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Sentencias (Libertad Sexual)
Sentencias (Libertad Sexual)
EXPEDIENTE : 00727-2021-0-1501-JR-FP-04
MATERIA : INFRACCION CONTRA LA LIBERTAD SEXUAL
JUEZ : MACHUCA URBINA DANIEL
ESPECIALISTA : BALDARRAGO ESCURRA MARGOTH GUILIANA
ABOGADO : HUAMAN FLORES, ROXANA
MARTINEZ ROMANI, RUTH
FISCALIA : 4TA FISCALIA CIVIL Y FAMILIA DE HUANCAYO,
INFRACTOR : SULLCA ROBERTO, JUAN ANGELO
AGRAVIADO : S H, Y Y
Revisado la causa, al retorno de las vacaciones judiciales SE AVOCA al conocimiento del presente
proceso el señor Juez Titular de este Juzgado. La presente investigación es seguida contra el
adolescente:
Auto que promueve Acción: Que, en mérito de la denuncia Fiscal de folios 154 a 159, se
promueve acción a favor del adolescente relacionado, por presunta infracción a la ley penal
contra la Libertad Sexual en la modalidad de Tocamientos, Actos de Connotación sexual o
actos libidinosos en agravio de menor, dictándose como medida de protección a favor del
investigado la ENTREGA EN CUSTODIA, conforme se aprecia del auto de folios 162 a 164.
Dictamen Fiscal: De folios 284 a 288, obra el Dictamen Fiscal - Segunda Fiscalía Provincial
de Familia de Huancayo, OPINANDO por la responsabilidad del adolescente investigado,
como autor de la comisión de infracción a la ley penal contra la Libertad Sexual en la
modalidad de Tocamientos, Actos de Connotación sexual o actos libidinosos en agravio de
menor, SOLICITANDO se le imponga la medida socioeducativa de LIBERTAD
RESTRINGIDA por el lapso de UN AÑO.
III. MEDIOS PROBATORIOS VALORADOS:
PRIMERO.- La cuarta disposición final y transitoria de la norma constitucional establece que, “Las
normas relativas a los derechos y a las libertades, reconocidas por la Constitución Política del
Estado, se interpretan de conformidad con la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y
con los tratados y acuerdos internacionales sobre las mismas materias, sobre las que el Estado
Peruano forma parte”.
Asimismo, el artículo 4° de la Constitución Política, concordante con el artículo II, VII y IX del Título
Preliminar del Código de los Niños y Adolescentes, son específicos al señalar que, “los niños y
adolescentes son sujetos de derechos y por lo mismo les corresponde las medidas de protección
específica cuando se han visto inmersos en la comisión de infracción a la ley penal” . Es por ello
que, “en toda medida que adopte el Estado a través del Poder Judicial considerará el Interés
Superior de los adolescentes y el respeto a sus derechos, resolviendo lo más favorable para ellos y
tratando a los hechos en que se encuentran inmersos como problemas humanos”1.
1
CODIGO DE LOS NIÑOS Y ADOLESCENTES
Artículo IX.- Interés superior del niño y del adolescente.-
En toda medida concerniente al niño y al adolescente que adopte el Estado a través de los Poderes Ejecutivo, Legislativo
y Judicial, del Ministerio Público, los Gobiernos Regionales, Gobiernos Locales y sus demás instituciones, así como en la
acción de la sociedad, se considerará el Principio del Interés Superior del Niño y del Adolescente y el respeto a sus
derechos.
Con la dación del Decreto Legislativo 1348, que aprueba el Código de Responsabilidad Penal de
Adolescentes y con la publicación de su respectivo Reglamento el 24 de marzo del 2018, mediante
Decreto Supremo 004-2018-JUS, se derogan los capítulos III, IV, V, VI, VII y VII-A del Título II del
Libro IV del Código de Los Niños y Adolescentes y se deroga el Decreto Legislativo 1204, y en su
lugar adquieren vigencia, sin perjuicio de la implementación del citado Código a nivel nacional, los
artículos comprendidos en los Títulos I y II de la Sección VII, así como los Títulos I y II de la Sección
VIII del Código de Responsabilidad Penal de Adolescentes. Norma de índole procesal que se debe
aplicar al caso concreto a tenor de lo establecido por las mismas normas citadas y por lo prescrito
por el artículo VII del Título Preliminar del Código Procesal Penal de aplicación supletoria a los
autos.
En base a ello; al adolescente que comete un hecho tipificado como delito o falta, de acuerdo con la
legislación penal y que se entiende por infracción a la ley penal, se le puede imponer medidas
socioeducativas señaladas en el Código en forma alternativa, indistinta o conjuntamente y en tanto
permitan su ejecución simultánea; entre ellas, tenemos a las medidas no privativas de libertad que
contempla a la amonestación, libertad asistida, prestación de servicios a la comunidad y libertad
restringida; y, la medida socioeducativa de internación en un centro juvenil.
Tenemos también a las medidas accesorias, que contemplan fijar un lugar de residencia
determinado o cambiar de lugar de residencia a la actual; también contempla no frecuentar
determinadas personas, no frecuentar bares, discotecas o determinados centros de diversiones
espectáculos u otros lugares que considere el Juez; no ausentarse del lugar de residencia sin
autorización judicial, matricularse en una institución educativa a efectos de generarse un oficio o
profesión; desempeñar una actividad laboral o formativa laboral, no consumir o ingerir bebidas
alcohólicas ni drogas o internar al adolescente en un centro de salud público o privado para un
tratamiento desadictivo, participar en programas educativos o de orientación y otras que el Juez
considere adecuadas, dejando en claro que la internación en un centro juvenil es la medida
socioeducativa más grave y es de carácter excepcional y se debe de aplicar como último recurso ,
como lo prescribe el artículo 162° del citado Código.
Bajo este contexto, uno de los cambios en la justicia penal para el adolescente infractor, que a
criterio de la suscrita, permitirá lograr con mayor certeza la resocialización del infractor con respeto
del Principio del Interés Superior del Niño y Adolescente; es cuando estipula que la medida
impuesta puede modificarse o darse por cumplida a las dos terceras partes de la misma, siempre
que el adolescente participe de los programas de tratamiento o cumpla las medidas accesorias
establecida por el Juez, incluso, contrario sensu, una medida no privativa de libertad, por
responsabilidad del sentenciado, se puede variar a una privativa de libertad, todo ello conforme a
los artículos 154° y 155° del citado Código de Responsabilidad Penal de Adolescentes y
obviamente cuando precisa que las medidas socioeducativas pueden imponerse en forma
alternativa, indistinta o conjuntamente y en tanto permitan su ejecución simultánea; así como que
también se involucra a los padres, tutores o responsables del infractor como responsables solidarios
por los daños y perjuicios ocasionados y por el cumplimiento de las medidas socioeducativas.
