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Explica las diferencias entre la economía y la organización social del Paleolítico y

el Neolítico, y las causas del cambio.

Las primeras pruebas de poblamiento paleolítico encontradas de la península


Ibérica se remontan a hace más de 900.000 años con los restos óseos del Homo
Antecesor localizados en el yacimiento de Atapuerca (Burgos). Esta primera etapa de la
Prehistoria se extiende en la Península desde esos primeros testimonios de poblamiento,
beneficiados por las condiciones más propicias dadas en el sur del continente europeo
en relación al norte europeo cubierto de hielo, hasta que se produzca el cambio
climático que dará fin al Pleistoceno para dar inicio al Holoceno, subiendo las
temperaturas, acabando con las glaciaciones y extendiéndose las zonas boscosas, en
fechas cercanas al 9.000 a. C.

Estos primeros pobladores paleolíticos desarrollaban una economía depredadora,


es decir, no producían alimentos y consumían los recursos del medio a través de la caza,
la recolección de frutos y, en ocasiones, el carroñeo. Esta es la razón por la que
desarrollarán un modo de vida nómada, debiendo desplazarse de un lugar a otro
siguiendo a los animales y huyendo de las condiciones climatológicas más
desfavorables mientras habitaban en cuevas naturales y en asentamientos al aire libre.
Esta dependencia de la disponibilidad de recursos y el nomadismo imponía una
organización social basada en grupos humanos de reducido tamaño con una escasa
jerarquización social, organizados a su vez en sociedades de jefatura con un destacado
igualitarismo si lo comparamos con las etapas posteriores.

A su vez, el desarrollo tecnológico se basó en la industria lítica por golpeo o por


percusión directa e indirecta, donde la tendencia general irá enfocada al desarrollo de
útiles más diversificados y especializados en diversas funciones, así como la
diversificación de materiales. Una progresiva complejización que también se plasmará
en la aparición de las primeras manifestaciones artísticas localizadas en la franja
cantábrica en las últimas etapas del Paleolítico.

Derivado del citado cambio climático se dará inicio al Mesolítico, donde las
condiciones climáticas nuevas y la creciente presión demográfica que comenzará a
vivirse en las comunidades prehistóricas harán necesaria una nueva adaptación al medio
a través de la llamada “Revolución Neolítica” desde el 5.000 a. C. Desde esas fechas
aparecen en la Península las primeras comunidades neolíticas gracias a la extensión por
las costas mediterráneas peninsulares de las innovaciones procedentes del Oriente
Próximo por su mayor tensionamiento demográfico y por su proximidad al Creciente
Fértil, para posteriormente difundirse hacia el interior, norte y oeste peninsulares de
manera progresiva a medida que avanzaba la presión demográfica sobre los recursos de
estas zonas.

Estas comunidades implantarán una serie de importantes innovaciones


tecnológicas que permitirán el desarrollo de una nueva economía productiva, donde las
comunidades prehistóricas comenzaron a producir sus propios recursos alimenticios de
la mano de la agricultura (trigo, cebada o leguminosas) y la ganadería (cabras u ovejas).
Esta nueva forma económica obligará a un cambio en el modo de vida de estos grupos
pues será necesaria la transición a un modo de vida sedentario para atender a estas
actividades económicas, desarrollándose asentamientos permanentes más numerosos en
forma de poblados. A su vez, también veremos una serie de cambios en la organización
social al hacerse cada vez más compleja gracias a la división del trabajo, posibilitada
por los excedentes derivados de esta nueva forma de economía, permitiendo mantener
a grupos sociales alejados de la producción agropecuaria con dedicaciones
exclusivamente artesanales, comerciales o religiosas. También se hace patente el
alejamiento de las formas sociales igualitarias del periodo anterior para avanzar hacia
una mayor desigualdad social patente en los objetos de prestigio que comienzan a
aparecer.

Además, los cambios tecnológicos trascienden a la mera agricultura y ganadería,


produciéndose innovaciones como la cerámica, dedicada al transporte y al
almacenamiento de alimentos; la producción de tejidos, o las nuevas formas de industria
lítica como serán la piedra pulimentada, orientada a la elaboración de utensilios
dedicados a las tareas agrícolas como las hachas o las hoces.

Criterios de corrección:

 Ubica la cuestión en sus coordenadas espacio-temporales.


 Señala las diferencias económicas, enfrentando la economía depredadora del
Paleolítico y la economía productora del Neolítico y relaciona este aspecto con
el desarrollo de unas formas de vida nómada o sedentaria.
 Recoge someramente las diferencias en cuanto a la organización social.
 Puede añadirse algunas diferencias en cuanto a la tecnología.

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