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CIRCULACIÓN VENOSA

Figura-
1. Características del sistema venoso

A natómicamente el sistema venoso se extiende desde los capilares hasta


la aurícula derecha.
Por sus característica estructurales son vasos de baja resistencia y
alta compliancia, que los convierten en un sistema de almacenamiento
sanguíneo frente a cambios de presión, lo que supone una velocidad muy
baja en el flujo de retorno, por lo que requiere de la participación de
diversos mecanismos fisiológicos que faciliten dicho retorno. (Figura 1)
Figura-2. Características y funciones del sistema venoso.
El papel funcional de las venas fue puesto de manifiesto por Harvey (1628) y
consiste en asegurar el retorno al corazón de la misma sangre, que dicho órgano
envía al sistema en cada sístole ventricular (Figura 2).

CIRCULACIÓN VENOSA

ES UN SISTEMA DE VASOS DISEÑADO PARA RECOGER LA


SANGRE DESOXIGENADA PRODUCIDA EN  EL ORGANISMO.
SALIENDO DE LOS TEJIDOS, VA AUMENTANDO SU
DIÁMETRO HASTA LLEGAR AL VENTRÍCULO DERECHO Y
DE AHÍ A LOS PULMONES PARA ARTERIALIZARSE. TAMBIÉN
EN ESE CAMINO VAN CAMBIANDO SUS PROPIEDADES
ELÁSTICAS Y CONTRÁCTILES, QUE DEFINEN SU FUNCIÓN EN
CADA SEGMENTO. PRESENTAN VÁLVULAS
UNIDIRECCIONALES.

OBJETIVOS
1. Describir las características funcionales del sistema venoso. Explicar el
papel funcional de las válvulas venosas y de la distensibilidad de las venas.
2. Describir las técnicas de medida de la presión venosa central y sus valores
fisiológicos.
3. Describir los factores que determinan el flujo de sangre desde las vénulas al
corazón.
4. Interpretar las diferentes partes de las curvas de retorno venoso: definir la
presión promedio y conocer su significado y valor.
5. Describir los factores que pueden afectar a la presión promedio de llenado.
6. Definir el retorno venoso y explicar los factores que determinan su cuantía.
7. Describir el papel de la presión en la aurícula derecha, en el equilibrio entre
el retorno venoso y el gasto cardíaco.
8. Explicar cómo se modifica la presión venosa central por cambios en la
resistencia al retorno venoso, en el volumen sanguíneo o en la tensión de la
pared vascular.

Figura-
3:Características morfofuncionales.
MORFOLOGÍA FUNCIONAL

1 . Red venosa ampliamente ramificada con plexos venosos, (cutáneo y


pélvico). Permite la supresión de una gran parte venosa, sin alteraciones
circulatorias.
2. Tres paredes poco definidas (íntima, media y adventicia), con mayor
definición de la adventicia.
3. Músculo liso escaso, presente a partir de venas mayores de 5 mm de
diámetro.
4. Escasa respuesta miogénica.
5. Válvulas venosas que direccionan el flujo hacia la aurícula derecha y
evitan el reflujo por la gravedad. Disminuyen con la edad (70 años cae un
70%). Importantes en las extremidades inferiores.
6. Inervación simpática venoconstrictora (alfa -adrenérgica), principalmente
en piel, mucosas, renal y esplácnica. Nada en m. esquelético.
7. Factores venoconstrictores: 5-hidroxitriptamina; histamina y disminución
de la Tª.
8. Factores venodilatadores: aumento de la Tª.
9. Presentan un diámetro > que en la sección arterial correspondiente.

