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UNIVERSIDAD INSURGENTES

MICROECONOMIA

ACTIVIDAD 08 ENSAYO

DOCENTE: HERRERA MATA MARIA JUANA

ALUMNO(a): BENITEZ MONTES DE OCA ANA PAOLA

ID: 001101297

PLANTEL TOLUCA, EDO MEX, 13 DE JULIO 2023


INTRODUCCIÓN

La depresión vitivinícola que ocurrió entre 1914 y 1918 en la provincia de Mendoza, Argentina, fue un
período de dificultades económicas significativas para el sector vitivinícola. Esta crisis fue causada por
una combinación de factores internos y externos, como el aumento en la producción de viñedos y el
exceso de oferta a nivel interno, y la coincidencia con la Primera Guerra Mundial a nivel externo. A pesar
de los desafíos, el sector vitivinícola logró mantenerse a flote en cierta medida mediante la sustitución
de las importaciones de vinos europeos y la realización de exportaciones a países vecinos y Europa. Sin
embargo, los gobiernos conservadores adoptaron una política restrictiva que priorizaba la protección de
los intereses de los grandes bodegueros en lugar de abordar de manera integral los problemas del
sector. En este contexto, el cambio político representado por la asunción de José Néstor Lencinas como
gobernador marcó un punto de inflexión. Lencinas intervino en la Compañía Vitivinícola y promovió
políticas que buscaban proteger a los pequeños productores y fomentar la industrialización del sector.
Esta transformación reflejó un cambio en la intervención estatal y estableció un enfoque más integral y
orientado al desarrollo sostenible de la industria vitivinícola
La depresión vitivinícola que tuvo lugar entre 1914 y 1918 fue un periodo de dificultades económicas
significativas para el sector vitivinícola. Este ensayo analizará los factores que contribuyeron a esta crisis
y las consecuencias que tuvo tanto a nivel local como internacional. En primer lugar, es importante
destacar que esta depresión fue causada por una combinación de factores internos y externos. A nivel
interno, se produjo un aumento significativo en la producción de viñedos entre 1912 y 1913, lo que
generó una mayor oferta de materia prima y vinos en un momento de disminución en la demanda. Esto,
sumado a un fuerte stock vínico del año anterior, contribuyó a incrementar el excedente vínico y agravó
la situación económica del sector.

A nivel externo, la depresión vitivinícola coincidió con la Primera Guerra Mundial, lo que tuvo un
impacto significativo en la economía global. Sin embargo, paradójicamente, la vitivinicultura logró
mantenerse a flote en cierta medida. Por un lado, se sustituyeron las importaciones de vinos europeos,
lo que permitió a los productores locales ocupar parcialmente mercados que habían quedado
desatendidos debido a la guerra. Además, se realizaron exportaciones no masivas a países vecinos y a
Europa, lo que contribuyó a mitigar los efectos de la recesión. Otra consecuencia positiva fue la
repatriación de europeos que regresaron a sus países para guerrear o escapar de la desocupación local.
Esto alivió en cierta medida la situación social, aunque no pudo resolver completamente el desempleo y
la baja de salarios que habían surgido con el comienzo de la crisis. A pesar de estos esfuerzos, el
gobierno no logró encontrar herramientas efectivas para superar la difícil situación de los trabajadores y
mitigar los efectos del ciclo económico.

Los gobiernos conservadores fueron objeto de críticas debido a su enfoque limitado en la resolución de
la crisis vitivinícola. Según el texto, estos gobiernos priorizaban la protección de los intereses
económicos de los grandes bodegueros y mostraban poco interés por los pequeños productores
vitícolas y los trabajadores. En lugar de abordar de manera integral los problemas subyacentes, su
principal estrategia consistía en limitar la oferta para evitar una caída de los precios de la uva y el vino.
Esta política restrictiva reflejaba una visión simplista y un tanto miope de la crisis. Se consideraba que la
crisis era simplemente una cuestión de superproducción, es decir, un exceso de oferta en relación con la
demanda. Bajo esta perspectiva, la solución aparente era destruir la riqueza excedente a través de la
compra y destrucción de uvas y vinos con fondos públicos, como se estableció en las leyes mencionadas.

