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SEGUNDA PARTE DEL DISCURSO: LA MATERIA CENTRAL

La materia central es la parte más importante del discurso porque toda la técnica oratoria se desarrolla en
función de esta materia central. Todas las otras partes del discurso: introducción, preparación y conclusión,
pueden incluso suprimirse, dependiendo de las circunstancias, lo que nunca sucederá con la materia
central porque ella es la razón de ser del discurso.

Elementos fundamentales son la confirmación y la refutación.

La confirmación:

La confirmación es la parte de la materia central que sigue las indicaciones dadas en la introducción y en la
preparación del discurso. Si se hizo una propuesta, este es el momento de explicarla. Si se estableció una
estructura, ahora hay que desarrollar las distintas partes que anunciamos. Si citamos hechos históricos,
estudios filosóficos, planteamientos ideológicos, investigaciones o hallazgos científicos, preguntas o
problemas, ahora se analizarán, se evaluarán, se discutirán o se resolverán. En este momento del discurso
es cuando usted debe hacer acopio de toda su capacidad para convencer o persuadir a los oyentes.

Deberá hacer uso de toda su artillería verbal para vencer la resistencia del auditorio, ya suavizada por la
preparación del discurso y por el entorno de la exposición.

Situación de los elementos de la confirmación

Al principio de la confirmación deberán presentarse los elementos lógicos, destinados a convencer al


entendimiento por medio del razonamiento. Solo con este convencimiento, usted podrá abordar la fase de
persuasión, objetivo último de cualquier discurso.

Tras los elementos lógicos deberán presentarse los elementos morales, destinados a captar la voluntad a
través de la emoción, encauzada por usted. Las palabras deben ir directas al corazón de los oyentes,
provocando sus sentimientos y predisponiéndolos a favor de quien habla.

Con la emoción de los asistentes, agiten las pasiones y los sentimientos del ser humano: el amor, el odio,
la bondad, el orgullo, el patriotismo, la lujuria, el altruismo, la envidia, la alegría, la tristeza, el deseo, la
antipatía, el valor, el miedo, etc.

Cómo confirmar

Con argumentos:

Antes de analizar algunos de los más importantes argumentos que podemos utilizar, vamos a estudiar el
papel que desempeñan en el proceso de convencimiento. Comprobaremos que, en algunas circunstancias,
por bueno y sólido que sea un argumento, es posible que él solo no consiga hacer que venza su causa.

Veamos cómo, en algunas circunstancias, los ejemplos son unos valiosos argumentos.
Los ejemplos son argumentos convincentes porque nacen de la propia información. Cuando son evidentes
o pueden ser probados, se convierten en irrefutables. Sin embargo, para convencer, por muy fuertes que
sean, casi siempre servirán como un medio y no como el único recurso.

Si usted dijera que los copropietarios no participan en las reuniones y, por ejemplo, demostrara que en las
dos últimas convocatorias no hubo quórum para votar asuntos importantes sobre el edificio, estará
utilizando un argumento que sostiene sus afirmaciones.

Observe que, en este caso concreto, es posible que el argumento utilizado no anime a los demás a
participar en la reunión. Para que lo hagan, necesitarán que se les convenza con informaciones que les
hagan ver lo que pueden ganar o perder si siguen estando ausentes de las reuniones. Si saben que los
apartamentos pueden perder valor o que pueden correr peligro si no se toman algunas medidas urgentes,
aunque no quieran participar en las reuniones, comparecerán, ya que es el único medio de conseguir los
objetivos últimos.

De lo que se deduce que el proceso de persuasión va más allá del hecho de que las personas consideren
o no que una información es cierta. Para que actúen es preciso que sepan las ventajas e inconvenientes
que tendrán. Todavía más, podemos llegar a la conclusión, incluso en el caso de los copropietarios, que el
beneficio o perjuicio debe ser relevante y compensar el sacrificio de participar en un acto que no es de su
agrado.

 Haga una lista de argumentos

No se preocupe mucho, en el primer momento, por la calidad de los argumentos que va a utilizar. En la
fase inicial de la preparación haga una relación de todos los argumentos que se le ocurran, aunque
aparentemente le parezcan frágiles o inconsistentes. En algunas circunstancias, cuando la causa que
defendemos es débil y no puede ser sostenida por argumentos sólidos, los que podamos utilizar,
aunque sean frágiles nos pueden servir.

Entre los argumentos que pueden hacer que venza nuestra propuesta, los más importantes son:

- Ejemplos: Tal como vimos hace poco, los ejemplos son argumentos poderosos porque están
sacados del propio contenido del mensaje. Cuanto más sencillo sea el ejemplo, más fácil será que
los oyentes lo entiendan y lo acepten. Sin embargo, antes de incluir un ejemplo en su
argumentación, asegúrese de que la información es verdadera porque si suscitara cualquier duda
sobre su veracidad, la causa puede ser derrotada, independientemente de su valor y de la
corrección del mensaje.
- Comparaciones: Al comparar dos o más informaciones, podrá mostrar las diferencias y semejanzas
que poseen, señalando que su mensaje tiene una calidad igual o superior a la del que sirve de
comparación. La comparación funciona mejor si la información que tomamos como modelo es
conocida por el oyente, esto hará que comprenda mejor su razonamiento.
- Estadísticas e investigaciones: El valor de las estadísticas como argumento está directamente
relacionado con el origen de las informaciones. Si los datos presentados han sido obtenidos por
instituciones solventes, serán aceptados sin reservas por los presentes. Si, por el contrario, las
fuentes fueran desconocidas o de dudosa solvencia, la información será recibida con reservas y
dañara su argumentación.
- Testimonios: Igual que sucede con las estadísticas, los testimonios serán importantes si sus
protagonistas son conocidos y respetados por los oyentes. A no ser que no tenga otra cosa,
procure no utilizar testimonios de personas polémicas, porque si los oyentes no confían en la
persona que está sirviendo para respaldar sus informaciones, pueden dudar de lo que le dice.
Podemos tener en cuenta dos tipos de testimonios:
a) Humanos: Los testimonios humanos son una buena forma de confirmar su discurso, pues
añaden credibilidad a sus informaciones. Según Quintiliano, son de gran utilidad las opiniones
de las naciones, los pueblos, los sabios, los ciudadanos reconocidos; además de los ejemplos
históricos, las afirmaciones de autoridades y técnicos de reconocido prestigio, en definitiva, de
todo el que cuente con la confianza natural de los oyentes.
b) Sagrados: Los testimonios sagrados se aplican, principalmente, en la oratoria religiosa. Al citar
un pasaje de la Biblia o de cualquier otra fuente religiosa para confirmar un hecho o una
opinión, usted se vale de un buen aliado, siempre que consiga un alto grado de aceptación. Sin
embargo, no abuse de estas citas, porque pueden llegar a perjudicar su imagen si intenta forzar
los argumentos. En el caso de la oratoria sagrada, este riego no existe, porque la religión es el
tema.
El padre Antonio Vieira, tras argumentar por el sistema de preguntas y respuestas sobre la
importancia de rezar con sentido, recurrió al testimonio de un santo para aportar autoridad a sus
afirmaciones;
… Y porque no sea solo mi opinión, oigan la de San Buenaventura: Aquel que reza o cree que
reza, sin entender ni saber lo que dice, ¿no es igual que un papagayo? Solo los inmaduros,
como ellos, ignoran esta semejanza…
- Teorías: Teorías aprobadas por equipos competentes en instituciones respetables, son argumentos
excepcionales porque las ideas han sido filtradas por el grupo.
- Estudios técnicos o científicos: Es frecuente oír que determinada información fue probada
científicamente, como si porque la ciencia está detrás, no hay nada que decir, aunque no todo lo
que se dice que ha sido probado científicamente sea auténtico Cuando los oyentes están
preparados y tienen criterio sobre la evaluación de argumentos, procurarán averiguar la
consistencia de esa base científica y, si no confirman los datos, no aceptarán la argumentación, por
mucho que usted la defienda. Las exposiciones técnicas, por sus propias características, echan
mano con más frecuencia de estos argumentos.
 Orden de los argumentos

El orden que establezca para los argumentos es fundamental. Analicemos el orden más adecuado, de
acuerdo con la consistencia de los argumentos.

