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1. La Fóvea
2. La Papila o disco
La fóvea está a 3-4 mm de la papila en dirección temporal, donde la retina tiene sólo
la mitad de su espesor habitual y existe la máxima concentración de fotorreceptores,
casi todos ellos conos.
La papila o disco, donde los axones ganglionares se reúnen para formar el nervio
óptico. La papila no tiene funciones de percepción y constituye la mancha ciega.
Las capas internas de la retina con excepción de la fóvea, reciben vasos sanguíneos
que llegan hasta la capa plexiforme externa. La parte externa de la retina es nutrida
por la coriocapilar, situada en la coroides, inmediatamente por fuera del epitelio
pigmentario. Los bastones no existen en la fóvea.
Hay aproximadamente un millón de células ganglionares por retina, lo cual concuerda
con la cifra de un millón de fibras mielínicas que se hallaron en el nervio óptico. Los
axones de la capa de fibras nerviosas son amielínicos. Se vuelven mielínicos en el
nervio óptico, después de atravesar la lámina cribiforme.
En el centro de la retina yace la mácula lútea o mancha amarilla, de alrededor de 5
mm de diámetro, con límites imprecisos. Se halla a una distancia de una vez y media
el diámetro de la papila del borde temporal de la misma. La foveola contiene sólo
fotorreceptores. La retina termina periféricamente en la ora serrata.
10. NERVIO ÓPTICO
El nervio óptico se extiende desde la lámina cribosa hasta el quiasma. Presenta cuatro
porciones:
1. Intraescleral: 0,5 mm
2. Orbitaria: 30 mm
3. Intracanalicular: 7 mm
4. Intracraneana: 14 mm
La papila o disco óptico es un área de 1,5 mm de diámetro, donde los axones de las
células ganglionares dejan el ojo para formar el nervio óptico. El disco tiene una
depresión que es la excavación central de la papila o embudo vascular, a través de cual
pasan la arteria y vena central de la retina.
Los dos nervios se entrecruzan y forma el quiasma óptico. Éste es una lámina blanca
de forma rectangular que mide 15 x 7 x 3 mm reposa sobre la porción anterior de la
tienda de la hipófisis (Lámina 1, Foto 6).
Luego tenemos a las cintillas ópticas, que son bandas aplanadas de color blanco que
llegan hasta el cuerpo geniculado lateral. Llevan las fibras que nacen de las células
ganglionares de la retina.
Los cuerpos geniculados laterales son dos prominencias ovaladas de 6 x 7 mm de
longitud, son asimétricas que se engastan en el pulvinar. En cortes coronales o
frontales son de forma piriforme de 5,5 x 7 mm. De aquí salen las radiaciones ópticas,
que se extienden en una lámina ancha de sustancia blanca hasta el córtex occipital.
Estas fibras terminan en ambos lados de la cisura calcarina en la corteza estriada.
La corteza visual o área estriada es el lugar de proyección y de recepción de las
radiaciones visuales. El área 17 se localiza entre las paredes y el piso de la cisura
calcarina. Las fibras maculares terminan en el tercio caudal del área calcarina. Para
terminar, la retina se proyecta punto por punto a nivel del área 17. Las fibras
periféricas están por delante y las fibras maculares por detrás. La mácula se proyecta
sobre el polo posterior, insinuándose en su cara externa; así concluimos la vía visual
central, que comienza con la captación de imágenes (luz-fotorreceptores), luego se
activan las conexiones sinápticas entre las células horizontales, amacrinas y bipolares,
llegando a las células ganglionares. Estas últimas son las únicas células de la retina
que se proyectan desde el ojo hasta el cerebro. Sus axones terminan en el cuerpo
geniculado lateral y luego se proyectan hacia la corteza visual primaria. Luego la vía
Retino-Genículo-Cortical forma el sustrato neuronal de la percepción visual.
Enfermedades oculares.
- Cristopher:
Pterigio
Es una anomalía ocular relativamente frecuente por la que se produce un crecimiento
anormal de tejido de la conjuntiva sobre la córnea. Se le conoce coloquialmente como
palmera o uña.
Se produce siempre en sentido horizontal desde el lado nasal o interno de la
conjuntiva hacia el centro de la córnea, adoptando la forma habitual de punta de flecha
o de cuña. En raras ocasiones lo hace desde el lado temporal o externo.
¿Cuáles son sus causas?
Aunque se desconoce exactamente porque se desarrolla, se considera como factores de
riesgo los siguientes:
– Exposición excesiva a la luz del sol.
– Sexo masculino.
– Edad
– Realizar trabajos al aire libre.
– Exposición excesiva a condiciones ambientales irritantes como el polvo, la suciedad,
el calor, el aire, la sequedad y el humo.
– Exposición excesiva a alérgenos como los solventes y químicos industriales.
