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La regla general es que la prueba testimonial es admisible para probar cualquier hecho.
Sin embargo, hay una excepción (limitación), cual es que no se admite la prueba de testigo
respecto de obligaciones que deben consignarse por escrito (Art. 1.708 CC). Deben
constar por escrito aquellas obligaciones que emanan de actos o contratos que contiene la
entrega o promesa de una cosa que valga más de dos UTM (Art. 1.709 inc.1º, CC).
Tampoco es admisible la prueba de testigos en cuanto por ella se adicione o altere de
algún modo lo que se expresa en el acto o contrato, o sobre lo que se alegue haberse
dicho antes, o al tiempo o después de su otorgamiento (Art. 1.709 inc.2º, CC).
La contraexcepción a la regla anterior, es decir, es admisible de la prueba de testigos en
aquellos casos en que haya un principio de prueba por escrito. Esto tiene lugar cuando 1)
hay un acto escrito del demandado o de su representante que haga verosímil el hecho
litigioso; 2) en que haya sido imposible obtener una prueba escrita; y 3) los demás casos
expresamente exceptuados en las leyes (Art. 1.711 CC).
3.- Iniciativa.
La Regla general es que es de iniciativa de las partes.
El tribunal también tiene cierta iniciativa, puesto que cuando la causa se encuentra en el
estado de sentencia, puede ordenar de oficio y como medida para mejor resolver, la
comparecencia de testigos que hayan declarado en el juicio, para que aclaren o expliquen
sus dichos obscuros o contradictorios (Art. 159 N° 5 CPC).
a) En primera instancia: Se rinde sólo dentro del término probatorio (Art. 340 inc. 1º CPC),
por lo que, al ser un término fatal, la prueba que se rinda fuera de este término será nula y
de ningún valor. También es procedente -como se ha dicho- decretar la prueba de testigos
como medida para mejor resolver (Art. 159 Nº 5 CPC).
b) En segunda instancia: La prueba testimonial sólo es admisible como medida para mejor
resolver, i) cuando no haya podido rendirse en primera instancia, ii) respecto de hechos
que no figuren en la prueba rendida en autos, iii) los cuales deben ser considerados por el
tribunal como estrictamente necesarios para la acertada resolución del juicio. En este
caso, el tribunal deberá señalar determinadamente los hechos y abrir un término especial
de prueba (hasta antes de notificar la resolución de autos en relación) por el número de
días que fije prudencialmente y que no podrá exceder de 8 días. La lista de testigos
deberá presentarse dentro de segundo día de notificada por el estado diario la resolución
respectiva (Art. 207 inc. 2º CPC).
a) Concepto: La doctrina los define como terceros o extraños que deponen o declaran
respecto de los hechos controvertidos en el juicio y que son de su conocimiento.
b) Clasificación:
i) Según la forma de cómo se han enterado de los hechos:
Accidental o Común: aquel que ha enterado de los hechos respecto de los cuales
depone en forma involuntaria o accidental.
Instrumental: aquel que ha concurrido en dicha calidad, al otorgamiento del
instrumento que deja constancia de un hecho determinado.
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ii) Según si ha percibido o no el hecho:
Presenciales: aquel que percibe por sus propios sentidos los hechos acerca de los
cuales depone.
De Oídas: aquel que relata hechos que no ha percibido por sus propios sentidos y que
sólo conoce por el dicho de otras personas (Art. 383 CPC).
iii) Según las circunstancias que rodean al hecho objeto de la prueba:
Contestes: son aquellos que están de acuerdo en el hecho y en sus circunstancias
esenciales.
Singulares: aquellos que estando de acuerdo en el hecho, difieren en cuanto a sus
circunstancias esenciales.
iii) Según su habilidad para deponer en juicio:
Hábiles: aquellos que, en concepto de la ley, son aptos para prestar su declaración en
juicio.
Inhábiles: aquellos que, en concepto de la ley, no son aptos para prestar su
declaración en juicio.
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Son aquellas condiciones o circunstancias que impiden que una persona pueda declarar
“en cualquier juicio”.
Están enumeradas en forma taxativa en el Artículo 357 del Código de Procedimiento Civil,
y son:
1) Los menores de catorce años. Podrán, sin embargo, aceptarse sus declaraciones sin
previo juramento y estimarse como base para una presunción judicial, cuando tengan
discernimiento suficiente. Esta es una causal de inhabilidad en razón de la edad. Se debe
considerar al momento en que debe declarar y no al tiempo en que tuvo conocimiento de
los hechos sobre los que depone.
2) Los que se hallen en interdicción por causa de demencia: Son aquellas personas
privadas de razón por locura o demencia, la cual debe haber sido declarada mediante una
resolución judicial estableciendo la interdicción.
3) Los que al tiempo de declarar, o al de verificarse los hechos sobre que declaran, se
hallen privados de razón por ebriedad u otra causa. Dentro del término “otra causa” se
incluirían aquellos casos en que el testigo se encuentre bajo el efecto de narcóticos, o bien
en un estado de locura o demencia no declarada por el tribunal (sin decreto de
interdicción).
4) Los que carezcan del sentido necesario para percibir los hechos declarados al tiempo
de verificarse éstos. Ej. Un ciego que pretendiera que vio, o de un sordomudo que
declarara que oyó, etc.