- Todos los argumentos son válidos y consistentes. Cuando todos los argumentos sean de buena
calidad, expóngalos por separado para que los oyentes perciban la importancia de cada uno de
ellos. Hágalo con calma, lentamente, sin precipitación.
- Todos los argumentos son débiles. Si todos los argumentos fueran débiles, solo adquirirán alguna
fuerza si se presentan todos juntos, rápidamente, como si se quisiera compensar la falta de calidad
con la cantidad. En ese caso, es importante la emoción, porque la manera de exponer las razones
puede llegar a tener más importancia que la propia argumentación.
- Los argumentos poseen distinto valor. Si necesita sostener su tesis en razonamientos de distinto
peso: unos débiles, otros razonables, otros buenos o incluso, excelentes, procure ordenarlos de
manera que favorezcan su razonamiento. No empiece por el más débil, porque podría desanimar a
los oyentes a que lo sigan en su exposición. Tampoco será conveniente empezar por el más fuerte
de todos porque los demás pueden parecer frágiles y hacer que el público pierda interés. Comience
con un buen argumento –que no sea el mejor, pero que pueda provocar impacto –; inmediatamente
utilice el más frágil, siempre que no comprometa el conjunto de la argumentación. A continuación
vaya añadiendo progresivamente los argumentos más sólidos hasta llegar al que considere el
mejor.

 Ponga cuidado al utilizar los argumentos

No se entusiasme en exceso con un argumento hasta el punto de utilizarlo tanto que acabe
debilitándose. Resista la tentación, utilice el sentido común y use el argumento solo para apoyar su
razonamiento.

Otro error que debe evitar es el de usar demasiados argumentos. Es preferible hacer una buena
selección y utilizar solo aquellos que puedan contribuir a esclarecer la idea que usted defiende. El uso
de muchos argumentos puede distraer a los oyentes y desviar su atención.

Por buenos que parezcan a primera vista, no utilice argumentos asociados de forma peyorativa o
irónica a los conceptos de raza, opinión sexual, religión o política.

Evite argumentar un asunto polémico con razonamientos polémicos. Por ejemplo, no sería conveniente
defender la pena de muerte, que es un tema polémico, con el aborto, otro tema polémico. Los oyentes
necesitarían ser convencidos de dos asuntos conflictivos: de que el aborto es bueno o malo y de que la
pena de muerte es buena o mala. Si no aceptan uno de los dos temas, la aceptación del otro se puede
ver afectada.
 La lógica de la argumentación

El argumento tiene como finalidad demostrar, por medio de las palabras, los elementos del
razonamiento, aclarando el camino que va de lo conocido a lo desconocido.

Usted llegará al fin pretendido por medio de la conclusión, y esta se sacará de las proposiciones
llamadas antecedentes. Por ejemplo: Los hijos de esa pareja son jóvenes (antecedentes). Alfredo es
hijo de esa pareja (antecedente). Por lo tanto, Alfredo es joven (conclusión).

 Tipos de razonamientos

Ya dijimos antes que el razonamiento es el uso de lo que conocemos para llegar a lo que
desconocemos.

Dependiendo de la información que se conoce, tendremos dos tipos distintos de razonamientos:


deductivo e inductivo.

 Razonamiento deductivo

Es el paso de una información conocida de carácter general o universal a otra desconocida de


carácter particular o singular. Ejemplo: El hombre que estudia es culto (información conocida de
carácter general). Por lo tanto, Pedro, que es estudioso, es culto (información desconocida de
carácter particular).

Partiendo de lo general a lo particular realizamos una deducción.

 Razonamiento inductivo

Es el paso de una información conocida de carácter particular a otra desconocida de carácter


general o universal.

Ejemplo: Su automóvil es nuevo, su traje es nuevo, su cartera es nueva (información conocida de


carácter particular). Por lo tanto, todas sus cosas son nuevas (información desconocida de carácter
general).

Partiendo de lo particular a lo general realizamos una inducción.

 Tipos de argumentos

Los argumentos más importantes son: silogismo, entimema, dilema y sorites.

- El silogismo: Contiene tres proporciones: una premisa mayor, otra menor y una conclusión. La
conclusión se deduce de la mayor a través de la menor.
Ejemplo:
El estudiante que estudia, aprueba (premisa mayor).
Roberto ha estudiado (premisa menor).
Luego, Roberto debe aprobar (conclusión).
- El entimema: También llamado silogismo imperfecto. Se reduce a dos proposiciones, ya que una de
ellas se sobreentiende.
Ejemplo:
El hombre de bien es virtuoso.
Luego, un asesino no es virtuoso.
Se sobreentiende la proposición menor: un asesino no es un hombre de bien.
- El dilema: Se trata de un argumento que contiene dos proposiciones contrarias que se convierten
en condiciones y que se juntan para llegar a la conclusión.
Ejemplo: Los ladrones entraron por la puerta principal sin que el vigilante los viese. O estaba en la
puerta de la fábrica o no estaba.
Si estaba, no cumplió con su deber de vigilar.
Si no estaba, dejó su puesto sin permiso.
En ambos casos debe ser despedido.
- El sorites: Este argumento consiste en una serie de proposiciones encadenadas, de manera que el
atributo de la primera sirve de base al sujeto de la segunda, y así sucesivamente hasta que la
última proposición relaciona el sujeto inicial con el atributo final.
Ejemplo:
Carmela es una mujer serena.
Las mujeres serenas viven en paz.
Todos los que viven en paz son bondadosos.
Carmela es una mujer bondadosa.

 Uso de órdenes de oratoria

Son los elementos que sirven para preparar los argumentos, transformándolos en piezas de
extraordinario valor para el desarrollo de la confirmación. Según Esteban Monegal y Nogués, autor de
una importante obra destinada a la enseñanza de los oradores sagrados, los órdenes de la oratoria
son: la definición, la enumeración de las partes, las causas y efectos la comparación y oposición y las
circunstancias.

 Definición

Las definiciones permiten preparar convenientemente una línea de argumentación que quiere
utilizar. Al sacarse de la propia materia con el fin de aclarar el significado del punto tratado, podrá
inducir al oyente a aceptar que, siendo la definición correcta, también lo es todo lo demás.

 Enumeración de las partes


La enumeración de las partes lleva al oyente a comprender los distintos ángulos del asunto
expuesto, animándolo a aceptar la idea en conjunto.

Ejemplo de definición y enumeración de las partes.