HEMODINÁMICA VENOSA
EL SISTEMA VENOSO SE CARACTERIZA POR SU ALTA
DISTENSIBILIDAD, BAJA PRESIÓN Y FLUJO Y ALTA
CAPACIDAD. DISTENSIBILIDAD VENOSA. Tienen ALTA
DISTENSIBILIDAD, BAJA ELASTICIDAD Y
BAJA CONTRACTILIDAD. (No recuperan del todo su estado inicial).
La compliancia es 25 veces mayor que en las arterias. (Significa que para
un cambio en una unidad de volumen la presión cambiaría en 25 mm Hg en
la circulación arterial, mientras que en la venosa sería sólo de 1 mm Hg. O
viceversa, para un cambio de una unidad de presión, el volumen venoso
aumentaría en 25 ml y en el arterial en 1 ml). Al ser vasos con poca túnica
media, son más sensibles a los cambios de presión transmural, lo que
supone que cuando la presión exterior es mayor que la interna estos vasos
se encuentren obliterados, fenómeno que normalmente no ocurre en las
arterias.
Figura-4:Distensibilidad
venosa.
Por esta razón, si nos fijamos en la curva (Figura 4), observaremos como a
regímenes de baja presión, donde la presión interna es menor que la
exterior, el vaso venoso se encuentra obliterado (presión de cierre),
adoptando un perfil de corte en forma elíptica, por cuyos extremos puede
pasar un fino hilo de sangre. A medida que aumenta la presión interna, el
perfil se va haciendo más circular, donde mínimos cambios de presión
ocasionan importantes incrementos en la capacidad del vaso. En esta región
de la curva no ha habido cambios en el radio del vaso y por tanto
de distensibilidad, solo cambios en la forma del mismo.
Alcanzado el perfil circular comienza a distenderse la pared a medida que
cambia la presión, observándose un cambio en la pendiente de la curva que
indica un incremento progresivo de la rigidez venosa. En estas
circunstancias se van necesitando mayores cambios de presión para poder
obtener pequeños cambios de volumen. En esta región de la curva los
cambios de volumen se deben a cambios en el radio del vaso.
Figura-
5:Distensibilidad venosa y temperatura.
La distensibilidad varía con la temperatura (Figura 5).

Figura-6:Flujo
venoso.
FLUJO VENOSO
L a velocidad del flujo venoso va creciendo a medida que va decreciendo
el área total de la sección transversal de los vasos venosos (figura 6). De
esta forma en las grandes venas la velocidad del flujo es alta aunque solo
alcanza 1/4 de la obtenida en la arteria correspondiente. La velocidad media
del flujo en la vena cava está entre 10 y 16 cm/seg y puede llegar hasta un
máximo de 50 cm/seg.
El flujo se establece gracias al gradiente de presión existente entre la
ventrículo izquierdo y la aurícula derecha, aproximadamente unos
90 mmHg. Por esta razón el efecto de la gravedad en la posición ortostática,
no influye sobre la velocidad del flujo ya que las presiones generadas por la
gravedad en el lado venoso, son iguales a las generadas en el arterial pero
de signo contrario por lo que se anulan.
De todas formas el flujo venoso es muy lento por lo que el retorno venoso
se ayuda de una serie de mecanismos fisiológicos que facilitan el flujo
hacia el corazón.

Figura-7:Presión
venosa.
PRESIÓN VENOSA

L a presión venosa central, corresponde a los grandes vasos venosos que


comunican con la aurícula derecha y se encuentran dentro de la caja
torácica (figura 7), por lo que el valor de dicha presión oscila con los
cambios de presión intratorácica producidos por el ciclo respiratorio y por
la actividad cíclica cardíaca. Realmente se puede decir que la presión
venosa central es la presión de la aurícula derecha. Su valor medio se
puede cifrar en 4,6 mmHg, dado que durante la espiración este valor puede
alcanzar un valor de 6 mmHg y durante la inspiración bajar a 2 mmHg.
La presión venosa periférica, corresponde a los vasos de menor calibre, con
un valor inicial de unos 15 mmHg, que representa el valor medio de la
presión sanguínea a la salida de los capilares. En regiones intermedias la
presión está en unos 4 a 7 mmHg por encima de la presión auricular
derecha. Esta caída de presión se debe a la alta distensibilidad venosa. Sin
embargo hay zonas donde la resistecia local puede aumentar, normalmente
por compresión de dichos vasos (región abdominal, tórax, brazos, cuello,
etc.), determinando valores de presión algo mayores.