5) Los sordos o sordomudos que no puedan darse a entender claramente. Pueden darse a
entender no necesariamente por escrito, también podría hacerlo de otra forma (Ej. Por
señas).
6) Los que en el mismo juicio hayan sido cohechados, o hayan cohechado o intentado
cohechar a otros, aun cuando no se les haya procesado criminalmente. El cohecho es un
delito que consiste en el pago a una persona para que declare en juicio.
7) Los vagos sin ocupación ni oficio conocido.
8) Los que en concepto del tribunal sean indignos de fe por haber sido condenados por
delito.
9) Los que hagan profesión de testificar en juicio.
ii) Inhabilidades Relativas:
Son aquellas condiciones o circunstancias que impiden a una persona para declarar en
“determinados juicios”.
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Están enumeradas en forma taxativa en el Artículo 358 del Código de Procedimiento Civil
y son:
1) El cónyuge y los parientes legítimos hasta el cuarto grado de consanguinidad y segundo
de afinidad de la parte que los presenta como testigos. Son vínculos familiares tan
estrechos que obviamente hacen al testigo perder su imparcialidad.
2) Los ascendientes, descendientes y hermanos ilegítimos, cuando haya reconocimiento
del parentesco que produzca efectos civiles respecto de la parte que solicite su
declaración.
3) Los pupilos por sus guardadores y viceversa.
4) Los criados domésticos o dependientes de la parte que los presente. Se entiende por
dependiente, para estos efectos, el que preste habitualmente servicios retribuidos al que lo
haya presentado por testigo, aunque no viva en su casa.
5) Los trabajadores y labradores (obreros agrícolas) dependientes de la persona que exige
su testimonio.
6) Los que a juicio del tribunal carezcan de la imparcialidad necesaria para declarar por
tener en el pleito interés directo o indirecto.
7) Los que tenga íntima amistad con la persona que los presenta o enemistad respecto de
la persona contra quien declaren. La amistad o enemistad deberá ser manifestada por
hechos graves que el tribunal va a calificar según las circunstancias.
Estas inhabilidades no pueden hacerse valer cuando la parte a cuyo favor se hallan
establecidas, presente como testigos a las mismas personas a las cuales se podrían
aplicar dichas tachas.
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En el caso de que se exija la comparecencia de un testigo a sabiendas de que su
declaración es inútil, el tribunal podrá imponerle a la parte que lo haya presentado una
multa de un décimo a medio de sueldo vital.
Ahora, si bien la regla general conforme al Artículo 359 del Código de Procedimiento Civil
es que toda persona, cualquiera sea su estado o profesión está obligada a declarar y a
concurrir a la audiencia que señale el tribunal con este objeto, hay ciertas personas que no
están obligadas a concurrir a la audiencia para que presten declaración:
A.- Las personas que se enumeran en el Artículo 361 del Código de Procedimiento Civil,
pueden declarar en el domicilio que fijen dentro del territorio jurisdiccional, estas son:
1) El Presidente de la República, los Ministros de Estado, los Senadores y Diputados, los
Subsecretarios, los Intendentes Regionales, los Gobernadores y los Alcaldes, dentro del
territorio de su jurisdicción; los jefes superiores de Servicios, los miembros de la Corte
Suprema o de alguna Corte de Apelaciones, los Fiscales de estos tribunales, los Jueces
Letrados, el Fiscal Nacional y los fiscales regionales; los Oficiales Generales en servicio
activo o en retiro, los Oficiales Superiores y los Oficiales Jefes; el Arzobispo y los Obispos,
los Vicarios Generales, los Provisores, los Vicarios y Provicarios Capitulares; y los
Párrocos, dentro del territorio de la parroquia a su cargo.
2) Los religiosos, incluso los novicios.
3) Las mujeres, siempre que por su estado o posición no puedan concurrir sin grave
molestia.
4) Los que por enfermedad u otro impedimento, calificado por el tribunal, se hallen en la
imposibilidad de hacerlo.
Cabe destacar, que lo anterior no significa que estas personas no presten declaración,
sino simplemente que no tienen la obligación de concurrir al tribunal para hacerlo
prestando su declaración por distintos mecanismos. Para estos efectos, dentro del tercer
día hábil siguiente a su notificación, las personas mencionadas propondrán al tribunal el
lugar y la fecha, comprendida dentro del término probatorio, de realización de la audiencia
respectiva. El juez los fijará sin más trámite si el interesado así no lo hiciere ni comunicare
su renuncia este derecho de no concurrir al tribunal (Art. 361 inc. 2º º CPC). Sin embargo,
los miembros y fiscales judiciales de las Cortes y los jueces letrados que ejerzan sus
funciones en el asiento de éstas, no declararán sin previo permiso de la Corte Suprema,
tratándose de algún miembro o fiscal judicial de este tribunal, o de la respectiva Corte de
Apelaciones en los demás casos. Este permiso se concederá siempre que no parezca que
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sólo se trata de establecer, respecto del juez o fiscal judicial presentado como testigo, una
causa de recusación.
