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TEMA 1.

INTRODUCCIÓN + CONCEPTOS CLAVES


1. CONSIDERACIONES GENERALES:

Como sabemos, la psicopatología tiene múltiples relaciones con otras disciplinas, las cuales se diferencian
principalmente en la rama que cada una acuñan y por lo tanto aportan. Gracias a dicha distinción, podemos dividir
todas estas disciplinas en:

 Disciplinas relacionadas mayormente con una rama médica:


o PSIQUIATRÍA: literalmente se define como el tratamiento de la psique, y es una especialidad de la
medicina, cuyo enfoque suele ser mayormente práctico, médico, y cuyos tratamientos tienen grades
correlatos biológicos => Se acerca más a la psicopatología.
o NEUROLOGÍA: se centra en el funcionamiento del SN y, por tanto, en sus enfermedades, siendo así
una disciplina aplicada.

Cuanto más claro y biológico sea el origen de la enfermedad, más cerca estarán de ser estudiados por la
neurología y no por la psiquiatría.

 Disciplinas relacionadas mayormente con una rama psicológica:


o PSICOLOGÍA CLÍNICA: es una de las ramas que más se acercan al ámbito hospitalario, enfocándose así
en las psicopatologías más graves.
o PSICOLOGÍA GENERAL SANITARIA: al contrario que la anterior, esta disciplina tiene un enfoque
comunitario, abordando problemas que no son estrictamente clínicos.
o PSICOLOGÍA DE LA SALUD: se relaciona principalmente con la realización de comportamientos que
son saludables, de estilo preventivo, y actuaciones en personas con enfermedades para mejorar su
salud y calidad de vida.

NEUROPSICOLOGÍA: esta disciplina se encuentra influenciada tanto por un ámbito médico como psicológico,
planteando que las afecciones tienen más relación con un fallo del SN que se traduce en conductas anómalas. Por ello,
se centra mucho en la evaluación, principalmente de procesos cognitivos, y adopta los conceptos y términos de la
psicopatología.
PSICOPATOLOGÍA: la podemos definir como una disciplina básica e influida por múltiples fuentes, centrada en el
estudio del funcionamiento anormal, y la cual no se aborda únicamente síntomas, sino que se interesa por un contexto,
y por lo tanto por las disposiciones de personalidad, familia, funcionamiento relacional, resistencia y vulnerabilidad de
las personas, a dichos contextos. Más allá, ésta no describe a personas, sino a patrones de conducta.

(Psico)patología (Páthos) significa sufrimiento, aunque éste no necesariamente implica un diagnóstico o un ingreso
hospitalario, pero sí es un deterioro o afectación del funcionamiento.

ÁREAS EN LAS QUE ANALIZAR EL SUFRIMIENTO:

PSICOPATOLOGÍA DIAGNÓSTICO
(Dimensional) (categorial)

Como ya hemos comentado, dicho sufrimiento origen tiene un contexto, y para poder organizar la información,
tenemos estos tres conceptos procedentes del modelo médico, abarcando principalmente en psicopatología los dos
primeros.

 SÍNTOMA: dentro de éste encontramos los síntomas, definido como la valoración que hace la persona, de
manera no observable y dependiente de lo que el paciente cree estar viviendo (ej: oír voces), y los signos,
definidos como la manifestación observable, identificable y que no depende tanto de la opinión de la persona
(ej: fiebre) => En psicopatología nos centraremos más en los síntomas.

Desde el punto de vista de los síntomas, ante la valoración que hace el propio paciente de lo que cree estar
viviendo, podemos encontrar elementos más centrales o elementos más secundarios, lo cual marcará la
importancia que la valoración tiene para la salud, o para probar la existencia de un síndrome u otro.

Las funciones psicológicas son una manera de analizar/ordenar dichos signos y síntomas, a partir de unos
indicadores que nos permite unir síntomas a partir de poder inclinarnos en qué función se haya una afectación.
 SÍNDROME O SUBSÍNDROME: este conjunto de síntomas relevantes, con covariaciones estables y aditivas,
permiten establecer dimensionalidad o continuidad, es decir, que haya un seguimiento, una investigación, y,
además, a diferencia del trastorno/enfermedad/diagnóstico, también permite la comorbilidad, es decir,
diferentes expresiones o síndromes que pueden darse a la vez.

Los síndromes requieren incorporar rasgos disposicionales de la personalidad, es decir, características muy
estables que varían, o expresiones/estados más recientes.

Dentro de éstos, encontramos los transdiagnósticos, dado cuando se dan diversos elementos comunes entre
distintos trastornos, que pueden ser o no disposicionales.

Ésta está más cercano a la etiología debido a que a pesar de no poder dar una explicación de por qué sufre x
síndrome, puede describir y agruparlo.

Desde el punto de vista médico, y como aportación, trata de incluir RDoC, donde se conocen los síndromes
como Dominios, lo cual engloba una perspectiva ambiental o comportamental y de neurodesarrollo, y abarca
puntos como serían la valencia negativa (afecto negativo), valencia positiva (afecto positivo), sistemas
cognitivos, procesamientos social, activación… Ésta se mueve entre los genes, y la evaluación más subjetiva
que se puede recoger de una persona. Se empieza a plantear como una ventaja no considerar tantos
diagnósticos, sino reunir dominios para estudiarlos profundamente. Sin embargo, el problema de éste es que
supone mayor énfasis en lo puramente biológico y no en lo comportamental.

