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¡JESUCRISTO HA RESUCITADO,

VERDADERAMENTE HA RESUCITADO
ALELUYA!

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10 razones de por qué la resurrección de Cristo es importante

1. La resurrección de Cristo Jesús significa que somos justificados ante Dios.


”cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra
justificación”, Romanos 4:25. Por causa de nuestros pecados, la humanidad está
separada de Dios y es incapaz de tener una relación con Él (Rom. 6:23; Is. 59:2).
Las Escrituras dicen que “éramos por naturaleza hijos de la ira” (Ef. 2:3), porque
hemos quebrantado la ley de Dios. Y por causa de su justicia, Dios tiene que
derramar su ira a los que quebrantan su ley.
Si no tuviéramos un salvador que nos rescatara de esta situación, no pudiéramos
alcanzar la oportunidad de tener una relación con Dios como Él quiere. Justificación
significa “prueba de la justicia de alguien”. Cuando Jesús murió en la cruz, Él tomó
nuestro castigo para que pudiéramos ser justificados delante del Padre. La
resurrección confirma que Dios aceptó el sacrificio de Cristo por nuestros pecados
y nos da acceso a una relación con Él.

2. La resurrección de Cristo Jesús demuestra que Él venció la muerte.


La muerte es el enemigo de la humanidad y el castigo justo por los pecados de cada
uno de nosotros (Rom. 6:23). El índice de mortalidad siempre será 100%. Ningún
monto de esfuerzo, poder, o riquezas podrá ayudarnos a escapar del alcance de la
muerte. Ahora, Cristo resucitó porque la muerte no podía retenerlo. No tenemos que
temer al castigo que viene después de la muerte:”’ ¿Dónde está, oh muerte, tu
victoria? ¿Dónde, oh sepulcro, tu aguijón?’ El aguijón de la muerte es el pecado, y
el poder del pecado es la ley; pero a Dios gracias, que nos da la victoria por medio
de nuestro Señor Jesucristo”, 1 Corintios 15:55-57.

3. La resurrección de Cristo Jesús significa que los creyentes están unidos con
Cristo (2 Co. 4:14).
Cuando creemos en Cristo, somos unidos con Él por la fe. La unión con Cristo
significa que cuando Dios nos mira, Él no ve nuestra pecaminosidad, sino la justicia
de Cristo. Significa que hemos muerto con Él y vivimos con Él (Rom. 6:8). Esta unión
sólo es posible a través de la resurrección de Cristo. Es semejante a cuando una
pareja se ha unido en matrimonio, que las cosas de un esposo pertenecen a su
esposa. Los cristianos reciben la justicia de Cristo por medio de su unión con Él (1
Co. 1:30).

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4. La resurrección de Cristo Jesús confirma la verdad de las Escrituras.
Isaías 53 y el Salmo 16 son algunos de las profecías del Antiguo Testamento cuyo
cumplimiento testifica de la vida resucitada de Cristo:
“Pero quiso el Señor quebrantarlo, sometiéndolo a padecimiento. Cuando Él se
entregue a sí mismo como ofrenda de expiación, verá a su descendencia,
prolongará sus días, y la voluntad del Señor en su mano prosperará. Debido a la
angustia de su alma, Él lo verá y quedará satisfecho. Por su conocimiento, el Justo,
Mi siervo, justificará a muchos, y cargará las iniquidades de ellos. Por tanto, Yo Le
daré parte con los grandes y con los fuertes repartirá despojos, porque derramó su
alma hasta la muerte y con los transgresores fue contado; llevó el pecado de
muchos, e intercedió por los transgresores”, Isaías 53:10-12.
“Porque Tú no abandonarás mi alma en el Seol, Ni permitirás que tu santo sufra
corrupción. Me darás a conocer la senda de la vida; En Tu presencia hay plenitud
de gozo; En Tu diestra hay deleites para siempre”, Salmos 16:10-11.

5. La resurrección de Cristo Jesús prueba que el evangelio es verdadero (1 Co.


15:1-4).
El hecho que Jesús vive hoy significa que Él es poderoso para salvar hoy. Este fue
el argumento de Pablo en 1 Corintios 15, donde él defiende la verdad de la
resurrección dando una explicación que el evangelio cristiano depende en ella:” …y
si Cristo no ha resucitado, vana es entonces nuestra predicación, y vana también la
fe de ustedes… y si Cristo no ha resucitado, la fe de ustedes es falsa; todavía están
en sus pecados. Entonces también los que han dormido (han muerto) en Cristo
están perdidos. Si hemos esperado en Cristo para esta vida solamente, somos, de
todos los hombres, los más dignos de lástima”, 1 Corintios 15:14, 17-19.
Pablo explica que la resurrección no es solo una parte fundamental del evangelio,
sino que es el pegamento que sostiene cada parte del evangelio. Sin la resurrección,
los cristianos creerían en vano y no tendrían esperanza. Pero Cristo ha resucitado
y ahora tenemos la esperanza del perdón de nuestros pecados, el derecho de estar
bien delante de Dios, y la vida eterna por medio de Cristo.

6. La resurrección de Cristo Jesús prueba que Él es el Hijo de Dios.


” [Jesucristo] fue declarado Hijo de Dios con un acto de poder, conforme al Espíritu
de santidad, por (como resultado de) la resurrección de entre los muertos…”,
Romanos 1:4. Si Jesús hubiera muerto y quedara muerto, Él habría sido como los
millones que venían antes de Él, y como los millones que vendrían después. Pero
no sucedió así. Su resurrección prueba que Él es alguien único en la historia del
mundo: el Hijo de Dios.

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7. La resurrección de Cristo Jesús significa que Dios derramará el Espíritu Santo en
los corazones de los que creen.
Después de la resurrección y ascensión de Cristo, Él mandó el prometido Espíritu
Santo para continuar su trabajo en esta tierra. El ministerio terrenal de Cristo
continúa hoy a través de su gente, en quienes mora el Espíritu Santo. Cristo ayudará
a su pueblo por el Espíritu, dándoles fuerzas, convicción y la guía para vivir una vida
que agrada a Dios. “Así que, exaltado a la diestra de Dios, y habiendo recibido del
Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que ustedes ven y oyen”,
Hechos 2:33.

8. La resurrección de Cristo Jesús nos da una esperanza viva.


Los cristianos tenemos una esperanza tremenda porque nuestros pecados han sido
borrados y somos justificados delante de Dios. Hemos pasados de ser enemigos de
Dios a hijos perdonados por Dios con una herencia eterna que nadie puede quitar.
¡No hay una noticia mejor! “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo,
quien, según Su gran misericordia, nos ha hecho nacer de nuevo a una esperanza
viva, mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos, para obtener una
herencia incorruptible, inmaculada, y que no se marchitará, reservada en los cielos
para ustedes…”, 1 Pedro 1:3-4.

9. La resurrección de Cristo Jesús significa que resucitaremos al igual que Él.


Cristo es las primicias de la resurrección de la muerte, y su resurrección es el
precursor a la resurrección que todos los creyentes experimentarán (1 Co. 15:20).
Los cristianos disfrutarán la vida resucitada igual que Cristo, con cuerpos
glorificados (1 Co. 15:42-44). En esta vida sufrimos dolores y enfermedades, pero
en la vida venidera no sufriremos, sino que disfrutaremos los cuerpos perfectos que
ahora anhelamos desesperadamente. Esta implicación de la resurrección se ata con
la última:

10. La resurrección de Cristo Jesús significa que Él juzgará al mundo con justicia.
“Por tanto, habiendo pasado por alto los tiempos de ignorancia, Dios declara ahora
a todos los hombres, en todas partes, que se arrepientan. Porque Él ha establecido
un día en el cual juzgará al mundo en justicia, por medio de un Hombre a quien Él
ha designado, habiendo presentado pruebas a todos los hombres cuando Lo
resucitó de entre los muertos”, Hechos 17:30-31.

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Un día, todas las personas del mundo serán juzgadas por las cosas que han hecho.
Los que no creen serán responsables de su desobediencia contra Dios, enfrentando
la condenación de Dios y siendo enviados al infierno. Los creyentes serán
responsables delante de Dios por las cosas que han hecho y serán recompensados
en los cielos según sus obras como creyentes.
La señal que Dios nos dio para confirmar su juicio fue la resurrección de Cristo Jesús
de los muertos. Si usted no cree en el Señor Jesucristo, este juicio debe de causarle
un temor profundo. Usted se enfrentará a la ira de Dios y sufrirá una eternidad en el
infierno; recibiendo el castigo que merece por sus pecados. Pero este juicio no tiene
que ser algo temible.
Hay una manera de obtener el perdón y vida eterna en Cristo: crea en el Señor
Jesucristo y arrepiéntase de su pecado. Cuando creemos en Jesús, recibimos todos
los beneficios de su resurrección. Nuestra fe en Cristo es lo que nos une a Cristo y
nos ayuda a recibir el perdón de nuestros pecados. Una persona continuando en la
incredulidad asegura la ira de Dios para sí.
No pierda el regalo increíble que Dios nos ofrece en Cristo: ¡crea en Jesús hoy!
“Jesús le contestó: ‘Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en Mí, aunque
muera, vivirá, y todo el que vive y cree en Mí, no morirá jamás. ¿Crees esto?’”, Juan
11:25-26.

NOVENA POR LA RESURRECCIÓN DE JESÚS.

ÍNDICE DE LA NOVENA
Presentación
1. La tumba vacía y el mensaje de los ángeles a las mujeres. Marcos 16,1-8.
2. María Magdalena confirma la resurrección de Jesús. Juan 20,11-18.
3. Tomás, el apóstol incrédulo. Juan 20,24-29.
4. Aparición de Jesús a los discípulos y misión para Pedro. Juan 21,14-23.
5. La experiencia de los discípulos de Emaús. Lucas 24,13-32.
6. El envío de los discípulos. Lucas 24,44-49.
7. La Ascensión de Jesús. Hechos 1,6-11.
8. La venida del Espíritu santo. Hechos 2,1-11.
9. La primera comunidad cristiana. Hechos 2,42-47.
Anexo: La máxima recompensa por la máxima solidaridad (Filipenses 2,6,11).

PRESENTACIÓN: El camino de Jesús hacia la resurrección

La resurrección es el final del camino de Jesús: su vida culmina en la resurrección.

1.- RESUMAMOS EL CAMINO DE JESÚS EN SU PASO POR NUESTRA


TIERRA.
-Jesús fue enviado por Dios para ser hombre pobre y construir el Reino desde los
pobres.
-Para realizar esa misión Jesús se hizo profeta itinerante acompañado de un
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grupo de discípulos.
-El Reino de Dios consiste en un doble propósito:
-Entender a Dios de nueva manera, o sea, como Padre misericordioso y liberador
-Lograr establecer nuevas relaciones humanas hechas de respeto, compartir,
igualdad, justicia…
-El Reino de Dios tiene incidencias en las personas, la religión y la sociedad.
-Esa misión de Jesús molestó tanto a las autoridades religiosas judías como a los
invasores militares romanos.
-A los 3 años decidieron hacer desaparecer a Jesús y lo lograron mediante un
proceso injusto, torturas humillantes y la crucifixión, para que nadie continuara
esta manera de vivir y de creer.
-Pero sus discípulos, sobre todo las mujeres, lo reconocieron resucitado y
decidieron continuar su misión: hacer realidad el Reino de Dios.
Eso hemos heredado los cristianos, o sea, los seguidores de Jesús: asumir la fe
de Jesús y su misión que es el Reino.

2.- LOS OBJETIVOS DE LA NOVENA DE LA RESURRECCIÓN DE JESÚS


Esta novena nos va a ayudar a entender la resurrección de Jesús que es signo de
Dios que confirma:
-la validez de la misión de Jesús, o sea, del Reino,
-el triunfo de la vida sobre la muerte, de la verdad sobre la mentira, de la justicia
sobre la injusticia…
-la voluntad de Dios para el caminar de los cristianos.

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PRIMER DÍA: JESÚS HA RESUCITADO
ALELUYA
Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos, Señor ✠ Dios
nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
Encendemos el Cirio Pascual
PREGON PASCUAL
Ver página 29
CRISTO HA VENCIDO
Ver página 30
CÁNTICO DE LOS TRES JOVENES
Ver página 31

Día 1: LA TUMBA VACÍA Y EL MENSAJE DE LOS ÁNGELES A LAS MUJERES.

Marcos 16, 1-8

"Pasado el sábado, María Magdalena, María la de Santiago y Salomé compraron


aromas para ir a embalsamarle. Y muy de madrugada, el primer día de la semana,
a la salida del sol, van al sepulcro. Se decían unas a otras: «¿Quién nos retirará la
piedra de la puerta del sepulcro?» Y levantando los ojos ven que la piedra estaba
ya retirada; y eso que era muy grande. Y entrando en el sepulcro vieron a un joven
sentado en el lado derecho, vestido con una túnica blanca, y se asustaron. Pero él
les dice: «No os asustéis. Buscáis a Jesús de Nazaret, el Crucificado; ha resucitado,
no está aquí. Ved el lugar donde le pusieron. Pero id a decir a sus discípulos y a
Pedro que irá delante de vosotros a Galilea; allí le veréis, como os dijo.» Ellas
salieron huyendo del sepulcro, pues un gran temblor y espanto se había apoderado
de ellas, y no dijeron nada a nadie porque tenían miedo..."

Palabra del Señor.

Mensaje: La resurrección se manifiesta primero por una ausencia de Jesús. Pero


quien lo busca no se encuentra sin respuesta.
Diálogo inicial: Los valores de las mujeres.

1.- ¿Qué aportan de propio las mujeres a la convivencia en la familia y la


comunidad?
2. - Según el texto bíblico, ¿qué dice esta lectura de las mujeres que van a visitar la
tumba de Jesús?
3. - ¿Qué mensajes sacamos para nosotros de esta lectura bíblica?
4. - ¡A qué compromisos nos sentimos llamados?

Oraciones comunitarias. Padre Nuestro, Dios te salve, Gloria.

Oración final: Padre Dios, te damos gracias por las mujeres que nos acompañan,
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nos cuidan y nos aman. Haz que sepamos valorar su presencia, enriquecernos de
sus cualidades y reconocer en ellas mensajeras de tu presencia, te lo pedimos por
tu Hijo Jesús que vive resucitado con nosotros por los siglos de los siglos.

Comentario 1: LAS MUJERES SON LAS PRIMERAS TESTIGAS DEL


RESUCITADO.
En los Evangelios, quienes están en el vía crucis, al pie de la cruz y a la puerta de
la tumba, son las mujeres. Por eso tal vez Jesús se manifiesta resucitado primero a
ellas. Mientras tanto los discípulos están escondidos de miedo. Ellas reciben el
mensaje de la resurrección de Jesús y, en el caso de María Magdalena, la
manifestación de Jesús resucitado. Algunos biblistas nos dicen que fueron las
mujeres quienes volvieron a dar ánimo a los discípulos varones, para volver a
reunirse, para formar comunidades al servicio del Reino. Nos dicen que, si se insiste
tanto en ellas, es porque encabezaron las primeras comunidades cristianas: lo de
Jesús no podía morir para siempre. El proyecto del Reino es de Dios: no puede
morir por obra y maldad de los seres humanos.
Eso nos invita a ver y valorar el papel de las mujeres hoy entre nosotros: ¡cuántas
tareas cumplen las mujeres en la casa! ¡Cuánto liderazgo de las mujeres en todos
los lugares y en tantas actividades! ¡Cuánta entrega y cuántas luchas por una vida
mejor de la familia, de la vecindad, de una ciudad, de nuestro país!... a pesar todavía
de tanto machismo y violencias en contra de ellas, tanto en la sociedad como en la
Iglesia.
Compromisos:
-En la familia, los varones, a compartir las tareas domésticas y manifestar
reconocimiento y cariño hacia ellas.
-En el barrio, los varones, a compartir el poder en la organización, las reuniones, las
actividades comunitarias.
-En el trabajo, los varones, a darle el salario que se merecen por ley y el
protagonismo que se merecen en las orientaciones y decisiones.
-En las organizaciones sociales, los varones, a escuchar a las mujeres que sienten
más intuitivamente lo que hay que hacer y emprender.
-En el país, varones, a compartir los puestos de mando y de responsabilidad que se
merecen y que corresponden a sus capacidades y profesionalismo.
-En las Iglesias, varones, a bajarnos del pedestal en el que nos hemos subido para
mandar, dominar, explotar y controlar a las mujeres, para vivir una igualdad de
misión liderazgo.
¡Gracias, Jesús resucitado, por darnos el ejemplo de valorar a las mujeres!

VIA LUCIS
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SEGUNDO DÍA: JESÚS HA RESUCITADO
ALELUYA
Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos, Señor ✠ Dios
nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
Encendemos el Cirio Pascual
PREGON PASCUAL
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CRISTO HA VENCIDO
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SALMO 135
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Día 2: MARÍA MAGDALENA CONFIRMA LA RESURRECCIÓN DE JESÚS.

Juan 20,11-18.

"Estaba María junto al sepulcro afuera llorando. Y mientras lloraba se inclinó hacia
el sepulcro, y ve dos ángeles de blanco, sentados donde había estado el cuerpo de
Jesús, uno a la cabecera y otro a los pies. Dícenle ellos: «Mujer, ¿por qué lloras?»
Ella les respondió: «Porque se han llevado a mi Señor, y no sé dónde le han
puesto.» Dicho esto, se volvió y vio a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús.
Le dice Jesús: «Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?» Ella, pensando que era
el encargado del huerto, le dice: «Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has
puesto, y yo me lo llevaré.» Jesús le dice: «María.» Ella se vuelve y le dice en
hebreo: «Rabbuní» - que quiere decir: «Maestro» -. Dícele Jesús: «No me toques,
que todavía no he subido al Padre. Pero vete donde mis hermanos y diles: Subo a
mi Padre y vuestro Padre, a mi Dios y vuestro Dios.» Fue María Magdalena y dijo a
los discípulos que había visto al Señor y que había dicho estas palabras."

