Está en la página 1de 27

DELITOS

ELECTORALES

MATERIA: Metodología e Investigación jurídica


NOMBRE DEL ALUMNO: Luis Antonio Torres Alcalá
NOMBRE DEL ASESOR: José de Jesús Velázquez Hernández
AUTOR: La disfuncionalidad que tiene el sistema electoral en los delitos electorales
.
Índice

 Introducción
 Antecedentes
 Delitos electorales
 Cambios relevantes a la ley general en materia de delitos electorales
 La fiscalía especializada en delitos electorales es la institución que
Procura justicia en materia penal-electoral.
 Proceso electoral
 Campañas electorales
 El voto
 Autoridades electorales
 Quiénes intervienen en el proceso
 Violencia política contra las mujeres en razón de genero
 Contexto general de la materia electoral en México
 Antecedentes de la fepade
 Estructura orgánica de la fepade
 Ensayo
 Hipótesis
 Iniciativa
 Anexos imagenes
 Conclusión
 Bibliografía
Introducción
El tema de los delitos electorales está siendo investigado y reformulado por
parte de los grandes juristas en el proceso del derecho penal por lo que es
relativamente nuevo en materia electoral, debido a que este acto es juzgado
por un legislador de una autoridad penal, en el cual le corresponde realizar un
análisis amplio para dictaminar el estudio de las distintas fracciones de los
principales artículos que intervienen a esta problemática especial y que se ha
profundizado para establecer las reglas de convivencia para la elección de los
órganos de gobierno.
Haciendo énfasis en el presente ensayo es preciso mencionar la importancia
de crear una fiscalía especializada para la atención de los delitos electorales
los cuales desde su creación de 1994 ha pasado por varias etapas, en las
cuales existen reformas constitucionales que han permitido que el sistema
electoral tenga un proceso y una diversidad política en la cual los medios de
impugnación y las normas relativas han podido otorgar garantías para que el
proceso electoral federal se realizara en el marco de la legalidad y credibilidad.
Hoy en día la FEPADE es un organismo regulador que tipifica los delitos en el
codigo penal federal, los cuales atentan contra las características del voto que
debe de ser universal, libre, directo y personal Estas conductas pueden
cometerse por diversos sujetos activos y las sanciones dependen de esta
clasificación como los son: los delitos cometidos por cualquier persona de
alterar el registro federal de electores, los que son cometidos por los servidores
públicos, los cuales son el destinar apoyo a un candidato o partido en su cargo
como servidor público, cometidos por funcionarios electorales inducir o ejercer
presión sobre los electores; Cometidos por candidatos o funcionarios
partidistas: realizar o distribuir propaganda electoral durante la jornada.
Entre los cambios más importantes destacan la incorporación de nuevos
sujetos responsables como exconsejeras, exconsejeros, magistradas y
magistrados electorales, la ampliación en la definición de documentos públicos
electorales, el aumento en las sanciones por la posible comisión de delitos Una
de las grandes aportaciones de la LGMDE es establecer lineamientos para
desarrollar mecanismos de coordinación y colaboración entre la Federación, las
entidades federativas, los municipios y el órgano político administrativo de la
Ciudad de México. También por impulsar acuerdos de coordinación entre
dependencias del gobierno federal y de las entidades federativas; implementar
un sistema nacional de formación, actualización, capacitación y
profesionalización de los servidores públicos; establecer protocolos
estandarizados para la Federación y las entidades federativas; recopilar e
intercambiar datos y estadísticas de los delitos; formular políticas integrales,
sistemáticas, continuas y evaluables; fomentar la participación de la comunidad
y de instituciones académicas que coadyuven en los procesos de evaluación.
Antecedentes
El gran crecimiento y evolución de los delitos electorales a lo largo de la historia
de Mexico se han establecido en diversos ordenamientos jurídicos, el
antecedente más remoto lo podemos encontrar en las sanciones cometidas en
materia electoral se filiaba a la constitución de Cádiz de 1892. En dicho cuerpo
normativo ya se estipulaba el delito de cohecho y soborno para emisión del
voto.
Dicho cuerpo normativo se puede identificar en cuatro épocas de evolución las
cuales están regularizadas por los delitos electorales en México: la primera con
la constitución de Cádiz de 1982 quien fue la primera en realizar disposiciones
que regulan los delitos electorales en México las sanciones en materia
electoral; la segunda etapa inicia con la entrada en vigor del código penal de
1871, también llamado código Martínez de Castro, en él se estipularon los
primeros artículos enfocados específicamente en materia electoral y ahí se
establecieron en un apartado de diez artículos las conductas delictivas, bajo el
rubro de nominado “Delitos cometidos en la Elecciones populares”
posteriormente la legislación que se estableció en el texto fue el código de
alcatraz de 1929 las faltas y delitos del código administrativo y delitos
electorales y contemplo lo dispuesto en las legislaciones preexistentes. en
1931 el código penal se estableció un capítulo especial para los delitos
electorales y por esta razón se suscitó la problemática en cuanto a su
aplicación debido a que la ley no definía con claridad jurídica el ámbito de las
infracciones y las conductas que podrían ser tipificadas como delito electoral.
La reforma constitucional en materia político electoral de febrero de 2014
marco el inicio de la cuarta etapa con ella el régimen electoral mexicano ordeno
la creación de la ley general en materia electorales, que se publicó en el diario
oficial de la federación el 23 de mayo de 2014. Esta ley es reglamentaria del
artículo 73, fracción XXI inciso a de la constitución política de los estados
unidos mexicanos que tiene por objeto establecer los tipos penales, las
sanciones, la distribución de las competencias y las formas de coordinación
entre los órganos de gobierno.
Cabe hacer mención de la distinción que marca esta nueva ley Electoral que
contempla 436 hipótesis de conductas delictivas en materia electoral, mientras
que el código penal federal contempla únicamente 147 hipótesis esta nueva
legislación re diseña el sistema de procuración de justicia en materia electoral
puesto que ordena la creación de fiscalías especializadas en delitos
electorales.
Desde que existe el ser humano ha sido necesario establecer reglas de
convivencia y entre dichas reglas han tenido siempre primordial importancia
aquellas relativas a la elección de los órganos de gobierno; por tanto, a lo largo
del devenir histórico, han surgido normas penales que sancionan a los
responsables de atentar contra el mencionado régimen jurídico. En la Grecia
clásica merecía pena de muerte el ciudadano que votaba dos veces y se
castigaba, con la misma pena, al que vendía el voto o lo compraba. En la vida
jurídica romana, tan rica e importante en antecedentes, existía el delito de
ambitus o ámbito, regulado por la Ley Julia de Ámbito, para sancionar la
corrupción en la obtención del voto, cuya penalidad si bien al principio fue
solamente pecuniaria, alcanzó, con el tiempo, la privación de honores, el
destierro e incluso la deportación. Durante la época de la república romana
existe el antecedente del manejo excesivo de compra de votos en las centurias
que realizó el dictador Cayo Mario, como posteriormente también lo hizo Lucio
Cornelio Sila.2 Durante la Edad Media surge la figura del broglio, alusiva al
fraude electoral y a la compra de votos (broglio impropio y broglio propio), hasta
llegar al Código Penal Francés de 1810, que incluyó un capítulo en el que se
establecieron tres formas específicas de suplantar la voluntad popular: la
violencia o coerción, la corrupción y el fraude electoral que lesionaban,
respectivamente, la libertad, la honestidad y la sinceridad del sufragio.
En México, el primer cuerpo legal propiamente nacional lo tenemos en la
Constitución de Apatzingán, en cuyo artículo sexto se estableció: El derecho de
sufragio para la elección de diputados pertenece, sin distinción de clases ni
países, a todos los ciudadanos en que concurran los requisitos que prevenga la
ley y en su artículo décimo se estatuyó Si el atentado contra la soberanía del
pueblo se cometiere por algún individuo, corporación o ciudad, se castigará por
la autoridad pública, como delito de lesa nación.
El Código Penal de 1871 incorporó, en el Título Décimo, Capítulo I, de su Libro
Tercero, coerciones y fraudes electorales. Resulta interesante destacar que la
pena más severa era de un año de prisión, y se estableció para castigar a los
responsables de los siguientes delitos: atentados contra la libertad del elector,
ejercidos con violencia física o moral y en forma tumultuaria; destrucción,
sustracción o falsificación de actas de escrutinio o de cualquier otra pieza de un
expediente de elección, por parte de un funcionario electoral. El Código Penal
de 1929, de efímera vida, no reguló delitos electorales, toda vez que éstos se
encontraban estructurados en la «Ley para la Elección de Poderes Federales»
de 2 de julio de 1918. A partir de esta ley electoral existió un sinnúmero de
legislaciones en materia electoral, en cuyo contenido estuvieron reguladas las
figuras delictivas correspondientes, así como las respectivas sanciones. La
última legislación electoral en la que se encontraban delitos sobre dicha
materia fue el Código Federal Electoral de 9 de enero de 1987, publicado en el
Diario Oficial de la Federación de 12 de febrero de 1987.4 Efectivamente, el
Libro Séptimo, Título Segundo, Capítulo Tercero, de dicho ordenamiento reguló
en sus artículos 340 a 351, las sanciones que se imponían a quienes
incurrieran en delitos electorales, y destacaban como sanciones: la multa, la
pena privativa de libertad hasta de tres años, la destitución del empleo para los
funcionarios electorales, así como la suspensión de derechos políticos. Con la
reforma electoral de 1990, que dio origen al nacimiento del Código Federal de
Instituciones y Procedimientos Electorales, se dio un cambio en la forma
tradicional de regular los delitos electorales y no se incluyeron en dicho
ordenamiento tales ilícitos. Éstos fueron regulados en el Código Penal Federal,
el que, a su vez, fue reformado en dicha materia en marzo de 1994, sobre todo
para añadir tipos y categorías penales a las ya establecidas. Lo mismo sucedió
con las recientes reformas de noviembre de 1996.

