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Especialidad: Obstetricia
CURSO : Fisica
SEMESTRE : I - Mañana
ICA- PERÚ
2007
VASOS SANGUÍNEOS Y HEMODINAMICA
Circuito sanguíneo:
· Arteriolas: son las ramas más pequeñas de las arterias, poseen paredes
musculares gruesas y regulan la resistencia a través de los distintos órganos. La
relación entre el espesor de la pared y la luz del vaso es elevada, hecho que le
permite, en la primera instancia, determinar el flujo que llega a las distintas
regiones del organismo dependiendo del grado de contracción del músculo liso de
su pared. Este músculo esta inervado por el sistema nervioso y posee los
receptores adecuados para interactuar con distintas hormonas. Ambas propiedades
determinan que sea a este nivel donde se realiza la regulación fina no solo del flujo
que llega a los distintos órganos sino que pueden llegar a determinar la presión de
las arterias que las preceden.
Las arteriolas tienen una túnica interna similar a la de las arterias, una túnica
media formada por músculo liso y muy pocas fibras elásticas y una túnica externa
formada por fibras elásticas y de colágeno. Las arteriolas de diámetro más
pequeño, sus túnicas tienen apenas algo más que una capa de endotelio que rodea
algunas fibras musculares lisas salpicadas.
DESARROLLO:
PRESIÓN ARTERIAL. CONCEPTOS GENERALES
La función celular se realiza en forma constante, por lo cual es necesario un
continuo aporte de nutrientes y un constante drenaje de metabolitos celulares. Para
que esto sea posible se necesita un flujo sanguíneo que asegure una adecuada
perfusión tisular.
Para poder manejar este fluido sanguíneo se requiere de una fuerza capaz de
vencer la rasistencia a la circulación. Dicha fuerza es producto de la actividad cíclica
del corazón, que determina una presión denominada presión arterial.
Entonces, se entiende por presión arterial a la fuerza que ejerce la sangre sobre la
superficie interna de las arterias, lo que determina a su vez una tensión en la pared
respectiva.
La presión arterial ejerce una fuerza de distensión que empuja la pared del vaso
hacia fuera, y es contrarrestada por una fuerza de contención que corresponde,
precisamente, a la tensión de la pared del vaso. Cuando dichas fuerzas, distensión
y contención, se equilibran, el radio del vaso considerado permanece constante.
La presión arterial, la tensión y el radio, se relacionan entre sí en la ecuación de
Laplace:
P = T/R
PA = VM x RP.
Es decir que la presión arterial (PA), se determina por el volumen minuto (VM) y la
resistencia periférica (RP). Cada uno de estos dos factores tiene su propio
mecanismos de regulación que, en su conjunto, determinan la presión arterial.
Como se dijo anteriormente, la presión sanguínea es el resultado de la actividad
cíclica del miocardio. Es por eso que podemos hablar de una presión máxima o
sistólica y de una presión mínima o diastólica.
La presión sistólica se puede registrar durante la fase de expulsión máxima del ciclo
cardíaco, y su valor es de aproximadamente 120 mmHg, mientras que la presión
diastólica se observa al finalizar la fase de contracción isométrica sistólica,
justamente en el momento en que procede a la apertura de la sigmiodea aórtica, y
su valor es de 80 mmHg.
La diferencia entre valor de ambas presiones se denomina presión diferencial y
determina la amplitud del pulso.
Para hablar de presión arterial es necesario tener en cuenta los diversos factores
que afectan a la misma.
El volumen sistólico, o sea la cantidad de sangre expulsada con cada latido, está
regulado por tres factores. A saber: Precarga (Ley de Frank Starling), contractilidad
y la Postcarga. Estos tres mecanismos dependen a su vez del retorno venoso.
Se llama frecuencia cardíaca al número de latidos por minuto lo cual está afectado
por la estimulación del sistema nervioso autónomo simpático y parasimpático.
Para hablar de resistencia periférica, o sea la dificultad al avance del flujo
sanguíneo que presenta la totalidad del circuito sistémico, es necesario tener en
cuenta tres factores. Estos son: viscosidad de la sangre, longitud y radio del vaso.
Ante un aumento de la viscosidad de la sangre, la resistencia periférica se aumenta.
Ante un aumento de la longitud del vaso, la resistencia periférica aumenta.
Ante un aumento del radio del vaso, la resistencia periférica disminuye.
Teniendo en cuenta todo lo anterior se puede concluir que:
Ante un aumento del retorno venoso el volumen sistólico se eleva, aumentando
también el gasto cardíaco.
De forma contraria, una disminución del gasto cardíaco, provoca una disminución
de la presión arterial.
Regulación neurovegetativa:
Esta es la regulación dada por el sistema nervioso autónomo. En este caso quien
tiene mayor implicancia es el sistema nervioso simpático, el sistema nervioso
parasimpático sólo es importante para la función cardíaca.