Palabra del Señor.

Mensaje: Es una mujer, María Magdalena, que recibe la primera visita de Jesús
resucitado y que es encargada de anunciar su resurrección a sus apóstoles. Jesús
sigue enviándonos mensajeras de su presencia para iluminar nuestra fe.
Diálogo inicial: Mujeres valientes por su fe.

1.-Compartamos el testimonio de alguna mujer que nos ayudó en conocer a Jesús,


crecer en la fe, comprometernos en la parroquia…
2.-Según el texto bíblico, ¿qué dice esta lectura de María Magdalena?
3.- ¿Qué mensaje sacamos de esta lectura bíblica?
4.- ¿A qué compromisos nos sentimos llamados?

Oraciones comunitarias. Padre Nuestro, Dios te salve, Gloria.

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Oración final: Padre Dios, damos gracias por la misión que confiaste a María
Magdalena. Te pedimos perdón por despreciar a veces las mujeres que nos rodean.
Que María Magdalena nos ayude a reconocer en ellas mensajeras de tu
resurrección, animadoras de nuestra fe y compañeras en la construcción del Reino,
te lo pedimos por tu Hijo Jesús resucitado que vive con nosotros por los siglos de
los siglos. Amén.

Comentario 2: MARÍA MAGDALENA, LA PRIMERA.

¡Cuánto se ha desprestigiado a María Magdalena por no querer reconocer su papel


preponderante en la Iglesia primitiva! Reconocida como “apóstol de los apóstoles”
por haberles anunciado ella la resurrección de Jesús, por mandado del mismo
Jesús.

-María Magdalena fue la primera persona a la que habló Jesús resucitado.


-María Magdalena, la primera en abrazar a Jesús resucitado.
-María Magdalena, la primera en creer en la resurrección de Jesús.
-María Magdalena, la primera, muchas veces en nuestra Iglesia, en ser ridiculizada
y marginada.

¿Por qué no entendemos la palabra de Jesús: “Las prostitutas los precederán en el


Reino”? Si Dios en Jesús ha hecho la opción de solidarizarse con las víctimas del
orgullo humano, de la marginación y de tanta maldad, ¿no serán las prostitutas las
más explotadas, humilladas, deshumanizadas por organizaciones de un sistema
que las destruye? Si Dios se hace el defensor de los más atropellados y atropelladas
ayer como hoy, ¿cómo que no va a acoger a estas mujeres prostituidas por la
maldad humana y social? En el Reino de Dios “los últimos, serán los primeros”.

¡Perdón, Señor, ¡por tantos atropellos a las mujeres! ¡Perdón, Señor, ¡por nuestra
complicidad con estos atropellos! Santa María Magdalena, ¡ruega por nosotros.

ROSARIO DE LA RESURRECCIÓN
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TERCER DÍA: JESÚS HA RESUCITADO
ALELUYA
Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos, Señor ✠ Dios
nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
Encendemos el Cirio Pascual

PREGON PASCUAL
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CRISTO HA VENCIDO
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CÁNTICO DE LOS TRES JOVENES
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Día 3: TOMÁS, EL APÓSTOL INCRÉDULO.

Juan 20,24-29

"Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús.
Los otros discípulos le decían: «Hemos visto al Señor.» Pero él les contestó: «Si no
veo en sus manos la señal de los clavos y no meto mi dedo en el agujero de los
clavos y no meto mi mano en su costado, no creeré.» Ocho días después, estaban
otra vez sus discípulos dentro y Tomás con ellos. Se presentó Jesús en medio
estando las puertas cerradas, y dijo: «La paz con vosotros.» Luego dice a Tomás:
«Acerca aquí tu dedo y mira mis manos; trae tu mano y métela en mi costado, y no
seas incrédulo sino creyente.» Tomás le contestó: «Señor mío y Dios mío.» Dícele
Jesús: «Porque me has visto has creído. Dichosos los que no han visto y han
creído.»"

Palabra del Señor.

Mensaje: El apóstol Tomás buscaba pruebas por creer. Él nos ayuda no sólo a
conocer a Jesús, sino, sobre todo, a reconocerlo vivo y liberador entre nosotros.
Diálogo inicial: Reconocer a Jesús vivo hoy entre nosotros.

1.- ¿Cuándo hemos tenido un cambio importante en nuestra vida de fe?


2.-Según el texto bíblico, ¿qué dice esta lectura del apóstol Tomás?
3.- ¿Qué mensaje sacamos de esta lectura bíblica?
4.- ¿A qué compromisos nos sentimos llamados?

Oraciones comunitarias. Padre Nuestro, Dios te salve, Gloria.

Oración final: Padre Dios, te damos gracias por habernos dado la oportunidad de
conocer a tu Hijo Jesús. Que el apóstol Tomás nos ayude a reconocerlo resucitado
entre nosotros, te lo pedimos por este mismo Hijo tuyo que vive resucitado por los
siglos de los siglos. Amén.
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Comentario 3: VER PARA CREER.

¿Cuáles son las pruebas mayores de la resurrección de Jesús?


-Los Evangelios nos presentan la tumba vacía, las experiencias de Jesús vivo entre
sus discípulos después de su muerte y la vitalidad de las primeras comunidades
cristianas cuyos miembros testimoniaban de su fe hasta el martirio.

-Hoy la resurrección de Jesús se manifiesta en la vitalidad de las pequeñas


comunidades cristianas y los demás grupos cristianos que hacen suyos los
sufrimientos y las causas de los pobres. La resurrección de Jesús se manifiesta en
los miles de mártires latinoamericanos de las 50 últimas décadas: una docena de
obispos, con los monseñores más conocidos como Oscar Romero de El Salvador,
Enrique Angelleli de Argentina, Juan Gerardi de Guatemala… un centenar de
sacerdotes y otro tanto de religiosas… “Las sangres de los mártires son semillas de
nuevos cristianos”.

-La resurrección de Jesús se manifiesta en el testimonio de tantos hombres y


mujeres que hoy en día dan la vida, lenta o violentamente, por los demás, por sus
grandes ideales.-La resurrección de Jesús se manifiesta en el despertar de los
pobres que se organizan y viven la fraternidad, en el protagonismo de tantas
mujeres en defensa de la vida, en el entusiasmo valiente de tantos jóvenes que
luchan por una sociedad distinta, es decir, participativa, equitativa, creativa,
creyente del Dios de la Vida y del Amor.

-La resurrección se manifiesta en la flor que se abre para alegrarnos la vida con sus
olores y colores.

Por estas razones repetimos en cada eucaristía:


- “¡Anunciamos tu muerte, Señor Jesús!”: tu muerte de ayer y tus muertes de ahora
en todas y todos las y los que son muertos inocente e injustamente.

- “¡Proclamamos tu resurrección!”: la de ayer hace 2000 años y las de hoy en todas


y todos los que se levantan por colaborar a la construcción del Reino.

- “¡Ven, Señor Jesús!” … para hacernos testigos alegres de tu resurrección. Así sea.
¡Gracias, santo Tomás, por animarnos a ver hoy en los rostros brillosos de vida y
de amor la presencia de Jesús resucitado!

VIA LUCIS
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CUARTO DÍA: JESÚS HA RESUCITADO
ALELUYA
Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos, Señor ✠ Dios
nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
Encendemos el Cirio Pascual

PREGON PASCUAL
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CRISTO HA VENCIDO
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SALMO 135
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Día 4: APARICIÓN DE JESÚS A LOS DISCÍPULOS Y MISIÓN PARA PEDRO.

Juan 21,14-23

"Esta fue ya la tercera vez que Jesús se manifestó a los discípulos después de
resucitar de entre los muertos. Después de haber comido, dice Jesús a Simón
Pedro: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?» Le dice él: «Sí, Señor, tú
sabes que te quiero.» Le dice Jesús: «Apacienta mis corderos.» Vuelve a decirle
por segunda vez: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas?» Le dice él: «Sí, Señor, tú
sabes que te quiero.» Le dice Jesús: «Apacienta mis ovejas.» Le dice por tercera
vez: «Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?» Se entristeció Pedro de que le preguntase
por tercera vez: «¿Me quieres?» y le dijo: «Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te
quiero.» Le dice Jesús: «Apacienta mis ovejas.’’ «En verdad, en verdad te digo:
cuando eras joven, tú mismo te ceñías, e ibas adonde querías; pero cuando llegues
a viejo, extenderás tus manos y otro te ceñirá y te llevará adonde tú no quieras.»
Con esto indicaba la clase de muerte con que iba a glorificar a Dios. Dicho esto,
añadió: «Sígueme.» Pedro se vuelve y ve siguiéndoles detrás, al discípulo a quién
Jesús amaba, que además durante la cena se había recostado en su pecho y le
había dicho: «Señor, ¿quién es el que te va a entregar?» Viéndole Pedro, dice a
Jesús: «Señor, y éste, ¿qué?» Jesús le respondió: «Si quiero que se quede hasta
que yo venga, ¿qué te importa? Tú, sígueme.» Corrió, pues, entre los hermanos la

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voz de que este discípulo no moriría. Pero Jesús no había dicho a Pedro: «No
morirá», sino: «Si quiero que se quede hasta que yo venga.»"

Palabra del Señor.

Mensaje: Antes de formar comunidades y continuar la misión de construir el Reino,


los apóstoles hicieron la experiencia de Jesús resucitado. El encuentro de Jesús
con Pedro, después de la resurrección, nos invita a centrar nuestra vida sobre el
amor a Jesús.

Diálogo inicial: El amor y la amistad son nuestros mayores tesoros.

1.- ¿Qué signos de amor o de amistad ocurridos esta semana podemos


comunicarnos?
2.-Según el texto bíblico, ¿qué dice esta lectura de Pedro?
3. - ¿Qué mensaje sacamos de esta lectura bíblica?
4. - ¿A qué compromisos nos sentimos llamados?

Oraciones comunitarias. Padre Nuestro, Dios te salve, Gloria.

Oración final: Padre Dios, te damos gracias por la fe y el amor de Pedro hacia tu
Hijo Jesús. Que el mismo Pedro nos ayude a fundamentar nuestra fe en él mediante
un amor profundo y sincero. Que este amor a Jesús resucitado nos transforme en
misioneros de tu Reino, te lo pedimos por este mismo Hijo tuyo que vive resucitado
en medio de nosotros por los siglos de los siglos. Amén.

Comentario 4: “DISCÍPULOS DE JESÚS Y MISIONEROS DEL REINO”.

Eso es lo que pidieron nuestros obispos latinoamericanos reunidos en Aparecida,


Brasil, en 2007.

-Primero, ser “discípulos” de Jesús: tener la certeza que en él están “el camino, la
verdad y la vida” y que la fuerza de su Espíritu en nosotros es más grande que la
misma muerte.

-Afín de ser “misioneros” del Reino, porque “el Reino es lo único absoluto” (Mateo
6,33). Por él Jesús ha vivido, hablado, muerto y resucitado… A eso nos envía Jesús
desde el día de nuestro bautismo, afín de ser individual y colectivamente “profetas,
sacerdotes y reyes pastores”.

También dijeron en Aparecida nuestros obispos que nuestra Iglesia necesita de un


“gran remezón”, semejante a ‘fuego y viento’ de Pentecostés, para que regresemos
“al primer amor”, o sea el de las primeras comunidades cristianas y el de los mártires
de ayer y de hoy.

1.-Seamos ‘profetas’ en palabras y con hechos, por una parte, denunciando lo que
destruye el Reino y, por otra, anunciando y realizando el Reino de Dios.
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2.-Seamos ‘sacerdotes’ al ofrecernos a Dios por habernos constituido y constituirnos
pueblo fraterno y creyente (Romanos 12,1).

3.-Seamos ‘reyes-pastores’ al organizarnos en comunidades y organizaciones


populares que se solidarizan con las causas de los pobres.

¡Gracias, Señor Jesús, ¡por acogernos en tu regazo y tu intimidad divina! ¡Gracias


por enviarnos a continuar tu obra con ‘el calor y la fuerza’ de tu Espíritu!

ROSARIO DE LA RESURRECCIÓN
Ver página 55

15
QUINTO DÍA: JESÚS HA RESUCITADO
ALELUYA
Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos, Señor ✠ Dios
nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
Encendemos el Cirio Pascual

PREGON PASCUAL
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CRISTO HA VENCIDO
Ver página 30
CÁNTICO DE LOS TRES JOVENES
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Día 5: LA EXPERIENCIA DE LOS DISCÍPULOS DE EMAÚS.

Lucas 24,13-32

"Aquel mismo día iban dos de ellos a un pueblo llamado Emaús, que distaba sesenta
estadios de Jerusalén, y conversaban entre sí sobre todo lo que había pasado. Y
sucedió que, mientras ellos conversaban y discutían, el mismo Jesús se acercó y
siguió con ellos; pero sus ojos estaban retenidos para que no le conocieran. Él les
dijo: «¿De qué discutís entre vosotros mientras vais andando?» Ellos se pararon
con aire entristecido. Uno de ellos llamado Cleofás le respondió: «¿Eres tú el único
residente en Jerusalén que no sabe las cosas que estos días han pasado en ella?»
Él les dijo: «¿Qué cosas?» Ellos le dijeron: «Lo de Jesús el Nazareno, que fue un
profeta poderoso en obras y palabras delante de Dios y de todo el pueblo; cómo
nuestros sumos sacerdotes y magistrados le condenaron a muerte y le crucificaron.
Nosotros esperábamos que sería él el que iba a librar a Israel; pero, con todas estas
cosas, llevamos ya tres días desde que esto pasó. El caso es que algunas mujeres
de las nuestras nos han sobresaltado, porque fueron de madrugada al sepulcro, y,
al no hallar su cuerpo, vinieron diciendo que hasta habían visto una aparición de
ángeles, que decían que él vivía. Fueron también algunos de los nuestros al
sepulcro y lo hallaron tal como las mujeres habían dicho, pero a él no le vieron.» Él
les dijo: «¡Oh insensatos y tardos de corazón para creer todo lo que dijeron los
profetas! ¿No era necesario que el Cristo padeciera eso y entrara así en su gloria?»
Y, empezando por Moisés y continuando por todos los profetas, les explicó lo que
había sobre él en todas las Escrituras. Al acercarse al pueblo a donde iban, él hizo
ademán de seguir adelante. Pero ellos le forzaron diciéndole: «Quédate con
nosotros, porque atardece y el día ya ha declinado.» Y entró a quedarse con ellos.
Y sucedió que, cuando se puso a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la
bendición, lo partió y se lo iba dando. Entonces se les abrieron los ojos y le
reconocieron, pero él desapareció de su lado. Se dijeron uno a otro: «¿No estaba
ardiendo nuestro corazón dentro de nosotros cuando nos hablaba en el camino y
16
nos explicaba las Escrituras?»"

Palabra de Dios.

Mensaje: El relato de los discípulos de Emaús nos permite descubrir a Jesús


caminando, conversando y compartiendo con nosotros la vida de cada día. Y eso
hay que saber celebrarlo alegremente.

Diálogo inicial: La resurrección de Jesús es ahora.

1.- ¿Cuándo y dónde hacemos la experiencia de Jesús resucitado?


2.- Según el texto bíblico, ¿qué dice esta lectura de las actitudes de Jesús con los
2 discípulos?
3.- ¿Qué mensaje sacamos de esta lectura bíblica?
4.- ¿A qué compromisos nos sentimos llamados?

Oraciones comunitarias. Padre Nuestro, Dios te salve, Gloria.

Oración final: Padre Dios, gracias por la presencia de Jesús resucitado entre
nosotros. Danos ojos y corazón para verlo y sentirlo con nosotros. Haz que sepamos
reconocerlo caminando con nosotros, conversando con nosotros y compartiendo
con nosotros el pan de la mesa y de la amistad, porque él vive resucitado con
nosotros por los siglos de los siglos. Amén.

Comentario 5

“¡TÚ NOS CONOCES, SEÑOR, AL PARTIR EL PAN! ¡TE CONOCEMOS, SEÑOR,


AL PARTIR EL PAN!”

1.- Conocer y reconocer a Jesús.


No basta con conocer a Jesús: ¡el mismo demonio lo conoce! Se trata de
reconocerlo en nuestro diario vivir. Esa fue la densa experiencia de los 2 discípulos
de Emaús.

-Lo reconocieron más después, en la caminata de un día en este simpático


peregrino igual que ellos. ¿Sabemos reconocer a Jesús resucitado caminando con
nosotros a lo largo de todos nuestros días?

-Lo recocieron en la explicación de las Escrituras, cuando se las explicaba y las


aplicaba al Mesías del Reino que las autoridades habían crucificado y que, también
según las mismas Escrituras, debía resucitar. ¿Sabemos reconocer al resucitado
en el compartir de la Palabra de Dios, en particular cuando nos las explican los más
sencillos de nuestras comunidades?

-Lo reconocieron en el partir y compartir del pan, el pan de la mesa y el pan de la


amistad, sentado y comiendo con ellos. ¿Sabemos reconocer a Jesús resucitado
cuando compartimos, o sea, cuando te doy y cuando tú me das, cuando aceptamos
17
recibir de los más pobres y desamparados que nosotros?

