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Autoconcepto , autoimagen y autoestima

Quererse a uno mismo es uno de los aspectos más importantes en la vida de una
persona. Sin amor hacia quienes somos y lo que somos, carecemos de la principal
base para un buen desarrollo psicológico. Sin embargo, este es un valor que no
se enseña explícitamente de pequeño. Cuando somos infantes escuchamos
repetidamente eso de“debes ser bueno”, “debes lavarte los dientes”, “debes ir al
colegio” pero no tan a menudo nos dicen; “debes quererte”, “debes
mimarte” y/o “debes gustarte” De todo eso nos damos cuenta a deshora y
paradójicamente entonces, quizás ya tarde nos dicen; “quiérete a ti mismo, pues
nadie lo hará por ti” A menudo eso nos confunde. En consulta a veces me
preguntan en qué consiste eso de quererse, ¿No suena egoísta?...Hoy, aquí
intento aclarar conceptos: ¿Qué sabemos de la autoestima? Y ¿Qué diferencias
hay con el autoconcepto y la autoimagen? ¿Es lo mismo.

El amor a uno mismo no sólo ha recibido elogios. Durante los siglos de los siglos
también ha recibido críticas tanto sociales como personales. La visión sobre el
egoísmo ha subestimado el valor real de la autoestima y todo ello ha creado
confusiones y malentendidos. Recomiendo este post; ¿Hasta qué punto soy
egoísta? que escribí sobre esto para empezar este con la aclaración de que no es
lo mismo quererse que ser un egocéntrico. Una vez clarificado este concepto,
veamos cómo se forma nuestra autoestima y qué factores la sostienen.
Autoconcepto, autoimagen y autoestima no son lo mismo. Si bien están muy
relacionados, porque a mi modo de entender, la autoestima la componen los otros
dos mencionados, los tres tienen diferencias. A groso modo podemos decir que el
autoconcepto responde a la pregunta; ¿Qué piensas de ti mismo? Y la autoimagen
corresponde a la que contesta; ¿Qué opinión tienes de tu aspecto? Juntos y bien
estructurados darán forma a la autoestima, que veremos con más detenimiento.

Autoconcepto

El autoconcepto es un término que sirve para designar lo que piensas de ti


mismo. Como su nombre indica es el concepto que tienes de tu propia persona.
Consecuentemente esto determinará la manera en cómo te tratas. Es decir; qué
es lo que te dices, de qué manera te lo dices, cómo te lo exiges y cómo lo haces.
Ante un evento sucedido puedes maltratarte o mimarte. Si el evento es negativo,
depende de cómo te concibas a ti mismo, puedes hacer una crítica constructiva.
Por ejemplo decirte; “estudie y no he aprobado, tendré que estudiar más” o
puedes caer en la crítica destructiva y decirte; “soy un perdedor”.De la misma
manera, ante un evento positivo puedes decirte; “aprobé porque me esforcé y lo
merezco” o puedes mencionarte: “fue un golpe de suerte”. La concepción que
tengas de ti mismo, es decir elautoconcepto, te llevará a autodefinirte de una
manera o de otra.
Autoimagen

Nos reconocemos. Nos contemplamos a nosotros mismos y nos decimos “soy


guapo” o “soy feo”. Cada uno de nosotros tiene una imagen única según se
perciba físicamente a sí mismo independientemente del término belleza. Todo y
que los cánones sociales y el peso de la comparación social influya sobre
nosotros, somos los responsables de considerarnos más o menos guapos desde
un punto de vista totalmente subjetivo. Esto es, la autoimagen hace referencia a la
opinión que tengo de mi imagen.

Autoestima

El autoconcepto y la autoimagen, arriba mencionados, determinarán en gran


parte la autoestima, que será la que finalmente nos juzgará positivamente o
negativamente en nuestra totalidad. Pero estos términos no son los únicos, resulta
algo más complejo. Nuestra autovaloración viene dada por la relación que
tenemos de nuestro mundo más inmediato (padres, maestros, amigos,
familiares…) Nuestro entorno más cercano, así como la relación que
establecemos con las cosas que vivimos, desarrolla una idea decómo te crees
que eres.

El valor que le damos a lo qué somos no se hereda, se aprende y se


interioriza. Este aprendizaje es nuestra carta de presentación ante todo y cada
una de las cosas que hacemos. Él determina nuestras acciones, nuestros
sentimientos, nuestra manera de relacionarnos y nuestra manera de hacer y
deshacer. El éxito, el fracaso, el miedo, la fuerza, la confianza, la inseguridad y lo
que hacemos en todos los ámbitos de nuestra existencia dice mucho de nuestra
autoestima. Ella nos acompañará toda la vida y aunque podamos trabajarla y no
dejar que nos juegue malas pasadas, hay que cuidarla, mimarla y revisarla.

El autoconcepto y la autoimagen fortalecen la propia identidad. Es un punto de


partida pero la autoestima engloba la totalidad de mi autovaloración. La
estima que uno se tiene a sí mismo es tan relevante como su propia vida, pues de
ella depende que los sucesos, relaciones y todo lo que vivimos sea experimentado
y valorado de una manera u otra. La autoestima conforma la visión de nuestra
personalidad. Le da sentido y crea actitudes. ¿Modificable? Sí, puede trabajarse y
mejorar. En cuanto eso suceda nuestra percepción del Yo y de lo que nos pasa
será más amable, menos negativa y más saludable.

En resumen; qué pienso de mí y qué visión tengo de mí son los puntales de la


autoestima, pero ella es más compleja. Es como el todo que engloba las partes de
lo que soy y cómo me comporto. Disponer de una buena autoestima trae ventajas
para nuestra salud psico-física y es esencial para cada acción, para cada
sentimiento y para cada paso que damos. La célebre frase con la que encabezaba
el post “quiérete a ti mismo, pues nadie lo hará por ti” significa, acepta tus errores
de manera que puedas hacer un análisis crítico constructivo, felicítate cuando
hagas algo bien, modifica aquello en lo que hay que mejorar sin maltratarte,
mímate y cuida tus pensamientos. No sólo eres el responsable de hacerlo, sino
que cuando lo hagas será más fácil y más productivo para tu salud psicológica.

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