La tipificación de los delitos electorales a través del tiempo


En nuestro medio se puede apreciar que, en la regulación de las faltas
administrativas, de las causales de nulidad y de los delitos electorales, se ha
transitado por cinco períodos fundamentales, como son los siguientes: El
primer período se inició en el año de 1814, con la promulgación de la
Constitución de Apatzingán, y se prolongó hasta el año de 1870. Durante este
período los ordenamientos electorales se ocuparon de regular tanto las faltas
administrativas como las causales de nulidad en una casilla, o las causales de
nulidad de la elección en un distrito o en una entidad federativa, y también se
ocuparon de tipificar las conductas que podían configurar delitos electorales. El
segundo período comprendió desde la promulgación del Código Penal de
Martínez de Castro de 1871, llamado así por haber sido este su principal
impulsor, y se proyectó hasta la promulgación de la Constitución de 1917.
Durante este período la legislación electoral se ocupó de regular las faltas
administrativas y de las causales de nulidad, en tanto que el Código Penal
Federal se ocupó de los delitos electorales. El tercer período se proyecta desde
la promulgación de la Constitución de 1917 y de la Ley para la Elección de
Poderes Federales del 2 de julio de 1918, hasta antes de la entrada en vigor
del Código de Almaraz el 15 de diciembre de 1929, período durante el cual
coexistieron y tuvieron plena vigencia el capítulo de delitos electorales del
Código Penal Federal de 1871 y el catálogo de delitos electorales contenido en
el capítulo XI del ordenamiento legal electoral invocado.
El cuarto período se inició con la promulgación del Código de Almaraz en 1929,
o si se prefiere con la promulgación del Código Penal Federal de 1931, y se
extendió hasta el año de 1989. Durante este período la legislación electoral se
ocupó de regular tanto las faltas administrativas como las causales de nulidad y
de la elección, y también tipificaron las conductas configurativas de delitos
electorales que podían configurar delitos electorales. El quinto período se
inauguró con la publicación del Código Federal de Instituciones y
Procedimientos Electorales y la reforma al Código Penal Federal de agosto de
1990, y se proyecta hasta el presente. Durante este período las causales de
nulidad y las faltas administrativas han sido objeto de regulación de las leyes
electorales, en tanto que los delitos electorales se encuentran tipificados en el
Código Penal Federal. O sea, se volvió a desvincular las faltas administrativas
de los delitos electorales, para regular las primeras en la legislación electoral y
los segundos en el Código Penal.4 Con base en las consideraciones anteriores
se puede decir que en nuestro medio siempre han existido conductas
aberrantes en materia electoral y estas siempre han sido objeto de atención por
parte de las leyes, si bien en unos casos las leyes electorales se han ocupado
de regular el universo de conductas irregulares, es decir, tanto de las
conductas configurativas de faltas administrativas como de las causales de
nulidad de la votación en una casilla o de la elección en un distrito o en una
entidad federativa, y además se han ocupado de tipificar ciertas conductas
como delitos electorales, en tanto que en otros casos la atención de los delitos
electorales se le ha confiado al Código Penal Federal, resultando pertinente
resaltar que en el pasado inmediato, es decir, de 1931 a 1989, las leyes
electorales tipificaron las conductas consideradas como delitos electorales, en
tanto que a partir de 1990 hasta el presente los delitos electorales se
encuentran tipificados en el Código Penal Federal. En vista de ello, surge la
pregunta ¿en qué ordenamiento se deben de tipificar los delitos electorales?,
interrogante en torno a la cual se pueden apreciar dos posturas fundamentales.
Para una corriente los delitos electorales se deben de tipificar en las leyes
electorales, ya que quien se interesa en una materia quiere conocer todos los
aspectos jurídicos relacionados con la misma, por lo que cuando las leyes
electorales se ocupan de configurar los tipos delictivos electorales, al proceder
de esta forma satisfacen el sentido informativo integral que debe caracterizar a
todo cuerpo legal. Para otra corriente los delitos electorales se deben de
tipificar en los códigos penales porque la finalidad del derecho es la de obtener
conductas socialmente deseables y este propósito se logra de mejor manera a
través de las leyes penales, ya que en ellas se acentúa el carácter preventivo
que le es propio al derecho, toda vez que a través de las leyes penales se le
evidencia a la población en general de manera por demás contundente la
gravedad que entraña el incurrir en algunas de las conductas que se
encuentran tipificadas como delitos electorales, ya que quien se coloca en los
supuestos previstos por la norma penal electoral se puede ver privado de su
libertad física a resultas de la imposición de las penas correspondientes. En
torno a este tema, René González de la Vega se inclina por que los delitos
electorales se tipifiquen en las leyes electorales, en bien del sentido informativo
e integral que debe contener un cuerpo legal: “quien consulta una ley, busca, al
aplicarla, conocer todos los aspectos, incluyendo los penales”. Por ello, la
existencia de las leyes penales especiales. Considera que en el Código Penal
deben figurar las reglas de la parte general de aplicación universal y las figuras
típicas de carácter general y no especializado, pues estas carecen de sustento
explicativo y de contexto jurídico.
Quienes consideran que los delitos electorales deben ser objeto de atención de
los códigos penales argumentan que por esta vía se salva a las figuras
delictivas de los frecuentes cambios de que son objeto las leyes electorales,
dada su natural dinámica y cambiante contextura, en tanto que los partidarios
de la tesis contraria, o sea, la de las leyes penales especiales, sostienen que
los delitos electorales no deben ser ajenos a esta dinámica, y al contrario,
deben adecuarse a su realidad, y por ello, cambiar y ajustarse al ritmo de la
legislación electoral. Si bien se pueden esgrimir argumentos a favor de una
postura y de otra, en mi concepto la tipificación de los delitos electorales en las
leyes penales robustece y vigoriza los propósitos preventivos inherentes a las
normas penales, sobre todo si se toma en cuenta el nivel promedio de
conocimientos jurídicos de la población. De aquí que la adición del Título
Vigesimocuarto del Código Penal Federal de 1990 venga a significarse por
cuanto al regular en la legislación penal los delitos electorales se le explicita a
los potenciales sujetos activos del delito y a la población en general, en forma
por demás clara, la gravedad que entraña el incurrir en las conductas que se
tipifican como delitos electorales y ello con el propósito de que se abstengan de
colocarse en los supuestos correspondientes.

