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17/04/2017
ISP N° 2 “J. V. González”
Profesorado Lengua y Literatura
4to año
Prof. Virginia Tessio
Cátedra: Historia de la Lengua Española
Alumnos: Córdoba, Florencia. Malagueño, Ma. Virginia.
1. LAS LENGUAS PRERROMANAS
2. Al alborear los tiempos históricos, pueblos con un idioma común que sobrevive en el
vasco actual se hallaban establecidos a ambos lados del Pirineo. Por la costa de Levante y
regiones vecinas se extendía la cultura de los íberos (origen probable de norteafricanos).
4. Los fenicios se establecieron en las costas meridionales. Ya hacia el 1100 a.C. tuvo
lugar la fundación de Gádir (“recinto amurallado”). Más tarde, los cartagineses reafirmaron,
intensificándola y extendiéndola con sus conquistas, la influencia que habían tenido sus
antecesores en el Sur. A los cartagineses se debe la fundación de Cartago (Cartagena). De
origen púnico se dice ser el nombre de Hispania, que en lengua fenicia significa “tierra de
conejos”.
8. Muchas ciudades fundadas por los celtas tienen nombres guerreros, compuestos
por briga “fortaleza” o sego , segi “victoria”: Coninmbriga (Coimbra), Lacobriga (Carrión),
Segovia (Segovia, León). Peculiar de los ártabros, que habitaban la actual provincia de La
Coruña, es la terminación –obre: Fiobre, Illobre, Tiobre y unos treinta pueblos más, todos
situados en Galicia.
1. En la época de Augusto, el geógrafo griego Estrabón afirmó que entre los naturales
de la Península hispana había diversidad de lengua, corroborado por estudios en nuestros
siglos sobre inscripciones de lápidas y monedas antiguas. Manuel Gómez Moreno descubrió en
la escritura ibérica la combinación de signos silábicos y sistemas gráficos; así como también
descifró la escritura tartesia, precedente de la ibérica y más arcaica.
1. Mientras el resto de la Península aceptó el latín como lengua propia, olvidando sus
idiomas primitivos, la región vasca conservó el suyo. No por eso permaneció al margen de la
civilización que trajeron los romanos; la asimiló en gran parte, y el enorme caudal de voces
latinas que incorporó, transformándolas hasta adaptarlas a sus peculiares estructuras, es la
mejor prueba del influjo cultural romano.
4. Al Suroeste del actual dominio vasco, en el sur de Álava, Noroeste de La Rioja, Este
de Burgos, abundan topónimos como Ochanduri, Herramelluri, Cihuri… No es seguro que la
expansión vasca por Rioja, Burgos y Soria fuese primitiva, puedo ser resultado de la
repoblación durante los siglos IX a XI.
6. En casi toda la Peninsula se encuentran topónimos con el sufijo –eno o –én, -ena;
abundan en Aragón, Lérida, Levante, Muria, Andalucía y Portugal: Leciñena < Licinius,
Cariñena < Carinius, Marchiena < Marcius (Sevilla).
7. La lengua vasca hace poco más de dos mil años se extendió a lo largo de los
Pirineos hasta el Mediterráneo, y elementos toponímicos vascos acreditan que hace tres mil
años esta lengua u otra afín se extendía por los montes y valles de Santander y Asturias.
1. La romanización de la Península fue lenta, pero tan intensa que hizo desaparecer las
lenguas anteriores, a excepción de la zona vasca. No sobrevivieron más que algunas palabras
especialmente significativas o muy arraigadas, y algunos sufijos. Sin duda, la influencia de los
substratos primitivos no es el único factor en la formación de los romances, la penetración de la
cultura latina hubo de reducirla mucho.
2. La /f/ inicial latina pasó en castellano a [h] aspirada, que en una etapa más
avanzada ha desaparecido (fagea > [haya] > [aya]).
7. En casi todos los países románicos donde estuvieron asentados los celtas, el grupo
latino /kt/ evolucionó hasta llegar a /it/ o /c/, soluciones en que se reparten los romances
occidentales (lat. Nocte, factu > port. Noite, feito; esp. Noche, hecho; cat. Nit, fet).
Son muchas las palabras españolas que no encuentran eimologia adecuada en latin ni
en otras lenguas conocidas. Algunas, exclusivas de la Península, son tan viejas, arraigadas y
características, que invitan a suponerlas más antiguas que la romanización. Por ejemplo,
manteca, nava, perro. Puede afirmarse el origen prerromano cuando entre las formas
españolas y otras vascas existe una relación que suponga procedencia común no latina ni
extranjera: vaica y vaiga, semejantes al vasco ibaiko, ‘ribera’. El calzón era prenda
característica del vestido celta y el término correspondiente, braca, ha dejado el español braga;
el uso peninsular está asegurado por la existencia de Bracara y los bracari, pueblo que
habitaba la región de Braga.