Este ejemplo de Ruy Barbosa, defendiendo la virtud de la elocuencia en su toma de posesión como
socio del Colegio de Abogados, demuestra la importancia y la utilidad de aprovechar la definición y
la enumeración de las partes como base del razonamiento:

… ¿Retórica o elocuencia? La elocuencia es el don divino de la palabra en su grado más alto, más
natural, más bello. Es la evidencia sutil, la inspiración brillante, la convicción excitante, la verdad en
erupción, en cascada, o en el océano con las olas transparentes, el viento cambiante, los reflejos
del cielo y la línea del horizonte. Como el Espíritu del Señor se derramaba sobre el agua, la
sensación de un poder invisible planea sobre la tribuna ocupada por un auténtico orador. Cuando él
habla, nadie se equivoca si se deja llevar por la corriente que apodera sus almas. Es la
espontaneidad, la sinceridad, la libertad en acción.

De ahí hay una distancia enorme a la retórica, el esfuerzo del arte por suplir la elocuencia en los
que no la poseen, suplir su originalidad, su expresividad, su luminosidad, su energía. Todos los
grandes oradores han sido llamados retóricos por sus adversarios, envidiosos de su superioridad.
De Atenas a Gran Bretaña, de Roma a Francia, a Italia, a Hungría, a Alemania, la elocuencia ha
vibrado e irradiado en los labios de los más importantes gobernantes, en los constructores de las
naciones, en los unificadores de los imperios, en los defensores de las constituciones, en los
dirigentes de repúblicas y democracias, sin desmerecer jamás en su valor como estadistas…

 Causas y efectos

Son elementos expresivos, convincentes por la fuerza que imprimen a la tarea de la argumentación,
ampliando el campo de análisis y de observación del auditorio.

Las causas dejan ver los motivos, las razones, los orígenes de la existencia o desarrollo de un
hecho, mientras que los efectos nos permiten entender el resultado, el efecto, la conclusión a la que
lleva la existencia o desarrollo del mismo hecho, o de otro.

En este fragmento del discurso pronunciado por Emiliano Castelar, encontramos un buen ejemplo
de la fuerza y la energía de las causas y efectos en la estructura de la argumentación:

“…llega, señores, la república, y desaparece rápidamente. ¿Por qué? Por una razón: porque las
clases conservadoras de Francia, como las clases conservadoras de España, no tuvieron instinto
de conservación y derribaron la república, pero el testamento de la república se cumplió, a pesar de
Napoleón III, organizando el referéndum con el que se evita para siempre que haya monarquías en
Francia. Como Francia ha visto siempre ahogada la revolución por el peso de las naciones vecinas,
con la guerra de Crimea nació una esperanza para Polonia, con la guerra de Italia se reconstruyó
una gran nación revolucionaria, Prusia y como si fuese un designio secreto del destino nosotros
seremos una nación revolucionaria. Finalmente, rodeada Francia de naciones revolucionarias, el
imperio que va a cumplir veinte años va a caer, surgiendo de este volcán una gran idea vencedora,
la idea de la democracia; surgiendo una forma de gobierno, la república…” (Castelar, E. Discursos
Parlamentarios en la Asamblea constituyente, vol. I. p 215)

 Uso de ejemplos:

Los ejemplos son los hechos históricos, reales o legendarios, las parábolas y las fábulas. No sustituyen
a los argumentos, pero sirven para reforzarlos, aclararlos y confirmarlos porque son como focos que se
muestran al oyente con toda su fuerza. Además de estas ventajas, le permiten hacer su exposición
más atrayente e interesante.

En la conferencia que pronunció Medeiros y Albuquerque en el Instituto de Música sobre el tema cómo
investigar el futuro, tras afirmar que es mejor que no conozcamos el futuro, echa mano de un ejemplo
para mostrar con más claridad sus argumentos.

… en Turquía hay un libro que nadie se atreve a abrir. Fue Murad V. un sultán del siglo XVII, el que lo
leyó por última vez. Se le considera un libro profético.

Murad era un hombre cruel. ¡En cinco años de reinado hizo matar a 25 000 personas! Era borracho y
libertino. Un día decidió consultar el Djefr- Kitabi, el libro que enseña a conocer el futuro y averiguó la
fecha de su muerte. Desde entonces su vida fue un horror. Lo que no pudo el remordimiento de las
enormes carnicerías que había ordenado, lo pudo una siniestra predicción: contaba las semanas, los
días, los minutos.

Por primera vez este rey de los asesinos tuvo un pensamiento bondadoso: mandó sellar el libro
profético para que nadie más lo pudiese consultar.

Si alguien conociese la ciencia exacta para investigar el futuro, debería hacer lo mismo: esconderla,
olvidarla, destruirla…

Precauciones con los ejemplos:

- Su número debe ser reducido para que el discurso no se convierta en un repertorio de “historias”.
- Debe evitarse las ejemplificaciones cercanas o conocidas y por eso, muy utilizadas.
- Las ejemplificaciones que se refieren al propio orador o a su entorno, como el “hijo inteligente”, la
“esposa abnegada” o el “hermano trabajador”, quitan fuerza al discurso y debilitan su objetividad.
CUARTA PARTE DEL DISCURSO: LA CONCLUSIÓN

La conclusión es el último golpe que usted debe dar al auditorio para vencerlo definitivamente. Hablará
con más vigor, acelerará el ritmo y aumentará la intensidad de la voz (sin exagerar), por encima de la
utilizada en las partes anteriores.

Reafirmará los principales aspectos de la argumentación, valorando el contenido del mensaje y


apartando posibles desacuerdos que mantenga el público. Conducirá a los oyentes a la reflexión,
tratará de convencerlos y dirigirlos a la acción. Pondrá en juego toda su fuerza y conocimientos con el
fin de cumplir los objetivos establecidos al plantear el discurso, es decir, conmover y convencer al
auditorio.

Evite las conclusiones sin objetividad que pueden poner en peligro el éxito. Frases como: “esto era lo
que tenía que decir”, “no tengo más que decir”, “creo que dije todo lo que sé”, etc., son frases vacías
que no contribuyen en nada a su éxito.

 Elementos de la conclusión

El remate del discurso deberá consistir en una relación de sus partes, empezando por las destinadas a
convencer, dirigidas a la razón, y terminando por las partes destinadas a provocar los sentimientos. De
esta manera, en la primera parte de la conclusión hará una recapitulación y, al final, utilizará el epílogo
para conquistar el ánimo del auditorio.

 La recapitulación: Es el resumen de los principales aspectos abordados en el discurso. No es


simplemente la enumeración de las partes, sino el recuerdo de la idea principal. Es como si le
contase a los oyentes de qué ha hablado. Al asociar los principales argumentos de la charla,
este resumen fortalece su poder de convicción porque los argumentos juntos poseen más
consistencia que por separado. La recapitulación debe ser corta y puede prescindirse de ella si
los elementos abordados en la confirmación son sencillos.
 El epílogo: En el epílogo usted echa mano de los conceptos éticos y sentimentales, del
lenguaje del sentimiento, del mensaje del corazón. La llama de la elocuencia deberá aparecer
en cada gesto, en cada palabra, en cada afirmación. Influirá en el alma del público, removerá
su espíritu, despertará sus sentidos. El auditorio y usted, envueltos en una atmósfera de
empatía, caminarán juntos, orientados por los mismos impulsos y en ese viaje llorarán con las
mismas tristezas y reirán con las mismas alegrías. Es el momento definitivo, el final de un
trabajo que, desde el principio, pasando por la proposición, la estructura, la narración, la
confirmación y la refutación, exigió toda la capacidad y conocimiento que usted puede ofrecer,
preparando, orientando, persuadiendo para que su mensaje prevaleciera.