B.- Los chilenos o extranjeros que gocen en el país de inmunidad diplomática, en
conformidad a los tratados vigentes sobre la materia. Estas personas declararán por
informe, si consintieran a ello voluntariamente. Al efecto, se les dirigirá un oficio
respetuoso, por medio del Ministerio respectivo (Art. 362 CPC).
ii) La OBLIGACIÓN DE DECLARAR: implica el deber que pesa sobre todo testigo de
responder a las preguntas que se le hagan en la audiencia de prueba respectiva. Si el
testigo ignora el hecho sobre el cual se le interroga, bastará con señalar esta
circunstancia, entendiéndose que ha cumplido con su deber de declarar.
A pesar que la regla es que toda persona está obligada a declarar conforme al Artículo 359
del Código de Procedimiento Civil, existen ciertas personas que no están obligadas a
hacerlo, ellas son (Artículo 360 CPC):
1) Los eclesiásticos, abogados, escríbanos, procuradores, médicos y matronas, sobre los
hechos que se les hayan comunicado confidencialmente con ocasión de su estado,
profesión u oficio: son aquellas personas que se encuentran amparadas por el “secreto
profesional”, cuya infracción acarrea sanciones éticas, gremiales y penales (Artículo 247
Código Penal).
2) Las personas expresadas en los números 1), 2) y 3) del Artículo 358 (inhabilidades
relativas), con el objeto de evitar la incómoda situación moral en que pueden hallarse al
declarar bajo juramento, pudiendo perjudicar los intereses de sus propios familiares.
3) Los que son interrogados acerca de hechos que afecten el honor del testigo o de las
personas mencionadas en el número anterior o que importen un delito de que pueda ser
criminalmente responsable el declarante o cualquiera de las referidas personas.
Las personas que encontrándose obligadas, comparecen a una audiencia, pero no
declaran sin justa causa, pueden tener una doble sanción:
Sanción civil: podrá ser mantenida en arresto hasta que preste su declaración (Artículo
380 CPC).
Sanción penal: pena de faltas (Artículo 494 N° 12 Código Penal).
iii) La tercera obligación de los testigos es la de DECIR LA VERDAD. Esta obligación no
tiene una consagración expresa, pero se deduce del principio de la buena fe que debe
imperar en toda actuación judicial.
Su infracción implica cometer el delito de falso testimonio en causa civil, lo cual se
encuentra previsto y sancionado en el Artículo 209 del Código Penal.
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6.- Producción de la Prueba Testimonial.
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jurisdiccional en que se sigue el juicio, se practicará su examen por el tribunal que
corresponda, a quien se remitirá copia de los puntos de prueba fijados. Para ello, esta
gestión se llevará a cabo por medio de un exhorto. El examen se practicará en la misma
forma que a los testigos que presten su declaración ante el tribunal que conoce el pleito,
pudiendo las partes hacerse representar por encargados, en conformidad al artículo 73 del
CPC (Art. 371 CPC).
En consecuencia, el domicilio del testigo determina cuál es el tribunal competente para
tomar la prueba.
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establecida por el artículo 56, indicándose en la citación el juicio en que debe prestarse la
declaración y el día y hora de la comparecencia. (Art. 380 inc. 1º CPC). Esta citación
revestirá la forma de una notificación personal o por cédula, por tratarse de terceros que
son extraños al juicio (Art. 56 CPC).
Llegado el día y hora de la audiencia, los testigos no exceptuados, deben comparecer
ante el tribunal que corresponda, ya sea voluntariamente o previa citación. Ahora, si
testigo que legalmente citado no comparezca podrá ser compelido por medio de la fuerza
a presentarse ante el tribunal que haya expedido la citación, a menos que compruebe que
ha estado en imposibilidad de concurrir. Si compareciendo se niega sin justa causa a
declarar, podrá ser mantenido en arresto hasta que preste su declaración (Art. 380 inc. 2º
y 3º CPC). Todo lo cual se entiende sin perjuicio de la responsabilidad penal que pueda
afectar al testigo rebelde (Art. 380 inc. 4º CPC), pues comete falta conforme al Artículo
494 N° 12 del Código Penal.
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Los testigos son interrogados personalmente por el juez, y si el tribunal es colegiado por
uno de los ministros a presencia de las partes y de sus abogados si éstos concurren al
acto (Art. 365 inc. 1º CPC).
iv) Las preguntas a las que se someta a los testigos (Art. 365 inc. 2º CPC), deben versar
sobre las siguientes cuestiones:
Los datos necesarios para establecer si existen causas que inhabiliten al testigo para
declarar.
Sobre los puntos de prueba que se hayan fijado.
Podrá el tribunal exigir que los testigos rectifiquen, esclarezcan o precisen las
aseveraciones hechas, es decir, que den razón de sus dichos (la causas de por qué
afirman los testigos los hechos aseverados).
v) Los testigos deben responder de una manera clara y precisa a las preguntas que se les
hagan, expresando la causa por que afirman los hechos aseverados. No se les permitirá
llevar escrita su declaración (Art. 367 CPC).
vi) La declaración constituye “un solo acto”, el cual no puede interrumpirse sino por causas
graves y urgentes (Art. 368 CPC). Esto es coherente con el hecho de que el tribunal debe
procurar que todas las declaraciones sean tomadas en una sola audiencia.