Todos los vasos periféricos están inervados por fibras simpáticas excepto los
capilares. La inervación de arteriolas, arterias pequeñas, vénulas y venas pequeñas
permite que se altere la resistencia de los vasos y modificar la intensidad del riego
sanguíneo. La inervación de los grandes vasos, permite cambiar el volumen de los
mismos.
Los nervios simpáticos tienen fibras vasodilataradoras y fibras vasoconstrictoras,
estas últimas son las más importantes y se distribuyen prácticamente por todos los
segmentos de la circulación.
Existe en la sustancia reticular una zona llamada centro vasomotor quien transmite
impulsos hacia la médula y desde allí, a través de fibras vasoconstrictoras a todos
los vasos.
Parte de las porciones laterales de este centro se hallan en actividad tónica, o sea,
que transmiten constantemente impulsos nerviosos el cual es uniforme en todas las
fibras. Estos impulsos constituyen el tono vaso constrictor simpático que mantiene
a los vasos en un estado parcial de contracción denominado tono vasomotor.
Por el contrario la zona medial transmite impulsos inhibitorios, lo cual produce
dilatación de los vasos, o sea vasodilatación.
Este centro regula de la misma manera la actividad cardíaca. Las porciones
laterales transmiten impulsos excitatorios mediante fibras simpáticas hacia el
corazón, mientras que la porción medial transmite por fibras parasimpáticas al
nervio vago y corazón para disminuir la frecuencia cardíaca.
El hipotálamo desempeña aquí una importante función, ya que puede tanto excitar
como inhibir al centro vasomotor. También puede excitar o inhibir parte de la
corteza como la corteza motora, lóbulo temporal anterior, zonas orbitales de la
cabeza frontal y parte anterior de la circunvolución del cíngulo.
Existe también una vía vasoconstrictora que evita tanto el hipotálamo como al
centro vasomotor. Esta vía empieza en la corteza motora y sigue hasta abajo con
las fibras del haz corticoespinal pasando a las células del asta lateral de la médula
estimulando a las neuronas preganglionares de los nervios simpáticos. Esta vía se
activa cuando se inicia la actividad muscular. Estos impulsos vasoconstrictores
originan la vasoconstrición en toda la economía, elevando así la presión arterial.
La sustancia secretada en las terminaciones de los nervios vasoconstrictores es la
noradrenalina, esta actúa directamente sobre el músculo liso de los vasos
provocando la vasoconstrición.
De todas maneras si la isquemia cerebral resulta muy intensa tanto que el aumento
de la presión arterial no logra aliviarla, las células neuronales comienzan a sufrir
metabólicamente haciéndose inactivas, entonces la presión cae.
También hay impulsos transmitidos desde cada seno carótido a través del nervio de
Hering hasta el nervio glosofaríngeo y de ahí al bulbo. Por otra parte los impulsos
del arco aórtico son transmitidos por los nervios vagos hasta el bulbo.
Los barorreceptores responden con gran rapidez a cambios de la presión arterial. El
número de impulsos aumenta incluso durante la sístole y disminuye durante la
diástole. Responde más a una presión que sube, que a una presión estacionaria.
Si la presión media es de 150 mmHg y en un momento dado aumenta con rapidez
el número de impulsos transmitidos puede ser hasta el doble que cuando la presión
se halla estacionaria de 150 mmHg. Por otra parte, si la presión está bajando dicho
número puede ser tan bajo como la cuarta parte del correspondiente a una presión
estacionaria.
Este efecto permite que los barorreceptores informen al centro vasomotor no solo
de la presión arterial media actual sino también si la presión momentáneamente
está aumentando o disminuyendo.
Reflejos quimiorreceptores
Regulación humoral
La misma es regulada por sustancias como hormonas, iones etc., de los líquidos
corporales. Entre los más importantes están:
Histamina: la histamina es liberada prácticamente por todos los tejidos del cuerpo
que sufren una lesión. Tienen poderoso efecto vasodilatador sobre las arteriolas,
pero al mismo tiempo contrae las venas. Aunque el papel de la histamina en la
regulación normal de la circulación no es conocido, en muchas situaciones
patológicas la intensa dilatación arteriolar y la constricción causada por la histamina
aumenta tanto la presión de los capilares que grandes volúmenes de sangre
escapan de la circulación hacia los tejidos, produciendo edemas.
Aunque estos efectos a veces pueden ser intensos, las funciones de la serotonina
en la regulación de la circulación son prácticamente desconocidos.
Las cininas: son pequeños polipéptidos desintegrados de una globulina alfa2 en el
plasma o los líquidos tisulares.
Las cininas causan una vasodilatación muy intensa. Sin embargo, es poco lo que se
sabe de su función en el control de la circulación.
Esta regulación depende de los riñones que funcionan controlando los volúmenes de
líquido del cuerpo.
El líquido eliminado por los riñones es el que rige en gran parte en nivel de la
presión arterial. Por ejemplo: en un aumento de la presión arterial de 100 a 200
mmHg aumenta la eliminación urinaria de agua y sal unas seis veces.
Inversamente, una disminución de la presión arterial provoca retención de sal y
líquido.
