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UNIVERSIDAD TECNOLOGICA DE SANTIAGO.

UTESA.

Integrantes:
Lissette Espinal Mercado.
Helen Clase
Enlleli Sahilin González Adames.
Tema:
Hipertensión arterial
Matriculas:
1-20-0247
1-20-0235
Asignatura:
Practica de terapéutica:
Profesor:
Leopoldo
Fecha:
14 de febrero del 2023.

Santiago de los caballeros, Republica Dominicana.


Introducción

La hipertensión arterial representa un problema de salud pública, altamente prevalente en las


diversas latitudes del orbe, requiriéndose cada vez mayor difusión de su conocimiento a nivel
poblacional, con miras a una oportuna detección y mejor control de las cifras tensionales. 

Esta prevalencia se incrementa sostenidamente con la edad, tanto así que más de 60% de
hombres y mujeres mayores de 65 años cursa con hipertensión y, como la población continúa en
ascenso con la edad promedio, paralelamente se presenta un mayor número de individuos
hipertensos.

En nuestro medio, estudios recientes revelan que aproximadamente una cuarta parte de la
población adulta padece de hipertensión arterial, siendo a su vez causa del 30% de los pacientes
que ingresan a diálisis, representando por otro lado el factor de riesgo más importante de los
accidentes cerebrovasculares (75%), infarto del miocardio e insuficiencia cardiaca.

A cualquier edad, los valores más altos de presión arterial se correlacionan bien con mayor
riesgo cardiovascular, e incluso leves aumentos de la presión arterial pueden ocasionar daño al
sistema vascular. De igual forma, pequeñas reducciones en la presión arterial de la población en
su conjunto, particularmente en el grupo considerado ‘nivel alto normal’, es de esperar produzca
significativos beneficios.

Cambios en los estilos de vida, tales como reducción del peso, aumento de la actividad física y
modificaciones de la dieta, que incluya disminución de la sal e incremento en alimentos con alto
contenido de potasio, granos, frutas, vegetales y productos no grasos, pueden ser de valor, sin
necesidad de recurrir a la drogo terapia. La obesidad no solo es la causa ambiental más común de
hipertensión, sino que favorece de manera importante la aparición de dislipidemia y diabetes.
Desafortunadamente, el sobrepeso, particularmente abdominal, se halla en aumento.

Los avances en la terapia antihipertensiva durante los últimos treinta años, ha repercutido
favorablemente en el mejor control de la hipertensión. Diversas clases de medicamentos han sido
incorporados al armamentario terapéutico, y hoy existe la capacidad de normalizar la presión
arterial en la mayoría de sujetos hipertensos, previniendo serias complicaciones en órganos
blanco.

No obstante, el buen conocimiento de estos beneficios, el control de la hipertensión, incluso en


países desarrollados, dista mucho de ser óptimo. Diversos factores son considerados
responsables, pero principalmente la poca atención de la clase médica en su mejor manejo, y la
falla de los pacientes en adherirse a la terapia prescrita. Consecuentemente, se requiere
capacitación en ambos grupos, antes de aspirar a una mejora en los resultados.

En el presente trabajo contamos con la participación de tres estudiantes quienes por medio de la
investigación nos brindan información actualizada de los principales aspectos de la hipertensión,
que consideramos de inestimable valor en el mejor conocimiento de esta condición
Definición de hipertensión:

La tensión arterial es la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias, que son
grandes vasos por los que circula la sangre en el organismo. Se considera que la persona presenta
hipertensión cuando su tensión arterial es demasiado elevada.

De la tensión arterial se dan dos valores: el primero es la tensión sistólica y corresponde al


momento en que el corazón se contrae o late, mientras que el segundo, la tensión diastólica,
representa la presión ejercida sobre los vasos cuando el corazón se relaja entre un latido y otro.

Para establecer el diagnóstico de hipertensión se han de tomar mediciones dos días distintos y en
ambas lecturas la tensión sistólica ha de ser superior o igual a 140 mmHg y la diastólica superior
o igual a 90 mmHg.

Clasificación de la hipertensión:
Hipertensión grado 1 140/159mmhg 90/99mmhg
Hipertensión grado 2 160/179mmhg 100/109mmgh
Hipertensión grado 3 Igual o mayor a Igual o mayor a
180mmhg 110mmhg

Diagnostico:

La mayoría de personas hipertensas ignoran que lo son, pues la enfermedad no siempre va


acompañada de síntomas o signos de alerta, por lo que se dice que mata silenciosamente. Por
tanto, es muy importante medir la tensión arterial periódicamente.