Ahora bien, todas estas medidas socioeducativas si bien es cierto están de alguna manera
programadas para imponerse bajo ciertas circunstancias o características, llámese mínimo o
máximo de la pena o la naturaleza del delito cometido si serían mayores de edad o gravedad al
poner en peligro la vida o integridad de las personas, nada impide que estas medidas
socioeducativas se apliquen a otros casos y de diferente manera, incluso menos gravosas, toda vez
que debe de primar siempre el Principio del Interés Superior del Niño y Adolescente, tomando cada
caso desde la perspectiva que es un problema humano, como se tiene prescrito en los artículo IX y
X del Título Preliminar del Código de los Niños y Adolescentes, así como, la aplicación de los
artículos 191° y 192° del mismo código, concordados con el Código actual citado para adolescentes
Artículo X.- Proceso como problema humano.-
El Estado garantiza un sistema de administración de justicia especializada para los niños y adolescentes. Los casos
sujetos a resolución judicial o administrativa en los que estén involucrados niños o adolescentes serán tratados como
problemas humanos.-
en conflicto con la Ley penal, teniendo siempre en cuenta que la internación es como último recurso
y las circunstancias particulares de índole sociológica, educativa, cultural, familiar y económica
dentro de las cuales se desarrolla el adolescente infractor.
SEGUNDO.- La ley y la democracia para los niños y los adolescentes, han significado el vuelco de
ser considerados objetos de tutela y represión bajo el dominio de la vieja “ doctrina de la situación
irregular” a ser reconocidos como sujetos plenos de derechos y responsabilidades por la nueva
“doctrina de la protección integral”. La Convención Internacional sobre los Derechos del Niño-
culminación de las Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para la Administración de la Justicia de
Menores, conocidas como Reglas de Beijing, de las Reglas de las Naciones Unidas para la
Protección de los Menores Privados de Libertad y de las Directrices de las Naciones Unidas para la
Prevención de la Delincuencia Juvenil, conocidas como Directrices de Riad - establece
obligatoriamente tres tipos de derechos y responsabilidades para todos los niños y los
adolescentes, siendo el que nos atañe que: Los jóvenes (de menos de 18 años) autores de un acto
infractor contra la ley penal tienen derecho a las garantías procesales básicas y a las medidas
socioeducativas cuando se encuentran responsables de un determinado delito o contravención.
El sistema de responsabilidad penal juvenil debe ser integral, descentralizado y participativo; es
necesario que esté guiado por el principio del “interés superior” de los niños y adolescentes cuyo
único propósito es su recuperación como personas y ciudadanos, luego de haber estado inmerso en
actos infractores y no se conviertan en futuros delincuentes; es por ello que, para imponer una
sanción se deben de tener en cuenta ciertas consideraciones como la edad del infractor, sus
circunstancias personales, así como su situación psicológica, educativa, familiar y sociocultural
según el informe del equipo multidisciplinario; la magnitud del daño causado, el nivel de intervención
en los hechos, la capacidad para cumplir una sanción, las circunstancias agravantes o atenuantes
reguladas en el Código Penal o leyes especiales, la proporcionalidad, racionalidad e idoneidad de la
sanción y los esfuerzos del adolescente por reparar directa o indirectamente los daños ; todo ello,
como lo contempla la Ley especial de la materia; consideraciones que también deben de ser
entendidas y aplicadas desde la perspectiva de entender que estos procesos de infracción a la Ley
penal no tienen como finalidad imponer un castigo al infractor, ni alejarlo de la sociedad; sino todo lo
contrario, son procesos que se instauran a favor del infractor para resocializarlo, en concordancia
con uno de los objetivos del último Plan Nacional de Acción por la Infancia y la Adolescencia que ha
redactado el Perú para el periodo 2012 a 2021, que es “ reducir la tasa de adolescentes que se
encuentran en conflicto con la Ley Penal”, incluyendo componentes de prevención, atención y
reinserción familiar y social y de sensibilizar a la comunidad para que se le permitan a estos
infractores nuevamente reintegrarse a ella, sin ser considerados motivo de burla o recelo dentro de
ella. Es decir, debe de primar siempre el Principio de Protección al menor de edad y la finalidad
rehabilitadora hacia el adolescente.
En ese sentido, desde el punto de vista legal; para efectos de imponer una medida socioeducativa o
ahora llamada sanción, resulta imperativo que el juzgador llegue a la convicción de la
responsabilidad del adolescente investigado; sustentando su razonamiento final en los hechos que
emerjan del proceso investigatorio, respetando el debido proceso, sobre todo el derecho de defensa
y contradicción, la apreciación de la confesión o no del investigado, versiones contradictorias o no
convincentes y demás pruebas actuadas (testimonios, peritajes, inspección, etc.) según lo previsto
por la actuación y apreciación de los medios probatorios según la Ley Procesal Penal aplicable
supletoriamente al caso concreto.
Asumida esta convicción, y como siguiente paso, recién se interpondrá una medida socioeducativa.
En esa razón, es evidente que no estamos ante un proceso penal propiamente dicho, sino que nos
encontramos ante un proceso de infracción a la ley penal donde el Estado no está ejerciendo su
poder punitivo sancionador, sino, a través de una justicia especializada, de protección a favor del
adolescente (infractor a la Ley penal) en aras de su educación y rehabilitación, en concordancia con
lo previsto por el artículo 4º de la Constitución Política y los artículos IX y X del Título Preliminar del
Código de los Niños y Adolescentes.
En ese orden de ideas, teniendo señalado el artículo 191º del Código de los Niños y Adolescentes
que el Sistema de Justicia en estos procesos se orienta a la rehabilitación del adolescente y
encaminarlo a su bienestar y que la medida que se tome al respecto no deberá de basarse
únicamente en el examen de la gravedad del hecho sino también en las circunstancias personales
que lo rodean; y, siendo ello el objetivo de las medidas socioeducativas que no tiene carácter
sancionador propiamente dicho, sino de protección al tener una finalidad primordialmente educativa
y socializadora basada en el respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales,
debiendo tenerse en cuenta el principio de protección al menor y la finalidad rehabilitadora hacia el
adolescente.
Por ello; para la calificación y cuantificación de la medida socio educativa, corresponde efectuar un
análisis integral siempre tendiente a lo que sea más favorable a la rehabilitación del adolescente ,
señalado en el artículo 191º de la norma aludida dado que: “La medida tomada al respecto no solo
deberá basarse en el examen de la gravedad del hecho; sino también a las circunstancias
personales que lo rodean”, respecto a las cuales se tiene un acercamiento en base a la intervención
de los profesionales que integran nuestro equipo multidisciplinario.
