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I.S.F.D. ALBINO S.

BARROS

HISTORIA DE LA LENGUA
ESPAÑOLA

UNIDAD N° 6: EL
ESPAÑOL EN AMÉRICA Y
ARGENTINA

PROF. SAADI, MARÍA EMILIA


Biografia
de una
1en gua
Nacimiento, desarrollo y expansión del español
-------- ·--~--~------

Enrique Obediente Sosa


---·--- ---------------------"
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Biografía de una lengua

Primera edición
Consejo de Publicaciones de la Universidad de LosAndes,Mérida,Venezuela, 1997

Segunda edición
Libro Universitario Regional (LUR), 2000

467
Obediente Sosa, Enrique
Biografía de una lengua: nacimiento, desarrollo y expansión del español/
Enrique Obediente Sosa.- 1a ed.- Cartago :Asociación de Editoriales
Universitarias de América Latina y el Caribe, 2000.
p. 554 : 22 cm.

ISBN 9968-80 1-07-0

l. Español. 2. Lenguaje y lenguas. 3. Filologfa española l. Título

Consejo Editorial del LUR

Mario Castillo M., Presidente Costa Rica


Rodrigo Carazo- Odio Costa Rica
José Castilho Marques Neto Brasil
Luis Caraballo Vivas Venezuela
Pedro Visconti Clava Perú
Manuel E!kin Patarroyo Colombia
José Ignacio Echeverría México

La publicación de esta obra se ha realizado dentro del convenio de cooperación


gubernamental entre Costa Rica y Alemania, ejecutado por la Asociación de
Editoriales Universitarias de América latina y el Caribe (EUlAC) y la Agencia de
Cooperación T écnicaAiemana (GTZ).

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Hecho el depósito de ley.
Impreso en Costa Rica.
Universidad
EL ESPAÑOL EN AMÉRICA

l. ESPAÑA EN AMÉRICA

La presencia española en el continente americano comienza


con la llegada de Cristóbal Colón el12 de octubre de 1492 a la isla
de Guanahani, llamada por él San Salvador. Después de pasar por
otras islas del archipiélago de las Bahamas, el Almirante se dirigió
al sur y descubrió la isla de Cuba;. navegando de allí hacia el
oriente, llegó a Haití, denominada por él Española. Allí levantó el
fuerte de Navidad (25 de diciembre), primer establecimiento
europeo en América, donde Colón dejó una guarnición de
cuarenta hombres, luego de lo cual regresó a España convencido
de haber llegado a las costas orientales de la India.

Las tierras que Colón llamó "las Indias" fueron repartidas


entre España y Portugal mediante la bula Inter cetera del papa
Alejandro VI (1493); allí se trazaba una línea divisoria que iba de
norte a sur, a una distancia de cien leguas al occidente de las islas
Azores y de Cabo Verde, atribuyendo a España las tierras situadas
al oeste, y a Portugal las que quedaban al este de dicha línea. Esta
división no satisfizo a Portugal, pues le dejaba poco espacio
marítimo libre frente a la costa africana. Protestó entonces y
obtuvo de España una modificación del anterior reparto,
concretado en el Tratado de Tordesi!las (1494), que sustituyó la
línea anterior por otra que corría 370 leguas al oeste de las islas de
Cabo Verde.

El segundo viaje de Colón (1493-1496) fue organizado para


colonizar las tierras descubiertas. En este viaje llegaron 1.500
hombres con los elementos necesarios para el arraigo de los
expedicionarios: herramientas, semillas y animales. Al desembarcar
en la Española constató que el primer asentamiento no existía: los
Biografía de una lengua
Enrique Obediente Sosa

indígenas habían destruido el fuerte y matado a los españoles. del Magdalena, se organizó la colonización de lo que sería llamado
Funda entonces una nueva colonia a la que llamó !sabela en honor Nueva Granada, y desde Coro, establecida en 1527, la del actual
de la rema de Castilla. Esta colonia, sin embargo, tampoco logró territorio de Venezuela.
afianzarse debido a lo msalubre del lugar; Bartolomé Colón,
her~ano del desc~bridor, decide entonces trasladarla al sur de la En aproximadamente media centuria España había
Isla. se fundaba as¡ Santo Domingo (1496).
explorado, conquistado y colonizado (al menos en buena parte) las
tierras que habrían de formar su imperio en el poniente del
Asiento de las primeras autoridades coloniales de América mundo.
Sant~ Dommgo se convirtió pronto en una verdadera ciudad
espanola, punto de llegada de todos los que venían a hacer la Uno de los primeros objetivos de los españoles en América
"empresa a~_ericana"; fue, por tanto, el foco originario americano fue extraer la mayor cantidad de riquezas para llevarlas a la
de !ffadiaciOn. española, punto de partida de expediciones y metrópoli, cosa que exigía un fuerte aparato administrativo, puesto
conqmstas hacia el resto de las Antillas y el continente. desde el comienzo en manos de militares y eclesiásticos. Crearon
puntos estratégicos de poderío allí donde se encontraban las
Diver~as explora~iones en el área del Caribe prepararon la riquezas, para cuya explotación no tenían otra salida que recurrir
gran e~edic10n de Hernan Cortés, quien logró alcanzar la meseta a la mano de obra indígena. El rey recompensaba los afanes y
de_ Anahuac (15!9-1521), donde se hallaba lo mejor de la civiliza- sacrificios de la conquista otorgando títulos, cargos públicos, bienes
CIOn Ydelimpeno aztecas, y donde pudo establecerse para futuras raíces, pero los cargos de honor no podían aportar riqueza
conqmstas Y~xplorac10~es. A partir de aquí se realizó la conquista económica si no se disponía de mano de obra abundante. Surge así
Y col~mzac10n de Amenca Central y se organizaron también la encomienda, por la que el beneficiario disfrutaba del trabajo y
expediciOnes al norte con la esperanza de encontrar países tributo de los indios a cambio de instruirlos. Hoy no cabe duda de
m~rav!llosos donde abundara el oro. Por el sur, los españoles se que muchos encomenderos tomaron en serio su obligación de
one,ntaron, una vez d~scubierto . el Mar del Sur (el océano instruir a sus encomendados en la fe y primeras letras, pero es
Pacifico), haCia los terntonos del Imperio inca. Las noticias que igualmente cierto que una buena parte de aquéllos vio a "sus
;obre las nquezas delBüú habían traído los exploradores indujeron indios" únicamente como instrumentos de producción.
'l FranCI~co PI~arro y Diego de Almagro a organizar en 1524 la
oxpedl_ciOn hacia esas tierras, pero no fue sino hasta 1531 cuando A causa del afán por lograr grandes beneficios y para
iespues de m~chas y variadas vicisitudes, lograron hacer la; acallar las voces que protestaban por el trato dado a los indios, se
mmeras conqUistas en el mmenso territorio del imperio de los inicia la trata de negros, comercio que dio origen a la introduccíón
ncas. ~esde estas tierras andmas se organizó la conquista de Chile en América de un nuevo elemento étnico-cultural: el africano.
· del Río de la Plata.
La presencia europea en América transformó el modo de
Mientras esto ocurría en el sur del continente, se conquista- vida de los indios, pero al mismo tiempo las culturas indígenas
·a, desde otros focos, la parte norte de Suramérica. En efecto, causaron un impacto en los usos y costumbres de los europeos. Es
esde Santa Marta, fundada en 1525 cerca de la desembocadura necesario tener en cuenta el momento histórico en que tienen

384 385
Biografía de una lengua

Extensión del español en América


lugar los contactos entre colonizadores e indígenas, y también la
influencia del cristianismo y los fenómenos de mestizaje para
comprender las crisis derivadas de los contactos que llevaron a
coexistir, de manera más o menos sutil, a hombres provenientes de
diversos lugares de la tierra. Desde el caso de la extinción o
exterminio de los indígenas en unos lugares, hasta el de otros en
que los indígenas eran la masa dominante de población, los
resultados del encuentro entre colonizadores y naturales ofrecen
matices variados según las características de los protagonistas de
ese encuentro. Esto repercutiría en la estructura social y cultural
de las distintas regiones americanas sometidas al dominio de la
corona de Castilla.

España creó todo un aparataje administrativo ad hoc para


las colonias americanas, de modo que la justicia, el comercio, la
educación, en fin, todos los aspectos de la vida en este lado del
mundo quedaron minuciosamente reglamentados, al menos en ' · OCEANO ATLÁNTICO
1
teoría. ~·
~ ~-
Hacia comienzos del siglo XIX, el territorio americano
sujeto a España estaba dívidido en las cuatro circunscripciones de
primera jerarquía (o virreinatos) siguientes (entre paréntesis, año
de creación de la entidad):

Nueva España (1535): abarcaba México y parte del sur y el


oeste de los Estados Unidos.
Perú (1542):circunscripción territorial que comprendía toda OCEANO PACÍFICO
la América del Sur bajo dominio español, excepto la costa
venezolana; fue perdiendo extensión con la creación de los
virreinatos de Nueva Granada y del Río de la Plata, hasta quedar
reducido al actual Perú.
Nueva Granada (creado en 1717, fue suprimido en 1724,
para ser reconstituido en 1739): comprendía Panamá, Colombia,
Venezuela y Ecuador.

386
'
Enrique Obediente Sosa

Rio de La Plata (1776): comprendía las actuales repúblicas


de Argentina, Uruguay, Paraguay, Chile y Bolivia.

Ese inmenso territorio contaba, según la estimación que


hiciera Humboldt hacia 1823, con una población de 16.785.000
habitantes, repartidos en los siguientes grupos: indios 46%, mesti-
zos 30%, criollos 18%, negros 5%, españoles 2%.

El ejemplo de las colonias inglesas del norte, las ideas


liberales europeas del. siglo XVIII, la ineficacia del sistema
administrativo centralizado llevaron al descontento de la
aristocracia criolla y al establecimiento de bases para la revolución,
que se tradujo en violentos y sangrientos combates que tuvieron
lugar a todo lo largo y ancho del continente. El imperio español
comenzó así a desintegrarse y se inició un repliegue del dominio
territorial de España en la medida en que los americanos iban
ganando las batallas, siendo la última la de Ayacucho (1824). Con
el triunfo del movimiento independentista surgieron diversas
repúblicas que se correspondían, en líneas generales, con los
territorios administrativos de la época colonial. España conservó
solamente las islas de Cuba y Puerto Rico, perdidas en 1898 como
consecuencia de la guerra con los Estados Unidos, con lo cual se
puso fin al imperio colonial español.

2. LA IMPLANTACIÓN DEL ESPAÑOL EN AMÉRICA

El proceso de hispanización lingúística de América


comenzó hace cinco siglos, cuando se inició el trasplante a nuevos
y extensos territorios de la lengua oriunda de Castilla. El español
r americano es, por tanto (y valga la perogrullada), una extensión del
r español europeo: no puede soslayarse, en efecto, el hecho histórico
r
irreversible de que la lengua española tuvo una expansión colonial.
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Por ello se ha comparado el proceso, y con razón, al de expansión
del latín en Europa.

i 387
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-- ,"-' \.....,, 0 L ~, \....- G

Tal proceso se inicia con el mismo Colón, quien escribe en


su Diario que tiene la intención de llevar algunos indios a España Pedro Borges1 que
para que aprendan español, y después hacerlos volver para que
sirvan de intérpretes a los conquistadores. Esto lo llevó a cabo en , no arece haberse seguido una
dos ocasiones pero fracasó, bien porque los indios murieron en con anterioridad a esta epobcab,l p e su enseñanza estuviera
1 ¡ 'spro a eesqu
España, bien porque, dado el mosaico lingüístico americano, el norma gener~ y o ma antenidas por los misioneros en
sujeta a las diferentes posturas m 1 s franciscanos y agustinos lo
papel de intérprete de aquéllos quedó abortado al no conocer sino este punto. Aunque constad quMe, o desde la década de 1520 y
su propia lengua. _ elas e exrco .
ensenaron en sus escu , 1 oncilio de MéXIco, nos
- 1 erpetuo e tercer e 1
que. su ensenanza
, o . par que no fu e asign . atura obligada en as
La penetración de la cultura española se hizo posible en la arnesganamos a opm , bio en los internados. De
medida en que surgían intérpretes, comúnmente llamados lenguas; 1 tales ' pero SI en caro . da la
' estar generaliza
escuelas e emen l
, . ' d b"'
éstos eran indios que, por gusto o forzados, habían convivido con · MeXICO no e IO
hecho, en de miSmo 1585 se aboga por su
- rlo puesto que en . .
españoles aprendiendo su lengua. Los hubo también españoles que, costumbre e hensena . ·ustificar su conveniencra,
t se tiene que J d
por convivir con los indígenas, aprendieron su idioma; éstos eran enseñanza Y as a . araníes mucho más avanza as
o frailes o sobrevivientes de expediciones anteriores que, para mientras que en las reducci~nes gul ·glo XVIII sólo lo hablaban
q 'dldemasenesi _
seguir viviendo, se vieron en la necesidad de insertarse en ue. la .mayona e tas ían contactos ' fr ecu entes con los espanoles
comunidades autóctonas. los mdiosdeque
a pesar m~n en. en e11as de eolegios para niños nobles.
la enstencia

La hispanización de América fue, por consiguiente, un h .nstitutos enseñaban latin y no


proceso lento. A medida que avanzaba la conquista, los españoles - Es 1de notar
. ual queque m~c osd¡ades , donde las asignaturas, lo
las umvers¡
se encontraban con nuevas lenguas, lo cual los desesperaba. La espanol,
mismo quea 1g
en Europa, se dictaban en aquella lengua.
Corona recomendaba la enseñanza del español pero los que
estaban en el lugar de los acontecimientos, particularmente los . . ra conveniente o no enseñar
misioneros, veían qne esto era imposible debido tanto al desinterés La Corona vac!laba entre .s! e . d!.ctada por la apremiante
· di as convemenc1a .
de los indios por aprenderlo como a la dificultad que implicaba el español a los m gen , . o era el adoctrinamiento en
para ambas partes habérselas con lenguas de estructuras tan labor evangelizadora. Como ~-pnm~n principio que fueran los
disímiles. la fe cristiana, se recomedn. o en las lenguas indigenas, y que
.. l s que apren ¡eran .. 1 go
miSIOneros o , 1os m . d!·os que qms1eran; ue ,
·
aprendieran espa ñol solo . "bl e verter bien el contem"do
Dos elementos, sin embargo, fueron decisivos en este - d que era JmposJ .
proceso de hispanización: la introducción de la imprenta (la t convencida Es pana e ordena ue «a todos los indws sea
primera, en México en 1535) y la creación de una estructura de la fe en las lenguas m~genas~n ella laqdoctrina Christiana, para
educativa colonial. Es sabido que las escuelas y colegios impartían enseñada la lengua Espanola;/ 1 Misterios de nuestra Santa Fe
que se hagan más capaces e os
las asignaturas en la propia lengua del territorio, y que no es sino
a partir del siglo XVIII cuando se introduce la enseñanza del
español debido a las órdenes reales que insistían en ello. Dice

388
I - - - - - - - - .- - - -. M drid Albambra, 1986, citado por
1. En Misión y civilizactón en Amenca,

Quilis 1992b, pág. 48.


a •

l 389
Ent"ique Obediente Sosa
CatL
o zc_a, aprovechen para su salvac .ó .
su gobzerno y modo de vivir>• (Rea; ~!dconszgan otras utilidades en dominios y sólo se hable el castellano)), como reza en su título.
marzo de 1634)' Esa e ula de Felipe IV del 2 de
• S «Otras Util (;l d
med~da, a tener las herramient~ a es» se referían, en buena Sólo quedarían virtualmente exentos de esta disposición
enganar por los españoles y pod n~cesanas para no dejarse aquellos lugares «en que se hallen inconvenientes en su práctica,
tes que, por lo general traducíaer ¡queJarse sin ayuda de intérpre- [para lo cual] deberán representármelo con justificación, a fin de que
convenía. ' °
n que les convenía y según les en su inteligencia resuelva lo que fuere de mi Real agrado, por ser así
mi voluntad», tal como concluye dicha Real Cédula.
Según apunta Quilis (1992b, pág. 58),
A decir verdad, lo que impulsó realmente la hispanización
En ~te tono transcurren los años h . de América fue el mestizaje; en efecto, las uniones de españoles e
En el aparece la figura del b'. asta el remado de Carlos III indias fueron el puente más firme y seguro entre los dos pueblos
·
An tomo arzo JSpo de M'"· 6 100 ·
Lorenzana y Bu"t . . 1 don Francisco
1 ron amigo p al d y culturas. Siendo los españoles escasos y las españolas más escasas
exponente del despotis il ' erson el rey y típico
para que los indios mex::no ustradft ~n 1768, publicó las Reglas aún, sin los mestizos no habría sido posible ni la conquista ni la
hispanización del Nuevo Mundo.
tem?oral, donde abogaba ~::;~de zces en lo espiritual y en lo
obii~atoria del español no sólo cona; ente ~~r la enseñanza
me~o único para lograr los ob"etivo:es ~e~Igtosos, sino como Pero la implantación del español en América repercutió
soctales de la Corona en 1 I ~di políticos, económicos y obviamente sobre la misma lengua recién llegada, al entrar en
insistió ante el rey hasta quas .. n as. El arzobispo Lorenzana contacto con los idiomas autóctonos. Las realidades desconocidas
letra las recomendacion e este aceptó y siguió al pie de Ia que se iban desplegando ante los ojos atónitos de descubridores y
mientras que el absolnt· est Fprolpuestas por su súbdito. Así conquistadores debían ser nombradas por bocas españolas,
. JS a e zpe II fue b" '
ma t ena de lengua ellib 1 C a Ierto y hberal en necesidad que daría origen a nuevas acepciones de viejas palabras
abril de 1770proU:uJg e:a arios III fue absolutista. El16 de hispanas y a la introducción de palabras de las lenguas habladas
a 1a <amosa Real Cédul fi l
que se destie!Ten los diferentes id. a «a n de conseguir por los naturales, y ello desde los mismos inicios. Ya en el Diario
zomas de que se usa en aquellos t de Colón aparecen las primeras palabras antillanas, en un conjunto
l
, v·zsto lo cualpar integrado por canoa, hamaca, ajes, cacique, cazabe, nitaine, tuob,
'ece una exageración lo d"
en sn E:oquencia espaflola en arte de 16o'!~e. ~ce Bartolomé Jiménez Patón t caona, nocay, ají y tiburón. Añádanse a esta lista bohío y guanín,
1 ambas interpretadas erróneamente por Colón, que pensó que
soy .testigo apasionado alabando cosa tan . porque no me imputen que
digrudad, y excelencia de la lengua E - propna nuestra como no es la
r eran nombres propios de lugar, topónllnos como Cuba; también
t caribe, primer gentilicio antillano que aparece en un texto
con lo que otros muchos antes que spa;::'la: no quiero prouar mi intento
r castellano3 .
ánimo tan Español como el mio ni~~ an ~ho por ser tan hijos suyos Y de
Indias todas que se han ganad n decu que es tan general que en las
o se enseña po rt
que los Romanos conquistaron el m
.
r a e como la Lanna en tiempo
t
de Lüdtke 1998, pág. 17. undo ... » (el resaltado es nuestro). Tomado I
t 3
López Morales 1998, págs. II-12.
390
r' 391

r
t
La introducción y asimilación general de palabras indígenas
no se dieron, sin embargo, de la noche a la mañana ni como un . , mueho de lo que see mostraba
los significados difena bajo sencillas
tanto cuidaba en la
simple trasvase de formas, más o menos adaptadas a la estructura . . El padre Las Casas, qu . .
fonológica del castellano; al contrario, fue un proceso más bien apanenctas. . . t dría que escnbtr: «a veces
transmisión de los amencamsmos, . e~ muchas de las nuestras, y
lento y complejo llevado a cabo en varias etapas. De acuerdo con
una palabra en aquella lengua reqhme d las suyas». y el Inca
Manuel Alvar (1992) la "recepción de americanismos" pasó por las Prebende mue as e . d ·
siguientes etapas. una nuestra com 11 os diría que «cast no eJan
Garcilaso, al escuchar a los caste- a~ ~e sabe más iñora de diez
vocablo sin corrupción» y «el espano q e un ~ismo vocablo
1') En un primer momento, los descubridores proceden a describir, las muchas cosas qu .
mal que bien, en castellano las realidades americanas que les eran partes las , nueve,
( , 39) porEn la me d"d 1 a en
que la lengua se aindtaba,
nuevas. Se refieren entonces, por ejemplo, a las hamacas como significan». , pag.año la · se fue re1egando ' "pero quedó -desde b ,los
redes de algodón, los pumas son llamados leones y las quenas, la expresiOn esp . . . b"l" .. e que otros hombres aca anan
P di el dtcctonano t mgu "'
flautas. Este procedimiento, que nada matiza, no puede evidente- rimeros . as- . .
bazles)) «&ran d es se ñores y caciques))' «aJles o
escribir <(arezto y ' o·
mente dar cuenta de aquello que los descubridores pretenden dar
a conocer a sus compatriotas; aquellas palabras, utilizadas en ;:lientos», ~naborías o vasallos•" (pág. 39).
América, han comenzado a significar otras cosas, han dejado de
- 1 fue americanizando• al mismo
tener sus resonancias castellanas para adquirir otras, con lo cual De esta manera el e~pano se "b ht"spanizando. Siguiendo
comienza "el acriollamiento de las voces tanto para designar nuevas 1 mdigenas se 1 an . --
realidades como adaptar el español a su nueva circunstancia" (pág. atiempo que
Manuel las enguas
AJvar , 40-42)' el proceso de americamzacton
(1992, pags.
38). del español,

2') El paso siguiente fue "buscar la forma en que el europeo tenga


conciencia de las discrepancias" (pág. 38). Surge así la oposición
sistemática entre cosas de la tierra o de las Indias y las de España
¡ q
Española: los espano
·~n a la nueva rea¡1"dad' se inició en la
ue no es sino adaptaciO d"
- les apren reron e
f il"t, 1 penetrac1on
aprendizaje, se ac 1 o a
¡ taíno y gracias a este
'
. , de te'rminos locales: a
nte para designar a todo un
lengua dejó de e;nplearse ~~~em:radisíaca, pero se aindió; no
¡

o de Castilla, sirviéndose del posesivo para marcar la diferencia:


mundo que surgta co~o V:tslO dp 's se hizo mestiza en todas
"cuando Colón habla de ratones de India se refiere a las 'hutías'; si . · , mo que a ema
sólo se amencamzo, s t . onio inalienable de to a
d
Díaz del Castillo pondera las camisas de la tierra está pensando en aquellas voces que pasaban a ser pa nm
los 'huipiles'; cuando las Relaciones de Yucatán hablan de las 1
gallinas de las grandes de esta tierra se refieren a los 'pavos', lo
mismo que si hablan de gallos de los indios [... )" (pág. 38). ás voces aportaron al españo! de los
t ' Las lenguas indígenas que m . ¡ XVI son el náhuatl, el taíno y el
conquistadores y pob!adores del s~~ el 80% de los indigeuisn;os. Los
3•) La tercera etapa consistió en la adopción del término quichua, que en conjunto repr:se el de la flora, la alimentaCióny los
amerindio. "Peripecia no exenta de riesgos, porque el español oía r campos semánticos más favorecidosn~~~a nueva realidad natural Y social de
lo que su propio sistema le permitía oír o porque el contenido de ¡ oficios, algo que era de esperarse a
. Ver Zamora Munné 1976 para una
relación pormenorizada de los

t Aménc~. ¡
indigerusmos en la engua. de los conquistadores.
392
393
+
t
1

~.--
t
Ent'ique Obediente Sosa
la comunidad. Y gracias al español las lenguas de Am • ·
tuvi . . ibl . enea
eron ~~r~;m1 es migraciones, porque en la Española el En ese proceso de americanización, la lengua española
castellano ~ICIO su proceso de adaptación a la nueva realidad, llegó incluso a adoptar un morfema: el sufijo {-eco, -a}(del náhuatl
pero tambten el de adopción de palabras que le entraban a -écatl), formador de gentilicios, el que encontramos en 'guatemal-
raudal~; lo qu~ se ~prendió en Santo Domingo o en Cuba era
teco', 'yucateco', !azteca', etc.
ya espanol patnmomal como aquél que venía de Castilla¡ y· ·
[...] a leJa.
. Sabemos que todo esto era más que cierto: en su
admrrable Vocabula!W en lengua castellana y mexicana (1571) 3. RASGOS DEFINITORIOS DEL ESPAÑOL AMERICANO:
fra~ ~onso ~e Melina da como entrada en la sección castellan~ REVISIÓN CRÍTICA
a term,mos tamos (ax; ~atata, batea, batey, canoa, maíz, etc.) y en
Yncatan tenemos preciosos testimonios, algunos de los cuales El español hablado y escrito en América presenta una serie
vamos a transcribir (los términos subrayados son siempre taínos): de características que Jo diferencian de la lengua común del
«arman la casa con varazón entretejida y la atan con unas Jatas centro-norte de España. A este respecto se ha hecho ya un Jugar
q~e llaman ar, y en español se dicen bejucos)); «hay grandes común decir que, en relación con la modalidad castellana de la
ceihas, q~e llaman los naturales yaxché"; «el maíz se llama en su lengua, los rasgos que diferencian y definen al español americano
lengua YJllil», etc. [... ]. son los siguientes: su esencial y originario andalucismo, su notable
. . El español se va aindiando, al mismo tiempo que homogeneidad, el estar lleno de vulgarismos y arcaísmos, además de
hisp. .an~ a las lenguas indígenas. Pero los americanismos se la notable presencia de marinerismosy, por supuesto, de amerindis-
ha~xan xdo castellanizandq; cada uno oyó como pudo, y las mos y afronegrismos.
vanantes fueron muchas y se perpetuaron deformadas. De un
mundo tan modesto como el antillano hemos visto una
proye.cción inusitada sobre las grandes culturas de América al 0
Esto, tomado muchas veces sin someterlo a crítica, ha sido
que sm .I~s españoles ja~ás se hubiera producido.[ ... ] Así,pa~ó más el producto de una impresión generalizada que el resultado de
un a~UVIon de voces antillanas al español de Méjico o del Perú, previos y profundos estudios de la lengua usual tal como se ejercita
lo illlSmo que las plantas o los animales [... ]. en Jos diversos territorios de la América hispanohablante. A partir
. • [... ] El español iba mestizando también a las lenguas de Jos años '60, sin embargo, comenzó una nueva etapa de la
mdígenas y cobraba nueva fisonomía con los intercambios. dialectología hispanoamericana marcada por el empeño de
Charles de Rochefort [...] vio cómo los caribes "han tomado filólogos y lingüistas de estudiar seriamente las distintas hablas del
muchas de las palabras de los españoles, por haber sido estos los continente con una metodología adecuada, así como por ir directa-
priD:~ros cristianos con los que establecieron contacto,>. y Pedro mente a las fuentes documentales origínales, todo con el fin de
Gu~xerrez ~e Santa Clara, cronista del Perú, escribió en sus determinar cuán verdadera o falsa era la caracterización que se
Quznque_nanos [c. 1603]: «En los reinos del Perú y en todas sus había hecho del español americano.
pr.ovmc~as .hay muchas y diversas palabras castellanas que los
illlSmo md10s naturales de ellas las hablan [...] y estas dichas Juan Lope Blanch ha puntualizado en parte el tema que
palabras castellanas no tienen aquel significado que suenan sino nos ocupa en un excelente artículo titulado La falsa imagen del
que quieren decir otras cosas en su modo de hablar». '
español americano, artículo publicado en 1992 y en el que expresa