2.- Partir y compartir el pan


Ese es el gran desafío de los cristianos: el compartir para crear igualdad, si no, no
hay fraternidad posible ni real. Por eso la misa es -debería ser- el sacramento del
compartir, pero no sólo del compartir la Palabra de Dios y el cuerpo y la sangre de
Jesús, sino también del compartir de la alegría de los cantos, del abrazo de la paz,
de la celebración de la vida, del recuerdo de los injustamente muertos, de la
proclamación de los cambios personales, sociales y estructurales…

El desafío de los cristianos es ‘organizar el compartir’ para que el pan de la mesa,


de la amistad y de la fe llegue a todos y todas. La Misa comienza y termina en la
calle, para ser verdaderamente Misa, o sea, ‘mesa’ en la que todos y todas puedan
sentarse y comer en igualdad y sencillez.

¡Gracias, Señor Jesús, ¡por haber comenzado la caminata con los discípulos de
Emaús y por continuarla con nosotros y nosotras para enseñarnos el partir y
compartir!

VIA LUCIS
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18
SEXTO DÍA: JESÚS HA RESUCITADO
ALELUYA
Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos, Señor ✠ Dios
nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
Encendemos el Cirio Pascual

PREGON PASCUAL
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CRISTO HA VENCIDO
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SALMO 135
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Día 6: EL ENVÍO DE LOS DISCÍPULOS.

Lucas 24,44-49

"Después les dijo: «Estas son aquellas palabras mías que os hablé cuando todavía
estaba con vosotros: "Es necesario que se cumpla todo lo que está escrito en la Ley
de Moisés, en los Profetas y en los Salmos acerca de mí."» Y, entonces, abrió sus
inteligencias para que comprendieran las Escrituras, y les dijo: «Así está escrito que
el Cristo padeciera y resucitara de entre los muertos al tercer día y se predicara en
su nombre la conversión para perdón de los pecados a todas las naciones,
empezando desde Jerusalén. Vosotros sois testigos de estas cosas. «Mirad, y voy
a enviar sobre vosotros la Promesa de mi Padre. Por vuestra parte permaneced en
la ciudad hasta que seáis revestidos de poder desde lo alto.»"

Palabra del Señor.

Mensaje: Jesús quiere que el Reino no se detenga. Por eso ayer envío a sus
discípulos para esa misión y hoy nos invita a nosotros para continuar la construcción
de su Reino.
Diálogo inicial: Ser motivo de alegría y conversión para los demás.

1.- ¿Cuándo es nuestra vida una ‘buena nueva’ para los demás?
2.-Según el texto bíblico, ¿qué dice esta lectura de la misión confiada a los
discípulos?
3.- ¿Qué mensaje sacamos de esta lectura bíblica?
4.- ¿A qué compromisos nos sentimos llamados?

Oraciones comunitarias. Padre Nuestro, Dios te salve, Gloria

Oración final: Padre Dios, en nuestro bautismo nos confiaste la misión de ser
testigos tuyos. Renueva en nosotros el ser profetas, sacerdotes y reyes-pastores
para que comuniquemos, en palabras y hechos, la buena nueva de tu Reino, con la
19
ayuda de tu Hijo Jesús que vive resucitado en medio de nosotros por los siglos de
los siglos. Amén.

Comentario 6: LA MISIÓN CRISTIANA ES TRIPLE.

La misión de los cristianos es triple:


1.- Reconocer a Jesús,
2.- Desvelarlo a los demás y
3.- Celebrarlo juntos.
… sabiendo que Jesús y el Reino van siempre juntos.

Reconocer a Jesús es primero conocerlo, conocer su vida, sus palabras, sus


actitudes, su pasión su muerte y su resurrección de ayer: es ser discípulos de él. Es
sobre todo caer en cuenta de su presencia de resucitado entre nosotros. Tal vez
sea eso la oración: aprender a reconocer a Jesús resucitado hoy, mirarlo a él en
nuestra vida, en la vida de los demás, en los acontecimientos… Sabemos
preguntarnos en nuestra oración de la noche: ¿Dónde he visto hoy crecer tu Reino,
Señor? y ¿Dónde lo he visto ser destruido?

Desvelar a Jesús como también su Reino a los demás. No podemos quedarnos


mirando a Jesús, hay que compartirlo con otros. No podemos construir el Reino
entre unos pocos. Hay que integrar a otros en esta fe viva y comprometida. “Ustedes
serán mis testigos y harán discípulos míos hasta los confines de la tierra”.

Celebrar a Jesús y su Reino juntos. Tal vez sea eso el gran desconocimiento de
nosotros los cristianos: los sacramentos son celebraciones de Jesús y de su Reino
en nuestras vidas y un compromiso a seguir a Jesús y construir este Reino, juntos.
Bien se puede comenzar a alegrarnos por este Jesús y por su Reino, cantando
juntos, compartiendo un pan y un refresco juntos, festejando juntos nuestra amistad,
nuestra fe, nuestros logros, nuestras utopías…

¡Gracias, Señor Jesús, por enviarnos a construir este Reino tuyo, Reino de
fraternidad y justicia, ¡material y espiritual!

ROSARIO DE LA RESURRECCIÓN
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20
SEPTIMO DÍA: JESÚS HA RESUCITADO
ALELUYA
Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos, Señor ✠ Dios
nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
Encendemos el Cirio Pascual
PREGON PASCUAL
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CRISTO HA VENCIDO
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CÁNTICO DE LOS TRES JOVENES
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Día 7: LA ASCENSIÓN DE JESÚS.

Hechos 1,6-11.

"Los que estaban presentes le preguntaron: «Señor, ¿es ahora cuando vas a
restablecer el Reino de Israel?» Les respondió: «No les corresponde a ustedes
conocer los plazos y los pasos que solamente el Padre tiene autoridad para decidir.

Pero recibirán la fuerza del Espíritu Santo cuando venga sobre ustedes, y serán mis
testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta los extremos de la tierra.»
Dicho esto, Jesús fue levantado ante sus ojos y una nube lo ocultó de su vista. Ellos
seguían mirando fijamente al cielo mientras se alejaba. Pero de repente vieron a su
lado a dos hombres vestidos de blanco que les dijeron: «Amigos galileos, ¿qué
hacen ahí mirando al cielo? Este Jesús que les han llevado volverá de la misma
manera que ustedes lo han visto ir al cielo.»"

Palabra del Señor.

Mensaje: Con su ‘Ascensión’, Jesús desaparece a unos para hacerse presente a


muchísimos. Hoy está con nosotros, por eso tenemos que estar felices como los
apóstoles después de la ‘desaparición’ de Jesús, porque habían experimentado su
presencia permanente en medio de ellos.

Diálogo inicial:
1.- ¿De qué maneras sentimos la presencia de familiares que han migrado en otros
países o se nos han adelantado?
2.- Según el texto bíblico, ¿qué dice esta lectura de los apóstoles?
3.- ¿Qué mensaje sacamos de esta lectura bíblica?
4- ¿A qué compromisos nos sentimos llamados?

Oraciones comunitarias. Padre Nuestro, Dios te salve, Gloria.

21
Oración final: Padre Dios, gracias por la presencia de Jesús entre nosotros. Gracias
también por la misión que nos confías de continuar tu Reino. Danos alegría y valor
para ser tus incansables testigos, individual y colectivamente, mediante la fuerza de
tu Hijo Jesús que vive resucitado en medio de nosotros por los siglos de los siglos.
Amén.

Comentario 7: CON SU ASCENSIÓN JESÚS ES DE TODOS.


Igual que para todos los seres humanos, la vida terrenal de Jesús tenía que
terminar. Eso es la Ascensión: el fin de la vida mortal de Jesús. Pero se trata de
Jesús resucitado, por eso “sube a los cielos”. El cielo es donde se vive de amor: el
cielo comienza en la tierra. El cielo es el Reino que acontece en esta tierra. Por eso
los discípulos ven a Jesús desaparecer y se regresan alegres a sus casas y a la
misión. Jesús ‘desaparece’ a los ojos de algunos para ‘aparecer’ a muchos, a
muchísimos otros. La Ascensión de Jesús manifiesta la extensión de su
resurrección para que alcance a todos los seres humanos y no sólo a unos cuantos
palestinos de siglo primero de nuestra era.

Con la Ascensión los discípulos caen en la cuenta de que “ahora a ellos les toca”.
La Ascensión marca el comienzo de la misión. Curiosamente Jesús no les dio
muchas instrucciones, ni les dejó escrito nada. Había que continuar lo que Jesús
había comenzado.
¿Qué había comenzado Jesús?
-Había comenzado a hacer comunidad: su comunidad de los 12 apóstoles. Por esa
actividad comenzó su misión Jesús: el Reino comienza con una comunidad.

-Había comenzado a predicar y realizar el Reino de Dios: para eso había sido
enviado por el Padre. El Reino es poner en marcha nuevas relaciones entre las
personas, entre los grupos, en un mismo país, entre los pueblos. Es desterrar
estructuras de dominación, explotación, acumulación, por estructuras de igualdad,
de compartir y de equidad.

-Había comenzado de curar las vidas destruidas por la enfermedad, el hambre, los
vicios, los pecados… ayudando al caído a levantarse, al ciego a ver, al sordo a oír,
al preso a liberarse…
-Había aceptado ser pobre y solidarizarse con los pobres: esa fue su opción de vida,
porque de los pobres y de los que hacen suyas las causas de los pobres es el Reino
de Dios.
-Había aceptado, por solidaridad con los pobres, ser enjuiciado, maltratado,
torturado y asesinado, o sea, sufrir “la máxima crueldad por la máxima solidaridad”.
¡Gracias, Señor Jesús, ¡por haber ‘ascendido a los cielos’ para estar con todos
nosotros! ¡Gracias, Señor Jesús, por habernos dejado el camino de la salvación,
que es tu camino: el camino del Reino!

VIA LUCIS
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22
OCTAVO DÍA: JESÚS HA RESUCITADO
ALELUYA
Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos, Señor ✠ Dios
nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
Encendemos el Cirio Pascual

PREGON PASCUAL
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CRISTO HA VENCIDO
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SALMO 135
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Día 8: LA VENIDA DEL ESPÍRITU SANTO.

Hechos 2,1-11

"Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en el mismo lugar. De


repente vino del cielo un ruido, como el de una violenta ráfaga de viento, que llenó
toda la casa donde estaban, y aparecieron unas lenguas como de fuego que se
repartieron y fueron posándose sobre cada uno de ellos. Todos quedaron llenos del
Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les
concedía que se expresaran. Estaban de paso en Jerusalén judíos piadosos,
llegados de todas las naciones que hay bajo el cielo. Y entre el gentío que acudió
al oír aquel ruido, cada uno los oía hablar en su propia lengua. Todos quedaron muy
desconcertados y se decían, llenos de estupor y admiración: «Pero éstos ¿no son
todos galileos? ¡Y miren cómo hablan! Cada uno de nosotros les oímos en nuestra
propia lengua nativa. Entre nosotros hay partos, medos y elamitas, habitantes de
Mesopotamia, Judea, Capadocia, del Ponto y Asia, de Frigia, Panfilia, Egipto y de
la parte de Libia que limita con Cirene. Hay forasteros que vienen de Roma, unos
judíos y otros extranjeros, que aceptaron sus creencias, cretenses y árabes. Y todos
les oímos hablar en nuestras propias lenguas las maravillas de Dios.»"

Palabra de Dios.

Mensaje: El Espíritu Santo es la fuerza de Jesús en medio de nosotros, como un


‘fuego’ que arde dentro de nosotros y un ‘viento’ que nos empuja a seguir adelante.
Este Espíritu anima a todos los hombres y mujeres de buena voluntad que son
servidores del Bien Común.

Diálogo inicial:
1.- ¿Qué grandes hombres y mujeres han cambiado positivamente la vida de
nuestro país?
2.- Según el texto bíblico, ¿qué dice esta lectura de los apóstoles?
23
3.- ¿Qué mensaje sacamos de esta lectura bíblica?
4.- ¿A qué compromisos nos sentimos llamados?

Oraciones comunitarias. Padre Nuestro, Dios te salve, Gloria.

Oración final: Padre Dios, gracias por el don de tu Espíritu que nos ilumina y nos
anima al servicio del bien. Haz que nos solidaricemos con todas y todos los que
trabajan para una Iglesia al servicio del Reino y una sociedad más humana, fraterna
y justa: te lo pedimos por medio de tu Hijo Jesús que vive resucitado en medio de
nosotros por los siglos de los siglos. Amén

Comentario 8: EL ESPÍRITU DE LA VERDAD.

¿De qué espíritu somos? ¿El espíritu del bien o el espíritu del mal?... A veces del
uno y a veces del otro. A lo largo del Evangelio, o sea, de la vida de Jesús, vemos
cómo Jesús se deja guiar por el Espíritu de Dios.

-Desde antes de su nacimiento, el Espíritu estuvo con Jesús.

-El Espíritu estaba con el profeta Simeón y la profetiza Ana, Isabel y Zacarías,
cuando sienten que habla en ellos.

-En su bautismo por Juan Bautista, sintió Jesús que el Espíritu estaba con él para
emprender la misión del Reino. Por eso después de su bautismo “Jesús volvió a
Galilea, con el poder del Espíritu”.

-Luego se nos dice que a los 30 años el Espíritu “condujo a Jesús al desierto” para
aprender a discernir cuáles eran los caminos del Reino y cuáles del demonio.

- A lo largo de su ministerio, Jesús tiene conciencia que es el Espíritu que le permite


‘echar fuera a los demonios’, que es el ‘Espíritu de la verdad’.

-Cuando, en Nazaret, sus paisanos querían echarlo al barranco, “Jesús, pasando


en medio de ellos, siguió su camino con el poder del Espíritu”.

-Jesús se llenó del Espíritu para “bendecir a su Padre por haber revelado los
misterios del Reino a los pobres”.
-Jesús anunció a Nicodemo que tenía que renacer del agua y del Espíritu para entrar
en el Reino de Dios”.

-Para Jesús, el Espíritu es “el que da vida”

-Anuncia a la mujer samaritana, que a Dios se lo adora no sólo en el templo, sino


que “los verdaderos adoradores los adoran en Espíritu y en Verdad”, sin ningún
intermediario.

-Denunció el ‘pecado contra el Espíritu’ por llamar bien lo que es maldad.


24
-Jesús anunció a sus discípulos que él compartirá su Espíritu con ellos para que
tengan suficiente valor para anunciar y construir el Reino, como también para saber
qué hablar cuando las autoridades los persigan.

-Jesús da a sus discípulos el Espíritu, soplando sobre ellos. Este será para ellos un
protector y un intérprete de la verdad de Dios.

Al hablar del “Espíritu de la verdad”, recordemos en qué consiste la verdad.

¡Gracias, Padre Dios por el don del Espíritu, ¡para hacernos verdaderos discípulos
de tu Hijo resucitado!

ROSARIO DE LA RESURRECCIÓN
Ver página 55

25
NOVENO DÍA: JESÚS HA RESUCITADO
ALELUYA
Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos, Señor ✠ Dios
nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
Encendemos el Cirio Pascual

PREGON PASCUAL
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CRISTO HA VENCIDO
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CÁNTICO DE LOS TRES JOVENES
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Día 9: LA PRIMERA COMUNIDAD CRISTIANA.

Hechos 2,42-47.

"Acudían asiduamente a la enseñanza de los apóstoles, a la convivencia, a la


fracción del pan y a las oraciones. Toda la gente sentía un santo temor, ya que los
prodigios y señales milagrosas se multiplicaban por medio de los apóstoles. Todos
los que habían creído vivían unidos; compartían todo cuanto tenían, vendían sus
bienes y propiedades y repartían después el dinero entre todos según las
necesidades de cada uno. Todos los días se reunían en el Templo con entusiasmo,
partían el pan en sus casas y compartían sus comidas con alegría y con gran
sencillez de corazón. Alababan a Dios y se ganaban la simpatía de todo el pueblo;
y el Señor agregaba cada día a la comunidad a los que quería salvar."

Palabra de Dios.

Mensaje: Después de la resurrección y del don del Espíritu, los primeros cristianos
se organizaron en Comunidad, al ejemplo de Jesús con ‘los Doce’. En esta primera
comunidad cristiana las actividades eran las unas espirituales y la otra social,
mediante el compartir de los bienes, entre los miembros de la Comunidad como
signo del Reino presente entre ellos y por medio de ellos.

Diálogo inicial:
1.- ¿Qué valores hemos descubierto en nuestras comunidades?
Palabra de Dios. Hechos 2,42-47: La comunidad modelo para los cristianos de hoy.
2.- Según el texto bíblico, ¿qué dice esta lectura de las actividades espirituales y
materiales de la primera comunidad?
3.- ¿Qué mensaje sacamos de esta lectura bíblica?
4.- ¿A qué compromisos nos sentimos llamados?

Oraciones comunitarias. Padre Nuestro, Dios te salve, Gloria.


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Oración final: Padre Dios, gracias por invitarnos a seguir a tu Hijo Jesús en
comunidades vivas, creyentes, fraternales y equitativas. Danos tu Espíritu para que
juntos construyamos tu Reino, gracias a la presencia de tu Hijo que vive resucitado
en medio de nosotros por los siglos de los siglos. Amén.

Comentario 9: LA COMUNIDAD DEL COMPARTIR

Los Hechos de los apóstoles nos describen la primera comunidad


cristiana de tal manera que ésta sea un modelo de vida para los cristianos de todos
los tiempos. Entre sus actividades, las unas eran espirituales y los otras, sociales.
Así entendieron el arranque de la misión: desde una vida en comunidad.

1.- Actividades espirituales: la enseñanza de los apóstoles, la fracción del pan (o


eucaristía) y las oraciones.

2.- Actividades sociales: la convivencia, la unión: ‘un solo corazón y una sola alma’,
y el compartir de los bienes según las necesidades de cada uno, por vender lo que
les pertenecía.