 TRASTORNO O DIAGNÓSTICO: ello implica criterios de inclusión y exclusión de síntomas, es decir, se deben
dar unos, pero no otros, además de que es necesario que haya significación clínica o algún tipo de riesgo para
la persona para que sea considerado trastorno. Además, éste es una construcción social, establecida por
consenso, y basada en el grado de disfunción que tiene la patología sobre la persona.

Éste intenta facilitar la comunicación entre profesionales y ordenar la información dando clasificaciones
ateóricas, para así poder predecir el curso de la patología y la respuesta de la persona a la intervención,
describir la etiología, y permitir la selección de un tratamiento adecuado y resultado de dicha predicción. Sin
embargo, están enfocadas desde un modelo médico reduccionista.

Hablamos de “Modelo Médico Reduccionista” porque desde el punto de vista médico, la mayoría de los
síndromes implicarían un diagnóstico y un tratamiento posterior, ello es conocido por nosotros como un
transdiagnóstico, y ello conlleva que se puedan dar varios diagnósticos distintos para un mismo síndrome. Sin
embargo, cuando se va a tratar dicho síndrome, se centran principalmente en la crisis/episodio, sin realmente
importar los demás diagnósticos o el curso que sigue  Ejemplo: en el caso del episodio depresivo mayor, se
puede ver el trastorno depresivo mayor separado en las clasificaciones de manera diferente según sea de
episodio único o recurrente, pese a tener un síndrome común, y ello, a la hora de la intervención, se
intervendría sobre el síndrome centrándose en cómo es el episodio en sí, por lo que… ¿Qué sentido tiene
clasificarlos como cosas distintas si se tratan igual?*

Implica fracaso en los procesos de adaptación y regulación.


Implica un contexto en el que los síntomas tienen un sentido, unas metas u objetivos personales alterados

Nota: muchas veces se utiliza una misma palabra para los tres pasos, así que debemos especificar de qué estamos
hablando. Por ejemplo, la despersonalización puede entenderse como ambos tres, según si hablemos de sentir “como
si mi voz no fuera mía”, siendo así un síntoma, un grupo de ellos: “a veces no me siento yo, noto los brazos como si
no fuesen míos, a veces me veo desde fuera, siento que mi cuerpo no es mío”, siendo así un síndrome, y si
conseguimos descartar otros indicadores que acompañen a dicho síndrome, hablaríamos de trastorno.
EL PROBLEMA DE LAS CLASIFICACIONES DIAGNÓSTICAS:

Diagnóstico NO es psicopatología. Ésta se centra en entender una confluencia de variables relevantes, abarcando lo
vivencial, para entender que determinados indicadores (síntomas), son aceptados y forman parte de la persona,
atendiendo al contexto. Otros problemas del diagnóstico son.

 Escasa fiabilidad.
 Categorías arbitrarias.
 Solapamiento entre categorías y falta de especificidad de los tratamientos.
 Diagnósticos heterogéneos donde distintos síntomas convergen en un mismo diagnóstico.
 Comorbilidad, procesos patológicos múltiples.
 Muchos diagnósticos en la categoría No especificado (NE).
 Los estudios genéticos no apoyan diagnósticos específicos sino una tasa de heredabilidad 30-40%, como la
afectividad negativa, siendo ésta la base de diferentes diagnósticos.
 No hay marcadores biológicos o físicos de los trastornos mentales.

EVIDENCIAS DE LAS LIMITACIONES DEL MODELO MÉDICO*:

Siguiendo el modelo médico, se debería cumplir el supuesto de que: se dan una serie de síntomas que responden a
una etiología común, un diagnóstico en forma de trastorno/enfermedad, y un posterior tratamiento. Esto representa
que hay determinados indicadores que se reúnen, dan un determinado diagnóstico y un tratamiento.

Sin embargo, en nuestro ámbito, ocurre algo contradictorio en donde el síndrome (ej: crisis de angustia (CA)), sabemos
que puede converger en diferentes tipos de trastornos (ej: trastorno de angustia (TA), TA acompañado de agorafobia,
o agorafobia…). Todo esto indica que las diferentes etiquetas diagnósticas, reciben un tipo de tratamiento enfocado
en el síndrome, y por lo tanto da igual el trastorno en sí porque todos ellos serían tratados de la misma manera (ej: se
trata la CA).

Esto indicaría que esos diagnósticos son como mínimo deficientes a la hora de entender un elemento que es
claramente identificable en la clínica y que se aborda de una manera específica.
Como vimos anteriormente, el planteamiento general que utilizamos para analizar la información que nos da el
paciente es el siguiente:

A partir de un conjunto de síntomas, determinamos que la persona presenta un estado depresivo mayor (EDM). Ahora
bien:

- Si ese elemento es central y es el único que se da, hablaríamos de que presenta una trastorno depresivo mayor
(TDM).
- Si ese EDM coincide con sintomatología propia de la esquizofrenia, dicho síndrome sería secundario, y por lo
tanto estaríamos ante un trastorno depresivo no especificado (TDNE) + esquizofrenia. Sin embargo, en la
clínica, dicha caracterización incluyendo el TDNE, suele no hacerse puesto a que su papel puede no tener tanta
importancia en la enfermedad principal que sería la esquizofrenia.
- Si, por otro lado, se presenta una enfermedad mental principal como el Alzheimer, el cual es un trastorno
neurocognitivo mayor (TNM), y se dan alteraciones del comportamiento (estado de ánimo) se comportarían
como agravantes de dicha enfermedad incrementando el deterioro, como sería el EDM.