 Características de la conclusión
 Brevedad: La conclusión debe ser breve, principalmente el epílogo, la parte en la que las
palabras inciden en el sentimiento del público. Tendrá que vigilar cuál es el mejor momento
para acabar, antes de que la emoción del público se enfríe y dé paso a la razón. Sabemos
que la emotividad provoca la incomodidad de los sentidos y que por eso mismo es un
estado pasajero. Tal como dijimos, la conclusión debe llevarse menos del diez por ciento del
total de la charla.
 Variedad: Los cambios no deben aparecer solo en el ritmo del habla, en la intensidad de la
voz y en la entonación, sino también en la construcción de las frases y en las ideas. En
definitiva, un mensaje diferente e innovador para hacer de la conclusión un final perfecto.
Estos cambios, esta forma diferente de presentar las ideas y las palabras, no se pueden
confundir con el artificio: todo tiene que estar dentro del estilo propio, con naturalidad.
 Claridad: Al ser lo último, probablemente sean las palabras que quedarán flotando en la
mente del auditorio durante más tiempo. Todas las ideas deberán ser claras y coherentes
con la materia tratada, ayudando al público a comprender y animándolo a actuar en la
dirección que usted le ha indicado.
 Arte: Todo el discurso debe ser un trabajo estético, buscando siempre la belleza, en el estilo
o en la forma. La conclusión, sin embargo, por su propia naturaleza, exige cuidados
especiales en la elaboración, ya que debe ser aún más bella y atrayente que el resto de las
partes de discurso. Algo así como el cierre perfecto.

 Tenga en cuenta que terminar bien es difícil


No se engañe creyendo que terminar bien es una tarea sencilla. Conferenciantes experimentados,
con muchas horas de estrado, me piden que les ayude a perfeccionar este aspecto tan importante
para el éxito del que se presenta en público.
Si cerrar una exposición es difícil para los conferenciantes más veteranos, hay que imaginarse lo
que sucede con los que están dando los primeros pasos en el arte de hablar en público. La gran
mayoría tiene la costumbre de hablar como si no le quedara aliento para llegar al final.
Acostumbran a terminar la frase como quien quiere solo dar algunas informaciones y, tras una
pausa prolongada, una eternidad, dejan caer la perla: <<Esto era lo que tenía que decirles, muchas
gracias>>.
Siempre que uno de nuestros alumnos utiliza esa forma inconsciente de concluir su exposición,
pedimos que vuelva al estrado y concluya de otra forma. Es un buen ejercicio para él y para sus
compañeros de clase, que aprenden, con la observación y con el ejemplo de quien está rehaciendo
el final de su exposición, cómo deben hacer el cierre.
 Concluir bien es importante y su aprendizaje exige constancia
Si usted está pensando que con una vez que se den las orientaciones es suficiente para que no
vuelvan a cometer el error, se equivoca. Son necesarios decenas de ejercicios, incluso un curso
entero en algunos casos, para resolver el problema. Como dije antes, muchos conferenciantes muy
experimentados tienen dificultad para concluir sus exposiciones de manera correcta.
En mi tesis de licenciatura sobre el tema La influencia de la emoción del orador en el proceso de
conquista de los oyentes, publicada en Brasil por la Editorial Saraiva, ya mencionada
anteriormente, analicé la comunicación de veinte oradores que ganaron concursos de oratoria a lo
largo de 10 años. En esta investigación comprobé, entre 21 ítems, cuáles eran los que influían más
en el oyente. La forma de terminar la charla fue el segundo ítem más importante, solo detrás del
contenido, que fue el ítem más valorado. Este es un dato fundamental para evaluar la importancia
de la conclusión de la charla en el éxito de una exposición.
Eso sí, aunque la conclusión sea muy importante, su objetivo no es salvar una exposición
desastrosa, sino añadir valor a una exposición de calidad.
En esta última parte de la exposición, además de pedir a los oyentes que piensen y reflexiones de
acuerdo con su propuesta, usted deberá usar un tono de voz que muestre que va a concluir.
Considere que la conclusión de su charla ha sido perfecta cuando acaba en el momento preciso, es
decir, cuando ha transmitido todas las informaciones que deseaba y ha convencido a los oyentes
de su propuesta; cuando haya utilizado el tono de voz adecuado, mostrando que estaba
terminando, y cuando permita que los oyentes reflexionen y actúen de acuerdo con el mensaje.
No se olvide de este detalle: la calidad del mensaje transmitido en la conclusión es muy importante
para terminar, pero el tono de voz que avise de que la exposición está llegando al final puede ser
todavía más relevante. Los oyentes recibirán, por la forma de concluir, la información y el
sentimiento del mensaje.

 Cómo concluir el discurso


Básicamente, la mayoría de las formas sugeridas para iniciar un discurso puede ser utilizada para
su conclusión. Incluso se puede utilizar el mismo pensamiento o la misma cita empleados en la
introducción, basta modificar en la conclusión la inflexión de la voz, mostrando que el pensamiento
o la cita regresan para cerrar la charla después de haber probado su contenido.
Después de hacer una recapitulación de los principales aspectos de la materia tratada, resumiendo
la idea del mensaje, el discurso se puede concluir de las siguientes formas:
 Provocar una reflexión: Es provechoso reflexionar sobre un asunto y meditar de acuerdo
con nuestras ideas en las que creemos. Ahora, después de exponer las opiniones haciendo
uso de las técnicas estudiadas para la composición de las distintas partes del discurso,
usted influyó en la mente y el espíritu de auditorio con sus ideas. Tomando esas ideas como
base para su reflexión, los oyentes podrán llegar a las conclusiones que usted pretendía.
 Utilizar una cita: Citar una frase de un autor célebre refuerza las afirmaciones hechas
durante el discurso, además de ofrecer credibilidad. Las citas deben tener relación con la
estructura de la charla y pertenecer a autores reconocidos como autoridad en la materia de
la que se habla.
Después de ganar la votación que lo eligió presidente de Brasil, Tancredo Neves pronunció
un discurso llamado a la unión de todos los brasileños para conquistar los objetivos de la
nación.
El final quedó marcado como uno de los principales mensajes de su vida. En la conclusión
Tancredo citó:
… No nos vamos a dispersar. Continuemos juntos, como en las plazas públicas, con la
misma emoción, la misma dignidad y la misma decisión.
Si todos quisiéramos, nos decía hace casi doscientos años Tiradentes, el héroe loco de
esperanza, podemos hacer de este país una gran nación. Hagámoslo.
 Llamar a la acción: No basta solo convencer a los oyentes. Es más importante llevarlos a
la acción. Si usted consiguió convencer al público de que una determinada institución de
caridad necesita de donativos, no terminará su obra hasta que no los mueva a la acción, es
decir, hasta que no contribuyan a favor de los necesitados.
 Provocar el entusiasmo: En las últimas frases del discurso, usted podrá entusiasmar al
auditorio con frases vibrantes, aumentando la emoción a medida que se aproxima al final.
Es importante comprobar si está preparado el auditorio y si el ánimo está predispuesto a un
final de esa naturaleza. Si el público no estuviera muy dispuesto, lo mejor es elegir otro tipo
de final. Hemos visto muchos conferenciantes que, pensando que habían preparado
correctamente la emoción del público, se emocionaron ellos solos y dieron al traste con el
éxito de la exposición.
 Aludir a la ocasión: Esta forma de cierre es muy apropiada porque identifica el momento
con el contenido de la charla. Se pueden mencionar los motivos por los que se han reunido
en la sala, las consecuencias del encuentro, una descripción de los acontecimientos u otros
comentarios que puedan reflejar algunos aspectos o el conjunto del ambiente, escenario del
discurso.
 Elogiar al auditorio: El elogio al auditorio, tanto en la introducción como en el cierre de la
charla, tiene que ser, sobre todo, sincero. Elogiar una cualidad del auditorio que no sea
verdadera es correr el riesgo de acabar con todo lo conseguido desde el principio de la
exposición. Sin embargo, si observa un aspecto positivo del público y cree que los oyentes
quedarán satisfechos de su observación, deberá hacerla.
 Contar un hecho histórico: El hecho histórico, real o legendario, es una forma atractiva de
acabar el discurso. Provoca el interés del público y permanece durante más tiempo en su
memoria.
 Aprovechar un hecho divertido: El hecho divertido, como ya vimos, nace del propio
ambiente cuando usted exagera un poco una determinada circunstancia. Todos los
cuidados recomendados para utilizar estos momentos divertidos en la introducción de la
charla sirven para la conclusión.
 Utilizar un hecho concreto: Usted puede echar mano de una circunstancia de tiempo, de
lugar o de persona para hacer el cierre del discurso. Ese recurso siempre produce impacto
en el público porque surge con naturalidad del ambiente, captando toda su emoción.