TERCERO.- En el caso concreto, fluye de la denuncia fiscal de folios 154 y siguientes: “...El día 04
de noviembre de 2020, aproximadamente a las 09:00 de la noche J.J.S.H. salió de su casa con su
amigo y ex inquilino de nombre JEAN CARLOS FLORES FERNANDEZ (ADULTO), a hacer hora,
sin decirle a nadie, se encontraron cerca a su casa de la agraviada, y se pusieron a caminar y luego
JEAN CARLOS le dijo voy a estar aquí nomas-cerca al estadio de Coto Coto- con mis amigos
cuatro varones, a quien Y.Y. no los conocía, nunca los había visto, y se comportaban medio raritos
–como mujercitas- chistosos-, y JEAN CARLOS le dice Y.Y. no te vayas a incomodar, luego de eso
le invitaron gaseosa, le dicen toma gaseosita, y después ella se quiso ir y los chicos se fueron a
comprar más, y le dijeron ven amiguita vamos a tomar gaseosita nomas, hasta las 11:00 pm
estuvieron tomando, y la cabeza le estaba doliendo a Y.Y.; y en ese momento apareció serenazgo y
todos salieron corriendo, y a JEAN CARLOS y su amigo los persiguieron hasta la chacra donde
JEAN CARLOS escondió el celular de Y.Y. porque decía si le encontraban dos celulares le iban a
decir que había robado, Y.Y. le había hecho guardar porque no tenía bolsillo; luego se los llevaron a
la comisaria y regresaron, JEAN CARLOS y JUAN ANGELO, con quienes la agraviada se fue a su
casa, porque los otros dos ya se habían ido, aproximadamente a las 04:00 de la mañana del día 05
de noviembre del 2020, siendo que no podía abrir la puerta principal de su casa por lo que toco la
otra puerta, por donde salió su tía y le dijo pasa, y le pregunto ¿Dónde has ido? Por ahí no más le
respondió, ¿tu mamá dónde está? Esta durmiendo con mi hermanito tía le dijo, haya entonces entra,
y su tía no vio a JEAN CARLOS ni JUAN DIEGO, Y.Y. después les abrió la puerta y subieron hasta
el tercer piso donde se ubica la habitación de la agraviada, ella les dijo que durmieran en el segundo
nivel del camarote, pero ellos no quisieron, le dijeron como pues Y.Y. somos tu visita como nos vas
hacer así, entonces ella se cambio de ropa porque se había mojado, y se echaron los tres en la
cama, ella al medio, ellos no se quitaron la ropa, y ANGELO se estaba riendo y la empezó a tocar
por encima de la ropa y ella le dijo no me toques, y él se puso a dormir, y luego JEAN CARLOS le
beso y la volteo y penetro por el ano. Luego aproximadamente a las 5:00 de la mañana se fueron
los dos chicos, y ella se quedo dormida, y su tía le aviso a la mamá de Y.Y. que había llegado en la
madrugada, y su mamá le pregunto y fueron a la casa de JEAN CARLOS y no estaba, y en la tarde
ellos fueron a la casa de Y.Y., y arrodillándose dijeron que no le habían hecho nada. Asimismo, el
mismo día doña Roxana Huamán Flores –mamá de la agraviada-, habiendo tomado conocimiento
de lo sucedido fue a buscar a Jean Carlos (quien era su inquilino hace meses), no encontrándolo,
pero como a las 15:00 horas Jean Carlos Flores Fernández, Juan Ángelo Sullca Roberto (17) y
Rolando Silvestre Espinoza fueron a la casa de la agraviada y le dijeron a la mamá que “querían
arreglar y no los denuncie y se pusieron a llorar”, ello conforme consta en la declaración de Roxana
Huamán Flores de Fs. 62/63, y con el Acta de Entrevista Única en Cámara Gessell y el Acta de
Intervención Policial a Fs. 13, donde se dejo constancia que los nombrados al momento de la
intervención se encontraban al interior del domicilio de la agraviada”.
CUARTO.- Ante dicha sindicación tenemos que el adolescente JUAN ANGELO SULLCA ROBERTO
(17), en su declaración referencial brindada en la Audiencia Única de Esclarecimiento de los Hechos
de folios 235 a 241, niega los hechos de agresión sexual que se le atribuyen y señala que se
encontraba ebrio, y le roso la pierna al querer taparse con la frazada y que ella le reclamo diciendo
porque me agarras y después se disculpo y le explico que quería taparse con la frazada.
SEXTO.- La Incredibilidad Subjetiva en autos no se han incorporado elementos que determinen que
la imputación de la menor víctima se encuentre motivada por sentimientos de odio o rencor
concebidos por la menor o su familia u otras circunstancias análogas, pues del relato de la menor se
aprecia características de espontaneidad, pues no lo conocía al adolescente infractor recién lo
conoció por primera vez, además la misma agraviada incluso acepto que hizo ingresar a su
habitación al adolescente.
Al respecto, no existe duda alguna de que en efecto el adolescente investigado habría realizado
tocamientos indebidos a la menor agraviada, momentos en que conjuntamente con otro adolescente
se encontraban durmiendo en la habitación de la agraviada, donde siente que el investigado Juan
Ángelo Sullca Roberto a quien conocía como “Ángelo” le empezó a tocar con su mano por encima
de su ropa y en su pierna izquierda con su mano, ante ello la agraviada le reclamo que no le tocara,
ante lo cual el investigado se puso a dormir, hecho que es corroborado por el propio investigado,
quien en su declaración referencial brindada en la Audiencia Única de Esclarecimiento de los
Hechos señala que se encontraba ebrio, y le roso la pierna al querer taparse con la frazada y que
ella le reclamo diciendo porque me agarras y después se disculpo y le explico que quería taparse
con la frazada. Siendo que lo expresado por éste no causa certeza por cuanto del informe pericial
toxicológico- dosaje etílico que obra a folios 30 se tiene que dichos exámenes arrojo 0.00 g alcohol
etílico/L sangre, lo que implica que se califico un estado normal. Además; se tiene corroboración
testimonial de carácter indirecto de la persona de Rolando Silvestre Espinoza (22) otro de los que
tomaron previamente licor junto a la adolecente agraviada, quien expreso en respuesta a la
pregunta 15 de su declaración de fecha 05 de noviembre del 2020 que obra a folios 66 que “( …)
cuando estábamos detenidos en el calabozo de Chilca, el Jean Carlos me dijo que le había
penetrado poco a la menor y que el Ángelo le había tocado sus partes y todo eso había pasado en
la casa de la menor (…)”. Más aun que del Informe Psicológico N° 271-2022-PS-CSJJU/P realizado
al investigado en el rubro de conclusiones se tiene que : “evidencia deseo deliberado de ocultar de
sus características con el objetivo de dar una imagen positiva de sí mismo ( tendencia a la mentira)”.