Con el paso del tiempo hemos interpretado las actividades de las Comunidades con
la imagen de los 2 pies: se camina con “el pie de lo religioso” y “el pie de lo social”
que avanzan juntos. Esa fue la manera de cómo debe ser el testimonio de la
resurrección de Jesús y de la vivencia del Reino.

Esta lectura de los Hechos permite a nuestras Comunidades Parroquiales


identificarse con el proyecto de Jesús: vuelven de una manera más clara a las
prácticas de las primeras comunidades cristianas. A evaluar entonces nuestras
prácticas cristianas a la luz de las actividades espirituales y sociales de la primera
comunidad cristiana, si queremos manifestar la presencia viva del Resucitado en
medio de nosotros.

¡Gracias, Padre Dios, ¡por el testimonio de tu Hijo Jesús de vivir entre nosotros!
¡Gracias por el Reino inaugurado por tu Hijo Jesús a partir de cada uno de nosotros!
¡Gracias por tu Hijo Jesús resucitado y liberador en medio de nosotros! ¡Gracias por
el don de tu Espíritu que nos une en Comunidades al servicio del Reino!

A N E X O. De la carta a los Filipenses 2,6-11.

He aquí los 5 pasos de ‘encarnación’ de Jesús en medio de nosotros los seres


humanos:

1.-No se apegó a su igualdad con Dios, sino que se hizo semejante a nosotros.
2.-Se redujo a don ‘nadie’, tomando la condición de servidor o de esclavo.
3.-Más todavía, se rebajó solidarizándose con los más marginados.
4.-Aceptó ser maltratado y torturado como los últimos, para que nadie desespere de
Dios.
5.-Sufrió la peor muerte, la de la cruz, por su máxima solidaridad con todos los
27
desheredados.

Así escribe san Pablo:


“El, siendo de condición divina, no se apegó a su igualdad con Dios, sino que se
redujo a nada, tomando la condición de servidor, y se hizo semejante a los hombres.
Y encontrándose en la condición humana, se rebajó a sí mismo haciéndose
obediente hasta la muerte, y muerte en una cruz. Por eso Dios lo engrandeció y le
dio el Nombre que está sobre todo nombre, para que al Nombre de Jesús se doble
toda rodilla en los cielos, en la tierra y entre los muertos, y toda lengua proclame
que Cristo Jesús es el Señor, para gloria de Dios Padre.”

VIA LUCIS
Ver página 35

28
PREGON PASCUAL
Exulten los coros de los ángeles
exulte la asamblea celeste,
y un himno de gloria
aclame el triunfo del Señor resucitado.

Alégrese la tierra inundada por la nueva luz;


/ el esplendor del rey destruyó las tinieblas,
destruyó las tinieblas,
las tinieblas del mundo. / (2)

Que se alegre nuestra Madre la Iglesia


resplandeciente de la gloria de su Señor
y que en este lugar resuene unánime
la aclamación de un pueblo en fiesta.

El Señor esté con vosotros,


y con tu espíritu.
Levantemos el corazón,
lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
/ Es justo y necesario. / (2)

Realmente es justo y necesario,


exaltar con el canto la alegría del espíritu,
y elevar un himno al Padre Todopoderoso
y a su único Hijo, Jesucristo.

Él ha pagado por todos al eterno Padre


la deuda de Adán,
y con su sangre, derramada por amor,
ha cancelado la condena antigua del pecado.

Esta es la Pascua en que se inmola el Cordero.


Esta es la noche en que fueron liberados
nuestros padres de Egipto.
Esta es la noche
que nos salva de la oscuridad del mal.

29
/ Esta es la noche
en que Cristo ha vencido la muerte
y del infierno retorna victorioso. / (2)

¡Oh admirable condescendencia de tu amor!


¡Oh incomparable ternura y caridad!
Por rescatar al esclavo has sacrificado al Hijo.

Sin el pecado de Adán


Cristo no nos habría rescatado.

/ ¡Oh feliz culpa!


que mereció tan grande redentor,
¡Oh feliz culpa! / (2)

¡Oh noche maravillosa,


que despojaste al Faraón
y enriqueciste a Israel!

¡Oh noche que destruyes el pecado


y lavas todas nuestras culpas!

¡Oh noche realmente gloriosa


que reconcilias al hombre con su Dios!

/ Esta es la noche
en que Cristo ha vencido la muerte
y del infierno retorna victorioso. / (2)

En esta noche acepta, Padre Santo,


este sacrificio de alabanza
que la Iglesia te ofrece
por medio de sus ministros,
en la liturgia solemne de este cirio
que es signo de la nueva luz.

Te rogamos, Señor:
que este cirio
ofrecido en honor de tu nombre
brille radiante;
llegue hasta Ti como perfume suave,
se confunda con las estrellas del cielo;
lo encuentre encendido el lucero de la mañana,
esa estrella que no conoce el ocaso;

30
/ que es Cristo tu Hijo,
resucitado, resucitado
de la muerte. / (2)

Amén, Amén, Amén

CRISTO HA VENCIDO

Jesús no está muerto. Él se levantó de la tumba, contra todas las mentiras y planes
de Satanás, y prometió las más grandes y maravillosas promesas de su Reino
Dos mil años después, la resurrección todavía predica la alianza de amor eterno de
Dios en ganar cada victoria para ti si pones toda tu confianza en Él y no en las cosas
del mundo
Satanás conspiró con Judas, Pilatos y los lideres judíos del sanedrín de aquellos
tiempos para asesinar al autor de la vida, pero "Dios lo resucitó de entre los muertos,
librándolo de las angustias de la muerte, porque no era posible que ella tuviera
dominio sabre Él" (Cfr. Hechos 2:24)
Y si crees en él, la muerte tampoco te podrá detener: pues Jesús dijo: "Yo soy la
resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá" (Juan 11, 25)
Jesús se levantó de entre las sombras para demostrar que había derrotado a la
muerte. Hasta ese día, la muerte parecía tragar cada gota de vida y esperanza de
generación en generación. "Porque la paga del pecado es muerte" (Romanos 6:23),
y "Todos están sometidos al pecado, tanto los judíos como los que no lo son"
(Romanos 3:10). Entonces, ¿cómo podrían los pecadores tener alguna esperanza
de escapar de la muerte?
Jesús venció las tinieblas y se levantó victorioso para demostrar el poder de su
Reino y de su amor. Él nos prometió que eventualmente regresaría y vendría a dar
a cada uno lo que ha cosechado
Este Domingo de Pascua es una declaración de amor a Dios, es tiempo de hacer
notar que nuestra esperanza está tan viva como Jesús.
Hoy es un gran día para declarar todo tu amor a Dios. Para detenerse y reflexionar
junto a la tumba vacía del Señor, y recordar la locura de amor extremo que Dios fue
capaz de hacer por ti y por mí
Mi Señor Resucitado, qué bueno es sentir tu presencia poderosa, pero acogedora,
que despierta y llena de vida todos los ambientes que me rodean, alejando todo
sentimiento de angustia y abandono. Ayúdame a permanecer siempre cerca de Ti,
porque solo de Ti me viene ese amor que me sostiene, esa fuerza que me restaura
y todo ese poder para seguir luchando con valentía

31
Gracias, Señor, por tu eterno sacrificio de amor en la Cruz, por tu gloriosa
resurrección que me invita a renovar mi corazón en tus promesas, y gracias por
todos los momentos de oración que hemos disfrutado juntos. Ayúdame a
reconocerte en todo momento, sentir que estás vivo y presente, sentir tu cercanía y
la calidez de tu voz que consuela y trae la paz al alma. Solo tu voz quiero seguir,
solo tu voz quiero sentir.
Ayúdame a reconocer tu voz en las tristezas y alegrías, en los momentos de
aflicción. Quiero recurrir a ella y rendirme a tu voluntad porque Tú has derrotado la
muerte y me has dado el regalo de la salvación. Te pido que sigas obrando en mí,
sigue bendiciéndome y abriendo caminos de sanación, de salud, de fortaleza, de
esperanza. Capacítame con tu sabiduría para saber romper todo muro de dolor que
no me deja avanzar.
Mi Cristo Resucitado y glorioso. dame la gracia de poder liberarme de miedos y
opresiones, de sentirme capacitado y valiente para salir y anunciar todo lo bueno de
tus promesas. Quiero nacer de nuevo en el Espíritu, rehacer mi vida para alabarte
y adorarte. porque en ningunas otras manos yo podría estar más seguro. Amén.

CÁNTICO DE LOS TRES JÓVENES


Dn. 3, 57-88. 56

R. Ha resucitado del sepulcro nuestro Redentor; cantemos un himno al Señor,


nuestro Dios. Aleluya.

Criaturas todas del Señor, bendecid al Señor,


ensalzadlo con himnos por los siglos.

Ángeles del Señor, bendecid al Señor;


cielos, bendecid al Señor.

Aguas del espacio, bendecid al Señor;


ejércitos del Señor, bendecid al Señor.

Sol y luna, bendecid al Señor;


astros del cielo, bendecid al Señor.

Lluvia y rocío, bendecid al Señor;


vientos todos, bendecid al Señor.

Fuego y calor, bendecid al Señor;


fríos y heladas, bendecid al Señor.

Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;


témpanos y hielos, bendecid al Señor.

32
Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.

Luz y tinieblas, bendecid al Señor;


rayos y nubes, bendecid al Señor.

Bendiga la tierra al Señor,


ensálcelo con himnos por los siglos.

Montes y cumbres, bendecid al Señor;


cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.

Manantiales, bendecid al Señor;


mares y ríos, bendecid al Señor.

Cetáceos y peces, bendecid al Señor;


aves del cielo, bendecid al Señor.

Fieras y ganados, bendecid al Señor,


ensalzadlo con himnos por los siglos.

Hijos de los hombres, bendecid al Señor


bendiga Israel al Señor.

Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;


siervos del Señor, bendecid al Señor.

Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;


santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.

Ananías, Azarías y Misael,


bendecid al Señor; ensalzadlo con himnos por los siglos.

Bendigamos al Padre y al Hijo,


con el Espíritu Santo, ensalcémoslo con himnos por los siglos.

Bendito el Señor en la bóveda del cielo,


alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.

SALMO 135
R. Dad gracias al Señor; solo él hizo grandes maravillas. Aleluya.
Dad gracias al Señor porque es bueno:
porque es eterna su misericordia.

Dad gracias al Dios de los dioses:


porque es eterna su misericordia.
33
Dad gracias al Señor de los señores:
porque es eterna su misericordia.

Sólo él hizo grandes maravillas:


porque es eterna su misericordia.

Él hizo sabiamente los cielos:


porque es eterna su misericordia.

El afianzó sobre las aguas la tierra:


porque es eterna su misericordia.

Él hizo lumbreras gigantes:


porque es eterna su misericordia.

El sol que gobierna el día:


porque es eterna su misericordia.
La luna que gobierna la noche:
porque es eterna su misericordia.

El hirió a Egipto en sus primogénitos:


porque es eterna su misericordia.

Y sacó a Israel de aquel país:


porque es eterna su misericordia.

Con mano poderosa, con brazo extendido:


porque es eterna su misericordia.

Él dividió en dos partes el mar Rojo:


porque es eterna su misericordia.

Y condujo por en medio a Israel:


porque es eterna su misericordia.

Arrojó en el mar Rojo al Faraón:


porque es eterna su misericordia.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y en la


hora de nuestra muerte. Amén.

34
VIA LUCIS
Estaciones según los relatos evangélicos de la Resurrección a Pentecostés.

Hay una devoción popular con tradición desde la edad media, que es el Vía Crucis
(el camino de la cruz). En él se recorren los momentos más sobresalientes de la
Pasión y Muerte de Cristo: desde la oración en el huerto hasta la sepultura de su
cuerpo (cf. "Via Crucis según los relatos evangélicos"). Pero ésta es la primera parte
de una historia que no acaba en un sepulcro, ni siquiera en la mañana de la
Resurrección, sino que se extiende hasta la efusión del Espíritu Santo y su
actuación maravillosa.

Desde el Domingo de Pascua hasta el de Pentecostés hubo cincuenta días llenos


de acontecimientos, inolvidables y trascendentales, que los cercanos a Jesús
vivieron intensamente, con una gratitud y un gozo inimaginables.
De igual forma que las etapas de Jesús camino del Calvario se han convertido en
oración, queremos seguir también a Jesús en su camino de gloria. Éste es el sentido
último de esta propuesta, una invitación a meditar la etapa final del paso de Jesús
por la tierra.

El Via Lucis, "camino de la luz" es una devoción reciente que puede complementar
la del Via Crucis. En ella se recorren catorce estaciones con Cristo triunfante desde
la Resurrección a Pentecostés, siguiendo los relatos evangélicos. Incluimos también
la venida del Espíritu Santo porque, como dice el Catecismo de la Iglesia Católica:
"El día de Pentecostés, al término de las siete semanas pascuales, la Pascua de
Cristo se consuma con la efusión del Espíritu Santo que se manifiesta, da y
comunica como Persona divina" (n.731).
La devoción del Via Lucis se recomienda en el Tiempo Pascual y todos los domingos
del año que están muy estrechamente vinculados a Cristo resucitado.

Cómo rezar el Via Lucis

Para rezar el Via Lucis, en que compartimos con Jesús la alegría de su


Resurrección, proponemos un esquema similar al que utilizamos para rezar el Via
Crucis:
1.- Enunciado de la estación;
2.- Presentación o monición que encuadra la escena;
3.- Texto evangélico correspondiente, con la cita de los lugares paralelos (en las
dos últimas estaciones hemos tomado el texto de los Hechos de los Apóstoles);
4.- Oración que pretende tener un tono de súplica
Si se desea, después del enunciado de cada una de las estaciones, se puede decir:

V/ Jesucristo ha resucitado. Aleluya.


R/ Verdaderamente ha resucitado. Aleluya.
V/ Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
R/ Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

35
Nuestra disposición inicial

Los acontecimientos del Via Crucis concluyen en un sepulcro, y dejan quizá en


nuestro interior una imagen de fracaso. Pero ése no es el final. Jesús con su
Resurrección triunfa sobre el pecado y sobre la muerte.

Y, resucitado, dedicará nada menos que cuarenta días en devolver la fe y la


esperanza a los suyos. Después los dejará diez días de reflexión - a modo de
jornadas de retiro y oración - en torno a María para que reciban la fuerza del Espíritu
que les capacite para cumplir la misión que El les ha confiado.

En los encuentros de Jesús con los suyos, llenos de intimidad y de esperanza, el


Señor parece jugar con ellos: aparece de improviso, donde y como menos se
esperan, les llena de alegría y fe, y desaparece dejándoles de nuevo esperando.
Pero después de su presencia viene la confianza firme, la paz que ya nadie podrá
arrebatarles. Todo se ilumina de una luz nueva.

El Via Lucis es el camino de la luz, del gozo y la alegría vividos con Cristo y gracias
a Cristo resucitado. Vamos a vivir con los discípulos su alegría desbordante que
sabe contagiar a todos. Vamos a dejarnos iluminar con la presencia y acción de
Cristo resucitado que vive ya para siempre entre nosotros. Vamos a dejarnos llenar
por el Espíritu Santo que vivifica el alma.
Oración Preparatoria

Señor Jesús, con tu Resurrección triunfaste sobre la muerte y vives para siempre
comunicándonos la vida, la alegría, la esperanza firme.

Tú que fortaleciste la fe de los apóstoles, de las mujeres y de tus discípulos


enseñándolos a amar con obras, fortalece también nuestro espíritu vacilante, para
que nos entreguemos de lleno a Ti.

Queremos compartir contigo y con tu Madre Santísima la alegría de tu Resurrección


gloriosa.

Tú que nos has abierto el camino hacia el Padre, haz que, iluminados por el Espíritu
Santo, gocemos un día de la gloria eterna.

PRIMERA ESTACIÓN.
¡CRISTO VIVE!: ¡HA RESUCITADO!

En la ciudad santa, Jerusalén, la noche va dejando paso al Primer Día de la semana.


Es un amanecer glorioso, de alegría desbordante, porque Cristo ha vencido
definitivamente a la muerte. ¡Cristo vive! ¡Aleluya!

Del Evangelio según San Mateo 28, 1-7. (cf. Mc 16, 1-8; Lc, 24, 1-9; Jn 20, 1-2).

"Pasado el sábado, al aclarar el primer día de la semana, fueron María Magdalena

36
y la otra María a visitar el sepulcro. De repente se produjo un violento temblor: el
Ángel del Señor bajó del cielo, se dirigió al sepulcro, hizo rodar la piedra de la
entrada y se sentó sobre ella. Su aspecto era como el relámpago y sus ropas
blancas como la nieve. Al ver al Ángel, los guardias temblaron de miedo y se
quedaron como muertos. El Ángel dijo a las mujeres: «Ustedes no tienen por qué
temer. Yo sé que buscan a Jesús, que fue crucificado. No está aquí, pues ha
resucitado, tal como lo había anunciado. Vengan a ver el lugar donde lo habían
puesto, pero vuelvan en seguida y digan a sus discípulos: Ha resucitado de entre
los muertos y ya se les adelanta camino a Galilea. Allí lo verán ustedes. Con esto
ya se lo dije todo.»"

Palabra del Señor.

Comentario

En los sepulcros suele poner "aquí yace", en cambio en el de Jesús el epitafio no


estaba escrito, sino que lo dijeron los ángeles: "¿Por qué buscáis entre los muertos
al que vive? No está aquí, sino que ha resucitado" (Lc 24, 5-6).

Cuando todo parece que está acabado, cuando la muerte parece haber dicho la
última palabra, hay que proclamar llenos de gozo que Cristo vive, porque ha
resucitado. Esa es la gran noticia, la gran verdad que da consistencia a nuestra fe,
que llena de una alegría desbordante nuestra vida, y que se entrega a todos: "hasta
a los muertos ha sido anunciada la Buena Noticia" (1 Pe 4, 6), porque Jesús abrió
las puertas del cielo a los justos que murieron antes que Él.

