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Moral y Luces
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En el período colonial de Venezuela: 1498-1810, no hubo formación docente. Las “Escuelas Normales”
como instituciones de formación docente en la América hispana no vinieron con el conquistador y
colonizador español, ellas fueron el producto de las ideas de los dirigentes del proceso de
independencia política. En Venezuela aparecen en la etapa republicana.
Cuando ocurre el primer contacto del imperio español con tierras del “Nuevo Mundo”, en España no
se conocía la “Escuela Normal”, ésta se creó en dicho país tardíamente. Efectivamente, el 8 de marzo
de 1839 se inauguró en Madrid la primera Escuela Normal, cuya creación había sido decretada tras la
muerte de Fernando VII en 1834. El decreto establecía la creación de una Comisión encargada de
formar un plan general de instrucción primaria; el establecimiento de escuelas de enseñanza mutua y,
sobre todo, «de una escuela normal, en la que se instruyan los profesores de las provincias que deben
generalizar en ellas tan benéfico método”. Pablo Montesino, profesor de «Principios generales de
educación moral, intelectual y física y Método de enseñanza”, fue su primer Director. Es a partir de
entonces cuando en este país europeo se empieza a construir un sistema nacional de educación.
Antes de la llegada de los invasores y conquistadores españoles al territorio que actualmente ocupa la
república de Venezuela sus habitantes no tenían un sistema educativo formal ni instituciones
escolares, solo había un constante proceso de socialización y de educación refleja. Tras la llegada de
estos, la acción educativa (proceso de enseñanza-aprendizaje) se centró en intereses de orden
religioso, económico y político. El maestro era el fraile y la escuela el convento. En este ámbito las
primeras escuelas creadas fueron “para indios” y los maestros fueron los frailes. En virtud de lo
expuesto podemos afirmar que la organización de la educación en la Venezuela colonial se inicia a
partir del primer contacto del conquistador y colonizador español con las comunidades indígenas y se
desarrolla paralelamente a la creación y consolidación de las instituciones de naturaleza jurídica,
política, económica, social o religiosa en las ciudades o pueblos que progresivamente se fundaron en
el territorio de las diferentes provincias.
En otro contexto, durante los siglos XV y XVI, el analfabetismo en Europa, de manera general, y en
España en particular, era un problema significativo; por eso no debe extrañarnos que a raíz del primer
contacto de España con “América” uno de los problemas que comienza a consolidarse, como
consecuencia de la introducción de un nuevo idioma, el español, y el aprendizaje de su lectura y
escritura, haya sido el analfabetismo. En el caso específico de Venezuela, es oportuno aclarar que el
incremento del analfabetismo se produce paralelamente al proceso de conquista y colonización, por
razones obvias. Sin embargo, una buena parte de los españoles (conquistadores y colonizadores) eran
letrados o alfabetos (sabían leer y escribir), los indígenas primitivos pobladores de nuestro territorio
no tenían por qué conocer el idioma español y dominar su lectura y escritura; por eso podemos ubicar
el problema del analfabetismo, creciendo al mismo ritmo del proceso de mestizaje. Esto explica el
hecho de que durante los siglos XVI y XVII, la gran masa popular era analfabeta (pardos, indios y
negros esclavos), ella representaba más del 80% de la población de las provincias mientras que los
blancos peninsulares y los blancos criollos eran mayoritariamente alfabetos. Es conveniente precisar
en este punto que la corona española mediante Real cédula del 16 de enero de 1590 ordenó la
enseñanza de la lengua castellana a los indígenas para facilitar su adoctrinamiento y evitar las
idolatrías y otros vicios en que se distraían por medio de su lengua.