En suma, del análisis y compulsa de los elementos de juicio reunidos en la presente investigación,
se encuentra plenamente acreditado, tanto la materialidad del ilícito penal instruido, así como la
responsabilidad penal del adolescente infractor.
9.1. La determinación de los límites de edad constituye una de las opciones de política criminal
más importantes a la hora de diseñar el sistema de responsabilidad penal de los menores, es así
que nuestro ordenamiento jurídico ha fijado como límite mínimo para exigir responsabilidad penal
juvenil a aquellos adolescentes menores de 18 y mayores de 14 años de edad, será pasible de
medidas socio- educativas, el juez impone la medidas socio- educativas.
9.2. Estando acreditado la responsabilidad del adolescente Juan Ángelo Sullca Roberto (17) de
conformidad a lo previsto por el artículo 150° del Código de Responsabilidad Penal de
Adolescentes, corresponde aplicar la sanción por la conducta asumida. En ese sentido, debe
quedar claro que las sanciones tienen una finalidad primordialmente educativa y socializadora
para los adolescentes en conflicto con la ley penal, basada en el respeto de los derechos
humanos y las libertades fundamentales. En ese sentido, a efectos de aplicar la medida socio
educativa idónea al adolescente, conforme a lo opinado por el representante del Ministerio
Público en su dictamen fiscal de folios 284/288, habiéndose acreditado los hechos objeto de
denuncia, con las pruebas actuadas, por lo que resulta pertinente aplicar la medida socio
educativa de L I B E R T A D R E S T R I N G I D A , de conformidad a los criterios establecidos en el
artículo 153° del Código de Responsabilidad Penal del Adolescente, esto es:
ii) La gravedad del daño causado. Al respecto, se debe considerar que en el presente caso,
producto de la conducta asumida por el adolescente, se ha causado a la agraviada afectación
conductual y cognitiva (un síndrome ansioso) este último producto de la situación vivida, conforme
se desprende del Protocolo de Pericia Psicológica N° 014770-2020-PSC, que obra a folios 137 y
Protocolo de Pericia Psicológica N° 14931-2020-PSC, practicado a la agraviada a folios 144.
iii) La edad del adolescente, sus circunstancias personales, así como la situación educativa,
familiar y sociocultural, se verifica que el adolescente Juan Ángelo Sullca Roberto al momento que
ocurrieron los hechos contaba con 17 años de edad, por tanto, es pasible de aplicar medidas socio
educativas, por los hechos denunciados, conforme se verifica de la copia de la ficha de
RENIEC (Folios 42), donde data su fecha de nacimiento 02 de enero del 2003. En cuanto a las
circunstancias personales, el adolescente no ha recibido adecuada orientación por parte de
sus padres, situación que hacen, sea merecedor de guía u orientación necesaria a fin de que no
llegue a la adultez sin tratamiento alguno y se evite la continuación de este tipo de conductas.
iv) El nivel de intervención en los hechos. Dentro de la ejecución del acto infractor de
tocamientos, actos de connotación sexual o actos libidinosos, el infractor ha tenido una
participación activa para la perpetración de los hechos, conforme ha quedado establecido a lo
largo de la actuación de las pruebas, lo que demuestra que el nivel de intervención del
adolescente ha sido en su calidad de autor.
vii) Las circunstancias agravantes o atenuantes reguladas en el Código Penal o leyes especiales,
en lo que corresponda. En el presente caso se presentan circunstancias de atenuación tipificadas
en el literal a) y d) del numeral 1, del artículo 46° del Código Penal, consistentes en: a) La
carencia de antecedentes penales, del supuesto infractor tiene la condición de primario,
careciendo de antecedentes (Oficio de folios 171); d) La influencia de apremiantes circunstancias
personales o familiares en la ejecución de la conducta punible; siendo que procede de una familia
monoparental, tras la separación de sus padres hace 11 años, conforme fluye del Informe Social N°
284-2021-SIGEM-ATS/EM-CSJJU/PJ de folios 180 a182, practicado al adolescente investigado
Juan Ángelo Sullca Roberto.
9.4. Aunado a ello, se debe considerar que el señor Fiscal de Familia-Segunda Fiscalía,
en su dictamen de folios 284 y siguientes, ha OPINADO porque se le imponga la medida socio
educativa de Libertad restringida, teniendo en cuenta su condición de agente primario (no
registra medida socio educativa alguna), por el término de doce meses.
De modo que, la sanción debe reflejar la aplicación del principio de proporcionalidad que prevé el
artículo VII del Título Preliminar del Código Penal de aplicación supletoria, que es principal
estándar que debe atender el Juez para determinar la sanción concreta; considerando
además el principio constitucional de reincorporación del penado a la sociedad, previsto en el
inciso 22) del artículo 139° de la Constitución Política del Estado, el mismo que concuerda
con el artículo 150° del Código de Responsabilidad Penal, establece que: “150.1 Las medidas
socioeducativas deben contener una función pedagógica positiva y formativa, con la finalidad de
facilitar la resocialización y reintegración a la sociedad. (…)”.
Razones por la cual, al amparo del principio del interés superior del niño y adolescente,
atendiendo el nuevo paradigma de Justicia Restaurativa Juvenil que propone un enfoque
educativo formativo hacia los adolescentes que han infringido la ley penal, siguiendo éstos
preceptos, se hace necesario aplicar una sanción proporcional y razonable a la edad y a la
naturaleza en que sucedieron los hechos; por tanto, debe aplicarse la medida socio educativa
de libertad restringida por el término de un año.
V. PARTE RESOLUTIVA:
Por los fundamentos expuestos, y en aplicación de las normas antes invocadas, con el criterio de
conciencia que la ley autoriza y la Independencia Jurisdiccional, conforme al Dictamen Fiscal de
folios 284 y siguientes; Administrando Justicia a nombre de la Nación; SE RESUELVE:
3°). FÍJESE el monto de REPARACIÓN CIVIL, la suma de S/500.00 (QUINIENTOS CON 00/100
SOLES) que deberá pagar el adolescente JUAN ANGELO SULLCA ROBERTO (17 años de edad
al momento de los hechos), a favor de la agraviada de iniciales Y.Y.S.H (12 años de edad al
momento de los hechos), con sus bienes propios y libres en ejecución de sentencia.