Según el modelo médico, el


concepto de enfermedad implicaría
una etiología conocida y un
tratamiento concreto. Sin embargo,
la causa última de por qué aparecen
determinadas enfermedades se
desconoce, y tradicionalmente a
estas enfermedades son las que se
conocen como trastornos
orgánicos.

Sin embargo, los psicólogos


solemos centrarnos más en el
síndrome probable, pues el
diagnóstico definitivo dependerá
más de los hallazgos
neuropatológicos.
El síndrome no tiene por qué darse de manera aislada, sino que suele ir acompañado de otros

Por ejemplo: el síndrome demencial puede ir acompañado de alucinaciones o de ideas delirantes, siendo estos
síntomas que se engloban en una dimensión psicótica como síndrome, y que ambos están presentes en la enfermedad
de Alzheimer.

Más allá, se observa que hay casos en donde una somatización (síndrome), puede llevar a varios diagnósticos, y
que un síndrome no define un diagnóstico si no es algo estable.

Por ejemplo: una mujer al llegar a la consulta relata entre sollozos y con gran agitación que su padre murió hace poco
de un cáncer no detectado a tiempo. Cuenta que varias veces por semana se siente acelerada, tensa y agitada
(síntomas que muestran como síndrome CA), pero dicha activación, tras cinco semanas, desaparece finalmente. Sin
embargo, de forma simultánea comienza poco a poco a sentir dolores físicos (=somatización) y nace en ella una
preocupación: teme que el dolor que siente indique la presencia de un cáncer, y es esto lo que le lleva a un gran
malestar, no el dolor en sí.

Aquí observamos que dichos síntomas de “sentirse acelerada, tensa y agitada” no pueden dar un diagnóstico puesto
a que desaparecen, no siendo estables. Además, como el problema es la preocupación por la presencia de una
enfermedad y no el dolor, puesto a que no lo vive de forma intensa, descartamos un trastorno de síntomas
sintomáticos y podemos empezar a plantearnos un trastorno de ansiedad por la enfermedad = hipocondría.

IMPORTANCIA DE LA CONSIDERACIÓN SÍNTOMA-SÍNDROME:

En esta diapositiva,
podemos observar la
importancia de la
consideración síntoma-
síndrome, y la irrelevancia
de dar un diagnóstico
(trastorno).

En las crisis de angustia aisladas, aunque se dan una serie de síntomas como los que se observan, no se da un
diagnóstico debido a que no se acompañan de otros indicadores relevantes, como podría ser la recurrencia de dichos
síntomas, necesarios para un diagnóstico.

En la dimensión psicótica, cuando se dan síntomas transitorios como las alucinaciones transitorias, no tiene sentido
dar un diagnóstico. Sin embargo, cuando aparecen con una frecuencia mayor (=Estados mentales alto riesgo (EMAR)),
se puede dar o no el diagnóstico de psicosis atenuada.
La efectividad negativa (=elemento de rasgo temperamental), suele tener como síntomas la aprensión y rechazo a
determinados estímulos. Sin embargo, si esos estímulos a os que se le tiene una aversión, no se van a encontrar de
forma cotidiana en el día a día de la persona, no se diagnostica como fobia, aunque esa vulnerabilidad de la persona
hacia el estímulo esté ahí.

El componente sindrómico, desde el punto de vista de un continuo, no nos habla únicamente del conjunto de
síntomas para dar un diagnóstico, sino de la vulnerabilidad del ser humano a ciertos estímulos o situaciones.

2. EL MODELO DIÁTESIS -ESTRÉS:

Este modelo clásico expone que determinados sucesos, que influyen en el nivel de estrés, desencadenarán o no una
psicopatología, dependiendo de la vulnerabilidad de la persona, y de la presencia o ausencia de apoyo social (en un
sentido más emocional que instrumental). Así, una situación de estrés puede generar fácilmente una psicopatología,
si la persona carece de resistencia, es decir, es muy vulnerable, y de apoyo social.

VULNERABILIDAD EN FUNCIÓN DE LA EDAD:

Desde el punto de vista de la edad/desarrollo, hay momentos en los que la vulnerabilidad puede ser más
fácilmente observable, siendo ello durante la adolescencia-adultez joven (20 años). Gracias al desarrollo
cognitivo posterior, éstas tienden a amortiguarse .

El concepto de vulnerabilidad no es estático.


Karel planteó la distinción entre vulnerabilidad
biológica y cognitiva, analizando cómo
evolucionan ambas a través de la historia del
individuo.

 VULNERABILIDAD BIOLÓGICA: exceptuando


aquellas personas que tengan una enfermedad o
demencia bien definida, es baja en los primeros
años de vida y va aumentando con la edad hasta
llegar a su punto álgido a los ochenta años aprox.
 VULNERABILIDAD COGNITIVA: ésta sigue
evolucionando de manera contraria. Dado que
el desarrollo es lento, dicha vulnerabilidad es
alta en los primeros años, reduciéndose con la madurez de la adolescencia, momento en que se adquieren
recursos para ajustarse a las demandas del contexto, y va reduciéndose así a través de la experiencia vital. Es
por ello por lo que la mayoría de los trastornos emocionales (exceptuando la depresión) no ocurren más allá
de los treinta años coincidiendo con la mayor vulnerabilidad cognitiva de las personas.
 SITUACIONES ESTRESANTES: éstas evolucionan en forma de U, siendo mayores en niños que aún no saben
adaptarse cognitivamente al contexto, y vuelven de nuevo al aumentar la vulnerabilidad biológica de la vejez.

