Está en la página 1de 2

Positivismo falso impuesto por las redes sociales

Hoy en día las redes sociales han marcado una diferencia en como se percibe el
mundo. Me da la impresión de que la mayoría de las noticias, publicaciones,
videos y fotos de redes sociales son de momentos aparentemente felices.
Las redes sociales han provocado una generación de adolescentes que aspiran a
vidas envidiables para posicionarse en la era digital por medio de las vistas, me
gusta y compartir de videos y fotos.
¿Pero realmente cómo funcionan estos momentos aparentemente felices? ¿Qué
pasa cuando nuestros adolescentes se dan cuenta de que ese tipo de vida es muy
difícil de alcanzar?
El positivismo falso en las redes sociales es más normal de lo que creemos.
Constantemente veo mensajes que invitan a tener una “actitud positiva” y aunque
es importante ser optimistas, es imposible mantener siempre una actitud positiva,
ya que enfocarse exclusivamente en lo positivo no es tan bueno como parece,
incluso puede llegar a ser “tóxico”.
Poco a poco esta generalización ha provocado una necesidad de mostrar al
mundo una forma ficticia para controlar la imagen que proyectamos y de cierta
manera provocar miedo profundo a enfrentarnos al dolor, el sufrimiento propio y
del otro.

Estas son algunas de las consecuencias que hoy en día ya están afectando a la
generación adolescente debido a que son más suceptibles a este tipo de
manipulaciones:

 Tener aspiraciones inalcanzables debido a que los influencers hacen


vídeos diarios de las cosas emocionantes que viven y es raro que
plasmen los momentos malos del día y las dificultades que tienen. El
problema es que mostrar solo la parte divertida, bonita y emocionante
de una vida hace que lo comparemos con nuestras vidas y lleguemos a
distorsionar la realidad y nos esforcemos en imitar un determinado estilo
de vida para alcanzar el éxito y la felicidad.
 Frustración, por el pensar que no se consigue lo que quiere si no se
tiene una actitud positiva. las redes sociales pueden hacernos pensar
que es cuestión de tener una buena actitud para que nos vaya bien y
esto puede ser una fuente muy grande de frustración.
 Falta de recursos para afrontar una realidad que no me hace feliz. Si no
estoy satisfecho con mi vida empezaré por cambiar lo que ven los
demás de mí en las redes sociales. Si el número de likes sube me
sentiré mejor.
 Sentimientos de culpa. La felicidad es un requisito y el positivismo nos
dice que si no afrontas la adversidad con una sonrisa sólo atraerás
cosas negativas y las redes sociales potencian esta forma de demostrar
constantemente lo felices que somos.
 Efecto en la autoestima. ¿Valgo por lo que soy, por lo que hago o por lo
que los demás vean en mi muro? Si en las redes sociales se valora a las
personas por lo que hacen, si no puedo publicar pruebas de que mi vida
es excitante y muy activa socialmente es que no valgo lo suficiente.

Existen formas de aprovechar ciertos mensajes positivos, pero no todo vale y la


solución no está en huir del sufrimiento. Nuestras emociones fluctúan a medida
que recibimos información tanto del interior como del exterior. Bloquear esa fuente
de información sobre cómo estamos y lo que necesitamos bajo una falsa
apariencia de felicidad y optimismo que puede llegar a desgastar nuestra
capacidad para pedir ayuda cuando la necesitemos.

También podría gustarte