¿Qué son los delitos electorales?


DELITOS ELECTORALES
Un delito es todo acto u omisión contrario a la ley previsto y sancionado
penalmente por la misma. Los delitos electorales son aquellas acciones u
omisiones que lesionan o ponen en peligro el adecuado desarrollo de la función
electoral y atentan contra las características del voto que debe ser universal,
libre, directo, personal, secreto e intransferible. Las personas que pueden
cometer delitos electorales pueden ser, Cualquier persona, funcionarios
electorales, funcionarios partidistas, precandidatos, candidatos, servidores
públicos, organizadores de campañas y ministros de culto religioso. Estas
conductas están contenidas en la Ley General en Materia de Delitos
Electorales, y contemplan sanciones para el caso de ser cometidos. En el
ámbito Federal, la FEDE es la autoridad encargada de investigar y perseguir
los delitos electorales para garantizar tus derechos.
La Ley General en Materia de Delitos Electorales (LGMDE) se publicó en el
Diario Oficial de la Federación el 23 de mayo de 2014, con lo que quedó atrás
el Título Vigésimo Cuarto del Código Penal Federal, que contenía las
conductas tipificadas hasta ese entonces como delitos electorales. Con la
entrada en vigor de la LGMDE, la Fepade ha desarrollado su función en dos
vías: primero, atendiendo los casos iniciados bajo la implementación de la
nueva ley; segunda, con el Código Penal en mano, ocupándose de los delitos
cometidos antes de la publicación. En ese contexto, hay que mencionar que los
delitos electorales son aquellas acciones u omisiones que lesionan o ponen en
peligro el adecuado desarrollo de la función electoral y atentan contra las
características del voto que debe ser universal, libre, directo, personal, secreto
e intransferible. Estas conductas pueden cometerse por diversos sujetos
activos y las sanciones dependen de esta clasificación.
Cambios relevantes a la ley general en materia de delitos electorales
El 10 de febrero de 2014 se publicó en el Diario Oficial de la Federación la
reforma político-electoral que dio origen a la Ley General en Materia de Delitos
Electorales, que fue promulgada a su vez el 23 de mayo de 2014. Entre los
cambios más importantes destacan la incorporación de nuevos sujetos
responsables como exconsejeras, exconsejeros, magistradas y magistrados
electorales, la ampliación en la definición de documentos públicos electorales,
el aumento en las sanciones por la posible comisión de delitos (particularmente
por condicionar programas públicos o las aportaciones en dinero o en especie
en las campañas existiendo alguna prohibición legal), el incremento de
conductas en especial, relacionadas con actos de temor e intimidación, tareas
de fiscalización y rendición de cuentas y solicitud de aportaciones de dinero o
en especie a los subordinados así como lo relacionado con la figura de
consulta popular. Una de las grandes aportaciones de la LGMDE es establecer
lineamientos para desarrollar mecanismos de coordinación y colaboración entre
la Federación, las entidades federativas, los municipios y el órgano político
administrativo de la Ciudad de México. También por impulsar acuerdos de
coordinación entre dependencias del gobierno federal y de las entidades
federativas; implementar un sistema nacional de formación, actualización,
capacitación y profesionalización de los servidores públicos; establecer
protocolos estandarizados para la Federación y las entidades federativas;
recopilar e intercambiar datos y estadísticas de los delitos; formular políticas
integrales, sistemáticas, continuas y evaluables; fomentar la participación de la
comunidad y de instituciones académicas que coadyuven en los procesos de
evaluación. Todo lo anterior ha llevado a la Fiscalía a proponer ante la
Conferencia Nacional de Procuración de Justicia la creación de una red
nacional de coordinación y colaboración que aglutine a todos los componentes
establecidos por la ley. Última serie de cambios, la nueva ley establece que las
procuradurías y fiscalías de los estados deberán contar con fiscalías
especializadas en delitos electorales, y que los programas y acciones para
prevenirlos se realizarán según el convenio de colaboración que suscriban la
PGR y el INE. La LGMDE es un avance importante por lo siguiente: a) actualiza
los tipos penales electorales conforme a los nuevos tiempos; b) integra un
sistema nacional de procuración de justicia penal electoral encabezado por la
Fepade; c) incorpora al sistema de procuración de justicia penal electoral a las
demás autoridades electorales, en particular al INE, a fin de prevenir el delito.
Entender la procuración de justicia para entender los delitos electorales La
procuración de justicia en México es un asunto complejo e inacabado. Rastrear
el proceso que sigue un expediente desde la presentación de la denuncia hasta
la imposición de una pena puede tomar diferentes caminos, es decir, no es un
proceso lineal. A diferencia de lo que se cree, en ese camino intervienen al
menos dos grandes entes: el ministerio público y el poder judicial (vía los
jueces). Sin embargo, no son las únicas instancias; en el proceso intervienen
policías ministeriales, defensores públicos, defensores particulares, jueces
locales, fiscales locales, autoridades jurisdiccionales electorales, ministerios
públicos adscritos a los juzgados, entre otros. A continuación, se presenta un
pequeño esbozo de lo que significa investigar y perseguir delitos electorales.

