A natómicamente el sistema venoso se extiende desde los capilares
hasta la aurícula derecha.
Por sus característica estructurales son vasos de baja resistencia y alta compliancia, que los convierten en un sistema de almacenamiento sanguíneo frente a cambios de presión, lo que supone una velocidad muy baja en el flujo de retorno, por lo que requiere de la participación de diversos mecanismos fisiológicos que faciliten dicho retorno. (Figura 1)
Figura-2. Características y funciones del sistema venoso.
El papel funcional de las venas fue puesto de manifiesto por Harvey (1628) y consiste en asegurar el retorno al corazón de la misma sangre, que dicho órgano envía al sistema en cada sístole ventricular (Figura 2). PRESIÓN VENOSA
L a presión venosa central, corresponde a los grandes vasos
venosos que comunican con la aurícula derecha y se encuentran dentro de la caja torácica (figura 7), por lo que el valor de dicha presión oscila con los cambios de presión intratorácica producidos por el ciclo respiratorio y por la actividad cíclica cardíaca. Realmente se puede decir que la presión venosa central es la presión de la aurícula derecha. Su valor medio se puede cifrar en 4,6 mmHg, dado que durante la espiración este valor puede alcanzar un valor de 6 mmHg y durante la inspiración bajar a 2 mmHg. La presión venosa periférica, corresponde a los vasos de menor calibre, con un valor inicial de unos 15 mmHg, que representa el valor medio de la presión sanguínea a la salida de los capilares. En regiones intermedias la presión está en unos 4 a 7 mmHg por encima de la presión auricular derecha. Esta caída de presión se debe a la alta distensibilidad venosa. Sin embargo hay zonas donde la resistecia local puede aumentar, normalmente por compresión de dichos vasos (región abdominal, tórax, brazos, cuello, etc.), determinando valores de presión algo mayores.
Cuando aumenta la presión auricular derecha, se produce un
incremento en la presión venosa de las grandes venas, pero la presión venosa periférica tarda un tiempo en reflejar dicho aumento, debido a que parte de esa presión se utiliza para llenar las venas que normalmente se encuentran colapsadas.
PRESIÓN VENOSA Y GRAVEDAD
E l valor de la presión en cualquier punto del sistema
venoso depende de la fuerza de la gravedad, por lo que en la posición ortostática varía de acuerdo con la distancia al corazón, tomado éste como nivel de referencia. (Figura 8) El nivel de referencia debería ser el plano hidrostático de indiferencia, plano vascular donde la presión no se modifica por el cambio de la postura, situándose a unos 5 a 10 cm por debajo del diafragma. No obstante, para las arterias y venas se considera al corazón como nivel de referencia, por ser éste el punto activo de presión. Para las venas el punto de referencia de presión es la válvula tricúspide.
En la posición ortostática los valores de la presión venosa se
incrementan considerablemente a medida que nos alejamos por debajo del corazón. Este incremento de presión hidrostática y la alta compliancia del sistema venoso, se traduce en distensión e incremento del volumen de sangre almacenado. A la altura de los tobillos el peso de la sangre venosa es tan elevado que debería impedirse el retorno venoso por estancamiento de la misma. Normalmente esto no ocurre, porque existen mecanismos que lo evitan, como son el propio soporte de los tejidos que rodean a las venas y el músculo liso de éstas; la extensa comunicación venosa en los tejidos, el tono vasomotor venoso (venomotor), las válvulas venosas y otros factores que favorecen el retorno venoso.
Por encima del corazón se hace subatmosférica (negativa).
Dentro del cráneo, por ser una estructura cerrada, no se afecta. Pero fuera sí (peligro al realizar una craneotomía, pues la exposición a la presión atmosférica, provoca un efecto de succión generando una embolia gaseosa). Si levantamos el brazo por encima del corazón, se aprecian los surcos venosos provocados por la mayor presión atmosférica (colapso venoso). Si bajamos el brazo lentamente, se hinchan progresivamente las venas, por la presión venosa y el peso de la sangre. MEDIDA DE LA PRESIÓN VENOSA Figura 9. a) Directamente, mediante un catéter insertado en vena central, para la presión venosa central. Para la periférica, insertar una aguja en el brazo a la altura del corazón, unida a un manómetro que contiene solución salina estéril. Los valores obtenidos se convierten en mm Hg, dividiéndolos por 13,6.
b) Indirectamente, observando la altura a la que se distienden
las venas yugulares externas cuando el sujeto yace con la cabeza ligeramente por encima del corazón. La distancia vertical entre la aurícula derecha y el sitio donde la yugular se colapsa, mide la presión venosa en mm de sangre. Bibliografía
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