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Cocina Andina
Así, para el siglo XIX la población local se alimentaba con carne y tocino de
cerdo, maíz, fríjol, plátano, panela y chocolate. Esta época también marca una
tendencia a la estratificación de la gastronomía según las clases sociales, la
urbanización o la ruralidad. A comienzos del siglo XX el auge cafetero hace variar
los hábitos alimentarios de los habitantes de la región Sur. Con la llegada de
la refrigeración aparecen nuevas formas de preparación de los alimentos,
generándose así un panorama gastronómico muy similar al actual.
Podría decirse que la arepa es el equivalente al pan que se toma en España para
acompañar las comidas, en la zona cafetera de Colombia acompañamos con
arepas y es que a este alimento todo le combina bien.
Aunque históricamente se ha elaborado de manera artesanal no ha sido inmune a
la llegada de los tiempos modernos con sus prisas y su estrés.
Esto ha motivado el auge de la industrialización de su producción y como
resultado las puedes encontrar pre-cocinadas en los supermercados. Pero a decir
verdad un buen colombiano reconoce «a ojo» una buena arepa hecha como Dios
Manda!
Es habitual encontrar puestos de arepas en cualquier esquina, puedo asegurarte
que no te arrepentirás si las pruebas.
Bandeja paisa. El plato más famoso y que literalmente se sirve en una bandeja y
que está compuesto por chorizo, chicharrón, carne picada, morcilla, huevo frito,
aguacate, ensalada y arroz, además del ingrediente principal, los fríjoles o judías
rojas. Un plato que necesita una siesta después de comer.
Sancocho trifásico Otro plato típico y celebre que compite con la fríjolada por
ocupar la mesa dominical y que lleva pollo, ternera, cerdo, mazorca de maíz,
plátano, patata, cilantro (sí conocéis a alguien que haya estado por la tierra del
café, probablemente te diga que el cilantro está omnipresente como aderezo en
nuestros platos) y que a la hora de comerlo le puedes poner un aguacate picado
por si encuentras que le falta algo y corres el riesgo de quedarte con hambre.
Siempre he atribuido la contundencia de nuestra gastronomía a las necesidades
nutricionales de los arrieros para enfrentar las largas y duras jornadas de trabajo,
no sé si me equivoco, pero parece lógico.
Mondongo Una sopa elaborada con vísceras vacunas (callos), carne de cerdo,
patatas, arvejas (guisantes) y zanahoria.
Comienza el día con un buen desayuno trancado por si quedaron fríjoles del día
anterior. A despistar el hambre a media mañana o a la hora del algo (merienda)
con buñuelitos de maíz, empanadas, pandequeso y una buena taza de café.
Verás cosas como la forcha, una especie de batido muy espumoso, con un sabor
muy peculiar producto de la fermentación en barril de roble.
Se encuentra entre los 2.400 y 3.000 metros sobre el nivel del mar. Gracias a esto
tiene una gran variedad de climas que enriquecen la cocina de la región.
El altiplano comprende tres regiones planas muy distinguibles, que son: la sabana
de Bogotá, el valle de Ubaté y los valles de Tunja y Sogamoso. Durante las
temporadas de invierno los altiplanos reciben, además de los grandes aportes de
las lluvias, el agua que genera la red de drenaje de las vertientes por ríos y
quebradas y cumplen una función hidráulica reguladora importante en la recarga
de acuíferos y en la amortiguación de crecientes. En lo páramos se cultivan los
tubérculos de altura como las chuguas, hibias, y cubios.
Presenta una temperatura promedio de 14 °C, con amplitudes térmicas diarias
elevadas que puede oscilar entre los 0 °C (temperatura baja) y los 24 °C
(temperatura alta). Las temporadas secas y lluviosas se alternan durante el año;
los meses más secos van de diciembre a marzo; durante los meses más lluviosos,
abril, mayo, septiembre, octubre y noviembre la temperatura es más estable, con
oscilaciones entre los 9 °C y los 20 °C. Junio, julio y agosto son los meses de
fuertes vientos y mayor oscilación de la temperatura; durante el alba se suelen
presentar muy bajas temperaturas, llamadas heladas, que afectan la agricultura.
También es común la presencia de lluvias de granizo.