La Fiscalía Especializada en Delitos Electorales es la Institución que


procura justicia en materia penal-electoral.
La FEDE fue creada el 19 de julio de 1994 adscrita a la Procuraduría General
de la República, con autonomía técnica y de gestión; está previene, investiga y
persigue las conductas tipificadas como delitos electorales en el marco legal
vigente.
Busca garantizar la equidad, legalidad y transparencia de las elecciones
federales y locales en los casos que resultan de su competencia. Plantea
legalidad en los procesos electorales en conjunto con Instituto Nacional
Electoral (INE) y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación
(TEPJF).
Asimismo, la FEDE realiza diversas acciones en prevención de delitos
electorales, para tal efecto cuenta con un equipo de profesionales que dan a
conocer mediante cursos, platicas informativas, conferencias, las
consecuencias jurídicas en las que puede incurrir una servidora o servidor
público, las personas militantes de un partidos político, las candidatas y
candidatos, cuadros y dirigentes de partidos políticos, así como cualquier
persona que realice hechos constitutivos de delitos en materia electoral;
adicionalmente elabora y difunde materiales impresos, como son carteles,
postales, guías, entre otros, mediante plataformas tecnológicas y páginas Web,
elabora contenidos para que toda la ciudadanía tenga acceso a la información
relativa a la materia.
De igual manera, realiza acciones preventivas en materia de Blindaje Electoral
mediante las cuales se concientiza a las y los servidores públicos sobre sus
derechos y obligaciones político-electorales, así como la importancia de no
utilizar los recursos y programas institucionales con fines políticos.
La Fiscalía Especializada cuenta con dos sistemas de atención ciudadana:
FEDETEL, servicio telefónico gratuito que orienta de manera inmediata a la
ciudadanía, respecto a consultas jurídicas, quejas, orientación y en su caso
presentación de denuncias. El otro sistema es FEDENET, por medio de internet
se proporciona orientación en materia penal electoral a la ciudadanía, por el
cual se otorga información, se pueden efectuar consultas jurídicas, quejas y
denuncia de delitos electorales.
 PROCESO ELECTORAL
Etapas del proceso electoral El proceso electoral es el conjunto de actos
realizados por las autoridades electorales, los partidos políticos y los
ciudadanos. Tienen por objeto la renovación periódica del gobernador,
diputados y de los presidentes municipales en el estado de Jalisco. Inicia el día
que se publica la convocatoria del Consejo General del Instituto Electoral y de
Participación Ciudadana para la celebración de las elecciones y concluye
cuando el Tribunal Electoral del Estado y el Tribunal Electoral de la Federación
resuelven el último de los medios de impugnación interpuestos en contra de los
resultados electorales, la calificación de las elecciones o la expedición de las
constancias de mayoría y asignación de representación proporcional; o se
tenga constancia de que representación proporcional; o se tenga constancia de
que no se presentaron medios de impugnación y el Consejo General del
Instituto Electoral haga la declaratoria de la conclusión del proceso electoral.
 CAMPAÑAS ELECTORALES
Las campañas electorales son el conjunto de actividades realizadas por los
partidos políticos, las coaliciones y los candidatos registrados para la obtención
del voto. Comienzan al día siguiente de la aprobación del registro de
candidatos y concluye tres días antes de la jornada electoral. En el caso de la
elección de gobernador tienen una duración de noventa días y de sesenta para
las elecciones de diputados y presidentes municipales. Durante este lapso,
todos los candidatos presentarán sus propuestas para tratar de convencer a los
ciudadanos de que emitan el voto a su favor.
 EL VOTO
Es el derecho y obligación que tienen los ciudadanos de acudir a las urnas para
decidir quienes quieren que los representen; el voto cuenta con seis
características:
Universal
Porque todos los ciudadanos mayores de 18 años de edad que tengan un
modo honesto de vivir, tienen derecho a votar en las elecciones.
Libre
Porque se ha de emitir de acuerdo con la preferencia política de cada persona.
Secreto
Porque cada ciudadano tiene el derecho de votar sin ser observado cuando
marque la boleta electoral y la doble para depositarle en la urna.
Directo
Porque la elección la hacen los ciudadanos, sin intermediarios de ninguna
especie.
Personal
Porque el electoral debe emitir el voto por sí mismo y sin asesoramiento.
Intransferible
Porque el elector no puede pedirle a otra persona que vote en lugar de él.

 Autoridades electorales
Se denominan autoridades electorales a las instancias encargadas de
garantizar la celebración auténtica y periódica de las elecciones, así como de
resolver los conflictos derivados de la aplicación de las normas electorales.
Pueden ser autoridades administrativas, jurisdiccionales y penales, además de
clasificar en autoridades federales y estatales.
Federales
Administrativas
Instituto Nacional Electoral (INE).
Es el encargado de registro, organización y control de todo lo relacionado con
el padrón electoral y las propias elecciones. La organización cuando se trata de
presidente de la República Senadores (cada seis años) o Diputados Federales
(cada tres años).
Jurisdiccionales
Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TRIFE)
Se encarga de resolver las controversias entre partidos, así como las
impugnaciones de elecciones.
Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN)
Resuelven todos los casos de inconstitucionalidad.
Penales
Fiscalía General de la Republica a través de la Fiscalía Especializada en
Delitos Electorales (FEDE)
Es la responsable de la prevención y persecución de los delitos en materia
electoral.

Quiénes intervienen en el proceso


Las personas que intervienen de manera directa en el proceso electoral son las
siguientes:
Ciudadanos, funcionarios Electorales, funcionarios Partidistas, Candidatos,
Servidores Públicos y ministros de Culto Religioso.

Ciudadanos
Son todas las personas de nacionalidad mexicana mayores de 18 años y que
cuentan con su credencial de elector.
Funcionarios Electorales
Son todas las personas que forman parte de un órgano electoral, tales como
junta distrital o mesa de casilla.
Funcionarios Partidistas
Son los dirigentes de partidos políticos nacionales o agrupaciones políticas y
sus representantes ante el órgano electoral, y los candidatos, es decir, los que
estén registrados ante la autoridad competente.
Candidatos
Son las personas que cubrieron los requisitos legales y se registraron en
tiempo y forma para contener representado a un partido político o de manera
independiente.
Ministros de culto religioso
Son las personas que representan y de alguna forma dirigen a una comunidad
con creencias específicas en cuanto a una divinidad.
Investidos de fe pública
Son las personas que conforme a la ley tiene la atribución legal de que los
hechos que certifican son verdaderos y auténticos.

Servidores Públicos
Son las personas que desempeñan un empleo, cargo o comisión de cualquier
naturaleza a la federación o al Estado dentro de los organismos y entidades de
la administración pública

VIOLENCIA POLÍTICA CONTRA LAS MUJERES EN RAZÓN DE GENERO

¿Qué es la violencia política contra las mujeres en razón de género?


Cualquier conducta realizada en forma directa o a través de otras personas
que, cause daño o sufrimiento a una o a varias mujeres, con el objetivo de
reducir o anular el reconocimiento, acceso, goce o ejercicio de sus derechos
político electorales.

¿Cómo reconocer la violencia política contra las mujeres en razón de


género?
1.- Se presentan condiciones de rechazo, exclusión y/o inequidad hacia las
mujeres en el ámbito político por el simple hecho de ser mujer.
2.- Tiene como objetivo o resultado dañar o eliminar el reconocimiento, acceso
y/o practicar del derecho a votar, a ser candidata o ejercer cualquier cargo
público.

