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(Tabla 1)
Fuente: Elaboración propia con base a la información recopilada del libro Handbook of Protoctista. (Adam, 2017)
DESCRIPCIÓN DE LA ESPECIE - MORFOLOGÍA A NIVEL CELULAR
Se transmite entre humanos. Puede sobrevivir fuera del cuerpo humano en un ambiente húmedo
durante más de tres horas (Kissinger, 2015).
Diagnóstico: Las técnicas de sonda de ácido nucleico son las pruebas más sensibles, tienen un
precio moderado y son rápidas, pero requieren instrumentación (Hobbs & Seña, 2013).
Síntomas:
La infección por T.V en los hombres suele ser leve o asintomática, los portadores asintomáticos
pueden servir como vectores de la enfermedad, por lo que es primordial tratar a las parejas de las
mujeres infectadas para evitar la reinfección (Held, 1987).
La tricomoniasis leve suele presentarse con picazón, dispareunia (coito doloroso) y en algunos casos
presentar secreción vaginal, generalmente escasa y mezclada con moco (Wølner Hanssen et al., 1989).
La infección aguda por TV se caracteriza por prurito intenso, vaginitis y vulvitis acompañadas de disuria y
dispareunia (Wølner Hanssen et al., 1989).
En las mujeres infectadas, el parásito se puede encontrar en la vagina, el cuello uterino y la vejiga, así como
en las glándulas de Bartholin, Skene y periuretrales (Alderete & Provenzano, 1997).
Las complicaciones asociadas con la tricomoniasis en las mujeres incluyen diversas afecciones
inflamatorias, erosión cervical, cáncer de cuello uterino e infertilidad (Wølner Hanssen et al., 1989).
HISTORIA DEL DESCUBRIMIENTO DE LA ENFERMEDAD
La tricomoniasis fue explicada por primera vez por el científico Donne en el año 1836 (Moore, 1836).
Primero se estableció el género (Trichomonas) y por extensión, la familia (Trichomonidae) por Wenyon
en el año 1926 (CLINE, 1961).
DESCRIPCIÓN DEL SISTEMA DE REPRODUCCIÓN DEL ORGANISMO
La adhesión, fagocitosis y lisis de la célula huésped son los principales rasgos de virulencia
de T. vaginalis, con niveles que varían entre las cepas (Harp & Chowdhury, 2011).
(Fig.2)
Aquino et al. (2020). Parasite of the Month. [Figura]. Recuperado de Trends in Parasitology
DISTRIBUCIÓN EN EL HÁBITAT NATURAL – HÁBITAT - CICLO DE VIDA
En el año 1950 Jírovec y Peter descubrieron que el hábitat natural de Trichomonas vaginalis son los
tejidos de la vagina, uretra o próstata (CLINE, 1961).
Después de que la infección este en los tejidos de la vagina, se origina una proliferación de
flagelados (trofozoitos).
En la fase aguda, las secreciones vaginales son purulentas, llegando a perder su aspecto y coloración
amarillo-verdosa, la infección se hace crónica y disminuye la carga de leucocitos y Trichomonas.
La infección crónica puede llegar a regularizar el flujo vaginal, pero los trofozoitos siguen estando
presentes (CLINE, 1961).
TRATAMIENTOS DE LA ENFERMEDAD
MTZ o TNZ 2 g de dosis única como los regímenes recomendados, y MTZ 400-
500 mg BID dosis de 7 días como el régimen de tratamiento alternativo
(Kissinger, 2015).
Los sistemas de cultivo, como el sistema InPouch® (BioMed Diagnostics, White City, OR), se han desarrollado para evitar
la contaminación colocando la muestra en una bolsa de dos cámaras, lo que permite el muestreo simultáneo para el montaje
en húmedo y el cultivo mientras se mantiene una eficacia similar a Medio de Diamond (Van Gerwen & Muzny, 2019).
En los últimos años, las pruebas moleculares para T. vaginalis se han convertido en la modalidad diagnóstica preferida (Van
Gerwen & Muzny, 2019).
Además de MTZ, TIN es otro medicamento de 5-nitroimidazol que está aprobado por la
FDA (2 gramos por vía oral al día durante 7 días) y recomendado por los CDC para el
tratamiento de la tricomoniasis. TIN tiene una mejor absorción y menos efectos secundarios
gastrointestinales que MTZ pero es diez veces más caro (Bouchemal et al., 2017).
Si el paciente falla el régimen de 7 días de dosis altas de MTZ o TIN oral, hay dos opciones
de tratamiento adicionales disponibles que han tenido resultados exitosos. La primera
consiste en 2 a 3 gramos diarios de TIN oral en dosis altas (en dosis divididas) más 500 mg
de TIN intravaginal dos veces al día durante 14 días. El segundo es TIN oral en dosis altas
(1 gramo tres veces al día) más paromomicina intravaginal (4 g de crema de paromomicina
intravaginal al 6.25% cada noche) durante 14 días (Bouchemal et al., 2017).
FICHA TÉCNICA
9. Ficha técnica
Taxonomía
Reino Protozoos
Filo Zoomastigina: posee flagelos.
Clase Parabasalia: presencia de un cuerpo parabasal: Golgi asociado con cinetosomas;
axostyle (microtúbulos agrupados); membrana ondulante, una extensión de la
membrana plasmática, que envuelve el flagelo recurrente; ocurren en asociación con
animales.
Orden Trichomonadida (Kirby, 1947 enmienda. Honigberg, 1974): cuatro a seis flagelos,
libres o adheridos a una membrana ondulante; sin verdaderos quistes.
(Tabla 3)
CONCLUSIONES
Trichomonas Vaginalis es la infección no viral que es más frecuente en el mundo, cada año hay millones de casos, pero es
una enfermedad que no ha sido vista como un problema de salud pública.
En la mujer este microorganismo infecta especialmente el epitelio escamoso de la vagina, pero del 25 al 50% de las
mujeres infectadas no tienden a tener síntomas de acuerdo con esto se recomienda el uso de las pruebas como un uso
frecuente en el diagnóstico de este.
Este organismo es un factor de gran riesgo para mujeres que se encuentran en estado de embarazo, incluso algunos
medicamentos que se han utilizado para el tratamiento de esta como los nitroimidazole no se recomienda para las mujeres
en estado de embarazo.
Se necesita más estudio con respecto a este microorganismo para determinar y tener más diagnósticos para las personas
que sufren de esta enfermedad y tener una recuperación más rápida y sin ningún riesgo. La mayoría de los hombres no
suelen presentar síntomas.
La Tricomoniasis es una infección sumamente común en todo el mundo y está asociada con importantes problemas de
salud pública, incluido la posibilidad de transmisión del VIH. El tratamiento actual con metronidazol es confiable y
económico; sin embargo, en los últimos años estudios demuestran que están teniendo aumento significativo en la
resistencia al medicamento. Los estudios continúan.
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GRACIAS