Cuando aumenta la presión auricular derecha, se produce un incremento en


la presión venosa de las grandes venas, pero la presión venosa periférica
tarda un tiempo en reflejar dicho aumento, debido a que parte de esa
presión se utiliza para llenar las venas que normalmente se encuentran
colapsadas.

Figura-8:Presión venosa y la gravedad


PRESIÓN VENOSA Y GRAVEDAD

E l valor de la presión en cualquier punto del sistema venoso depende de


la fuerza de la gravedad, por lo que en la posición ortostática varía de
acuerdo con la distancia al corazón, tomado éste como nivel de referencia.
(Figura 8)
El nivel de referencia debería ser el plano hidrostático de indiferencia,
plano vascular donde la presión no se modifica por el cambio de la postura,
situándose a unos 5 a 10 cm por debajo del diafragma. No obstante, para las
arterias y venas se considera al corazón como nivel de referencia, por ser
éste el punto activo de presión. Para las venas el punto de referencia de
presión es la válvula tricúspide.

En la posición ortostática los valores de la presión venosa se incrementan


considerablemente a medida que nos alejamos por debajo del corazón. Este
incremento de presión hidrostática y la alta compliancia del sistema venoso,
se traduce en distensión e incremento del volumen de sangre almacenado.
A la altura de los tobillos el peso de la sangre venosa es tan elevado que
debería impedirse el retorno venoso por estancamiento de la misma.
Normalmente esto no ocurre, porque existen mecanismos que lo evitan,
como son el propio soporte de los tejidos que rodean a las venas y el
músculo liso de éstas; la extensa comunicación venosa en los tejidos, el
tono vasomotor venoso (venomotor), las válvulas venosas y otros factores
que favorecen el retorno venoso.

Por encima del corazón se hace subatmosférica (negativa). Dentro del


cráneo, por ser una estructura cerrada, no se afecta. Pero fuera sí (peligro al
realizar una craneotomía, pues la exposición a la presión atmosférica,
provoca un efecto de succión generando una embolia gaseosa). Si
levantamos el brazo por encima del corazón, se aprecian los surcos venosos
provocados por la mayor presión atmosférica (colapso venoso). Si bajamos
el brazo lentamente, se hinchan progresivamente las venas, por la presión
venosa y el peso de la sangre.

Figur
a-9: Medida presión venosa.
MEDIDA DE LA PRESIÓN VENOSA Figura 9.
a) Directamente, mediante un catéter insertado en vena central, para la
presión venosa central. Para la periférica, insertar una aguja en el brazo a la
altura del corazón, unida a un manómetro que contiene solución salina
estéril. Los valores obtenidos se convierten en mm Hg, dividiéndolos por
13,6.

b) Indirectamente, observando la altura a la que se distienden las venas


yugulares externas cuando el sujeto yace con la cabeza ligeramente por
encima del corazón. La distancia vertical entre la aurícula derecha y el sitio
donde la yugular se colapsa, mide la presión venosa en mm de sangre.

Figura-10: Pulso venoso.


PULSO VENOSO 
En las vénulas el flujo es uniforme y por tanto no existe pulsatividad que se
refleje en la pared venosa. Sin embargo en las venas cercanas al corazón si
se refleja la actividad de éste (figura 10). Así con sistemas apropiados de
medida (fotoeléctrico, transductores de presión) se puede obtener la onda de
pulso, donde se refleja un pico a: correspondiente a la contracción
auricular. Un pico c: correspondiente a la protusión de la válvula tricúspide
hacia el interior de la aurícula. Luego aparece un valle x debido a la caída
del plano valvular hacia el ápex durante la eyección ventricular;
posteriormente una elevación v, debida a la relajación isovolumétrica
ventricular que coincide con un incremento de la presión auricular por estar
cerradas las válvulas, y finalmente una depresión y debida al llenado
ventricular.
Figura-11: Volumen venoso.
VOLUMEN VENOSO 
El 75% del volumen sanguíneo se encuentra en la circulación venosa. De
éste el 50% está en las vénulas. (Figura 11)

RETORNO VENOSO 
El retorno venoso tiene como misión aportar a la aurícula derecha el mismo
volumen de sangre puesto en circulación en cada sístole ventricular. Para
ello el retorno venoso se ayuda de una serie de mecanismos fisiológicos que
favorecen un flujo de sangre adecuado hacia la aurícula derecha.