Los autores latinos citan como hispanas o ibéricas hasta unas treinta palabras, que en
su mayoría no han llegado al romance. De las que han perdurado, algunas no son originarias
de España, sino latinismos provinciales o voces extranjeras. Varrón afirma que lancea (>
español lanza) no era voz latina, sino hispana; podría ser, en efecto, un celtismo peninsular.
Es probable que el latín tomara de las lenguas hispánicas los nombres de algunos
productos que se obtenían principalmente en la Península, como plumbum (> español plomo).
No son prerromanos muchos celtismos que, tomados de los galos, adquirieron carta de
naturaleza en latín y pasaron a todas o gran parte de las lenguas romances. Así ocurrió con
algunos nombres característicos:
Los romanos aprendieron de los galos nombres de árboles, plantas y animales: betulla,
alauda y salmo son el español de abedul, alondra y salmón.
7. Vasquismos
2. LA LENGUA EN LA HISPANIA
1. Romanización de hispania
En la época de Augusto afirma Estrabón que los turdetanos, habían adoptado las
costumbres romanas y se habían olvidado de su lengua nativa (en grandes ciudades, pueblos y
campos el desapego de su cultura fue más tardío)
Sectorio fundó la escuela de Osca (Huesca) a fin de dar educación latina a los jóvenes
de la nobleza hispana, preparándolos para la magistratura.
2. El latín
Entre las lenguas indoeuropeas, la latina se distingue por sus claridades y precisión.
Carece de la musicalidad, riqueza y finura de matices propias del griego, en la fonética un
proceso paralelo acabó con casi todos los diptongos y redujo las complejidades del
consonantismo indoeuropeo. El latín adquirió gracia y armonía al contacto de la literatura
griega, se hizo apto para la poesía , la elocuencia y la filosofía (Cicerón, Virgilio, Horacio, entre
otros)
3. Helenismos
1. Un cautivo de Tarento, Livio Andrónico, inauguró en el siglo III la literatura latina,
traduciendo o imitando obras griegas. La conquista del mundo Helénico familiarizó a los
romanos con una civilización muy superior. Grecia les proporcionó nombres de conceptos
generales y actividades del espíritu (idea, phantasia,poesis, tragoedia)
2. La lengua popular se llenó de grecismos más concretos y seguramente más antiguos
que los de introducción culta: nombres de animales y plantas (origănum, sĕpia – orégano,
jibia ); costumbres y viviendas ( balnĕum, camĕra, apothĕca – baño, cámara, bodega)
Durante el Imperio, nuevos helenismos penetraron en el latín vulgar. La preposición Katá
tenía valor distributivo en frases como: kata duo, kata treis “dos a dos”, “tres a tres”, introducida
en latín, es el origen de nuestro cada.
El sufijo verbal -izare, iidîare, la primera más erudita, sigue siéndolo en el español izar
(autorizar, realizar, ridiculizar), mientras que idîare ha dado el sufijo popular ear
(guerrear,sestear, colorear
El adjetivo macarios, “dichoso, bienaventurado”, se empleaba como exclamación en
felicitaciones, de su vocativo macarie procede la conjunción española maguer, maguera
“aunque”.
3. Cuando se intensificó la helenización de la sociedad elevada, los hombres cultos
intentaron reproducir con más fidelidad la pronunciación griega. En boca del pueblo la “y” se
pronunció como “i”, la ph como f, th y ch como t y c.
4. Se han señalado paralelos sintácticos muy significativos entre el latín vulgar y el
griego moderno. En las oraciones subordinadas las lenguas románicas se alejan del latín y
coinciden con el griego en el uso de los modos verbales, infinitivo y gerundio.
5. La introducción de grecismos continúo tras la caída del imperio romano. Navegantes
y comerciantes trajeron nuevos grecismos.
6. La ciencia y filosofía medieval, renacentista y modernas nutrición y nutren su
terminología con abundante incorporación de helenismos.
Al principio del Imperio, Roma gozaba de una serie de privilegios que no alcanzaban a
las provincias; pero la creciente incorporación activa de éstas a la vida romana exigió que
disminuyera la desigualdad. Cuando Hispania era ya – según Plinio – el segundo país del
imperio, Vespasiano extendió a todos los hispanos el derecho latino.