 Precauciones en la conclusión
Este atento a algunos detalles importantes en la conclusión de la charla:
 No utilice más emoción que la que el auditorio está preparado para sentir.
 Aunque el público muestre mucho interés, resista la tentación y deje de hablar cuando haya
completado su mensaje.
 Al terminar, no espere a que cesen los aplausos; deje el estrado mientras se producen los
aplausos.
 Prepare su salida de estrado y sepa de antemano si se va a dirigir a la mesa presidencial, si
se va a sentar entre el público, si va a continuar en pie frente al auditorio.
 Aunque no esté contento con la exposición, no lo muestre ante el público, mucho menos
pida disculpas. Salga del estrado como si hubiese pronunciado el mejor discurso de su vida.
 Nunca termine con palabras dubitativas o frases vacías. Termine con fuerza: si el final es
triste, baje el volumen de la voz; si es alegre o entusiasta, eleve la intensidad para mostrar
su mensaje.
Ponga énfasis especialmente en la última frase.
DISCURSOS:

1.-

Cuentan que un hijo le dijo a su padre que quería ser un líder y le preguntó cómo podía lograrlo. El padre le
respondió que lo primero que tenía que hacer era estar consciente de sus conductas. Que cada vez que
sintiera que había hecho daño a una persona, clavara un clavo en la cerca de su casa. El hijo aceptó el reto
y empezó a tomar mayor conciencia de sus actos. Siguiendo el consejo de su padre, comenzó a poner
clavos con el martillo cada vez que hacía daño, maltrataba a una persona o no la respetaba. Luego de un
tiempo el hijo dejó de poner clavos en la cerca, porque ya era consciente de sus actos y trataba bien a las
personas. Entonces preguntó a su padre: “¿y ahora qué hago?” El padre le respondió diciéndole que por
cada acto de bien y servicio que realizase, sacase un clavo de la cerca. El hijo nuevamente aceptó el reto y
empezó, poco a poco, a sacar los clavos. Ya estaba despierto, era consciente y además se dedicaba a
ayudar a las personas. En poco tiempo logró sacar todos los clavos. Contento se acercó donde su padre,
quizá con un poco de soberbia y la dijo: “¡he terminado! ¡Logré sacar todos los clavos! Finalmente he
aprendido a ser una mejor persona, un líder”. Sin embargo, acto seguido lo asaltó una duda: “¿ahora qué
haremos con todos los huecos que dejaron los clavos en la cerca?” El padre le respondió: “no los toques.
Están allí para recordarte siempre que en tu camino de aprendizaje dejaste una huella de dolor en la gente y
que gracias a su entrega, comprensión y colaboración ahora puedes ser la persona que eres”.

El primer paso que debe dar aquella persona que quiere ser líder es aprender a estar consciente, pues éste
es un elemento clave para lograr el liderazgo personal. La historia termina con la etapa más evolucionada
del liderazgo interpersonal: el servicio a los demás. No podemos ser líderes si no tenemos primero la
capacidad de liderarnos a nosotros mismos.

El liderazgo personal se logra cuando la persona emprende el camino trabajando su autoestima, creatividad,
visión, equilibrio y capacidad de aprender.

El liderazgo interpersonal se logra posteriormente, cuando la persona domina la comunicación, aprende a


dirigir a otros y a entregarles el poder, a trabajar en equipo y a servir a sus seguidores.

El liderazgo es un camino en espiral que va de dentro hacia fuera. Si una laguna que alimenta a un río no es
profunda, si tiene poca agua, el río no podrá irrigar los campos y no se podrá sembrar ni cosechar. De la
misma forma, si la persona no tiene primero un nivel de profundidad interior, no podrá irrigar un liderazgo
constructivo y hacer crecer a las personas que la siguen.