GRANDES ESTRESORES:

Representación del cuadro:

- Eje X (abscisas) representa el continuo


de vulnerabilidad/resistencia.
- Eje Y (ordenadas) representa el nivel
de estrés.
- La línea roja representa el umbral
para la psicopatología (trastorno), cuya
gravedad dependerá del nivel de estrés.

En personas muy vulnerables, basta una cierto nivel de estrés, aunque sea bajo, para superar este umbral patológico,
lo que indicaría un expresión patológica leve, y sería necesario de un nivel de estrés más alto, incluso en estas personas,
para mostrar manifestaciones patológicas graves. Por el contrario, una persona resistente es capaz de adaptarse
incluso en situaciones de estrés alto, necesitando de una situación de estrés extremos para manifestar conductas
patológicas que no pasarían de “leves”.

ACUMULACIÓN DE ESTRESORES Y RECUPERACIÓN:

Diferentes situaciones de estrés pueden indicar que nos acercamos a superar el umbral antes mencionado, teniendo
en cuenta el tiempo de recuperación.

En función de la dimensión temporal y de los indicadores sintomáticos, podemos observar como ese estrés y esa
vulnerabilidad pueden tener un efecto acumulativo, es decir, puede suceder que los indicadores crezcan pero que la
persona no entre dentro de la categorización de un trastorno mental debido a la poca presencia y duración de los
síntomas, recuperándose así más rápidamente del estrés. Sin embargo, y debido al efecto acumulativo, puede ocurrir
que los síntomas conforme van teniendo distintas apariciones por diferentes sucesos estresantes, dicha carga
aumente, y, por tanto, la persona se sienta mal con mayor frecuencia, y por lo tanto comience a recuperarse más
lentamente, acercándose así al límite del trastorno mental.
EL PROBLEMA DEL DIAGNÓSTICO:

· Las clasificaciones diagnósticas describen pensamientos, sentimientos y comportamientos sin una etiología clara.

· Se establecen por consenso y muchos de estos síntomas los experimentan personas sin diagnóstico.

· Importancia de experiencias infantiles adversas, pobreza, discriminación, violencia…

· Muchos diagnósticos representan en realidad cambios en los valores y preocupaciones de la sociedad, de nuestra
herencia evolutiva como miembros del género humano: miedo y evitación (amenaza), vergüenza y rabia (humillación),
retraimiento y ánimo bajo (pérdida)… de estrategias culturalmente influidas para manejar y reducir la adversidad y la
impotencia: autolesiones, restricción de la ingesta, consumo de alcohol y otras drogas…

· El diagnóstico suele transmitir un mensaje de desesperanza.

· Es mucho más relevante el significado del malestar, el dar sentido activamente a sus vidas y circunstancias.

MODELO MÉDICO
Trata de señalar que la persona está mal
porque el cerebro funciona mal.

Sin embargo, el objetivo de la PSICOPATOLOGÍA parte tanto del síntoma como del síndrome, entendidos como una
reacción y una búsqueda de la homeostasis, es decir, el equilibrio. Ello se basa en una perspectiva clásica, en donde se
rechaza la visión del síntoma y del síndrome como una muestra de algo que no funciona bien, y los centra en una
reacción (o defensa) con el fin de que la persona llegue a ajustarse ante una situación adversa dando así reacciones
de evitación, compulsión, delirios, estado de ánimo…

Síntoma no visto como un indicador de patología, sino como un indicio de desajuste; no como una enfermedad,
sino como un indicador de reacción o de intento de reajuste.

Dentro de esta concepción, se dan dos contenidos esenciales:

- (Des)ajuste de las respuestas emocionales al contexto y relaciones  no estabilidad emocional o


desregulación emocional.
- (In)flexibilidad cognitiva  como (in)capacidad de responder a las demandas, de dar sentido a la experiencia,
de ajustar las metas u objetivos personales a un contexto interpersonal cambiante.

De aquí surgen las aproximaciones con los modelos biopsicosociales, como posibilidad ante la compatibilidad de
modelos médicos, con un modelo psicosociológico, pues no solo se centra en lo biológico, sino también en la etiología,
en el contexto, en las relaciones familiares, es decir, en lo social; en los sistemas de apego y regulación…
3. EL MODELO DE DIÁTESIS -ESTRÉS AMPLIADO ; HIPÓTESIS DE SUSCEPTIBILIDAD DIFERENCIAL:

Varias investigaciones tratan de cuantificar el peso de cada una de las variables expuestas en el modelo sobre el
proceso de desarrollo de patologías.

En primer lugar, la varianza explicada por los sucesos estresantes se mueve alrededor del 23%. Hay que aclarar dos
cosas:

- Estos sucesos estresantes no se refieren a los sucesos estresantes en sí, sino a la valoración que se hace de
dichos sucesos.
- Además, la valoración de sucesos estresantes aislados no es lo más importante, sino la percepción de estrés
total, lo que parece tener mayor influencia en este desarrollo.

Dentro del elemento de vulnerabilidad destaca (aunque como hemos dicho antes, no es el único relevante) el apego,
los elementos vinculares que explicarían una varianza de alrededor del 26%. Este elemento se refiere al desarrollo del
apego, a las figuras de referencia, a las relaciones que se van dando a lo largo de la vida…, siendo claves el desarrollo
de un temor al rechazo/abandono, y un apego ansioso o temeroso.