4°). CONSENTIDA O EJECUTORIADA sea la presente, CÚRSESE OFICIO al Jefe del Registro
del Adolescente Infractor de la Corte Superior de Justicia de Junín, a efectos de la anotación
respectiva. - - - NOTIFIQUESE.
SENTENCIA N° - 2021-4°JFHYO/CSJJU
Dictamen Fiscal: De folios 220 a 249, obra el dictamen fiscal en el que se opina
por la responsabilidad del adolescente investigado, como autor de la comisión de
infracción a la ley penal contra la Libertad Sexual en la modalidad de Tocamientos,
Actos de Connotación sexual o actos libidinosos sin consentimiento,
SOLICITANDO se le imponga la medida socioeducativa de AMONESTACION
con medidas accesorias y como pago de Reparación Civil que comprende
únicamente la indemnización de daños y perjuicios, el monto de QUINIENTOS
SOLES que debería ser asumido en forma solidaria con sus padres o responsables.
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CODIGO DE LOS NIÑOS Y ADOLESCENTES
Artículo IX.- Interés superior del niño y del adolescente.-
En toda medida concerniente al niño y al adolescente que adopte el Estado a través de los Poderes Ejecutivo, Legislativo
y Judicial, del Ministerio Público, los Gobiernos Regionales, Gobiernos Locales y sus demás instituciones, así como en la
acción de la sociedad, se considerará el Principio del Interés Superior del Niño y del Adolescente y el respeto a sus
derechos.
Artículo X.- Proceso como problema humano.-
El Estado garantiza un sistema de administración de justicia especializada para los niños y adolescentes. Los casos
sujetos a resolución judicial o administrativa en los que estén involucrados niños o adolescentes serán tratados como
problemas humanos.-
deroga el Decreto Legislativo 1204, y en su lugar adquieren vigencia, sin perjuicio de la
implementación del citado Código a nivel nacional, los artículos comprendidos en los
Títulos I y II de la Sección VII, así como los Títulos I y II de la Sección VIII del Código de
Responsabilidad Penal de Adolescentes. Norma de índole procesal que se debe aplicar al
caso concreto a tenor de lo establecido por las mismas normas citadas y por lo prescrito por
el artículo VII del Título Preliminar del Código Procesal Penal de aplicación supletoria a
los autos.
En base a ello; al adolescente que comete un hecho tipificado como delito o falta, de
acuerdo con la legislación penal y que se entiende por infracción a la ley penal, se le puede
imponer medidas socioeducativas señaladas en el Código en forma alternativa, indistinta
o conjuntamente y en tanto permitan su ejecución simultánea; entre ellas, tenemos a
las medidas no privativas de libertad que contempla a la amonestación, libertad asistida,
prestación de servicios a la comunidad y libertad restringida; y, la medida socioeducativa
de internación en un centro juvenil.
Tenemos también a las medidas accesorias, que contemplan fijar un lugar de residencia
determinado o cambiar de lugar de residencia a la actual; también contempla no frecuentar
determinadas personas, no frecuentar bares, discotecas o determinados centros de
diversiones espectáculos u otros lugares que considere el Juez; no ausentarse del lugar de
residencia sin autorización judicial, matricularse en una institución educativa a efectos de
generarse un oficio o profesión; desempeñar una actividad laboral o formativa laboral, no
consumir o ingerir bebidas alcohólicas ni drogas o internar al adolescente en un centro de
salud público o privado para un tratamiento desadictivo, participar en programas
educativos o de orientación y otras que el Juez considere adecuadas, dejando en claro que
la internación en un centro juvenil es la medida socioeducativa más grave y es de
carácter excepcional y se debe de aplicar como último recurso, como lo prescribe el
artículo 162 del citado Código.
Bajo este contexto, uno de los cambios en la justicia penal para el adolescente infractor,
que a criterio de la suscrita, permitirá lograr con mayor certeza la resocialización del
infractor con respeto del Principio del Interés Superior del Niño y Adolescente; es cuando
estipula que la medida impuesta puede modificarse o darse por cumplida a las dos terceras
partes de la misma, siempre que el adolescente participe de los programas de tratamiento o
cumpla las medidas accesorias establecida por el Juez, incluso, contrario sensu, una
medida no privativa de libertad, por responsabilidad del sentenciado, se puede variar a una
privativa de libertad, todo ello conforme a los artículos 154 y 155 del citado Código de
Responsabilidad Penal de Adolescentes y obviamente cuando precisa que las medidas
socioeducativas pueden imponerse en forma alternativa, indistinta o conjuntamente y en
tanto permitan su ejecución simultánea; así como que también se involucra a los padres,
tutores o responsables del infractor como responsables solidarios por los daños y
perjuicios ocasionados y por el cumplimiento de las medidas socioeducativas.
Ahora bien, todas estas medidas socioeducativas si bien es cierto están de alguna manera
programadas para imponerse bajo ciertas circunstancias o características, llámese mínimo
o máximo de la pena o la naturaleza del delito cometido si serían mayores de edad o
gravedad al poner en peligro la vida o integridad de las personas, nada impide que estas
medidas socioeducativas se apliquen a otros casos y de diferente manera, incluso menos
gravosas, toda vez que debe de primar siempre el Principio del Interés Superior del Niño y
Adolescente, tomando cada caso desde la perspectiva que es un problema humano,
como se tiene prescrito en los artículo IX y X del Título Preliminar del Código de los
Niños y Adolescentes, así como, la aplicación de los artículos 191 y 192 del mismo código,
concordados con el Código actual citado para adolescentes en conflicto con la Ley penal,
teniendo siempre en cuenta que la internación es como último recurso y las circunstancias
particulares de índole sociológica, educativa, cultural, familiar y económica dentro de las
cuales se desarrolla el adolescente infractor.
SEGUNDO.- La ley y la democracia para los niños y los adolescentes, han significado el
vuelco de ser considerados objetos de tutela y represión bajo el dominio de la vieja
“doctrina de la situación irregular” a ser reconocidos como sujetos plenos de derechos y
responsabilidades por la nueva “doctrina de la protección integral”. La Convención
Internacional sobre los Derechos del Niño―culminación de las Reglas Mínimas de las
Naciones Unidas para la Administración de la Justicia de Menores, conocidas como
Reglas de Beijing, de las Reglas de las Naciones Unidas para la Protección de los
Menores Privados de Libertad y de las Directrices de las Naciones Unidas para la
Prevención de la Delincuencia Juvenil, conocidas como Directrices de Riad- establece
obligatoriamente tres tipos de derechos y responsabilidades para todos los niños y los
adolescentes, siendo el que nos atañe que: Los jóvenes (de menos de 18 años) autores de
un acto infractor contra la ley penal tienen derecho a las garantías procesales básicas y
a las medidas socioeducativas cuando se encuentran responsables de un determinado
delito o contravención.