David Fischman

2.-
Tengo el honor de estar hoy aquí con vosotros en vuestro comienzo en una de las mejores universidades
del mundo. La verdad sea dicha, yo nunca me gradué.
A decir verdad, esto es lo más cerca que jamás he estado de una graduación universitaria.
Hoy os quiero contar tres historias de mi vida. Nada especial. Sólo tres historias.
La primera historia versa sobre “conectar los puntos”.
Dejé la Universidad de Reed tras los seis primeros meses, pero después seguí vagando por allí otros 18
meses, más o menos, antes de dejarlo del todo. Entonces, ¿por qué lo dejé?
Comenzó antes de que yo naciera.
Mi madre biológica era una estudiante joven y soltera, y decidió darme en adopción. Ella tenía muy claro
que quienes me adoptaran tendrían que ser titulados universitarios, de modo que todo se preparó para que
fuese adoptado al nacer por un abogado y su mujer.
Solo que cuando yo nací decidieron en el último momento que lo que de verdad querían era una niña.
Así que mis padres, que estaban en lista de espera, recibieron una llamada a medianoche preguntando:
“Tenemos un niño no esperado; ¿lo queréis?”
“Por supuesto”, dijeron ellos.
Mi madre biológica se enteró de que mi madre no tenía titulación universitaria, y que mi padre ni siquiera
había terminado el bachillerato, así que se negó a firmar los documentos de adopción. Sólo cedió, meses
más tarde, cuando mis padres prometieron que algún día yo iría a la universidad.
Y 17 años más tarde fui a la universidad. Pero de forma descuidada elegí una universidad que era casi tan
cara como Stanford, y todos los ahorros de mis padres, de clase trabajadora, los estaba gastando en mi
matrícula.
Después de seis meses, no le veía propósito alguno. No tenía idea de qué quería hacer con mi vida, y
menos aún de cómo la universidad me iba a ayudar a averiguarlo.
Y me estaba gastando todos los ahorros que mis padres habían conseguido a lo largo de su vida. Así que
decidí dejarlo, y confiar en que las cosas saldrían bien.
En su momento me dio miedo, pero en retrospectiva fue una de las mejores decisiones que nunca haya
tomado.
En el momento en que lo dejé, ya no fui más a las clases obligatorias que no me interesaban y comencé a
meterme en las que parecían interesantes. No era idílico. No tenía dormitorio, así que dormía en el suelo
de las habitaciones de mis amigos, devolvía botellas de Coca Cola por los 5 céntimos del envase para
conseguir dinero para comer, y caminaba más de 10 Km los domingos por la noche para comer bien una
vez por semana en el templo de los Hare Krishna.
Me encantaba.
Y muchas cosas con las que me fui topando al seguir mi curiosidad e intuición resultaron no tener precio
más adelante.
Os daré un ejemplo.
En aquella época la Universidad de Reed ofrecía la que quizá fuese la mejor formación en caligrafía del
país. En todas partes del campus, todos los póster, todas las etiquetas de todos los cajones, estaban
bellamente caligrafiadas a mano.
Como ya no estaba matriculado y no tenía clases obligatorias, decidí atender al curso de caligrafía para
aprender cómo se hacía.
Aprendí cosas sobre el serif y tipografías sans serif, sobre los espacios variables entre letras, sobre qué
hace realmente grande a una gran tipografía.
Era sutilmente bello, histórica y artísticamente, de una forma que la ciencia no puede capturar, y lo
encontré fascinante. Nada de esto tenía ni la más mínima esperanza de aplicación práctica en mi vida.
Pero diez años más tarde, cuando estábamos diseñando el primer ordenador Macintosh, todo eso volvió a
mí.
Y diseñamos el Mac con eso en su esencia. Fue el primer ordenador con tipografías bellas. Si nunca me
hubiera dejado caer por aquél curso concreto en la universidad, el Mac jamás habría tenido múltiples
tipografías, ni caracteres con espaciado proporcional. Y como Windows no hizo más que copiar el Mac, es
probable que ningún ordenador personal los tuviera ahora. Si nunca hubiera decidido dejarlo, no habría
entrado en esa clase de caligrafía y los ordenadores personales no tendrían la maravillosa tipografía que
poseen.
Por supuesto, era imposible conectar los puntos mirando hacia el futuro cuando estaba en clase, pero fue
muy, muy claro al mirar atrás diez años más tarde.
Lo diré otra vez: no puedes conectar los puntos hacia adelante, sólo puedes hacerlo hacia atrás. Así que
tenéis que confiar en que los puntos se conectarán alguna vez en el futuro. Tienes que confiar en algo, tu
instinto, el destino, la vida, el karma, lo que sea.
Esta forma de actuar nunca me ha dejado tirado, y ha marcado la diferencia en mi vida.
Mi segunda historia es sobre el amor y la pérdida.
Tuve suerte — supe pronto en mi vida qué era lo que más deseaba hacer. Woz y yo creamos Apple en la
cochera de mis padres cuando tenía 20 años. Trabajamos mucho, y en diez años Apple creció de ser sólo
nosotros dos a ser una compañía valorada en 2 mil millones de dólares y 4.000 empleados.
Hacía justo un año que habíamos lanzado nuestra mejor creación — el Macintosh — un año antes, y hacía
poco que había cumplido los 30.
Y me despidieron.
¿Cómo te pueden echar de la empresa que tú has creado?
Bueno, mientras Apple crecía contratamos a alguien que yo creía muy capacitado para llevar la compañía
junto a mí, y durante el primer año, más o menos, las cosas fueron bien. Pero luego nuestra perspectiva
del futuro comenzó a ser distinta y finalmente nos apartamos completamente. Cuando eso pasó, nuestra
Junta Directiva se puso de su parte.
Así que a los 30 estaba fuera. Y de forma muy notoria.
Lo que había sido el centro de toda mi vida adulta se había ido y fue devastador.
Realmente no supe qué hacer durante algunos meses. Sentía que había dado de lado a la anterior
generación de emprendedores, que había soltado el testigo en el momento en que me lo pasaban. Me
reuní con David Packard [de HP] y Bob Noyce [Intel], e intenté disculparme por haberlo fastidiado tanto.
Fue un fracaso muy notorio, e incluso pensé en huir del valle [Silicon Valley].
Pero algo comenzó a abrirse paso en mí — aún amaba lo que hacía. El resultado de los acontecimientos
en Apple no había cambiado eso ni un ápice. Había sido rechazado, pero aún estaba enamorado. Así que
decidí comenzar de nuevo.
No lo vi así entonces, pero resultó ser que el que me echaran de Apple fue lo mejor que jamás me pudo
haber pasado.
Había cambiado el peso del éxito por la ligereza de ser de nuevo un principiante, menos seguro de las
cosas. Me liberó para entrar en uno de los periodos más creativos de mi vida. Durante los siguientes cinco
años, creé una empresa llamada NeXT, otra llamada Pixar, y me enamoré de una mujer asombrosa que se
convertiría después en mi esposa.
Pixar llegó a crear el primer largometraje animado por ordenador, Toy Story, y es ahora el estudio de
animación más exitoso del mundo. En un notable giro de los acontecimientos, Apple compró NeXT, yo
regresé a Apple y la tecnología que desarrollamos en NeXT es el corazón del actual renacimiento de
Apple. Y Laurene y yo tenemos una maravillosa familia.
Estoy bastante seguro de que nada de esto habría ocurrido si no me hubieran echado de Apple. Creo que
fue una medicina horrible, pero supongo que el paciente la necesitaba. A veces, la vida te da en la cabeza
con un ladrillo. No perdáis la fe. Estoy convencido de que la única cosa que me mantuvo en marcha fue mi
amor por lo que hacía. Tenéis que encontrar qué es lo que amáis. Y esto vale tanto para vuestro trabajo
como para vuestros amantes.
El trabajo va a llenar gran parte de vuestra vida, y la única forma de estar realmente satisfecho es hacer lo
que consideréis un trabajo genial. Y la única forma de tener un trabajo genial es amar lo que hagáis. Si aún
no lo habéis encontrado, seguid buscando.
No os conforméis.
Como en todo lo que tiene que ver con el corazón, lo sabréis cuando lo hayáis encontrado. Y como en
todas las relaciones geniales, las cosas mejoran y mejoran según pasan los años. Así que seguid
buscando hasta que lo encontréis.
No os conforméis.
Mi tercera historia es sobre la muerte.
Cuando tenía 17 años, leí una cita que decía algo como: “Si vives cada día como si fuera el último, algún
día tendrás razón”. Me marcó, y desde entonces, durante los últimos 33 años, cada mañana me he mirado
en el espejo y me he preguntado: “Si hoy fuese el último día de mi vida, ¿querría hacer lo que voy a hacer
hoy?” Y si la respuesta era “No” durante demasiados días seguidos, sabía que necesitaba cambiar algo.
Recordar que voy a morir pronto es la herramienta más importante que haya encontrado para ayudarme a
tomar las grandes decisiones de mi vida.
Porque prácticamente todo, las expectativas de los demás, el orgullo, el miedo al ridículo o al fracaso se
desvanece frente a la muerte, dejando sólo lo que es verdaderamente importante.
Recordar que vas a morir es la mejor forma que conozco de evitar la trampa de pensar que tienes algo que
perder. Ya estás desnudo. No hay razón para no seguir tu corazón.
Hace casi un año me diagnosticaron cáncer.
Me hicieron un chequeo a las 7:30 de la mañana, y mostraba claramente un tumor en el páncreas. Ni
siquiera sabía qué era el páncreas. Los médicos me dijeron que era prácticamente seguro un tipo de
cáncer incurable y que mi esperanza de vida sería de tres a seis meses. Mi médico me aconsejó que me
fuese a casa y dejara zanjados mis asuntos, forma médica de decir: prepárate a morir.
Significa intentar decirle a tus hijos en unos pocos meses lo que ibas a decirles en diez años. Significa
asegurarte de que todo queda atado y bien atado, para que sea tan fácil como sea posible para tu familia.
Significa decir adiós.
Viví todo un día con ese diagnóstico.
Luego, a última hora de la tarde, me hicieron una biopsia, metiéndome un endoscopio por la garganta, a
través del estómago y el duodeno, pincharon el páncreas con una aguja para obtener algunas células del
tumor. Yo estaba sedado, pero mi esposa, que estaba allí, me dijo que cuando vio las células al
microscopio el médico comenzó a llorar porque resultó ser una forma muy rara de cáncer pancreático que
se puede curar con cirugía.
Me operaron, y ahora estoy bien. Esto es lo más cerca que he estado de la muerte, y espero que sea lo
más cerca que esté de ella durante algunas décadas más. Habiendo vivido esto, ahora os puedo decir esto
con más certeza que cuando la muerte era un concepto útil, pero puramente intelectual:
Nadie quiere morir.
Ni siquiera la gente que quiere ir al cielo quiere morir para llegar allí. Y sin embargo la muerte es el destino
que todos compartimos. Nadie ha escapado de ella. Y así tiene que ser, porque la Muerte es posiblemente
el mejor invento de la Vida. Es el agente de cambio de la Vida. Retira lo viejo para hacer sitio a lo nuevo.
Ahora mismo lo nuevo sois vosotros, pero dentro de no demasiado tiempo, de forma gradual, os iréis
convirtiendo en lo viejo, y seréis apartados. Siento ser tan dramático, pero es bastante cierto. Vuestro
tiempo es limitado, así que no lo gastéis viviendo la vida de otro.
No os dejéis atrapar por el dogma que es vivir según los resultados del pensamiento de otros.
No dejéis que el ruido de las opiniones de los demás ahogue vuestra propia voz interior.
Y lo más importante, tened el coraje de seguir a vuestro corazón y vuestra intuición.
De algún modo ellos ya saben lo que tú realmente quieres ser.
Todo lo demás es secundario.
Cuando era joven, había una publicación asombrosa llamada The Whole Earth Catalog [Catálogo de toda
la Tierra], una de las biblias de mi generación. La creó un tipo llamado Stewart Brand no lejos de aquí, en
Menlo Park y la trajo a la vida con su toque poético. Eran los últimos años 60, antes de los ordenadores
personales y la autoedición, así que se hacía con máquinas de escribir, tijeras, y cámaras Polaroid. Era
como Google con tapas de cartulina, 35 años de que llegara Google, era idealista, y rebosaba de
herramientas claras y grandes conceptos. Stewart y su equipo sacaron varios números del The Whole
Earth Catalog, y cuando llegó su momento, sacaron un último número.
Fue a mediados de los 70, y yo tenía vuestra edad.
En la contraportada de su último número había una fotografía de una carretera por el campo a primera
hora de la mañana, la clase de carretera en la que podrías encontrarte haciendo autoestop si sois
aventureros. Bajo ella estaban las palabras:
“Sigue hambriento. Sigue alocado”.
Era su último mensaje de despedida. Sigue hambriento. Sigue alocado.
Y siempre he deseado eso para mí. Y ahora, cuando os graduáis para comenzar de nuevo, os deseo eso a
vosotros.
Seguid hambrientos. Seguid alocados.
Muchísimas gracias a todos.
Stevens Jobs