Durante la época colonial, no hubo preocupación por la preparación pedagógica y científica del
maestro, esta importante profesión podía ser ejercida por cualquiera que manifestara disposición
para ello, pero la preparación era problema del propio interesado, el Estado dejó en manos de la
iglesia, de los cabildos, de los vecinos y de los particulares el problema de la educación. La instrucción
que se impartía era deficiente por la inadaptada a la edad de los estudiantes. En la Universidad no se
fomentaba la curiosidad científica, se llega a las puertas de independencia sin datos, museos, ni
archivos. Había filosofía, pero escolástica, basada en método deductivo. La Monarquía española dio a
sus colonias lo que podía darle. Por eso destacan dos hechos: primero, el maestro religioso prevaleció
sobre el maestro laico, porque la iglesia cumplía su función evangelizadora a través de la educación y
para eso contaba con el fraile que era el maestro natural de ese proceso. Así se constituyó un
escenario educativo integrado por el indígena (alumno), el fraile (maestro) y la iglesia, convento o
monasterio (escuela), y segundo, la escuela privada prevaleció sobre la escuela oficial, esto explica el
elitismo de la educación colonial, sólo tenían acceso a ella el grupo social privilegiado integrada por
blancos peninsulares y blancos criollos; la clase popular que era la mayoría de la población y que
estaba integrada por indios, pardos y negros, no gozaban de este derecho. Muy tardíamente,
finalizando el período colonial, en 1805, fue cuando los pardos lograron la creación de la primera
escuela para pardos. En este período los artesanos, barberos, zapateros, sastres, etc., fueron
maestros laicos de primeras letras a los cuales recurrían los pardos, porque no tenían acceso a la
escuela oficial ni recursos económicos para pagar el servicio de la escuela privada. Estas personas eran
maestro sin ninguna preparación pedagógica.
La educación venezolana a principios del siglo XX y hasta finales de la dictadura de Carlos Andrés
Pérez, tuvo una lenta evolución, las escuelas primerias, secundarias y superior, tuvieron un lento
crecimiento. No fue hasta la década de los 60 que la educación en Venezuela experimentando una
expansión estimulando el proceso de masificación educativa y un aumento en el acceso de la
educación por parte de todas las clases sociales. Esta expansión denominada como "democratización
de la enseñanza". Luego para la década de los años 70, con el aza en los precios del petróleo, el país
experimento una entrada de grandes divisas, esto trajo consigo una política educativa agresiva, la cual
se encuentra de manera explícita en el V Plan de la nación, donde el estado se fija una política para
desarrollar áreas económicas y sociales, incluyendo la educación.
EDUCACIÓN PREESCOLAR:
Este tipo de educación fue institucionalizada como nivel obligatorio en el sistema educativo, en la Ley
de Educación de 1980. Este experimentó un crecimiento acelerado en el año 1952, la educación
preescolar contaba con 10.578 niños matriculados, para el año 1980 era de 344.287 niños
matriculados y para el año 2002 contaba con 863.364 niños matriculados, esta tasa de crecimiento se
promedió interanual se situó en el periodo 152-1980 en 14,2% para el periodo 1974-1975, el
crecimiento de la matrícula experimenta un 63,5%, es de señalar que para la década de los 80 dicho
comportamiento se estanca y no fue hasta 2002 que experimenta una recuperación para
experimentar un crecimiento del 22,3%.
EDUACIÓN PRIMERIA
Esta tiene su base legal en la Ley de Educación de 1980, estableciendo como meta esencial, la
contribución del profesor en la formación integral del alumno. Para la década de los años 70,
múltiples reformas educativas se realizaron a fin de rediseñar los planes y programas para aumentar
la cobertura de la educación primaria aprovado así para la Ley de Educación. Finalmente en el periodo
1990-1994 se implementaron políticas para adaptar al venezolano a las necesidades y requerimientos
del país.
Para 1950 los niños matriculados para la educación primaria eran 471.799, luego para el año 1960 fue
de 1.074.434 niños, para los años 1980 el número se situaba en 2.456.815 niños matriculados, para los
años 1990 fue de 3.036.214 niños y para el 2002 la matrícula erade 3.506.780 niños.
La tasa de crecimiento interanual para el periodo 1950-2002 se sitúa del 4% anual. Obteniendo para
1960 la tasa de crecimiento más alta registrada del 22,5%. La gran disminución o poco crecimiento de
la matrícula, se debe a los niveles de deserción, siendo esta uno de los problemas recurrentes de la
educación primaria.