En el lado contrario encontramos los elementos que sirven de mediación o de recursos para el afrontamiento de estas
situaciones estresantes. Por un lado, destaca el apoyo social, en especial la valoración familiar; y por el otro, el
afrontamiento cognitivo, siempre que este sea positivo en el afrontamiento de las situaciones estresantes. Si el
afrontamiento que se hace incluye conductas o procesos como aislamiento social o autocrítica negativa, pasan a
postularse como elementos destacables en la vulnerabilidad y en el desarrollo de la patología.

Algunos autores añaden también el concepto de resistencia, que incluiría elementos como una actitud positiva, un
afrontamiento activo, ciertos valores y creencias…, como amortiguador o factor protector ante las situaciones
estresantes.
4. PERO, ¿QUÉ ES LA PSICOPATOLOGÍA?

Estos autores plantean que habría dos dimensiones fundamentales para entender la vulnerabilidad, planteada como:

 VULNERABILIDAD INTERNALIZADA (+ psicológica): tiene que ver con el sufrimiento, volcado a todo lo que tiene
que ver con el interior del individuo (pensamientos, razonamiento, estados emocionales…)
 VULNERABILIDAD EXTERNALIZADA (+ comportamental): lo claramente visible en relación al comportamiento
(comportamiento controlado, antisocial, agresividad…)

Carver plantea además dos dimensiones generales:

- CONTROL SOBRE LAS EMOCIONES: tradicionalmente se denomina “control”. Su regulación se consigue a partir
de distintos procesamientos cognitivos que van perfeccionándose con el desarrollo evolutivo de la persona,
dando:
o Procesamiento rápido-asociativo-intuitivo: reacción a las emociones  bajo control de la emoción.
o Procesamiento lento-deliberativo-intención: proceso más maduro  alto control de la emoción.
- SENSIBILIDAD A LA RECOMPENSA/INCENTIVO: en el sistema de Gray se denomina sistema de aproximación
comportamental/afectividad positiva.
En esta imagen se plantea la perspectiva de los 5 grandes rasgos de personalidad, para identificar cómo tiene que ver
con las dos dimensiones vistas anteriormente y que Carver menciona como dimensiones fundamentales.

Krueger afirma que las dos dimensiones de Carver tienen que ver con la estabilidad emocional, y con la plasticidad
(=búsqueda de la exploración, es decir, tratar de moverse en el ambiente y ajustarse para obtener la meta o
recompensa). Esta plasticidad permite que la persona progrese, crezca, siendo así influida y regulada por el sistema
dopaminérgico, relacionados con el placer. Sin embargo, la estabilidad emocional (o control sobre las emociones),
tienen más que ver con una regulación serotoninérgica para mitigar los impulsos para conseguir las metas.

El sistema de apego es clave en el desarrollo de la vulnerabilidad, y es el que permite un balance entre la amenaza-
seguridad, regulando el malestar cuando se ha producido un descontrol sobre las emociones, o no se ha conseguido
el incentivo que se busca.

Más allá, el sistema


de calma que nos
permite regular y
tener un estado
emocional negativo,
o bien la respuesta a
la no consecución
del incentivo,
requiere un sistema
que detenga esa
excitación/malestar,
siendo este el
sistema de
receptores opiáceos y oxitocina. Además, también se puede relacionar con el sistema de huida-lucha-inmovilidad-
desvanecimiento, siendo automático y relacionado a la aparición de los ataques de pánico, regulado por un sistema
de activación extrema conocido como adrenérgico, cortisol.
5. PERSPECTIVAS ACTUALES :

TAXONOMÍA JERÁRQUICA DE LA PSICOPATOLOGÍA:

Ésta, también conocida como Psicopatología general, está aún por definir a qué se refiere exactamente, pero abarcaría
un amplio rango desde un mal funcionamiento/deterioro (perspectiva menos relevante), como la no diferenciación
en el sufrimiento humano.

En esta posición teórica, se habla de espectros generales, y subfactores (diagnósticos) dentro de los primeros, que
abarcan:

 Lo somatoforme.
 La internalización: problemas sexuales, trastornos alimenticios, miedo, distrés, manía.
 Los trastornos del pensamiento: manías, esquizotipias, apertura.
 La externalización desinhibida.
 La externalización antagonista.
 Apego.

Más allá, esta perspectiva también abarca los síndromes, signos y tratamientos.

ANÁLISIS DE REDES:

Planteamiento de la psicopatología
como una visión más dinámica, y
que no tiene tanto interés en una
visión categorial o estática, sino en
una relación entre componentes,
más contextuales.

Nos indica cómo se relacionan


distintos indicadores, en qué
medida es una relación muy sólida e
intensa, la distancia que hay entre
ellos…
CONCEPTOS CLAVE:
1. CONCEPTOS BÁSICOS :

INICIO

DE LA PATOLOGÍA:

Dentro de este concepto más amplio distinguimos entre el inicio de:

 SINTOMATOLOGÍA:
o Súbito/agudo: inicio o instauración de los síntomas en menos de 48 horas.
o Subagudo: inicio de los síntomas en más de 48 horas.
o Rápido: inicio de los síntomas desde varios días hasta 1 o 2 semanas.
o Insidioso: inicio de los síntomas durante meses o años, sie ndo muy lento y muchas veces
puede no ser visible. Aparición paulatina de los síntomas.