Las elecciones presentan una oportunidad para poner a prueba una


democracia. Que las mujeres pueden inscribirse para votar, presentar su
candidatura y emitir un voto en secreto son indicadores de una democracia
inclusiva. En cuantas más mujeres participen como votantes, candidatas,
dirigentes de partidos políticos y personal electoral, más aceptación ganará su
presencia en la política. Hoy en día la violencia continúa siendo uno de los
principales obstáculos para el ejercicio de los derechos políticos de las
mujeres. El aumento de su participación y representación política ha estado
acompañado por un incremento de la violencia en su contra. En México, la Ley
General en Materia de Delitos Electorales no tipifica la violencia política de
género por lo que no ha sido tarea fácil para las autoridades electorales
perseguirla y sancionarla. El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la
Federación (TEPJF), el Instituto Nacional Electoral (INE), la Fiscalía
Especializada para la Atención de Delitos Electorales (FEPADE), la
Subsecretaría de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación
(Subsecretaría DDHH), la Fiscalía Especial para los Delitos de Violencia contra
las Mujeres y Trata de Personas (FEVIMTRA), el Instituto Nacional de las
Mujeres (INMUJERES), la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) y
la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres
(CONAVIM), elaboraron el Protocolo para la atención de la violencia política
contra las mujeres en razón de género con el compromiso decidido por
garantizar el libre ejercicio de los derechos político-electorales como parte
integral de la protección de los derechos humanos de las mujeres. El Protocolo
es una valiosa herramienta para partidos políticos, organizaciones sociales,
grupos de mujeres y para las personas defensoras -institucionales y no
institucionales- de los derechos humanos. Tengo confianza en que fomentará
la participación ciudadana, la cultura de la denuncia y mejores condiciones de
justicia para las mujeres. Sin duda, el Protocolo ha sido punto de partida en la
construcción de referentes sólidos para contar con mayor información
cualitativa y cuantitativa sobre la violencia política de género y a partir de él,
instituciones y organizaciones han comenzado a trazar rutas, señalar
responsables y a acompañar los procesos de protección y denuncia. La
Comisión Nacional de Derechos Humanos se une al esfuerzo de garantizar,
proteger y promover los derechos políticos de las mujeres y su derecho a una
vida libre de violencia, para lo cual presenta este cuadernillo de herramientas
con una versión resumida e interactiva del Protocolo, de los procedimientos, y
de algunos documentos que facilitan la comprensión y enuncian el rumbo de la
actuación de las personas e instancias ante la Violencia contra las mujeres en
las elecciones.

Contexto general de la materia electoral en México

1. Ámbito administrativo. -Se ha transitado de un sistema de elecciones


organizadas por el Estado, a un sistema de elecciones organizadas por un
organismo constitucional autónomo que tiene una composición tripartita
(consejeros electorales, representantes partidistas y consejeros del Poder
Legislativo), y en el que los únicos que tienen poder de decisión son los
consejeros electorales.

2. Ámbito jurisdiccional. -Se ha transitado de un sistema de auto calificación de


las elecciones a través de los colegios electorales, a un sistema de hetero-
calificación de elecciones mediante un Tribunal Electoral del Poder Judicial de
la Federación.

3. Ámbito penal. -Se ha transitado de un sistema en el que los Delitos


Electorales (DE) eran tipificados en la legislación electoral, a un sistema en el
que ahora son tipificados en las leyes penales (leyes especializadas en la
materia). En 2014 se expidieron: -Ley General de Instituciones y
Procedimientos Electorales -Ley General en Materia de Delitos Electorales

Antecedentes de la FEPADE

 1990. Adición al CPF del Título Vigesimocuarto relativo a los delitos


electorales.
 1991. Acuerdo A/031/91 del PGR (se establece el procedimiento de
atención de los delitos electorales con motivo del PEF de 1991).
 1994.Pacto para la Paz, la Democracia y la Justicia (firmado por 8
partidos políticos y sus candidatos).
 1994. Acuerdo del CG del entonces IFE, mediante el cual se determina
la promoción ante la PGR de la creación de una Fiscalía Especial para la
Investigación de Delitos Electorales.
 1994. Decreto de creación de la FEPADE.

Estructura orgánica de la FEPADE

Dirección General Jurídica en Materia de Delitos Electorales


Autoriza los dictámenes de no ejercicio de la acción penal, incompetencia y de
reserva de las averiguaciones previas integradas con motivo de delitos
electorales federales

Dirección General de Averiguaciones Previas y Control de Procesos en Materia


de Delitos Electorales
Recibe las denuncias por posibles DEF, inicia las actas circunstanciadas o
averiguaciones previas a efecto de practicar las investigaciones
correspondientes.

Dirección General de Política Criminal y Vinculación en Materia de Delitos


Electorales
Diseña los programas de prevención del delito para fomentar la cultura
ciudadana en función de los derechos y el conocimiento penal en materia de
DEF.

En atención al sujeto pasivo del delito, el sujeto pasivo es el titular del bien
jurídicamente dañado o puesto en peligro por la comisión del acto ilícito. En el
caso de los delitos electorales, el sujeto pasivo es el PUEBLO en tanto titular
de la soberanía, así como el ESTADO en tanto organizador y responsable de
los procesos electorales.

Delitos de resultado formal. El tipo penal se colma con la mera conducta


delictiva, sin ser necesario la generación de un cambio material. Delitos de
resultado material. El tipo penal se colma cuando se da el cambio material
exigido por el propio tipo.

Los delitos en materia electoral son delitos dolosos, en atención a que existe la
plena y absoluta intención del sujeto activo para cometer el delito.

ENSAYO

El presente ensayo, tiene como objeto hacer un análisis de los delitos


electorales para reflexionar sobre su objeto, utilidad y funcionalidad en el
contexto actual, como también presentar algunas estrategias para reformar su
entorno bajo la base de factores diversos, que no se limitan al tema de la
sanción efectiva, sino a la generación de conciencia pública para prevenir su
comisión. Los delitos electorales, se pueden contemplar en la doctrina jurídica
moderna desde el ámbito de los derechos difusos y colectivos, los cuales en
primera instancia el acto cometido, no se aprecia como una acción que afecta
directamente al individuo, pero en el futuro, esa conducta puede dañar
seriamente a la colectividad.
Los delitos electorales son aquellas acciones u omisiones que lesionan o
ponen en peligro el adecuado desarrollo de la función electoral y atentan contra
las características del voto que debe ser universal, libre, directo, personal,
secreto e intransferible. Cualquier persona puede cometer delitos electorales,
ya sean funcionarios electorales, funcionarios partidistas, precandidatos,
candidatos, servidores públicos, organizadores de campañas y ministros de
culto religioso. Estas conductas están contenidas en la Ley General en materia
de Delitos Electorales, y contemplan sanciones para el caso de ser cometidos.
En el ámbito Federal, la Fepade es la autoridad encargada de investigar y
perseguir los delitos electorales para garantizar tus derechos. En nuestro país
las campañas políticas sin duda son un tema de mucha relevancia, ya que
algunas veces se da el caso de que antes o durante dichas campañas, surjan
eventos políticos proselitistas, entendidos como prácticas dedicadas al
reclutamiento y convencimiento de seguidores para alguna causa política, sea
el caso de una elección, una rebelión, o cualquier otro tipo de movimiento de
corte político. En México vivimos en una democracia, donde todos los
ciudadanos somos libres de votar por el candidato o partido de nuestra
elección, sin embargo, este proceso electoral puede verse manchado por la
compra de votos o que se utilicen de forma indebida los recursos sociales para
favores de un candidato o partido político, así como la destrucción de material
electoral. Ante esta situación, el Instituto Nacional Electoral (INE) solicita la
ciudadanía denunciar ante la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos
Electorales (FEPADE) situaciones irregulares que afecten a las elecciones. La
importancia de denunciar este tipo de delitos tiene como objetivo que los 87
millones de mexicanos que están adscritos al padrón electoral pueden emitir su
voto de manera libre, tranquila y efectiva.