vii) Si el testigo no supiere el idioma castellano, será examinado por medio de un
intérprete mayor de dieciocho años, quien prometerá bajo juramento desempeñar bien y
fielmente el cargo. Por conducto del intérprete se interrogará al testigo y se recibirán sus
contestaciones, las cuales serán consignadas en el idioma del testigo, si éste no
entendiere absolutamente el castellano. En tal caso, se pondrá al pié de la declaración la
traducción que de ella haga el intérprete (Art. 382 inc. 1º y 2º CPC).
viii) Si el testigo fuere sordo, las preguntas le serán dirigidas por escrito; y si fuere mudo,
dará por escrito sus contestaciones. Si no fuere posible proceder de esta manera, la
declaración del testigo será recibida por intermedio de una o más personas que puedan
entenderse con él por medio de la lengua de señas, por signos, o que comprendan a los
sordos o sordomudos. Estas personas prestarán previamente el juramento de
desempeñar bien y fielmente el cargo (Art. 382 inc. 3º y 4º CPC).
ix) Acta de la Prueba Testimonial: Las declaraciones se consignarán por escrito,
conservándose en cuanto sea posible las expresiones de que se haya valido el testigo,
reducidas al menor número de palabras. Después de leídas por el receptor en alta voz y
ratificadas por el testigo, serán firmadas por el juez, el declarante, si sabe, y las partes, si
también saben y se hallan presentes, autorizándolas un receptor, que servirá también
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como actuario en las incidencias que ocurran durante la audiencia de prueba (Art. 370
CPC).
g) Las Tachas.
i.- Concepto: Es el medio que la ley concede a las partes, para hacer efectivas las
inhabilidades que puedan afectar a un testigo, cuyo efecto, en el evento de ser aceptadas,
es desestimar las declaraciones de los testigos en juicio.
ii.- Oportunidad para oponer las Tachas: Se debe distinguir: a) Respecto de los testigos
que figuraban en la nómina, las tachas deben ser opuestas antes de que presten su
declaración, es decir, las tachas deben presentarse en el lapso que corre desde la
presentación de la nómina y el juramento del testigo. b) Respecto de aquellos testigos que
el tribunal admita en casos muy calificados, y jurando la parte que no tuvo conocimiento
de ellos al tiempo de formar la nómina, se pueden tachar: hasta antes de prestar su
declaración, o dentro de los 3 días siguientes al examen de estos testigos (Art. 373 CPC).
Con el objeto de establecer si opone o no la tacha, el Artículo 366 del Código de
Procedimiento Civil dispone que cada parte tendrá derecho para dirigir, por conducto del
juez, las interrogaciones que estime conducentes a fin de establecer las causales de
inhabilidad legal que puedan oponerse a los testigos, y a fin de que éstos rectifiquen,
esclarezcan o precisen los hechos sobre los cuales se invoca su testimonio. En caso de
desacuerdo entre las partes sobre la conducencia de las preguntas resolverá el tribunal y
su fallo será apelable sólo en lo devolutivo.
Si la parte en cuyo favor ha sido establecida la tacha no la opone en la oportunidad que
corresponde, se entiende que se extingue su derecho, y en consecuencia, las
declaraciones de esos testigos afectos a inhabilidades deben valorizarse de igual manera
que si fuera un testigo sin tachas.
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iii.- Forma de hacer valer las Tachas: Las tachas pueden oponerse por escrito
(generalmente en forma previa a la audiencia) o verbalmente (en la audiencia antes del
juramento). Sólo se admitirán las tachas que reúnan los siguientes requisitos:
Que se funden en alguna de las inhabilidades mencionadas en los Artículos 357 y 358
del Código de Procedimiento Civil.
Que las tachas se expresen con la claridad y especificación necesarias para que
puedan ser fácilmente comprendidas, es decir, debe indicarse el artículo en que está
establecida y el número que la consagra, y los hechos que la tipifican.
En consecuencia, para que una tacha sea admitida a tramitación debe fundarse en causa
legal y ser expresada con claridad y especificación.
iv.- Efectos de la oposición de las Tachas: Las tachas opuestas por las partes no
obstan al examen de los testigos tachados (Art. 375 primera parte CPC). Por lo tanto,
respecto de un testigo tachado, la parte que lo presentó puede adoptar dos actitudes:
Dejar que el testigo tachado preste su declaración, si tiene la seguridad de que su
contendor no podrá probar la tacha o simplemente considerar que el testigo es plenamente
hábil.
Opuesta la tacha y antes de declarar el testigo, podrá la parte que lo presenta pedir
que se omita su declaración y que se reemplace por la de otro testigo hábil de los que
figuran en la nómina respectiva (Art. 374 CPC).
v.- Tramitación: Las tachas que las partes oponen a los testigos deben ser tramitadas
como un INCIDENTE del juicio. Al no tener una tramitación especial, se les aplica la
tramitación de los incidentes ordinarios.
Opuesta la tacha se conferirá traslado a la parte que presentó el testigo que se busca
tachar. También deberá ser oído el mismo testigo respecto del fundamento de la tacha
opuesta, lo que podrá ser decretado de oficio por el tribunal o a petición de parte.
Con lo que exponga la parte cuyo testigo se busca tachar, o en su rebeldía, el tribunal
recibirá las tachas (causa) a prueba cuando lo estime necesario (Art. 376 CPC). La
resolución que ordena recibir la tacha a prueba es inapelable (Art. 379 CPC).