394
395
lo siguiente:
cambios comunes experimentados por Andalucía y América eran,
no obstante el fondo de verdad ue para Henríquez Ureña, meros desarrollos paralelos convergentes.
e:stas ,apreciac~ones sobre el espa~ol ~:~ ~a.ber en a!gunas de Su postura, basada en comparaciones entre una y otra modalidad
snnpl~zcan ellas, en gran medida en~, cons~dero que de hablas, quiso confirmarla mediante los datos estadísticos de que
amencana, cuando no la d f ' la realidad Imgüistica disporúa sobre el origen de los españoles que poblaron América,
Pienso, en consecuenct'a e orman y aun alteran radicalmente. datos que presentó clasificando a aquellos pobladores, dialectal-
.
h ISpanoamericanas ' que esa caracte · ·... d
debe ser p e· d nzacion e las hablas mente, en cuatro grupos: hablantes de español del norte peninsular
· . re 1Sa aomat· d
e, mclusive, rechazada en otros ( , 31 IZa a en unos casos (41,7%), hablantes de español del sur peninsular (42,5%),
pags. 5-316).
hablantes de dialectos intermedios (6,7%) y hablantes de zonas
En lo que sigue trataremos de · ,. laterales (9%); no constituyendo, pues, los meridionales una
uno de los puntos de la cuesf, reVJsar cnttcamente cada
aplastante mayoría, mal podría pensarse que hubiera podido
delinear más nítidamente lo e Ion planteada con el objeto de
imponerse su dialecto, fue la conclusión a la que llegó.
del español americano. oncermente a los rasgos definitorios
En el otro extremo de la polémica estaba Wagner, quien,
en 1920, defendía el andalucismo del español americano,
3.1. Andalucismo
matizando, no obstante, su postura con dos importantes precisio-
nes: la primera, que más que influencia andaluza habría que hablar
Una de las preguntas más deb . de influencia meridional, concepto, por supuesto, más amplio, y la
americano ha sido la relativa a sus , a ti das. respecto al español segunda, que extensos territorios de América habrían quedado
americano ¿es la conti·nu . , ongenes dialectales: el español fuera de tal influencia.
, ac10n de un d' 1 .
especifico? ¿O es el resultad d Ia ecto penmsular
españoles? ¿0, por el contrario e~ e una mezcla de dialectos La polémica entre ambos filólogos terminó (sin zanjarse)
de este continente? La cuestió~ etuna m~dahdad propia y original con la publicación en 1931 de los datos demográficos ya señalados,
rótulo 'base del esnan- l . ' Iqueta a cornentemente con el aspecto este retomado años después por Pe ter Boyd-Bowman, para
, . r o amencano' dio p'
polemica entre dos famosos filóÍ . Ie a una ya legendaria
r quien las teorías formuladas no pasaban de ser ingeniosas hipótesis
Henríquez Ureña y Max Le Id Wogos. el domimcano Pedro r mientras no se aclararan, por una parte, la demografía, y por la
opo
como era de esperarse, otros filólog
como de América.
agner a la
r '... que se sumaron,
os Y tnguistas tanto de España
J otra, la cronología de la colonización americana con las circunstan-
cias específicas que marcaron el proceso en cada uno de los
territorios americanos. En cuanto a la demografía, la investigación
El primero de los nombrad
., realizada por Boyd-Bowman sobre documentación procedente,
titulada Observaciones sobre el españo~sd e;:
u?a serie ?e artículos principalmente, del sevillano Archivo General de Indias arroja
1921 y 1931 rechazaba 0 .
'
e menea publicados entre
, P r mexacta y vaga 1 ..
•l como resultado que, para el período 1493-1600, el mayor
andaluza del espan-ol a . • a supuesta fihación porcentaje de españoles emigrados era efectivamente oriundo de
mencano y afir b
la lengua usual en América t , , ma a que, por el contrario, r Andalucía; aunque el autor reconoce que la lista de pasajeros a
ema un ongen Independiente; los
t Indias elaborada por él (más de 56.000 personas) no representa
396
I 397
'
f
t
Biografía de una lengua
Enrique Obediente Sosa

más del 20% de la emigración total del período, permite, sin


em~argo, entrever claramente las tendencias de la emigración habían generalizado allí para los dias del descubrimiento; 2•) en
penmsular. Podemos resumir sus cifras en el cuadro siguiente: tierras meridionales ya se había dado la aclimatación de no pocos
elementos léxicos de otros dialectos peninsulares por las
Españoles emigrados entre 1493 y 1600 por regiones particulares circunstancias de repoblamiento de esas tierras a raíz
del proceso de reconquista. Esto quiere decir que el dialecto
Andalucía 36,9% andaluz ya estaba configurado para el momento de la colonización
Extremadura 16,4% americana, no sólo en sus peculiaridades de tipo fonético sino
Castilla la Nueva 15,6% también de léxico, el cual incluía vocablos que, procedentes de
Castilla la Vieja 14,0%
Otras
otras tierras españolas (sobre todo occidentales), echaron raíces en
17,1%
el habla de Jos andaluces. Esa modalidad de lengua española fue
la que salió de España rumbo a las Indias, y si ésa era el habla del
(En 'Otras' incluimos los _valores correspondientes al aporte del contingente mayoritario de emigrados no debería extrañar que
resto de las regwnes espanolas y de extranjeros (2,8% del total)). exista un particular "parentesco" entre ella y la modalidad
americana. Al respecto dice Frago Gracia (1994b) en su obra de
Las cifras de Boyd-Bowman indican a las claras dos cosas: claro y revelador título Andalucía y español de América: Historia de
1ª) que en la empresa americana participaron gentes de todas ]as un parentesco lingüístico, lo siguiente5:
regwnes españolas; 2•) que hay una nítida preponderancia de
andaluces. Si se añade el hecho de que las pocas mujeres Por esta vía (por la ruta de la intensa actividad mercantil
emigradas eran también de Andalucía (55,4% en promedio para el entre América y Andalucía] vinieron los indoamericanismos
período es~diado), entendemos que los naturales de esta región léxicos y por el mismo camino, pero en dirección contraria, hacia
hayan podido eJercer un Importante papel en la difusión de su el Nuevo Mundo afluyeron muchas palabras andaluzas que no
habla. ~te hecho se ve reforzado aún más por la indiscutible tardarían en transformarse en lo que los lingüistas llamamos
pnmaCia andaluza en el período inicial o antillano (1493-1519), americanismos léxicos. Ningún grupo regional español con más
momento en que se forma la modalidad lingüística que habría de asiduidad ni en mayor número que el andaluz hizo la carrera de
llevarse a Tierra Firme. Indias. [... ]
[ ... ]
Por lo 4.ue en páginas anteriores se ha ido argumen-
Otro aspecto del problema que debía ser dilucidado tenía tando, se llega a la- conclusión de que el andaluz condicionó
que ver con la cronología de los cambios lingüísticos comunes al enormemente la configuración del español americano tanto en
mediodia peninsular y a América; pues bien, hoy no cabe ya la su vertiente fonética como en la del léxico. Si en este segundo
menor duda de que aquéllos ya se habían cumplido en Andalucía nivel lingüístico pudo ser determinante, como de hecho lo fue,
antes de que tomara cuerpo la empresa americana. A Frago Gracia el papel de enlace entre España y América que a Andalucía le
le cabe probablemente el mérito mayor de haber demostrado dos correspondió -otro tanto cabe decir en la cuestión de los
hechos de particular relevancia en el tema que estamos discutien-
do: 1") que los cambios fonéticos propios del sur de España ya se

398
fi 5
Las citas están tomadas de las páginas 189-194.

[ 399
indoamericanismos-, otro factor hubo de ser más importante en diez y Nueve djas del mes de mayo de quinjentos y diez
la transmisión del fonetismo andaluz a los no andaluces en Anos en este dja: podja ser las ~inco oras despues de
Indias. Es obvio, pues, que de un fenómeno sociocultural, en el medyo dja estando en las casas del Reverendo senor luys
más amplio sentido del término, se trata, consecuencia del de soria canonjgo en la santa yglesja desta yibdad de
contacto interdialectal que trajo consigo la emigración, cuyo seujlla que son en esta dicha yibdad en la colla9ion de
contingente destacadamente más numeroso fue el formado por santa maria en la calle de ximjos en presencia de mj el
los oriundos del sur, y ello durante los tres siglos que van del bachille [sic] mateo de la quadra y de los testigos dj uso
XVI al XVIII. escriptos el dicho senor lnys de soria Razono por
Bastantes andaluces regresaron a su terruño [... ] pero palabra y dixo que por quanto A el era enbjada vna caxa
muchísimos más [... ] permanecieron el resto de sus vidas en el de madera la qual era la que Ante sy tenja y el la queria
Nuevo Mundo [... ]. Y estos fueron los que en América escnben hazer Abrir y ver las cosas que (en) ella venjan que
textos idénticos en lo fonético a los redactados por sus parientes pedja y pidjo A mj el dicho escribano publico mjrase y
de Andalucía, y, en definitiva, quienes allí sembraron y cultivaron viese y dello le diese testimonjo y fe quando menester lo
la semilla de su peculiaridad lingüística.6 vviese ['hubiese']. E luego el dicho senor canonjgo
mando de9arrajar la dicha caxa la qual era vieja de
Para ilustrar lo expresado arriba por Fraga Gracia, madera de longor de cinco palmos. E Asy Abjerta la
reproducimos a continuación la transcripción de parte de un dicha caxa se hallaron las cosas sygujentes seys jarros de
documento sevillano de 1510 que refleja el habla andaluza', y en barro de las yndias dos hamacas vna caratula tres bateas
el que además aparecen dos seguros indigenismos léxicos (hamaca vna hachuela con vna piedra Atravesada verde de forma
y macana) y otro probable (batea)': de hacha vn vestydo de prumaje un tyrador de frecha
syn cuerda vna macana vna copa que pares9ia de oro y
en~ima de todo lo sobredicho vn líens;o basto de dos
domjngo diez y nueve de mayo dja del espíritu santo de
1510
varas poco mas o menos por cobertor de lo sobredicho
[... ].
En la muy noble y muy leal gibdad de seujlla domjngo
collacjon: collación o colación 'barrio', 'territorio de una parroquia'
deqarrajar. descerrajar
6
Recordemos que todas las conclusiones a las que llega Frago Gracia son frecha: flecha; la forma con -r- era la más usual en la Edad Media.
producto del análisis de documentos originales de la época escritos tanto en
España como en América.
7
Pero afirmar la preponderancia del andaluz no significa
Recuérdese lo dicho en los apartados correspondientes a la lengua de los negar el influjo de otras regiones en la configuración del español
siglos XV y XVI. americano. Esto lo tiene muy claro Frago Gracia, quien continúa
8 diciendo:
Para las divergencias sobre el origen de 'batea', ver Corominas y Pascual,
s. v. Transcribimos el texto a partir del facsimil reproducido en Frago Gracia
!994b, láminas XXVIII y XXIX. Hemos transcrito como y la conjunción ¿Todo, en la historia del español americano, se debe a
copulativa, representada casi siempre en el documento por el signo tironiano. los andaluces? Imposible imaginar siquiera tal supuesto [... ].

400 401
Enrique Obediente Sosa
Biografía de una lengua

vinculado a la Generación del Centenario, movimiento intelectual


España entera, con sus diferencias lingüísticas regionales y sus mexicano que, entre otras cosas, rechazaba la visión de Hispanoa-
distintas aportaciones migratorias, participó en la colonización de mérica como un mero reflejo de España, es decir, como un
América. [... ]
continente sin originalidad, sin identidad propia, y en consecuencia,
[...]
como una realidad culturalmente secundaria y subordinada. Ahora
Hubo, pues, influencias multidialectales, en mayor o
menor medida, según las áreas, niveladas por un efecto de bien, como toda identidad cultural está acompañada de una
síntesis, además de contacto con las lenguas indígenas y con el identidad lingüística, Henríquez Ureña se vio forzado a rechazar
elemento africano, aparte de que en la segunda mitad del siglo a priori el andalucismo, pues la subordinación lingüística implicaba
xvrn la emigración norteña, tomada en su conjunto, pasa a subordinación cultural; para él, el español y lo español que recibió
predominar sobre la de la mitad sur peninsular. Pero Andalucía América fue modificado ya en tiempo de la colonia tanto por el
es un compendio de la dialectología española, pues recoge no medio como por las mezclas, con lo cual el continente adquirió
pocos occidentalismos norteños [... ].Y en cuanto al canario, de entonces una identidad propia. Se trataba, en suma, en la postura
innegable presencia en el español de América, habría que del dominicano, de reinvindicar para la América de lengua
considerar lo apuntado por Alvar: 11hablamos también de española un puesto digno y propio en el concierto de las culturas
andalucismo a secas, sin tener en cuenta que puede no ser ya de del mundo.
un andalucismo directo, sino adaptado en las Islas Canarias y,
desde ellas, trasplantado al Nuevo Mundo11 • De otro lado, José del Valle (1998) cree que también
detrás de la teoría andalucista hubo "prejuicios ideológicos": "Los
Y concluye el investigador aragonés con estas palabras: motivos ideológicos que yacen bajo la teoría andalucista hay que
buscarlos, a mi modo de ver, en la relación entre el problema de
No, no todo lo hizo Andalucía en América, pero sí más los orígenes del español de América, la construcción de la historia
que las otras regiones españolas, de las que había recibido
cultural hispánica y el tema de la unidad frente a la variedad en el
bastantes aportes lingüísticos que luego naturalizaría y haría
propios, y si se pasa por alto este fundamental principio, toda
español" (págs. 136-137). Partiendo del análisis de diversos estudios
investigación diacrónica americanista que se emprenda resultará sobre la unidad y la variedad de la lengua española, que
fallida. Porque a sus hijos, especialmente a los que al Nuevo demuestran todos preocupación por la posible fragmentación
Mundo emigraron sin retorno, les tocó el papel de actores lingüística y el consecuente debilitamiento de la cultura hispánica,
principales en la deslumbrante escena sociolingüística, donde sin
entreactos se representó el nacimiento del español americano.
r el autor concluye que detrás de la teoría andalucista estaba el
ánimo de justificar la concepción unitaria de la lengua. "No basta
-dice del Valle- con observar coincidencias lingüísticas en ambas
Pero volvamos una vez más a la polémica andalucista. Hoy orillas y afirmar que esas peculiaridades del habla llegaron a
sabemos que detrás de las posturas originales pesaban razones de América en boca de andaluces. Es necesario demostrar la solidez
tipo ideológico que explican y en cierto modo justifican las
posiciones encontradas de los adberentes de dichas teorías. El
primero en estudiar la ideología que yace bajo la teoría de
fí del tronco común, y es ésta la labor en que se empeñan los
andalucistas" (pág. 140). Por otra parte, del Valle trae a colación
una cita de Menéndez Pida! (quien se declaró a sí mísmo
¡'
Henríquez Ureña fue Guillermo Guitarte (1958), según el cual es "sustancialmente dentro de la vieja opinión andalucista»), para el
necesario tener en cuenta que el filólogo dominicano estaba
403
402
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~ "-...- <~ '---- ~ '-..../ -.__./ '-~

cual <<Si un idioma no es el reflejo del alma de un pueblo, es una


síntesis de la historia del desenvolvimiento intelectual del pueblo entonces. Hoy por hoy muchos investigadores que se ocupan de los
que lo habla•, lo que lleva al joven investigador a sacar la siguiente orígenes del español americano prefieren enfocar ~1 asunto desde
conclusión: "Quiere esto decir que si la lengua sintetiza la historia d. stinta óptica. Partiendo del hecho mcuestiOnable de la
de un pueblo, la fragmentación de aquélla será síntoma de la h~terogeneidad de la lengua en su modalidad americana (aspecto
desintegración de éste. Es por eso que la historia, y, con ella, la antes no ignorado pero sí minimiza~o), co~sider~n que, enpnmer
historia lingüística común son legitimadores esenciales de la lugar, no existe un español de Amenca, smo multzples v~ne_dades
identidad cultural de cualquier comunidad y, por lo tanto, la teoría de español en América si se toman en cuenta cnten~s diatopic;'S
andalucista es necesaria para forjar la unidad lingüística, histórica (geográficos), diastráticos (según clases sociales) y diafasicos (s~gun
y cultural de España y América" (pág. 140). estilos y registros de habla) 10 • En segundo lugar,. qu~ dicha
modalidad es el resultado de un proceso de comeiZaCión que
Producto de la polémica andalucista es la expresión español obedeció a diversos factores estrechamente vmculados:
atlántico, acuñada en 1958 por Diego Catalán para afirmar, contra
la postura antiandalucista, "las conexiones lingüísticas entre a) En primer término, a la integración, .en el perío~o
América y los puertos atlánticos de España". Tal expresión, basada · · ·al de elementos de distinto ongen dialectal pemnsular e Isleno
en las similitudes de carácter fonético-fonológico que se observan ~~~o ' roducto de la acomodación lingüística de los diversos
entre las hablas americanas y las del suroeste peninsular, no gozó interlo~tores. Como ya se dijo, hubo pluralidad de ongen _de los
de una aceptación generalizada; para algunos investigadores, la españoles que intervinieron en la conquista y colomzaCion del
expresión no es feliz, pues, por utilizar un término geográfico, territorio americano; en efecto, acudieron p_ara llevar a cabo tal
parece no incluir a las hablas americanas del Pacífico; para otros, empresa hombres de todas las regiones espanolas ( au~que con un
simplifica demasiado la realidad lingüística del español, pues no neto predominio de gentes del sur de España), que debian reumrse
existe tal entidad unitaria que abarque a las hablas andaluzas, en Sevilla, único puerto autorizado durante n:ucho tiempo para el
canarias y americanas, y si bien ese "español atlántico" posee unos ran viaje; allí permanecían meses y aun anos antes de que la
cuantos rasgos comunes, en él no pueden incluirse, por ejemplo, ~ edición saliese. Durante ese tiempo de espera,. y luego a :o
las tierras interiores o altas de la América hispana'. h~o de la travesía, se fue creando una especie de comé \que sena
reforzada luego en suelo americano): castellano mendionalcon
Hoy la polémica andalucista carece de vigencia, al menos 1 entos dialectales del habla de las diversas regiOnes de ongen
en los términos en que fue planteada en la primera mitad del siglo ~:'~s viajeros, constituyeron, pues, la base del españ~l .que se
XX: basta comparar los argumentos y razones de aquellos filólogos trasplantó a América. Ello explica el que la lengua en Amenca sea¡
con los de, por ejemplo, Frago Gracia, cuyo andalucismo es de en líneas generales, similar a la modalidad mendiOnal de
otro tono y basado en hechos incontrovertibles desconocidos para castellano y no a la septentrional, y que, por otro lado, pen:Ivan en
amplias zonas ciertos dialectalismos penmsulares e ISlenos que
9
Para más detalles, ver J. Enguita Utrilla 1992 en César Hemández (coord.)
1992, págs. 100-101.
10 De lo que acabamos de expresar nos ocuparemos con más detenimiento en
las páginas siguientes.
404
405
Biografía de una lengua

identidad criolla".
nunca llegaron a generalizarse en la lengua común de España.
Entre esos dialectalismos españoles que florecieron en América se En resumidas cuentas, y para cerrar este punto, el originario
pueden señalar los siguientes: en el nivel fonético, la presencia de andalucismo no es una invención caprichosa, es una realidad
lar asibilada, común en la Rioja, Navarra y Vascongadas y buena histórica; ya desde el siglo XVII hubo observador;~ que compara-
parte de América, pero ausente de la norma general castellana; en ron el españo!.americano con el dialecto andaluz ; ahora bien,
el nivel léxico, los llamados meridionalismos (andalucismos y
canarismos) y occidentalismos. Entre los andalucismos podemos si alguna huella dejó el andaluz en el esp~ñol de An:érica, ello
mencionar limosnero lmendigo',juma borrachera',ñoña ~excremen­
1 no pudo tener lugar sino en el mismo penodo colonial, cuan~o
hubo una comunicación verdaderamente intensa entre Andalue1a
to', prometer 'asegurar', etc.; canarismos que echaron ralees son . . ul . 13
botarate ~manirroto', ensopar 'mojar', mordida 'rnordisco',parejero y los domm1os tramarmos .
'confianzudo', 'vanidoso'. En cuanto a los occidentalismos Esa habla que, llegada al Nuevo Mundo, sufrió un pro<;<'so
(galleguismos y leonesismos, principalmente) llegados a América de reajuste y nivelación en las Antillas, fue la que, desde allí, se
directamente o a través de bocas andaluzas, tenemos bosta difundió por el resto del continente, de modo que es ese dialecto
'excremento del ganado vacuno y caballar', botar 'tirar, arrojar', específico de la lengua española el que constituye el lazo que une
cardumen 'banco de peces',fundo 'finca', laja 'piedra grande y lisa', el español de América al español de España en la época colomal.
lamber 'lamer',piola 'cordel', renco 'cojo', tranquera 'puerta rústica Afirmar otra cosa es querer negar las e~Iden~¡as y comphcar y
en un alambrado', etc. entenebrecer la historia del español amencano ·

b) En segundo término, el proceso de coineización también 3.2. Homogeneidad


es el resultado de la asunción de las variables que adquirieron
prestigio y las que significaron una simplificación, como valores Respecto a la homogeneidad o uniformidad del español
propios de la nueva comunidad (la constituida por los "españoles americano varias cosas hay que precisar. En torno a este tema ha
americanos"), variables así convertidas en definitorias de su nueva habido ophüones encontradas: por una parte, la de los que afirman
y propia identidad cultural. Así, como la lengua que atravesó el
Atlántico no era enteramente uniforme (estaba llena de no pocas
fluctuaciones, antiguas unas, recientes otras, y fonéticamente n Más detalles al respecto en J. del Val!e 1998' págs. 140-146, y Frago
fragmentada -recuérdese lo dicho sobre la lengua de los siglos XV Gracia 1994b.
y XVI-), el trasplante a América sirvió en cierto modo de
catalizador de un proceso de nivelación dialectal que sirvió 12 Ver testimonios en Frago Gracia 1994b, págs. 17-18.
también para que floreciera el consiguiente sentimiento de
13 Frago Gracia 1994b, pág. 18.

14 cf. Lüdtke 1998, en particular pág. 31.

407
406
que el español que se habla en América es homogéneo o unitario; conquistadores y colonizadores, Juego durante la travesía, y,
por otra, la de los que creen que es heterogéneo y diverso. finalmente, con la convivencia en las nuevas uerras (sltuacwnes
Consideramos que Lope Blanch (1982) tiene razón al afirmar que todas que los obligaban a conformar una . lengua bastante
"el español hablado en América, no obstante su unidad esencial, homogénea), explique, en buena parte, la esencial urudad, siendo
revela una profunda diversidad" (pág. 66) pero que la diversidad consecuencia de la llegada de la lengua a es:os
extensos territorios en distintos momentos y de la Implantaci?n,
dentro de la acusada diversidad de las hablas hispanoamericanas, más 0 menos desigual, de dialectalismos peninsulares y cana;ws,
existe una esencial homogeneidad en lo que a la estructura indigenismos y africanismos en lo que hoy es la Amenca
general de la lengua respecta. El sistema fonológico, el morfosin- hispanohablante.
táctico y aun el léxico es, básicamente, el mismo. Se trata, claro
está, de una misma lengua. (pág. 75). En este punto de la diversidad debe añadirs~ un factor de
suma importancia: el sociohistórico, refer:do .al distmto grado de
Diez años después señala el investigador hispanomexicano desarrollo cultural de los diversos terntonos colomales y su
que si con los términos 'homogeneidad' o 'uniformidad' se quiere desigual relación con la metrópoli. Este hecho no ha de perderse
decir que los hispanoamericanos se entienden entre sí cualquiera de vista si se quieren entender ciertas pecuhandades divergentes
sea su procedencia nacional ello es indudablemente cierto: todos del español americano; recordemos que en el_ proceso de
hablamos la misma lengua española. "Pero de ahí a decir que el irradiación hacia América de las novedades lmguisticas que se
español de la enorme América es sólidamente homogéneo media producían en España a lo largo de los siglos XVI-XVIII, los
un abismo" (1992, pág. 316). Basta ver las distintas realizaciones de primeros receptores fueron obviamente los pobladores de los
ciertos fonemas o parte del léxico cotidiano de un hispanoamerica- centros urbanos de primera categoría (las capitales vnremales,
no común para darnos cuenta de que no existe un español de este sobre todo) y los puertos que más tráfic? mantenían co_n las
lado del mundo que sea una especie de bloque monolítico en el ciudades portuarias españolas. Esto explican~, ciertamente solo en
que todo es idéntico desde Río Grande hasta Tierra del Fuego. parte, el que muchos particularis:nos mendwnales fueran con el
Esta realidad, añadimos nosotros, no es algo críptico capaz de ser tiempo desplazados de ciertos terntonos am~ncanos, de modo que
apreciada sólo por especialistas, por el contrario, es un hecho del fenómenos usuales allí en el siglo XVI expenmenta~on un proceso
que todo hispanoamericano se da cuenta y del que tiene de sustitución, por lo cual aquéllos no se dan mas en. e~ habla
conciencia; en efecto, todo americano hispanohablante sabe si el actual; la temprana difusión de mendionalismos no sigmficc, pues,
otro es de su misma región (continental o nacional) o si, por el necesariamente su arraigo en todas partes.
contrario, es oriundo de otra región distinta de la propia. La
heterogeneidad del español americano es, pues, un hecho
innegable tanto como lo es su unidad esencial. 3.3. Vulgarismo

Resumiendo, podemos decir que seguramente el proceso En lo que concierne al carácter vulgar del español
de nivelación lingüística que se dio, primero en el sur de España americano debido supuestamente, a la baja condición soCial de
antes del viaje, en tanto que punto de encuentro de futuros quienes tr~splanta;on la lengua a América, el gran filólogo que fue

