1.

Identificación
Emocional
Desde temprana edad, es importante enseñar
a los niños a reconocer y nombrar sus
emociones, desde las más simples como la
alegría o la tristeza, hasta las más complejas
como la vergüenza o la envidia. Esto les ayuda
a comprender y controlar sus emociones.
2. Autoestima
y Realismo
Debemos fomentar la autoestima de
los niños, pero de manera realista. Los
niños deben entender que son
individuos únicos con fortalezas y
debilidades, en lugar de decirles que
son buenos en todo.
3. Tolerancia a
la Frustración
Es esencial enseñar a los niños a enfrentar la
frustración y a comprender que no pueden
controlar todo en la vida. Esto implica aprender
a esperar y manejar situaciones que no pueden
cambiar.
 4. Regulación
Emocional
Los niños deben aprender a expresar sus
emociones de forma apropiada y a
comprender la intensidad de las mismas.
Esto les ayudará a regular sus
emociones de manera efectiva.
5. Calmarse

Enseñar a los niños a encontrar la calma en un

mundo lleno de estrés y rapidez. Es importante
que aprendan a tomar un momento para relajarse
y concentrarse antes de tomar decisiones o
enfrentar desafíos.
6. Desarrollo del
Autocontrol

Proporcionar estrategias que ayuden a los

niños a desarrollar el autocontrol
emocional. Esto les permitirá sentirse
competentes y capaces, además de
mejorar su habilidad para relacionarse de
forma positiva con los demás.
 7. Pensamiento
Positivo

Fomentar un enfoque positivo y optimista, pero

basado en la realidad. Los niños deben aprender a
ver el lado positivo de las situaciones y centrarse
en encontrar soluciones en lugar de enfocarse en
los problemas.
8. Empatía y Comunicación
Asertiva

Promover la empatía, implica ponerse

en el lugar del otro y comprender sus
motivaciones. Además, enseñar a los
niños a comunicarse de manera
asertiva, expresando sus necesidades
y opiniones de manera respetuosa,
evitando confrontaciones.
La educación emocional se centra en el desarrollo
integral de los niños, ayudándoles a comprender y
gestionar sus emociones, a construir una autoestima
realista, a tolerar la frustración, a regular sus
respuestas emocionales, a encontrar la calma en
momentos de estrés, a ejercer autocontrol, a adoptar un
pensamiento positivo, a cultivar la empatía y comunicarse
de manera asertiva. Estas ocho lecciones son esenciales
para que los niños crezcan emocionalmente inteligentes,
capaces de enfrentar los desafíos de la vida y establecer
relaciones interpersonales saludables.