La prueba de las tachas deberá rendirse en el término establecido para la cuestión
principal. Pero si éste está vencido o lo que de él reste no sea suficiente, se ampliará para
el solo efecto de rendir la prueba de tachas hasta completar diez días, pudiendo además
solicitarse el aumento extraordinario del Artículo 329 (Art. 376 CPC).
Son aplicables a la prueba de tachas las disposiciones que reglamentan la prueba de la
cuestión principal (Art. 377 CPC).
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Puede suceder que los testigos que se presenten para probar la existencia de la tacha
sean, a su vez, inhábiles para declarar y se formule contra ello la tacha respectiva. Es lo
que se denomina “tacha de tachas”. Así, el artículo 378 del Código de Procedimiento Civil
dispone que no se admitirá prueba de testigos para inhabilitar a los que hayan declarado
sobre las tachas deducidas. Lo cual no obsta para que el tribunal acepte otros medios
probatorios, sin abrir término especial, y tome en cuenta las incapacidades que contra los
mismos testigos aparezcan en el proceso. Lo anterior significa que se puede probar, la
tacha del testigo utilizado para acreditar la tacha de otro testigo, por cualquier medio
probatorio permitido, salvo por testigos.
La legalidad de las tachas y su comprobación será apreciadas y resueltas en la sentencia
definitiva (Art. 379 CPC).
a) Concepto.
El valor probatorio de la prueba testimonial es el mérito que la ley le asigna a la
declaración de los testigos.
Para determinar el valor probatorio de una declaración de testigos deberá distinguirse
según el tipo de testigo.
La regla general es que las declaraciones deberán ser pesadas y no contadas, es decir,
que el tribunal para poder dar o no por establecido un hecho, no deberá tomar en cuenta el
número o la cantidad de testigos, sino la calidad de ellos.
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Para determinar la fuerza probatoria con que los tribunales apreciarán de las
declaraciones de los testigos presenciales se debe distinguir:
i) La declaración de un testigo imparcial y verídico constituye una presunción judicial, cuyo
mérito probatorio será apreciado de conformidad al Artículo 426 CPC, es decir, puede
constituir plena prueba cuando, a juicio del tribunal, tenga caracteres de gravedad y
precisión suficientes para formar su convencimiento.
ii) La declaración de dos o más testigos podrá constituir plena prueba cuando no ha sido
desvirtuada por otra prueba en contrario y cuando los testigos reúnan los siguientes
requisitos copulativos:
Que estén contestes: que estén de acuerdo en el hecho y en sus circunstancias
esenciales.
Sin tachas: no los afecten causales de inhabilidad que haya sido oportunamente
alegada.
Legalmente examinados.
Que den razón de sus dichos.
i) Si hay oposición entre los testimonios de las partes (contrapuestas), hay que distinguir:
A) Si la calidad de los testigos es distinta, prima ésta por sobre el número (Art. 384 3ª
CPC). De esta forma se tendrá por cierto aquello que declaren los que, aún siendo en
menor número, parezca que dicen la verdad por:
Estar mejor instruidos en los hechos.
Ser de mejor fama.
Hallarse más conformes en sus declaraciones con otras pruebas del proceso
B) Si la calidad de los testigos es la misma, prima su número, esto es, cuando los testigos
de una y otra parte reúnan iguales condiciones de ciencia, imparcialidad y veracidad, se
tendrá por cierto lo que declare el mayor número (Art. 384 4ª CPC).
C) Si la calidad y la cantidad es la misma, se anula el valor de los testimonios, esto es,
cuando los testigos de una y otra parte sean iguales en circunstancias y en número, de tal
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modo que la sana razón no pueda inclinarse a dar más crédito a los unos que a los otros,
tendrán igualmente por no probado el hecho (Art. 384 5ª CPC).
ii) Cuando sean contradictorias las declaraciones de los testigos de una misma parte, las
que favorezcan a la parte contraria se considerarán presentadas por ésta, apreciándose el
mérito probatorio de todas ellas en conformidad a las reglas precedentes (Art. 384 6ª
CPC).
1.- Generalidades.
a) Concepto:
b) Características:
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i) Es un medio probatorio, pero también reviste el carácter de medida prejudicial destinada
a preparar la entrada en juicio (Artículo 273 N° 1, 284 y 288 CPC), y de gestión
preparatoria de la vía ejecutiva con el objeto de obtener un título ejecutivo (Artículos 434
N° 5 y 435 CPC).
ii) Es un medio probatorio de propia iniciativa, tanto demandante como demandado, el
primero con el objeto de acreditar los fundamentos de su acción, y el segundo para probar
los fundamentos de su excepción. Este medio probatorio también puede ser provocado
por el juez, exigiendo la confesión judicial sobre los hechos que considere de influencia en
la cuestión y que no resulten probados, o sea, de oficio y como medida para mejor
resolver (Artículo 159 N° 2 CPC).
iii) Es un reconocimiento o declaración de voluntad, jurídicamente con el carácter de
unilateral, pues no necesita de la aceptación de la parte contraria.
iv) Este reconocimiento produce consecuencias jurídicas en contra del confesante, pues
este medio probatorio favorece a quien lo solicita.
v) Es indivisible, por regla general no puede dividirse en perjuicio del confesante.
vi) Es irrevocable, por regla general una vez prestada la confesión es inamovible.
c) Elementos de la Confesión:
I) OBJETO: Se refiere a hechos personales del declarante que van a producir efectos
jurídicos en su contra. Estos hechos son personales, porque deben ser hechos propios
del declarante.