Sin embargo, esta medida no solo era insuficiente, sino que también tenía graves consecuencias. La
destrucción de riqueza, como se menciona en el texto, no solo implicaba una pérdida económica
significativa, sino que también tenía implicaciones sociales. Presenta una serie de eventos significativos
que marcaron el curso de la crisis vitivinícola en Mendoza. Según se menciona, el control de la oferta se
logró, ya sea a través del Estado o de la Compañía Vitivinícola. Sin embargo, este objetivo tuvo un alto
costo económico y social. Aunque los precios de la uva y el vino experimentaron caídas dramáticas
durante el período de 1913-1917, los valores de los vinos puestos en vagón ferroviario se mantuvieron
estables, lo que permitió a los grandes bodegueros obtener ganancias considerables. Mientras tanto, los
estratos subalternos, como los viñateros sin bodega y los trabajadores, sufrieron el peso más grande de
la crisis, experimentando desempleo y disminución de sus salarios.

En medio de esta crisis, tuvo lugar un cambio político significativo en Mendoza. La Unión Cívica Radical
(UCR) logró llevar al Dr. José Néstor Lencinas al cargo de gobernador en enero de 1918. Lencinas se
había comprometido a defender a los pequeños productores vitícolas y combatir el monopolio
vitivinícola. En consecuencia, intervino en la Compañía Vitivinícola mediante un decreto en marzo de
1918 y dispuso su liquidación, además de cancelar su personería jurídica en junio de 1918. Se plantea
una serie de situaciones y decisiones tomadas por el gobierno en relación con la industria vitivinícola.
Aunque se afirmaba que se buscaba preservar la rentabilidad de toda la cadena de valor, existían claras
contradicciones y falta de representación de ciertos actores clave en la toma de decisiones. El gobierno
emitió un decreto en marzo de 1922 con el objetivo de desalentar las ventas de uva a otras provincias,
que supuestamente ponían en desventaja a los bodegueros locales y a sus marcas. El decreto derogaba
el impuesto a la uva que salía de la provincia y lo reemplazaba con un impuesto al vino pagado por los
bodegueros locales.

Esta medida refleja un intento del gobierno de proteger a los bodegueros locales y nivelar las
condiciones de competencia en el mercado. Sin embargo, queda en entredicho si esta medida
realmente beneficiaría a todos los actores de la cadena de valor. Además, persiste la preocupación por
la falta de representación de los viñateros en la toma de decisiones, lo que cuestiona la legitimidad y la
eficacia de las políticas adoptadas.

Esta transformación evidencia un cambio fundamental en la intervención del Estado en la industria


vitivinícola. A través de medidas gubernamentales, se buscó proteger a los pequeños y medianos
productores, fomentar la industrialización y asegurar la rentabilidad de las explotaciones. La
participación del Estado en la economía es un tema amplio y complejo, y las opiniones sobre qué áreas
deben ser intervenidas por el gobierno varían dependiendo de diferentes perspectivas económicas e
ideológicas. En general, se argumenta que el Estado debe participar en áreas donde existe un mercado
fallido o donde el interés público es primordial. Algunas áreas en las que suele ser aceptada la
intervención estatal incluyen:

Infraestructura y servicios públicos: El Estado tiene la responsabilidad de garantizar la provisión de


infraestructura básica, como carreteras, energía, agua y servicios de comunicación, que son necesarios
para el funcionamiento de la economía y la calidad de vida de la población.

Educación y salud: La provisión de educación y atención médica de calidad es considerada una


responsabilidad del Estado para asegurar el acceso equitativo a estos servicios fundamentales.

Seguridad y justicia: El Estado tiene el deber de mantener la seguridad pública, garantizar el


cumplimiento de la ley y administrar un sistema de justicia efectivo.