La importancia del inicio de la sintomatología es su relación con el pronóstico. En general, los cuadros de
inicio agudo o subagudo suelen tener un pronóstico mejor que aquellos de inicio insidioso.

Los límites son orientativos, no estamos hablando de límites precisos que separen entre un cuadro
subagudo y uno insidioso, por ejemplo.

 MOMENTO EVOLUTIVO (momento de la persona en el que aparecen los síntomas):


o Temprano:
 Jóvenes, antes de los 21 años.
 Personas mayores, antes de los 65 años.
o Tardío:
 Jóvenes, después de los 2 años.
 Personas mayores, después de los 65 años.

La distinción entre personas jóvenes y personas mayores se refiere a cuadros que sean típicos de un
determinado rango de edad (ej: en el caso de una demencia como el Alzheimer, un inicio temprano sería
antes de los 65 años, y uno tardío, a partir de los 65 años).

La importancia del momento evolutivo en el que aparecen los síntomas es importante también por su
relación con el pronóstico. Aquellas formas que se inician temprano, tienen un peor pronóstico , sobre todo
aquellas que se inician en la juventud temprana y son graves (ej: psicosis), pues afectan el correcto
desarrollo, instaurándose en la personalidad…

La diferencia en personas jóvenes entre inicio temprano y tardío coincide con la culminación de las últimas
fases de desarrollo del SN.
CURSO DE LA PATOLOGÍA:

Hace referencia a cómo es la evolución del cuadro, desde cuánto dura a cómo va desenvolviéndose la
sintomatología.

 Agudo: el cuadro se resuelve completamente antes de un mes


 Limitado o breve: en este caso es más amplio pues depende de qué manifestaciones hablamos. En
general, se hace referencia al cuadro que dura entre un mes y tres o seis meses.
 Crónico: concepto variable, pero suele hablarse de un cuadro que dura más de seis meses. Depende
de la manifestación, podemos hablar también de cr ónico a partir de tres meses (ej: en cuadros de
inicio rápido y acelerados donde, en un principio, se espera que su curso sea también breve, pero
que se alarga más). De manera particular, se ha usado también el concepto de crónico en los
trastornos del estado de ánimo, esencialmente en los cuadros depresivos, en aquellos que duran
más de dos años debido a la mayor estabilidad de los estados de ánimo, y su tendencia a regularse
a la baja.

Es importante aclarar, sobre todo de cara al paciente, que el concepto de crónico no hace referencia a algo
que vaya a durar siempre o que no tenga solución, que sea permanente, sino que simplemente hace
referencia a ese concepto temporal del que hemos hablado, a un cuadro que se ha alargado durante un
determinado tiempo, pero que, igualmente, puede presentar remisión.

Antes relacionábamos el inicio de los síntomas con el pronóstico. Esta relación depende del curso del
cuadro (ej: un cuadro de inicio agudo es de pronóstico favorable, siempre que su curso sea también agudo) .

Las formas breves en general tienen buen pronóstico.

 Insidioso: muy relacionado con el inicio insidioso pues está indicando una aparición paulatina de
los síntomas, por lo menos en su primera etapa.
 Progresivo: cuando observamos que los síntomas van en aumento o “creciendo”.
 Recidivante o recurrente: una sintomatología aparece pudiendo remitir, pero que su tendencia
natural es a repetirse (ej: crisis de angustia).
 Episódico: sintomatología que cursan en episodios, es decir, que se da temporalmente, pudiendo
remitir. Aquí podemos diferencias fases o momentos en los que pueden aparecer picos y otros en
los que tiende a remitir (ej: trastorno bipolar). Distinguimos en esta categoría si se produce
recuperación interepisódica o no, es decir, si quedan sínto mas o restos de un episodio en el tiempo
en el que aparece el siguiente.

Hablamos de formas episódicas en aquellas formas en las que la sintomatología dura entre una o dos
semanas, según qué forma, y, como concepto importante, con recuperación de dos me ses sin
sintomatología (recuperación interepisódica).

 Fluctuante: en este caso, el curso es muy cambiante con exacerbaciones y remisiones (ej: estado
de alteración de conciencia como los delirium).
PRONÓSTICO DE LA PATOLOGÍA:

Hablamos de pronóstico cuando podemos hacer una valoración sobre la evolución que va a tener un caso.
Se dice que tendrá un pronóstico favorable los cuadros en donde el inicio ha sido agudo y el curso también,
además, en personas con unas determinadas características…

REMISIÓN DE LA PATOLOGÍA:

A veces se utiliza de manera indistinguible con el concepto de recuperación, pero la remisión hace más
referencia a la desaparición de la sintomatología, pudiendo ser:

 Parcial: desaparición de los síntomas es temporal.


 Total: desaparición de los síntomas es total, es decir, el paciente se vuelve asintomático, pero,
además, vuelve al nivel anterior al del inicio de los síntomas en términos de funcionamiento .

RECUPERACIÓN DE LA PATOLOGÍA:

Indica no sólo la ausencia de síntomas y la vuelta al nivel de funcionamiento previo, sino que, además, ha
integrado en su identidad lo que ha vivido o lo que ha experimentado, siendo capaz de elaborarlo como
algo propio, de su persona. Esto procede principalmente del estudio de los cuadros psicóticos en los que
se observó que la evolución completa, el mejor pronóstico, no se daba en los casos de remisión total, aun
teniendo estos casos un buen pronóstico, sino que la evolución era aún mejor cuando la persona valoraba
lo que le había ocurrido como algo que formaba parte de su vida, sin dejar de ser una experiencia difícil,
dolorosa, etc. En los casos en los que la persona no integra bien lo que ha vivido, sino que trata de apartarlo
u olvidarlo, el riesgo de recaída y la recuperación e s peor.