408 409
Biografía de una lengua
- - - - - - - --------- - - - - -
Enrique Obediente Sosa
Ángel Rosenbla~ ya demostró hace más de treinta años 15 que la
ellllgmción espanola fue, al menos en su origen, de relativamente 1497, dieron dos provisiones. La primera, que cualesquiera
alto mvel cultural, superior en promedio al de las sociedades personas, hombres o mujeres, que hubiesen cometido hasta ese
europeas de la é~?ca. Contrariamente al tópico, la conquista y día crimen de muerte o heridas, o cualquier otro delito (salvo
pnmera colomzac10n de América no se hicieron con malhechores herejía, crimen de lesa majestad, alta traición, alevosía, muerte
m delicuentes, pero, señala Rosenblat (1977, pág. 9), "como en segura o hecha con fuego o saeta, falsificación de moneda,
sodonúa, o haber sacado moneda, oro o plata u otras cosas
toda falsedad suele haber algo de cierto, conviene analizarlo".
vedadas del reino), fuesen a servir a la Española a la orden del
Antes que dar un breve resumen de su exposición, permítasenos Almirante, y sirviesen a su costa dos años los que mereciesen
reproducu parte del análisis rosenblatiano del tema que nos ocupa. muerte, y un año los demás, y que pasado ese tiempo pudiesen
volver libres a Castilla. La segunda, que los delincuentes que
C~l~n no encontraba tripulantes para su insólito viaje. mereciesen ser desterrados a una isla o a cavar metales, los
Una prOVISlon real del 30 de abril de 1492 dio "seguro, o desterrasen a la Española por el tiempo que les pareciese a los
salvoconducto, a los que fuesen con él para que no les hicieran justicias del reino. ¿Cuántos penados se acogieron a esas ventajas
daño, .en sus personas o bienes, por razón de ningún delito y cuáles fueron los resultados?
cometido hasta ese día ... n. Consta que se acogieron a esa Femández de Oviedo, que escnbía en la Española, dice
provisión cuatro personas de la cárcel de Palos [.. .]. [... ] que las tres carabelas que envió Colón desde Canarias
Los cuatro desterrados volvieron con Colón a la trajeron trescientos hombres sentenciados y desterrados a estas
Península [.. .].
islas. Con los demás -agrega-, fueron la salvación de la tierra:
Al preparar la armada de 1493Jos Reyes recomendaron 11
porque entre aquella gente hubo muchos hombres valientes y
(29 de mayo): «Toda la gente que fuere en los navíos, si ser especiales personas".
pudiere, sean personas conocidas e fiables ... ll [ ••• ] .
[ ... ]
Sobraron los voluntarios para las diecisiete naves las Las dos primeras carabelas de Colón salieron de
mejores de Andalucía, en las que fueron unos 1.500 hombres, Sanlúcar en febrero de 1498 [...].Llevaba 90 hombres a sueldo:
seleccionados severamente. Pero ante el fracaso de esta 9 escuderos (es decir, hidalgos), 12labradores, 68 ballesteros o
primorosa expedición (las Indias quedaron infamadas, pues peones de trabajo y pelea, un marinero. Además un cléri~o y un
muchos habían vuelto "enfermos e pobres e de tan mala color, cirujano. Y diez 11homicianos": seis castellanos, y dos muJeres Y
que parecían muertos 11, dice Fernández de Oviedo), Colón pensó dos varones ude egibto 11 (es decir, dos parejas de gitanos).
de nuevo, para su tercer viaje, en los penados de las cárceles.( ... ] El resto de la expedición -Colón con seis naves- salió en
Respondiendo a su súplica, los Reyes Católicos, el22 de junio de mayo. No hay nínguna noticia de que llevara delincuentes [... ].
[ ... ]
En la armada de Ovando (1502), en la que llegaron más
" En "Bases del español en América. Nivel social y cultural de los de 2.500 personas, venía también un desterrado: Sebastián de
conquistadores y pobladores del siglo XVI", Actas de la Primera Reunión Ocampo, que había sido condenado a .muerte "por ci.~rta
Latinoamericana de Lingüfstica y Filologfa (Viña del Mar, 1964), Instituto cuestión" con un vecino de Jerez. Era un h1dalgo gallego cnado
Caro Y Cuervo, Bogotá, 1973, págs. 293-371, trabajo rehecho y ampliado en de Isabel la Católica [... ].
Los conquistadores y su lengua, Universidad Central de Venezuela, Caracas, Una Real Cédula delll de abril de 1505, de la reina
1977. doña Juana, revocaba la autorización de enviar malhechores a

410
411
Cv ccc
India. Sin duda llegaron, ocultos en las bodegas o con autoriza- rezién venido de España[ ... ]; oyremos al Es~añol nacido~:!~:
ción especial[... ]. Son ingrediente inevitable de toda sociedad, y Indias hablar tan pulido, cortesano y cunos~, y ~n 'fi . 1
en las Indias podían contar con mayor campo de acción, con eámbulos delicadeza y estilo retórico, no ensena~o nt artt Cla '
mayor impunidad. Pero ya se ve que no tuvieron peso real en la ;:o natura~ que parece ha sido criado toda s';;'da en corte, y
obra colonizadora, y asignarles importancia es dejarse llevar por encompama -- de gente muy hablada y discreta.
una leyenda y perder la perspectiva de la formación americana.
(1977, págs. 9-14).
Aunque esta fue la situación de la población en las grandes
Todo comentario al texto es, creemos, superfluo. . d I di no es menos cierto que en terntonos m~~os
cmdades e n as, . . fueron llegando a Amenca