Con frecuencia los candidatos en proceso de campaña, llegan a cometer actos


ilícitos al ofrecer dinero, al prometer beneficios o incluso en regalar objetos de
primera necesidad, etcétera. La realización de estos actos es con el propósito
de obtener la aceptación de sus simpatizantes y recibir más votos, al momento
de la elección. La gente suele guiarse por creer que le darán un beneficio ya
sea económico, o de cualquier otra especie a cambio de su voto, sin embargo,
como ya sabemos es un delito tratar de convencer a la gente de que vote por
alguien, a través del engaño, confundiéndolas o enredándolas con discursos
falsos al inicio de la campaña.3 No óbstate en la actualidad se ha presentado
un nuevo acto que pone en riesgo que los ciudadanos emitan su voto de
manera libre, tranquila y efectiva. Ya que no sólo es el convencimiento de
manera presencial a través de engaños o por terceras personas, sino que
además han llegado a irrumpir con llamadas vía telefónica para obtener votos o
tratar de convencer a los ciudadanos a que asistan y apoyen los eventos de
proselitismo para que de esa manera puedan garantizar su voto. La mejor
manera de que cada ciudadano decida por quién votar es por medio de la
trasparencia en las propuestas que cada uno de los candidatos tiene para
ofrecer, al igual que la manifestación de su interés por el distrito al que desean
representar, pero sin confundir a la gente. Por ende, los ciudadanos están
cansados de que durante el periodo de campañas se lleve a cabo estos actos,
donde insisten a votar por ellos o abstenerse de votar por un candidato, partido
político o coalición, por lo cual es necesario que estos actos sean considerados
como delitos electorales.

Los delitos electorales en México tienen como objeto sancionar las conductas
más graves que afectan la garantía del voto libre, secreto y universal. Esta
figura instrumental, a muchos años de su configuración normativa están
pasando por una fuerte crisis derivada de su falta de efectividad. Actualmente
son mínimas las sanciones efectuadas por las autoridades responsables,
estamos hablando que pueden ser millones las personas coaccionadas,
compradas o amenazadas para votar por un partido político o candidato, como
también que durante los procesos de proselitismo se utilizaron recursos
públicos o programas sociales a cambio del voto.2 En síntesis, los delitos
electorales en el contexto actual no son funcionales por dos motivos, el primero
porque no inhiben conductas ilícitas relacionadas con su objeto; y segundo, no
se han presentado resultados efectivos en el tema de procuración de justicia
penal electoral. FEPADE recibe anualmente alrededor de mil denuncias y de
ellas aproximadamente el 92% están relacionadas con la falsificación
credencial para votar o alteración del padrón electoral, que en mi opinión esta
figura jurídica no altera las garantías fundamentales del voto, ya que la persona
que realiza tal ilícito no es para votar dos veces, sino para ostentarse con otro
nombre o cometer delitos patrimoniales como puede ser obtener créditos a
nombre de otra persona. En la configuración normativa actual los delitos
electorales se contemplan en los ámbitos federal y estatal, como también es
homogéneo su resultado, en las diversas Entidades Federativas del país,
tampoco hay consignaciones relevantes.

Siempre establecer una definición de los delitos electorales puede ser una
tarea complicada por sus múltiples facetas e implicaciones en el Derecho
público y en la protección y tutela a los Derechos políticos. Para Orozco y Silva,
los delitos electorales representan características comunes a los Derechos
políticos. Montoro establece que el Derecho constituye una realidad compleja y
plural que implica las dimensiones de la legitimidad, la positividad legalidad y la
eficacia. El mismo autor ofrece una referencia histórica de la concepción de
Derechos políticos, como también de los delitos políticos, los cuales en sus
inicios se configuraron cuando afectaban al monarca o al Estado “lesa
majestad” y fueron evolucionando hasta concebirlos en su marco referencial
como las conductas que vulneran al régimen jurídico-político Los delitos
electorales están directamente vinculados a las prácticas electorales y, en
consecuencia, tutelan el derecho individual y colectivo de los ciudadanos para
elegir a sus gobernantes. González de la Vega, es enfático y asegura que la
función de los delitos electorales es el tutelar la libertad del voto, la honestidad
del proceso electoral y la sinceridad del sufragio universal. La definición es
precisa, los delitos electorales buscan que el ciudadano se presente a votar en
las urnas sin que exista o medie circunstancia que afecte el Derecho
fundamental de elegir libremente, sin presiones, ni coacción. Al mismo tiempo
éste busca proteger que la voluntad popular, no se altere por medio de
circunstancias que pretendan modificar el resultado electoral por medio de
conteos irregulares, o que los candidatos tengan ventajas indebidas que afecte
a la equidad de la competencia política. En materia penal, el objeto es
sancionar las conductas que violentan la integridad física de las personas, su
patrimonio o la libertad. Aquí es oportuno hacer una pausa para reflexionar qué
es lo castigan los delitos electorales y qué afectación puede percibir un
ciudadano que es víctima de estos ilícitos. La respuesta es la primera
interrogante es la “libertad del voto”; y para la segunda, una contestación sería
que el ciudadano las conductas tipificadas como delitos electorales no las
percibe como afectación directa, aunque si las considera indebidas. Es decir,
quebranta el principio democrático de la representación y la garantía del voto
libre y secreto.

Las sanciones que se imponen por la comisión de delitos electorales son


congruentes con la persona que las comete y la trascendencia de sus actos. En
síntesis, las penas son las siguientes: pena privativa de la libertad, destitución
de cargos públicos, inhabilitación, multas y suspensión de derechos políticos.
Los delitos electorales federales no se consideran graves, ello implica que
desde el mismo acto de radicación a un juez de un presunto delincuente se le
pueda fijar fianza. Existen pocos supuestos en los con delitos acumulados, el
presunto responsable se le pueda negar la fianza. Los delitos señalados en el
Título Vigesimocuarto, Capítulo Único del Código Penal Federal, tienen una
pena de prisión, en el rango de 6 meses a 9 años, salvo los que se refieren a
las conductas desplegadas por los ministros de cultos religiosos, a quienes sólo
se les impondrá multa. A los que habiendo sido electos diputados o senadores
no se presentaran a desempeñar su cargo, se les impondrá como sanción,
únicamente la suspensión de sus derechos políticos y a los funcionarios
públicos se les puede inhabilitar para ejercer la función pública federal. Un
problema serio que tienen los delitos electorales es su insuficiente sanción, por
tal motivo, no existen condiciones que inhiban su comisión. A la fecha no existe
una pena ejemplar derivado de un ilícito penal electoral. Las sanciones más
fuertes impuestas se han derivado de actos de obtención de credencial de
elector con documentos apócrifos. En consecuencia, no existe temor por
cometer un delito electoral, eso quedó en evidencia en el estudio sobre delitos
electorales que la FEPADE realizó con el apoyo del PNUD en el año 2006. En
unos grupos de enfoque que se desarrollaron quedó en evidencia una falta
absoluta de temor sanción “por delitos electorales nadie se va a la cárcel grupo
de enfoque realizado en Ixmiquilpan, Hidalgo.

Como resultado de diversos estudios realizados desde 2001 a la fecha,


podemos afirmar que existen cuatro componentes que inciden directamente en
la comisión de delitos electorales. Los factores a que hacemos alusión, están
encaminados a los aspectos culturales, éticos, políticos y económicos que son
aprovechados por los transgresores de la norma en relación a la situación en la
que se encuentran los sujetos pasivos o víctimas del delito.
Sobre todo, referimos a zonas rurales, de alta marginalidad social y con
problemas de analfabetismo. En estos lugares algunas personas se
aprovechan de la condición de esos individuos para alterar su libre voto. Es
oportuno exponer que también pueden existir comunidades en las cuales ellas
mismas acuden a los actores políticos para ofrecer al mejor postor los votos en
bloque de una comunidad. Un fenómeno adicional son las redes clientelares
que existen en todo el país y que se trasladan de una opción política a otra. El
clientelismo político está regresando a sus orígenes con excelentes resultados
electorales señalo algunos de los elementos que inciden en la comisión de
delitos electorales:

Condiciones culturales. - Uno de los principales factores que aprovechan los


delincuentes electorales para transgredir las normas que tutelan a los procesos
democráticos, es sin duda alguna, el escaso nivel educativo de sus “víctimas”,
quienes por desconocimiento, ignorancia o conveniencia aceptan canjear su
voto por dinero, apoyos en especie, o programas sociales. Asimismo, debe
tomarse en cuenta que las principales víctimas de los delitos electorales, son
en su mayoría personas que viven en comunidades rurales o en las periferias
de las ciudades, quienes no están dispuestos a desafiar a los actores políticos,
ni mucho menos a denunciarlos, ello por temor a sanciones o por evitarse tener
problemas con algunos miembros de su comunidad.