La teoría más aceptada para que se produzca el crecimiento de tejido conjuntival sobre
la córnea es que los factores anteriormente mencionados tienden a evitar una correcta
humectación de la superficie anterior del ojo por parte de la película lagrimal,
ocasionando sequedad primero e inflamación después, provocando la aparición de
nuevo tejido que en ocasiones rompe el límite exterior de la córnea, penetrando en la
misma.
Como este tejido produce una mayor elevación en esa zona, aumenta la dificultad de
humectación, por lo que el problema se mantiene y agrava, provocando que el
pterigion siga creciendo.
pinguecula
La pinguécula es una mancha o abultamiento de color amarillo en la conjuntiva, cerca
de la córnea. De forma similar al pterigium, aparece con mayor frecuencia en el lado
nasal del ojo, el más cercano a la nariz. Se trata de un cambio que se produce en el
tejido normal de la conjuntiva y que se transforma en un depósito de proteína, grasa
y/o calcio, parecido a la formación de un callo en la piel.
La pinguécula puede inflamarse produciéndose una pingueculitis. Los ambientes muy
secos, con viento, y el exceso de radiación solar, favorecen la aparición de este
problema.
Normalmente esta condición se manifiesta en personas mayores de 40 años, pero
algunas veces también aparece en la población de entre 20 y 30 años.
Síntomas de la pinguécula
Los síntomas más visibles de la pinguécula son:
Irritación y sequedad ocular
La sequedad de los ojos no solo es una de las posibles causas de la pinguécula, sino
también un síntoma que se manifiesta en algunos pacientes, así como la sensación de
irritación constante.
Sensación de aspereza
Algunos pacientes sufren una sensación de aspereza en el ojo, similar a cuando se
introduce una partícula que obstaculiza la visión.
Picores y enrojecimiento
En algunos casos la pinguécula se evidencia tras la aparición el enrojecimiento de una
zona del ojo, especialmente de la córnea, el iris y la pupila.
Inflamación
Es el síntoma más evidente y visible de esta anomalía ocular. No siempre produce
incomodidad en el paciente, pero se recomienda acudir al oftalmólogo para evitar
complicaciones.
Blefaritis
La blefaritis es la inflamación de los bordes de los párpados, posiblemente con
aparición de escamas gruesas, costras, úlceras superficiales, enrojecimiento e
hinchazón.
La inflamación está causada por ciertas infecciones, reacciones alérgicas y algunas
enfermedades de la piel.
Los párpados se irritan, se enrojecen y se hinchan, pudiendo producir quemazón y
prurito.
Por lo general, el diagnóstico se basa en los síntomas y el aspecto de los párpados.
Se trata el trastorno subyacente, ya sea con pomadas antibióticas o gotas, comprimidos
de un antiviral, pomadas con corticoesteroides, lágrimas artificiales o ambas cosas.
Causas
Los trastornos que pueden causar blefaritis incluyen la infección por bacterias (con
frecuencia estafilococos) en los párpados o en los conductos de las glándulas más
profundas que desembocan en el borde de los párpados, ciertas infecciones víricas
(por lo general por herpes simple) y reacciones alérgicas (al polen o algunas veces a
colirios).
Algunas enfermedades de la piel, como la dermatitis seborreica, la rosácea y la
dermatitis atópica (eczema) afectan a la cara, incluyendo los párpados, lo que produce
inflamación y blefaritis.
Otra causa son las glándulas sebáceas inflamadas y bloqueadas en el borde de los
párpados (lo que se conoce como disfunción de las glándulas de Meibomio), que
puede ser causada por la rosácea.
Los colirios pueden desencadenar reacciones alérgicas que causen blefaritis (llamada
blefaritis alérgica por sensibilidad de contacto).
La blefaritis provoca la sensación de tener algo en el ojo. Puede notarse prurito y
quemazón en los ojos, y los bordes de los párpados se enrojecen. Los ojos lagrimean y
se vuelven muy sensibles a la luz intensa.
Orzuelo
Lo orzuelos son pequeños granos o bultitos que aparecen en el margen palpebral del
ojo como consecuencia de una infección bacteriana en las glándulas de los párpados.
Esta suele estar producida, generalmente, por el microorganismo Staphylococcus
aureus.
¿Cuáles son sus causas?
Los orzuelos pueden originarse de forma espontánea o bien estar relacionados con una
mala higiene de los párpados, una alteración subyacente o una infección sistémica.
Estas son algunas de las patologías comúnmente asociadas a los orzuelos:
Blefaritis: inflamación del borde del párpado.
Triquiasis: alteración en la dirección de crecimiento de las pestañas.
Enfermedades cutáneas: como el acné o la rosácea.
Los orzuelos se manifiestan en forma de forúnculo enrojecido y doloroso en la cara
externa o interna del borde del párpado, resultando especialmente incómodos en este
segundo caso.
Su presentación es repentina y ocasiona molestias intensas que desaparecen a los
pocos días, lo que ofrece una primera pista para diferenciarlos de otros problemas de
apariencia similar, como los tumores palpebrales. Generalmente, estos tienen una
evolución más lenta y crecen poco a poco, además de ser más silentes y no producir
dolor en muchos casos.