En cuanto a campesinos, apenas si los hubo entre los


~~~~~~~~:~o~nd~~~~~~~~~:r~~~~a formación cultur~l" (Lo~se
primeros pobladores; sobre el particular dice Lope Blanch (1992, 1992 - 325). En la sociedad amencana hab¡a, pu ,
pág. 323) que Blanch ' pag. . ma Es aña de entonces,
como en toda sociedad, como en la mis B1 ~ (1992 pág 326)
gente de todo tipo y nivel, y precisa Lope anc , .
en el Catálogo de pasajeros a Indias consta que, entre 1539 y 1559 que
(es decir, en época ya de paz, con la conquista de los territorios
americanos en gran parte consumada, situación favorable para Ia lo que no debe olvidarse es la elevada proporción d: hombr~
letrados y aun verdaderamente cultos e~t:e l~s quel ;c~e=inó
emigración de campesinos, poco afectos a las armas), de un total
de 4.540 asientos, sólo aparecen 25 labradores y un hortelano, en conquista y primera colonización de Amenca,n~ ::ranen:toria-
1
cambio, figuran 827 hombres de letras' (clérigos, bachilleres, ue las colonias españolas del Nuevo Mundo . . . ilo
q fu . de delincuentes ni destierro de crmunales, lll as
licenciados, etc.), lo cual -en relación con los 2.000 emigrantes mente re glO bres analfabeta~, sino virreinatos que llega;o~ a
cuya profesión consta- representa el41 %, frente a sólo 1,3% de de muchedum . l cultural Tildar de vulgar o de
labriegos. alcanzar sorprendente ntve . rushco
., y
a todo el español de América es incurrir en genera1tzaclon
simplificación caprichosa y falsa.
De haber sido gente inculta en su mayoría, como lo
pretendieron algunos, la que vino a poblar América, ¿se habrían
fundado tan tempranamente (primera mitad del siglo XVI) las 3.4. Arcaísmo
universidades de Santo Domingo, Lima y México? Y ese grado de
cultura se reflejaba, obviamente, en la lengua, que los americanos Pasemos ahora a revisar lo de los ar~aísmos, de los que,
manejaban, al parecer, mejor que los mismos españoles, según supuestamente, está plagado el español amencano.
testimonio del médico andaluz Juan de Cárdenas, quien en 1591
observaba lo siguiente:
Los especialistas en dialectología hispánica, particularmente
Para dar muestra y testimonio cierto de que todos los nacidos en
Indias sean a una mano de agudo, tracendido y delicado ingenio,
quiero que comparemos a un [aldeano] de los de acá con otro .16 .
Problemas y secretos maravzllosos de las Indias ' tomado de Lope Blanch
1992. pág. 325, nota 27.
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Biografía de una lengua Enrique Obediente Sosa

los españoles, han venido diciendo que una de las características De las citas arriba recogidas aparece claro que los autores
relevantes del español extrapeninsular, y más concretamente del mencionados, al hablar de arcaísmos en las variedades extrapenin-
español americano, es el arcaísmo, es decir, el mantenimiento de sulares del español, hacen, más que una referencia temporal de
voces, de significaciones, de formas gramaticales y de estructuras ciertos elementos lingüísticos respecto al sistema español, una
sintácticas anticuadas. La noción de arcaísmo hace referencia, pues, referencia geográfico-dialectal donde el punto de comparación es
al tiempo, al considerar ciertos elementos lingüísticos como el habla de Castilla. La norma castellana, identificada erróneamen-
desaparecidos o en vías de desaparición en relación con el presente te a veces como español general, se erige en patrón o modelo, de
de un sistema dado. Por no citar sino a algnnos de esos dialectólo- allí que consideren arcaico todo elemento de la lengua que haya
gos, encontramos en la famosa y clásica Dialectología Española de desaparecido de aquélla; lo cual equivale a decir que es arcaico
Alonso Zamora Vicente (1979) las signientes afirmaciones todo aquello que no esté en uso en España, y ello a pesar de que
referidas al español de América: "el fondo patrimonial idiomático en la mayoría de las comunidades hispanohablantes extrapemnsula-
[americano] aparece vívamente coloreado por el arcaísmo" (pág. res (que, de paso, constituyen casi el 90% de los que hablan
378); "el voseo no es otra cosa que un rígido arcaísmo" (pág. 407); español) se mantengan vívos aquellos elementos. Ya, de hecho, es
"el léxico americano es [... ] abundante en arcaísmos" (pág. 423). contradictorio hablar de "mantenimiento de arcaísmos", pues la
Rafael Lapesa, por su parte, nos dice ignalmente en su Historia de noción de vitalidad en el uso y la de anticuado se excluyen
la Lengua Española (1980) que "en la morfología y sintaxis el mutuamente. Hoy no es posible identificar la lengna española c~n
español de América mantiene arcaísmos" (pág. 581 ), y su léxico, en una de sus modalidades; hay, ciertamente, una norma comun
el que "perduran arcaísmos" (pág. 597), abunda en paíabras que en panhispánica, pero hay también al mismo tiempo tantas normas
España "han desaparecido" (pág. 591)17• De entre los arcaísmos particulares como naciones hispanohablantes. Por eso el concepto
léxicos, Zamora Vicente (1979) señala, entre otros, los signientes: de arcaísmo es relativo, al ignal que el de vulgansmo, pues
barrial 'barrizal', botar 'arrojar, echar a la basura', bravo 'enojado', depende de lo que considere tal una u otra norma.
candela 'fuego', cuero 'piel', curioso 'hábil', dizque 'dicen que,
supuestamente', esculcar 'registrar',frazada 'manta', fundo 'finca', El problema de fondo es la definición misma del término
lindo 'bonito', liviano 'ligero', llamado 'llamamiento', pararse •arcaísmo'; éste, de acuerdo con la definición del DRAE, es un
'ponerse de pie', prometer 'asegnrar', sentirse 'resentirse, estar elemento anticuado en relación con un momento determmado; se
trata, por tanto, de un término no absoluto sino relativo, como lo
dolido'.
es cualquier cosa que tenga que ver con el tiempo. Pero, ¿cual e~
el criterio para saber si una forma o una estructura son anticuadas.
·Durante "cuánto tiempo debe una palabra no ser usada para que
17
De otras modalidades del español no peninsular se ha dicho lo mismo; ~ase a ser •anticuada"'?, como se pregnnta Albe~to ~ineau (1984,
bástenos estas citas: "no es raro el uso de algún arcaísmo castellano" en el pág. 632). La respuesta no es simple po;que Impl:cana tener tatos
español de Filipinas (Zamora Vicente 1979, pág. 453). Antonio Qnilis objetivos de frecuencia durante un penodo sufiCientemente argo,
(1992b, pág. 274) afirma, por su parte, que la lengua hablada en Guinea y en el que estén representados todos los dialectos. y tod?s los
Ecuatorial mantiene "voces y giros que en el español general han dejado de registros de una determinada lengna, empresa SI no nnposible al
usarse".

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Enrique Obediente Sosa

menos muy difícil de llevar a cabo. Por ello es preferible restringir absoluto ninguna garantía respecto al uso; todos los lingüistas
el concepto de arcaísmo y limitarlo a dialectos particulares, saben que hay formas y estructuras que prácticamente no aparecen
considerados en sí mismos, sin establecer comparaciones con otros jamás en la lengua literaria pero que se usan a diario en el
dialectos. Así podemos acercarnos más a la realidad si nos interactuar comunicativo de la gente. Además, ¿por qué privilegiar
referimos a los arcaísmos de tal o cual dialecto en Jugar de en este punto a la lengua escrita sobre la oral? No olvidemos que
pretender hablar de los arcaísmos de la lengua, los cuales se toda lengua es mucho más que su registro literario.
reducirían muy probablemente a aquellas palabras cuyo referente
fue una realidad que dejó de existir en el uso, tales como adarga, Deberíamos, entonces, restringir el concepto de arcaísmo
tonsura, maravedí, etc., y unas pocas estructuras morfosintácticas -ya lo hemos dicho- a aquellos elementos que han dejado de
(por ejemplo, las formas verbales de 2• plural en -des o los tiempos usarse de manera general en un dialecto dado, sin hacer referencia
compuestos de los verbos intransitivos con el auxiliar ser), pequeño al dialecto del vecino. Más aún, creemos que nos acercamos más
conjunto, dentro de la totalidad del sistema, que, a nuestro juicio, a la verdad si calificamos tales elementos de no usuales en tal o
constituye los únicos y verdaderos arcaísmos de la lengua. Por cual dialecto sin incluir el aspecto temporal que contiene la
poner un caso, el pronombre vos sólo podría ser considerado definición del término 'arcaísmo', que preferimos quede reservado
arcaísmo en el español de España, mas no en el de América dada -insistimos en ello- a formas, significados y estructuras realmente
su vitalidad en extensas zonas de este continente, en consecuencia, pretéritos de la lengua, del sistema en su totalidad.
desde el momento en que es usual en una de las modalidades de
la lengua no puede ser calificado de arcaísmo en el sistema. Es
esta también la opinión de Zamora y Guitart (1982, pág. 146), Esto de los "arcaísmos americanos" está en estrecha
quienes sólo admiten el concepto de arcaísmo para un dialecto relación con el estado de la lengua que trajeron los colonizadores,
determinado, dando como ejemplo la voz fiñe 'niño', arcaísmo en que, como es sabido, es el de los siglos XVI y XVII. Mientras en
la lengua actual de Cuba. En Venezuela podrían ser, por ejemplo, España algunos de los elementos de la lengua de ese período, o de
locha, fracción monetaria que no existe más, o la expresión la anteriores, se fueron relegando poco a poco, en América quedaron
cátedra, equivalente a 'bueno, chévere' (Esa película es la cátedra), arraigados en el uso general de los hablantes. En la conservación
voces no usuales ya e incluso desconocidas por buena parte de la de ciertos elementos lingüísticos así como en la asimilación de
población. otros nuevos venidos más tarde desde España, influyó también,
cosa que a veces se olvida, el hecho de que no todos los territorios
Otros autores, por su parte, limitan la noción de arcaísmo americanos recibieron el español al mismo momento m con la
a aquellas formas y estructuras desaparecidas de la lengua común misma intensidad: mientras el área del Caribe y México lo
y literaria, se hallen o no vigentes en hablas dialectales, pero esto recibieron tempranamente, el Cono Sur lo va a hacer más tarde,
en lugar de resolver el problema lo complica porque, en primer lo cual explica, en parte, las diferencias dialectales entre ambas
lugar, no es nada fácil establecer con rigurosa exactitud las zonas. Recuérdese que la lengua española está en pleno proceso
fronteras de "la lengua común" y, en segundo lugar, el hecho de de transformación durante el tiempo de la empresa americana, por
que alguna forma no aparezca en la lengua literaria no es en lo tanto, áreas colonizadas en tiempos relativamente distantes van

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Biogt"afia de una lengua


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Enrique Obediente Sosa

a presentar diferencias de acuerdo con el estado de la lengua de


los colonizadores". Pero es el caso que muchas de las voces dadas como
marinerismos americanos no son realmente tales; en efecto, no
pocos de esos términos ya tenían en España, en otros tiempos o en
3.5. Marinerismos determinadas circunscripciones dialectales, la significación que son
las corrientes hoy en el español de América; por ello decíamos al
Mención aparte merecen los llamados marinerismos léxicos principio que en esto de los marinerismos se mezcla lo temporal
del español americano porque en ellos se entremezcla lo temporal con lo dialectal. Analicemos algunos de los más comúnmente
(algunos, como veremos, forman parte de los mal llamados dados y veamos en qué medida son realmente marinerismos
'arcalsmos') con lo dialectal peninsular, sin que falte en otros la americanos o términos que, marineros en su origen, están en la
original innovación americana. ' ' lengua general o en determinada área dialectal española.

Se entiende por marinerismos lé¡¡jcos el conjunto de voces abarrotar. Con diversas acepciones traslaticias en las que es común
que ~an expenmentado una ampliación del significado para la idea de 'llenar al máJtimo', 'abarrotar' es un término marino que
refenrse a realidades de tierra firme. El cambio obedece, como se significó primero asegurar la estiba de un buque llenando los
ha afirmado, a un hecho histórico: la. multitud de hombres de mar huecos con barrotes; esos espacios fueron después llenados con
que participaron en el proceso de conquista y colonización de cualquier objeto, en especial con artículos alimenticios que
Aménca favoreci~ la e~tensión. de su jerga, la cual, desde muy ocupaban poco espacio; de ahí la palabra abarrotes como nombre
temprano, se cargo de SignificaciOnes no marineras al ser aplicada de estos fardos. En América, 'abarrotes' amplió su significación al
a otras realidades con las que el referente original marino tenía designar los mismos artículos que los fardos contenían, y luego el
alguna semejanza. Hay que tener presente, sin embargo, que los establecimiento donde se vendían. Además, combinando las ideas
mannensmos se extienden no sólo por boca de marinos sino de 'llenar' y de 'mercaderías' surgió la de 'saturar de productos el
también por boca de todos los demás pasajeros, quienes durante mercado, de manera que se deprecian por su excesiva abundancia'.
la preparación del viaje y en el transcurso de la travesía se
impregnaban de aquel léxico del que no podían fácilmente amarrar. Se dice que en su acepción de 'atar, sujetar cualquier
d~sembamzarse una vez Ileg~dos a tierra; a la extensión y cosa', es un marinerismo americano por extensión de su primera
afia~amiento de los mannensmos en tierra firme contribuyó significación: 'sujetar el buque en el puerto por medio de anclas y
también, ciertamente, el que las comunicaciones en América se cadenas'. Procedente del neerlandés a través del francés (lengua en
hicieran principalmente por vía acuática (marítima y fluvial), por que sólo tiene uso náutico), el verbo ha sido en español de empleo
tanto, en embarcaciOnes, con lo cual el lenguaje marinero siguió general: "en muchos de los ejemplos castellanos más antiguos se
forzosamente en uso después de haber cruzado el océano. trata de amarrar un hombre a un árbol o a una columna"
(Corominas y Pascual, s. v. ), de modo que lo que ocurre en el
español americano es la conservación del significado no restringido
1
y su preferencia por este verbo frente a 'atar' u otros sinrilares.
' Ver Moreno de Alba 1993, págs. 16-17.

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Enrique Obediente Sosa
Biografía de una lengua

balde. La palabra, cuya significación primera es la de 'cubo para no es de extrañar dada la semejanza que existe entre uno y otro
sacar y transportar agua en las embarcaciones', extendió su objeto".
significado para referirse a 'cualquier recipiente parecido al cubo,
estadía. Aunque valga por 'detención' en general, se ha especializa-
destinado a diversos usos', significación que, ciertamente, es la
usual en América. Dicen Corominas y Pascual (s. v.) que el empleo do en España como 'detención de un buque en puerto', mientras
marítimo del vocablo es "el más generalizado en España, y la que en América es el término usual para si~car lo. q~e en la
Acad[emia)lo dio como único hasta que Román fue causa de que península se hace mediante el vocablo 'estanCia, es dec1r, perma-
se rectificara parcialmente esta definición. Román se fundaba en nencia durante cierto tiempo en un lugar determinado'. En este
el uso americano, que ha generalizado balde a cualquier clase de cambio influyó, sin duda, la especialización que en buena parte de
cubo", pero en seguida añaden que "lo mismo ocurre en Asturias América adquirió la voz 'estancia': 'hacienda, finca'.
[... ], en Galicia, Portugal, Canarias, el Alto Aragón [... ] y en
Andalucía". De acuerdo con sus investigaciones, el vocablo "es un fletar. Del sentido original de 'alquilar un buque' .se pasó al de
préstamo del gallego-portugués (de donde su empleo, sobre todo •contratar cualquier tipo de transporte'; del sustantlvo correspon-
náutico y marítimo). Allí no es un utensilio de fabricación diente, dicen Corominas y Pascual que en "el castellano de
moderna, sino de factura tradicional y empleo universal y aun América generalizó flete su significado en el de 'pago de cualqmer
rústico, no sólo marítimo". De modo que en la acepción dada medio de transporte', de acuerdo con la tendencia continent~l a
como americana se trataría otra vez de la conservación de un
dialectalismo.

botar. "Significó antiguamente 'lanzar, arrojar, tirar', con aplicación


.
extender los términos marinos al uso terrestre". En algunos pruses
americanos flete pasó a designar el caballo mismo con que se
'
practicaba el transporte, y luego todo caballo .

a cualquier objeto [... ], extensión semántica hoy conservada casi en guindar. La significación general de 'subir algo .a lo alto' ~iene del
toda América [... ] y en las hablas leonesas y gallegoportnguesas lenguaje de los marinos, para qmenes el verbo s¡gnif¡cab~ levantar
[... ]. En el resto de España el vocablo alcanzó menor vitalidad y algo por medio de guindastes o poleas'. De este significado
pronto tendió a tomar el matiz de 'arrojar con violencia' [... ),y a surgieron fácilmente otros: 'colgar', 'descolgar' y 'ahorcar', que se
especializarse en empleos especiales, como 'echar al agua un barco' encuetran tanto en América como en Astunas.
[1535) [... ). En América es uno de los tantos occidentalismos
hispánicos" (Corominas y Pascual, s. v. ). Estamos, como se mazamorra. Término náutico que designaba la 'comida hecha a
desprende de lo dicho, ante el caso de mantenimiento en América base de migajas de galleta destinada a la tripulación de un barco',
de un antiguo significado que se hizo dialectal en la Península.

" Para la etimología y el movimiento semántico del étimo a los derivados,


chinchorro. Es, en su origen, término marino con que se designa un
tipo de red para pescar y una especie de bote pequeño; en ver Corominas y Pascual s. v. 'chinche'.
América pasó a designar principalmente un tipo de hamaca, lo cual 20 Ver Morínigo 1993, s. v. 'flete'.

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Biografia de una lengua Enrique Obediente Sosa
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término que "se popularizó y generalizó en América: F[ernánde ]z lenguaje de los marinos: 'dilección que se toma para encaminarse
de Oviedo emplea maqamorra por lo menos cuatro veces a un lugar, especialmente tratándose de buques'; con este sentido
aplicándolo a unas puches de maíz, a una pasta de cacao o a una se popularizó tempranamente, reflejo de lo cual es "el empleo, hoy
especie de gachas preparada con leche de coco" (Corominas y general en tierras de América, para 'dilección' en general, en viajes
Pascual, s. v. ). Hoy designa en América diversos platos que tienen o meros paseos por tierra'' (Corominas y Pascual, s. v. ).
en común el ser hechos de maíz, y en sentido traslaticio, 'mezco-
lanza, confusión'. sucucho. De voz náutica con la significación de 'rincón estrecho
que queda en las partes más cerradas de las ligazones de un
rancho. Quienes consideran que esta palabra es un marinerismo buque', se hizo general en América con la acepción de 'rincón,
parten de la acepción 'lugar de la embarcación donde se aloja a la chiribitil', acepciones también registradas en Andalucía (Cádiz) y
marinería'; la cuestión, sin embargo, no es simple, pues habría que Galicia.
preguntarse si fue esa la significación primera del término, o si, por
el contrario, es una ampliación de la originaL Corominas y Pascual zafar. En castellano ha sido término náutico con el sentido de
(s. v.) afirman que el término significó en un principio 'alojamien- 'desembarazar la nave de cosas innecesarias'. Pero ya existía desde
to'; "en los SS. XVI y XVII rancho era palabra bien conocida en antiguo en gallego (s. XIII) con el sentido de 'irse', de ahí pasó
todos los países donde se ha hablado cast., designando toda clase luego a aplicarse a la nave que era desencallada. Estas significacio-
de viviendas provisionales o simplemente lugares donde se alojaban nes han permitido el empleo más amplio que el verbo tiene en
o acomodaban, con carácter más o menos pasajero, toda clase de América, donde, como intransitivo, transitivo o pronominal
gente nómada o viajera: soldados, indios, marinos, pescadores, (zafarse), ha adquiridido los valores de 'liberar', 'desatar', 'escapar'
gitanos, pastores y vagabundos. Era sobre todo una palabra de e incluso el de 'descoyuntar un hueso'. Como se ve, el uso
soldados, y éstos la aplicaron a las chozas y guaridas de los indios americano de este verbo refleja tanto innovación como conserva-
americanos, de donde quedó luego como nombre de vivienda ción de acepciones dialectales antiguas21 •
pobre y rural de los habitantes de América, aun los criollos. [... ] al
uso americano contribuirían los marinos [... ] pero fue sobre todo
a los soldados conquistadores del Nuevo Mundo a quienes cupo la 3.6. Amerindismos
mayor parte en la difusión y arraigo de este vocablo en América,
que es donde hoy conserva mayor vitalidad [... ] con algunas Nadie puede negar que el español americano tiene
variantes de sentido". Frago Gracia (1999, pág. 288) señala que de elementos procedentes de las lenguas indígenas; como era de
"procedencia meridional es rancho 'finca de campo, estancia"'. esperarse, las lenguas aborígenes americanas debían necesariamen-
te dejar su huella en el español trasplantado al Nuevo Mundo,
rnmbo. Designó primitivamente cada uno de los 32 espacios en que como ocurre siempre en situaciones de lenguas en contacto. Lo
se divide la rosa de los vientos y en que se considera repartido el
horizonte; era, por tanto, un término cosmográfico; pero pronto
predominó la acepción derivada una vez que el vocablo pasó al
n Para detalles sobre la etimología, ver Corominas y Pascual, s. v.

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Bíografía de una lengua


Enrique Obediente Sosa

que hay que revisar, sin embargo, es el grado y difusión de los 2•) Por el otro, los que están presentes en el habla porque
mismos. No nos referimos aquí a los elementos amerindios la realidad lingúística lo propicia, es decir, el bilingüismo existente
específicamente léxicos, que pasaron al español general, y' de éste' en ciertos espacios americanos donde alguna lengua aborigen está
a otras lenguas europeas, por la necesidad de nombrar las nuevas aún en uso. En este caso no sólo pasan vocablos sino incluso
realidades que América le ofrecía al mundo22, sobre lo cual precisa elementos morfológicos; por ejemplo, en las regiones de habla
Lope Blanch (1992, pág. 330) lo siguiente: quichua aparece el morfema posesivo {-i} de esta lengua en voces
españolas, quizás con valor expresivo: naranjitay 'mi naranjita'; en
La mayor y más importante -en cuanto generalizada dentro de
el área del guaraní encontramos el morfema de plural {-kuera}
la lengua española general- contnbución léxica de las lenguas
reemplazando al español {-(e)s}: amigokuera 'amigos', pero en
indoamericanas al enriquecimiento de la española la
proporcionaron las lenguas de las Antillas, tahíno, arahuaco y
ambos casos el fenómeno queda restringido al habla informal,
caribe, por haber sido las primeras que entraron en contacto con familiar. Por eso dice Lope Blanch (1992, pág. 330) que "el edificio
la lengua castellana. Esos antillanismos quedaron integrados, gramatical de la lengua española -su estructura morfosintáctica y
desde antiguo, al vocabulario hispánico general, de manera que aun la fonológica- se mantiene firme y compacto, sin que la
no contribuyen a caracterizar al español americano frente al influencia de los idiomas amerindios haya penetrado apenas en él".
europeo.
Otros elementos que han sido considerados como herencia
Nos referimos, entonces, a aquellos otros que sólo se dan de las lenguas indigenas son la entonación y el ritmo del español
en el español de determinados territorios americanos y que americano. No han faltado, ciertamente, quienes afirmen que tales
proceden de alguna de las lenguas autóctonas. Respecto a estos elementos prosódicos de las hablas hispanoamericanas, distintos
elementos hay que hacer la siguiente distinción: según las diversas regiones y bien diferentes de lo que se encuentra
en la Península, sean de origen prehispánico, opinión esta no
1•) Por un lado, aquéllos que forman parte del léxico aceptada por todos los investigadores. Los estudios realizados hasta
español de un determinado territorio por responder a referentes el momento no han sido concluyentes. Una cosa, sin embargo, es
(naturales o culturales) más o menos únicos o particulares a él, y cierta: en cuanto a entonación y ritmo, algunos hispanoamericanos
que desde antiguo están en uso a pesar de la desaparición de la (particularmente de la zona del Caribe) pueden eventualmente ser
lengua indígena de que proceden. Nótese, no obstante, que, de tomados por canarios pero nunca por peninsulares, pues no hay en
manera general, estos indigenismos léxicos no son numerosos en las hablas españolas europeas nada semejante a ninguno de los
ningún territorio hispanoamericano, aunque la frecuencia de uso
de algunos de ellos sí puede ser muy elevada23 •
llegan a 200 las voces que se conocen y usan en el habla urbana, con un
22
índice de aparición de apenas el 0,09%, y el de Zaída Pérez para Venezuela
Ver el punto 2.2. d) del capitolo La España Imperial. (Presencia indfgena en el español de Venezuela, Tesis doctoral, Universidad
23
Central de Venezuela, Caracas, 1996), donde de un corpus de 180 palabras
Véanse, por ejemplo, el estudio de Lope Blanch para México (Léxico de origen indigena sólo 12 fueron reconocidas por más del 50% de los
indfgena en el español de México, El Colegio de México, 1979), donde no informantes.

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Biografía de una lengua Enrique Obediente Sosa

dejos o tonillos propios de América. africanas, como: a) la no inversión del sujeto en las frases
interrogativas ('¿Qué tú quieres?'); b) la doble negación ('yo no
quiero no'); e) construcciones del tipo 'hijo macho'/'hija hembra'.
3. 7. Africanismos
Aunque no se descarta la posibilidad de influencia africana en
algunos de estos casos de orden gramatical, es de todo punto
El español americano está teñido de africanismos, sobre inexacto considerarlos todos como resultado de tal influencia, y
todo en los territorios donde la población negra o mulata fue o es mucho menos aún los de tipo fonético de acuerdo con lo que ya
aún importante: Antillas, litoral continental del Caribe, costa del hemos tenido la ocasión de examinar26•
Pacífico desde Panamá hasta Perú, región de La Plata24 • Pero esa
huella africana no tiene ni la profundidad ni la extensión que Al parecer, no se ha tomado suficientemente en considera-
algunos han querido ver, particularmente los criollistas25 , muchos ción el que
de los cuales han atribuido a influencia africana ciertos rasgos
fonéticos y gramaticales del español de América que otros estudios los africanos llegados a América hablaban multitud de lenguas,
han encontrado en testimonios hispánicos anteriores al momento de modo que nunca constituyeron un sustrato, una fuerza
en que se produjo el contacto del español con el elemento negro, lingüística núnimamente uniforme, lo cual sin duda limitó mucho
e incluso en zonas en las que tal contacto nunca se dio. su posibilidad de interferir en la lengua dominante (Frago Gracia
1999, pág. 195).
Se han dado como rasgos fonético-fonológicos producto de
la influencia de las lenguas africanas, entre otros, los siguientes: a) Aduce este investigador como prueba de ese "panorama
el paso de /j/ y /lf/ a /JI/ (llamar > ñamar, chato > ñato); b) la babélico" varias citas del P. Sandoval (ss. XVI-XVII), de las cuales
confusión de /-V y /-r/; e) el debilitamiento de /-s/. Y de carácter sólo retenemos la última: •pues nos consta que en un navío donde
gramatical, algunos que serían calcos lingüísticos de lenguas vienen más de seiscientos negros de tan variadas y diversas castas
como hemos dicho, y que no se entienden si no es cuál y cuál los
unos con los otros», ante lo cual se pregunta Frago Gracia (1999,
24
De esta región desapareció prácticamente la población negra debido, pág. 196):
principalmente, a su liquidación como consecuencia de ponerla expresamente
como carne de cañón en las guerras de independencia, a la venta de negros ¿Era fácil, así, que las lenguas africanas de los esclavos influyeran
al· Brasil antes de que allí se suprimiera la esclavitud, y a matanzas notablemente en la de sus dueños? Muchas lenguas de los
planificadas para deshacerse de este componente poblacional. La historia dominados frente a solo una de los dominadores, aquéllos
señala que en un momento del período colonial, 40% de la población de incapaces de comunicarse en sus respectivos idiomas nativos y el
Buenos Aires era negra. español como único medio de aglutinar idiomáticamente a todos,
25
De las hablas criollas de base española -como la de San Basilio de
Palenque en el norte de Colombia- no hablaremos aquí por no ser,
estrictamente hablando, modalidades de la lengua española. Para aquéllas y 2
' Para más rasgos fonéticos de supuesta influencia africana, ver el resumen
las hablas semicriollas, ver Perl y Schwegler (eds.) 1998. que trae Lipski 1994, págs. 144-147.

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Biogi-afía de una lengua Enrique Obediente Sosa
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españoles y criollos con indios y negros, mestizos y mulatos [... ]. procedentes de lenguas del continente negro se desconoce su
Evidentemente, superficial penetración es la que pudieron obrar etimología. No pocos autores han dado como africanismos no sólo
aquellos idiomas africanos en el de los conquistadores [... ]. términos de los cuales se ignora la lengua origínaria sino aun otros
[...] que son de probada raíz hispánica, tales como burundanga,
[...] Efectivamente, las lenguas africanas limitada acción
mondongo, tángana y probablemente bululú, palabra que, al
ejercieron sobre el español, fuera de los enclaves donde el
cimarronaje redundara en hablas auténticamente mezcladas o
parecer, es de origen expresivo. Compulsando diversos trabajos y
criollas, y ello en casos en que el palenque o cumbe probable- diccionarios podemos actualmente afirmar que son ciertamente
mente sería lugar de predominio de un grupo africano sobre afronegrismos las palabras que siguen'':
otros minoritarios.
banana, bemba, bongo, cachimba, -o-cacimba, cumbé, macaco,
En cuanto a africanismos léxicos, algunos de ellos fueron mambo, mandinga, marimba, ñame, quilombo, quimbombó (o
introducidos en la lengua no por los esclavos sino por los propios quingombó) y zombi.
españoles, como es el caso de ñame, banana, guineo, malagueta. No
olvidemos que ya antes de la colonización americana y mucho De las siguientes, sólo puede decirse que muy probablemente lo
antes que se diera la trata de esclavos en América (s. XVI), sean: funche, guarapo, malanga, mucama, ñangotarse y samba.
España había entrado en contacto con el africano subsahariano, no
sólo por las correrías mercantiles a lo largo de la costa occidental Podemos concluir este apartado de los africanismos con las
de África sino por la misma entrada de negros (desde el siglo XV) siguientes bien ponderadas palabras de Lipski (1994, pág. 152):
en suelo español, via Portugal, los cuales alcanzarían a formar
[fodo indica] que ninguna innovación importante en la
grandes concentraciones en Sevilla, Cádiz, Huelva e incluso pronunciación, la morfología o la sintaxis del español de América
Valencia. Esta presencia africana sirvió para que la sociedad se _debe exclusivamente a la presencia de hablantes de lenguas
española conociera elementos propios de ese continente. Es africanas o a alguna forma de lengua afro-hispánica, criolla o de
entonces de este modo como los españoles, y más particularmente otro tipo. El español colonial contenía ya las semillas de la
los andaluces y canarios, conocen ciertos frutos de la tierra que reducción consonántica, la nasalización vocálica, las preguntas sin
introducirían luego, con sus nombres autóctonos, no sólo en inversión, la anteposición de los sujetos de los infinitivos, la
España sino también en América. Ciertamente, en sú arraigo y conservación de los pronombres sujeto explícitos, etc. En zonas
difusión pudo haber intervenido la población de origen africano donde grandes cantidades de africanos hablaban de forma
que habría de asentarse en tierras americanas. distinta a los colonos blancos, la contribución africana se limitó
a reforzar procesos ya en marcha y a llevarlos a su conclusión
lógica. Esto no significa negar la indudable influencia africana en
El léxico de origen africano se encuentra, por lo demás,
mal estudiado27 ; de la mayoría de vocablos supuestamente
28
Nos limitamos a algunos vocablos (todos registrados en el DRAE, excepto
mambo) que son más o menos usuales, o por lo menos bien conocidos, en el
27
Ver Lipski 1994, pág. 143. español de América, menos, quizá, en el español de España.

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Biografía de una lengua Enrique Obediente Sosa

gran parte del español de América; solamente es una llamada de 4. ¿EL ESPAÑOL DE AMÉRICA O EL ESPAÑOL EN AMÉRI·
atención sobre la costumbre de atribuir orígenes africanos a CA?
fenómenos que con toda probabilidad existían ya en el español
peninsular e hispanoamericano.29
Ya adelantamos, cuando tratamos del andalucismo del
español americano, que actuahnente los investigadores, partiendo
del hecho de la heterogeneidad (relativa) de la lengua en el
* * * conjunto de las naciones hispanoamericanas, están de acuerdo en
que no existe un español de América sino múltiples variedades de
español en América. El uso de una u otra preposición ha sido
Todo Jo que llevamos examinado nos lleva a la necesidad
objeto de polémica desde hace algunos años, pues, como veremos,
de profundizar un poco sobre lo que se esconde (o se hace permite distintas interpretaciones.
patente) en la expresión español de América.
Ya en los años cuarenta, González de la Calle se hacia la
siguiente reflexión:

muy pronto el castellano hablado en América mereció ser


considerado [... ] como el castellano de América, el castellano
americano [...]. El castellano de América, en medio de sus
obligadas diversidades y de sus múltiples matices, es indudable-
29
mente tal: castellano de América [...]. Castellano en América y
Comentando esta cita de Lipski, dice Frago Gracia (1999, al final de la castellano de América; es decir, idioma localizado y enraizado en
nota 137, pág. 192): "(pero no se trata de probabilidad, sino de seguridad)", un continente y convertido en carne y sangre de ese mismo
y le reprocha a Lipski el "no negar <la indudable influencia africana en gran continente? 0
parte del español de América»". Aunque, como ya vimos, tal influencia es
magrísima, no podemos objetivamente negarla, al menos en el léxico, así sea
mínima, prueba de lo cnal los dos datos siguientes: "El examen de las
Moreno de Alba (1993, págs. 13-14) es de la opinión que
primeras doce horas de grabación para el estudio de la norma culta de La debiera preferirse la preposición en porque "lingüísticamente
Habana reveló la presencia de cuatro afronegrismos: conga, 11Uljá, 11Ullanga hablando, no hay una entidad americana que pueda oponerse,
y ñame, lo que constituye tan solo el 0,01 por 100 del total de palabras de como un todo, a otra totalidad (el español europeo)". Más explícito
estos textos. [... ]. Aun trabajando con nómina pasiva, con el vocabulario que resulta Orlando Alba (1992, pág. 63) cuando sostiene que hablar
se reconoce aunque no se usa, solo se consiguieron 34. [ ... ]. En Puerto Rico de 'español de América' frente a 'español de España', supone
se hicieron estudios de vitalidad a partir de una nómina de 131 afronegrismos
[... ].La norma activa está constituida solo por el26,7 por 100; el restante
73,2 por 100 recoge el vocabulario que está en proceso hacia la mortandad
30
o que ya ha llegado a la etapa final" (López Morales 1998, págs. 100-101). "Orientaciones doctrinales para la investigación lingüística y filológica del
Como se ve, los afronegrismos léxicos, de mayor vitalidad en otros tiempos, castellano en América", en Universidad Nacional de Colombia, 1 (1944),
aún no han desaparecido del todo, algo queda todavía. págs. 42 y 59, citado por Moreno de Alba 1993, pág. 14.

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Biografía de una lengua Enrique Obedíente Sosa

la existencia de dos realidades o entidades lingüísticas unitarias, estructuras menores. [... ] la lengua española sigue siendo el
susceptibles de ser clasificadas o encasilladas dentro de categorías sistema lingüístico de comunicación común a veinte naciones, no
homogéneas. Implican [tales designaciones], de hecho, un grado obstante las particulares diferencias -léxicas, fonéticas y, en
elevado de generalización que simplifica exageradamente la menor grado, morfosintácticas- que esmaltan el uso en unas y
variada realidad lingüística del extenso mundo hispanohablante. otras. Diferencias que -repito una vez más- se producen entre
[... ].Lo que se suele llamar «español de América» es un conjunto todos esos veinte países, sin permitimos establecer dos grandes
de dialectos, un suprasistema o diasistema, es decir, una modalidades bien diferenciadas -española y americana- por
abstracción irrealizable en sí misma ya que no es un «modo de cuanto que, además, existe mayor afinidad entre algunas
hablar)) único. modalidades americanas y españolas que entre ciertas
modalidades hispanoamericanas entre sí.
Joaquín Montes, por el contrario, no acepta sino la
expresión 'español de América' porque, a su juicio, Esa unidad esencial entre el español americano y el
europeo ha sido una constante; ya lo había señalado en 1606
el uso de en [... ] parece envolver una concepción del español Bernardo de Aldrete en su obra Del origen y principio de la lengua
americano como algo ajeno, importado y no creado (o cocreado) castellana o romance que oi se usa en España:
por los americanos en su uso diario a lo largo de cinco sigloi1 .
La lengua de España, i de partes tan remotas, como éstas [Orán,
A esta objeción responde Moreno de Alba (1993, págs. 13- Melilla, La Gomera, las cíudades de México y el Perú, y las
14) diciendo que "ciertamente parece convincente esa opinión, Filipinas] todas es vna; los que van destos re:inos a aquellos no
pues no puede uno sino estar de acuerdo en que español de hallan lengua diuersa, algunos vocablos, i dialectos diferentes,
América, como español de México o español de España, son como los ai en Cordoua, Seuilla, Granada, i en cada ciudad,
entidades históricas identificables", pero, aunque el español aldea, pero la lengua vna.
americano tiene su propia fisonomía, no es menos cierto que
mantiene "su unidad esencial con el europeo". Lo cual ya había Por nuestra parte, estamos de acuerdo en seguir hablando
sido señalado por Lope Blanch (1982, pág. 76), pues las investiga- del 'español de América' si de tiene un valor espacial: con ello se
ciones (por si alguna duda quedara) han demostrado que las estaría significando una modalidad geográfica del idioma español;
estructuras mayores son las mismas en las hablas urbanas de si, por el contrario, de tiene un valor privativo o exclusivo, no
Hispanoamérica y de España: podemos aceptarlo, porque sólo hay un español, una lengua
española, con tantas variedades o dialectos como regiones y grupos
La estructura fundamental de la lengua española es la misma en sociales hispanohablantes. Por ello consideramos preferible el
todas partes; difieren sólo sus elementos secundarios o sus empleo de la preposición en para referirnos no sólo al español
americano sino a todas las variedades de español, las habladas en
Castilla, en Andalucía, en Guinea, en Venezuela, en Paraguay, etc.
31
"Breve noticia sobre la investigación lingüística en la Cuba de hoy",
Thesaurns, Boletín del Instituto Caro y Cuervo, XLN, 1989, pág. 644.
Citado por Moreno de Alba 1993, pág. 13.

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Biografia de una lengua
Enrique Obediente Sosa

Esto es más necesario hoy en día cuanto que, gracias a las por algunos autores tratando de delimitar áreas dialectales", pero
investigaciones realizadas en los últimos años, se ha podído todos los intentos de división realizados hasta ahora han resultado
comprobar que la casi totalidad de los rasgos considerados antes insatisfactorios, bien por los parámetros escogidos, bien por la
como propios, exclusivos u oriundos de la lengua empleada en escasez de trabajos monográficos macro y microrregionales que
América no son tales, pues han sido detectados en España en den cuenta del habla de todo el continente, lo cual ha impedido
documentos que datan de antes de la colonización americana, trazar isoglosas que reflejen de manera confiable la real situación
rasgos que no llegaron a formar parte de lo que habría de ser la dialectal de América.
norma centro-norteña peninsular moderna, bien porque cayeron
allí en desuso, bien por tratarse de dialectalismos que no calaron Quisiéramos para concluir este apartado retomar las
en aquélla; piénsese, por ejemplo, en el yeísmo: Amado Alonso lo nociones de sustrato, adstrato y superestrato aplicadas esta vez a la
creía anterior en América que en España (1967a, pág. 12), cuando historia del español comprendida su expansión americana. En esta
hoy sabemos que no es así. Por ello suscribimos la afirmación de óptica, el sustrato estaría constituido, también, por aquellos
Lapesa (1980, pág. 569) según la cual para todos los fenómenos elementos de lenguas autóctonas desaparecidas que dejaron huellas
lingüísticos que se dan en el español de América existen "preceden- en el español general, por ejemplo, las palabras procedentes del
tes en el Medíodía peninsular, algunos de los cuales remontan a taíno que se hablaba en las Antillas, como ajf, barbacoa, batata,
los siglos X y XII", pero -agregamos nosotros- hay otros hechos bohío, cacique, canoa, enagua, guayaba, hamaca, huracán, maíz,
cuyos precedentes están en el norte de España, como ya hemos manf, sabana, etc. El adstrato lo formarían los elementos