Historia de la región Cundiboyacense
La cultura Abriense fue una cultura que habitó el altiplano cundiboyacense (en la
zona de la actual Bogotá, capital de Colombia) desde el período Paleoíndio hasta
la llegada de la cultura muisca (en el siglo VI a. C.)
Hasta mediados del siglo XX se consideró que los muiscas habían sido el primer
pueblo que había habitado el altiplano cundiboyacense. Pero en 1967, cuando se
obtuvo por primera vez en Colombia una secuencia estratificada de instrumentos
líticos, asociados con huesos de animales y fragmentos de carbón
vegetal 12 400 a. C. encontraron que los Abriense había sido una etnia diferente
a los Muiscas.
Esta región debe su nombre a que ocupa la parte serrana de los departamentos
de Cundinamarca y Boyacá y una porción sur del departamento de Santander.
Las extensiones son más propicias para la fundación ganadera. Hasta finales del
siglo XVII sacrificar una vaca era un crimen de lesa economía. No hay ordeño o
comercio de leche distinto al del canje. Los pastos no son buenos y los largos
tránsitos que debe emprender el ganadero con el rebaño hasta el mercado,
castigan el peso del animal hasta convertir en antieconómico su mercadeo. Se le
sacrifica, y en una región en donde abunda la sal, se la utiliza para conservar
las carnes, que se comercializan vendiéndolas a los viajeros que se dirigen al
Socorro y de allí a Cúcuta y Venezuela. Al gobierno le sirve para alimento de las
guardias y, sacándola por el camino que conduce de Vélez hacia el río
Magdalena, se negocia con bogas y pasajeros que se encaminan al mar.
¿Por qué almojábana? La palabra viene del árabe Mojábena, torta de harina
hecha con queso y huevos, manteca y azúcar que se frita, mientras que la
almojábana del altiplano está hecha con harina de maíz y queso. Otra preparación
campesina tiene un aire también árabe son los indios en vez de hoja de parra se
usa hoja de repollo, y el arroz es reemplazado por una masa de maíz. Una
casualidad dirán algunos o una coincidencia. Pero por qué la morcilla del altiplano
lleva de aderezo una menta, el poleo Eco de la cocina española influida por tantos
años de permanencia de la cultura árabe en la península De lo que sí tenemos
certeza es que, aquí, otra vez, se trata de una criollización.
Los chibchas creían que el sol y la luna eran esposos y ambos eran padres
de la gente, es por esto que el maíz era un alimento tan importante.
Trabajaban los cultivos de maíz, al igual que la ahuyama, diferentes tipos de papa,
quinua, frijoles y varios tipos de fruta.
- Ajiaco santafereño
- Puchero boyacense
Es un plato ideal para reuniones familiares. Se basa en una rica
combinación de varios de los productos estrellas del agro: papa, yuca,
calabaza, mazorca, guatila, arracacha, plátano y el tipo de carne que sea de
preferencia. A esto se agrega un delicioso guiso llamado hogao, el cual
contiene cebolla larga, cebolla cabezona, ajo y una buena cantidad de
tomate; también se le agrega un poco de color para que quede con un
vibrante color naranja.
Cocido boyacense
Fritanga
Es uno de los platillos más atractivos de la región. Es una opción dinámica que se
adapta a cualquier ocasión, puede ser un almuerzo familiar, una salida con amigos
o el acompañamiento perfecto para una noche de cervezas y tragos.
Changua
Caldo de costilla
El maíz es de los insumos más utilizados para preparar las más deliciosas
comidas, las más conocidas son:
Envueltos de mazorca
Se trata de unas masas que se prepara con maíz molido, cuajada (queso
artesanal) y sal al gusto. Esta masa se coloca dentro de las cascaras de las
mazorca y se cuece en agua a fuego lento por varias horas. Es un
acompañamiento perfecto para el caldo de costilla o changua.
Arepas de maíz
Se trata de unas ricas rosquitas que se hacen a base de maíz y cuajada fresca. Su
preparación tradicionalmente es en un horno de barro.
Estas y muchas más comidas son las que podrás disfrutar en el altiplano
cundiboyacense. Anímate a conocerlos y descubrir con ellos lugares increíbles
llenos de historia y cultura que reflejan nuestra identidad.