Condiciones éticas. - Otro factor condicionante que coadyuva a la comisión de


delitos electorales, tiene que ver con los valores y principios que subyacen en
el
entorno social. Como sabemos, cada pueblo posee un mínimo de ética social,
es decir, un conjunto de valores que le imprime cierta homogeneidad a su
comunidad. Algunos segmentos de la sociedad mexicana tienen poco interés
en la política18, lo que beneficia en gran medida la comisión de delitos
electorales, ya que su falta de participación ciudadana está directamente
relacionada con los ilícitos contra la democracia. Así, cuando la comunidad
tiene poco o nulo interés en los valores de la democracia no existen diques de
contención que respalden sus derechos políticos electorales. En síntesis, los
ciudadanos se sienten solos en una competencia política que saben de
antemano que no pueden opinar.

Condiciones políticas. - El proceso de transición democrática del país


transformó los hábitos del comportamiento político. Las elecciones cada día se
caracterizan por tener resultados con diferencias mínimas entre ganador y
perdedor. En los últimos procesos electorales locales, en muchas elecciones
municipales la diferencia fue del 1%. Por tal motivo, los actores políticos se
disputan voto por voto. En este proceso se han detectado que las condiciones
de la competencia operan prácticas de clientelismo y manipulación del voto. Es
decir, aunque ya no existen los fraudes a la usanza de la década de los
ochenta, como podría ser el robo de urnas o el introducirles votos, los sistemas
se han transformado con mayor sofisticación. En este aspecto encontramos
que, ante una norma desfasada, que no esté acorde a la dinámica y cambios
sociales que la actualidad plantea; que deje vacíos o reductos al amparo del
delincuente, impidiendo sancionar algunas conductas que vayan en contra de
la democracia, seguirán existiendo personas que aprovechen tal situación para
ver satisfechos sus intereses, ya sea para sí o para apoyo directo o indirecto de
otras que aspiran a obtener un cargo de elección popular.

Condiciones económicas. - Uno más de los factores utilizados por los


infractores electorales es el aprovechamiento de los escasos recursos
económicos en que viven amplios sectores de nuestra sociedad, donde los
ciudadanos que en ellos habitan, ante la desesperación por obtener el mínimo
de ayuda en dinero o en especie, entregan su voto a favor de un candidato o
partido político distinto al de sus convicciones. En efecto, las clases
económicamente menos favorecidas, constituyen un sector vulnerable en el
terreno de la compra y coacción del voto, es obvio, que, ante la carencia de
satisfactores de primera necesidad, la población busca suplir dichas
deficiencias comprometiendo su voto, no por su ideología política, sino por
necesidades más tangibles, que pueden ser una despensa o material de
construcción para su casa. Cabe hacer hincapié que el delito de compra y
coacción del voto en donde se involucran programas sociales del gobierno, es
una de las conductas más reprochables, debido a sus implicaciones, cuando un
programa social se desvía de su fin particular, lo que se tiene es corrupción y
una mayor pobreza, ocasionando con ello la vulneración directa de su objetivo,
que es construir capital humano para el progreso de una sociedad.

HIPOTESIS
La ineficacia del procedimiento de los delitos electorales no contribuye a la
inhibición del acto ilícito en lo electoral por lo tanto se requiere procesos que
sancionen cualquier conducta que violenten la democracia del estado de
Guanajuato en sus procesos electorales.

INICIATIVA
Descripción Iniciativa a efecto de reformar la denominación de los capítulos I y
II del Título Sexto del Libro Segundo; así como los artículos 284 y 289-A; y
derogar los artículos 285, 286, 287, 288 y 289, del Código Penal del Estado de
Guanajuato, formulada por diputados integrantes del Grupo Parlamentario del
Partido Revolucionario Institucional, cuyo fin es dar certeza y seguridad jurídica
a los justiciables en materia de delitos electorales.