5. El cristianismo
La construcción clásica admitía frecuentes transposiciones; entre dos términos ligados por
el sentido y la concordancia podían interponerse otros. (Hipérbaton extremado de Virgilio, o
moderado como la de Cicerón). El orden vulgar prefería situar juntas las palabras modificadas
y las modificantes. Tras un lento proceso, el hipérbaton terminó desapareciendo en la lengua
hablada.
b) Morfología y sintaxis
c) Cambios fonéticos
En latín clásico ce, ci sonaban como ke ki, y el valor de ge, gi era el que nosotros le damos
a gue, gui.
d) Vocabulario
El léxico del latín vulgar olvidó muchos términos del clásico, con lo cual se borraron
diferencias de matiz que la lengua culta expresaba con palabras distintas: grandis, indicaba
principalmente el tamaño, y magnus aludía con preferencia a cualidades morales; el latín vulgar
solo grandis.a veces los términos vulgares eran extranjeros: gladius sucumbió ante el grecismo
spatha (>esp. espada) y dives ante el germánico riks (>esp. rico).
El apartamiento geográfico de la Península respecto al Centro del Imperio fue otra causa
para que su latín cambiara con menos rapidez. Las innovaciones partían de Roma, foco
principal de Romania; allí confluía la población dispersa de las provincias y se emitían las
modas de lenguaje. Galia era otro centro irradiador: su comunicación con la metrópoli, más
estrecha que la de las demás regiones, y el carácter revolucionario del latín galo favorecían allí
la difusión de novedades procedentes de Roma.
4. Los germanos
1. Las relaciones sostenidas por los dos pueblos durante los siglos I al IV dieron lugar
a un nutrido intercambio de palabras. Roma importaba del Norte el jabón, por eso el germánico
saipo entró en el léxico latino, de donde paso a las lenguas romances (sapone>esp. Xabón,
jabón )
2. Los germanos conservaban con plena vitalidad sus lenguas y los latinos aprendían
de ellos denominaciones de cosas y costumbres extrañas, familiarizandose con expresiones
germánicas. El vocabulario militar adoptó muchas, a causa de la convivencia en las legiones; y
luego porque la nobleza germánica impuso su terminología.
Bellum _ sustituido por werra (guerra)
Falnu adjetivo de color aplicado al caballo, que dio el derivado latino falvus.
Estas voces como otras dejaron descendencia en Francia e Italia
3. Al vestido germánico pertenecen hôsa “calzón corto”, falda “pliegue, regazo de la
falda”, cofea “cofia”. Las tareas del campo están representadas por el verbo “waithanjan”
(Aparentar, cultivar la tierra, origen del español ganar) los germanos gustaban de la música y
cantos heroicos: harpa es el nombre de uno de los instrumentos.
4. Al constituirse los estados bárbaros hubo en todos los aspectos d laa vida un
cambio esencial, debido a la implantación de instituciones germánicas. Ese cambio se refleja
en el vocabulario romance por ejemplo, el derecho germánico perpetuó voces como ban
“proscripcion, prohibición”, los bienes patrimoniales recibieron la denominación de alôd.
5. Es natural qu los bárbaros conservarán con especial cariño palabras relativas al
concepto de sí mismos, ofensas y valentías, como orgôli (orgullo).
6. De adjetivos han pasado riks “poderoso”, frisk “reciente”, difundidos por toda la
Romania occidental. El sustantivo wisa “manera” debió de ser adoptado en época temprana
(guisa), en el español del siglo XII y XIII guisa se empleo para la formación de adverbios
compuestos (fiera guisa “fieramente”)
7. El prefijo ga de garedan “cuidar” fue reemplazado por los equivalentes latinos cum o
ad, surgiendo así comidare y adredare (arrear)
8. La historia detallada de los germanismos en las lenguas romances es complejo.
Unos pertenecen al fondo común germánico; otros son exclusivos de un dialecto. Los hay
propagados a través del latín vulgar y por intermedio del bajo latín. Muchos eran pasados de
unos romances a otros. Especial poder de difusión tuvieron los germanismos introducidos por
los francos. Luego el prestigio de la sociedad feudal y la vida cortés propagó galicismos o
provenzalismos, guarnir, dardo, bastir, sala, etc.
La diptongación ante yod se extendía desde León y Toledo Hasta el Mediterráneo con
excepciones de Castilla.
Por encima de las variantes regionales, existía en el español naciente una fundamental
unidad representada por la conservación de |f| y |y|. Formas como auro, carraira, palomba,
pueyo opuestas a las castellanas oro, carrera, paloma, poyo, ocupaban las mayores áreas del
territorio peninsular. Puede decirse que se hablaba un romance pre castellano.