Sin embargo, existen áreas donde la intervención estatal puede ser más controvertida o menos
deseable. Algunos argumentan que en sectores donde la competencia y el libre mercado pueden
funcionar eficientemente, como la mayoría de las industrias privadas, la intervención del Estado puede
llevar a ineficiencias, burocracia y distorsiones. Estas áreas suelen incluir:

Empresas privadas y libre mercado: En general, se considera que la iniciativa privada y la competencia
son fundamentales para la eficiencia económica y el crecimiento. En muchos casos, se prefiere que el
Estado se limite a establecer regulaciones y condiciones justas para el funcionamiento de los mercados,
en lugar de participar directamente en la actividad empresarial.

Decisiones individuales y libertades personales: En cuestiones de elecciones personales y estilos de vida,


la intervención estatal puede ser considerada una violación de la libertad individual. En cuanto a cómo la
intervención estatal puede afectar a la economía, existen diferentes perspectivas y resultados según el
contexto y las políticas específicas implementadas. La intervención estatal puede tener tanto efectos
positivos como negativos en la economía:

Estabilidad y regulación: El Estado puede jugar un papel importante en la estabilización de la economía a


través de políticas monetarias y fiscales, así como en la regulación de los mercados para prevenir abusos
y asegurar condiciones justas de competencia.

Promoción del desarrollo y corrección de desigualdades: La intervención estatal puede ayudar a corregir
las desigualdades económicas y sociales, promoviendo políticas de redistribución de la riqueza,
inversiones en infraestructura y apoyo a sectores desfavorecidos.
Burocracia y distorsiones: Sin embargo, también se debe tener en cuenta que una intervención estatal
excesiva puede llevar a la burocracia, la ineficiencia y la distorsión de los precios y la asignación de
recursos en la economía. Una mala gestión de las políticas económicas puede generar distorsiones y
desincentivar la iniciativa privada y la inversión.

En el caso específico del estudio "Conservadores y Lencinistas. Intervención estatal en la economía


vitivinícola de la provincia de Mendoza (Argentina), 1914-1922", se destaca que la intervención estatal
en el sector vitivinícola buscó proteger a los pequeños productores, fomentar la industrialización y
asegurar la rentabilidad de las explotaciones. Esta transformación evidencia un cambio en la
intervención del Estado y establece un enfoque más integral y orientado al desarrollo sostenible del
sector. Sin embargo, es importante evaluar los resultados y las implicaciones de estas políticas
específicas en la economía y la sociedad.

En conclusión, la depresión vitivinícola que tuvo lugar entre 1914 y 1918 fue el resultado de una
combinación de factores internos y externos que generaron dificultades económicas significativas para
el sector vitivinícola. A nivel interno, el aumento en la producción de viñedos y el exceso de oferta
contribuyeron a agravar la crisis. A nivel externo, la Primera Guerra Mundial afectó la economía global,
pero también creó oportunidades para los productores locales al sustituir las importaciones de vinos
europeos. Sin embargo, los gobiernos conservadores adoptaron una política restrictiva que se centraba
en limitar la oferta y destruir la riqueza excedente, lo cual tuvo consecuencias negativas para los
pequeños productores y los trabajadores. Esta estrategia mostró una falta de comprensión profunda de
la complejidad de la crisis y no abordó los desafíos fundamentales del sector vitivinícola.

El cambio político en Mendoza, con la asunción del Dr. José Néstor Lencinas y la intervención estatal en
la Compañía Vitivinícola, marcó un punto de inflexión en la crisis. El gobierno buscó proteger a los
pequeños productores, fomentar la industrialización y asegurar la rentabilidad de las explotaciones a
través de la creación de un organismo público. Esta transformación reflejó un cambio en la intervención
del Estado y estableció un enfoque más integral y orientado al desarrollo sostenible del sector.

En última instancia, la depresión vitivinícola fue un período desafiante para el sector vitivinícola, pero
también fue una oportunidad para repensar y reorientar las políticas hacia una mayor inclusión,
protección de los pequeños productores y promoción del desarrollo económico y social en la industria.

REFERENCIAS:
 Intervención estatal en la economía vitivinícola de la provincia de. (s/f).

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