Cristo, que ha querido redimirnos dejándose clavar en un madero, entregándose


plenamente por amor, ha vencido a la muerte. Su muerte redentora nos ha liberado
del pecado, y ahora su resurrección gloriosa nos ha abierto el camino hacia el
Padre.

Oración

Señor Jesús, hemos querido seguirte en los momentos difíciles de tu Pasión y


Muerte, sin avergonzarnos de tu cruz redentora. Ahora queremos vivir contigo la
verdadera alegría, la alegría que brota de un corazón enamorado y entregado, la
alegría de la resurrección. Pero enséñanos a no huir de la cruz, porque antes del
triunfo suele estar la tribulación. Y sólo tomando tu cruz podremos llenarnos de ese
gozo que nunca acaba.

V/ Jesucristo ha resucitado. Aleluya.


R/ Verdaderamente ha resucitado. Aleluya.
V/ Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
R/ Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

SEGUNDA ESTACIÓN.
EL ENCUENTRO CON MARÍA MAGDALENA.
37
María Magdalena, va al frente de las mujeres que se dirigen al sepulcro para
terminar de embalsamar el cuerpo de Jesús. Llora su ausencia porque ama, pero
Jesús no se deja ganar en generosidad y sale a su encuentro.

Del Evangelio según San Juan 20, 10-18 (cf. Mc 16, 9-11; Mt 28, 9-10).

"Los discípulos, entonces, volvieron a casa. Estaba María junto al sepulcro afuera
llorando. Y mientras lloraba se inclinó hacia el sepulcro, y ve dos ángeles de blanco,
sentados donde había estado el cuerpo de Jesús, uno a la cabecera y otro a los
pies. Dícenle ellos: «Mujer, ¿por qué lloras?» Ella les respondió: «Porque se han
llevado a mi Señor, y no sé dónde le han puesto.». Dicho esto, se volvió y vio a
Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús. Le dice Jesús: «Mujer, ¿por qué lloras?
¿A quién buscas?» Ella, pensando que era el encargado del huerto, le dice: «Señor,
si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo me lo llevaré.» Jesús le dice:
«María.» Ella se vuelve y le dice en hebreo: «Rabbuní» - que quiere decir:
«Maestro» -. Dícele Jesús: «No me toques, que todavía no he subido al Padre. Pero
vete donde mis hermanos y diles: Subo a mi Padre y vuestro Padre, a mi Dios y
vuestro Dios.» Fue María Magdalena y dijo a los discípulos que había visto al Señor
y que había dicho estas palabras."

Palabra del Señor.


Comentario

La Magdalena ama a Jesús, con un amor limpio y grande. Su amor está hecho de
fortaleza y eficacia, como el de tantas mujeres que saben hacer de él entrega. María
ha buscado al Maestro y la respuesta no se ha hecho esperar: el Señor reconoce
su cariño sin fisuras, y pronuncia su nombre. Cristo nos llama por nuestros nombres,
personalmente, porque nos ama a cada uno. Y a veces se oculta bajo la apariencia
del hortelano, o de tantos hombres o mujeres que pasan, sin que nos demos cuenta,
a nuestro lado.

María Magdalena, una mujer, se va a convertir en la primera mensajera de la


Resurrección: recibe el dulce encargo de anunciar a los apóstoles que Cristo ha
resucitado.

Oración

Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra, la tradición cristiana nos dice que la
primera visita de tu Hijo resucitado fue a ti, no para fortalecer tu fe, que en ningún
momento había decaído, sino para compartir contigo la alegría del triunfo. Nosotros
te queremos pedir que, como María Magdalena, seamos testigos y mensajeros de
la Resurrección de Jesucristo, viviendo contigo el gozo de no separarnos nunca del
Señor.

V/ Jesucristo ha resucitado. Aleluya.


R/ Verdaderamente ha resucitado. Aleluya.
38
V/ Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
R/ Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

TERCERA ESTACIÓN.
JESÚS SE APARECE A LAS MUJERES

Las mujeres se ven desbordadas por los hechos: el sepulcro está vacío y un ángel
les anuncia que Cristo vive. Y les hace un encargo: anunciadlo a los apóstoles. Pero
la mayor alegría es ver a Jesús, que sale a su encuentro.

Del Evangelio según San Mateo 28, 8-10.

"Ellas se fueron al instante del sepulcro, con temor, pero con una alegría inmensa a
la vez, y corrieron a llevar la noticia a los discípulos. En eso Jesús les salió al
encuentro en el camino y les dijo: «Paz a ustedes.» Las mujeres se acercaron, se
abrazaron a sus pies y lo adoraron. Jesús les dijo en seguida: «No tengan miedo.
Vayan ahora y digan a mis hermanos que se dirijan a Galilea. Allí me verán.»"

Palabra del Señor.


Comentario

Las mujeres son las primeras en reaccionar ante la muerte de Jesús. Y obran con
diligencia: su cariño es tan auténtico que no repara en respetos humanos, en el qué
dirán. Cuando embalsamaron el cuerpo de Jesús lo tuvieron que hacer tan
rápidamente que no pudieron terminar ese piadoso servicio al Maestro. Por eso,
como han aprendido a querer, a hacer las cosas hasta el final, van a acabar su
trabajo. Son valientes y generosas, porque aman con obras. Han echado fuera el
sueño y la pereza y, antes de despuntar el día, ya se encaminan hacia el sepulcro.
Hay dificultades objetivas: los soldados, la pesada piedra que cubre la estancia
donde está colocado el Señor. Pero ellas no se asustan porque saben poner todo
en manos de Dios.

Oración

Señor Jesús, danos la valentía de aquellas mujeres, su fortaleza interior para hacer
frente a cualquier obstáculo. Que, a pesar de las dificultades, interiores o exteriores,
sepamos confiar y no nos dejemos vencer por la tristeza o el desaliento, que nuestro
único móvil sea el amor, el ponernos a tu servicio porque, como aquellas mujeres,
y las buenas mujeres de todos los tiempos, queremos estar, desde el silencio, al
servicio de los demás.

V/ Jesucristo ha resucitado. Aleluya.


R/ Verdaderamente ha resucitado. Aleluya.
V/ Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
R/ Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

CUARTA ESTACIÓN.

39
LOS SOLDADOS CUSTODIAN EL SEPULCRO DE CRISTO

Para ratificar la resurrección de Cristo, Dios permitió que hubiera unos testigos
especiales: los soldados puestos por los príncipes de los sacerdotes, precisamente
para evitar que hubiera un engaño.

Del Evangelio según San Mateo 28, 11-15.

"Mientras las mujeres iban, algunos guardias corrieron a la ciudad y contaron a los
jefes de los sacerdotes todo lo que había pasado. Se reunieron con las autoridades
judías y acordaron dar a los soldados una buena cantidad de dinero. de modo que
dijeron: «Los discípulos de Jesús vinieron de noche y, mientras dormíamos, robaron
el cuerpo. Si llega a oídos de Pilato, lo arreglaremos para que otros no tengan
problemas.» Los soldados recibieron el dinero e hicieron como les habían dicho. De
ahí salió la mentira que ha corrido entre los judíos hasta hoy."

Palabra del Señor.


Comentario

Los enemigos de Cristo quisieron cerciorarse de que su cuerpo no pudiera ser


robado por sus discípulos y, para ello, aseguraron el sepulcro, sellando la piedra y
montando la guardia. Y son precisamente ellos quienes contaron lo ocurrido. Qué
acertado es el comentario de un Padre de la Iglesia cuando dice a los soldados: "Si
dormíais ¿por qué sabéis que lo han robado?, y si los habéis visto, ¿por qué no se
lo habéis impedido?". Pero no hay peor ciego que el que no quiere ver.
En lugar de creer, los sumos sacerdotes y los ancianos quieren ocultar el
acontecimiento de la Resurrección y, con dinero, compran a los soldados, porque la
verdad no les interesa cuando es contraria a lo que ellos piensan.

Oración

Señor Jesús, danos la limpieza de corazón y la claridad de mente para reconocer la


verdad. Que nunca negociemos con ella para ocultar nuestras flaquezas, nuestra
falta de entrega, que nunca sirvamos a la mentira, para sacar adelante nuestros
intereses. Que te reconozcamos, Señor, como la Verdad de nuestra vida.

V/ Jesucristo ha resucitado. Aleluya.


R/ Verdaderamente ha resucitado. Aleluya.
V/ Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
R/ Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén

QUINTA ESTACIÓN.
PEDRO Y JUAN CONTEMPLAN EL SEPULCRO VACÍO

Los apóstoles han recibido con desconfianza la noticia que les han dado las
mujeres. Están confusos, pero el amor puede más. Por eso Pedro y Juan se acercan
al sepulcro con la rapidez de su esperanza.
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Del Evangelio según San Juan 20, 3-10 (cf. Lc 24, 12).

"Salieron Pedro y el otro discípulo, y se encaminaron al sepulcro. Corrían los dos


juntos, pero el otro discípulo corrió por delante más rápido que Pedro, y llegó
primero al sepulcro. Se inclinó y vio las vendas en el suelo; pero no entró. Llega
también Simón Pedro siguiéndole, entra en el sepulcro y ve las vendas en el suelo,
y el sudario que cubrió su cabeza, no junto a las vendas, sino plegado en un lugar
aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado el primero al
sepulcro; vio y creyó, pues hasta entonces no habían comprendido que según la
Escritura Jesús debía resucitar de entre los muertos. Los discípulos, entonces,
volvieron a casa."

Palabra del Señor.


Comentario

Pedro y Juan son los primeros apóstoles en ir al sepulcro. Han llegado corriendo,
con el alma esperanzada y el corazón latiendo fuerte. Y comprueban que todo es
como les han dicho las mujeres. Hasta los más pequeños detalles de cómo estaba
el sudario quedan grabados en su interior, y reflejados en la Escritura. Cristo ha
vencido a la muerte, y no es una vana ilusión: es un hecho de la historia, que va a
cambiar la historia. Después de este hecho, el Señor saldría al encuentro de Pedro,
como expresión de la delicadeza de su amor; y así, el que llegaría a ser Cabeza de
los Apóstoles, y tendría que confirmarlos en la fe, recibió una visita personal de
Jesús. Así nos lo cuenta Pablo y Lucas: "[Cristo] se apareció a Cefas y luego a los
Doce" (1 Cor 15, 5; cf. Lc 24, 34).

Oración

Señor Jesús, también nosotros como Pedro y Juan, necesitamos encaminarnos


hacia Ti, sin dejarlo para después. Por eso te pedimos ese impulso interior para
responder con prontitud a lo que puedas querer de nosotros. Que sepamos
escuchar a los que nos hablan en tu nombre para que corramos con esperanza a
buscarte.

V/ Jesucristo ha resucitado. Aleluya.


R/ Verdaderamente ha resucitado. Aleluya.
V/ Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
R/ Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén

SEXTA ESTACIÓN.
JESÚS EN EL CENÁCULO MUESTRA SUS LLAGAS A LOS APÓSTOLES

Los discípulos están en el Cenáculo, el lugar donde fue la Última Cena. Temerosos
y desesperanzados, comentan los sucesos ocurridos. Es entonces cuando Jesús
se presenta en medio de ellos, y el miedo da paso a la paz.

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Del Evangelio según San Lucas 24, 36-43 (cf. Mc 16, 14-18; Jn, 20, 19-23).

"Mientras estaban hablando de todo esto, Jesús estuvo en medio de ellos (y les dijo:
«Paz a ustedes.»). Quedaron atónitos y asustados, pensando que veían algún
espíritu, pero él les dijo: «¿Por qué se desconciertan? ¿Cómo se les ocurre pensar
eso? Miren mis manos y mis pies: soy yo. Tóquenme y fíjense bien que un espíritu
no tiene carne ni huesos como ustedes ven que yo tengo.». (Y dicho esto les mostró
las manos y los pies). Y como no acababan de creerlo por su gran alegría y seguían
maravillados, les dijo: «¿Tienen aquí algo que comer?» Ellos, entonces, le
ofrecieron un pedazo de pescado asado (y una porción de miel); lo tomó y lo comió
delante ellos."

Palabra del Señor.


Comentario

Cristo resucitado es el mismo Jesús que nació en Belén y trabajó durante años en
Nazaret, el mismo que recorrió los caminos de Palestina predicando y haciendo
milagros, el mismo que lavó los pies a sus discípulos y se entregó a sus enemigos
para morir en la Cruz. Jesucristo, el Señor que es verdadero Dios y hombre
verdadero. Pero los apóstoles apenas pueden creerlo: están asustados, temerosos
de correr su misma suerte. Es entonces cuando se presenta en medio de ellos, y
les muestra sus llagas como trofeo, la señal de su victoria sobre la muerte y el
pecado. Con ellas nos ha rescatado. Han sido el precio de nuestra redención. No
es un fantasma. Es verdaderamente el mismo Jesús que los eligió como amigos, y
ahora come con ellos. El Señor, que se ha encarnado por nosotros, nos quiere
mostrar, aún más explícitamente, que la materia no es algo malo, sino que ha sido
transformada porque Jesús la ha asumido.

Oración

Señor Jesús, danos la fe y la confianza para descubrirte en todo momento, incluso


cuando no te esperamos. Que seas para nosotros no una figura lejana que existió
en la historia, sino que, vivo y presente entre nosotros, ilumines nuestro camino en
esta vida y, después, transformes nuestro cuerpo frágil en cuerpo glorioso como el
tuyo.

V/ Jesucristo ha resucitado. Aleluya.


R/ Verdaderamente ha resucitado. Aleluya.
V/ Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
R/ Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén

SÉPTIMA ESTACIÓN.
EN EL CAMINO DE EMAÚS

Esa misma tarde dos discípulos vuelven desilusionados a sus casas. Pero un
caminante les devuelve esperanza. Sus corazones vibran de gozo con su compañía,

42
sin embargo, sólo se les abren los ojos al verlo partir el pan.

Del Evangelio según San Lucas 24, 13-32

"Aquel mismo día iban dos de ellos a un pueblo llamado Emaús, que distaba sesenta
estadios de Jerusalén, y conversaban entre sí sobre todo lo que había pasado. Y
sucedió que, mientras ellos conversaban y discutían, el mismo Jesús se acercó y
siguió con ellos; pero sus ojos estaban retenidos para que no le conocieran. Él les
dijo: «¿De qué discutís entre vosotros mientras vais andando?» Ellos se pararon
con aire entristecido. Uno de ellos llamado Cleofás le respondió: «¿Eres tú el único
residente en Jerusalén que no sabe las cosas que estos días han pasado en ella?»
Él les dijo: «¿Qué cosas?» Ellos le dijeron: «Lo de Jesús el Nazareno, que fue un
profeta poderoso en obras y palabras delante de Dios y de todo el pueblo; cómo
nuestros sumos sacerdotes y magistrados le condenaron a muerte y le crucificaron.
Nosotros esperábamos que fuera él el que iba a librar a Israel; pero, con todas estas
cosas, llevamos ya tres días desde que esto pasó. El caso es que algunas mujeres
de las nuestras nos han sobresaltado, porque fueron de madrugada al sepulcro, y,
al no hallar su cuerpo, vinieron diciendo que hasta habían visto una aparición de
ángeles, que decían que él vivía. Fueron también algunos de los nuestros al
sepulcro y lo hallaron tal como las mujeres habían dicho, pero a él no le vieron.» Él
les dijo: «¡Oh insensatos y tardos de corazón para creer todo lo que dijeron los
profetas! ¿No era necesario que el Cristo padeciera eso y entrara así en su gloria?»
Y, empezando por Moisés y continuando por todos los profetas, les explicó lo que
había sobre él en todas las Escrituras. Al acercarse al pueblo a donde iban, él hizo
ademán de seguir adelante. Pero ellos le forzaron diciéndole: «Quédate con
nosotros, porque atardece y el día ya ha declinado.» Y entró a quedarse con ellos.
Y sucedió que, cuando se puso a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la
bendición, lo partió y se lo iba dando. Entonces se les abrieron los ojos y le
reconocieron, pero él desapareció de su lado. Se dijeron uno a otro: «¿No estaba
ardiendo nuestro corazón dentro de nosotros cuando nos hablaba en el camino y
nos explicaba las Escrituras?»"

Palabra del Señor.

Comentario

Los de Emaús se iban tristes y desesperanzados: como tantos hombres y mujeres


que ven con perplejidad cómo las cosas no salen según habían previsto. No acaban
de confiar en el Señor. Sin embargo, Cristo "se viste de caminante" para iluminar
sus pasos decepcionados, para recuperar su esperanza. Y mientras les explica las
Escrituras, su corazón, sin terminar de entender, se llena de luz, "arde" de fe, alegría
y amor. Hasta que, puestos a la mesa, Jesús parte el pan y se les abren la mente y
el corazón. Y descubren que era el Señor. Nosotros comprendemos con ellos que
Jesús nos va acompañando en nuestro camino diario para encaminarnos a la
Eucaristía: para escuchar su Palabra y compartir el Pan.

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Oración

Señor Jesús, ¡cuántas veces estamos de vuelta de todo y de todos! ¡tantas veces
estamos desengañados y tristes! Ayúdanos a descubrirte en el camino de la vida,
en la lectura de tu Palabra y en la celebración de la Eucaristía, donde te ofreces a
nosotros como alimento cotidiano. Que siempre nos lleve a Ti, Señor, un deseo
ardiente de encontrarte también en los hermanos.

V/ Jesucristo ha resucitado. Aleluya.


R/ Verdaderamente ha resucitado. Aleluya.
V/ Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
R/ Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén
OCTAVA ESTACIÓN.
JESÚS DA A LOS APÓSTOLES EL PODER DE PERDONAR LOS PECADOS.