tenido ocasión de ver32 • Lo auténticamente americano estaría, en procedentes de una lengua aún viva introducidos a consecuencia de
consecuencia, prácticamente restringido a los aportes amerindios una situación geográfica o social particular; es el caso, por ejemplo,
y, en mucho menor medida, afroamericanos. Con esto no del morfema español {-eco, -a} de origen náhuatl. El superes trato,
queremos decir, sin embargo, que América no haya producido en fin, lo constituirían los elementos africanos que entraron al
innovaciones en la lengua o que carezca de originalidad (de lo cual español con la llegada de los esclavos negros; sus lenguas desapare-
hablaremos en el punto siguiente), pero sí resaltar que, considera- cieron no sin antes dejar huellas (mínimas, como ya sabemos) en
da globalmente, la estructura general y fundamental del español la nuestra; valgan como ejemplos las palabras banana, mambo,
americano es la misma que la del español del otro lado del quilombo, etc.
Atlántico.

Frente a la esencial unidad de la lengua española está, ya


lo hemos dicho, su innegable diversidad, manifiesta entre una y
otra orilla del Océano y entre las distintas regiones americanas.
Esta diversidad del español americano ha querido ser evidenciada

32
Para la historia del español americano, ver Frago Gracia 1999, libro de 33
Para una visión amplia y crítica del tema, ver Orlando Alba 1992; Moreno
indispensable lectura. de Alba 1993, págs. 117-140; Moreno Fernández (ed.) 1993.

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Biografia de una lengua Enf'ique Obediente Sosa
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5. CARACTERÍSTICAS GENERALES DEL ESPAÑOL EN 5.1. Fonología
AMÉRICA34
Siendo, en líneas generales, el castellano meridional la
Pretender exponer las características generales del español modalidad española implantada en América, se deduce que buena
americano es casi una temeridad, e incluso una contradicción, si parte de los rasgos de la lengua hablada en este continente los
recordamos lo dicho sobre la diversidad de la lengua. Pero como tenga en común con aquella modalidad. Lo primero, pues, que hay
no es menos cierto que hay una serie de elementos que le dan una que señalar es que toda América es zona de seseo; es decir, el
relativa homogeneidad respecto a otras modalidades del español, sistema consonántico hispanoamericano carece del fonema
es por lo que nos atrevemos a dar una visión sucinta, general y interdental /9/, lo cual constituye la única diferencia fonemática de
ciertamente simplificada de los rasgos más sobresalientes que le carácter general existente entre el español americano y la norma
imprimen ese color particular a la lengua usual de los americanos. castellana; las otras diferencias son de carácter más localizado o de
No quisiéramos que el lector perdiera de vista lo expuesto sobre tipo fonético, entre las cuales señalamos las siguientes.
los rasgos definitorios del español en América, lo cual le perntitirá
apreciar en su justa dimensión en qué consiste lo característico,
la gran originalidad de esta modalidad: en la incorporación y 1) La mayoría de los dialectos americanos (al igual, por lo demás,
asimilación, al mismo tiempo, de una serie de elementos hispánicos que los españoles, como ya tuvimos ocasión de ver) son yeistas, o
que en España están dispersos en el tiempo o en los espacios sea, no tienen en su inventario consonántico el fonema lateral
dialectales; esa síntesis, en la que se hallan, por supuesto, palatal /Á/, confundiéndolo con el fricativo /j/, de modo que, por
aportaciones lingüísticas de otro origen; ~s lo que nos per.ntite ejemplo, calló y cayó son vocablos homófonos. La situación, no
afirmar, y no creemos exagerar, que Amenca es un compendio de obstante, no es tan simple como pudiera parecer dada la existencia
la dialectología hispánica. del llamado zeismo, a saber, la existencia en algunas áreas de un
segmento fricativo prepalatal, el cual puede ser sonoro ([3]),
ensordecido ([3]) o francamente sordo (ffi), dependiendo de las
localidades y de factores extra y sociolingüísticos, tales como clase
social, sexo, edad y registro de habla; este segmento prepalatal se
ha convertido en caracterizador, para el hablante común, del
34 La descripción que sigue sólo pretende dar una idea de conjunto de lo que
español rioplatense.
· es el español americano, conscientes como estamos de la imposibilidad de
presentarlo aquí en todos sus detalles, no sólo por todo lo ya dicho sino
De acuerdo con Zamora y Guitart (1982, págs. 92-93), se
también porque el objetivo primero de esta obra es de carácter histórico y no han atestiguado en América al menos las cuatro situaciones
tanto dialectológico propiamente dicho. Para más detalles remitimos al lector, siguientes:
de modo particuíar, a las siguíentes obras: César Hernández Alonso (coord.)
1992; Tomo LXXll (fascícuíos 3° y 4°, 1992) de la Revista de Filologfa -dialectos con /31 y /j/ en oposición fonológica, siendo el
Española, completamente dedicado al español de América; John Lipski 1994; primero de los términos equivalente funcional del fonema /Á/ de la
Mannel Alvar (dir.) 1996b; Humberto López Morales 1998.

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Biografía de una lengua Enrique Obediente Sosa


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norma castellana. Los hablantes de estos dialectos distinguen entre En posición final de sílaba (interna y de palabra),
ca/3ló 'calló' y ca/j/ó 'cayó'. -encontramos, como realizaciones de /-s/, los segmentos [-s], [-h] y
el cero fonético (elisión), dependiendo de las regiones y de factores
-dialectos con solo /31, el cual aparece en lugar tanto de /f./ sociolingüísticos más o menos complejos.
como de /j/, "con excepción de las palabras que empiezan con hie-
en la escritura", que tienen ü.J; así, 'calló' y 'cayó' se realizan ambas
ca[3]ó, pero 'hielo' se pronuncia [J.]elo, como en la norma 3) Aunque el español de América conserva, de manera general, la
castellana. oposición entre las dos vibrantes apicales (la simple /r/y la múltiple
Ir!), ocurre en él, sin embargo, un fenómeno fonético que se da en
-dialectos con un único segmento /31 como realización de no pocas regiones 35 , a saber, la presencia de lar asibilada ([f]).
las grafías <ll, y, hie->. Este elemento aparece como realización de /r/ (pe[f]o, [f]osa), de
/-r/ en posición final (ma[t]) y en los grupos <tr> y <dr>
-dialectos con /31 y /Á/, siendo el primero el equivalente (teat[f]o, pod[f]é); no realiza nunca, como se ve, el fonema
funcional de /j/; sus hablantes distinguen, pues, ca/3ló 'cayó' de vibrante simple en posición intervocálica, con lo cual queda
asegurada la oposición fonológica.
ca/f./ó 'calló'.
Otro hecho, aunque mucho menos extendido, es la
En cuanto al fonema /j/, presenta, según las regiones, articulación velar o uvular de la vibrante múltiple; si bien se ha
diversas realizaciones. En algunas se dan los alófonos fricativo [J.] encontrado en algunos puntos del Caribe hispanohablante, se
y africado [d.5] de la misma manera como en la norma castellana considera como peculiar de Puerto Rico, donde, no obstante, es
(ma[J.]o- cón[d.5]uge); en otras, tales alófonos son más variantes pronunciación variable relacionada con factores sociolingüísticos.
libres que variantes contextuales; en otras, finalmente, /j/ tiende
sistemáticamente a pronunciarse débilmente, como [j]: ma[j]o,
[j]egar 'llegar', [j]elo 'hielo'. 4) El fonema continuo posterior sordo lx/ se realiza en América
bien como una fricativa velar no estridente [x], bien como una
faríngea [h], bien como una glotal [h], más raramente como una
2) Aunque existen en América, al igual que en España, divers::s palatal [~](sonido este que, hasta donde sepamos, sólo se registra
realizaciones del fonema fricativo alveolar sordo /s/, las mas en Chile). Así, pues, el único fonema continuo posterior sordo del
generalizadas aquí (que no las únicas) son las no apicales, es decir, sistema presenta toda una gama de alófonos: unos orales (velar y
las de tipo predorsal, lo cual hace que el español americano suene, palatal), otros suborales (faríngeo y glotal), repartiéndose las
en líneas generales, menos siseante que el peninsular. En ciertas regiones según el predominio de unos u otros. Nótese, sin
zonas se registra el fenómeno denominado ceceo, que -como
sabemos- consiste en pronunciar el fonema /s/ con un timbre
similar al de [9], fenómeno, sin embargo, menos extendido que en 35
Incluso en Venezuela, a pesar del silencio al respecto en los tratados de
Andalucía. dialectología: ver nuestro trabajo de 1996.

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Biografía de una lengua Enrique Obediente Sosa

embargo, que es común el que en una misma región, e incluso en vocalismo breve y relajado de las tierras altas ([p"s]'pues', ["n'ton-
un mismo hablante, se den más de uno de los alófonos menciona- s<•lsj'entonces'), frente al estable y pleno de las tierras bajas", y 2)
dos. la alternancia de i-e y de u-o en territorios de adstrato quichua
y aimara (m[i]sa por 'mesa', ch[e]cas por 'chicas', c[u]lumpio por
'columpio', j[o]sticia por 'justicia'). En este último caso, sin
5) De acuerdo con el tratamiento de las consonantes posnucleares,
embargo, se trata de confusiones producidas por hablantes que
Zamora y Guitart (1982, págs. 157 y ss) distinguen dos grandes
tienen esas lenguas indigenas como lengua materna y no han
tipos de dialectos en español: los conservadores y los radicales,
adquirido plenamente todavía el españoL
según la menor o mayor distancia, respectivamente, entre lo
fonológico y lo fonético. Así, un dialecto en el que la pronuncia-
Últimamente se han hechos estudios experimentales que
ción de /'esto/ sea(' esto] será conservador (como el de Salamanca), han revelado fehacientemente que existen diferencias vocálicas
en tanto que uno en el que se pronuncie [' ehto] será considerado (fonéticas) entre hispanohablantes monolingúes, en lo que a grado
radical (como el de Cuba). Refiriéndose específicamente al Nuevo de abertura y localización se refiere, llegando incluso a proponerse
Mundo, dicen los autores que los dialectos radicales americanos se tal variabilidad como parámetro diferenciador de subáreas
caracterizan por dos fenómenos generales: dialectales, diferencias que constituyen, al menos en algunos
territorios, marcadores o indicadores de identidad regional".
-la posteriorización de obstruyentes y nasales en posición
posnuclear: los segmentos pertenecientes a esas clases se realizan
como velares o glotales, por ejemplo: a[g]mirar 'admirar', re[7]til 5.2. Morfosintaxis
'reptil', e[h]cuela 'escuela', a[h]tosa 'aftosa', ca[u]ció[.!J] 'canción',
etc. En este nivel podemos señalar los siguientes fenómenos.

-la neutralización fonética de las líquidas: /-l/ y /-r/ finales 1) Ausencia general en todo el continente de la segunda persona
se pronuncian con el mismo segmento fonético: a[l]te por 'arte' plural vosotros (y las formas verbales y pronominales correspon-
(lambdacismo), a[r]guno por 'alguno' (rotacismo), fenómeno cuya dientes), reemplazada, como en Andalucía, por ustedes, que funcio-
extensión y valoración social varía de uno a otro territorio. na como plural tanto de usted como de tú. El sistema pronominal
para la segunda persona es, pues, distinto del de la norma estándar
castellana (NEC):
6) En el español americano no hay diferencias en lo que respecta
al sistema fonológico vocálico. La variabilidad, que es de orden
fonético, es menos conspicua, al menos hasta donde se sabe,
porque aquí es necesario apuntar que el vocalismo americano ha 36
Ver Henríquez Ureña 1921 y Ángel Rosenblat 1967.
sido menos estudiado que el consonantismo; la literatura
37
dialectológica apenas si reporta dos hechos notables: 1) el Sobre esto, véanse, por ejemplo, Maria Vaquero 1996 y Enrique
Obediente et al. [en prensa].

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Biografía de una lengua Enrique Obediente Sosa

NEC América
pi. sg. pi.
El mantenimiento de esta forma de tratamiento se debe a
sg.
IÚ vosotros tú ustedes razones de tipo sociohistórico. Recordemos que vos, de forma de
usted ustedes usted ustedes tratamiento respetuoso que era, fue pasando a lo largo de los
siglos XVI y XVII a forma para dirigirse a inferiores, pero el
pronombre había llegado al Nuevo Mundo cuando aún conservaba
2) Mantenimiento, en muchas regiones, del pronombre personal para muchos su anterior valor. Ahora bien, en la sociedad
vos como forma de tratamiento informal. El uso de este tratamien- americana que estaba gestándose, los conquistadores y primeros
to no es, sin embargo, el mismo en todos los territorios voseantes, pobladores, que se sentían nobles por ser los pioneros de la
dependiendo de si en el habla coexiste con él o no el pronombre empresa americana, adoptaron las formas de cortesía y tratamiento
tú, en cuyo caso el empleo de vos está ligado a determinadas que se estilaba entre los miembros de la aristocracia española, y
situaciones de comunicación. ello con el fin de marcar su rango en el grupo humano donde
estaban insertos. Es el proceso de hidalguización del que habla
Las regiones de voseo no tienen, sin embargo, las otras Rosenblat (1973, pág. 371):
formas pronominales correspondientes (os y vuestro): Vos venís y te
[... ] ya en la misma hueste conquistadora, y aún más al
llevás tus libros. Aunque hay varias formas verbales que acompañan
constituirse la sociedad hispanoamericana, se produjo una
al pronombre vos según las regiones, las más difundidas son, para nivelación igualadora hacia arriba, una 'hidalguización' general.
cada una de las conjugaciones, -ás, -és, -ís: vos tomás, vos comés, La victoriosa empresa de la conquista hizo que todos se sintiesen
vos decís. En el imperativo sólo aparecen las formas sin -d final, señores, con derecho a títulos, y adoptasen como modelo los
usuales en España hasta el siglo XVII: tomá, comé, vení 38• usos, entre ellos los usos lingüísticos, de las capas superiores.

Pero, ¿,por qué existe el voseo en América? Consideramos Ello dio pie para que se establecieran rígidos comparti-
oportuno detenermos un poco en este punto para entender mejor mientos donde la movilidad social era nula. En este medio
el fenómeno. En capítulos anteriores ya tuvimos ocasión de conservador, las jerarquías estaban más claramente definidas que
examinar el origen y evolución del pronombre vos, forma que en la misma España: basta pensar en los innumerables grupos o
pervive en aproximadamente una tercera parte de la América estamentos sociales en que se repartían los individuos según el
hispanohablante. Su uso, considerado por algunos dialectólogos linaje, la prosapia y los mil matices del color de piel. Por ello echó
como un "arcaísmo", según anotamos en su lugar, es uno de los raíces tan fuertes el vos y vuestra merced, siendo el tú mucho
rasgos característicos del español americano, "aun cuando pueda menos usual, como se ve en las cartas privadas que los emigrados
observarse también su presencia en algún pueblo de Andalucía o a Indias escribieron a sus parientes residenciados en la metrópoli".
de otras regiones de España" (E. Rojas 1992, pág. 144).

38 Para una visión completa, histórica y sincrónica, del voseo, ver Páez
39
Urdaneta 1981. Ver la recopilación de cartas privadas hecha por Enrique Otte (1993).

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Biografia de una lengua Enrique Obediente Sosa

Pero llegó un momento en que la sociedad española cuanto a formas de tratamiento infonnal:
comenzó a experimentar cambios que se vieron reflejados en la
lengua, particularmente en las formas de tratamiento, y esas -regiones de uso exclusivo de tú
innovaciones sociolingüísticas cruzaron el Atlántico... Pero -regiones de uso predominante de vos
entonces, ¿por qué unas regiones americanas adoptaron los nuevos -regiones de uso compartido de tú y vos
usos españoles y otras no? La respuesta hay que buscarla, según -regiones de uso predominante de usted.
Lapesa (1992, pág. 276), en el -regiones de uso compartido de tú y ustecfú

mayor o menor influjo de las cortes virreinales de Méjico y Lima,


de las universidades y demás focos irradiadores de las 3) En América, contrariamente a lo que ocurre en España, el uso
modificaciones que la norma lingüística iba experimentando en de los sufijos de diminutivo {-illo, -e te, -ín} es prácticamente nulo;
España; también responden a la más temprana o más tardía formas como librillo, pobrete, pequeñfn suenan extrañas a los
e:q¡ancipación respecto de la metrópoli Unos y otros factores hispanoamericanos.
intervienen en una realidad tan significativamente sociocultural
como es la repartición geográfica de los tratamientos de
confianza. En las áreas donde ese influjo cultunil fue más 4) En la esfera del verbo hay que señalar que "tanto desde el
poderoso, o más duradera la dependencia de España, la antigua punto de vista de la frecuencia cuanto de la significación o sentidos
contienda entre tú cantas, tienes o dizes y vos cantás o cantáis,
que cada tiempo del paradigma verbal puede adquirir, se perciben
tenés o tenéis y dezís dirigidos a un solo interlocutor, se resolvió,
diferencias [en el español americano ]·en relación con el español
como en España, a favor de tú cantas, tienes y dices. Pero en las
zonas más alejadas de las cortes, como la América Central, que
peninsular" (Moreno de Alba 1993, pág. 182). Lo más notable al
nunca fue virreinato, el Río de la Plata, que no llegó a serlo respecto es lo siguiente:
hasta 1777, y los Llanos de Colombia y Venezuela, triunfó un
sistema mixto, a la vez arcaizante y renovador, con formas a) la preferencia del español americano por la perífrasis de
pronominales correspondientes a tú y a vos, distribuidas según futuro ir a + infinitivo en detrimento de la forma sintética en -ré41 ;
sus funciones, y con formas verbales desusadas en España desde
los siglos XVI y XVII o que la evolución fonética o la analogía b) el distinto valor tempo-aspectual del pretérito simple y
había hecho ambivalentes (vos cantás, vos tenés, vos sos, vos te del compuesto en una y otra modalidad. El pretérito simple tiene
guardás tu plata; vení, poné, tomá; vos estás, vos das, vos vas, vos carácter perfectivo aunque la enunciación incluya el momento
eras, vos fuistes, vos venías, vos quisieras, etc.) con vacilaciones o
diversas preferencias entre vos tengas y vos tengás, vos querrás y
vos querrés, sin que falten en algunas zonas vos cantáis, tenéis o
tenís. 40
Sobre esta alternancia en el español de Venezuela, ver Álvarez y Barros
[en prensa].
Todo lo que llevamos dicho explica, en buena medida, el
que hoy se distingan en América cinco situaciones distintas en 41
Es tendencia también en el castellano septentrional según vimos en 2. 7)
del capítulo El español en España.

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Biografía de una lengua Enrique Obediente Sosa

prese?-te ('Ya llegué'); el compuesto, por su parte, expresa acciones 5.3. Léxico
durativas que, aunque iniciadas en el pasado, se continúan en el
pres~nte ('Estos último~ meses ha llovido mucho'); es, pues, en el El léxico es, sin duda, el componente más "superficial" y
espa~ol an:enca~o, un Imperfecto. Esta es la razón por la que el móvil de toda lengua, en el que se refleja la manera como una
pretento Slffiple aparece dominantemente en los casos donde el comunidad aprehende y ordena la realidad; ello explica el que sea
español general de la Pemnsula prefiere el compuesto: «Buenos en este componente donde encontremos las mayores diferencias
días. ¿Cómo pasó la noche?»" (Lapesa 1980, págs. 587-588) 42 • entre el español americano y el de España, porque el mundo
hispanoamericano no es idéntico al europeo. Pero esas diferencias
no deben ocultarnos el hecho fundamental y primario de que, en
5) En cuanto a la sintaxis, lo más notorio en el español hablado y esencia, el vocabulario en una y otra modalidad de la lengua es el
escrito.enAn:érica quizá sea la ilógica pluralización del pronombre mismo; no nos cansaremos de insistir en ello: se trata de la misma
lo (ob¡eto directo) cuando va acompañado de un se (objeto y única lengua, salpicada, sí, de particularidades en cada uno de los
mdirecto plural): 'se l?s dije' por 'se lo dije', construcción que se díversos países, regiones y comarcas donde se piensa, se habla y se
explica por la necesidad que siente el hablante de llevar a escribe en español; en todos esos territorios hay una' visión general
superficie una marca de plural (ausente en el pronombre se) que del mundo' igual, producto de ese "filtro" que constituye toda
de¡e patente que el objeto indirecto está constituido por varias lengua.
personas. Otro hecho notorio es la anteposición del posesivo en
construcciones vocativas ('¡Ven acá, mi niño!'), la del pronombre Las diferencias en el léxico vienen dadas por todos aquellos
sujeto en las oraciones interrogativas ('¿Y qué tú opinas?', '¿Por elementos que ya tuvimos ocasión de analizar, a saber, regionalis-
mos peninsulares e isleños, "arcaísmos", marinerismos, amerindis-
qué vos decís que fui yo?') y la del pronombre sujeto de infinitivo
mos y africanismos, y sobre los cuales no vamos a volver, el
('Dámelo para yo hacerlo', 'a un mes de ella irse') 43 • conjunto de los cuales pudiéramos etiquetar con el rótulo de
americanismos léxicos. Pero este concepto no es tan evidente como
pudiera creerse en un primer momento; efectivamente, diversas
42
Para otros fenómenos menos generales, o de los cuales no pueda afirmarse concepciones hay de lo que constituye un americanismo.
aún que difieren con respecto al uso en España (por ejemplo, la preferencia Esencialmente encontramos entre los especialistas dos visiones
de la forma en -ra sobre la forma en -se del pretérito de subjuntivo), ver
Moreno de Alba 1993, págs. 182-189 y la bibliografía que cita.
¡.' respecto a lo que debe ser considerado como tal:

f_
43
Para más fenómenos de orden sintáctico, ver Kany 1969; téngase, sin
a) La primera, basada en un criterio etimológico o
embargo, en cuenta que ciertas construcciones recogidas por Kany no son ni
propias ni exclusivas de la modalidad americana de la lengua, al menos no
históriCo, afirma que son americanismos los términos nacidos en
lo son hoy, como, por ejemplo, la pluralización de /u;¡/Jer impersonal ('habían An:érica. Esto llevaría a identificar americanismo con indigenismo,
muchas personas'), o la inversión de las expresiones nada más, nunca más, pero, ¿pueden considerarse reahnente americanism(JS -preguntan
que en buena parte de América, así como en Andalucía y Canarias, son más los oponentes- vocablos que son comunes a todos los hispanoha-
nada, más nunca.

446 447
Enrique Obediente Sosa
blantes, vocablos que forman parte del acervo léxico general, corr~o
tomate, chocolate, canoa, etc.? Dejando de lado lo de los americanismos, señalemos, para
terminar esta brevísima relación, algo que es mdrscutrble en lo que
b) La segunda es la que toma como criterio el uso general al uso del vocabulario respecta: América, frente a España,
actual. Según esto, son americanismos las voces que en América manifiesta cierta preferencia por determinados términos. En efecto,
tienen distinta o nueva acepción, indiferentemente de su origen, mientras la lengua usual en la Península designa con un vocablo tal
¡
como estancia, lagarto, coger, concha, etc. El problema que se 0 cual cosa o acción, el español amen_ca~o preflere en ~gunos
plantea con este criterio es que si se consideran americanismos las casos otro para los mismos referentes; asi, termmos cuasismonllllos
palabras que se usan en toda América y son totalmente inusuales 1 de la lengua son perfectos sinónimos (referenciales y funciOnales)
en España, muy probablemente no encontremos ninguna; hay, al comparar entre sí ambas modalidades lingüístlcas. Son qemplos
ciertamente, términos conocidos en toda Hispanoamérica pero que 1¡ • • - 45
de ello los siguientes :
también lo son aunque sea en algunas partes de España; de igual
manera que hay otros que sólo son usuales en ciertas regiones o
r América España
países de América. f
almuerzo comida
apartamento plSO
Otros especialistas, más eclécticos, piensan que deben ser 1 apurarse apresurarse, darse prisa
¡
considerados americanismoSias voces de uno y otro grupo, pero bravo 1 enojado enfadado
-nos preguntamos- ¿los 'regionalismos americanos' (voces de 1 carro* coche
reducida difusión espacial) son también 'americanismos '? Como se !
¡
cachete mejilla
ve, no es fácil zanjar la cuestión, razón que ha llevado a ciertos ' chequera talonario de cheques
lexicógrafos a proponer que en lugar de diccionarios de cocinar cocer
americanismos y de otros -ismos (mexicanismos, venezolanismos, 1 comida cena
conserje portero
etc.), se elaboren diccionarios generales que registren, en lo
demorarse tardar
posible, todo el vocabulario usual de un determinado país, sea cual desempleado parado
sea el origen de cada palabra y su difusión en el mundo hispanoha- dirección señas
blante44.
1
~
44 't
f
el Diccionario del habla actual de Venezuela de Núñez y Pérez (1994). Sobre
El proyecto más avanzado, hasta donde sepamos, es el del Diccionario del el punto de los diccionarios, véase Hacia un nuevo dzccwnano de
español de México, coordinado por Luis Fernando Lara, proyecto del que americanismos en López Morales 1998, págs. 175-184.
han salido el Diccionario jimdamental del español de México (Fondo de 45
Cultura Económica, 1982), el Diccionario básico del español de México (El Marcamos con un asterisco pospuesto las palabras que el Diccionario de
Colegio de México, 1986) y el Diccionario del español usual en México {El .¡; la Real Acadenria considera americanismos. Nótese que hacemos una
Colegio de México, 1996). Otro diccionario que, en cierta medida, se ' comparación sobre la base de lo que es más general, por ello puede ser que
inscribe en esta óptica pero a una escala mucho menor que los mexicanos es algún lector no esté de acuerdo respecto a uno u otro vocablo por la
experiencia del uso de su propio dialecto.
448
449

- -- -
Biografía de una lengua
Enrique Obediente Sosa

durazno melocotón
echar/poner gasolina repostar
modalidades, en conjunto, constituyen ese gran sistema conocido
estampilla sello universalmente como español. Hay que resaltar, además, que las
fósforo cerilla d1ferenc1as entre la lengua usual en Europa y la americana se han
jugo zumo ido atenuando en los últimos años gracias al intenso intercambio
lindo bonito cultural que existe entre ambas partes: la literatura, el cine y ]a
manejar* conducir televisión están desempeñando un importantísimo papel en la
manubrio manillar nivelación lingüística del español, sin que esto signifique un
media* calcetín abandono o desprecio por el propio color local.
papa patata
pararse* levantarse, ponerse de pie
pelear reñir 6. MUESTRAS DE ESPAÑOL AMERICANO
pena* vergüenza
plomero fontanero
suéter* jersey
Además de las ya dadas en otros capítulos, presentamos
tomar beber
aquí algunas muestras del español escrito no literario procedentes
vidriera escaparate del período colonial, y otras de la lengua literaria moderna que
reflejan el español hablado en los países de donde son oriundos los ·
autores; finalmente, un segmento de transcripción de habla real46•
A esta lista podemos agregar formas que sólo son distintas,
respecto a las usuales en el español europeo, por el lugar d~J A) Fragmentos de documentos de la época colonial procedentes de
acento, siendo las más comunes (s1 no las umcas) las s1gmentes. la actual Venezuela (en nada diferentes, por lo demás, de los
escritos en otros territorios americanos y de los producidos por las
América España mismas fechas en España). Se trata de: 1) un informe oficial de un
funcionario ciertamente culto; 2) una carta particular de un
chofer chófer emigrado andaluz a su esposa residente en Sevilla (ambos del siglo
várice varice XVI); 3) finalmente otro, más tardío (finales del XVIII): un
video video pasquín que esclavos negros hicieron circular en Caracas. Los tres
documentos están tomados de E. Rojas (comp. y ed.), 1999, rv.
Venezuela, números 2, 4 y 22, respectivamente.
* * *
A pesar de las diferencias señaladas (fonéticas, morfosintác- 46
Para muestras de habla, ver los distintos coqms recogidos para el proyecto
ticas y léxicas), la modalidad americana, conform~da por d¡versas multinacional Estudio del español hablado culto, proyecto auspiciado por la
variedades es eso una modalidad de una !lllsma y umca lengua, de Asociación de Lingüistica y Filología de América Latina (ALFAL). La
manera an~Joga a'lo que encontramos en España. Ambas grandes muestra que reproducimos está tomada de Carmen L. Domínguez y Elsa
Mora (coords.) 1998, págs. 149 y 165.

450 451
~yUUUUUUUU~~~~~~~~~~~~
. Biografía de una lengua Enrique Obediente So·sa

1) Carta que envía Andrés de Villacorta, teniente de alcaide de la hecho por su hermano por el tiempo pasado [... ) no se
fortaleza de Cumaná, participando a las autoridades de Cubagua hescusa a ninguna manera que no traigais vna libra de
la destrucción de dicha fortaleza por un terremoto (Nueva Cádiz, ~afran [...) visto esta presente vuestra merced me hara
1º de septiembre de 1530). merced vn dia despues aber rre~ebido estas de yr en
debosion en romeria a nuestra senora de otrera [...]
[... ) oy jueves primero de setiembre de mill y quinientos
y treynta años a ora de las nueve se levanto la mar de
tal manera ques cosa milagrosa a los que la vieron y esto 3) Pasquín que circuló en Caracas (8 de mayo de 1790)
dentro desta tierra donde estaba situada esta fortaleza
y con ello dio vil bramido la mar y tenblo la tierra en que desgrasias, que de llantos. que de muertes. Ce Ace
tres vezes media ora y abriese por muchos lugares y con saver al publico como hestamos citados para que la Real
el tenblor cayo esta fortaleza hasta los ~imientos hagolo cedula que a Benido de Su Majestad a favor de nosotros
saber a vuestras mer~edes todos para que en nombre del los hesclavos ce publique Mas a fuersa que con boluntad
Rrey les rrequiero provean gente y armas y lo que de los blancos y de la Real audiencia cin señalar dia ni
mucho conviniere para sustentar esta tierra donde no yo hora. A pesar de todos los blancos y blancas de hesta
hare [sic]lo que soy obligado hasta la muerte y vuestras Ciudad de Caracas.
mercedes hagan el socorro-con brevedad [... )

B) Textos literarios
2) Carta de Agostino a su mujer Ana de Santiago en Sevilla
(Borburata, 23 de enero de 1564). 1) En la sombra flotaba el aliento de José Ramón,
los brazos de José Ramón, las manos de José Ramón.
[... ]le podreis dezir de mi parte y mustrarle hesta carta ~Van a venir, José Ramón. Que van a venir.
que si hel biene que hautes que sean dos años podria ~No, Rosita, no. No seas así. No seas maluca. No
dar de comer a su hermano y haun a su padre. [... ].e si Rosita. Un ratico no más.
acaso ni uno ni otro destos dos quisiesen benir rrogar a Le sentía el aliento sofocante sobre los ojos,
pedro de la puente vuestro cunado que hos quiera dar sobre los oídos, llenando la sombra.
a Joan su criado porque hos acompane u hos sirba e ~Déjeme quieta, José Ramón. Por vida suya. Déjeme
quando todo hos faltare buscar un moso donde quiera quieta. Mire que voy a gritar. Voy a gritar.
por alli que benga con bos. [... ) yo rrogare al señor ~Rosita, si yo te quiero. Y o es que te quiero, Rosita.
francisco de arra~ayn por mis cartas que able a tos esos ~Suélteme.
otros señores de mi parte e que hos faborescan aquel
~Rosita.
que pudieren. Cierto querría hescnbir a todos particular-
~Suélteme. Fresco. ¡No me toque! ¡No me toque!
mente pero no puedo a causa que no ay papel en esta
~Rosita. Rosita linda.
tierra [... ]. yo hube vna nueba en las yslas que no me
contento mucho que me dezian que francisco ramos ~¡Suélteme! No me apurruñe. Me está ahogando.
estaba en la caree! en lisbona por vna fian~a que abia Las dos caras sudorosas se tocaban. Jadeaban.

452
Biogt'afia-de una lengua
Enrique Obediente Sosa·-

Hablaban. sigilosamente entre el jadeo..


-Una especie de manía mosaica. Te la pasás bajando del
-Jesús, José Ramó-n. No.
Sinaí.
No oía la voz del hombre. Lo sentía multipli-
-Me gusta -dijo Oliveira- que las cosas queden siempre
cado, inmenso.
lo más claras posibles. A vos parece darte lo mismo que
-No. ¡Puaj! Esa boca le sabe a puro aguardíente y a
en plena conversación Gekrepten intercale una historia
tabaco en rama. ¡Suélteme! ¡No me muerda! absolutamente fantasiosa de un dentista y no sé qué
-Ay Jesús. No. Eso no. pollera. N o parecés darte cuenta de que esas irrupcio-
Se debatía con fuerza. Asfixiadamente. nes, dísculpables cuando son hermosas o por lo menos
-No, negrita. ¿Qué fue? Un ratico nada más. inspiradas, se vuelven repugnantes apenas se limitan a
-No. Eso no. escindir un orden, a torpedear una estructura. Cómo
Era entre ahogo y llanto. hablo, hermano. (Julio Cortázar (1914-1984), Rayuela,
-Ya está bueno, José Ramón. Y a está bueno. Déjeme. 1963)
-Quietecita, mi amor, quietecita. Si no pasa nada.
Calladítos así. Calladítos. Sabroso. (Arturo Uslar Pietri
(1906), "La noche del rabopelado" en Treinta hombreS y 3) ¡Diles que no me maten, Justinol Anda, vete a decirles
sus sombras, 1949) eso. Que por caridad. Así diJes, que lo hagan por
caridad.
maluca: mala -No puedo. Hay allí un sargento que no quiere oír
apunuñar. apretar, manosear hablar nada de ti.
-Haz que te oiga. Date tus mañas y dile que para sustos
ya ha estado bueno. Dile que lo haga por caridad de
2) -¿Todo eso te sucedió? -dijo Oliveira. Dios.
-Oaro -dijo Gekrepten-. ¿No ves que se lo estoy -No se trata de sustos. Parece que te van a matar de a
contando a Talita? veras. Y yo ya no quiero volver allá.
-Son dos cosas distintas. -Anda otra vez. Solamente otra vez, a ver qué consigues.
-Ya empezás, vos. ~No. No tengo ganas de ir. Según eso, yo soy tu hijo. Y,
-Ahí tenés ~le dijo Oliveira a Traveler, que lo miraba si voy mucho con ellos, acabarán por saber quién soy y
cejijunto-. Ahí tenés lo que son las cosas. Cada uno cree les dará por afusilarme a mí también. Es mejor dejar las
que está hablando de lo que comparte con los demás. cosas de este tamaño.
-Y no es así, claro -dijo Traveler-. Vaya noticia. -Anda, Justino. DiJes que tengan tantita lástima de mí.
-Conviene repetirla, che. N omás eso diles.
-V os repetís todo lo que_ supone una sanción contra Justino apretó los díentes y movió la cabeza
alguien. díciendo:
-Dios me puso sobre vuestra ciudad -dijo Oliveira. -No.
-Cuando no me juzgás a mí te la agarrás con tu mujer. Y siguió sacudíendo la cabeza durante mucho
-Para picarlos y tenerlos despiertos -díjo Oliveira. rato.
-Dile al sargento que te deje ver al coroneL Y cuéntale

454 455
Enrique Obediente Sosa
Biografía de una lengua

lo viejo que estoy. Lo poco que valgo. ¿Qué ganancia del día, de dos de la tarde a.:. cinco y media, seis de la tarde, y
sacará con matarme? Ninguna ganancia. Al fin y al cabo nos mandaban aquellos trabaJonones y... ay, no jotra era fuerte
él debe de tener un alma. Dile que lo haga por la a nú me costaba mu,cho esfuerzo, entonces yo saq~é todas la~
bendita salvación de su alma. materias en e:'-!'añol, primero, ¿porqué? por el horario ... ¿ve?,
Justino se levantó de la pila de piedras en que que me pemutra entonces llegar a cocinar y ...
estaba sentado y caminó hasta la puerta del corral. Inv.: Ciaro. .
[... ]
Luego se dio vuelta para decir:
Inv.: Y era el fin de semana para ustedes.
-Voy, pues. Pero si de perdida me afusilan a mi
Hab.: Y~ era el fin ... con n~osotros, agarrábamos y nos íbamos para el
también, ¿quién cuidará de mi mujer y de los hijos? .
paramo, o nos acostabamos aquí ... a ver televisión ... o nos íbamos
-La Providencia, Justino. Ella se encargará de ellos.
para Jají... o nos íbamos p~ra Tabay, o nos íbamos para la finca,
Ocúpate de ir allá y a ver qué cosas haces por mi. Eso
pero siempre juntos, ya cuando N. empezó a crecer (<no que yo
es lo que urge. (Juan Rulfo (1918-1986), "Diles que no
no voy porque... >J, entonces nos íbamos los dos. Pero él nunca me
me maten" en El llano en llamas, 1953)
faltó e.n ese aspecto.
Inv,: Las marramucias las hacía pero en el día.
47
Hab.: Pero entre semana, ay, entre semana era un vagabundo. Decía
C) Muestra de habla una señora de se:rvicio que yo tuve ('uy, ese esposo suyo sí es
vagabundo» [[risas]] Sí... y que éL. a mi no me faltaba nada en
Hab.: ... el primer semestre eso fue ... como ... como que si no hubiera ... mi casa.
como que si yo ... no estuviera estudiando, o sea, a mí no me
[...]
costó, no me costó en lo absoluto, no tuve necesidad de
amanecer, pero cuando empecé Inglés, no joda... marramucia: cochinería, acción baja o grosera
Inv.: ·Ahí empezó lo bueno ...
Hab.: Coño, ahí tenía yo que estudiar... día y noche ¿oyó?, porque
empezando que mandan un ... muchísimos trabajos, segundo que
yo ... este ... de lo que me acuerdo es de bachillerato ... del
vocabulario más que todo, de gramática no, y exigen mucho de
gramática, de Inglés, y e ... y entonces yo estaba ... me costaba
mucho, hab ... tenía que estudiar mucho, me me esforzaba mucho
¿ve?, con todo y con eso la llevaba con dieciséis, y era baja la
nota, para mí era baja ...
Inv.: Sí, y mucho esfuerzo ...
Hab.: Sí, y era mucho el esfuerzo que tenía que hacer y entonces ...
este ... y tenía que... y tenía clases a las siete de la mañana a doce

47 El hablante es una mujer de Mérida de Venezuela de 41 años, secretaria,


con estudios uníversitarios incompletos.

456
HISTORIA DE LA LENGUA
ESPAÑOLA EN AMÉRICA

JUAN SÁNCHEZ MÉNDEZ


Universitat de Valencia

tlrant lo blllanch
Valencia, 2003
UNIVERSIDAD DE SEVILLA
rae. Filología· Biblioteca
'" n,

16
Juan Sánchez Méndez

cios. El uso que cada uno hace de ese legado común nunca debe
convertirse en algo que nos separe. No nos referimos a la
unidad de la lengua o su temida fragmentación a laque muchos
han dedicado brillantes páginas, sino a la tolerancia hacia el
otro y sus diferencias, tan legítimas como las nuestras. Como
veremos a lo largo de estas páginas, a pesar de las diferencia que Primera Parle
han escandalizado a unos en pro de la unidad idiomática o que INTRODUCCiÓN
otros han potenciado en busca de una pretendida identidad, se
mantiene por encima de todo una unidad que, lejos de ser
monolítica, es variada, flexible, amplia y rica en variedades y
1. CUESTIONES GENERALES SOBRE LA EVOLU-
formas que, por paradójico que pudiera parecer, pertenecen a
una tradición común, a una historia conjunta que nos une en
CIÓN DE LA LENGUA ESPAÑOLA EN AMÉRICA
lugar de separarnos a través de los siglos. No existe hasta el momento ningún estudio que se haya
ocupado de la historia del español de América de modo global.
Esto no quiere decir que la diacronía de la lengua en el Nuevo
Mundo no haya interesado a numerosos investigadores desde,
Juan Sánchez Méndez al menos, finales del siglo XIX, si bien, el auge de los estudios
de índole histórica se desarrollará a partir de la segunda mitad
Universitat de Valencia
del siglo :XX.
La mayoría de los trabajos y estudios históricos, algunos de
gran valor, se ha centrado siempre en aspectos parciales de la
evolución lingüística: bien en el Oligen y desarrollo de determi-
nados rasgos, bien en la historia de la lengua en determinadas
,
'"
1 regiones del continente. Todos ellos hacen posible esbozar un
panorama general de los principales hitos y hechos que carac-
I terizan el devenir histórico de la lengua en América. Pero,
lamentablemente, no es posible en estos momentos sintetizar
conclusiones a partir de estudios diacrónicos que nos permitan
entender la evolución lingüística de Hispanoamérica en sus
detalles, ya que la misma visión general adolece a veces de
carencia de datos sobre algunas zonas, por lo que han de ser
inferidos a partir de lo que conocemos del estado actual de la
lengua y de los dispersos hechos que nos vienen del pasado.
Mientras hay algunos países como México o Argentina que
cuentan con abundantes estudios de índole histórica, otras
zonas apenas han comenzado a presentar investigaciones con-
18 Juan Sál1chez Mél1dez 19
Historia de la lengua espail01a en América

cluyentes en época reciente, como Puerto Rico. Pero para el zaron a aparecer hasta mediados del siglo xx. Aunque eran
resto de regiones contamos sólo con una vaga descripción otros los intereses que en ese momento acuciaban a la investi-
aproximativa, cuando no inexistencia total de estudios. Por lo gación y dejaban en un segundo plano la evolución histólica,
tanto, el lector encontrará inevitables lagunas en la exposición dos fueron, principalmente, las razones que impidieron no sólo
de todo lo que sigue, que están a la espera de un estudio la elaboración de un estudio totalizador del espaüol americano
científico exhaustivo que arroje luz sobre estos y otros proble- (cfr. G. de Granda, 1994, 17-18), sino también la investigación
mas de la historia de la lengua en América. histórica de muchos de sus aspectos: por un lado, el gran
Adoptaremos un criterio y punto de vista general (a veces desconocimiento, hasta mediados del siglo XX, de la realidad
demasiado general por la escasez de datos) en detrimento de lingüística americana. Basta revisar la bibliografía existente
detalles concretos de importancia, cuyo desconocimiento, a hasta ese momento para comprobar que gran parte del esfuer-
falta de ser estudiados, nos obliga a actuar con cautela a fin de zo de la investigación estaba centrado en el estudio de los
evitar imprecisiones y falsedades. Sin contar con estudios de principales rasgos que definían al español de América
seguimiento exhaustivo de aspectos lingüísticos y de reooiones globalmente. Como veremos más adelante, apenas aparecían
enteras particulares, sólo podemos servirnos de obras de ~lcan­ consideraciones diacrónicas como centro de interés, si no era
ce general que se apoyan muchas veces en observaciones para apoyar o rechazar determinadas características. Por otro
parciales. Por lo tanto, este libro pretende ser más una intro- lado, la investigación estaba condicionada por la inadecuación
d~cci?n a la historia de la lengua española en América que una o carencia de fl.lentes apropiadas para el estudio de la evolución
hIstoria en sÍ. Nuestro principal objetivo, más que el de intentar de la lengua en el continente. Hasta época muy reciente no han
abarcar todos los aspectos posibles, ha consistido en una comenzado a publicarse creptomatías que ofrecen transcrip-