Los mecanismos principales que intervienen son:

– Acción propulsora del corazón


– La succión cardíaca intrínseca
– La bomba toraco-abdominal (succión torácica)
– La aspiración cardíaca extrínseca
– La actividad del músculo esquelético (bomba muscular)
– El tono vasomotor venoso
– Las válvulas venosas
– La expansión sistólica arterial
ACCIÓN PROPULSORA DEL CORAZÓN 
La presión que se puede medir en las vénulas no es más que la transmisión,
a través del sistema capilar, de la presión creada por el corazón en el
sistema arterial.

La acción bombeante del ventrículo izquierdo crea la presión suficiente, en


el origen venoso, como para asegurar la circulación de la sangre hacia la
aurícula derecha.

Su importancia funcional se pone de manifiesto en la siguiente experiencia:


Se coge un perro curarizado (para evitar el efecto de la musculatura
esquelética) y con el tórax abierto (para evitar la depresión intratorácica)
pero con respiración artificial. En él se observa como el retorno venoso es
satisfactorio.

Si paramos el corazón mediante un estímulo del neumogástrico,


observamos como se para el retorno venoso (realmente se observa cierto
flujo venoso durante unos segundos, debido a la retracción elástica del
sistema arterial), volviendo a restablecerse cuando reanudamos la actividad
cardíaca.

No hay que olvidar que esta es la principal causa del retorno venoso a la
aurícula derecha.

Figura-12: Succión cardíaca intrínseca.


SUCCIÓN CARDIÁCA INTRÍNSECA 
Debido a la baja presión intraventricular alcanzada durante la diástole,
cuando la válvula auriculo-ventricular se abre se crea un efecto de succión
ventricular que atrae la sangre contenida en los vasos venosos que nutren a
las respectivas aurículas. (Figura 12)
BOMBA TORÁCICO ABDOMINAL 
La ubicación de las grandes venas y el corazón en el interior del tórax,
supone que dichas estructuras se encuentren sometidas al vaivén de las
presiones torácicas durante el ciclo respiratorio. (Ver animación)

La presión intratorácica no tiene un valor constante, al final de la espiración


normal (situación de equilibrio respiratorio) es de -7 cm H 2O; sin embargo
durante la inspiración alcanza valores de -12 a -14 cm H 2O e incluso de –
20 cm H2O en inspiraciones forzadas, por tanto la acción aspirante de este
sistema es variable según el tipo de respiración que realicemos. Además
como consecuencia del desplazamiento diafragmático que acompaña a la
inspiración se produce un incremento de presión intraabdominal que
favorece aún más el retorno venoso, de ahí el nombre de bomba toráco-
abdominal.
Una forma de poner en evidencia este efecto es durante la maniobra de
Valsalva consistente en una espiración forzada a glotis cerrada tras una
inspiración profunda. En estas condiciones la presión torácica se hace
positiva y superior a la presión venosa, por lo que se interrumpe la misma
observándose como las venas de la cara y cuello se congestionan.