El sistema de responsabilidad penal juvenil debe ser integral, descentralizado y
participativo; es necesario que esté guiado por el principio del “interés superior” de los
niños y adolescentes cuyo único propósito es su recuperación como personas y
ciudadanos, luego de haber estado inmerso en actos infractores y no se conviertan en
futuros delincuentes; es por ello que, para imponer una sanción se deben de tener en
cuenta ciertas consideraciones como la edad del infractor, sus circunstancias
personales, así como su situación psicológica, educativa, familiar y sociocultural según
el informe del equipo multidisciplinario; la magnitud del daño causado, el nivel de
intervención en los hechos, la capacidad para cumplir una sanción, las circunstancias
agravantes o atenuantes reguladas en el Código Penal o leyes especiales, la
proporcionalidad, racionalidad e idoneidad de la sanción y los esfuerzos del adolescente
por reparar directa o indirectamente los daños; todo ello, como lo contempla la Ley
especial de la materia; consideraciones que también deben de ser entendidas y aplicadas
desde la perspectiva de entender que estos procesos de infracción a la Ley penal no
tienen como finalidad imponer un castigo al infractor, ni alejarlo de la sociedad; sino
todo lo contrario, son procesos que se instauran a favor del infractor para
resocializarlo, en concordancia con uno de los objetivos del último Plan Nacional de
Acción por la Infancia y la Adolescencia que ha redactado el Perú para el periodo 2012 a
2021, que es “reducir la tasa de adolescentes que se encuentran en conflicto con la Ley
Penal”, incluyendo componentes de prevención, atención y reinserción familiar y social y
de sensibilizar a la comunidad para que se le permitan a estos infractores nuevamente
reintegrarse a ella, sin ser considerados motivo de burla o recelo dentro de ella. Es decir,
debe de primar siempre el Principio de Protección al menor de edad y la finalidad
rehabilitadora hacia el adolescente.
En ese sentido, desde el punto de vista legal; para efectos de imponer una medida
socioeducativa o ahora llamada sanción, resulta imperativo que el juzgador llegue a la
convicción de la responsabilidad del adolescente investigado; sustentando su
razonamiento final en los hechos que emerjan del proceso investigatorio, respetando el
debido proceso, sobre todo el derecho de defensa y contradicción, la apreciación de la
confesión o no del investigado, versiones contradictoria o no convincentes y demás
pruebas actuadas (testimonios, peritajes, inspección, etc.) según lo previsto por la
actuación y apreciación de los medios probatorios según la Ley procesal Penal aplicable
supletoriamente al caso concreto.
Asumida esta convicción, y como siguiente paso, recién se interpondrá una medida
socioeducativa. En esa razón, es evidente que no estamos ante un proceso penal
propiamente dicho, sino que nos encontramos ante un proceso de infracción a la ley penal
donde el Estado no está ejerciendo su poder punitivo sancionador, sino, a través de una
justicia especializada, de protección a favor del adolescente (infractor a la Ley penal) en
aras de su educación y rehabilitación, en concordancia con lo previsto por el artículo
4º de la Constitución Política y los artículos IX y X del Título Preliminar del Código de
los Niños y Adolescentes.
En ese orden de ideas, teniendo señalado el artículo 191º del Código de los Niños y
Adolescentes que el sistema de justicia en estos procesos se orienta a la rehabilitación
del adolescente y encaminarlo a su bienestar y que la medida que se tome al respecto
no deberá de basarse únicamente en el examen de la gravedad del hecho sino también
en las circunstancias personales que lo rodean; y, siendo ello el objetivo de las medidas
socioeducativas que no tiene carácter sancionador propiamente dicho, sino de protección al
tener una finalidad primordialmente educativa y socializadora basada en el respeto de los
derechos humanos y las libertades fundamentales, debiendo tenerse en cuenta el principio
de protección al menor y la finalidad rehabilitadora hacia el adolescente.
Por ello; para la calificación y cuantificación de la medida socio educativa, corresponde
efectuar un análisis integral siempre tendiente a lo que sea más favorable a la
rehabilitación del adolescente, señalado en el artículo 191º de la norma aludida dado que:
“La medida tomada al respecto no solo deberá basarse en el examen de la gravedad del
hecho; sino también a las circunstancias personales que lo rodean”, respecto a las cuales
se tiene un acercamiento en base a la intervención de los profesionales que integran nuestro
equipo multidisciplinario.
ii) La gravedad del daño causado. Al respecto, se debe considerar que en el presente
caso, producto de la conducta asumida por el adolescente, ha causado daño a la
adolescente agraviada en su integridad personal, como un daño psicológico, físico y
sexual, que ha sufrido la menor, conforme se desprende del Certificado Médico Legal de
folios catorce, generando así un menoscabo en la integridad física y emocional de la
agraviada.
iii) La edad del adolescente, sus circunstancias personales, así como la situación
educativa, familiar y sociocultural, se verifica que el adolescente John Misael Cotache
Calzada al momento que ocurrieron los hechos contaba con 15 años de edad, por tanto,
es pasible de aplicar medidas socio educativas, por los hechos denunciados, conforme se
verifica de la copia de la ficha de RENIEC (Folio 66), donde data su fecha de
nacimiento 07 de setiembre del 2004. En cuanto a las circunstancias personales, el
adolescente no ha recibido adecuada orientación por parte de sus padres, situación que
hacen, sea merecedor de guía u orientación necesaria a fin de que no llegue a la adultez
sin tratamiento alguno y se evite la continuación de este tipo de conductas.
iv) El nivel de intervención en los hechos. Dentro de la ejecución del acto infractor
de tocamientos, actos de connotación sexual o actos libidinosos, el infractor ha tenido
una participación activa para la perpetración de los hechos, conforme ha quedado
establecido a lo largo de la actuación de las pruebas, lo que demuestra que el nivel de
intervención del adolescente ha sido considerable, en su calidad de autor.
v) La capacidad para cumplir la sanción . El presunto infractor no presenta
ninguna enfermedad física ni mental, para cumplir la medida socioeducativa de
amonestación, asimismo, se debe precisar que el adolescente a la fecha cuenta con más de
dieciséis años de edad.
vi) La proporcionalidad e idoneidad de la medida socio educativa. La
proporcionalidad e idoneidad de la sanción: Al respecto, teniendo en cuenta la infracción
penal que se le acusa de tocamientos, actos de connotación sexual o actos libidinosos, el
mismo que es un hecho reprochable, resulta proporcional, racional e idónea, por la
gravedad de los hechos la medida socio educativa de amonestación.
vii) Las circunstancias agravantes o atenuantes reguladas en el Código Penal o leyes
especiales, en lo que corresponda. En el presente caso se presentan circunstancias de
atenuación tipificadas en el literal a) y d) del numeral 1, del artículo 46 del Código Penal,
consistentes en: a) La carencia de antecedentes penales, del supuesto infractor tiene la
condición de primario, careciendo de antecedentes (Oficio de folios 100); d) La
influencia de apremiantes circunstancias personales o familiares en la ejecución de la
conducta punible; ya que la razón de la comisión del ilícito que se le atribuye, habría
sido producto de la falta de orientación y cuidado adecuado por parte de los padres.