sistematización y ordenación de lo que sabemos hasta ahora l. ciones de documentos coloniales suficientemente fiables.
El hecho de que la historia de las distintas variedades america- Podemos seüalarcuatro etapas en la investigación diacrónica
nas del español (y a veces las variedades mismas) sea en del espaüol americano a lo largo del siglo XX (B. Fontanella,
ocasiones poco y mal conocida invita a la prudencia. 1992). La primera llega hasta la década de los aüos 60. Durante
Si bien las consideraciones diacrónicas de diversa índole este tiempo los trabajos estaban más centrados en la discusión
sobre el español americano aparecen desde el primer momento de distintas teorías sobre el origen de diversos fenómenos más
en los trabajos del gran filólogo colombiano Rufino José Cuer- o menos generales que caracterizan el español de América que
vo, con el que se inicia en propiedad el estudio científico del en su evolución en sÍ. Tres fueron las principales posiciones que
español en América, los estudios de perfil histórico no comen- se expusieron, de las cuales las dos últimas originaron una
apasionada y agria discusión que ocupó varias décadas de
réplicas y contrarréplicas entre ilustres lingüistas. Esto, en
última instancia, manifestaba la ausencia de una documenta-
El Proyecto Coordi11ado para el Estudio Histórico del Espmlo[ de América ción exhaustiva que arrojase luz sobre los problemas aborda-
de la Asociación de Lingüística y Filología de América Latina (ALFAL) dos. Tan urgente se hizo conocer el origen de los principales
pretende llenar las lagunas existentes a través de trabajos realizados rasgos del español americano y tan contrastadas -y enfrenta-
d~sde las distintas zonas y la confrontación sincrónica y diacrónica de las
dIversas variedades americanas a fin de ofrecer un estudio global de
das- fueron las hipótesis vertidas al respecto que se abandonó
todos los aspectos implicados. casi por completo toda aquella investigación de la historia del
20 Juan Sál1chez Mélldez Historia de la lel1gua espafíola en América 21

español americano que no guardase relación con la etapa de últimas teorías, pero a medida que la documentación, tanto
orígenes. americana como peninsular, iba arrojando luz sobre el tema, la
investigación fue decantándose cada vez más hacia los argu-
La primera de las posiciones teóricas sobre el origen de los
mentos andalucistas, si bien con importantes matizaciones que
fenómenos más característicos de las modalidades americanas
fue postulada por R. Lenz, quien, a principios de siglo, sostuvo veremos más adelante.
que los rasgos más característicos del español de Chile podrían Tal predilección por la defensa de estas teorías dio frutos
deberse a influencia de substrato indígena. Esta hipótesis fue muy provechosos y no sólo avanzó en nuestro conocimiento
seguida con entusiasmo por otros lingüistas en un momento en sobre unos tiempos cruciales e importantes de gestación de las
el que las teorías de substrato comenzaban a aplicarse modalidades americanas, sino que estimuló el avance en otros
sistemáticamente entre los romanistas para explicar la frag- campos de interés (como los estudios demográficos sobre la
mentación lingüística de la Romania y las caracteristicas más colonización en la primera centuria en América) y abrió nuevas
sobresalientes de algunos romances. América se había conver- vías de investigación, que, en conjunto, configurarán el estadio
tido en el campo de experimentación ideal en el que transplantar siguiente.
las teorías más importantes sobre la fragmentación del latín A fines de la década de los sesenta se inicia una segunda
para ver cómo operaban en la diversificación del castellano. etapa caracterizada por monografías y trabajos aislados limita-
Esta teoría fue abandonándose poco a poco a medida que dos a un lapso temporal corto y a una zona poco extensa,
aumentaba el conocimiento de la realidad dialectal hispánica. generalmente para tratar en profl.l11didad algún problema lin-
A su vez, el centro de interés se fue desplazando hacia otros güístico específico basándose en un rico corpus de documen-
temas, como el del origen de los principales rasgos del español tos. Una investigación ejemplar en este sentido fue la de OIga
americano (seseo, yeísmo, confusión de líquidas, etc.). Cock Hincapié (1969), sobre el origen y evolución del seseo en
La segunda teoría a la que se han adherido numerosos Colombia. Lo importante de los estudios que se desarrollan en
investigadores de prestigio (Wagner, Menéndez Pidal, Lapesa, esta época es que tienen en común el haber utilizado documen-
etc.) sostiene que la génesis de la mayor parte de los rasgos tos contemporáneos a los hechos para analizar y seguir en
generales del español americano se d<,;be al influjo que los profundidad la evolución de un determinado rasgo (fonético,
andaluces y gentes venidas de otras regiones meridionales de la morfológico o sintáctico) en un período limitado mediante la
Península y Canarias tuvieron en la conformación de las diver- utilización de una rigurosa metodología lingüística.
sas hablas (teoría andalucista). Frente a esta teoría surge
A partir de la década de los ochenta empieza una nueva etapa
contemporáneamente otra completamente opuesta, denomi- en la investigación de historia de la lengua española en Améri-
nada teoría poligenética, en la que destacan otros notables ca. Junto con la continuación de estudios específicos, comien-
lingüistas como P. Henríquez Ureña o D. Alonso. Para estos zan a aparecer importantes contribuciones referidas a la tra-
autores los rasgos más destacados del español americano se
yectoria total y plurisecular de la lengua en todos, o en muchos
debieron a un desarrollo independiente al margen de las len-
de sus niveles, en varios territorio más o menos amplios: por
guas indígenas y del andaluz. Las similitudes de muchos de ejemplo, Puerto Rico, estudiado magistralmente por M. Álvarez
estos rasgos con los meridionales de España se debieron en Nazario (1982 y 1991); Quesada Pacheco (1992) para Costa
todo caso a un desarrollo paralelo, no a una influencia directa. Rica; Tucumán, en el Noroeste de Argentina, investigado en
Hasta los años sesenta siguió debatiéndose en torno a estas dos profundidad y con rigor por E. Rojas (1985); la zona bonaeren-
22 Juall Sállchez Mél1dez Historia de la lengua espail0la eH América 23

se de la que se ocupó exhaustivamente B. Fontanella o el un novedoso marco teórico del que hablaremos más adelante,
estudio de J. Sánchez Méndez, para Venezuela y Ecuador ha venido publicando diversos artículos, agrupados en 1994, en
(1988). Estos trabajos se caracterizan por apoyarse en un los que trata con rigor la formación y evolución de las varieda-
riquísimo acopio documen tal y la mayoría constituye modelos des americanas. No hemos de olvidar el importante y volumi-
de construcción histórica rigurosa y completa. El hecho de que noso conjunto de trabajos editado por César Hernández (1992),
se trate de estudios globales permite tanto la visión de conjunto en el que se recogen contribuciones de diferentes autores, que
de la evolución de los distintos fenómenos lingüísticos como la permiten una valiosa visión de conjunto sobre la evolución
comparación fyuctífera entre diversas zonas. histórica Y la situación actual de la lengua en los distintos
Junto a estos trabajos siguieron apareciendo a lo largo de la países.
década de los ochenta y noventa otros estudios más limitados Asimismo, se han multiplicado los esfuerzos para paliar la
en el espacio y el tiempo, como, el de A. García CmTillo (1988) escasez de fuentes documentales transcritas de forma rigurosa
para México en el siglo XVI, el de Eva M" Bravo (1987) para la y fiable, como la importante colección de documentos colonia-
Audiencía de la Guadalajara en el siglo XVII, el de Luis Choy les Mexícanos de Concepción Company o el proyecto aprobado
(1999) para el español de Cuba en el siglo XVI. Otras investiga- en 1987 de la Asociación de Lengua y Filología de América
ciones se han centrado en un solo autor, como el estudio Latina (ALFAL), Proyecto coordinado de estudios de la historia
imprescindible de J. M. Lope Blanch (1985) sobre el habla de del espafiol de América, que ya ha publicado dos volúmenes de
Diego de Ordaz (que a varios años de su primera publicación transcripciones de documentos de toda la América colonial.
constituye un modelo por su rigor metodológico), o en una Por otro lado, los problemas generales para el estudio
determinada obra en la que aparece una voluntad lingüística diacrónico del español de América, la periodización de su histo-
digna de estudio para conocer el estado de lengua en la época ria, los puntos concretos que quedan pendientes de explicación
en la que esa obra se escribió, como, por ejemplo, el de M.
satisfactoria, etc. han sido tratados y señalados, entre otros, por
Román (1994) sobre el ilustrado dominicano Peguero. G. L. Guitarte (1991), W. Roth (1986), J. Lüdtke (1998), M. Alvar
En la década de los años noventa se inicia la cuarta etapa. (1996) o R. Lapesa (1996), quien plantea importantes cuestiones
Aunque necesariamente de modo esquemático, comienzan a pendientes para describir adecuadamente la evolución de la
aparecer trabajos que presentan la totalidad de los procesos y lengua en el continente, a la vez que muestra los pm-ámetros
tendencias evolutivas que han dado lugar históricamente a la desde los que encauzar esta investigación. Por su parte, J. A. Fraga
constitución del español de América. A la vez, parten de un (1999) ha dedicado también un extenso estudio a la historia del
nuevo enfoque teórico en el que insertar los hechos basado en español de América, en el que se ocupa, principalmente, de las
la aplicación de los modelos de la sociolingüística y la antropo- influencias regionales y de otras lenguas en la conformación de
logía para hablar de amplios procesos de koinización y las distintas hablas americanas.
estandarización, que, mediante el diferente cumplimiento de Todo este esfuerzo, producto del interés creciente por el
ambos en las áreas americanas, se constituyen en la raíz desde tema desde la década de los ochenta, nos permite establecer un
la que explicar las distintas modalidades. En 1992 aparece el marco general desde el que diseñar las líneas generales que han
importante manual de B. FontanellaEI español de América, que guiado la historia del español en el Nuevo Mundo desde 1492
dedica aproximadamente la mitad de su libro a la evolución hasta la época moderna. A ello dedicaremos las siguientes
histórica de la lengua. Paralelamente, G. de Granda, dentro de páginas.
24 Juan Sdl1chez Mél1dez Historia de la lengua espail01a en América 25

2. PERIODIZACIÓN DE LA HISTORIA DE LA LEN- etapas clásica y moderna del español general), por lo que su
GUA ESPAÑOLA EN AMÉRICA segmentación en períodos supone muchas veces un «hilar
fino», de ahí la falta de unanimidad proyectada en diversas
2.1. Introducción propuestas de clasificación a la luz de las diferentes teorías que
explican la configuración del español americano.
Aunque hay buenas razones metodológicas para dividir la
historia interna y eterna de una lengua en períodos, el proceso No obstante, la propia historia de la lengua en América
del cambio lingüístico es en sí mismo imperceptible y continuo. contiene unas características en su evolución que facilitan y
La segmentación de este continuo histórico tiene siempre un justifican su segmentación, como son:
componente de arbitrariedad con el que cada estudioso proyec- 1. El hecho de tratarse de una lengua transplantada, utiliza-
ta su propio modelo de segmentación. Sin embargo, es fácil
da por distintos grupos con una variada gama de usos lingüísticos
percibir que las lenguas cambian más deprisa en unos períodos y dialectales en un nuevo espacio y una nueva sociedad que han
que en otros debido a multitud de factores que en cada momen- de construir, lo que da razón de una especial complejidad
to conviene precisar. Hay una ilusión de discontinuidad moti-
sociolingüística;
vada en la coincidencia de estos factores, como, por ejemplo,
los huecos en la documentación histórica entre diversos perío- 2. La distinta evolución lingüística, histórica y social de cada
dos o la relativa estabilidad de las lenguas literarias a través de una de las nuevas variedades que se van formando en la
porciones muy largas de tiempo. Además, marcar segmentos inmensidad americana a medida que se cumple su consolida-
discretos en el cOl1til1uum histórico tiene la utilidad de hacer ción;
aprehensible la evolución misma de los hechos lingüísticos y la 3. Las diferentes situaciones de lenguas en contacto;
contextualización apropiada para cada una de las etapas que se
van cumpliendo. 4. Los deseos de reivindicación de los patrones propios en
detrimento de los generales o la adscripción a una tradición
Por su parte, la división en etapas de la historia del español cultural distinta contrapuesta a la común, motivada por anhe-
en América presenta algunas particularidades que conviene los de independencia lingüística. Si admitimos que los hechos
tener presente. No es lo mismo establecer una segmentación en externos al sistema lingüístico inciden sobre los hechos inter-
periodos en un corte temporal amplio que en otro relativamen- nos del propio sistema, también podemos admitir que las
te corto, como es el del español del Nuevo Mundo. La división especiales circunstancias históricas de todo tipo que se imbrican
en períodos concretos de la evolución lingüística que lleva, por en el español llevado a América desde 1492 tendrán una
ejemplo, desde el latín vulgar hablado en la Península hasta los incidencia mucho más profunda en su distinta configuración
romances modernos actuales ofrece un lapso temporal lo que, por ejemplo, en la Península.
suficientemente largo como para descubrir en él «etapas» más
o menos delimitadas, ya que en cada caso el contexto histórico,
social, cultural y lingüístico cambia considerablemente. De
esta manera podemos percibir claramente las diferencias entre
la etapa de romanización, prerromance, medieval, clásica y
contemporánea. Sin embargo, la historia del español en Amé-
rica tiene quinientos años (que corresponderían sólo a las
26 Juan Sál1chez !v1élldez Historia de la lel1gua espwlola en América 27

2.3. La propuesta de Guillermo Guitarte


Cuenro Período colonial Independiente
Sobre las dos etapas distinguidas por Cuervo, Guillermo
Guitarte Orígenes Florecimiento del Peaje u la Época Estado actual
mundo colonial época inde- indepen- Guitarte (1979/83) estableció cinco etapas más precisas que
pendiente diente ayudaban a entender y contextualizar mejor los diversos esta-
Fraga
dios de la historia del español americano. Su propuesta gozó de
Tres de las principales propuestas de periodización gran aceptación, si bien ha sido matizada y modificada después
a la luz de las nuevas teorías que han aparecido en la actualidad.
Guitarte establece cinco períodos que comprenden tres etapas
2.2. La propuesta de Cuervo y dos lapsos de transición entre ellas. Resumiendo su trabajo,
el autor distingue los siguientes períodos:
La primera división de la historia del español americano la
ofreció el lingüista colombiano Rufino José Cuervo, iniciador 1) Orígenes y f017naciól1 del espafiol americano (1492 hasta
de los estudios lingüísticos sobre el español de América. Cuervo las conquistas de México y Perú en 1519 y 1531 respectivamen-
distinguió dos grandes etapas que denominó colonial e inde- te). Abarca el lapso en que los dominios castellanos en América
pendiente. Para dichas etapas estableció criterios distintos de se reducen a las islas y costas meridionales del Caribe. Esta
los meramente políticos, pues la etapa colonial abarcaba hasta etapa se caracteriza por el transplante del español al Nuevo
casi finales del XIX, mucho después de la independencia de las Mundo por medio de gentes venidas de distintas regiones
distintas repúblicas americanas. En la época colonial se produ- dialectales peninsulares y su adaptación a las nuevas tierras y
jo la adaptación del castellano a la nueva realidad (su circunstancias, lo que da lugar al surgimiento de una nueva
americanización propiamente dicha), a la vez que con el tiem- modalidad ultramarina en la que ya aparecen las característi-
po se producía su distinta configuración regional según las cas propias de lo que podríamos denominar español america-
diversas circunstancias históricas que actuaron en cada zona y no. La importancia de este período radica en que encien-a la
su desarrollo dentro de una tradición cultural y lingüística clave para entender la singularidad del español americano.
común a todas, que era España. En la época independiente, Otros autores, como Boyd-Bowman (1956), lo denominan
después de cuatro siglos, el español de cada área americana ya etapa antillana, que Guitarte rechaza por su exclusivismo
había alcanzado y consolidado sus rasgos definitorios y los geográfico y no temporal.
centros de influencia cultural y lingüística serán distintos para Durante este período la lengua se acomoda a las nuevas
cada república, lo que permite la creación de distintas normas circunstancias y este español, ya americanizado, será el que se
hispánicas dentro de una tradición común. Esta tradición se expanda por el continente en las siguientes décadas. En su
consolida en este período de acercamiento a una norma culta acomodación será decisiva la confluencia de hablantes de
compartida por todos, frente a los intentos de escisión y las distinta procedencia dialectal y la nivelación lingüística que
fuerzas centrifugas del convulso y apasionado siglo XIX ame- lleva a la creación de una modalidad colonial del castellano
ricano. como resultado de un proceso de selección y simplificación. En
esta nivelación destacaron los andaluces, mayoritarios. En la
siguiente época de expansión continental la nueva vmiante
amerícana pasará del Caribe al continente, donde tendrá que
28 Juan Sál1chez Mél1dez Historia de la lengua espail0la en América 29

convivir con otros modos de habla no meridionales llegados bién supone el surgimiento de la cultura propiamente hispano-
con las oleadas migratorias procedentes del norte y centro americana, manifestada, entre otras cosas, por la existencia de
peninsular. Esto explicaría la generalización de rasgos fonéti- una literatura desarrollada que seguirá los modelos y corrien-
cos típicamente meridionales, como el seseo, producto de esta tes artísticas de los grandes autores del Siglo de Oro español.
primera nivelación. Los primeros que utilizaron esta modali- Esta literatura, más hispánica aún que hispanoamericana, será
dad fueron «los isleños», primer tipo americano en el que se la base en la que cristalice la literatura propiamente americana
resuelve la cristalización de la cultura colonial. El lenguaje de fines del XVIII.
especial de estos isleños o «lenguaje de las islas» debió de 3) Peaje a la época independiente (último tercio del XVIII a
convertirse en marca de gmpo frente a los que se iban incorpo- primeros decenios del XIX). Es un período de transición
rando después, y fue el llevado a México y Perú, lo que explica marcado por la convulsión cultural y social que evolucionó
que los panamericanismos procedan en su mayor parte de este hacia la independencia de las distintas repúblicas. Esta etapa
momento. Las Antillas, por tanto, se convierten en el trampolín está dominada por la Ilustración americana, que, aunque más
de la conquista y, consecuentemente, de la expansión del breve que la española, fue de gran profundidad y sus conse-
español. Su importancia es tal que por sí solas conforman todo cuencias tendrán gran calado en la época siguiente. El ilustrado
un período histórico. hispanoamericano desarrollará un nuevo lenguaje, con el que
2) Florecimiento del mundo colonial (siglo XVI al último expresa una línea de pensamiento que trata de buscar su propia
tercio del XVIII). Este período describe la consolidación y el identidad. Por eso, no sólo será el maestro de los generales y
desarrollo del español como lengua de una sociedad colonial políticos que consigan la independencia, sino que también se
variada en la que interactúan factores de diversa índole y de constituye en el fundador propiamente dicho del pensamiento
gran complejidad sociolingüística. y la literatura hispanoamericana de la época siguiente.
La característica general a lo largo de esta etapa es el 4) Época independiente (siglo XIX). Constituye también otro
transplante cultural en el que, frente al período anterior, en que período de transición. El siglo XIX hispanoamericano es espe-
predominaba la iniciativa individual, ahora se impone el domi- cialmente convulso y rico en acontecimientos de todo tipo que
nio de los procesos institucionales que regulan el nuevo marco afectan a todos los órdenes de la vida, entre ellos el intelectual
de convivencia. Cada región indiana se distinguirá por su grado y el lingüístico. Junto a esto, se produce la hispanización de la
diverso de vinculación con España y con el resto, y en ambas mayor parte del territorio americano a la vez que nuevos y
orillas se irán concluyendo todos y cada uno de los cambios que numerosos contingentes migratorios colocarán al español en
caracterizan la inestabilidad del sistema en el Siglo de Oro. A la contacto con otras lenguas europeas, como, por ejemplo, el
vez que se va conformando la mayoría de los pueblos hispano- italiano.
americanos, los nuevos aportes migratorios y las nuevas co- Desde lo que nos interesa, el siglo XIX estará caracterizado
rrientes de repoblación, que introducen progresivamente la por una lucha y conflicto continuo entre los ideales de la época
lengua por el continente, van creando diferentes centros de colonial y los nuevos revolucionarios surgidos con la indepen-
prestigio lingüístico desde los que comienzan a irradiarse dencia. A su vez, cada país inicia una historia al margen del
rasgos lingüísticos más aceptados socialmente, en gran parte resto. En los intelectuales y en la sociedad americana
de origen castellano norteño. Además de la constitución de las decimonónica aflorarán de manera marcada muchos de los
distintas variedades lingüísticas americanas, el período tam- conflictos que ya fueron anunciados en la Ilustración y que
30 Jual1 Sál1chez Mélldez Historia de la lengua espai'iola eH América 31

ahora tratan de llevarse a sus últimas consecuencias. Por un españoles o americanos. Dicho de otra forma, la identidad
lado, surgen nuevos centros de prestigio lingüístico y americana no excluye, sino que necesariamente incluye la
estandarización en cada zona. Hay una consciente separación herencia peninsular, que en ningún momento subordina Amé-
del modelo peninsular que representa el paulatino aflorar de rica a España, sino que en todo caso une a todos los hablantes.
las características del español de América a modelos y estilos Por esta razón no es de extrañar que gran parte de los mejores
superiores de habla. A la vez que se acentúa la divergencia con gramáticos del español del siglo XIX sean precisamente hispa-
respecto a España, el aislamiento mutuo y la debilitación de la noamericanos como Bello, Baralt o Cuervo, en quienes es
tradición hispánica común fomentan divergencias análogas constante e! deseo de continuar un modelo culto de lengua al
entre los distintos países. que han de subordinarse todos, españoles y americanos.
Producto de la nueva situación social y política son los 5) El siglo XX. Una vez asumidas y encauzadas plenamente
planteamientos, apasionados muchas veces, procedentes de las consecuencias de la independencia, este último período
grupos adversarios a la norma hispánica común, que tratarán, supone el siglo de la integración, la tolerancia y el respecto por
aunque de forma dispersa y sin unas propuestas coherentes, de las diferencias de! otro dentro de un nuevo marco hispánico
establecer una norma lingüística propia de América o de cada común que, con e! transcurso del siglo, se irá consolidando y
nueva nación. Se trata de un proyecto de independencia lin- definiendo mejor. El modernismo inicia un reencuentro con la
güística que explica no sólo, en parte, los intentos de reforma tradición anterior a la de la independencia sin renunciar a los
ortográfica que no llegaron a prosperar, sino también la fútil y presupuestos propiamente hispanoamericanos. El sentido de
absurda idea de que se podían crear «lenguas nacionales», participación en la vida de una lengua común lleva a la creación
como «la lengua nacional de los argentinos» de finales del XIX de las distintas academias americanas de la lengua, concebidas
sobre la base de un lenguaje popular idealizado. Tras esta como parte integrante de la Real Academia Española. A su vez,
actitud se escondían graves y contradictorios conflictos inter- se consolidan las distintas normas del español de manera que
nos surgidos de una crisis de identidad que trataba de buscarse la norma común a todos los hispanos se verá enriquecida por
en los nuevos presupuestos ideológicos e históricos nacidos las particularidades (muchas menos de las que se cree) de las
con la independencia. Si la situación no fuese de por sí bastante otras normas legítimas. No hemos de olvidar, por otro lado,
compleja, hay que sumarle también la inclinación intelectual otros aspectos cruciales de este siglo, como la consolidación de
hacia otros modelos no españoles, como el francés, cuya una literatura brillante que será conocida a nivel mundial,
cultura y lengua deslumbró y entusiasmó a gran parte de la junto a los nuevos retos que impone la vida moderna: creci-
intelectualidad americana que se sustraía, así, al modelo espa- miento demográfico enorme, industrialización, cultura de
ñol. masas, el contacto e influjo del inglés de Estados Unidos, etc.
Por otro lado, el ideal de lengua colonial, lejos de desapare- Posteriormente, en otro trabajo Guitarte (1992) sintetiza
cer, será defendido con ahínco por otro grupo nutrido de estas cinco etapas en tres períodos:
intelectuales cuyo modelo de habla culta seguirá siendo el
a) Período de unidad como un todo en la época colonial, en
peninsular. Más que de apego a los modelos coloniales, lo que
el que el único centro del mundo hispánico era Madrid, con el
hay detrás de estos hombres es un temor a la fragmentación subcentro sevillano. América era zona periférica, cuyo modelo
lingüística y un deseo de salvaguardar la herencia y la lengua
lingüístico seguía siendo el de la Corte, difundido a través de las
común a todos los hispanos, independientemente de que sean
ciudades virreinales.
32 Juan Sál1chez Méndez Historia de la lengua espaiíola en América 33

b) Período de divergencia. Todo el siglo XIX. Se produce la Fraga (1990), sobre el modelo de Guitarte y aplicando
independencia de las distintas repúblicas americanas y se criterios sociolingüísticos a la investigación histórica, amplía
desarrolla un fuerte nacionalismo y una gran actividad intelec- este período de orígenes a una etapa mucho mayor, de un siglo
tual encauzada a la búsqueda de una nueva identidad. Se ymedio, que denomina etapa fundacional. Ese sería el lapso de
reduce la comunicación entre las distintas áreas, lo que condu- tiempo necesario para que quedasen configuradas básicamen-
ce a la evolución divergente de las distintas variedades ameri- te las principales modalidades americanas, que constituirán la
canas del español. Es también la época de intentos de escisión base de las siguientes adaptaciones y cambios según los distin-
lingüística y de reformas ortográficas. tos factores históricos que posteriormente influirán en su
evolución. La época antillana supone la primera nivelación,
c) Período de convergencia. El siglo XX. Aparición de las
Academias Asociadas de la lengua española, aparición de las presidida por el predominio de las formas andaluzas. En la
normas americanas y unidad de un modelo culto de lengua. Los siguiente etapa de expansión por el continente, esa lengua
andaluzada, americanizada en el caribe por la nivelación
modernos medios de comunicación de masas acercan entre sí
dialectal de los primeros colonos, pasa al resto de zonas
las distintas variedades y se hace más intensa la comunicación
entre los distintos países de habla española. americanas, en la que ha de convivir con modelos de habla no
meridionales que van llegando con las sucesivas oleadas
migratorias del centro y norte de España. Durante todo el siglo
2.4. Otras propuestas de periodización XVI se produce el asentamiento de los europeos en el continen-
te, se fundan ciudades, se establece y se mejora el sistema de
Las distintas matizaciones que ha recibido la clasificación gobierno colonial, basado en las cortes virreinales, las audiencias
de Guitarte, por lo demás aceptada en sus presupuestos bási- y las gobernaciones indianas. De esta forma, a mediados del XVII,
cos, se han centrado, sobre todo, en la primera etapa de ya están conformadas las diferentes variedades del español ame-
formación del español de América, que Guitarte circunscribe al ricano según la mayor o menor presencia de rasgos meridionales
período antillano. En general se destaca la brevedad del perío- o castellanos en su base y en su evolución posterior.
do que el autor maneja: demasiado breve para que aparezca
Por otro lado, otros estudiosos, como G. de Granda (1994),
una generación de hablantes nativos en esta nueva modalidad. señalan que la división que propone Guitarte es demasiado
A la vez, se señala que la aclimatación del español al Nuevo
historicista, esto es, da demasiada importancia a los hechos
Mundo, o su americanización, en las Antillas es la primera,
históricos externos al sistema en detrimento de los hechos
pero no la única.
lingüísticos internos, que quedan distorsionados o condiciona-
Las Antillas suponen el origen de una de las modalidades dos cuando se subordinan en exceso a los hechos históricos.
caribeñas del español americano, y su importancia radica no Aunque volveremos a tratar el tema en el apartado de la teoría
tanto en haber sido la primera como en el hecho de ser un de la koinización y estandarización, adelantaremos que Gran-
componente más (pero decisivo, pues explica la generalización da rechaza como primaria la dimensión socio histórica y propo-
de algunos de sus rasgos, como, por ejemplo, el seseo, en todas ne partir, como estructura básica para la segmentación histó-
las variedades americanas) en las siguientes nivelaciones rica, de una dimensión exclusivamente lingüística, según los
dialectales que se producirán en el continente y que serían el diferentes tipos de procesos lingüísticos que intervienen en la
origen del resto de las modalidades americanas. conformación de cada variedad americana, sin olvidar la di-
34 Juan Sál1chez Mélzdez

mensiónhistórica, pero subordinada ala primera. En este caso,


Granda señala una primera etapa amplia que llegaria hasta
mediados del siglo XVI, en la que un español koiné andaluzada
se difundiria por toda América. Después actuarian las oleadas
estandarizadoras, en unas regiones más que en otras, que irian
diluyendo los rasgos meridionales a medida que se incorpora- Segunda Parle
ban los rasgos norteños del castellano, más prestigiosos y ORíGENES DEL ESPAÑOL DE AMÉRICA
susceptibles de estandarizarse. (SIGLO XVI)
Por lo tanto, y resumiendo, no hubo un momento inicial en
la formación del español de América, sino varios de ellos, según
las distintas zonas de asentamiento de los colonos. En todo 3. PRINCIPALES LENGUAS Y PUEBLOS DE LA AMÉ-
caso, más que de un período determinado conviene hablar de RICA PREHISPÁNICA
un proceso que se extendió a lo largo del siglo XVI por todo el
continente. La etapa antillana es el origen de una de las 3.1. Introducción
modalidades del español de América, que, por ser la primera,
exportará sus rasgos al intervenir en las sucesivas nivelaciones El momento inicial de presencia humana en América se
dialectales que se irán fraguando en América a medida que se estima entre cuarenta a cincuenta mil años antes de la llegada
vayan estableciendo los nuevos colonos. de Colón. Se trata de las grandes migraciones de pueblos de
origen asiático que en varias oleadas cruzaron el Estrecho de
Por otro lado, también conviene matizar la brevedad del Bering, convertido en puente natural en los tiempos de la
tercero de los períodos distinguidos por Guitarte, "peaje a la última glaciación (L. Sánchez, 1981).
época independiente». En todo caso, a la luz de los documentos
coloniales, se observa que desde mediados del siglo XVIII se Cuando los europeos llegan a las tierras americanas encon-
percibe un cambio cualitativo importante en los escritos, que traron que estaban pobladas por grupos humanos que tenían
manifiestan una preocupación lingüística mucho mayor que instituciones de variado nivel. Descubrieron también monu-
los textos anteriores: restitución de los grupos cultos mentos y leyendas que revelaban la preexistencia de civilizacio-
consonánticos, simplificación de la ortografía siguiendo la nes de cierta antigüedad. Había sociedades constituidas en
propuesta académica, vocabulario de la ilustración, acerca- distintos niveles, que se preocupaban de perpetuar su memoria
miento a modelos lingüísticos más prestigiosos y ocultación de por medio de monumentos, tenían imaginación poética plas-
meridionalismos, etc. Esto nos lleva a iniciar este tercer perío- mada en leyendas y, en algunos casos, la organización indígena
do en la segunda mitad del siglo XVIII, en la que ya se han hallada había alcanzado un alto y peculiar grado de desarrollo
consolidado desde hace tiempo las distintas modalidades en muchos aspectos.
lingüísticas americanas, comienza a gestarse la ilustración y las Cuando se inicia la colonización europea, el continente
reformas borbónicas de todo tipo empiezan a dar sus frutos, aparece dividido en tres grandes áreas culturales o superáreas
permitiendo una mayor comunicación entre las distintas regio- (Laviana, 1996,6-7.):
nes entre sí y con la metrópoli y una articulación más eficaz del
1. La América tribal, que ocupaba el tercio septentrional de
mundo colonial.
Norteamérica y el tercio meridional de Sudamérica. Entre los
36 lHall Sál1chez Mélldez Historia de la lengua espail01a en América 37

pueblos nómadas o seminómadas, muchos de los cuales queda-


rán fuera de la acción colonizadora española, había multitud
de tribus, como la de los esquimales, los semínolas, comanches,
sioux, apaches, navajos, tupís, guaraníes, patagones, etc.
2. La América Nuclear, integrada por los dos grandes focos
de civílización en el continente: Mesoamérica, con el Imperio
azteca o mexica y los Andes centrales cuna de la civílización Inca.
3. La América Intermedia o área Circuncaribe, que com-
prendía los Andes septentrionales, Baja Centroamérica y Cari-
be, habitada por pueblos sedentarios, con grado de civilización
diverso.
Lo relativo a la demografia indígena en el momento de la
colonización y conquista contiene todavía abundantes lagunas
y las estimaciones que se han realizado varían considerable-
mente. Los cálculos para establecer la población indígena de
fines del siglo XV son muchos y dificilmente conciliables y van
desde los ocho millones de seres a los cien, organizados en
sociedades de distinto grado de complejidad, desde simples
bandas nómadas hasta imperios militaristas. Algunos autores
han señalado unos quince millones de habitantes para cada
una de las grandes culturas azteca, inca y chibcha. Otros, al
contrario, afirman que la tecnología indígena, aun la más
desarrollada, no podía sostener esta densidad y fijan la pobla-
ción en unos 8,4 millones o, como hace Rosenblat (1967a), en
unos 13,4 millones. En cualquier caso, sea cual fuere el número
de población indígena, el hecho es que disminuyó drásticamente
tras la conquista europea, debido al trato recibido, el choque
cultural y la alienación, y las enfermedades europeas que ellos
desconocían (las grandes causantes en el 80% de los casos, muy
por encima de otras causas, de la mortandad que despobló, por
ejemplo, las Antillas en unos decenios). Casi un siglo tardó el
indígena en adaptarse a las enfermedades europeas y al choque
de la conquista y, tras la primera catástrofe inicial, comenzó a
recuperarse y crecer, especialmente en las zonas de grandes
culturas, ya que en otras, como las Antillas, la desaparición fue Principales grupos indígenas de la América prehispánica según L. A. Sánchez
.casi total. (1981,59)
38 Juan Sál1chez Mél1dez Historia de la lengua espafiola en América 39

Por otro lado, junto con los variados pueblos indígenas, los en las distintas áreas en las que arraigue el español, con la
castellanos también se toparon con una situación de diversidad activación consecuente de los respectivos fenómenos propios
lingüística sin parangón con lo que conocian. El territorio de toda situación de lenguas en contacto.
estaba atomizado por multitud de innumerables lenguas indí-
Desde el punto de vista lingüístico, la evangelización de los
genas. Algunos cálculos (Tovar, 1985) indican la existencia en
distintos pueblos amerindios tiene aspectos fundamentales y
aquellos tiempos de unas 170 grandes familias lingüísticas que,
decisivos en la configuración de la América colonial y de la
a modo de troncos, se habían ramificado profusamente en
América indígena, cuyos efectos se dejan sentir vivamente en la
numerosas lenguas y éstas, a su vez, en numerosos dialectos y
actualidad. Los europeos descubrirán la importancia de la
subdialectos, que con frecuencia se habían distanciado mucho
existencia, previa a su llegada, de las grandes lenguas amerindias
entre sí. Sólo para América meridional se estiman unas dos mil
extendidas por el continente para facilitar no sólo la comunica-
hablas locales o variedades dialectales. A veces en una pequeña
ción, sino también la organización de los indígenas. Para
región los castellanos se encontrarán con poblaciones indíge-
acelerar el proceso de evangelización los frailes se servirán no
nas que hablaban cinco o seis lenguas muy diferentes entre sí.
del castellano, sino de estas lenguas indígenas ya extendidas
Esto ya lo recoge Colón, quien, sorprendido por este hecho
que, a su vez, constituían una magnífica llave de entrada en el
cuando llega a las costas centroamericanas, anotará en su
mundo indígena (Rosenblat, 1964). A estas lenguas se las
diario: «no se entienden los unos con los otros más que nós con
denominará lenguas generales, usadas por los españoles y
los de Arabia». Sin embargo, como ha señalado Humberto
extendidas a través de los gmpos indígenas que hablaban
López Morales (1998, 59) y como veremos más adelante, la
lenguas menores junto con el español parcialmente. Esto impli-
atomización lingüística del territorio americano habría de
có un bilingüismo creciente en amplias zonas conquistadas. Se
favorecer también la difusión del español.
dio incluso la paradoja de que gracias a la dominación española
Esta fragmentación lingüística tan vasta es muestra del y la labor de los misioneros, estas lenguas alcanzaron una
aislamiento interno que facilitó la proliferación ele comunida- difusión, estudioy cultivo muy superior al que habían tenido en
des humanas aisladas por las dificultades de comunicación la época de máximo esplendor de los imperios precolombinos.
impuestas por el marco geográfico o la carencia de animales de En aquellos sitios, muy abundantes en época colonial, en los
carga. La amplia gama de situaciones de un extremo a otro de que los pequeños núcleos de colonizadores españoles convivie-
América dio lugar a una gran variedad de lenguas y de culturas ron con pueblos indígenas numerosos y de gran diversidad
con muy diverso grado de desarrollo y tecnología, que iba desde política, social y cultural, la situación fue de extraordinaria
los pueblos cazadores recolectores a civilizaciones tan avanza- complejidad.
das que eran parangonables con las europeas en muchos
Las principales lenguas o familias lingüísticas indígenas que
aspectos.
dejarán su huella en distinto grado en las diversas modalidades
A pesar de esta gran cantidad de lenguas, tan sólo unas pocas del español amelicano son muy pocas si se tienen en cuenta la
(no llega a una decena) pueden considerarse verdaderamente extraordinaria diversidad lingüística del continente, concreta-
mayoritarias e importantes. Estas pocas son las que nos intere- mente nueve: el arawak, el caribe, el nahuatl, el maya, el
san, pues además de ser las principales fuentes de donde el quechua, el aimara, el chibcha, el araucano y el tupí-guaraní.
castellano extraiga el componente básico de su léxico de origen
indígena, también estarán presentes en mayor o menor medida
luan Sál1chez Méndez Historia de la lellgua espailola en América 41
40

3.2. El arahuaco (o arawak)


Constituye una gran familia lingüística que comprendía
más de un centenar de lenguas habladas por numerosas
tribus, que se extendían desde las Antillas hasta el Chaco y
desde las vertientes de la selva andina al oeste hasta el
Atlántico: desde el extremo meridional de Florida, al norte,
hasta el Paraguay septentrional, al sur; y desde el océano
Pacífico (ya en costas del Perú) al oeste, hasta la desembo-
cadura del Amazonas, al este. Fue la primera familia lingüís-
tica con la que entraron en contacto los castellanos, de ahí
que se puedan encontrar numerosos indigenismos origina-
rios de este grupo lingüístico en el español de todo el continente
americano y en la lengua general. Otros términos han pasado
incluso a otros idiomas
Se ha estimado que el foco de dispersión de estos pueblos
estariaen Mesoamérica ySudamérica. Conocidos comoarahuacos,
eran agricultores organizados en cacicazgos o señorios. Pueblo de
gran movilidad y portador de tipos superiores de una cultura que
!;',ú,.,d AIMARA
todavía se encontraba en un nivel neolítico, habían perdido ya
_ ARAHVACO
gran parte de su ten·itodo de expansión en las Antillas a la llegada
~~~~~ ARAUCANO de los europeos, por lo que se presentaban normalmente fragmen-
• CARIBE tados geográficamente y retirados a lugares inaccesibles, cedien-
~CHIBCHA do el pasp a otras tribus guetTeras de aparición más reciente. En
. . QUECHUA
la actualidad, el grupo de indígenas que habla un dialecto del
arahuaco es relativamente pequeño. Gran parte de sus hablantes
_MAYA
no superó los primeros decenios de la colonización europea.
1::w;:;:1
"",,,,, Lenoua_ emparentadas con al MAYA