Chicha
Una bebida fabricada con los granos del maíz -masticada y después depositada
en recipientes para ser fermentada-, que causó estupor entre los conquistadores
por la forma en que los nativos americanos perdían el control al consumirla en
ceremonias importantes, festividades familiares o para reponerse del trabajo en el
campo.
A pesar del profundo rechazo de los españoles por esta bebida y sus nocivos
efectos, fueron ellos quienes le incorporaron a la receta el uso de miel de caña
para endulzarla, mientras combatían su consumo entre los indígenas que
habitaban la capital y atiborraban las “chicherías” que proliferaron en Bogotá -
fáciles de instalar gracias a la popularidad de la receta y bajos costos de
fabricación de la antigua bebida ceremonial-.
Los guanes, antiguos habitantes de la región, eran, según nos dicen los cronistas
españoles, altos y fuertes, hecho que atribuían a su alimentación a base de frutas,
poca carne y mucho pescado. Su principal cultivo era el maíz, que llamaban aba.
Con él preparaban una sopa, suque (mazamorra), unas tortas llamadas bun o
tajitafun (arepas), y una bebida llamada chicha, que puede traducirse como
“bebida para hombre”. Importantísimo también fue el uso del quibsa (ají) en su
dieta. Fueron estos indios los que descubrieron que las hormigas culonas no solo
eran deliciosas, sino que tenían propiedades afrodisíacas, receta que se ha
conservado hasta hoy.
Aunque la dieta de los antiguos indígenas Guane tenía muy presente la ingesta de
pescado y poca carne, las técnicas y componentes modernos le han impreso un
toque muy variado a sus comidas, bebidas y postres, Algunos platos de la
gastronomía santandereana tienen su origen en la adafina, cocido propio de los
judíos españoles y portugueses hasta el siglo XV y cuyos ingredientes se fueron
modificando para evitar la represión de la inquisición, buscando “cristianizar” su
contenido. La gastronomía santandereana tiene influencias indígenas notorias en
los ingredientes usados en sus platos: las verduras, especias y en especial las
hormigas hacían parte de sus tradiciones culinarias.
Los habitantes del departamento de Santander son gente aguerrida que durante
los primeros siglos de la conquista se dedicaron a duros trabajos como arriar el
ganado o la agricultura. La industria y el comercio ha florecido por épocas y
durante el siglo XIX, atraídos por la naciente explotación la minería del oro,
llegaron infinidad de alemanes, italianos, españoles, franceses, ingleses y judíos
que contribuyeron a formar la raza y las costumbres del santandereano.
Las carnes son una gran riqueza: carnes oreadas, jamones y cabrito, presentan
experiencias singulares en la preparación y en la forma de consumo. Por lo
general, están presentes en los lugares más turísticos.
Los dulces santandereanos son el aporte más visible (desde el mercado) a la
gastronomía colombiana. Santander ha logrado promover sus productos y el
camino que sigue es posicionar, obtener denominaciones de origen e
internacionalizar sus productos
Cabrito Asado:
Es uno de los animales mas importantes en la gastronomía se Santander.
Los cabritos se alimentan de un árbol conocido como cují, que transmite a la carne
un sabor particular, además de vitaminas, proteínas y otras bondades.
En la alimentación silvestre del cabrito también están el orégano y el helecho
cilantrillo. Se puede comer asado, a la plancha o frito.
Carne Oreada:
Orear la carne es una de las formas de conservar este alimento.
La carne se adoba y se extiende en un sitio alto para que se seque al sol y al
viento.
Antes se extendía en árboles, hoy hay cuerdas y estructuras diseñadas para tal fin
Mute:
El mute es una sopa preparada con carne de res, cerdo, maízblanco, papa, pasta,
yuca, garbanzo, tomate y especias.
Su preparación requiere de bastante tiempo y tiene múltiples variantes.
Hormiga Culona:
El más curioso y excéntrico plato santandereano. Son hormigas del género Atta,
sólo son comestibles las hormigas reinas y se capturan durante nueve semanas
del año en la temporada de lluvias.
Este plato de origen indígena se prepara asando las hormigas previamente
condimentadas, limpiadas y sin alas, se pueden comer con la cabeza o las patas o
sin ellas. Según la tradición este plato tiene efectos afrodisiacos.