II) SUJETO: Es el confesante, esto es, la persona natural que presta la declaración. Este
sujeto requiere ser capaz y tener poder suficiente para absolver posiciones (si se trata de
un representante legal o de un apoderado convencional).
Estos son los elementos necesarios para que este medio probatorio produzca efectos
legales. Son:
1) Que verse sobre hechos pertenecientes al juicio mismo (Artículo 385 CPC). Como
señalamos anteriormente, los hechos que son objeto de la confesión, en principio, deben
ser personales del confesante, pero nuestro derecho ha permitido que la confesión
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también recaiga sobre hechos no personales. En todo caso, los hechos deben ser
perjudiciales al confesante.
2) Que el confesante tenga capacidad suficiente para obligarse. Si la parte al que se exige
la confesión es plenamente capaz, no hay problema, puesto que todo litigante está
obligado a prestar confesión, y ésta tendrá el mérito probatorio que la ley le asigna, es
decir, de plena prueba. El problema se va a presentar cuando la confesión deba
prestarse a través de un representante legal o convencional, ya que éste podría
excusarse señalando que excede este acto los límites de su representación. Con todo, la
doctrina se ha uniformado al señalar que toda persona que comparece en juicio ya sea
personalmente o en representación de otra, está obligada a prestar confesión, pero
respecto del valor de ésta, se señala que sólo surtirá efecto, siempre que el hecho
confesado no se traduzca en la prueba de obligaciones que no han podido ser
válidamente contraídas por el respectivo representante, sea por exceder el campo de su
representación, o por requerir de ciertas formalidades legales.
3) Que no exista disposición legal que prohíba este medio probatorio o le asigne un efecto
diverso al deseado. La confesión de parte como regla general es admitida como medio
probatorio, para probar toda clase de hechos (Artículo 1.713 Código Civil). Los casos
excepcionales de la inadmisibilidad de la confesión están contemplados en las leyes, a
veces por vía de la prohibición, y otras por la vía de asignarle un efecto distinto. Ejemplos:
No se admite la confesión judicial para probar una causal de divorcio, en los juicios de
nulidad de matrimonio, en los juicios de separación de bienes por el mal estado de los
negocios del marido.
4) Que la voluntad del confesante se encuentre exenta de vicios. Significa que al prestarse
la confesión el confesante debe hacerlo con pleno conocimiento de los hechos y libre de
presiones y manipulaciones. La voluntad del confesante estará viciada en los casos de
error, fuerza o dolo. Respecto del error, existe una disposición expresa en el Código de
Procedimiento Civil, al permitírsele al confesante que retracte su confesión, fundado en un
error de hecho y justificando esta circunstancia (Artículo 402 inc.2 CPC).
e) Clasificación:
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B.- Extrajudicial: Aquella que se presta fuera de juicio, o dentro de juicio, pero ante un
tribunal diferente de aquél que se está conociendo el asunto.
V) En cuanto al contenido:
A.- Confesión Pura y Simple: Es aquella en la que se reconoce el hecho discutido sin
agregarle ni modificarle cosa alguna. Ej.: Sí, se me entregó una bicicleta.
B.- Confesión Calificada: Es aquella en la que se reconoce un hecho, pero se le agrega
algo que modifica su naturaleza jurídica. Ej.: Sí, se me entregó una bicicleta, pero como
regalo.
C.- Confesión Compleja: Es aquella en la que se reconoce un hecho, pero se le agrega
otro u otros hechos distintos del confesado, que vienen a destruir en todo o parte los
efectos del primero. Ej.: Sí, se me entregó una bicicleta, pero dos días después la devolví.
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B.- Confesión Indivisible: Aquella en que no es posible separar los hechos confesados y
que debe aceptarse en su totalidad.
a) Concepto:
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tribunal. Este procedimiento puede utilizarse como medio probatorio, como medida para
mejor resolver e incluso medida prejudicial con el objeto de preparar la entrada al juicio,
obtener pruebas que eventualmente desaparecer, o para procurarse un título ejecutivo.
Está regulada en el Título XI del Libro II del Código de Procedimiento Civil, “De la
confesión en juicio” (Artículos 385 y siguientes).
Respecto del Tribunal competente (Art. 397 inc. 2º CPC) se debe distinguir:
1) Si el confesante reside en el lugar en que se sigue el juicio, el tribunal competente es el
que está conociendo el proceso.
2) Si la parte que debe confesar reside fuera del lugar en que se sigue el juicio, pero
dentro del territorio de la República, será competente el tribunal de la residencia del
confesante (Artículo 388, inc. 3º y 389, inc.4º CPC).
3) Si el confesante se encuentra fuera del territorio de la República, la comparecencia se
verificará ante el respectivo agente diplomático o consular chileno.
Ahora bien, si se comparece ante el tribunal que conoce del pleito o al de la residencia del
confesante, el trámite debe ser efectuado por el juez. Con todo, el juez puede cometer
esta diligencia al secretario o a otro ministro de fe, salvo que alguna de las partes lo pida
que la tome el propio juez, en cuyo caso debe el tribunal recibir por sí mismo la
declaración del litigante (Art. 388 CPC).