3.-

" Curiosa es nuestra situación de hijos de la Tierra. Estamos por una breve visita y no sabemos con qué
fin, aunque a veces creemos presentirlo. Ante la vida cotidiana no es necesario reflexionar demasiado:
estamos para los demás. Ante todo para aquellos de cuya sonrisa y bienestar depende nuestra felicidad;
pero también para tantos desconocidos a cuyo destino nos vincula una simpatía. Pienso mil veces al día
que mi vida externa e interna se basa en el trabajo de otros hombres, vivos o muertos. Siento que debo
esforzarme por dar en la misma medida en que he recibido y sigo recibiendo. Me siento inclinado a la
sobriedad, oprimido muchas veces por la impresión de necesitar del trabajo de los otros. Pues no me
parece que las diferencias de clase puedan justificarse: en última instancia reposan en la fuerza. Y creo
que una vida exterior modesta y sin pretensiones es buena para todos en cuerpo y alma. (...) Hay una
contradicción entre mi pasión por la justicia social, por la consecución de un compromiso social, y mi
completa carencia de necesidad de compañía, de hombres o de comunidades humanas. Soy un auténtico
solitario. Nunca pertenecí del todo al Estado, a la Patria, al círculo de amigos ni aún a la familia más
cercana. Si siempre fui algo extraño a esos círculos es porque la necesidad de soledad ha ido creciendo
con los años. (...) El misterio es lo más hermoso que nos es dado sentir. Es la sensación fundamental, la
cuna del arte y de la ciencia verdaderos. Quien no la conoce, quien no puede asombrarse ni maravillarse,
está muerto. Sus ojos se han extinguido. Esta experiencia de lo misterioso -aunque mezclada de temor- ha
generado también la religión. Pero la verdadera religiosidad es saber de esa Existencia impenetrable para
nosotros, saber que hay manifestaciones de la Razón más profunda y de la Belleza más resplandeciente
sólo asequibles en su forma más elemental para el intelecto. En ese sentido, y sólo en éste, pertenezco a
los hombres profundamente religiosos. Un Dios que recompense y castigue a seres creados por él mismo
que, en otras palabras, tenga una voluntad semejante a la nuestra, me resulta imposible de imaginar.
Tampoco quiero ni puedo pensar que el individuo sobreviva a su muerte corporal, que las almas débiles
alimenten esos pensamientos por miedo, o por un ridículo egoísmo. A mí me basta con el misterio de la
eternidad de la Vida, con el presentimiento y la conciencia de la construcción prodigiosa de lo existente,
con la honesta aspiración de comprender hasta la mínima parte de razón que podamos discernir en la obra
de la Naturaleza. "

Albert Einstein

4.-

Estoy orgulloso de reunirme con ustedes hoy, en la que será ante la historia la mayor manifestación por la
libertad en la historia de nuestro país.

Hace cien años, un gran estadounidense, cuya simbólica sombra nos cobija hoy, firmó la Proclama de la
emancipación. Este trascendental decreto significó como un gran rayo de luz y de esperanza para millones
de esclavos negros, chamuscados en las llamas de una marchita injusticia. Llegó como un precioso
amanecer al final de una larga noche de cautiverio. Pero, cien años después, el negro aún no es libre; cien
años después, la vida del negro es aún tristemente lacerada por las esposas de la segregación y las
cadenas de la discriminación; cien años después, el negro vive en una isla solitaria en medio de un
inmenso océano de prosperidad material; cien años después, el negro todavía languidece en las esquinas
de la sociedad estadounidense y se encuentra desterrado en su propia tierra.

Por eso, hoy hemos venido aquí a dramatizar una condición vergonzosa. En cierto sentido, hemos venido
a la capital de nuestro país, a cobrar un cheque. Cuando los arquitectos de nuestra república escribieron
las magníficas palabras de la Constitución y de la Declaración de Independencia, firmaron un pagaré del
que todo estadounidense habría de ser heredero. Este documento era la promesa de que a todos los
hombres, les serían garantizados los inalienables derechos a la vida, la libertad y la búsqueda de la
felicidad.

Es obvio hoy en día, que Estados Unidos ha incumplido ese pagaré en lo que concierne a sus ciudadanos
negros. En lugar de honrar esta sagrada obligación, Estados Unidos ha dado a los negros un cheque sin
fondos; un cheque que ha sido devuelto con el sello de "fondos insuficientes". Pero nos rehusamos a creer
que el Banco de la Justicia haya quebrado. Rehusamos creer que no haya suficientes fondos en las
grandes bóvedas de la oportunidad de este país. Por eso hemos venido a cobrar este cheque; el cheque
que nos colmará de las riquezas de la libertad y de la seguridad de justicia.