Jesús se presenta ante sus discípulos. Y el temor de un primer momento da paso a


la alegría. Va a ser entonces cuando el Señor les dará el poder de perdonar los
pecados, de ofrecer a los hombres la misericordia de Dios.

Del Evangelio según San Juan 20, 19-23 (cf. Mc 16, 14; Lc 24, 36-45).

Ese mismo día, el primero después del sábado, los discípulos estaban reunidos por
la tarde con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Llegó Jesús, se puso de
pie en medio de ellos y les dijo: '¡La paz esté con ustedes!' Dicho esto, les mostró
las manos y el costado. Los discípulos se alegraron mucho al ver al Señor. Jesús
les volvió a decir: ¡La paz esté con ustedes! Como el Padre me envío a mí, así los
envío yo también. Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: 'Reciban el Espíritu Santo:
a quienes descarguen de sus pecados, serán liberados, y a quienes se los retengan,
les serán retenidos’.

Palabra del Señor.

Comentario

Los apóstoles no han terminado de entender lo que ha ocurrido en estos días, pero
eso no importa ahora, porque Cristo está otra vez junto a ellos. Vuelven a vivir la
intimidad del amor, la cercanía del Maestro. Las puertas están cerradas por el
miedo, y Él les va a ayudar a abrir de par en par su corazón para acoger a todo
hombre. Durante la Última Cena les dio el poder de renovar su entrega por amor: el
poder de celebrar el sacrificio de la Eucaristía. En estos momentos, les hace
partícipes de la misericordia de Dios: el poder de perdonar los pecados. Los
apóstoles, y con ellos todos los sacerdotes, han acogido este regalo precioso que
Dios otorga al hombre: la capacidad de volver a la amistad con Dios después de
haberlo abandonado por el pecado, la reconciliación.

Oración

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Señor Jesús, que sepamos descubrir en los sacerdotes otros Cristos, porque has
hecho de ellos los dispensadores de los misterios de Dios. Y, cuando nos alejemos
de Ti por el pecado, ayúdanos a sentir la alegría profunda de tu misericordia en el
sacramento de la Penitencia. Porque la Penitencia limpia el alma, devolviéndonos
tu amistad, nos reconcilia con la Iglesia y nos ofrece la paz y serenidad de
conciencia para reemprender con fuerza el combate cristiano.

V/ Jesucristo ha resucitado. Aleluya.


R/ Verdaderamente ha resucitado. Aleluya.
V/ Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
R/ Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
NOVENA ESTACIÓN.
JESÚS FORTALECE LA FE DE TOMÁS.

Tomás no estaba con los demás apóstoles en el primer encuentro con Jesús
resucitado. Ellos le han contado su experiencia gozosa, pero no se ha dejado
convencer. Por eso el Señor, ahora se dirige a él para confirmar su fe.

Del Evangelio según San Juan 20, 26-29

Ocho días después, los discípulos de Jesús estaban otra vez en casa, y Tomás con
ellos. Estando las puertas cerradas, Jesús vino y se puso en medio de ellos. Les
dijo: 'La paz esté con ustedes. Después dijo a Tomás: 'Pon aquí tu dedo y mira mis
manos; extiende tu mano y métela en mi costado. Deja de negar y cree. Tomás
exclamó: 'Tú eres mi Señor y mi Dios. Jesús replicó: 'Crees porque me has visto.
¡Felices los que no han visto, pero creen!'.

Palabra del Señor

Comentario

Tomás no se deja convencer por las palabras, por el testimonio de los demás
apóstoles, y busca los hechos: ver y tocar. Jesús, que conoce tan íntimamente
nuestro corazón, busca recuperar esa confianza que parece perdida. La fe es una
gracia de Dios que nos lleva reconocerlo como Señor, que mueve nuestro corazón
hacia Él, que nos abre los ojos del espíritu. La fe supera nuestras capacidades, pero
no es irracional, ni algo que se imponga contra nuestra libertad: es más bien una luz
que ilumina nuestra existencia y nos ayuda y fortalece para reconocer la verdad y
aprender a amarla. ¡Qué importante es estar pegados a Cristo, aunque no lo
sintamos cerca, aunque no lo toquemos, aunque no lo veamos!

Oración

Señor Jesús, auméntanos la fe, la esperanza y el amor. Danos una fe fuerte y firme,
llena de confianza. Te pedimos la humildad de creer sin ver, de esperar contra toda
esperanza y de amar sin medida, con un corazón grande. Como dijiste al apóstol
Tomás, queremos, aún sin ver, rendir nuestro juicio y abrazarnos con firmeza a tu
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palabra y al magisterio de la Iglesia que has instituido, para que tu Pueblo
permanezca en la verdad que libera.

V/ Jesucristo ha resucitado. Aleluya.


R/ Verdaderamente ha resucitado. Aleluya.
V/ Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
R/ Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén
DÉCIMA ESTACIÓN.
JESÚS RESUCITADO EN EL LAGO DE GALILEA

Los apóstoles han vuelto a su trabajo: a la pesca. Durante toda la noche se han
esforzado, sin conseguir nada. Desde la orilla Jesús les invita a empezar de nuevo.
Y la obediencia les otorga una muchedumbre de peces.

Del Evangelio según San Juan 21, 1-6

"Después de esto, nuevamente se apareció Jesús a sus discípulos en la orilla del


lago de Tiberíades. Y se hizo presente como sigue: Estaban reunidos Simón Pedro,
Tomás el Mellizo, Natanael de Caná de Galilea, los hijos del Zebedeo y otros dos
discípulos. Simón Pedro les dijo: «Voy a pescar.» Contestaron: «Vamos también
nosotros contigo.» Salieron, pues, y subieron a la barca, pero aquella noche no
pescaron nada. Al amanecer, Jesús estaba parado en la orilla, pero los discípulos
no sabían que era él. Jesús les dijo: «Muchachos, ¿tienen algo que comer?» Le
contestaron: «Nada.» Entonces Jesús les dijo: «Echen la red a la derecha y
encontrarán pesca.» Echaron la red, y no tenían fuerzas para recogerla por la gran
cantidad de peces."

Palabra del Señor.

Comentario

En los momentos de incertidumbre, los apóstoles se unen en el trabajo con Pedro.


La barca de Pedro, el pescador de Galilea es imagen de la Iglesia, cuyos miembros,
a lo largo de la historia están llamados a poner por obra el mandato del Señor:
"seréis pescadores de hombres". Pero no vale únicamente el esfuerzo humano, hay
que contar con el Señor, fiándonos de su palabra, y echar las redes. En las
circunstancias difíciles, cuando parece que humanamente se ha puesto todo por
nuestra parte, es el momento de la confianza en Dios, de la fidelidad a la Iglesia, a
su doctrina. El apostolado, la extensión del Reino, es fruto de la gracia de Dios y del
esfuerzo y docilidad del hombre. Pero hay que saber descubrir a Jesús en la orilla,
con esa mirada que afina el amor. Y Él nos premiará con frutos abundantes.

Oración

Señor Jesús, haz que nos sintamos orgullosos de estar subidos en la barca de
Pedro, en la Iglesia. Que aprendamos a amarla y respetarla como madre.
Enséñanos, Señor, a apoyarnos no sólo en nosotros mismos y en nuestra actividad,
46
sino sobre todo en Ti. Que nunca te perdamos de vista, y sigamos siempre tus
indicaciones, aunque nos parezcan difíciles o absurdas, porque sólo así
recogeremos frutos abundantes que serán tuyos, no nuestros.

V/ Jesucristo ha resucitado. Aleluya.


R/ Verdaderamente ha resucitado. Aleluya.
V/ Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
R/ Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén

UNDÉCIMA ESTACIÓN.
JESÚS CONFIRMA A PEDRO EN EL AMOR

Jesús ha cogido aparte a Pedro porque quiere preguntarle por su amor. Quiere
ponerlo al frente de la naciente Iglesia. Pedro, pescador de Galilea, va a convertirse
en el Pastor de los que siguen al Señor.

Del Evangelio según San Juan 21, 15-19.

"Cuando terminaron de comer, Jesús dijo a Simón Pedro: «Simón, hijo de Juan,
¿me amas más que éstos?» Contestó: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.» Jesús
le dijo: «Apacienta mis corderos.» Le preguntó por segunda vez: «Simón, hijo de
Juan, ¿me amas?» Pedro volvió a contestar: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.»
Jesús le dijo: «Cuida de mis ovejas.» Insistió Jesús por tercera vez: «Simón Pedro,
hijo de Juan, ¿me quieres?» Pedro se puso triste al ver que Jesús le preguntaba
por tercera vez si lo quería y le contestó: «Señor, tú lo sabes todo, tú sabes que te
quiero.» Entonces Jesús le dijo: «Apacienta mis ovejas.» En verdad, cuando eras
joven, tú mismo te ponías el cinturón e ibas a donde querías. Pero cuando llegues
a viejo, abrirás los brazos y otro te amarrará la cintura y te llevará a donde no
quieras.» Jesús lo dijo para que Pedro comprendiera en qué forma iba a morir y dar
gloria a Dios. Y añadió: «Sígueme.»"

Palabra del Señor.

Comentario

Pedro, el impulsivo, el fogoso, queda a solas con el Señor. Y se siente avergonzado


porque le ha fallado cuando más lo necesitaba. Pero Jesús no le reprocha su
cobardía: el amor es más grande que todas nuestras miserias. Le lleva por el camino
de renovar el amor, de recomenzar, porque nunca hay nada perdido. Las tres
preguntas de Jesús son la mejor prueba de que Él sí es fiel a sus promesas, de que
nunca abandona a los suyos: siempre está abierta, de par en par, la puerta de la
esperanza para quien sabe amar. La respuesta de Cristo, Buen Pastor, es ponerle
a él y a sus Sucesores al frente de la naciente Iglesia, para pastorear al Pueblo de
Dios con la solicitud de un padre, de un maestro, de un hermano, de un servidor.
Así, Pedro, el primer Papa, y luego sus sucesores son "el Siervo de los siervos de
Dios".

47
Oración

Señor Jesús, que sepamos reaccionar ante nuestros pecados, que son traiciones a
tu amistad, y volvamos a Ti respondiendo al amor con amor. Ayúdanos a estar muy
unidos al sucesor de Pedro, al Santo Padre el Papa, con el apoyo eficaz que da la
obediencia, porque es garantía de la unidad de la Iglesia y de la fidelidad al
Evangelio.

V/ Jesucristo ha resucitado. Aleluya.


R/ Verdaderamente ha resucitado. Aleluya.
V/ Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
R/ Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén

DUODÉCIMA ESTACIÓN.
LA DESPEDIDA: JESÚS ENCARGA SU MISIÓN A LOS APÓSTOLES

Antes de dejar a sus discípulos el Señor les hace el encargo apostólico: la tarea de
extender el Reino de Dios por todo el mundo, de hacer llegar a todos los rincones
la Buena Noticia.

Del Evangelio según San Mateo 28, 16-20. cf. Lc 24, 44-48.

"Por su parte, los Once discípulos partieron para Galilea, al monte que Jesús les
había indicado. Cuando vieron a Jesús, se postraron ante él, aunque algunos
todavía dudaban. Jesús se acercó y les habló así: «Me ha sido dada toda autoridad
en el Cielo y en la tierra. Vayan, pues, y hagan que todos los pueblos sean mis
discípulos. Bautícenlos en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y
enséñenles a cumplir todo lo que yo les he encomendado a ustedes. Yo estoy con
ustedes todos los días hasta el fin de la historia.»"

Palabra del Señor.

Comentario

Los últimos días de Jesús en la tierra junto a sus discípulos debieron quedar muy
grabados en sus mentes y en sus corazones. La intimidad de la amistad se ha ido
concretando con la cercanía del resucitado, que les ha ayudado a saborear estos
últimos instantes con Él. Pero el Señor pone en su horizonte toda la tarea que tienen
por delante: "Id al mundo entero...". Ese es su testamento: hay que ponerse en
camino para llevar a todos el mensaje que han visto y oído. Están por delante las
tres grandes tareas de todo apóstol, de todo cristiano: predicar, hablar de Dios para
que la gente crea; bautizar, hacer que las personas lleguen a ser hijos de Dios, que
celebren los sacramentos; y vivir según el Evangelio, para parecerse cada día más
a Jesús, el Maestro, el Señor.

48
Oración

Señor Jesús, que llenaste de esperanza a los apóstoles con el dulce mandato de
predicar la Buena Nueva, dilata nuestro corazón para que crezca en nosotros el
deseo de llevar al mundo, a cada hombre, a todo hombre, la alegría de tu
Resurrección, para que así el mundo crea, y creyendo sea transformado a tu
imagen.

V/ Jesucristo ha resucitado. Aleluya.


R/ Verdaderamente ha resucitado. Aleluya.
V/ Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
R/ Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén

DÉCIMOTERCERA ESTACIÓN
JESÚS ASCIENDE AL CIELO

Cumplida su misión entre los hombres, Jesús asciende al cielo. Ha salido del Padre,
ahora vuelve al Padre y está sentado a su derecha. Cristo glorioso está en el cielo,
y desde allí habrá de venir como Juez de vivos y muertos.

De los Hechos de los Apóstoles 1, 9-11 (cf. Mc 16, 19-20; Lc 24, 50-53).

"Dicho esto, Jesús fue levantado ante sus ojos y una nube lo ocultó de su vista.
Ellos seguían mirando fijamente al cielo mientras se alejaba. Pero de repente vieron
a su lado a dos hombres vestidos de blanco que les dijeron: «Amigos galileos, ¿qué
hacen ahí mirando al cielo? Este Jesús que les han llevado volverá de la misma
manera que ustedes lo han visto ir al cielo.»"

Palabra del Señor.

Comentario

Todos se han reunido para la despedida del Maestro. Sienten el dolor de la


separación, pero el Señor les ha llenado de esperanza. Una esperanza firme: "Yo
estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo". Por eso los ángeles les
sacan de esos primeros instantes de desconcierto, de "mirar al cielo". Es el
momento de ponerse a trabajar, de emplearse a fondo para llevar el mensaje de
alegría, la Buena Noticia, hasta los confines del mundo, porque contamos con la
compañía de Jesús, que no nos abandona. Y no podemos perder un instante,
porque el tiempo no es nuestro, sino de Dios, para quemarlo en su servicio.

Jesucristo ha querido ir por delante de nosotros, para que vivamos con la ardiente
esperanza de acompañarlo un día en su Reino. Y está sentado a la derecha del
Padre, hasta que vuelva al final de los tiempos.

49
Oración

Señor Jesús, tu ascensión al cielo nos anuncia la gloria futura que has destinado
para los que te aman. Haz, Señor, que la esperanza del cielo nos ayude a trabajar
sin descanso aquí en la tierra. Que no permanezcamos nunca de brazos cruzados,
sino que hagamos de nuestra vida una siembra continua de paz y de alegría.

V/ Jesucristo ha resucitado. Aleluya.


R/ Verdaderamente ha resucitado. Aleluya.
V/ Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
R/ Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén

DÉCIMOCUARTA ESTACIÓN
LA VENIDA DEL ESPÍRITU SANTO EN PENTECOSTÉS

La promesa firme que Jesús ha hecho a sus discípulos es la de enviarles un


Consolador. Cincuenta días después de la Resurrección, el Espíritu Santo se
derrama sobre la Iglesia naciente para fortalecerla, confirmarla, santificarla.

De los Hechos de los Apóstoles 2, 1-4

"Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en el mismo lugar. De


repente vino del cielo un ruido, como el de una violenta ráfaga de viento, que llenó
toda la casa donde estaban, y aparecieron unas lenguas como de fuego que se
repartieron y fueron posándose sobre cada uno de ellos. Todos quedaron llenos del
Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les
concedía que se expresaran."

Comentario

Jesús, el Hijo de Dios, está ya en el cielo, pero ha prometido a sus amigos que no
quedarán solos. Y fiel a la promesa, el Padre, por la oración de Jesús, envía al
Espíritu Santo, la Tercera Persona de la Santísima Trinidad. Muy pegados a la
Virgen, Madre de la Iglesia, reciben el Espíritu Santo. Él es el que llena de luz la
mente y de fuego el corazón de los discípulos para darles la fuerza y el impulso para
predicar el Reino de Dios. Queda inaugurado el "tiempo de la Iglesia". A partir de
este momento la Iglesia, que somos todos los bautizados, está en peregrinación por
este mundo. El Espíritu Santo la guía a lo largo de la historia de la humanidad, pero
también a lo largo de la propia historia personal de cada uno, hasta que un día
participemos del gozo junto a Dios en el cielo.

Oración

Dios Espíritu Santo, Dulce Huésped del alma, Consolador y Santificador nuestro,
inflama nuestro corazón, llena de luz nuestra mente para que te tratemos cada vez
más y te conozcamos mejor. Derrama sobre nosotros el fuego de tu amor para que,

50
transformados por tu fuerza, te pongamos en la entraña de nuestro ser y de nuestro
obrar, y todo lo hagamos bajo tu impulso.

V/ Jesucristo ha resucitado. Aleluya.


R/ Verdaderamente ha resucitado. Aleluya.
V/ Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
R/ Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

ORACIÓN FINAL

Señor y Dios nuestro,


fuente de alegría y de esperanza,
hemos vivido con tu Hijo los acontecimientos de su Resurrección y Ascensión hasta
la venida del Espíritu Santo;
haz que la contemplación de estos misterios nos llene de tu gracia y nos capacite
para dar testimonio de Jesucristo
en medio del mundo.

Te pedimos por tu Santa Iglesia:


que sea fiel reflejo
de las huellas de Cristo en la historia y que, llena del Espíritu Santo,
manifieste al mundo los tesoros de tu amor,
santifique a tus fieles con los sacramentos y haga partícipes a todos los hombres
de la resurrección eterna.
Por Jesucristo nuestro Señor.

