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Sonreír, la típica acción que para muchos demuestra felicidad en el ser humano. Sin embargo, la
búsqueda contante por conseguir una definición clara sobre este sentimiento, ha llevado a cientos
de personas a idealizar que ser feliz es sinónimo a tener objetivos, metas y sueños por los cuales
luchar, dando a entender que, si no logramos cada propósito de nuestro proyecto de vida, seremos
infelices y nunca tendremos el privilegio de interpretar la felicidad. Ahora bien, se identifica que
el hombre posee un concepto claro de cómo se debe exteriorizar la felicidad, pero nos pasamos la
vida buscándola y solo pocos de nosotros logramos experimentarla desde una perspectiva propia,
pues se cree que si no cumplimos con los estándares de la sociedad estaremos cayendo en la red
de los excluidos ante este estado de ánimo.
Actualmente el mundo se encuentra en un desarrollo evolutivo en todo momento, mejorando así
el comercio internacional, la distribución mundial de la producción de bienes y servicios,
procesos tecnológicos, dándole pasó a la globalización, pero, cuando realmente se han centrado
en lo más importante que es lo social, con el fin de concretar y diseñar estrategias que lleven a la
sociedad a sentir que tienen algo por el cual ser felices y no cumplir con la típica formula de
conseguir dinero para generar consumo y así poseer mayor felicidad.
De acuerdo con el más reciente informe del World Happiness Reporte “En Colombia, el nivel de
felicidad volvió a caer y el país ahora ocupa el puesto 66 entre los países más felices del
mundo”, ¿Qué está sucediendo?, las personas ya no quieren fluir en una rutina diaria aburrida,
donde precisamente el encontrar un equilibrio entre las cosas que tienes en tu vida y ver cómo las
manejas para que te hagan sentir bien todas, sin descuidar ninguna ya no es posible. Las
motivaciones sociales han ido disminuyendo, no obstante, demostrar nuestros prestigios,
expresiones de libertad y voluntad, nos puede ayudar a escalar el muro de la derrota para
deslizarnos por la línea de la paz y recibir cada realidad social con la suficiente autonomía y con
la capacidad de juzgar nuestros actos y no dejarnos llevar por la senda de ser pesimistas ante lo
que realmente nos lleve a sentirnos bien.
Cuando hablamos de la felicidad personal, normalmente se piensa en el autocuidado y hacer
cosas buenas para nosotros, pero la Ciencia nos habla de “las moléculas de la felicidad”
conocidas como endorfinas, que son sustancias que están en el cerebro y a través de los
neurotransmisores se genera experiencias de placer y bienestar. Es decir que no todas las
personas piensan de igual manera acerca de lo que les hace felices, pues la mente es el mapa
personalizado para establecer nuestros gustos y acciones que conlleven a sentirnos felices. Un
ejemplo de esto es cuando consiguen una carrera profesional exitosa, otros cuando aman y tienen
una persona a su lado, viajes, hijos, cosas materiales o sencillamente se hallan contentos en la
soledad. Es decir que la felicidad no tiene que ver con un modelo colectivo, sino con la certeza de
estar en el camino que consideres correcto y estar en el camino correcto no es un accidente, es
una decisión y construcción que solo depende de ti.
Nuestra vida es un total misterio y somos los encargados de encontrar la clave fundamental para
invadir el mundo y encontrar esa luz que nos conducirá a la victoria y a construir una realidad
basada en hechos y sueños propios, con el objetivo de conformar un tejido social abovedado de
humildad, para actuar con responsabilidad, conciencia y llegar a tener una pieza para armar cada
rompecabezas que nos quiera expulsar que lo que nos hace feliz. Ahora mismo, encontrar el
equilibrio entre lo que doy a los demás y lo que me quedo para mí, es la principal herramienta de
comprender que la felicidad jamás será la misma para todos, si no la que tu consideres, sin
descartar las cosas negativas, pues el dolor es inevitable pero el sufrimiento es opcional, nunca te
ancles a las emociones negativas, pero transítalas y aprende de ellas.
Según estudios psicológicos, el 50% de nuestra felicidad está definida por los genes, un 10% por
el entorno y el 40% por nuestras decisiones. Es demasiado notable que nuestro alrededor solo
infiere en una pequeña parte de conseguir nuestra felicidad, logrando contrarrestar la tesis
planteada, donde se aseguraba que la sociedad debería ser un modelo a seguir. Aunque la
sociedad es uno de los factores que más genera discriminación en las personas, a causa de ser
diferentes, donde el bullying ha llevado a que los estados de ánimo bajen, produciendo así casos
de ansiedad, depresión y suprimiendo al individuo de mostrar su potencial por miedo al rechazo
colectivo.
En conclusión, la felicidad más que querer ser perfectos o de demostrar ser algo en la vida, es la
oportunidad de estudiarte y así empezar a determinar las cosas, acciones, personas que te lleven a
ser feliz. Recuerda que debes ser lo que eres, sin importar lo que los demás piensen de ti, es el
consejo que siempre hay que tener en cuenta y todo por una sencilla razón, y es que solo vivimos
una vez y la vida que vivimos es nuestra y de nadie más, hay que vivirla a tu manera, porque tu
personalidad es la que te distingue de los demás, el ser diferente no es algo malo, todo lo
contrario, es tu tesoro, es tu pilar. No dejes que la presión social te afecte, preserva tu entidad,
porque es tu mayor atributo, tu esencia es tu encanto.

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