~ NÁHUATL 'i UTO-AZTECA


A la modalidad arahuaca que se habló en las islas caribeñas
de Haití, Santo Domingo, Puerto Rico, Cuba, Jamaica, etc. se
~ TUP(wGUARANI'
la denominó taíno. Al principio, con este nombre se designaba
O Otn:lS ton9UOs
a la tribu arahuaca que los castellanos encontraron en la isla de
Haití (T. Buesa y J. M". Enguita, 1992,51). Estos taínos habían
Lenguas indlgenas de Hispanoamérica llegado a Cuba aproximadamente unos doscientos cincuenta
años antes del arribo de los españoles. Otros habitantes indíge-
nas de las Antillas eran los sibonoyes, que procedían de una
emigración mucho más antigua (cirea VI d. C.). Se asentaron
(Según T. Buesa, y J. M" Enguita, 1992, 37)
42 Juall Sál1chez Mél1dez HistorÍa de la lengua espaiiola e1l América 43

también en Cuba, procedentes de las Antillas orientales. El aficionados a la música, danza, ritos mágicos y eran buenos
tercer grupo lo constituían los guanatahabeyes, de los que se navegantes. Su lengua dejará también abundante léxico que se
conoce poco. Se establecieron en la región más occidental de difundirá por todo el continente.
Cuba. Taíno pasó después a referirse a la lengua hablada por
esta tribu. La trágica desaparición de muchas tribus durante la
conquista y colonización de las Antillas y el hecho de no 3.4. El nahua
pertenecer a una de las grandes lenguas de civilización
Los aztecas o mexicas tienen su origen en un pueblo guerre-
prehispánica, fueron las causas para que su lengua nunca
ro que desde mediados del siglo XII y tras un largo período de
alcanzara el carácter de lengua general. Debido a la dificultad
constantes luchas con otras tribus, había logrado dominar e
de su notación fonética, el estudio de esta lengua es aún muy
influir en un vasto territorio del área mesoamericana que
poco preciso. Se sabe que las raíces del sustantivo, verbo y
comprendía casi todo México y parte de Centroamérica hacia
adjetivo son iguales y las variaciones morfológicas se forman
1430. En el momento de la conquista, su capital, México-
por medio de afijos.
TenochtitIan, era el impresionante centro administrativo de un
complejo conglomerado político que se denominaba imperio o
3.3. El caribe confederación de señoríos, con el cual los pueblos sometidos
tenían diverso grado de dependencia (según la forma en la que
Es otra de las grandes familias lingüísticas de Sudamérica, se había producido la adhesión) o eran independientes salvo
tanto por su número de hablantes, como por su área de por la obligación de pagar tributos. De costa a costa, la mayoría
expansión, similar a la del arahuaco y al tupí-guaraní, con los de las poblaciones reconocía el dominio azteca, que, sin embar-
que tiene en común su difusión fluvial y la economía basada en go, parecía haber alcanzado su máxima expansión, pues había
el cultivo de la mandioca. Los caribes, que dominaban en las zonas que escapaban a su control en las que se había generali-
Antillas menores, eran muy temidos porsu combatividad feroz. zado un rechazo profundo hacia los mexicas con los que se
Se sabe que estaban en plena expansión a la llegada de los veían obligados a luchar en las famosas Guerras floridas.
castellanos y se hallaban a lo largo las Antillas, a cuyo mar El nahua es una de las lenguas de la gran familia uta-azteca.
cedieron su nombre, Honduras Británica, Guatemala y peque- Pese a los numerosos dialectos que se hablaban en la zona
ños enclaves de FIOlida y parte de los territorios de Colombia, comprendida entre el Itsmo de Panamá y la llanura de Oregón
Venezuela, Guayanas y Norte de Brasil, de donde habían y entre el occidente del Pacífico y el Golfo de México, el uto-
desplazado a los arahuacos. Hoy se conserva su lengua a orillas azteca se convirtió en la raíz idiomática unificadora, de la cual
del Caribe, en las Guayanas y en las cuencas del Orinoco y del derivaron las demás lenguas locales con diferencia de grado. El
Amazonas, desde las costas colombianas del Pacífico hasta el nahua era la principal lengua de civilización del imperio mexi-
Pará brasileño. Su núcleo más compacto estaba en las Guayanas cano, una de las más grandes y desarrolladas civilizaciones
yen Venezuela, donde destacaron también los cumanagotos, prehispánicas, y se extendía por la mayor parte del Méjico
tribu casi extinguida en la actualidad, que habitaba en la costa actual y parte de Centroamérica, donde, disgregado hoy en
venezolana desde la Península del Paira hasta el Cabo Codera. numerosas variedades dialectales, todavía es hablado en algu-
Eran un pueblo dedicado fundamentalmente a la pesca. nas regiones por varios miles de personas, muchas de ellas
Culturalmente los caribes son semejantes a los arahuacos: bilingües. Se ha estimado que en el siglo XVI entre 2 y 5
44 Juan Sál1chez Mé11Clez Historia de la le11gua espafíola en América 45

millones de indígenas lo hablaban. Su área de expansión estaba los estados mexicanos de Chiapas, Tabasco y la península de
en el centro de México-Tenochtitlán. Yucatán y estaba integrada por diversos pueblos como los
Fue la lengua de civilización y de comercio del imperio yucatecos, los itzáes, quichés, cakchiqueles y otros.
azteca, por lo que se hallaba lo suficientemente extendida como Hacia 1500 toda la región vivía una fase de piofl.mda desin-
para que los misioneros europeos la convirtieran en lengua tegración política, abandono de ciudades, violencia y luchas
general de evangelización, lo que contribuyó aún más a su internas. Testimonio de la importancia cultural que alcanza-
difusión. Durante los siglos XVI y XVII se escribió en esta ron los mayas son tres manuscritos que han llegado hasta
lengua abundante literatura con el alfabeto introducido por los nosotros, junto con abundantes bajOlTelieves de inscripciones
españoles, que sustituyó al pictográfico de época precolombi- jeroglíficas. Su escritura está en proceso avanzado de descifra-
na. El nahua no era un idioma oficial uniforme. Se subdividía miento, y se han advertido ciertos elementos silábicos en sus
en un conjunto de dialectos: los más importantes eran el signos. El maya estaba fragmentado en numerosas variedades,
náhuatl (en el que es frecuente encontrar el fonema ti después algunas desaparecidas hoy y otras mal conocidas. Desde el siglo
de las vocales), el náhual (que reemplazaba este fonema por l) XVI, con los frailes y misioneros que lo cultivaron, originó una
yel náhuat (que usaba la t). El náhuatL también llamado azteca importante literatura. En la actualidad cuenta con varios miles
clásico, era el dialecto hablado en la capital. Se trata de una de hablantes en zonas de Yucatán y Campeche y abarca el
lengua aglutinante e incorporante; se sirve de numerosas par- oriente de los estados de Tabasco y Chiapas, Honduras Britá-
tículas (prefijos y sufijos) y asocia dos o varias palabras en una nicas y parte de El Salvador. Esta lengua está constituida
sola, especialmente incorporando el objeto de la acción al esencialmente por raíces con frecuencia monosilábicas y a
verbo mismo. Sus formas verbales son muy ricas y variadas y veces disilábicas, a las cuales se afijan numerosas partículas
el vocabulario ofrece un gran desarrollo gracias a la derivación que indican las diferentes categorías gramaticales.
y la abstracción.

