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La mejor decisión

Publicado el13 enero, 2014

Cada una de nuestras decisiones deben de estar guiadas por el Espíritu Santo, no por
nuestras emociones y sentimientos.

´´La mejor decisión´´

Después que David hubo censado al pueblo, le pesó en su corazón; y dijo David a
Jehová: Yo he pecado gravemente por haber hecho esto; mas ahora, oh Jehová, te
ruego que quites el pecado de tu siervo, porque yo he hecho muy neciamente. 2
Samuel 24:10

Nuestra vida se basa en decisiones y éstas pueden ser


buenas o malas.

Cada una de nuestras decisiones deben de estar guiadas por el Espíritu Santo, no por
nuestras emociones y sentimientos.

La mayoría de las decisiones que toma el hombre están basadas en ellos mismos, y no
en Dios, y producto de estas se ve afectada su vida. Una mala decisión afecta todo
nuestro entorno, por esta razón nuestras decisiones deben de estar basadas en los
principios de Dios; por eso, muchas veces cometemos los mismo errores porque
tomamos las mismas decisiones, y esto le pasa a todo el mundo, aun lo que están fuera
de la iglesia y los que están dentro de esta.

En el libre albedrio, Dios nos da la autoridad para que tomemos decisiones, porque en
nosotros está el conocimiento de lo bueno y lo malo.
En este tiempo tenemos que tener una visión diferente, es tiempo que se levanten
hombre y mujeres sin excusas, esta no puede ser una opción para tomar una mala
decisión que afecte nuestra vida. Hay decisiones que no nos afectan inmediatamente,
pero dentro de un tiempo vemos el resultado de lo que hacemos en nuestra familia, en
nuestro negocio, en cualquier área de nuestra vida.

David era rey, un hombre el cual le consultaba todo a Dios. Un día satanás lo incitó,
porque este anda como león rugiente; y cuando lo tentó, David quiso censar a Israel.
Esta decisión a David le costó, él no sabía que se estaba poniendo en juego a un pueblo,
y cuando lo censó, el pueblo vino al profeta Gad y este le preguntó: cuál castigo
quieres? porque hay decisiones que tienen consecuencias y estas son notoria.

2 Samuel 24: 10- 18 dice:

Después que David hubo censado al pueblo, le pesó en su corazón; y dijo David a
Jehová: Yo he pecado gravemente por haber hecho esto; mas ahora, oh Jehová, te
ruego que quites el pecado de tu siervo, porque yo he hecho muy neciamente. Y por la
mañana, cuando David se hubo levantado, vino palabra de Jehová al profeta Gad,
vidente de David, diciendo: Ve y di a David: Así ha dicho Jehová: Tres cosas te
ofrezco; tú escogerás una de ellas, para que yo la haga. Vino, pues, Gad a David, y se
lo hizo saber, y le dijo: ¿Quieres que te vengan siete años de hambre en tu tierra? ¿o
que huyas tres meses delante de tus enemigos y que ellos te persigan? ¿o que tres días
haya peste en tu tierra? Piensa ahora, y mira qué responderé al que me ha enviado.
Entonces David dijo a Gad: En grande angustia estoy; caigamos ahora en mano de
Jehová, porque sus misericordias son muchas, mas no caiga yo en manos de hombres. Y
Jehová envió la peste sobre Israel desde la mañana hasta el tiempo señalado; y
murieron del pueblo, desde Dan hasta Beerseba, setenta mil hombres. Y cuando el
ángel extendió su mano sobre Jerusalén para destruirla, Jehová se arrepintió de aquel
mal, y dijo al ángel que destruía al pueblo: Basta ahora; detén tu mano. Y el ángel de
Jehová estaba junto a la era de Arauna jebuseo. Y David dijo a Jehová, cuando vio al
ángel que destruía al pueblo: Yo pequé, yo hice la maldad; ¿qué hicieron estas ovejas?
Te ruego que tu mano se vuelva contra mí, y contra la casa de mi padre. Y Gad vino a
David aquel día, y le dijo: Sube, y levanta un altar a Jehová en la era de Arauna
jebuseo.

David no quiso los tres años de sequía y tomó tres días de peste, y aquí vemos como una
mala decisión tuvo consecuencias a inocentes que no tenían que ver con nada, y se
vieron afectados.

Una decisión nunca la debes tomar cuando estás en crisis ni bajo presión; en las crisis
nunca se toman decisiones, debes de esperar un tiempo para que las aguas bajen, pero
nosotros en medio de la crisis es donde más decisiones tomamos, por eso es que no
sabemos tomar buenas decisiones; el hombre debe aprender a tener dominio propio.

No podemos tomar decisiones por impulsos, satanás sabe dónde explotas, y él siempre
va a utilizar esos momentos para que ahí tomes decisiones, bajo los impulsos debemos
de permanecer callados. No nos podemos dejar llevar por lo que queremos sino que
nuestras decisiones deben de ser tomadas en la presencia de Dios. Nuestras decisiones
deben de tener un fundamento en Dios.
Hay esposos que toman decisiones sin consultar a su esposa por una u otra razón, y se
olvidan de que esta es un equilibrio, y buscan respuesta en amigos, por eso toman malas
decisiones y por esto su familia se ve afectada.

Hay muchas cosas que podemos evitar, es necesario que busquemos la guianza de Dios
y escuchemos su voz antes de tomar cualquier decisión.

Hay personas con conflictos internos y estos los llevan a tomar malas decisiones. David,
en un instante de su vida cambió una visión; un sí o un no que digamos en el momento y
lugar incorrecto puede traer consecuencias.

Hay personas que le gusta aprender con consecuencia y esto conlleva dolor, pero el que
aprende con sabiduría no sufre dolor, el sabio ve el peligro y se aparta, por eso hay
tantos fracasos en la iglesia de Dios.

Tenemos que abrazar la sabiduría, no podemos aprender por las consecuencias,


debemos de evitar el dolor, la sabiduría nos hace tomar las decisiones en la voluntad de
Dios, aun cuando no nos guste.

Tenemos que llenarnos de la sabiduría de Dios, tienes que hacer conciencia, no puedes
tener miedo de lo que los otros dirán, tienes que tomar decisiones que abran los cielos,
no que los cierren.

En la presencia de Dios es donde aprendemos a tomar decisiones. Nuestra comunión


con Dios hará que tomemos buenas decisiones, sino tenemos comunión nunca podremos
oír la voz de Dios.

Dios es quien tiene que hablarnos, no podemos tomar ninguna decisión sin antes oír su
voz y saber cuál es Su voluntad.

David reconoció ante Dios que había tomado una mala decisión, la cual había traído
consecuencia, y el profeta lo mandó hacer un altar; así muchos de nosotros hemos
dejado de tener una comunión con Dios y Él quiere que restauremos nuestra comunión
con Él y que comencemos a tomar buenas decisiones.

En Su presencia es donde escuchamos su voz y sabemos cuál es su voluntad, no


cometamos los mismos errores, tomémonos un tiempo para buscarlo a Él y nos dirá qué
hacer.

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