Figura-13: Aspiración
extrínseca del corazón.
ASPIRACIÓN EXTRÍNSECA DEL CORAZÓN 
Durante la sístole (figura 13), el volumen del corazón disminuye en una
cuantía determinada por el volumen sistólico. Esto ocurre en ambos
ventrículos, sin embargo la sangre procedente del ventrículo derecho va a la
circulación pulmonar que se encuentra dentro del tórax, mientras que la
sangre procedente del ventrículo izquierdo pasa al sistema arterial que
queda fuera del tórax. Este volumen de sangre que deja el tórax hace que la
presión intratorácica disminuya (al ser una cavidad cerrada) por lo que se
suma a la depresión existente en el tórax, que se acentúa durante la
inspiración. No obstante este efecto es muy ligero y por tanto poco
importante en el conjunto de mecanismos que favorecen el retorno venoso,
sin embargo no hay que olvidar su existencia.
BOMBA MÚSCULO ESQUELÉTICA
Desde hace tiempo se sabe que las contracciones rítmicas del músculo
esquelético (en las extremidades inferiores) ejercen un efecto muy
favorable sobre el retorno venoso. (Ver animación).

Cuando el músculo se contrae desarrolla una presión importante entre sus


fibras, comprimiendo los vasos que contiene y vaciándolos de sangre. Al
nivel de los capilares, la sangre circula hacia las vénulas, ya que en ellas la
presión es inferior a la que existe en las arteriolas. La contracción rítmica
del músculo esquelético actuaría sobre el flujo venoso de igual forma que lo
hace la sístole ventricular sobre la sangre contenida en su cavidad.
En las venas de mayor calibre ubicadas entre los haces musculares, la
actividad muscular supone un incremento de la presión intravascular
venosa, por compresión, que favorece su vaciamiento y direccionamiento
hacia la aurícula gracias a la existencia de las válvulas venosas
características de dichos vasos, las cuales sólo se abren en dirección
auricular, evitando el reflujo sanguíneo cuando disminuye la presión venosa
al relajarse el músculo.

Figura-14: Tono vasomotor venoso.


TONO VENOMOTOR
Todos los vasos de la circulación, excepto los capilares, presentan un estado
de contracción muscular basal denominado tono vasomotor (figura 14),
consecuencia de la integración de las propiedades electrofisiológicas de las
células musculares y el influjo neurohormonal y metabólico que rodea a
dicho músculo. Este tono vasomotor no es igual para todos lo vasos, por
ejemplo, los vasos cutáneos tienen un tono inferior al de los vasos
musculares. Las venas con músculo liso también presentan un tono
venomotor que está regulado por el sistema nervioso simpático.

VÁLVULAS VENOSAS
La presencia de las válvulas venosas evita que la sangre propulsada por los
diferentes mecanismos diseñados, refluya. Con la edad y la temperatura
pierden funcionalidad.

EXPANSIÓN SISTÓLICA ARTERIAL


Cuando un órgano se halla contenido dentro de una envoltura inextensible
(cerebro, ojo, etc.), no puede aumentar de volumen durante el aumento
sistólico de la presión arterial (ver animación). Esto hace que las venas
contenidas en dichos órganos sean exprimidas de su contenido en cada
sístole cardíaca. Este mismo fenómeno se observa en las vaínas vasculares,
donde las venas discurren junto a las arterias, rodeadas de una trama
conectiva que las aprieta. Cada expansión sistólica de la arteria supone la
compresión de la vena adyacente, la cual gracias a las válvulas, determina
que el flujo contenido sea empujado en dirección a la aurícula.

VÁRICES:
Las venas son las encargadas de devolver la sangre al corazón. Para ello cuentan
con unas válvulas que, mediante el ejercicio de los músculos, comprimen las
venas y hacen que la sangre ascienda hasta el siguiente tramo, en el que la
válvula, por el efecto de la fuerza de la sangre, se abre y por el efecto de la
gravedad se cierra. En ocasiones este juego no se produce adecuadamente y
provoca una alteración de la válvula. Se queda algo abierta por lo que parte de la
sangre se escurre y cae al tramo inferior, produciendo una dilatación por
hiperpresión en las venas superficiales que es lo que conocemos como varices.
Por regla general suele acontecer en las venas más superficiales del organismo.
La OMS define las varices como «dilataciones de las venas que con frecuencia
son tortuosas».

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