ACCIÓN DE GRACIAS A LA RESURRECCIÓN DE JESUCRISTO.

Has gritado, con tu escandalosa muerte,


en medio de tanto ruido y, tu final,
ha podido más que la misma muerte

¡GRACIAS, SEÑOR! ¡ALELUYA!

Has muerto, pero al morir,


nos has enseñado a mirar hacia el Padre,
a cumplir la voluntad de Dios y no la nuestra,
a buscar el bien de los demás y no el propio.

¡HAS RESUCITADO, SEÑOR!

Se ha cumplido lo anunciado por los profetas,


hemos pasado de la tiniebla a la luz,
del pecado a la gracia,
de la falsedad a la gran Verdad,
de la tierra al mismo cielo,
de los interrogantes a tu VIDA como respuesta.
51
¡HAS RESUCITADO, SEÑOR!

Lo eterno, en esta noche santa y divina,


se impone a lo efímero.
El sepulcro se convierte en simple y vago recuerdo,
la losa de la muerte se fragmenta en mil pedazos
y tú, Cristo, sales caminando y victorioso.

¡HAS RESUCITADO, SEÑOR!

En esta noche, oh, Señor, no existe ya el fracaso


ya no observaremos con temor al último día
ni, mucho menos, teñiremos de negro
los suelos por los que nuestros pies avanzan

¡HAS RESUCITADO, SEÑOR!

Has resucitado, y con tu resurrección,


nos das alas para soñar y volar en el cielo eterno
para combatir dudas y soledades
Nos das ojos grandes para ver el mañana
frente al hoy que se nos impone
Colocas nuestros pies en el camino de la fe
para esperar ante la desesperanza
para gozar con la gloria que nos aguarda
para no alejarnos de ese surco que Dios
traza entre esta tierra y el cielo en el que habita

¡HAS RESUCITADO, SEÑOR!

Y, porque has resucitado, te damos las gracias.


Contigo, seremos invencibles.
Contigo, llamados a la vida.
Contigo, empujados al Padre.
Contigo, sin temor ni temblor, hasta el final
Movidos por la fe, con la fe y en la fe.

¡HAS RESUCITADO, SEÑOR! ¡Y NOS BASTA!

Anunciemos a todos la alegría del Señor resucitado, Aleluya, aleluya. Todos: Demos
gracias a Dios, Aleluya, aleluya.

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PUEBLO DE REYES

Pueblo de reyes, asamblea santa


Pueblo sacerdotal, pueblo de Dios
Bendice a tu Señor

Te cantamos, oh, Hijo amado del Padre


Te alabamos, eterna palabra salida de Dios
Te cantamos, oh, Hijo de la Virgen María
Te alabamos, oh, Cristo nuestro hermano
Nuestro Salvador

Pueblo de reyes, asamblea santa


Pueblo sacerdotal, pueblo de Dios
Bendice a tu Señor

Te cantamos a Ti, esplendor de la gloria


Te alabamos, estrella radiante que anuncias el día
Te cantamos, oh, luz que iluminas nuestras sombras
Te alabamos, antorcha de la nueva Jerusalén

Pueblo de reyes, asamblea santa


Pueblo sacerdotal, pueblo de Dios
Bendice a tu Señor

Te cantamos, Mesías, que anunciaron los profetas


Te alabamos, oh, hijo de Abraham e hijo de David
Te cantamos, Mesías, esperado por los pobres
Te alabamos, oh, Cristo, nuestro rey de humilde corazón

Pueblo de reyes, asamblea santa


Pueblo sacerdotal, pueblo de Dios
Bendice a tu Señor

Te cantamos, mediador entre Dios y los hombres


Te alabamos, oh, ruta viviente, camino del cielo
Te cantamos, sacerdote de la nueva alianza
Te alabamos, Tú eres nuestra paz por la sangre de la cruz

Pueblo de reyes, asamblea santa


Pueblo sacerdotal, pueblo de Dios
Bendice a tu Señor

Te cantamos, cordero de la Pascua eterna


Te alabamos, oh, víctima que borras nuestros pecados
Te cantamos, oh, templo de la nueva alianza
Oh, piedra angular y roca de Israel
53
Pueblo de reyes, asamblea santa
Pueblo sacerdotal, pueblo de Dios
Bendice a tu Señor

MAGNÍFICAT

Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;


porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las
generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es
santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace
proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los
poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los
ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia
–como lo había prometido a nuestros padres– en favor de Abraham y su
descendencia por siempre.

Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos, Señor ✠ Dios


nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.

54
ROSARIO DE LA RESURRECCIÓN

Se reza la Estación del Santísimo Sacramento…

V. En los cielos y en la tierra sea para siempre alabado.


R. El Corazón amoroso de Jesús Sacramentado.
V. Padre nuestro, Ave María, Gloria…

Oración.

Soberano Señor Sacramentado, segura prenda de la eterna gloria, en esta estación


recibe con agrado, por ser de tu pasión tierna memoria, haz que, destruido el reino
del pecado, tu Iglesia Santa cante la victoria, asistiéndola siempre con tus dones en
sus necesidades y aflicciones. Amén.

Hagamos un acto de fe en Jesús, como Buen Pastor

Creo en Dios Padre, Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Y en Jesucristo,


su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo,
nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado,
muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los
muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre,
Todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos. Creo en
el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los santos, el perdón de
los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.

Tú Dios mío, eres mi pastor, contigo nada me falta. Me haces descansar en verdes
pastos, Y para calmar mi sed me llevas a tranquilas aguas. Me das nuevas fuerzas
y me guías por el mejor camino, porque así eres tú. Puedo cruzar lugares peligrosos
y no tener miedo de nada, porque tú eres mi pastor y siempre estás a mi lado, me
guías por el buen camino y me llenas de confianza. Dicha y gracia me acompañaran
todos los días de mi vida hasta que llegue a la casa de mi Dios.

Renovemos la confianza en la Divina Misericordia

Señor Jesús, vengo a tu presencia, reconociendo que no siempre he valorado el


don de la vida. Tú me has regalado el existir, para que, con tu gracia, fuese
creciendo en vida plena, vida abundante.

Sin embargo, reconozco que muchas veces he dado lugar en mi mente a


pensamientos que han ido en contra de la vida sobreabundante que tú quieres
proveerme, perdóname por los pensamientos equivocados, por los pensamientos
negativos y pesimistas, por los pensamientos de juicio y condenación contra mis
hermanos que niegan la misericordia, perdóname por aceptar los pensamientos que
me han llevado al terreno de los vicios capitales.

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Perdóname, pues la aceptación de estos pensamientos me ha llevado a tener
sentimientos negativos perdiendo así la paz y la alegría que viene de tu amor,
hablando y actuando de manera equivocada. Hoy renuevo mi confianza en tu Divina
Misericordia y en tu perdón, pidiendo también la gracia que a través de los misterios
de la resurrección me concedas la vida nueva y abundante que quieres para mí y
para las personas por quienes quiero interceder. Así sea.

A cada oración responderemos: Señor ten piedad

• Por no valorar conscientemente la vida que me das…


• Por no valorar la vida de quienes están junto a mí…
• Por no valorar la vida de los menos favorecidos a los ojos del mundo…
• Por no valorar y defender la vida desde el vientre materno con mayor intensidad…
• Por no valorar la vida de los ancianos y los enfermos…
• Por las veces que no he cuidado y fortalecido la vida espiritual…
• Por no valorar y descuidar mi vida emocional…
• Por no alimentar el crecimiento de la vida intelectual…
• Por haber puesto en peligro en algunos momentos mi vida física o la de otras
personas…
Señor Jesús, aumenta en nosotros el deseo de tener vida plena, vida abundante, a
fin de que podamos ayudar a otros a amar la vida y a defenderla. Amén.

PRIMER MISTERIO

Jesús resucitado se presenta a su Madre, la Virgen Santísima.

Pidamos a nuestra Madre santísima la gracia de la fidelidad y una confianza firme


en Jesús vivo para que se nos muestre en el momento oportuno.

Nos dice Juan Pablo II:


Después de que Jesús es colocado en el Sepulcro, María es la única que mantiene
viva la llama de la fe, preparándose para acoger el anuncio gozoso y sorprendente
de la resurrección. La espera que vive la Madre del Señor el Sábado Santo
constituye uno de los momentos más altos de su fe, en la oscuridad que envuelve
el universo, ella confía plenamente en el Dios de la vida y recordando las palabras
de su Hijo, espera la realización plena de las promesas divinas.

Contemplación y reflexión.

Contempla a María en Oración. Ella está postrada en una casita que posiblemente
le han prestado, en las afueras de Jerusalén, entregando a Dios todo lo que hay en
su oración. Cuántos recuerdos afloran a su mente, cuántos sentimientos dormidos
despiertan en su corazón, la promesa del Arcángel Gabriel, la efusión del Espíritu
Santo, por la cual Dios se encarnó en su vientre, el nacimiento en Belén, la huida a
Egipto, el Niño Jesús creciendo, sus primeros pasos, las primeras palabras, las risas
y el asombro junto con José, de cada nuevo gesto de Jesús…

56
En todos estos recuerdos hay dolor, pero también hay agradecimiento por todo lo
vivido y, sobre todo, hay esperanza. Pues tiene la certeza de que su Hijo está por
resucitar.

¿Puedes imaginar cómo, de pronto, se abre la puerta de la casa y con los primeros
rayos del sol de la mañana entra Jesús con su Cuerpo glorificado? ¿Cómo habrá
sido ese encuentro entre la madre y el Hijo? ¿Cómo habrá sido la mirada entre
María y Jesús? Puedes pedirle al Espíritu Santo que te conceda la gracia de sentir
internamente el amor de ese encuentro.

Jesús ayuda a su Madre a ponerse de pie y la abraza estrechamente junto a su


pecho. Del divino Corazón surgen rayos de luz que colman el Corazón de María de
una nueva Efusión del Espíritu Santo.

Pídele a María la gracia de participar, aunque sea en parte, de la resurrección, en


el gozo que su corazón traspasado por el dolor experimentó en ese momento.

Cuando Jesús resucitado, se presentó a María, seguramente el alma de la Virgen


volvió a entonar un cántico de gozo y alabanza, como muchos años antes había
alabado a Dios al visitar a su pariente Isabel.

En ese entonces no fueron necesarias muchas explicaciones. El Espíritu Santo


estaba haciendo su trabajo y dando a comprender sin palabras cómo el misterio de
la vida se abría camino.

Ahora tampoco son necesarias las palabras, en el abrazo en que se funden como
Madre e Hijo, el Espíritu se vuelca nuevamente en el alma de la Virgen y ella
experimenta lo que en fe ya sabía: que Dios Padre siempre cumple sus promesas.

Sumérgete tú también en ese abrazo y deja que el amor de Jesús resucitado y de


María, restaure tu corazón.

Siente cómo esos rayos de luz, que surgen del Corazón abierto, pero glorificado de
Nuestro Salvador, penetran en tu corazón y restaura las grietas por las cuales antes
perdías la vitalidad y la alegría.

Pídele a Jesús que con su amor restaure tu identidad y fortalezca tu decisión de


seguirlo y de serle fiel, de ahora en adelante, en todos los momentos de la vida.

Padre Nuestro… 10 Ave Marías…. Gloria…

Oración: “Contigo María, nos regocijamos por Cristo Resucitado: ’’ luz que ilumina
a todo hombre que viene a este mundo” Él es el Camino, la Verdad y la Vida. Como
tú, Madre, queremos llenarnos de tu Hijo para tener vida plena y abundante y
siempre decir con profunda fe “Señor mío y Dios mío”.

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¡Oh! Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al
cielo a todas las almas, socorre especialmente a las más necesitadas de tu divina
misericordia.

Todos decimos: “Por el poder de la resurrección libérame y sáname, Señor.”

SEGUNDO MISTERIO

Jesús resucitado se aparece a María Magdalena junto al sepulcro.

Entreguemos a la Virgen santísima y a Dios nuestro Señor, todas las pérdidas que
hemos experimentado a lo largo de los años, a fin de que seamos liberados de la
amargura que nos produce el recuerdo angustiante de las pérdidas no sanadas.

Nos dice el Cantar de los Cantares:


En mi lecho, durante la noche, busqué al amado de mi alma. ¡Lo busqué y no lo
encontré! Me levantaré y recorreré la ciudad, por las calles y las plazas, buscaré al
amado de mi alma. ¡Lo busqué y no lo encontré! Me encontraron los centinelas que
hacen la ronda por la ciudad: “¿Han visto al amado de mi alma?” Apenas los había
pasado, encontré al amado de mi alma. Lo agarré y no lo soltaré.

Nos dice Juan Pablo II:


Jesucristo se aparece en primer lugar a las mujeres, sus fieles seguidoras y no a
los discípulos y ni siquiera a los mismos Apóstoles, a pesar de que los había elegido
portadores de su Evangelio al mundo. Es a las mujeres a quienes por primera vez
confía el misterio de la resurrección, haciéndolas testigos de esta verdad. Quizá
quiera premiar su delicadeza y sensibilidad a su mensaje, su fortaleza, que las había
impulsado hasta el Calvario. Quizá quiere manifestar un delicado rasgo de su
humanidad, que consiste en la amabilidad y en la gentileza con que se acerca y
beneficia a las personas que menos cuentan en el gran mundo de su tiempo.

Contemplación y reflexión:

Contempla a María Magdalena sentada sobre la roca exterior del sepulcro, mirando
el interior vacío, la cabeza apoyada sobre la dura piedra, cansada de tanto dolor, de
tanta pérdida, de tanta incomprensión. Mientras esta allí quebrantada, porque se
han llevado el cuerpo de su Señor; va rememorando cómo el encuentro con Jesús
cambió su vida. Ella no conocía el verdadero amor, hasta que Dios, con su
delicadeza y respeto, sanó su identidad de mujer y le devolvió la dignidad perdida
por el respeto, sanó su identidad de mujer y le devolvió la dignidad perdida por el
pecado. Él le enseñó que era posible volver a empezar y en la mirada pura y
dignificada de Jesús comenzó a verse a sí misma de un modo nuevo, diferente.

También a ti en este día, se te acerca el Señor Resucitado y te llama por tu nombre


(siente en tu interior, con lo oídos del amor, la voz de Jesús pronunciando tu
nombre…)

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Muchos pueden pronunciar tu nombre, pero sólo Dios, por medio de su Espíritu
Santo, puede hacerlo de tal forma que haga vibrar tu corazón. Póstrate
espiritualmente ante él, entrégale el dolor por las pérdidas del pasado y del
presente, y pídele en cambio que te ayude a abrir el corazón, a fin de que puedas
ver en Jesús Resucitado, al Maestro de vida que te guía hacia el clarear de un nuevo
día.

Padre Nuestro… 10 Ave Marías…. Gloria…

Oración: “Contigo María, nos regocijamos por Cristo Resucitado: ’’ luz que ilumina
a todo hombre que viene a este mundo” Él es el Camino, la Verdad y la Vida. Como
tú, Madre, queremos llenarnos de tu Hijo para tener vida plena y abundante y
siempre decir con profunda fe “Señor mío y Dios mío”.

¡Oh! Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al
cielo a todas las almas, socorre especialmente a las más necesitadas de tu divina
misericordia.

Todos decimos: “Por el poder de la resurrección libérame y sáname, Señor.”

TERCER MISTERIO

Jesús Resucitado se aparece nuevamente a los discípulos en la pesca


milagrosa.

Te pedimos Señor, que cuando sintamos tu ausencia, sepamos confiar, aunque


nuestros ojos no te vean y en nuestro corazón parezca que sólo habitan el silencio
y la aridez…Tú estes presente.

Que tengamos paciencia y el amor para esperar nuevamente la pesca milagrosa y


para reconocerte como Juan a la orilla de nuestras vidas a fin de exclamar con gozo:
“Es el Señor”

Nos dice Juan Pablo II:


Es interesante analizar el proceso psicológico que los diversos encuentros con
Jesús Resucitado dejan entrever: los discípulos experimentan una cierta dificultad
en reconocer no sólo la verdad de la resurrección, sino también la identidad de
Aquel que está ante ellos y aparece como Él mismo, pero al mismo tiempo como
otro: un Cristo “transformado”

Contemplación y reflexión:

Contempla a los discípulos que están pescando sobre la barca, la cual se mueve
suavemente por el arrullo de las olas. Aún no ha amanecido y en el frío de la
madrugada se respira la perplejidad pues Jesús Resucitado ya no pasa tanto tiempo
con ellos. Al menos en la forma visible en que antes lo percibían. ¡Cuántas veces

59
comenzamos a valorar los momentos en que tuvimos fervor espiritual, recién
cuando nos toca atravesar etapas de aridez y sequedad!

Imagina que tú también estás en la barca con los apóstoles. No se habla mucho,
hay poco que decir. Sabemos que quien ahora tiene que hablar es Jesús. Él lo hará
en el momento en que crea que es mejor hacerlo. Mientras tanto esperamos y
confiamos.

Al que creían muerto está vivo. Qué alegría… pero también cuántas preguntas se
elevan ahora desde sus corazones a sus mentes: ¿Qué querrá Jesús que hagamos
ahora? Se preguntan algunos de los discípulos; ¿me habrá perdonado por haberlo
negado? Se pregunta Pedro… Y así en sus corazones hay más preguntas que
respuestas… En sus corazones experimentan ahora más incertidumbres que
certezas.

Quizás así es mejor… cuando quisieron construir sobre “la certeza” de creerse
hombres importantes y poderosos todo se desmoronó, cuando hicieron el bien para
buscar el reconocimiento y el respeto de la gente, perdieron todo lo que creían tener.