Pueden presentarse síntomas como cefaleas matutinas, hemorragias nasales, ritmo cardiaco
irregular, alteraciones visuales y acúfenos. La hipertensión grave puede provocar cansancio,
náuseas, vómitos, confusión, ansiedad, dolor torácico y temblores musculares.

La única manera de detectar la hipertensión es recurrir a un profesional sanitario para que mida
nuestra tensión arterial. Se trata de un proceso rápido e indoloro que también podemos hacer
nosotros mismos con un aparato automático, si bien es importante que un profesional valore el
riesgo existente y los trastornos asociados.
Complicaciones:

Entre otras complicaciones, la hipertensión puede producir daños cardiacos graves. El exceso de
presión puede endurecer las arterias, con lo que se reducirá el flujo de sangre y oxígeno que llega
al corazón. El aumento de la presión y la reducción del flujo sanguíneo pueden causar:

 Dolor torácico (angina de pecho).


 Infarto de miocardio, que se produce cuando se obstruye el flujo de sangre que llega al
corazón y las células del músculo cardiaco mueren debido a la falta de oxígeno. Cuanto
mayor sea la duración de la obstrucción, más importantes serán los daños que sufra el
corazón.
 Insuficiencia cardiaca, que se produce cuando el corazón no puede bombear suficiente
sangre y oxígeno a otros órganos vitales.
 Ritmo cardiaco irregular, que puede conllevar la muerte súbita.

La hipertensión puede también causar la obstrucción o la rotura de las arterias que llevan la
sangre y el oxígeno al cerebro, lo que provocaría un accidente cerebrovascular. Asimismo, puede
causar daños renales que generen una insuficiencia renal.

Tratamiento:
Cambiar el estilo de vida puede ayudar a controlar la presión arterial alta. Es posible que el
proveedor de atención médica te recomiende hacer cambios en el estilo de vida, que incluyen los
siguientes:
 Seguir una dieta saludable para el corazón con menos sal.
 Hacer actividad física con regularidad.
 Mantener un peso saludable o bajar de peso.
 Limitar el consumo de alcohol.
 No fumar.
 Dormir de 7 a 9 horas diarias.
Los medicamentos que se utilizan para tratar la presión arterial alta incluyen los siguientes:
Diuréticos. Estos fármacos ayudan a eliminar el sodio y el agua del cuerpo. Suelen ser los
primeros medicamentos que se utilizan para tratar la presión arterial alta.
Existen diferentes tipos de diuréticos, como tiazídicos, de asa y ahorradores de potasio. El que te
recomiende el proveedor de atención médica depende de tu presión arterial y de otras afecciones
de la salud, como una enfermedad renal o una insuficiencia cardíaca. Los diuréticos utilizados
comúnmente para tratar la presión arterial incluyen la clortalidona, la hidroclorotiazida
(Microzide), entre otros.
Inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina. Estos fármacos ayudan a relajar los
vasos sanguíneos. Bloquean la formación de una sustancia química natural que estrecha los vasos
sanguíneos. Algunos de estos son el lisinopril (Prinivil, Zestril), el benazepril (Lotensin), el
captoril y otros.
Antagonistas de receptores de angiotensina II (ARA-II). Estos fármacos también relajan los
vasos sanguíneos. Bloquean la acción, no la formación, de una sustancia química natural que
estrecha los vasos sanguíneos. Los antagonistas de receptores de la angiotensina II (ARA-II)
incluyen el candesartán (Atacand), el losartán (Cozaar) y otros.
Bloqueadores de los canales de calcio. Estos fármacos ayudan a relajar los músculos en las
paredes de los vasos sanguíneos. Algunos disminuyen la frecuencia cardíaca. Algunos de estos
son el amlodipino (Norvasc), el diltiazem (Cardizem, Tiazac y otros) y otros. Los bloqueadores
de los canales de calcio pueden funcionar mejor en personas mayores y de piel negra que los
inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina solos.
Otros medicamentos que se suelen administrar para tratar la presión arterial alta:
Alfabloqueadores. Estos medicamentos reducen las señales de los nervios hacia los vasos
sanguíneos. Ayudan a reducir los efectos de las sustancias químicas naturales que estrechan los
vasos sanguíneos. Los alfabloqueadores incluyen la doxazosina (Cardura), la prazosina
(Minipress) y otros.
Alfabetabloqueadores. Los alfabetabloqueadores bloquean las señales nerviosas hacia los vasos
sanguíneos y hacen los latidos del corazón más lentos. Reducen la cantidad de sangre que deben
bombear los vasos. Los alfabetabloqueadores incluyen el carvedilol (Coreg) y el labetalol
(Trandate).
Betabloqueadores. Estos medicamentos reducen el trabajo del corazón y ensanchan los vasos
sanguíneos. Esto ayuda a que los latidos del corazón sean más lentos y tengan menos fuerza. Los
beta bloqueadores incluyen el atenolol (Tenormin), el metroprolol (Lopressor, Toprol-XL,
Kapspargo Sprinkle) y otros.
Por lo general, no se recomiendan los beta bloqueadores como medicamento único. Pueden ser
eficaces en combinación con otros medicamentos para la presión arterial.
Antagonistas de la aldosterona. Estos fármacos se pueden utilizar para tratar la hipertensión
resistente. Bloquean el efecto de una sustancia química natural que puede ocasionar la
acumulación de sal y líquidos en el cuerpo. Algunos ejemplos de estos son la espironolactona
(Aldactone) y la eplerenona (Inspra).
Inhibidores de la renina. El medicamento aliskiren (Tekturna) disminuye la producción de
renina, una enzima producida por los riñones y que comienza una cadena de etapas químicas que
aumentan la presión arterial.
Debido a que existe un riesgo de que se presenten complicaciones graves, que incluyen el
accidente cerebrovascular, no se debe tomar aliskiren con inhibidores de la enzima convertidora
de angiotensina ni antagonistas de receptores de angiotensina II.
Vasodilatadores. Estos medicamentos evitan que los músculos de la pared arterial se
endurezcan. Esto evita que las arterias se estrechen. Algunos ejemplos son la hidralazina y el
minoxidil.
Agentes de acción central. Estos medicamentos evitan que el cerebro envíe señales al sistema
nervioso para acelerar la frecuencia cardíaca y estrechar los vasos sanguíneos. Algunos ejemplos
son la clonidina (Catapres y Kapvay), la guanfacina (Intuniv) y la metildopa.
Tratamiento de la hipertensión resistente:
Puedes presentar hipertensión resistente si:
 Tomas al menos tres medicamentos diferentes para la presión arterial, incluyendo un
diurético, pero la presión arterial continúa obstinadamente alta.
 Tomas cuatro medicamentos diferentes para controlar la presión arterial alta. El
proveedor de atención médica debe comprobar una posible segunda causa para la presión
arterial alta.

