN DEL EMDR EN LA PRÁCTICA CLÍNICA, por Liz Royle, MA, MBACP .
Catherine Kerr, MSC, MBACP
233. LA AUTOCOMPASIÓN EN PSICOTERAPIA. Prácticas basadas en la conciencia plena para la
curación y la transformación, por Tim Desmond, prólogo de Richard J. Davidson
234. LA DEFUSIÓN COGNIT1VA EN LA PRÁCTICA. Guía clínica para valorar, observar y apoyar el
cambio en tu cliente, por John T. Blackledge
235. TERAPIA DE ACEPTACIÓN Y COMPROMISO PARA PAREJAS. Guía clínica para utilizar
Mindfulness, Valores y Consciencia de los Esquemas Mentales para reconstruir las relaciones .
por Avigail Lev - Matthew McKay
236. EL TRATAMIENTO DE LA DISOCIACIÓN RELACIONADA CON EL TRAUMA. Un enfoque
integrador y práctico, por Kathy Steele - Suzette Boon - Onno Van Der Hart