 Recuperación clínica: remisión total sintomática.


 Recuperación personal: integrado en su identidad/personalidad: “dejar atrás” VS “experiencia de
la que forma parte”. Implica un significado en la experiencia, una capacidad personal
(apoderamiento), una conexión social, contextual, esperanza, proyectos…

SÍNTOMAS POSITIVOS Y NEGATIVOS DE LA PATOLOGÍA:

 Síntoma positivo: hace referencia a aquello que surge o emerge a partir de una función que no
debería mostrarse (por ej. las alucinaciones).
 Síntoma negativo: hace referencia al que desciende o desaparece cuando la función ha dejado de
estar presente (por ej. apatía, alexitimia).

PRÓDROMO:

Es un síntoma de aviso, un síntoma inicial. No queda muy claro si el pródromo es un síntoma en sí, siendo
en ese caso un indicador inicial de un cuadro, o si es una manifestación que requiere de un tiempo o
desarrollo para acabar formando parte de un cuadro . Es muy importante en los cuadros de orden psicótico
donde es importante el estudio y la prevención de los EMAR (estados mentales de alto riesgo). La
identificación temprana de estos pródromos es algo esencial en el diagnóstico temprano y en el
tratamiento precoz.

AJUSTE PREMÓRBIDO:

Se refiere a una serie de características del funcionamiento de la persona, muy relacionadas con el
diagnóstico. Premórbido significa “antes de la enfermedad” . Algunos indicadores típicos que se suelen
contemplar son la escolarización, la actividad laboral, funcionamiento familiar, social y de pareja. Estos
indicarían que la persona antes de presentar el cuadro ha tenido recursos de orden emocional o relacional,
lo cual permite augurar un pronóstico favorable.

COMÓRBIDO Y TRASTORNO DUAL:

Comorbilidad significa literalmente “coincidencia o presencia de dos enfermedades o trastornos ”. Se trata


de una condición muy frecuente en patología; a veces, uno es consecuencia del otro, una complicación…

Un trastorno dual realmente es un ejemplo de comorbilidad , pero se utiliza concretamente para hacer
referencia a los casos en los que hay un problema en cuanto a las sustancias, trastornos relacionados con
las adicciones, y otra patología, muy habitualmente un trastorno de la personalidad, uno depresivo… Otro
ejemplo sería para referirse a casos de un rasgo estable como un déficit intelectual combinados con otra
patología como un trastorno de orden psicótico.

PRIMARIO Y SECUNDARIO:

Son conceptos muy difusos y muy poco precisos y dependen mucho de dónde se consult e la información.
En perspectivas más médicas o biológicas, primario haría referencia a patologías de origen claramente
orgánico, como un proceso demencial; uno secundario sería un cuadro donde las características
contextuales, de funcionamiento, etc., tendrían un peso mayor.

Desde la perspectiva más actual de la patología, la que usaremos nosotros, tiene más que ver con el inicio
y la evolución de un cuadro. Primario haría referencia al fenómeno o cuadro que aparecería en primer
lugar y no sólo hablamos de orden temporal, sino que suelen indicar el núcleo central del problema donde
reside la desorganización principal. Secundario indicaría por tanto lo que aparece después.

ETIOLOGÍA E ETIOPATOGENIA:

Se refiere al origen o causa última de un trastorno. Algunas perspectivas buscan esta causa en el cerebro,
lo cual limita las explicaciones funcionales a las cuales se adapta realmente el sufrimiento humano.
Obviamente todo lo que le ocurre o vive una persona tiene una base biológica, pero debemos entender
que el sistema nervioso es fundamentalmente interactivo. Hablamos más bien factores patogénicos pues
probablemente la gran mayoría de psicopatologías tienen múltiples factores causales, no una sola causa.

FACTORES ETIOLÓGICOS (4 Ps):

 Precipitantes: una serie de factores que aumentan el riesgo de que una persona presente un
determinado cuadro. No serían la causa de que ocurra dicho cuadro, pero pueden precipitarlo o
desencadenarlo. Indican o informan de la variabilidad de recursos que pueden tener distintas
personas ante un mismo suceso (ej: pérdida del empleo).
 Predisponentes: fundamentalmente la vulnerabilidad biológica, psicológica y social o contextual.
 Perpetuantes: factores que mantienen el trastorno.
 Protectores: factores que sirven de amortiguación o de contrapeso. Algunos son equilibrio entre
procesos (ej. afecto positivo y negativo; regulación emocional) , contextuales (apoyo emocional,
buena integración familiar), recursos personales (ej. formación académica y cultural), etc.

PRINCIPIO DE EQUIFINALIDAD Y MULTIFINALIDAD:

 Equifinalidad: distintos factores dan lugar a un mismo trastorno (ej. burlas, experiencias sociales
negativas, y elevada afectividad negativa para el trastorno de ansiedad social ).
 Multifinalidad: un mismo factor puede aparecer en diferentes trastornos (ej. la rumia, es
característico de la depresión, el trastorno obsesivo-compulsivo, etc.)
FACTORES DE RIESGO:

Son variables mensurables que predicen un resultado y permiten dividir la población en alto y bajo riesgo .
La presencia aislada de estos factores no explica una patología, pero la acumulación de estos factores
puede orientar a la persona hacia la presentación de un determinado cuadro .