Manifestaciones clínicas:
Uno de los síntomas más frecuentes es la cefalea, que sobre todo se observa en la hipertensión
arterial severa y se localiza en la región occipital; el paciente se despierta con la cefalea y se
calma luego de varias horas.
Otras manifestaciones pueden ser: vértigos, palpitaciones y fatiga.
En algunos casos clínicos es probable detectar anomalías en la retina, tales como hemorragia,
estrechamiento de arteriolas y en casos graves, papiledema. Cabe recalcar que los pacientes que
padecen de hipertensión pueden ser asintomáticos y permanecer así durante mucho tiempo; no
obstante, la aparición de síntomas y signos con especificidad, generalmente, indica lesiones
vasculares y las manifestaciones clínicas dependen de los órganos y sistemas que reciben riego
sanguíneo por los vasos afectados. La arteriopatía coronaria es la secuela más común de
hipertensión.

Conclusión:
En conclusión, en la hipertensión arterial se debe tomar en cuenta fundamentalmente los cambios
en el estilo de vida de quienes padecen esta enfermedad. La HTA debe considerarse como un
componente del perfil de riesgo cardiovascular del paciente, puesto que, las complicaciones
cardiovasculares de la HTA son mayores en presencia de otros factores de riesgo. La mayoría de
los pacientes que padecen esta patología no presentan síntomas específicos; comúnmente son
identificados en un examen médico rutinario, y se demuestra que este trastorno crónico
asintomático genera lesiones en el corazón, vasos sanguíneos, riñones y cerebro.
Crisis hipertensiva:
Introducción:
Las crisis hipertensivas (CH) constituyen un motivo de consulta frecuente en los Servicios de
Urgencias hospitalarios y de Atención Primaria, con una clara tendencia al aumento de su
incidencia en los últimos años. En algunas ocasiones, pueden llegar a constituir una auténtica
emergencia médica.

Definición:
Las Crisis Hipertensivas se definen como el aumento agudo de la presión arterial (PA) que puede
producir alteraciones estructurales o funcionales sobre los órganos diana. Clásicamente, las cifras
establecidas para definir las crisis hipertensivas eran de una presión arterial sistólica (PAS) ≥ 210
mm Hg y/o una presión arterial diastólica (PAD) ≥ 120 mm Hg.

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