4.4. Aunado a ello, se debe considerar que la señora Fiscal en su dictamen fiscal
de folios 220 y siguientes, ha OPINADO porque se le imponga la medida socio
educativa de amonestación, teniendo en cuenta su condición de agente primario (no
registra medida socio educativa alguna).
Razones por la cual, al amparo del principio del interés superior del niño y adolescente,
atendiendo el nuevo paradigma de Justicia Restaurativa Juvenil que propone un enfoque
educativo formativo hacia los adolescentes que han infringido la ley penal, siguiendo
éstos preceptos, se hace necesario aplicar una sanción proporcional y razonable a la
edad y a la naturaleza en que sucedieron los hechos; por tanto, debe aplicarse la medida
socio educativa de amonestación.
VIII. PARTERESOLUTIVA:
Por los fundamentos expuestos, y en aplicación de las normas antes invocadas, con el
criterio de conciencia que la ley autoriza y la Independencia Jurisdiccional, conforme al
Dictamen Fiscal de folios 220 y siguientes; Administrando Justicia a nombre de la
Nación, SE RESUELVE:
2°). Asimismo, de manera simultánea, el infractor deberá también CUMPLIR con las
siguientes reglas de conducta (mandatos y prohibiciones): a). Asistir a las terapias
psicológicas sin falta ni dilación alguna; b) No consumir licor ni otras drogas, de ninguna
índole y abstenerse de frecuentar amistades peligrosas, esto es, amistades que consuman
licor, delincuentes, que no trabajen, que no estudien; c) no ausentarse de su lugar de
residencia en esta ciudad de Huancayo, sin previa autorización de este Juzgado; d)
desempeñar una actividad laboral o continuar con sus estudios de cualquier naturaleza de
manera satisfactoria, o ambos de ser posible.
SENTENCIA N° - 2021-4°JFHYO/CSJJU
Dictamen Fiscal: De folios 220 a 249, obra el dictamen fiscal en el que se opina
por la responsabilidad del adolescente investigado, como autor de la comisión de
infracción a la ley penal contra la Libertad Sexual en la modalidad de Tocamientos,
Actos de Connotación sexual o actos libidinosos sin consentimiento,
SOLICITANDO se le imponga la medida socioeducativa de AMONESTACION
con medidas accesorias y como pago de Reparación Civil que comprende
únicamente la indemnización de daños y perjuicios, el monto de QUINIENTOS
SOLES que debería ser asumido en forma solidaria con sus padres o responsables.
SEGUNDO.- La ley y la democracia para los niños y los adolescentes, han significado el
vuelco de ser considerados objetos de tutela y represión bajo el dominio de la vieja
“doctrina de la situación irregular” a ser reconocidos como sujetos plenos de derechos y
responsabilidades por la nueva “doctrina de la protección integral”. La Convención
Internacional sobre los Derechos del Niño―culminación de las Reglas Mínimas de las
Naciones Unidas para la Administración de la Justicia de Menores, conocidas como
Reglas de Beijing, de las Reglas de las Naciones Unidas para la Protección de los
Menores Privados de Libertad y de las Directrices de las Naciones Unidas para la
Prevención de la Delincuencia Juvenil, conocidas como Directrices de Riad- establece
obligatoriamente tres tipos de derechos y responsabilidades para todos los niños y los
adolescentes, siendo el que nos atañe que: Los jóvenes (de menos de 18 años) autores de
un acto infractor contra la ley penal tienen derecho a las garantías procesales básicas y
a las medidas socioeducativas cuando se encuentran responsables de un determinado
delito o contravención.
El sistema de responsabilidad penal juvenil debe ser integral, descentralizado y
participativo; es necesario que esté guiado por el principio del “interés superior” de los
niños y adolescentes cuyo único propósito es su recuperación como personas y
ciudadanos, luego de haber estado inmerso en actos infractores y no se conviertan en
futuros delincuentes; es por ello que, para imponer una sanción se deben de tener en
cuenta ciertas consideraciones como la edad del infractor, sus circunstancias
personales, así como su situación psicológica, educativa, familiar y sociocultural según
el informe del equipo multidisciplinario; la magnitud del daño causado, el nivel de
intervención en los hechos, la capacidad para cumplir una sanción, las circunstancias
agravantes o atenuantes reguladas en el Código Penal o leyes especiales, la
proporcionalidad, racionalidad e idoneidad de la sanción y los esfuerzos del adolescente
por reparar directa o indirectamente los daños; todo ello, como lo contempla la Ley
especial de la materia; consideraciones que también deben de ser entendidas y aplicadas
desde la perspectiva de entender que estos procesos de infracción a la Ley penal no
tienen como finalidad imponer un castigo al infractor, ni alejarlo de la sociedad; sino
todo lo contrario, son procesos que se instauran a favor del infractor para
resocializarlo, en concordancia con uno de los objetivos del último Plan Nacional de
Acción por la Infancia y la Adolescencia que ha redactado el Perú para el periodo 2012 a
2021, que es “reducir la tasa de adolescentes que se encuentran en conflicto con la Ley
Penal”, incluyendo componentes de prevención, atención y reinserción familiar y social y
de sensibilizar a la comunidad para que se le permitan a estos infractores nuevamente
reintegrarse a ella, sin ser considerados motivo de burla o recelo dentro de ella. Es decir,
debe de primar siempre el Principio de Protección al menor de edad y la finalidad
rehabilitadora hacia el adolescente.
En ese sentido, desde el punto de vista legal; para efectos de imponer una medida
socioeducativa o ahora llamada sanción, resulta imperativo que el juzgador llegue a la
convicción de la responsabilidad del adolescente investigado; sustentando su
razonamiento final en los hechos que emerjan del proceso investigatorio, respetando el
debido proceso, sobre todo el derecho de defensa y contradicción, la apreciación de la
confesión o no del investigado, versiones contradictoria o no convincentes y demás
pruebas actuadas (testimonios, peritajes, inspección, etc.) según lo previsto por la
actuación y apreciación de los medios probatorios según la Ley procesal Penal aplicable
supletoriamente al caso concreto.