Por lo tanto, el riñón actúa como un regulador de retroalimentación de los
volúmenes líquidos de la economía y al mismo tiempo de la presión arterial.
Si la presión arterial cae demasiado, el volumen de líquido extracelular sigue
aumentando hasta que la presión arterial se normaliza.
Si la presión arterial se eleva demasiado, se pierden cantidades excesivas de
líquido, provocando una disminución del volumen de líquido extracelular, volumen
de sangre, presión sistólica media, retorno venoso y presión arterial. Por lo tanto,
una vez más, la presión se normaliza.
Cuando la presión arterial cae demasiado, de manera que los tejidos quedan
regados por poca sangre, las cortezas suprarrenales secretan cantidades elevadas
de aldosterona.
La aldosterona actúa sobre los riñones para evitar la pérdida de sal y agua.
Inversamente, siempre que la perfusión de líquido es excesiva, disminuye la
producción de aldosterona.
La cantidad de sangre que circula y el calibre de las arterias por las que circula. Se
infiere que cuanto más volumen de sangre circundante y cuanto menor es el
diámetro por el que circula el mismo, mayor es la tensión arterial.
Los esfignomanómetro son aparatos que permiten medir las pulsaciones de las
arterias.
La esfigmomanometría es la valoración no cruenta de la tensión arterial en las
aberturas periféricas, utilizándose unos pequeños aparatos portátiles denominados
tensiómetros.
Estos últimos son simples manómetros, unos libres o semilibres de mercurio, otros
aneroides, graduados de 0 a 300 mmHg, en conexión con un sistema de
insuflación, encerrado en un brazalete de 12 cm. de ancho y mejor sostenido con
ballenas, destinados a circundar los miembros, especialmente el brazo, sitio donde
por lo general se estipula el valor de la tensión arterial sistémica.
Durante mucho tiempo se dio preferencia a los manómetros de mercurio, primero
los libres y después los semilibres, al ser estos últimos más portátiles, aduciendo
que los valores suministrados por ambos siempre eran verdaderos, pero hoy hay
tendencia creciente para los aneroides, no solo por ser más manuables, sino por
requerir menos precauciones para suministrar mediciones fidedignas.
El sistema de insuflación tiene por finalidad comprimir las paredes de las arterias
por medio de las partes blandas de los miembros, hasta sobrepasar la presión de la
sangre que circulan por su interior y convertirla en una cavidad virtual, para
entonces descomprimirla y dejar pasar la sangre sólo en el momento de la presión
sistólica o máxima, luego equilibrar la compresión externa y la presión interna
diastólica final o mínima, con relajamiento de la pared arterial, y finalmente,
descomprimirla del todo, como estaba al principio.
Los fenómenos que se suceden en el curso de la descompresión de la arteria
permiten reconocer los valores de la presión de la sangre, ya sea de la tensión
sistólica como de la diastólica y, en consecuencia, de la tensión diferencial, o sea la
presión del pulso, pudiendo ser apreciado inmediatamente por debajo de la
compresión por la palpación y la auscultación, o justo a nivel de la misma
compresión por la oscilometría, es decir, la amplitud de las pulsaciones de la arteria
por medio de un aparato especial, denominado oscilómetro.
El método palpatorio aprecia la presión sistólica por la reaparición del pulso arterial
debajo de la compresión durante la desinflación, y la presión diastólica, por el
carácter vibrátil de la pulsación.
El punto donde se inician los ruidos señala la tensión sistólica, y se toma como
punto de la tensión diastólica el momento de la extinción de los ruidos, es decir,
una vez terminada la cuarta fase. A continuación se grafica el fenómeno de
Korotkow, a modo de facilitar el entendimiento del mismo.
§ La columna de mercurio debe ser subida unos 30 mmHg por encima del punto en
el que el pulso radial desaparece, para a continuación hacer un desinflado lento.
§ El primero o segundo latido (primera fase de Korotkoff), se tomará como el valor
de presión arterial sistólica, mientras que el inicio del silencio auscultatorio se
tomará como el valor de presión arterial diastólica (quinta fase de Korotkoff). En
aquellas circunstancias en que no desaparezcan los ruidos auscultatorios (ancianos,
niños, insuficiencias aórtica) se utilizará para la presión arterial diastólica la cuarta
fase de Korotkoff (amortiguación del pulso).
Hipertensión, definición:
NORMOTENSIÓN
CATEGORÍA PAS (MMHG) PAD (MMHG)
Óptima Menor de 120 Menor de 80
Normal Menor de 130 Menor de 85
Normal alta 130 - 139 85 - 89
HIPERTENSIÓN
Estos criterios son válidos para individuos que no está tomando antihipertensivos y
que además no padezcan una enfermedad aguda.
Fisiopatología y patogenia:
Por otra parte, los riñones constituyen siempre el centro de regulación a largo plazo
de la presión arterial, tanto en condiciones normales como en la hipertensión
arterial.
Tomando en cuenta los factores que afectan a la presión arterial se afirma lo
siguiente:
El gasto cardíaco y la resistencia periférica influyen de manera directa modificando
los valores de la presión arterial.