Diputado Gustavo Adolfo Alfaro Reyes - - Con permiso, presidenta,


compañeras, diputadas y diputados, muy buenos días a todos los que nos
acompañan en este recinto sean muy bienvenidos y a los que nos siguen por
los medios digitales, un saludo hasta sus hogares. - Acudo esta soberanía, a
presentar la siguiente iniciativa con proyecto de decreto por el que se propone
se reforme el Título Sexto los capítulos primero y segundo, así como los
artículos 284 y 289-A; y derogar los artículos 285, 286, 287, 288 y 289, todos
de Código Penal del Estado de Guanajuato, a efecto de armonizarlo con la
distribución de competencias que dispone la Ley general en materia de delitos
electorales ordenada a las legislaturas de los Estados en el artículo transitorio
cuarto, por la que se dejan insubsistentes los delitos electorales y de violencia
política contra las mujeres por razón de género, que establece la legislación
penal local conforme a la siguiente exposición de motivos, Reiterando los que
se expresaron en el documento entregado a la Secretaria General y mediante
el sistema electrónico y que, por vía de síntesis manifiesto. - El sistema
electoral de un estado democrático de derecho debe propiciar por todos los
medios necesarios de existencia de condiciones suficientes para garantizar la
libertad. El proceso de apertura y participación democrática es una conquista
evidente del electorado. El ámbito estrictamente electoral, administrativo no
logro garantizar los valores y derechos de los electores. Por esta circunstancia,
legislador penal se vio obligado a incorporar en el catálogo de los delitos una
serie de conductas dotadas de sanción. El derecho penal es sólo una parte del
sistema jurídico mediante el que se formulan tipos penales que buscan tutelar,
valores de la más alta jerarquía en el desarrollo de los comicios, sin que se
deba perder de vista que éste es ultima ratio, al que sólo se debe acudir como
recurso final después de que otro tipo de medidas no garanticen, la
permanencia del respeto de los bienes jurídicos que se busca proteger en el
derecho penal electoral contemporáneo se incardina distintas conductas
delictivas que pueden ser realizadas por electores, funcionarios electorales,
funcionarios de partidos, servidores públicos, institutos políticos, ministros
religiosos, entre otros. En los tiempos actuales en que surge el pluripartidismo y
una alternancia real por el poder público, deriva derivada de una nueva
conciencia de la sociedad. En la elección de los sus representantes
constantemente se está en la búsqueda de actualizaciones o
perfeccionamiento de los órdenes jurídicos. La Ley electoral no es la
excepción, porque se ha pretendido que las autoridades que conduce esta
materia respeten en todo momento, cuando menos, cuatro principios
fundamentales independencia, imparcialidad, legalidad y objetividad. Por ello,
el Congreso del Unión emitió la Ley general en materia Delitos electorales. - En
esta entidad, la Ley penal inserto los delitos electorales en el código de mil
novecientos setenta y ocho y en dos mil veintiuno. En dos mil uno, Perdón
mantuvo los delitos electorales en el Título Quinto, actualmente el Código
Penal del Estado de Guanajuato, en su Título Sexto Capítulos Primero y
Segundo, contemplan los delitos en materia electoral y violencia política. Por su
parte, el delito de violencia política cometido en contra de las mujeres por razón
de género fue adicionado a la ley local en el artículo doscientos ochenta y
nueve guiones A, en fecha veinte de diciembre de mil del dos mil diecisiete. -
Sin embargo, el veintitrés de mayo del dos mil catorce se publica la Ley
General en Materia de Delitos Electorales, que en el artículo uno distribuye la
competencia para investigar y conocer los delitos electorales en materia federal
y materia local en las entidades federativas, precepto que la letra dice: -
Artículo uno.- Esta ley es reglamentaria del artículo setenta y tres, fracción
veintiunava inciso A de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos en materia de delitos electorales, es de orden público y de
observancia general en toda la República y tiene por objeto en materia de
delitos electorales, establecer los tipos penales, las sanciones, la distribución
de competencias y las formas de coordinación entre los órdenes de gobierno,
en tanto que mediante reforma del trece de abril del dos mil veinte se adicional
la Ley general en materia de delitos electorales El delito de violencia política
contra mujeres en razón de género adicionado adicionando el artículo veinte
bis, que contiene diecisiete supuestos, por lo que es evidente que los recibo en
materia de delitos electorales y de violencia política. Se debe observar la Ley
general y no las disposiciones del Código Penal, por lo que han quedado en
insubsistentes conforme al principio de legalidad, tipicidad en su vertiente de
taxatividad que opera en la materia penal. Reafirma lo anterior, el artículo
transitorio cuarto de la citada Ley General, que instruye artículo cuarto, los
Congresos de los Estados y la Asamblea Legislativa del Distrito Federal
procederán a hacer las reformas pertinentes en las leyes específicas con el fin
de armonizarlas en lo conducente a la presente Ley en un plazo no mayor a
seis meses a partir de la entrada en vigor de esta ley. - De lo anterior se
deduce que en materia de delitos electorales y de violencia política es
necesario realizar el alineamiento de la Ley penal local con la Ley General en
materia de delitos electorales, por lo que se propone, a través de la presente
iniciativa, se reforme el título, sexto en los capítulos primero y segundo, así
como los artículos doscientos ochenta y cuatro y doscientos ochenta y nueve
guion A y se derogan los artículos doscientos ochenta y cinco, doscientos
ochenta y seis, doscientos ochenta y siete, doscientos ochenta y ocho y
doscientos ochenta y nueve, todos del Código Penal del Estado de Guanajuato.
- La presente iniciativa cumple con los requisitos establecidos por el artículo
doscientos nueve de la Ley Orgánica del Poder Legislativo del Estado de
Guanajuato. - Por lo anteriormente expuesto, someto a la consideración de
este Honorable Congreso del Estado de Guanajuato el siguiente. - Decreto -
Único. - Se reforma el titulo sexto, los capítulos primero y segundo, así como
los artículos doscientos ochenta y cuatro, doscientos ochenta y nueve guiones
A y se derogan los artículos doscientos ochenta y cinco. Doscientos ochenta y
seis, doscientos ochenta y siete, doscientos ochenta y ocho y doscientos
ochenta y nueve, todos del Código Penal del Estado de Guanajuato, para
quedar como sigue: - Artículo doscientos ochenta y cuatro en los delitos
electorales, las sanciones la distribución y de competencias y las formas de
coordinación entre los órganos de gobierno serán los que disponga la Ley
general en materia de delitos electorales. - Artículo doscientos ochenta y cinco
a los doscientos ochenta y nueve derogados. - Artículo doscientos ochenta y
nueve guiones A, en los delitos de violencia política se estará a lo que
establece la Ley General en materia de delitos electorales transitorios. -
Artículo único. - El presente decreto entrará en vigor al día siguiente de su
publicación en el Periódico Oficial del Estado de Guanajuato. - Es cuanto
presidenta.

Imagen 1
Imagen anexo 1 buscador de iniciativas en la pagina del congreso del
estado

Imagen 2

buscador de decretos e iniciativas en la gaceta parlamentaria


Imagen 3
Solicitud de información en la pagina de transparencia

Imagen 4
Contestación a la solicitud realizada en el chat del congreso del estado

Imagen 5
El articulo 284 regula a los delitos electorales en el codigo penal para el
estado de Guanajuato

Conclusión
Revisando la problemática en la cual se encuentra actualmente los delitos
electorales en Mexico deberían de tener una importancia al cumplimiento
de las reglas que se desarrollan mediante las reglas específicas marcadas
en nuestra ley vigente, es preciso mencionar que los actores políticos en
disputa respetan la ley y, al mismo tiempo, las condiciones subjetivas de la
contienda electoral, entendidas como un comportamiento que no
fragmenta la equidad, la sana competencia y está exenta de agresiones y
golpes bajos.

Además, otro de los problemas que tienen los delitos electorales es que
son de estricta aplicación, lo que quiere decir que, si el acto daña
severamente al proceso electoral y no está contemplado en la ley, no se
puede sancionar.

El denunciar un delito electoral puede representar un acto de valentía


cívica y más en comunidades pequeñas en donde el denunciante se puede
ganar la enemistad de su entorno y en casos más graves hasta puede ser
sujeto de represalias.
Es por ello que la percepción de la ciudadanía tiene de los órganos
procuradores de justicia a quienes perciben como poco efectivos, no
incentiva la denuncia. Algunos consideran que denunciar es perder el
tiempo, para qué, si no sirve de nada. En materia de procuración de
justicia penal electoral existe un fuerte déficit, son pocas las sentencias
condenatorias en relación a la posible comisión de una conducta delictiva
en materia electoral. Esto es un problema de difícil solución, los delitos
electorales en muchos casos difícilmente dejan huella, por ejemplo, en la
compra del voto, no se da un recibo a cambio, como tampoco es probable
tomar una fotografía al momento del acto ilícito, todo es la palabra de uno
contra otro y en este supuesto poco pueden hacer las autoridades.
En síntesis, es indispensable reconfigurar los delitos electorales, de
manera que su violación tenga una efectiva procuración de justicia penal
electoral. Aunque una propuesta es aumentar las penas y crear nuevos
delitos penales, eso no es suficiente. Se requiere de una estrategia integral
para hacerlos funcionales y al mismo tiempo suficientes para ganar la
legitimidad perdida. Ello se obtendrá cuando no se escuche a los políticos
y a los ciudadanos decir que “los delitos electorales y la FEPADE no sirven
de nada”.

bibliografía

 BARREIRO PEREDA, Francisco, Los delitos electorales en la legislación


penal mexicana, en Justicia Electoral, vol. II, núm. 3, Tribunal Electoral,
México, 1993
 Cueva, Lorenzo, et. al. Delitos Electorales, Universidad de Xalapa,
México, 2015
 Consideraciones sobre los delitos electorales en México Juan Manuel
Sánchez Macías
 DERECHO ELECTORAL Delitos electorales Material didáctico de apoyo
para la capacitación Mtro. Gilberto Arellano Rodríguez
 Fepade: la historia como creadora de instituciones Santiago Nieto
Castillo y Sandra Fabiola Valdez Méndez*
 López Bentancourt, Eduardo. Delitos en Particular, Tom. II, Ed. Porrúa,
México, 2006. • Morillas
 Los delitos electorales en México: Protección o disfuncionalidad para el
sistema electoral Héctor Díaz Santana
 ZAMORA JIMÉNEZ, Arturo, Delitos Electorales, Ángel editores, México, 2003

También podría gustarte