EDUACIÓN SECUNDARIA
Este nivel se fundamenta en la Ley de Educación de 1980 el cual significa la consecución del proceso
de la formación de un alumno, mediante un conjunto de asignaturas orientadas a ampliar el rango de
aprendizaje de los alumnos en cuantos aspectos culturales, psicológicos y pedagógicos.
Para el año 1950 el número de inscritos en la matrícula era de 26.954 jóvenes, luego para 1960 está
matrícula se situó en 127.198 jóvenes de igual forma en este mismo año debido al crecimiento de la
matrícula también aumentó el número de instituciones educativas. Para los años 80 aumentó en
820.660 alumnos y por último teniendo un crecimiento lento para la décadas de los 90 y una
recuperación en principios del 2000.
A mediados de la década de los 80, la deserción en este nivel educativo también estaba latente. Es por
esto que la tasa de crecimiento ha incrementado en los últimos 52 años de 9% aproximadamente,
evidenciando el mayor crecimiento a finales de los 50 y mediados de los 60.
EDUCACIÓN SUPERIOR
Es de destacar que para 1950 Venezuela contaba con solo tres universidades, La central, la de los
Andes y la del Zulia, para estos años el gobierno no toma como un factor importante la educación
hasta la caída de la dictadura y el levantamiento de la democracia en 1958, nace entonces la
autonomía del sector universitario, fue gracias al aumento de la renta petrolera y de la implantación
del modelo de sustitución de importaciones, estos permitieron el crecimiento rápido de las
instituciones pero este crecimiento no garantizaba la calidad de la educación, ya que aumentan el
número de instituciones que no reúnen los requisitos para considerarse en ese nivel superior.
Para 1970, la nación contaba con 12 instituciones de educación superior de las cuales 9 eran públicas.
Luego para 1980 existían 63 instituciones de las cuales 13 eran públicasCon este crecimiento en
instituciones crecía también la matrícula universitaria ubicándose a finales de los 50, en 22.000
alumnos, para la década de los 70 se ubicó en 85.000 alumnos, después en la siguiente década los 80,
la cifra crece a 300.000 alumnos y finalmente para el 2002 la cifra llega a 900.000 teniendo así una
tasa de crecimiento en los últimos 52 años de 15%.
Es importante destacar que la evolución de la educación a tenido alta y bajas debida a diversos
factores, pero el más importante es el lento cambio del sistema educativo, sumando a esto la
disminución de los recursos económicos. A pesar de esto, se ha podido evidenciar un cambio
significativo en todos los estratos del sistema educativo, al incluir a la mujer en este, mayormente
enfocado al sistema educativo superior.
La epistemología moral investiga la estructura lógica del discurso moral, sometiendo tanto los
principios como los sistemas a un detenido análisis. En efecto, la condición indispensable de la
existencia de una ciencia es el carácter específico de su estatuto epistémico. Para que una ciencia
pueda incluirse en la lista de las ciencias se requiere que haya dado a su propio discurso una
estructura lógica total o parcialmente suya y, por tanto, total o parcialmente distinta de la estructura
de las otras ciencias.
Pero estudiar la epistemología moral puede significar también la búsqueda fenoménica de los
principios lógico-estructurales sobre los cuales se basan las diversas teorías que se han presentado en
la historia de esta ciencia.
Por principio lógico-estructural se entiende aquella idea central a partir de la cual o en torno a la cual
se desarrolla una teoría ética que goza de los requisitos necesarios para transformarse en sistema o en
visión global del fenómeno moral.
Son muchos los intentos que se han hecho para clasificar, a partir de algunos principios lógico-
estructurales, los diversos sistemas éticos aparecidos a lo largo del tiempo. Entre las clasificaciones
más significativas, podemos remontarnos incluso a la que hizo el mismo Aristóteles en su Ética a
Nicómaco o, en un tiempo mucho más cercano a nosotros, al Tratado de ética general de Le Senne. Al
señalar los diversos principios, no hemos de olvidarnos nunca de señalar exactamente en qué plano
del discurso moral merece ser colocado cada uno de ellos. En efecto, toda teoría puede identificarse
con otra en el plano metaético y diferenciarse de ella en el plano normativo, y viceversa, o referirse
sólo a la perspectiva parenética, etc.