También hemos venido a este lugar sagrado, para recordar a Estados Unidos de América la urgencia
impetuosa del ahora. Este no es el momento de tener el lujo de enfriarse o de tomar tranquilizantes de
gradualismo. Ahora es el momento de hacer realidad las promesas de democracia. Ahora es el momento
de salir del oscuro y desolado valle de la segregación hacia el camino soleado de la justicia racial. Ahora
es el momento de hacer de la justicia una realidad para todos los hijos de Dios. Ahora es el momento de
sacar a nuestro país de las arenas movedizas de la injusticia racial hacia la roca sólida de la hermandad.

Sería fatal para la nación pasar por alto la urgencia del momento y no darle la importancia a la decisión de
los negros. Este verano, ardiente por el legítimo descontento de los negros, no pasará hasta que no haya
un otoño vigorizante de libertad e igualdad.

1963 no es un fin, sino el principio. Y quienes tenían la esperanza de que los negros necesitaban
desahogarse y ya se sentirá contentos, tendrán un rudo despertar si el país retorna a lo mismo de siempre.
No habrá ni descanso ni tranquilidad en Estados Unidos hasta que a los negros se les garanticen sus
derechos de ciudadanía. Los remolinos de la rebelión continuarán sacudiendo los cimientos de nuestra
nación hasta que surja el esplendoroso día de la justicia. Pero hay algo que debo decir a mi gente que
aguarda en el cálido umbral que conduce al palacio de la justicia. Debemos evitar cometer actos injustos
en el proceso de obtener el lugar que por derecho nos corresponde. No busquemos satisfacer nuestra sed
de libertad bebiendo de la copa de la amargura y el odio. Debemos conducir para siempre nuestra lucha
por el camino elevado de la dignidad y la disciplina. No debemos permitir que nuestra protesta creativa
degenere en violencia física. Una y otra vez debemos elevarnos a las majestuosas alturas donde se
encuentre la fuerza física con la fuerza del alma. La maravillosa nueva militancia que ha envuelto a la
comunidad negra, no debe conducirnos a la desconfianza de toda la gente blanca, porque muchos de
nuestros hermanos blancos, como lo evidencia su presencia aquí hoy, han llegado a comprender que su
destino está unido al nuestro y su libertad está inextricablemente ligada a la nuestra. No podemos caminar
solos. Y al hablar, debemos hacer la promesa de marchar siempre hacia adelante. No podemos volver
atrás.

Hay quienes preguntan a los partidarios de los derechos civiles, "¿Cuándo quedarán satisfechos?"

Nunca podremos quedar satisfechos mientras nuestros cuerpos, fatigados de tanto viajar, no puedan
alojarse en los moteles de las carreteras y en los hoteles de las ciudades. No podremos quedar
satisfechos, mientras los negros sólo podamos trasladarnos de un gueto pequeño a un gueto más grande.
Nunca podremos quedar satisfechos, mientras un negro de Misisipí no pueda votar y un negro de Nueva
York considere que no hay por qué votar. No, no; no estamos satisfechos y no quedaremos satisfechos
hasta que "la justicia ruede como el agua y la rectitud como una poderosa corriente".

Sé que algunos de ustedes han venido hasta aquí debido a grandes pruebas y tribulaciones. Algunos han
llegado recién salidos de angostas celdas. Algunos de ustedes han llegado de sitios donde en su
búsqueda de la libertad, han sido golpeados por las tormentas de la persecución y derribados por los
vientos de la brutalidad policíaca. Ustedes son los veteranos del sufrimiento creativo. Continúen trabajando
con la convicción de que el sufrimiento que no es merecido, es emancipador.

Regresen a Misisipí, regresen a Alabama, regresen a Georgia, regresen a Louisiana, regresen a los barrios
bajos y a los guetos de nuestras ciudades del Norte, sabiendo que de alguna manera esta situación puede
y será cambiada. No nos revolquemos en el valle de la desesperanza.

Hoy les digo a ustedes, amigos míos, que a pesar de las dificultades del momento, yo aún tengo un sueño.
Es un sueño profundamente arraigado en el sueño "americano".

Sueño que un día esta nación se levantará y vivirá el verdadero significado de su credo: "Afirmamos que
estas verdades son evidentes: que todos los hombres son creados iguales".

Sueño que un día, en las rojas colinas de Georgia, los hijos de los antiguos esclavos y los hijos de los
antiguos dueños de esclavos, se puedan sentar juntos a la mesa de la hermandad.

Sueño que un día, incluso el estado de Misisipí, un estado que se sofoca con el calor de la injusticia y de la
opresión, se convertirá en un oasis de libertad y justicia.

Sueño que mis cuatro hijos vivirán un día en un país en el cual no serán juzgados por el color de su piel,
sino por los rasgos de su personalidad.

¡Hoy tengo un sueño!

Sueño que un día, el estado de Alabama cuyo gobernador escupe frases de interposición entre las razas y
anulación de los negros, se convierta en un sitio donde los niños y niñas negras, puedan unir sus manos
con las de los niños y niñas blancas y caminar unidos, como hermanos y hermanas.

¡Hoy tengo un sueño!

Sueño que algún día los valles serán cumbres, y las colinas y montañas serán llanos, los sitios más
escarpados serán nivelados y los torcidos serán enderezados, y la gloria de Dios será revelada, y se unirá
todo el género humano.
Esta es nuestra esperanza. Esta es la fe con la cual regreso al Sur. Con esta fe podremos esculpir de la
montaña de la desesperanza una piedra de esperanza. Con esta fe podremos trasformar el sonido
discordante de nuestra nación, en una hermosa sinfonía de fraternidad. Con esta fe podremos trabajar
juntos, rezar juntos, luchar juntos, ir a la cárcel juntos, defender la libertad juntos, sabiendo que algún día
seremos libres.

Ese será el día cuando todos los hijos de Dios podrán cantar el himno con un nuevo significado, "Mi país
es tuyo. Dulce tierra de libertad, a tí te canto. Tierra de libertad donde mis antesecores murieron, tierra
orgullo de los peregrinos, de cada costado de la montaña, que repique la libertad". Y si Estados Unidos ha
de ser grande, esto tendrá que hacerse realidad.

Por eso, ¡que repique la libertad desde la cúspide de los montes prodigiosos de Nueva Hampshire! ¡Que
repique la libertad desde las poderosas montañas de Nueva York! ¡Que repique la libertad desde las
alturas de las Alleghenies de Pensilvania! ¡Que repique la libertad desde las Rocosas cubiertas de nieve
en Colorado! ¡Que repique la libertad desde las sinuosas pendientes de California! Pero no sólo eso: !
¡Que repique la libertad desde la Montaña de Piedra de Georgia! ¡Que repique la libertad desde la
Montaña Lookout de Tennesse! ¡Que repique la libertad desde cada pequeña colina y montaña de Misisipí!
"De cada costado de la montaña, que repique la libertad".

Cuando repique la libertad y la dejemos repicar en cada aldea y en cada caserío, en cada estado y en
cada ciudad, podremos acelerar la llegada del día cuando todos los hijos de Dios, negros y blancos, judíos
y cristianos, protestantes y católicos, puedan unir sus manos y cantar las palabras del viejo espiritual
negro: "¡Libres al fin! ¡Libres al fin! Gracias a Dios omnipotente, ¡somos libres al fin!"

Martin Luther king

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