Si se trata de persona que se encuentra exenta de la obligación de comparecer al tribunal
a prestar confesión, el juez se trasladará a casa de ella con el objeto de recibir la
declaración o comisionará para este fin al secretario. Sin embargo, no se podrá
comisionar al secretario para tomar la confesión cuando la parte haya solicitado que se
preste ante el tribunal (Artículo 389 inc. 2º, 4º y 5º CPC).
Si la comparecencia se verifica ante un tribunal colegiado, la diligencia se practicará ante
uno de sus miembros comisionado al efecto, o bien, ante el secretario u otro ministro de
fe, también comisionado al efecto; sin perjuicio del derecho de cualquiera de las partes
pida que la confesión sea recibida por el mismo tribunal. Si se trata de personas exentas
de la obligación de comparecer, se comisiona al efecto al ministro o al secretario, a menos
que la parte que solicita la confesión pida que se preste ante el tribunal (Artículo 388 inc.1
y 3; 389 inc. 2 y 5).
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En concreto, si la confesión se otorga ante un tribunal unipersonal o colegiado, o ante uno
de los miembros de este último, interviene en la diligencia aparte del juez o del ministro,
un receptor, en calidad de actuario, en vez del secretario (Artículo 390 inc.2 COT). Si la
diligencia se comete al secretario u otro ministro de fe (como un receptor, notario, etc.)
éstos actúan por sí solos.
c) Oportunidad:
Se puede llevar a cabo en cualquier estado del juicio, desde contestada que sea la
demanda (Art. 385, inc. 1º CPC), y sin suspender por ella el procedimiento, hasta el
vencimiento del término probatorio en primera instancia y hasta antes de la vista de la
causa en segunda (Artículo 385 inc.2, primera parte, CPC). Al no suspender el
procedimiento, nada obsta a que el tribunal pueda citar a oír sentencia aún estando
pendiente la diligencia.
Las partes puede ejercer el derecho de solicitar la confesión hasta dos veces en primera
instancia y una vez en segunda. Sin embargo, si se alegan hechos nuevos durante el
juicio, puede exigirse una vez más (Artículo 385 inc.2, segunda parte, CPC). Se ha
estimado que si se alegan nuevos hechos, puede exigirse una vez más tanto en primera
como en segunda instancia.
Adicionalmente, el juez puede de oficio, cuando la causa se encuentra en estado de
sentencia y como medida para mejor resolver, requerir la confesión judicial de cualquiera
de las partes sobre hechos que consideren de influencia en la cuestión y no resulten
probados (Art. 159 2ª, CPC).
e) Iniciativa:
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La regla general es que todo litigante se encuentra obligado a declarar bajo juramento,
contestada que sea la demanda, sobre hechos pertenecientes al juicio (Art. 385 inc. 1º
CPC).
Además, de conformidad con el Artículo 1713 del Código Civil, se encuentran obligados a
prestar confesión en juicio, no sólo el litigante, sino que su representante legal, o su
apoderado especial.
Ahora, si comparece por medio de un mandatario, la contraparte podrá exigirle su
comparecencia personal (si es capaz), y el procurador está obligado a hacer comparecer
a su mandante para absolver posiciones en el término razonable que el tribunal designe y
bajo apercibimiento indicado en el Art. 394, que ya veremos (Art. 397 inc. 1º CPC).
La parte está obligada a confesar cuando tenga la capacidad legal para comparecer en
juicio, de lo contrario deberá comparecer representada por medio de mandatario
especialmente facultado para absolver posiciones. Esta confesión producirá los mismos
efectos que la prestada por el propio mandante.
Finalmente, podrá exigirse confesión al procurador de la parte sobre hechos personales
de él mismo en el juicio aun cuando no tenga poder para absolver posiciones (Art. 396
CPC).
El Artículo 389 establece las personas que se encuentran exentas de la obligación de
prestar confesión ante el tribunal:
1) El Presidente de la República, los Ministros de Estado, los Senadores y Diputados, los
Intendentes dentro de la región en que ejercen sus funciones, los miembros de la Corte
Suprema o de alguna Corte de Apelaciones, los Fiscales de estos tribunales, el Arzobispo,
los Obispos, los Vicarios Generales, los Provisores y los Vicarios y Provicarios
Capitulares;
2. Los que por enfermedad o por cualquier otro impedimento calificado por el tribunal se
hallen en imposibilidad de comparecer a la audiencia en que hayan de prestar la
declaración; y,
3. Las mujeres, en caso que el tribunal estime prudente eximirlas de esta asistencia.
Cuando haya de prestar esta declaración alguna de las personas exceptuadas en los
números precedentes, el juez se trasladará a casa de ella con el objeto de recibir la
declaración o comisionará para este fin al secretario, conforme a lo ya señalado
anteriormente (Tribunal y Funcionario Competente).
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g) Procedimiento:
Se inicia con una SOLICITUD (un escrito) de la parte interesada. Si el tribunal acoge la
solicitud, mandará citar para día y hora determinados al litigante que ha de prestar la
declaración, y expresando además si se comete al secretario u otro ministro de fe dicha
diligencia (Artículo 388 inc.1° CPC). Esta resolución se notifica por cédula (Art. 48 CPC).