Asumida esta convicción, y como siguiente paso, recién se interpondrá una medida
socioeducativa. En esa razón, es evidente que no estamos ante un proceso penal
propiamente dicho, sino que nos encontramos ante un proceso de infracción a la ley penal
donde el Estado no está ejerciendo su poder punitivo sancionador, sino, a través de una
justicia especializada, de protección a favor del adolescente (infractor a la Ley penal) en
aras de su educación y rehabilitación, en concordancia con lo previsto por el artículo
4º de la Constitución Política y los artículos IX y X del Título Preliminar del Código de
los Niños y Adolescentes.
En ese orden de ideas, teniendo señalado el artículo 191º del Código de los Niños y
Adolescentes que el sistema de justicia en estos procesos se orienta a la rehabilitación
del adolescente y encaminarlo a su bienestar y que la medida que se tome al respecto
no deberá de basarse únicamente en el examen de la gravedad del hecho sino también
en las circunstancias personales que lo rodean; y, siendo ello el objetivo de las medidas
socioeducativas que no tiene carácter sancionador propiamente dicho, sino de protección al
tener una finalidad primordialmente educativa y socializadora basada en el respeto de los
derechos humanos y las libertades fundamentales, debiendo tenerse en cuenta el principio
de protección al menor y la finalidad rehabilitadora hacia el adolescente.
Por ello; para la calificación y cuantificación de la medida socio educativa, corresponde
efectuar un análisis integral siempre tendiente a lo que sea más favorable a la
rehabilitación del adolescente, señalado en el artículo 191º de la norma aludida dado que:
“La medida tomada al respecto no solo deberá basarse en el examen de la gravedad del
hecho; sino también a las circunstancias personales que lo rodean”, respecto a las cuales
se tiene un acercamiento en base a la intervención de los profesionales que integran nuestro
equipo multidisciplinario.
ii) La gravedad del daño causado. Al respecto, se debe considerar que en el presente
caso, producto de la conducta asumida por el adolescente, ha causado daño a la
adolescente agraviada en su integridad personal, como un daño psicológico, físico y
sexual, que ha sufrido la menor, conforme se desprende del Certificado Médico Legal de
folios catorce, generando así un menoscabo en la integridad física y emocional de la
agraviada.
iii) La edad del adolescente, sus circunstancias personales, así como la situación
educativa, familiar y sociocultural, se verifica que el adolescente John Misael Cotache
Calzada al momento que ocurrieron los hechos contaba con 15 años de edad, por tanto,
es pasible de aplicar medidas socio educativas, por los hechos denunciados, conforme se
verifica de la copia de la ficha de RENIEC (Folio 66), donde data su fecha de
nacimiento 07 de setiembre del 2004. En cuanto a las circunstancias personales, el
adolescente no ha recibido adecuada orientación por parte de sus padres, situación que
hacen, sea merecedor de guía u orientación necesaria a fin de que no llegue a la adultez
sin tratamiento alguno y se evite la continuación de este tipo de conductas.
iv) El nivel de intervención en los hechos. Dentro de la ejecución del acto infractor
de tocamientos, actos de connotación sexual o actos libidinosos, el infractor ha tenido
una participación activa para la perpetración de los hechos, conforme ha quedado
establecido a lo largo de la actuación de las pruebas, lo que demuestra que el nivel de
intervención del adolescente ha sido considerable, en su calidad de autor.
v) La capacidad para cumplir la sanción . El presunto infractor no presenta
ninguna enfermedad física ni mental, para cumplir la medida socioeducativa de
amonestación, asimismo, se debe precisar que el adolescente a la fecha cuenta con más de
dieciséis años de edad.
vi) La proporcionalidad e idoneidad de la medida socio educativa. La
proporcionalidad e idoneidad de la sanción: Al respecto, teniendo en cuenta la infracción
penal que se le acusa de tocamientos, actos de connotación sexual o actos libidinosos, el
mismo que es un hecho reprochable, resulta proporcional, racional e idónea, por la
gravedad de los hechos la medida socio educativa de amonestación.
vii) Las circunstancias agravantes o atenuantes reguladas en el Código Penal o leyes
especiales, en lo que corresponda. En el presente caso se presentan circunstancias de
atenuación tipificadas en el literal a) y d) del numeral 1, del artículo 46 del Código Penal,
consistentes en: a) La carencia de antecedentes penales, del supuesto infractor tiene la
condición de primario, careciendo de antecedentes (Oficio de folios 100); d) La
influencia de apremiantes circunstancias personales o familiares en la ejecución de la
conducta punible; ya que la razón de la comisión del ilícito que se le atribuye, habría
sido producto de la falta de orientación y cuidado adecuado por parte de los padres.
4.4. Aunado a ello, se debe considerar que la señora Fiscal en su dictamen fiscal
de folios 220 y siguientes, ha OPINADO porque se le imponga la medida socio
educativa de amonestación, teniendo en cuenta su condición de agente primario (no
registra medida socio educativa alguna).
Razones por la cual, al amparo del principio del interés superior del niño y adolescente,
atendiendo el nuevo paradigma de Justicia Restaurativa Juvenil que propone un enfoque
educativo formativo hacia los adolescentes que han infringido la ley penal, siguiendo
éstos preceptos, se hace necesario aplicar una sanción proporcional y razonable a la
edad y a la naturaleza en que sucedieron los hechos; por tanto, debe aplicarse la medida
socio educativa de amonestación.
VIII. PARTERESOLUTIVA:
Por los fundamentos expuestos, y en aplicación de las normas antes invocadas, con el
criterio de conciencia que la ley autoriza y la Independencia Jurisdiccional, conforme al
Dictamen Fiscal de folios 220 y siguientes; Administrando Justicia a nombre de la
Nación, SE RESUELVE:
2°). Asimismo, de manera simultánea, el infractor deberá también CUMPLIR con las
siguientes reglas de conducta (mandatos y prohibiciones): a). Asistir a las terapias
psicológicas sin falta ni dilación alguna; b) No consumir licor ni otras drogas, de ninguna
índole y abstenerse de frecuentar amistades peligrosas, esto es, amistades que consuman
licor, delincuentes, que no trabajen, que no estudien; c) no ausentarse de su lugar de
residencia en esta ciudad de Huancayo, sin previa autorización de este Juzgado; d)
desempeñar una actividad laboral o continuar con sus estudios de cualquier naturaleza de
manera satisfactoria, o ambos de ser posible.