Hay que comenzar de nuevo le dice el Espíritu al corazón, lo están intuyendo


fuertemente. Pero ¿Cómo?… quisieran tener todo bajo control y ahora van
comprendiendo que el único al que pueden entregar el control de todas las áreas
de su vida es a Jesús.

Quizás también nosotros, en algún momento de la vida pusimos en el corazón en


certezas que después con los años demostraron que no eran tan firmes. Quizás
también nosotros en algún momento construimos una espiritualidad a nuestra
medida o parecer, pues no habíamos aprendido a escuchar en nuestro interior al
Espíritu de Dios…

Quizás también nosotros construimos sobre arena algunas etapas de nuestra vida,
en lugar de construir sobre la Roca. Pero ahora es diferente, estamos aprendiendo,
lentamente, pero aprendemos. Ansiamos la venida del Maestro y que nos confirme
en el llamado a seguirle y a trabajar en la construcción de su Reino a su manera y
no a la nuestra.

Padre Nuestro… 10 Ave Marías…. Gloria…

Oración: “Contigo María, nos regocijamos por Cristo Resucitado: ’’ luz que ilumina
a todo hombre que viene a este mundo” Él es el Camino, la Verdad y la Vida. Como
tú, Madre, queremos llenarnos de tu Hijo para tener vida plena y abundante y
siempre decir con profunda fe “Señor mío y Dios mío”.

¡Oh! Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al
cielo a todas las almas, socorre especialmente a las más necesitadas de tu divina
misericordia.
Todos decimos: “Por el poder de la resurrección libérame y sáname, Señor.”
60
CUARTO MISTERIO

Jesús Resucitado se aparece a los discípulos de Emaús

Te pedimos Señor, la gracia de comprender y experimentar que no caminamos


solos en el camino de la vida, sino que tú caminas junto a nosotros. Ayúdanos a
confiar en tus promesas de bendición, habla a nuestros corazones y abre nuestros
ojos y nuestro entendimiento para descubrir tu presencia en nosotros y en quienes
has puesto a nuestro lado.

Nos dice Juan Pablo II:


Hay una realidad inicial en reconocer a Cristo por parte de aquellos a los que él sale
al encuentro, como se puede apreciar en el caso de la Magdalena y de los discípulos
de Emaús… Pero Jesús los lleva gradualmente al reconocimiento y a la fe. Signo
de la pedagogía paciente de Cristo al revelarse al hombre, al atraerlo, al convertirlo,
al llevarlo al conocimiento de las riquezas de su corazón y a la salvación.
Contemplación y Reflexión:

Contempla en tu interior a estos dos hombres que, desanimados y tristes, caminan


desde Jerusalén hacia Emaús. Contémplalos como los habrá contemplado el mismo
Jesús. Escucha su conversación desesperanzada y sus discusiones, como la habrá
escuchado Nuestro Señor y acércate a ellos como el Maestro se acercó. Quizás
ellos te reflejen algún aspecto de tu vida o de lo que estás viviendo.

Él se acerca cada día para ayudarte a caminar cuando estás cansado, él se acerca
como caminante silencioso para corregir la dirección de tus pasos, cuando estás
caminando de manera equivocada, él se acerca cada vez que lo llamas por su
nombre. Dile ahora: “Jesús amado, divino caminante de Emaús, acércate a mí,
habla a mi corazón y enséñame tus caminos.”

Es necesario leer las Sagradas Escrituras, abriendo la mente y el corazón para


poder escuchar a Dios, quien en más de dos mil años no ha cesado de hablar para
decirnos que es necesario aprender a vivir.

Padre Nuestro… 10 Ave Marías…. Gloria…

Oración: “Contigo María, nos regocijamos por Cristo Resucitado: ’’ luz que ilumina
a todo hombre que viene a este mundo” Él es el Camino, la Verdad y la Vida. Como
tú, Madre, queremos llenarnos de tu Hijo para tener vida plena y abundante y
siempre decir con profunda fe “Señor mío y Dios mío”.

¡Oh! Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al
cielo a todas las almas, socorre especialmente a las más necesitadas de tu divina
misericordia.

Todos decimos: “Por el poder de la resurrección libérame y sáname, Señor.”

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QUINTO MISTERIO

Jesús resucitado se aparece a Tomás y a los demás discípulos que a causa


del miedo están encerrados en el cenáculo.

Te pedimos que tu amor entre en nosotros y nos inunde, junto a la presencia de


Jesús resucitado y al poder del Espíritu Santo, a fin de que seamos liberados de
esas áreas de incredulidad, que al igual que el apóstol Tomás, no nos dejan creer
plenamente en que Jesús está vivo.

Nos dice Juan Pablo II:


Jesús se presenta a los discípulos con su cuerpo transformado, hecho espiritual y
partícipe de la gloria del alma, pero sin ninguna característica triunfalista. Jesús se
manifiesta con una gran sencillez. Habla de amigo a amigo, con los que se
encuentra en las circunstancias de la vida terrena.

Contemplación y reflexión:

Contempla el interior del Cenáculo y los discípulos alterados por la noticia de que
hallaron el sepulcro vacío. Es que, en ese momento, vacíos también estaban sus
corazones, vacíos de fe, de esperanza y de alegría. Las puertas y las ventanas
cerradas hacen que el lugar esté oscuro o iluminado tenuemente de manera artificial
y que el aire se haya vuelto pesado y rancio por las lámparas de aceite, pero sobre
todo por el vacío y a la vez, la pesadez que sienten los discípulos. En un ambiente
así se hace hasta difícil respirar.

Cuando Jesús Resucitado se presenta debe invocar sobre ellos una nueva efusión
de su Espíritu de paz, diciéndoles: “La paz esté con ustedes” este es el Shalom que
tiene como objetivo no solo saludarlos, sino también exorcizar el miedo y la
turbación que experimentan, pues piensan que están viendo un fantasma.

Pídele al Señor que sople sobre ti en este momento y siente en tu alma como te
saluda con el Shalom, de modo que su paz arroje fuera de tu mente y de tu alma lo
que no te deja tener la vida plena, lo que te impide dejar vivir a Jesús resucitado en
tu corazón.

Luego, como Tomás, pones toda tu mano en la llaga del Corazón abierto de Jesús,
e inundado del amor divino, caes postrado en su presencia, exclamando conmovido:
“Señor mío y Dios mío”.

Más fuerte que los pecados, más fuerte que la infidelidad, más fuerte que la
incredulidad misma es el amor que lleva al arrepentimiento y mueve a la conversión.
Esto es tan cierto que entre los apóstoles solo uno llegó a tocar el Corazón de Jesús
y es Tomás, convertido de su incredulidad.
También tú, si has tomado la decisión de comenzar de nuevo o de cambiar el rumbo,
puedes hoy tocar el Corazón del Maestro. Anímate, pues él ya está tocando con tu
gracia tu corazón.
62
Padre Nuestro… 10 Ave Marías…. Gloria…

Oración: “Contigo María, nos regocijamos por Cristo Resucitado: ’’ luz que ilumina
a todo hombre que viene a este mundo” Él es el Camino, la Verdad y la Vida. Como
tú, Madre, queremos llenarnos de tu Hijo para tener vida plena y abundante y
siempre decir con profunda fe “Señor mío y Dios mío”.

¡Oh! Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al
cielo a todas las almas, socorre especialmente a las más necesitadas de tu divina
misericordia.

Todos decimos: “Por el poder de la resurrección libérame y sáname, Señor.”

ORACIONES FINALES:

Letanías a Jesús

A cada letanía responderemos: “Ten Misericordia de nosotros”

1.Jesús, resucitado
2.Jesús, amable
3.Jesús, admirable
4.Jesús, Dios fuerte
5.Jesús, mensajero del plan divino
6.Jesús, todopoderoso
7.Jesús, pacientísimo
8.Jesús, obedientísimo
9.Jesús, manso y humilde de corazón
10.Jesús, amante de la castidad
11.Jesús, amador nuestro
12.Jesús, Dios de paz
13.Jesús, autor de la vida
14.Jesús, modelo de virtudes
15.Jesús, celoso de la salvación de las almas
16.Jesús, nuestro Dios
17.Jesús, nuestro Refugio
18.Jesús, padre de los pobres
19.Jesús, tesoro de los fieles
20.Jesús, bueno
21.Jesús, verdadera luz
22.Jesús, sabiduría eterna
23.Jesús, bondad infinita
24.Jesús, camino y vida nuestra
25.Jesús, alegría de los ángeles
26.Jesús, rey de los patriarcas
27.Jesús, maestro de los apóstoles
28.Jesús, doctor de los evangelistas
63
29.Jesús, fortaleza de los mártires
30.Jesús, luz de los confesores
31.Jesús, pureza de las vírgenes
32.Jesús, corona de todos los santos

R. Líbranos Señor

33. De todo mal


34. De todo pecado
35. De tu ira
36. De las asechanzas del demonio
37. Del espíritu impuro
38. De la muerte eterna
39. Del menosprecio de tus inspiraciones
40. Por el misterio de tu santa encarnación
41. De todo mal.
42. Por tu natividad
43. Por tu infancia
44. Por tu divinísima vida
45. Por tus trabajos
46. Por tu agonía y pasión
47. Por tu Cruz y desamparo
48. Por tus sufrimientos
49. Por tu muerte y sepultura
50. Por tu resurrección
51. Por tu ascensión
52. Por tu institución en la santísima Eucaristía
53. Por tus gozos
54. Por tu gloria

Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo


Perdónanos, Jesús

Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo


Escúchanos, Jesús

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo


Ten misericordia de nosotros Jesús.

Jesús óyenos, Jesús óyenos


Jesús escúchanos, Jesús escúchanos

Oremos:

Te pedimos Señor que quienes veneramos el Santísimo Nombre de Jesús


disfrutemos en esta vida de la dulzura de su gracia y de su gozo eterno en el Cielo.
Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
64
Jesús caminante

Cristo Jesús, Salvador deseado y esperado de la historia, de mi historia, ven a


caminar por ella. Camina por mi pasado, mi presente y mi futuro.

Tú que caminaste por caminos, senderos y calles de pueblos y ciudades, camina


hoy por mí y bendíceme con tu amor.

Tú que sanaste a los leprosos, cura la lepra que se produjo en mí ante aquellos
pecados que por ser soberbio, débil o ignorante me sumieron en la enfermedad.

Tú que perdonaste a quienes se reconocían pecadores y los cubriste con tu amor,


clava en tu Cruz todos mis pecados y unge mis heridas con tu bendita sangre.

Tú que sanaste a los sordos, cura y libérame del espíritu de sordera que no me deja
percibir tu amor y escuchar tu voz, discernir tu Voluntad y escuchar el clamor de los
hermanos que sufren.

Tú que curaste a los ciegos, libérame del espíritu de la ceguera que no me permite
verte en mí constantemente vivir en alabanza por tu inigualable belleza.

Tú que sanaste a los epilépticos y mudos, libérame del espíritu de la epilepsia y


mudez que me impide expresarme y expresar tu Palabra con sabiduría, prudencia,
caridad, afecto y firmeza.

Tú que sanaste a los paralíticos, libérame del espíritu de parálisis en mis piernas y
en mi alma, que me deja postrado largo tiempo haciéndome perder la virtud de la
alegría y no sé hacia dónde dirigirme para hacer tu Voluntad.
Tú que resucitaste a los muertos, resucita Oh caminante santo, las áreas de mi
historia, que están marchitas, agonizantes o muertas.

Tú que expulsaste a los demonios, libérame de toda fuerza o cercanía del espíritu
del mal y cólmame de tu santo y dulce Espíritu para que por tu gloria brillen los
dones y carismas que me diste.

Envíame a tus santos Arcángeles y Ángeles para que me guíen a lo largo del camino
y me colmen de tu paz. Amén.

AL TERMINAR LOS MISTERIOS

Ofrecemos las siguientes oraciones por las intenciones del Papa, las necesidades
de la Iglesia y las del estado y por la propagación de la fe.

Padre Nuestro… Dios te salve María… Gloria…

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TEDEUM

A Ti, oh, Dios, te alabamos,


a Ti, Señor, te reconocemos.
A Ti, eterno Padre,
te venera toda la creación.

Los ángeles todos, los cielos


y todas las potestades te honran.
Los querubines y serafines
te cantan sin cesar:
Santo, Santo, Santo es el Señor,
Dios del universo.

Los cielos y la tierra


están llenos de la majestad de tu gloria.
A Ti te ensalza
el glorioso coro de los apóstoles,
la multitud admirable de los profetas,
el blanco ejército de los mártires.

A Ti la Iglesia santa,
extendida por toda la tierra,
te aclama:
Padre de inmensa majestad,
Hijo único y verdadero, digno de adoración,
Espíritu Santo, Defensor.

Tú eres el Rey de la gloria, Cristo.


Tú eres el Hijo único del Padre.
Tú, para liberar al hombre,
aceptaste la condición humana
sin desdeñar el seno de la Virgen.

Tú, rotas las cadenas de la muerte,


abriste a los creyentes el Reino de los Cielos.
Tú sentado a la derecha de Dios
en la gloria del Padre.
Creemos que un día
has de venir como juez.

Te rogamos, pues,
que vengas en ayuda de tus siervos,
a quienes redimiste con tu preciosa sangre.
Haz que en la Gloria eterna
nos asociemos a tus santos.

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Salva a tu pueblo, Señor,
y bendice tu heredad.
Sé su pastor
y ensálzalo eternamente.

Día tras día te bendecimos


y alabamos tu nombre para siempre,
por eternidad de eternidades.
Dígnate, Señor, en este día
guardarnos del pecado.

Ten piedad de nosotros, Señor,


ten piedad de nosotros.
Que tu misericordia, Señor,
venga sobre nosotros,
como lo esperamos de Ti.

En Ti, Señor, confié,


no me veré defraudado para siempre.

V. Bendito eres, Señor, Dios de nuestros padres.


R. Y digno de alabanza, y glorioso por lo siglos.

V. Bendigamos al Padre, y al Hijo con el Espíritu Santo.


R. Alabémosle y ensalcémosle sobre todas las cosas por los siglos.

V. Bendito eres Señor en lo más alto del cielo.


R. Y digno de alabanza, y glorioso y ensalzado por todos los siglos.

V. Bendice, alma mía, al Señor.


R. Y nunca olvides sus muchos beneficios.

V. Señor, escucha mi oración.


R.Y llegue a Ti mi clamor.

V. El Señor esté con vosotros.


R. Y con tu espíritu.

Oremos: Oh Dios, cuya misericordia es infinita e inagotable la bondad, damos


gracias a tu divina Majestad, por los bienes que hemos recibido, implorando siempre
tu clemencia, para que no abandonando a aquellos a quienes concedes lo que te
piden, los dispongas para recibir las recompensas eternas. Oh Dios, que has
instruido los corazones de los fieles con la luz del Espíritu Santo, concédenos según
el mismo Espíritu conocer las cosas rectas y gozar siempre de sus divinos
consuelos. Oh Dios, que no permites sea afligido en demasía cualquiera que en Ti
espera, sino que atiendes piadoso a nuestras súplicas: te damos gracias por haber

67
aceptado nuestras peticiones y votos, suplicándote piadosísimamente que
merezcamos vernos libres de toda adversidad. Por nuestro Señor Jesucristo.
Amén.
PUEBLO DE REYES

Pueblo de reyes, asamblea santa


Pueblo sacerdotal, pueblo de Dios
Bendice a tu Señor

Te cantamos, oh, Hijo amado del Padre


Te alabamos, eterna palabra salida de Dios
Te cantamos, oh, Hijo de la Virgen María
Te alabamos, oh, Cristo nuestro hermano
Nuestro Salvador

Pueblo de reyes, asamblea santa


Pueblo sacerdotal, pueblo de Dios
Bendice a tu Señor

Te cantamos a Ti, esplendor de la gloria


Te alabamos, estrella radiante que anuncias el día
Te cantamos, oh, luz que iluminas nuestras sombras
Te alabamos, antorcha de la nueva Jerusalén

Pueblo de reyes, asamblea santa


Pueblo sacerdotal, pueblo de Dios
Bendice a tu Señor

Te cantamos, Mesías, que anunciaron los profetas


Te alabamos, oh, hijo de Abraham e hijo de David
Te cantamos, Mesías, esperado por los pobres
Te alabamos, oh, Cristo, nuestro rey de humilde corazón

Pueblo de reyes, asamblea santa


Pueblo sacerdotal, pueblo de Dios
Bendice a tu Señor

Te cantamos, mediador entre Dios y los hombres


Te alabamos, oh, ruta viviente, camino del cielo
Te cantamos, sacerdote de la nueva alianza
Te alabamos, Tú eres nuestra paz por la sangre de la cruz

Pueblo de reyes, asamblea santa


Pueblo sacerdotal, pueblo de Dios
Bendice a tu Señor

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Te cantamos, cordero de la Pascua eterna
Te alabamos, oh, víctima que borras nuestros pecados
Te cantamos, oh, templo de la nueva alianza
Oh, piedra angular y roca de Israel

Pueblo de reyes, asamblea santa


Pueblo sacerdotal, pueblo de Dios
Bendice a tu Señor

LA SALVE

Dios te Salve, Reina y Madre de Misericordia, Vida, Dulzura y Esperanza nuestra.


Dios te Salve. A Ti llamamos los desterrados hijos de Eva, a Ti suspiramos gimiendo
y llorando en este valle de lágrimas. Ea pues, Señora Abogada nuestra, vuelve a
nosotros ésos Tus ojos misericordiosos y después de este destierro, muéstranos a
Jesús, fruto Bendito de Tu vientre, Oh Clemente, Oh Piadosa, Oh Dulce Virgen
María. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de
alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos, Señor ✠ Dios nuestro.
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén

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