Conjuntamente con la solicitud la parte que solicita la confesión, debe acompañar una
nómina de los hechos acerca de los cuales se exija la confesión, la cual se denomina de
PLIEGO DE POSICIONES. Mientras la confesión no sea prestada, este pliego se
mantendrá en reserva (Art. 387 CPC), por lo que se usa presentarlo en un sobre cerrado y
con las demás medidas de precaución que se estimen conveniente (Ej. solicitar la
custodia en el Tribunal).
Las posiciones o hechos a acerca de los cuales se exige la confesión, podrán expresarse
en forma asertiva (es importante redactarlo así, para el caso de que el confesante, no
comparezca al segundo llamado, compareciendo, no confiese o dé respuestas evasivas) o
en forma interrogativa, pero siempre en términos claros y precisos, de manera que
puedan ser entendidos sin dificultad (Art. 386 CPC).
A la citación para prestar confesión, la parte puede adoptar dos actitudes:
I) No comparecer: Si el litigante citado ante el tribunal para prestar declaración no
comparece, se le volverá a citar bajo los apercibimientos que expresa el artículo 394 del
Código de Procedimiento Civil, el cual señala que se le dará por confeso, a petición de
parte, en todos aquellos hechos que estén categóricamente afirmados en el escrito en que
se pidió la declaración. Si no están categóricamente afirmados los hechos, podrán los
tribunales imponer al litigante rebelde una multa que no baje de medio sueldo vital ni
exceda de un sueldo vital, o arrestos hasta por treinta días sin perjuicio de exigirle la
declaración. Si la otra parte lo solicita, podrá también suspenderse el pronunciamiento de
la sentencia hasta que la confesión se preste.
II) Comparecer: El tribunal procederá a tomarle JURAMENTO al confesante de la misma
forma que a los testigos (Art. 390 CPC). Luego, debe abrirse el sobre que contiene el
pliego de posiciones y se le hacen las preguntas al absolvente en el orden contenido en el
pliego. La declaración a las preguntas deberá prestarse inmediatamente, de palabra y en
términos claros y precisos. Si el confesante es sordo o sordomudo podrá escribir su
confesión delante del tribunal o ministro de fe encargado de recibirla o, en su caso, la
confesión será recibida por intermedio de una o más personas que puedan entenderse
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con él por medio de la lengua de señas, por signos, o que comprendan a los sordos o
sordomudos. Estas personas prestarán previamente el juramento de desempeñar bien y
fielmente el cargo (Art. 391 inc. 1º CPC).
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Para determinar qué sanciones ha impuesto la ley al confesante rebelde, es necesario
distinguir la forma de cómo aparecen expresados los hechos en el pliego de posiciones.
I.- Si los hechos aparecen categóricamente afirmados (expresados en forma asertiva), se
dará por confeso a la parte rebelde, a petición de parte (Art. 394 inc.1º CPC). Esta será
una confesión tácita o ficta, la que producirá los mismos efectos que la confesión expresa
(Art. 400 CPC).
II.- Si los hechos no están categóricamente afirmados (expresados en forma interrogativa),
podrá el tribunal imponer al litigante rebelde una multa entre medio y un sueldo vital o
arrestos hasta por 30 días, sin perjuicio de exigirle la declaración. Si la otra parte lo
solicita, podrá también suspenderse el pronunciamiento de la sentencia hasta que la
confesión se preste (Art. 394 inc. 2º CPC).
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I.- Confesión de hechos personales: Produce plena prueba en contra del que presta la
confesión (Art. 1.713 CC y 402 inc. 1º CPC). Pero puede admitirse prueba en contrario y
aún abrirse un término probatorio especial, si el tribunal lo estima necesario y ha expirado
el término probatorio de la causa, cuando el confesante alegue para revocar su confesión
que ha padecido error de hecho y ofrezca justificar esta circunstancia (Art. 402 inc. 2º
CPC).
II.- Confesión de hechos no personales: Produce plena prueba (Art. 399 CPC), pero se
admite prueba en contrario para destruir el mérito de la confesión judicial. Incluso se
puede abrir un término probatorio especial (Art. 402 inc. 3º CPC).
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de la confesión está consagrada en el Artículo 402 del Código de Procedimiento Civil,
disponiendo que no se recibirá prueba alguna contra los hechos personales claramente
confesados por los litigantes en el juicio. Podrá, sin embargo, admitirse prueba en este
caso y aun abrirse un término especial para ella, si el tribunal lo estima necesario y ha
expirado el probatorio de la causa, cuando el confesante alegue, para revocar su
confesión, que ha padecido error de hecho y ofrezca justificar esta circunstancia.
Para que opere la revocación de hechos personales claramente confesados, se requiere
de una doble prueba, esto es, debe probarse el error de hecho, y además también debe
probarse que el hecho erróneamente confesado es falso.
Cuando la confesión ha versado sobre hechos no personales del confesante, puede éste
revocar la confesión sea que haya padecido o no de error de hecho al prestarla. En caso
de alegar que ha padecido de error de hecho también deberá la prueba ser doble: del error
de hecho y de la falsedad de lo confesado.
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