Pepitoria:
Uno de los muchos acompañantes santandereanos, puede servirse como
acompañante del cabrito asado de donde provienen las vísceras y sangre con las
cuales se prepara.
La pepitoria es un guiso preparado a partir de las vísceras y la sangre proveniente
del cabrito recién sacrificado.
Tamal Santandereano:
Preparación santandereana de una de las técnicas de cocción provenientes de los
indígenas en Sur América.
Se reconoce por tener garbanzos, alcaparras y pasas, su masa se hace a partir de
maíz molido y verduras.
Envuelto en hoja de plátano, puede servir de plato principal o acompañante.
Arepas Santandereanas
Las arepas santandereanas se elaboran en base de harina de maíz amarillo
incorporando chicharrón molido.
Pueden ser vistas como un plato principal o un acompañante en cuanto pueden
comerse de desayuno o acompañar las demás comidas del día.
Bocadillo
Concentración de solidos solubles a parir de guayaba madura y adición de
azucares
DENOMINACIÓN DE ORIGEN: Vélez, Barbosa y Guavatá en el departamento de
Santader.
Café
Los Santanderes tienen gran cantidad de cultivos de Café.
Caprinos
Crianza y levante de Caprinos para la obtención de leche, carne, pelo y cuero.
Muchas preparaciones llevan proteína caprina o de oveja en vez de proteína
vacuna.
Caña de Azucar
El jugo de su tallo es la principal fuente de azúcar. Después de cosechar la caña,
pasa bajo unas cuchillas desmenuzadoras, para luego pasar al trapiche.
Guayaba
La guayaba es cultivada y utilizada en Santander una de las preparaciones más
conocidas, el Bocadillo. Es de gran importancia el Bocadillo Veleño.
Yuca
Extensamente cultivado en Sudamérica, África y el Pacífico por sus tubérculos con
almidones de alto valor alimentario.
Chino Santandereano
Raza criolla vacuna que ha sido criada y levantada en los Santanderes para el
consumo de carne principalmente.
Capón Relleno:
Capón es una de las denominaciones para el muchacho. En Santander, la carne
se perfora para rellenar con una mezcla de carne, tocino, cebolla, ajo, pimentón,
zanahoria, galletas de soda, cilantro y, a veces, huevo. Una forma de empacarlo
es entre hojas de plátano, esto se conoce como matahambre.
Piña
La cosecha principal se efectúa normalmente desde principios de verano hasta
comienzos de otoño; el fruto debe recogerse maduro, pues no continúa la
maduración una vez extraído.
Cacao
El Cacao es uno de los productos principales de Santander, su nombre viene del
griego ''Alimento de los Dioses'' y fue utilizado por civilizaciones indígenas como
moneda.
.“En voz quechua, muti significa maíz. Se decía que el mute era un caldo de
maíz cocido o tostado que comía la gente del común, este se hacía aprovechando
las topografías y las siembras que se producen en la región”, asegura Wilson
Arturo Cáceres, profesor de gastronomía. “Las comidas típicas de una región se
originan por la abundancia de alimentos que exista en ese sector. Santander se
caracteriza por tener tierras aptas para la agricultura, por eso cuando se
realizaban este alimento, la personas usaban lo que tenían a su alcance”.
Este es uno de los relatos del origen de este caldo espeso y amarillo, cuya
preparación también se debe a la llegada de los españoles y sus costumbres. “En
América poco se veía el consumo de tripas, sin embargo, cuando llegaron los
españoles muchas de sus tradiciones se adaptaron a la nuestra. En España es
muy tradicional comer callos y cocidos a la madrileña, este resulta ser el mismo
ingrediente que se debe echar al mute”.
Sin embargo, en Santander también se cree que el nombre de la sopa insignia del
departamento lo recibió en honor a José Celestino Mutis (hermano de don Manuel
Mutis, uno de los fundadores de la ciudad de Bucaramanga). “Casualmente el
poeta y escritor Aurelio Martínez Mutis, escribió una biografía para su hermana
Helena Mutis. En este escrito el poeta cuenta que las personas decían que la
mejor sopa era la de los Mutis y esto se fue degenerando hasta llamarse mute”,
El nombre de Tolima provendría del término panche tolima, tulima o dulima - río
de nieve o nube. Las primeras menciones al territorio o personas relacionadas con
la palabra Tolima la da Baltasar Maldonado que la mencionan como límite de
Ibagué en el acta de los aposentos de Cayma del 26 de agosto de 1551.
