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 UN TRATAMIENTO TÉRMICO

es un proceso utilizado en la industria metalúrgica para modificar las propiedades físicas y


mecánicas de los metales mediante el control de la temperatura. Este proceso implica calentar el
metal a una temperatura específica y luego enfriarlo de manera controlada para lograr cambios
en su estructura interna. Los tratamientos térmicos se aplican con el objetivo de mejorar la
resistencia, la dureza, la tenacidad, la ductilidad y otras características del metal, adaptándolo a
las necesidades particulares de una aplicación o uso específico.
Existen varios tipos de tratamientos térmicos comunes para los metales, como el recocido, el
temple, el revenido, el endurecimiento por precipitación, entre otros. Cada uno de estos
tratamientos implica diferentes procesos de calentamiento y enfriamiento para lograr los
cambios deseados en las propiedades del metal.
 LOS METALES FERROSOS
son aquellos que contienen hierro como elemento principal en su composición. Algunos
ejemplos de metales ferrosos son el acero (que es una aleación de hierro y carbono), el hierro
fundido y diversas aleaciones de hierro con otros elementos. Estos metales se caracterizan por
ser fuertes, resistentes y magnéticos. Debido a estas propiedades, los metales ferrosos son
ampliamente utilizados en la industria de la construcción, la ingeniería estructural, la
fabricación de vehículos y maquinarias, entre otros.
 LOS METALES NO FERROSOS
son aquellos que no contienen hierro como elemento principal en su composición. Algunos
ejemplos de metales no ferrosos son el aluminio, el cobre, el zinc, el plomo, el níquel, el titanio
y el estaño, entre otros. Estos metales se caracterizan por tener una menor densidad que los
metales ferrosos, ser más ligeros y tener una mayor resistencia a la corrosión. Los metales no
ferrosos son ampliamente utilizados en diversas industrias, como la construcción, la electrónica,
la aeronáutica, la fabricación de envases y la joyería.
 LA CORROSIÓN
es un proceso químico en el cual los metales reaccionan con su entorno y experimentan
deterioro y pérdida de propiedades debido a la interacción con sustancias como el oxígeno, el
agua o productos químicos. Es un fenómeno natural y generalmente indeseable, ya que puede
afectar la integridad y la funcionalidad de los metales. La corrosión puede producirse en
diferentes formas, como la corrosión uniforme (donde el metal se desgasta de manera
uniforme), la corrosión por picaduras (donde se forman pequeñas cavidades), la corrosión
intergranular (donde se corroen los límites entre los granos del metal) y la corrosión galvánica
(que ocurre cuando dos metales diferentes se encuentran en contacto en presencia de un
electrolito). Para prevenir o controlar la corrosión, se utilizan recubrimientos protectores,
aleaciones resistentes a la corrosión, técnicas de protección catódica y otras medidas de
protección.
 LA OXIDACIÓN
es un tipo de corrosión específico que ocurre cuando los metales reaccionan con el oxígeno en
presencia de humedad o sustancias corrosivas. La oxidación generalmente se manifiesta como la
formación de óxidos en la superficie del metal, lo que puede conducir a su deterioro. El proceso
de oxidación puede ser acelerado por factores como la temperatura, la humedad, la presencia de
ácidos u otros compuestos corrosivos. La formación de óxidos en la superficie del metal puede
cambiar su apariencia, creando capas de óxido que pueden ser de coloraciones características
según el metal y las condiciones de oxidación. La oxidación se evita mediante el uso de
recubrimientos protectores, como pinturas, y la aplicación de técnicas de protección contra la
corrosión, como el recubrimiento con metales más resistentes a la oxidación o el uso de
inhibidores de corrosión.

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