VULNERABILIDAD (PREDISPOSICIÓN / SENSIBILIDAD / DIÁTESIS / PROPENSIÓN):

Es un concepto muy importante. Se definen como una serie de factores mucho más importantes en los
ámbitos de la investigación, evaluación e intervención. Son factores estables, latentes, crónicos,
relacionados con la etiología, que incrementan el riesgo, pero sin ser la causa última y modificables en
cierta medida. Son disposiciones biológicas, cognitivas, etc. El hecho de presentar estas vulnerabilidades
o propensiones no asegura que se presenten determinadas patologías . Ante una situación contextual o
relacional compleja, sumándose factores de riesgo y precipitantes, y presentando ciertas vulnerabilidades,
es cuando realmente es mucho más probable que se presente un cuadro determinado.

Se señalan tres características ligadas a este concepto de vulnerabilidad:

- Factores genéticos y del neurodesarrollo: nos hacen más susceptibles al entorno (ej. aquellos que
regular procesos clave de la reurotransmisión).  Vulnerabilidad biológica.
- Factores estables o de rasgo: no atribuibles al trastorno. Aparecen antes y durante la remisión (ej:
la esquizotipia como una serie de peculiaridades en el funcionamiento que no tienen que ser
patológicas. Algunas de estas, por ej. se han relacionado con las capacidades artísticas) . Estos
factores se distribuirían o presentarían en formas de dimensiones o grados .  La vulnerabilidad
psicológica son el temperamento, rasgos de personalidad y estilo de apego.
- Factores mediadores: dan lugar al empeoramiento, median la aparición del síndrome. El factor de
vulnerabilidad como factor que media la presentación de la patología.
- Factores de estado: los factores de vulnerabilidad, además de rasgo, pueden convertirse
posteriormente en sí mismos en el propio diagnóstico (ej: la afectividad negativa como elemento
rasgo que, tras determinadas situaciones, da lugar a un síndrome de afecto negativo alto ). Este
factor de estado es lo que llamaremos episodios o síndromes.
- Efectos de los sucesos vitales consolidados, (ej. abuso físico y/o sexual, sobre todo continuados,
violencia interpersonal y familiar, etc.)  Vulnerabilidad o riesgo ambiental.
- Puede considerarse el extremo del continuo de la resistencia, factores variados que están
relacionados con el proceso de afrontamiento. El afrontamiento como capacidad de centrarse en
la resolución de los problemas, utilizar recursos instrumentales, reclamar el apoyo social y
emocional, menor centramiento en las emociones (o mayor regulación de las mismas), y uso de
recursos internos o personales. Vulnerabilidad psicológica.
- A menudo, y para los trastornos emocionales, un factor de vulnerabilidad son las dificultades en la
regulación emocional (atención, evaluación, expresión, experimentación y redirección del estado
emocional).  Vulnerabilidad psicológica.

2. MODELO BIOPSICOSOCIAL DE ENGEL:


Este es el modelo biopsicosocial original propuesto por Engel que viene a decir que hay una serie de indicadores que
están organizados en distintos niveles: biológico, psicodinámico (se centra en la experiencia y comportamiento de la
persona) y social.

Este modelo tan difundido en general no se respeta realmente y las distintas perspectivas que hay en la psicología lo
que tratan es de dar una importancia mayor o fundamental al área a la que pertenecen.
En esta diapositiva nos
acercamos al modelo
biopsicosocial, localizando
conceptos que muchas veces
se utilizan de manera
imprecisa. Debemos entender
al ser humano como un todo,
incluyendo los elementos
biológicos, pero en función o
relación con el ambiente, más
específicamente, el ámbito
social.

En el cuadro se relacionan los términos que hemos visto con los tres grandes ámbitos con los que tratamos: el
biológico, el psicológico y el social.

Unos conceptos más ligados a la tradición psicoanalítica serían los de procesos, conflicto y reacción. Los procesos se
referirían a elementos de orden más biológicos, aunque se utiliza muchas veces para referirse a procesos de orden
cognitivo. El conflicto sería lo subyacente, lo interno en la persona. La reacción sería lo observable públicamente.

3. MODELO BIOPSICOSOCIAL-RELACIONAL Y GRUPOS DIAGNÓSTICOS:


Siguiendo el modelo biopsicosocial,
podemos ver una teórica representación
de las distintas patologías indicando la
mayor o menor importancia de los
factores biológicos (lado derecho de
menor a mayor) y de los factores
psicosociales (lado izquierdo de mayor a
menor). La idea de que todo participa
tanto lo biológico como lo psicosocial y
en distintos grados es interesante, pero
tiene reduccionismos importantes.

4. MODELO BIOPSICOSOCIAL SEGÚN REISER:


Esta es otra manera de representar el
modelo, en la que se plantea como lo
biológico está en plena interacción con el
ambiente. Pero, quizás, lo más
interesante de esta propuesta es la
representación de un continuo de
complejidad en cómo se produce esa
interacción entre lo biológico y lo social.
Plasma muy bien los diferentes niveles de
análisis con los que se trabaja en
psicopatología. No podemos entender el
mal funcionamiento del ser humano en
uno de los ámbitos aislados sino en la
interacción de todos.

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