El departamento del Tolima, otro Estado Soberano del Tolima, fue creado tras la
constitución, que cambió a Colombia de un sistema federal a uno centralista, por
el cual los estados soberanos fueron reemplazados por nuevas unidades político
administrativas llamados departamentos. El «Tolima Grande», nombre con el que
se le conoció popularmente al departamento del Tolima, heredero de la misma
jurisdicción y límites del Estado Soberano, incluía las provincias
de Neiva y Mariquita.
Antes de la conquista la explotación del oro (del cual una parte es explotado
de manera ilegal para beneficio de bandas criminales y mineros informales) y el
cultivo del tabaco y pan coger (como yuca, maíz, plátano, fríjol, etc.), fueron los
impulsores de su desarrollo.
Tamal tolimense:
Para muchos es el mejor del país. El relleno de este tamal contiene pollo, tocino
de cerdo, costillas de cerdo, huevo cocinado, zanahoria, arvejas, arroz,
condimentos y un poco de masa, todo esto envuelto en hojas de plátano. En la
gastronomía tolimense lo comen como desayuno acompañado de chocolate
caliente, arepa o pan.
Sin embargo, el tamal es un plato típico de Colombia, por eso, tiene parientes en
todas las culturas regionales del país, dependiendo de la región varia su
preparación y sus ingredientes, por tal razón, el tamal tolimense compite
fuertemente con el tamal huilense.
Tamal huilense:
Se caracteriza por no llevar masa. Es un plato popular que tradicionalmente se
consume los fines de semana, por eso se dice que en la ciudad de Neiva todos los
sábados las calles huelen a tamal. Se acompaña con arepa de maíz, chocolate,
achira y quesillo.
Sus ingredientes son presas de res, cerdo y gallina, tocino en trocitos, huevo,
arroz, arvejas, papas, zanahoria, cebolla, ajos, tomate maduro, y pimienta al
gusto, envuelto en hojas de plátano o bijao. Un secreto huilense es agregar
trocitos de longaniza para darle un sabor especial.
No importa cuál de los dos prefieras, son la opción ideal para un delicioso y gran
desayuno acompañado de la bebida que prefieras, con el infaltable pan o una
arepa quesuda.
Aunque los tamales son los platos más populares, no podemos dejar de lado la
gran variedad de la oferta gastronómica en Huila y Tolima.
Lechona:
Si estás en el Tolima, ya sea para desayunar, almorzar o cenar, cualquier hora del
día es la adecuada para probar este manjar. Se trata de un alimento extraordinario
en la cocina colombiana.
Es un plato extravagante ya que, a primera vista, no se ve tan atractivo; sin
embargo, al probarlo cambia totalmente la percepción, el delicioso sabor del cerdo
acompañado del arroz, y arveja lo hacen merecedor de uno de los puestos más
importantes en la gastronomía colombiana.
Asado huilense:
Es un plato de cerdo tradicional de Huila, es muy popular en las reconocidas
fiestas de San Pedro. Se puede describir como un plato interesante, con un aroma
particular a hierbas y leña. Es hecho aliñando la carne de cerdo con cerveza, jugo
de naranja, verduras, hierbas y especias. Comúnmente se sirve con arepa, yuca
cocinada, insulso, y envuelto de plátano. Es perfecto para compartir una buena
experiencia gastronómica y turística.
Dato curioso: La carne se tiene que salpimentar y dejar reposar mínimamente
durante dos horas. Esto logrará que la carne abra los poros y la pimienta los sella,
para evitar el desangrado.
Chanfaina:
Es un plato que genera amores y odios por sus ingredientes poco comunes, pues
se prepara con las vísceras de la res, con partes como el hígado, corazón, riñón,
pajarilla y bofe. Se pican en trocitos, y se condimentan con cebolla, ajo comino,
tomate, ají y finalmente se sofríe hasta que esté listo el picado.
Dato curioso: Al picar las menudencias bien cocinadas, dejarlas enfriar durante
treinta minutos junto al guiso para que tenga mejor sabor.