3.6. El ehibeha
3.5. El maya
Los chibchas eran verdaderos maestros en la metalurgia del
Es una familia lingüística que dio algunas de las más impor- oro y la tumbaga (aleación de oro y cobre); entre ellos sobresa-
tantes lenguas de civilización que conoció América en época lían los indios de Bogotá y Tunja, auto denominados muiscas,
precolombina. Su filiación lingüística no es segura aún. Se la ha organizados en dos grandes señoríos cuyos jefes tenían el título
unido a la familia uta-azteca (al igual que el nahua) derivada de de zipa y zaque, respectivamente. Con"esponde a un gran tronco
su tronco penutiano. Otros la agrupan en la familia maya- lingüístico, el más importante de la región noroccidental de
quiche, del tronco lingüístico maya-zaque. Sea como fuera, en América de Sur y Centroamérica, perteneciente al ámbito
maya se expresó uno de los más avanzados pueblos de América, mesoamericano, pero con importantes coincidencias léxicas
que tuvo su esplendor mucho antes de que aparecieran los con lenguas de regiones centrales de la América meridional.
europeos. Cuando los castellanos entraron en contacto con esta Algunas de las lenguas pertenecientes a este tronco desapa-
importante cultura ya sólo hallaron restos de lo que fue aquella recieron sin dejar huella y otras persisten en la actualidad.
civilización. El área maya estaba comprendida por el territorio Ocupaba un área muy extensa a la llegada de los europeos. La
que hoy forman Guatemala, El Salvador, Belice, Honduras y familia chibcha ocupó una posición prominente en el plano de
46 Juan Sánchez Mélldez Historia de la lengua espaiiola e11 América 47

las relaciones intercontinentales y se extendía por todo Pana- conjurar la enorme diversidad cultural y lingüística de los
má, la mayor parte de Costa Rica y Nicaragua, tal vez Hondu- pueblos sometidos. Sin embargo, la rápida expansión de los
ras, en contacto con el maya, y gran parte de Colombia. A pesar incas se volverá poco después en su contra. La gran extensión
de su importancia, no llegó a constituir una lengua muy del imperio plantearía graves problemas para la administra-
extendida antes de la llegada de los españoles (sí que llegó a ser ción y la comunicación y dificultaría también la deseada
lengua general en el Nuevo Reino de Granada), por lo que tuvo integración lingüística y cultural, pese a la política de desplaza-
menos fortuna que otras lenguas. La lengua más importante de miento de poblaciones.
este tronco es el chibcha o muisca de Bogotá, vehículo de una
de las altas culturas indígenas. La forma en que el quechua se imponía a los pueblos
sojuzgados recuerda mucho a la de Roma. Los hijos y familia-
res de los jefes de las tribus conquistadas eran educados en esta
3.7. El quechua lengua, lo que dio lugar a un bilingüismo histórico andino que
sería continuado con otros presupuestos y lenguas por con-
Fue la lengua del importante imperio incaico, llamada quistadores y misioneros españoles. Los incas advirtieron en el
también quichua, lengua del Inga por los españoles o nma-simi quechua un elemento aglutinador de la diversidad lingüística y
(<<lengua del indio», nombre genérico que se aplicaba a cual- cultural de su imperio, por lo que lo convirtieron en la lengua
quier lengua amerindia y opuesto a castilla-simi «lengua de general. Los pueblos dispares, sometidos al elemento unifica-
Castilla») por los incas. Hoyes una de las lenguas indígenas dor que constituyó el imperio incaico, adoptaron la lengua de
más importante de la América moderna. Según las crónicas, en los incas y adquirieron una cultura común. Esto mismo harán
el siglo XVI ya presentaba la fragmentación lingüística obser- los misioneros europeos, que utilizaron el quechua como
vada hoy. Era la única lengua de la América meridional preco- lengua general de evangelización, aprovechando y continuan-
lombina que había desempeñado el papel de una lengua de do la práctica anterior, de manera que se pudo conjurar la
civilización. Se cree que su foco originario estaba en la costa riqueza lingüística de la América andina. En este sentido,
central peruana. Los incas y sus súbditos directos se sirvieron también fue importante la claridad de su fonetismo.
de ella como vehículo de una de las grandes organizaciones Esta es también la razón por la que, ya desde época incaica,
estatales más notables que ha conocido la humanidad, exten- muchas lenguas de los pueblos del antiguo imperio desapare-
diéndola a lo largo de un imperio vastísimo: desde la costa del
cieron. El quechua sustituyó en muchas regiones al aimara y
Pacífico hasta las altas cumbres andinas y desde Ecuador hasta
otras lenguas indígenas. En época colonial, con los misioneros,
el Noroeste argentino (Tucumán), yel centro de Chile.
y por su carácter de lengua general de evangelización y de
El imperio incaico era mucho más joven que el mexica. A lengua franca, el quechua se expandió mucho más allá de los
partir de 1438, con la coronación de Pachacuti, se había ido territOlios del imperio, en puntos muy distantes entre sí a los ,
formando uno de los mayores imperios territoriales de la que nunca llegaron los incas: Santiago del Estero en Argentina,
historia, el Tawantinsuyu o Imperio incaico, con capital en la región del Amazonas superior y las zonas meridionales de
Cuzco, que, en menos de un siglo, se extendió a lo largo de más Colombia. Constituye la lengua iridígena de mayor difusión
de cuatro mil ldlómetros. Estaba gobernado por el Inca o americana y es usada hoy por millones de hablantes (muchos
soberano deificado, con una economía controlada por el Esta- bilingües) en Perú, Bolivia, Ecuador, Sur de Colombia, Noroes-
do y una religión oficial, que, junto con la lengua, tratará de te argentino y núcleos aislados del norte de Chile surgidos tras
48 Juan Sánchez Nléndez Historia de la lengua espafiola en América 49

migraciones modernas. Fue declarado oficial en Perú de 1975 archipiélago de Chiloé. También se prolongaba sobre gran
a 1979 y luego lengua nacional. parte de la Pampa argentina hasta casi Buenos Aires. Se
Los dialectos del quechua se agrupan en dos grandes grupos, caracterizaban por su carácter guerrero y por su tenaz resisten-
con subdialectos a veces muy distanciados entre sí: los dialec- cia a los europeos, que se prolongará a lo largo de toda la
tos septentrionales, o del Chinchaysuyo, y los dialectos meri- colonia, con avances y retrocesos continuos que no concluirán
dionales, o del Taruantisuyo. Para unos cuenta con cinco hasta el siglo XIX. El término araucano se refería originaria-
vocales; otros, en cambio, hablan de tres vocales y de e/o como mente a los nativos de la zona de Arauco, donde se estableció
variantes combinatorias. Su morfología es rica y especialmente la primera fortaleza castellana. Los indios se llamaban a sí
adaptada a la formación de derivados sufijados. Existen nume- mismos mapuches, que quiere decir «gente de la tielTa», deno-
rosos sufijos verbales con los que se indican las modalidades minación que empleaban también para referirse a su lengua. El
aspectuales y las funciones gramaticales. quechua, difundido por los incas en el norte de chile influyó
también en el araucano, dejando en él numeroso léxico. Por su
parte, el araucano influyó asimismo notablemente en los gru-
3.8. El aimara pos lingüísticos meridionales. Hoy aproximadamente medio
millón de personas lo hablan en Chile y unos pocos miles en
Es otra de las grandes lenguas sudamericanas. Se han Argentina, con dialectos poco diferenciados. Su morfología
observado estrechas relaciones lingüísticas y culturales con el viene caracterizada, entre otros rasgos, por un dual. la
quechua, que han llevado a algunos a agruparlo junto con éste. posposición del adjetivo y el desplazamiento del sujeto al final.
Sin embargo, este parentesco ha sido puesto en duda y se
coincide en que aún necesita estudio. En todo caso, el contacto
secular con el quechua explicaría la presencia de abundante 3.10. El tupí-guaraní
léxico común y los rasgos fonéticos y morfológicos que com-
parten. El aimara es, tal vez, la lengua más antigua (y por tanto, Corresponde a una gran familia lingüística hablada origina-
la de mayor extensión) de la época preincaica que, a la llegada riamente por pueblos guerreros basados en la agricultura.
de los castellanos, ya había retrocedido considerablemente a Debieron de ocupar la región comprendida entre el Paraná y el
favor del quechua. Era la lengua de diversas tribus del pueblo Paraguay, centro originario desde el que se realizó su disper-
aimara: colla (la más numerosa), lupaca, collagua, pacase, sión fluvial y costera para dirigirse, a lo largo de la costa
caranca, chanca, quillagua y omasuyu. Hoyes hablado por más atlántica, hacia el Norte y más tarde remontar el Amazonas
de un millón de personas en comarcas de Bolivia, Perú y puntos hasta casi su. nacimiento y algunos de sus afluentes, particular-
del altiplano chileno septentrional. Tiene tres vocales, no posee mente los meridionales. El guaraní, por tanto, se hallaba en
géneros y utiliza numerosos sufijos; el verbo se coloca al final plena expansión, como vehículo de una cultura agrícola supe-
de la frase. rior a la de los pueblos que sometían, cuando los europeos
(castellanos y portugueses) lo conocieron. Era la lengua domi-
nante en los citados territorios entre el Paraná y el Paraguay y
3.9. El araucano en los territorios vecinos de las actuales provincias argentinas
de Corrientes, Entre Ríos, Santa Fe y Misiones. También se
Los araucanos eran un pueblo que se extendía por el centro
extendían por toda la costa brasileña.
del actual Chile, desde Copiapó, al norte del país, hasta el
50 Jua1l Sál1Chez. Mél1dez Histaría de la lengua espaiíola eH América 51

Tanto los castellanos como los portugueses se percataron de 4. LA CONQUISTA y COLONIZACIÓN DE AMÉRICA
esta enorme difusión y de su carácter relativamente sencillo,
sobre todo en la fonética, pero también en la morfología y 4.1. Etapas de la conquista y colonización
sintaxis y, desde el último tercio del siglo XVI, fue extendido y Lo que conocemos como conquista y colonización de Amé-
cultivado ampliamente por los misioneros (especialmente los rica contiene unas características propias que la singularizan
jesuitas), considerado lengua general como medio de evangeli- frente a otras expansiones similares de la historia. Se trata de
zación y de relación con los indígenas. Su difusión fue tal que un proceso expansivo que se inicia a finales del sigl()_2[Y.Lse
sobrepasó ampliamente al español y, especialmente, al portu- desarrülIahasta fiñii1es defXViñ-;-cuando s"é iri';;-rporen pro~-·o
gués brasileño, casi como única modalidad lingüística de los -gresiVáffientelasáreas marglIl.aÍ;;-s de la expansión. Si!!~J11bar­
sectores populares, ya no sólo indígenas, de la vida colonial. go, laauténtica conquista, esdecir, laincorporación ala cororía
La familia tupí-guaraní cubre una larga serie de dialectos y "casú';lIana dé la mayor pai'tedel territorio americano, el some-
subdialectos, a veces de difícil clasificación, pero el tupí- Hrrilento de los pueblos indígenas más avanzados ylaconsoli-
guaraní antiguo conocia dos variedades importantes: dación de los principales núcleos de población desde los que se
proyectará después la América colonial, se produce durante la
a) El dialecto norte o tupí propiamente dicho, del que deriva primera mitad del siglo XVI. Concretamente, el año 1542 puede
el l1eengatu, llamado lingua geral por los portugueses. Durante ser considerado un punto de inflexión emblemático, pues en
los primeros siglos de dominación portuguesa del Brasil fue la
ese año lo esencial de la A~éricaesP<lñClla Ya esJaºac ClI1C]uis-
lengua más extendida y hablada en sus colonias.
tado y las Leyes ÑíTe-vds;"proll1ulgadas en esa fecha, pretenden
b) La variedad sur o guaraní propiamente dicho, origen del . organizar y articular el ten-itorío y regular las relaciohesentre
guaraní moderno y sus dialectos. Se extiende hoy por vastos conC¡uistadorés y conquistados. De esta manera, al primer
territorios de América del Sur. Pero sólo constituyen áreas período caracterizado, como veremos, por la iniciativa indivi-
lingüísticas continuas ciertas zonas de este territorio, como la dual, se impone ahora el orden institucionaL Apenas 50 años
del guaraní de Paraguay, lengua popular, hablada por más de después de que Colón arribase a las Antillas ya se había
95% de la población, y cooficialjunto con el castellano, y las de perfilado la cartografía del Nuevo Mundo, que, tras el descubri-
sus vecinos argentinos y brasileños. Esta difusión actual debe miento del Pacífico, ya no será considerado Asia.
mucho, en parte, a la política lingüística que practicaron los
Un aspecto característic0311e..J11ªrc.ó_",stªrá]:JÍ.cI~){pa12~i9n fue
jesuitas, a cuyo cargo corrió la evangelización de la zona y a las el hecho de que lasexpeélIdones de exploración dieran inmedia-
particularidades históricas de aislamiento y penuria económi-
tamente paso a I?sde conqLlÍstapnmero y colonización después:
ca de Paraguay durante la colonia y su difícil situación en el Coñej"üis(iiYcolól1]ziidóníbal1: por tanto, emparejadas:" ..
siglo XIX, cuando la guerra contra Argentina y Brasil práctica-
mente despobló la joven república. Convertida en lengua de las Podemos distinguir tres etapas claramente.cl~Jil11itadas en la
misiones jesuíticas, el guaraní conoció una extensión de tipo expansión castellana por elNllevoMundo (Laviana, 1996,22):
monolingüe comparable a la de una lengua europea y tuvo gran a) la época de conquistas antillanas o tempranas (1502-1519);
cultivo literario, de ahí el arraigo que conserva, superior al de b) la época de conquistas continentaleS o intermedias (1519-
otra lengua indígena americana. 1549) y c) la época de conquistas interiores o fáfi:lúls (desde
1550 en adelante y sin solUCIÓn de ccíhfini.íidad). "
52 Juan Sál1c1zez Mélldez Historia de la le1lgua espailo1a en América 53

En la primeraetapa (1502-1519) las em¡;u::eJiaS_eli:P_emcLQna- de kilómetros cuadrados en algo más de tres décadas (unos
rias son a la vez de e){paIl_sión territoriaJs_c,QIQgización. Supo- nueve mil kilómetros de norte a sury seis mil de este a oeste) por
nen también los ensayos de constitución y ac!i~taéión de la un conjunto reducido de aventureros, que, en algunos casos, no
nueva sociedad colonial, que comienza a instaurarse tras repe- pasaron del puñado. Lo más relevante serán las conquistas de
tidos fracasos e intentos iniciales y que servirá, si no de modelo México y el Incario (Perú). México, conquistado entre 1519 y
ya que las circunstancias eran muy cambiantes, sí de valiosa 1521, se convirtió en foco de irradiación hacia el norte (Nueva
experiencia a las colonizaciones que poco después se realicen Galicia entre 1529-1536) y sur (Guatemala, en 1524). Perú,
en el continente. conquistado desde Panamá entre 1531 y 1533, fue base de
partida de nuevas conquistas hacia el norte (Quito, en 1534) y
La conquista propiamente dicha comienza en1502, con las
hacia el sur (Chile, en 1540). Enla década de los cuarenta nacen
expediciones sistemáticas,de Nicolás deüvando,~G¿hern¡idor
las primeras ciudades españolas en los actuales Ecuador, Perú
ele la Española. LªEspañolª fue, por tanto, la prim~racéll1.l¡L<!~
y Bolivia. A partir de 1547 comienza la definitiva conquista de
'!§.eJiJmnjelJl0. c:I~los,,,:astel¡ª!IQS y de la conqu~ta posterior,
Venezuela y Colombia (1550). Además, surgirán otros procesos
desde donde partirán las expediciones que colonizarán el
autónomos desde subnúcleos de conquista, como el del Río de
actual Puerto Rico (1508-1511) y Jamaica (1511), siempre
la plata (1534).
escasa de población, Ese mismo año se eg¡¡bleceJ¡'ll'rJmera
~é)~c:le, admini:;;Jri\cióJJ~(llQJ;¡ti\l.d.""ArnéJ,i<;ª,JaAudiencia de La tercera etapa es más lenta y queda fuera de la era de
_.SaIl!?j)()ll1.iQgo, que habría de regir la administracióILc:I,e todas conquista. Desde la segunda mitad del siglo XVI y bien entrado
las Antillas durante el siglo XVI. En 1509 comienzan los el XVII sevan incorporando Nueva Vizcaya y Nuevo México, La
primeros asentamientos enlas costas del continente. Concreta- Florida y Costa Rica. Desde el Alto Perú (actual Bolivia) y
mente, se fundó en el Golfo de Darién la ciudad de Santa María Asunción salen las expediciones hacia el sur argentino: en 1573
del Darién, que servirá de base para la posterior conquista de se establece Santa Fe; en 1580 se produce la segunda y defini-
Panamá en 1519. Entre 1511 y 1514 se produce la incorpora- tiva fundación de Buenos Aires; en 1587 se funda Corrientes.
ción de Cuba. Característica de este primer período es la Durante el XVII la expansión continúa por el norte de México
explotación de los primeros ingenios de azúcar y de los lavade- y se logra penetrar en las cuencas del Orinoco y el Amazonas.
ros auríferos, lo que tuvo dos importantes consecuencias: a) la También, desde el Consejo de Indias se ordena la colonización
formación de capitales indianos que se reinvertirán en las jesuítica de Paraguay y Uruguay, a la vez que se logran notables
posteriores campañas y b) la rápida desaparición de la pobla- avances en la reducción de los indios araucanos en Chile. El
ción indígena en las Antillas Mayores, producto de las duras último gran movimiento expansivo se produce a lo largo del
condiciones de trabajo y las epidemias, lo que provocó varias siglo XVIII, con especial actividad en su último tercio: la
expediciones hacia regiones cercanas (islas y costas del conti- incorporación de California, Nayuit y Texas duplica el territo-
nente) para la captura de esclavos. La Habana, junto con rio de México e incentiva la repoblación, especialmente cana-
Darién, se constituirán en los dos núcleos sobre los que se ria, del sur de los Estados Unidos con el fin de detener el avance
proyecte la expansión continental de la siguiente etapa. desde el norte de franceses e ingleses.
La segunda etapa (1519-1549) es la más compleja, intensa y
espectacular, y también la más dramática en todos los sentidos.
Supone el esfuerzo titánico de incorporar unos ocho millones
54 lua11 Sál1chez Mél1dez Historia de la lengua espaiiola ell América 55

4.2. La hueste indiana. El poblamiento hispánico


En general, y salvo excepciones, la conquista se apoyó en la
iniciativa privada. No hubo ningún plan elaborado para ello
por parte de la Corona, que únicamente se limitó a legitimar,
mediante capitulaciones, las conquistas hechas. La
institucionalización de América no vendría hasta el definitivo
asentamiento colonial, y no sin tensiones. No es de extrañar,
por tanto, que América no fuera empresa del ejército castella-
no, que existía bien organizado en el siglo XVI e interviniendo
en diversos puntos de Europa. Los famosos tercios nunca
actuaron en América (Laviana, 1986). La labor quedó a cargo
de la iniciativa de un grupo de aventureros y soldados de
fortuna, bajo la dirección de un caudillo o capitán, que gozaba
de prestigio y de la confianza de sus hombres, con el aporte
financiero que ellos podían reunir o que intereses privados
aportaban y el permiso real para actuar en nombre de la Corona
y conquistar una determinada porción del territorio.
Estos conquistadores, que constituyeron un número muy
VIflREINA 10 DEL PERÚ
reducido (se estima que no pasaron de diez mil) integran la
llamada hueste indiana (Ballesteros Gaibrois, 1985), caracteri-

/
zada por la total voluntariedad de sus integrantes. La mayor
parte de los conquistadores y colonizadores pertenecía a secto-
res humildes de la sociedad peninsular. Registrados en las
listas de embarque como hombres de bien, hijos de ... , en un 80%
procedían de los sectores populares, esto es, marineros, artesa-
nos, labradores, profesionales urbanos, etc. El 20% restante
estaba constituido por hidalgos pobres, que dirigirán la mayor
Las Audiencias virrcinales, siglo XVI
parte de las expediciones y contagiaban sus aspiraciones a los
demás, y gentes de estratos urbanos medios: escribanos, ciru-
(Según F. Morales Padrón, 1986,45) janos, clérigos, etc.
Este primer grupo de gentes llegad,!? a América co!]stituye
~Ll}úcleo primario en el qüése produjo la fli"elacióIl d~ los.
distintQs_ªiª-l.ef_tosr~i.'2¡:!~l~§, ...I'2s primerosen~litir{im:..i.rl}{l'.
variedad americanizada, acriollada si se quiere, de la len-
gua, qTJeluegoex15bTtarán a todo el continente. Sin'-embar-
56 luan Sál1chez Atlél1dez Historia de la lengua espaiiola e11 América 57

go, la fisonomía de estos grupos y su lengua habría de Por otro lado, la colonización americana tendrá, dadas sus
cambiar sustancialmente a medida que se fueron consoli- características, un marcado carácter urbano. También se esta-
dando las fundaciones que establecieron, se institucionalizó blecieron grandes plantaciones y haciendas ganaderas, se ex-
y reguló la vida colonial y se produjeron nuevos aportes plotaron minas y se desarrolló en algunas áreas una floreciente
migratorios. industria textil. A partir de aquí comienzan las sucesivas olea-
A partir de las primeras experiencias colonizadoras isleñas das colonizadoras. En general, estaban constituidas por hidal-
del Caribe, adquirió consistencia la expansión continentafy la gos y pequeña nobleza empobrecida, junto con artesanos
fundación de los primeros núcleos urbanos y políticos. A la vez urbanos. Los estamentos más débilmente representados eran
se constituyó una nueva sociedad de gran originalidad y extre- la alta nobleza y el campesinado peninsular, pues ambos
ma novedad. De hecho, la experiencia caribeña, aunque f1.le compartían la seguridad económica que no les hacía atractiva
valiosa, sirvió de poco en el continente, dadas las diferencias la idea de abandonar España. Algunos, como Humberto López
enormes entre las distintas zonas: territorios inmensos, socie- Morales (1998), han visto en esto último un aire urbano en las
dades indígenas muy desarrolladas, tribus belicosas y una gran jóvenes colonias alejadas de la lUsticidad de las zonas campe-
heterogeneidad lingüística. sinas españolas, que tendrá su reflejo en el naciente español
americano. Sólo con el establecimiento de las cortes virreinales
Es caracteristico de la expansión el hecho de que el proceso comienzan a llegar individuos de la auténtica nobleza, altas
descubridor transcurriera paralelo al de índole fundacional, dignidades eclesiásticas, mandatarios y funcionarios de diver-
basado en la tradición de la repoblación peninsular durante la so rango, notarios, abogados, catedráticos, escritores, etc.
Reconquista, y que se efectuase por pequeños núcleos que
debieron vencer inconvenientes de todo signo para lograr el La Corona percibió pronto la estrecha relación entre
asentamiento productivo en las nuevas tierras. Esto último poblamiento y dominio del territorio. Por eso, desde los prime-
imprimió un sello de gran originalidad en el sistema fundacional ros tiempos, adoptará una política oficial poblacionista, cuyo
americano, que, aunque inspirado en la tradición castellana, rasgo característico será la autolimitación basada en criterios
hubo de adaptarse a las nuevas condiciones exigidas por las políticos y religiosos que tratarán de proteger la exclusividad,
tierras y las nuevas circunstancias. El principal objetivo de los castellana al principio y española después, frente a otras poten-
colonizadores era la creación de una sociedad patrimonial, cias extranjeras y asegurar la integridad ideológica de las
basada en la propiedad de la tielTa y en el sistema de la tierras conquistadas. Así, salvo contadas excepciones, se prohi-
encomienda l , de origen romano y de fuerte tradición feudal be que pasen a indias extranjeros, musulmanes,judíos, gitanos,
extremeña y castellana durante la Reconquista. conversos, protestantes y condenados por la Inquisición. El
emigrante, en teoría, debía ser español, cristiano viejo y de
buenas costumbres. La emigración estuvo, por tanto, restringi-
da y controlada por la Corona (excepto la emigración ilegal,
Mediante la encomienda los colonizadores eran recompensados con constante durante toda la época colonial, aunque poco signifi-
repQ/1imiel1tosde indios por su conttibución a la conquista. Estos indios cativa) mediante el preceptivo perrniso o licencia de embarque,
estaban obligados a e~tregar su trqbajo o una parte de su producción al que debía solicitarse en la Casa de Contratación de Sevilla y,
colono encomendero. Este, a cambio, debía instruirlos en la fe cristiana.
Implantada por primera vez en Santo Domingo (1502) pervivió hasta que desde 1546, en el Consejo de Indias de Madrid. Los minuciosos
fue abolida en 1720. registros de salida de personas y buques nos proporcionan una
58 Juan Sánchez Méndez Historia de la lengua espafíola en América 59

información bastante completa sobre la emigración legaF, que, 2,8%, otros, 6,7%. Entre andaluces y extremeñgss\lman casila
aunque poco significativa en términos numéricos, pues consti- mitad de todos los pnlnero'S: corüñizadores; lo que habría de ser
tuye sólo una parte del total, es muy rica en información [undamentalpará4'l~coiisIiJili::iÓIléléfnaciente espm'í;lameri-
cualitativa (nombres, procedencia, estados, etc.). cano; como veremos l11ásadelante. La presenciacanar:iaJill,_
Manejando datos relativos al tonelaje y cargamento de los _pºcº . sigrufiCfltivajllE~il1sÍJ?Lo, pero irácreciendojJrogresiva-
mente hasta alcanzat:.su.nÚlllero-máxJmo.e!te1 siglo XVIrí. En
barcos que cruzaban el Atlántico para estimar el número
e;ta última centuria se produce también lai;;corporación a
mínimo de pasajeros que podían transportar, además de las
América de na",arros, gallegos, catalanes, valencianos y
mercancías, víveres y tripulación, algunos estudiosos, corno M.
baleares 3 •
M6rner (1960), han calculado que entre 1506 y 1600 emigraron
unos 240.200 peninsulares, esto es, unos 2.600 al año como Sin embargo, conviene señalar que estas cifras de poblado-
promedio. Este número es similar al calculado, con otros res son sólo referidas a una parte de la sociedad colonial, por lo
procedimientos, por Boyd-Bowman (1964), que fijó en unos demás minoritaria, ya que el grueso de la población estará
200.000 el total de emigrantes durante el siglo XVI. Estas cifras, constituido por mestizos, africanos e indígenas, de los que
las máximas posibles considerando la capacidad y las limita- hablaremos más adelante.
ciones de la navegación de la época, representan porcentajes
muy pequeños de la población de la Península de entonces.
Además, la emigración era esencialmente masculina. La mujer 5. EL PUNTO DE PARTIDA: LA SITUACIÓN HISTÓ-
será la gran ausente de la empresa americana. Al principio sólo RICA DEL CASTELLANO QUE LLEGA A AMÉRICA
un 10% de las licencias oficiales se refieren a mujeres. Desde
mediados del siglo XVI aumenta la proporción de mujeres 5.1. La base del español americano
hasta un 25% del total. En todo caso, las cifras son mínimas y Pese a que pueda parecer una obviedad, se hace necesario
explica la abundancia de uniones mixtas y el cruce racial en las insistir en el hecho de que la lengua que llegó a América no era
clases bajas y medias de las nacientes sociedades americanas un bloque monolítico y unifom1e, y de hecho ninguna lengua lo
(Konetzke, 1979). es. ¡;<:I español que ll.s:gaaJ=AntiJlas...tIinesJj.~]CV y se expanf!<=Y
En_.C:l1anto a la procedencia regionalde los. colonizad.9res, .:~::lu~e:n.Ant~.r:i.c:a~111as cen tll!:i-ª§.IDggieg!~ll compJ.<,~ .. '
~~tasedecantó preferentemente por los meridi()I1~IL"s.S.egún j<:0rrtegrado...poL1!!!ª.s_t;Ei~...cIe,.2ubsistemas originados e l1Ja
Igs.datosqut=manejaBoyd-Bowman (1964), entre 1493 y 1502, variaciÓn diatópica, diafásica y dms1i'[[cFresulfilrlté-de su-evo-
el 32% de los colonizadores de la Española eran andaluces, luciÓn medieval.Y§ll_eWámiQíi.]Jorra-PE:níl1SuT~t~oñ EiReconquis-
proporción que se mantiene tres décadas después. Durante las -ta,enlaque i'uterviene la propia cronología d~I;;';;~p~;'¡sió;'¡
primeras décadas del siglo XVI, la proporción de colonizadores p;;iil!1Su1aJ:y_eLcontacto con vaJjedades.romances afines.
fue la siguiente: Andalucía, 29,4%; Extremadura, 18,2%; Castilla Hace ya tiempo que A. Zamora Vicente (1967,378), hacién-
la Vieja, 19,3%; Castilla la Nueva, 11 ,5%; León, 12,1%, vascos, dose eco de una tradición anterior, afirmaba: «El fundamento

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La relativa al siglo XVI puede consultarse en el Catálogo de pasajeros a Frago (1999) realiza un exhaustivo análisis de la contribución de cada
Illdias, Sevilla, 1940·1985 publicado por el Archivo General de Indias. región española en el Nuevo Mundo.

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