Estos platos se preparan lentamente y en ocasiones con procedimientos
complejos, por eso son tan especiales, además tienen en común que pueden
ofrecer una experiencia única propia de eventos y fiestas, son perfectos para
compartir y festejar.
Entradas
1 libra (500 gr) de maíz trillado · ½ libra (250 gr) de chicharrones de ampolleta de
res · sal a gusto.
Se remoja el maíz en agua por 5 días (cambiándola a diario). Se saca y se muele
con los chicharrones y la sal. Se arman las arepas delgadas, se asan en una
sartén o sobre una lata de hornear.
Fuertes:
Las sopas como las ruyas, el ajiaco santandereano, el sancocho, el mute, se basa
en el uso de estos granos y las señoras las utilizaban en el menú semanal en sus
casas y para la alimentación de los obreros en las fincas.
Se usaba un menú semanal, una sopa para cada día: el martes cuchuco de
cebada, miércoles ajiaco, el viernes mute,.. El día de mercado era y es el día
martes.
Con la ocupación de las madres fuera del hogar, se fueron retirando las sopas de
la alimentación en las casas, y por la falta de tiempo no se hace la sopa, lo cual
fue cambiando el estilo en la cocina, reemplazando las sopas por cremas de
verduras y de sobres que se consiguen en los supermercados.
1.3 Sancocho
Untar las presas con un poco de sal, ajo y comino se sellan con grasa de cerdo
y se ponen en una olla las presas de pollo, las mazorcas, plátanos, el buque
garnie criollo y suficiente agua para cocción a fuego medio por 30 minutos
aproximadamente.
Retirar las mazorcas y reservarlas. Para este momento los alimentos más blandos
como la papa, la yuca y arracacha se adicionan a la olla. Se condimenta color,
comino, cilantro cimarrón, sal y pimienta al gusto. Tapar la olla y cocinar una
media hora más. Mezclando de vez en vez y sazonando con hoga’o.
Se deja conservar a fuego muy suave por 10 minutos y se sirve, rociándolo antes
con el cilantro de castilla. Se acompaña con arroz, aguacate o ensalada de
lechuga Batavia, pepino cohombro, tomate y ají pique.
Postres y amasijos.
Merengón
El cómo fue que llegó hasta Colombia y adaptó el nombre merengón es aún un
misterio para muchos. Sin embargo, la teoría más fuerte entre los académicos es
que tuvo que ser traído durante una época de inmigración de Europa y Oceanía a
Latinoamérica. Sería así como los australianos o neozelandeses trajeron consigo
este popular postre de sus países y empezaron a prepararlo en la parte sur del
continente. De esta manera, la receta del merengón comenzó a ser compartida
entre varias personas, logrando que llegue hasta el país cafetero.
La preparación continuó siendo la misma, pero el nombre varió. En algún punto se
dejó de llamar pavlova y se sustituyó por el nombre merengón en honor al
principal ingrediente de este postre: el merengue. Este cambio de nombre también
llegó a otros países como Argentina, en donde se disfruta del merengón en
cualquier época del año.
Se baten las claras a punto de nieve, se les agregando las gotas de limón, poco a
poco el azúcar. Cuando las claras estén firmes, se les añade la vainilla o el anís.
La fécula de maíz, Se sacan cucharaditas y se ponen sobre una lata con papel
parafinado, se llevan al horno precalentado a 150°, por 2 horas; se apaga el horno
y se dejan hasta que el horno se enfríe completamente. Los merengues, más que
cocerse, se secan en el horno. Cualquier cambio brusco de temperatura (por
ejemplo, abrir la puerta antes de tiempo) hace que se cuarteen.
Mezclar todos los ingredientes y Formar una bola, cubrir con papel plástico y
deje reposar por unos 30 minutos.
Gire la masa sobre una superficie enharinada y dividir por la mitad. Con las
manos bien enharinadas, moldear en dos rollos delgados.
Con un cuchillo, corte la masa en cuadrados pequeños. Marque cada galleta
con un tenedor.
Bebidas
Coloque todos los ingredientes excepto el hielo en una licuadora. Licúe hasta que
quede suave, agregue el hielo, decore y sirva.