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CEDHUM

(Centro Educativo De Humanidades)

“INVESTIGACIÓN”

HISTOLOGÍA Y EMBRIOLOGÍA

Dra. Leslie Amairi Alvarez Peralta.

Alumno: Víctor Manuel López.

Primer Semestre
El esqueleto de la cabeza o cabeza ósea está destinado a la protección del encéfalo, a albergar
órganos de los sentidos como la visión, audición, olfato y gusto como también a rodear los
orificios de los tractos respiratorio y digestivo.
El cráneo está constituido por ocho huesos: Dos parietales, dos temporales, un frontal, un
occipital, un esfenoides y un etmoides. Estos huesos al articularse entre si conforman en
conjunto una estructura craneal de forma ovoidal, lo que determina un polo anterior (frontal)
más estrecho y un polo posterior.
La parte superior del cráneo que se relaciona con el cuero cabelludo se denomina calvaria. El
segmento inferior llamado base craneal se encuentra articulado con los huesos de la cara en la
parte anterior y con la columna vertebral en su porción posterior. El límite entre estas dos
porciones está dado por una línea arbitraria que se extiende desde la glabela (protuberancia
frontal mediana) hasta la protuberancia occipital externa.

Superficie endocraneal
Calvaria:
Está constituida por la zona superior del frontal, los
parietales, la parte más superior de la escama de los temporales y la escama del occipital hasta
la protuberancia occipital externa. Recorriendo su superficie en sentido anteroposterior
observamos en la línea mediana la cresta frontal

y el surco para el seno longitudinal superior.


Por lateral y en relación a este surco se encuentran las fositas granulares , donde se alojan las
granulaciones aracnoideas. Cerca del ángulo posterosuperior del parietal se ubican los agujeros
parietales.
Por lateral a estas estructuras observamos las fosas frontal, parietal y
occipital.

Base:
En la base del cráneo se distinguen tres regiones o fosas craneales Anterior, media y posterior.

Fosa Craneal Anterior: Sus límites están dados por anterior el plano convencional que la separa
de la calvaria. Por posterior partiendo desde lateral su límite sigue el borde posterior de las
alas menores del esfenoides, los procesos clinoides anteriores y finalmente el limbo esfenoidal
que limita por anterior el surco prequiasmático (donde se apoya el quiasma óptico) y por
anterior a la fosa hipofisiaria que aloja a la glándula hipófisis. Esta fosa presenta en su parte
mediana al proceso crista galli y al agujero ciego, situado por anterior a ella. Por lateral a ellos
se observan los surcos olfatorios con la lámina cribosa del etmoides, que presenta agujeros
que serán atravesados por el nervio olfatorio. En la zona más anterior de la lámina cribosa del
etmoides se reconocen dos agujeros uno lateral: el agujero etmoidal que da paso al nervio
etmoidal anterior y a una rama de la arteria etmoidal anterior hacia la cavidad nasal. Por medial
a él se encuentra la hendidura etmoidal, accidente que en el vivo aloja a una prolongación de
la duramadre.

Por posterior a la lámina cribosa se encuentran de anterior a posterior: una superficie lisa que
une ambas alas menores del esfenoides: el yugo esfenoidal por posterior a él se ubica el limbo
esfenoidal que limita por anterior al surco prequiasmático, el cual termina por lateral en los
canales ópticos que por su situación comunican a la fosa craneal media con la órbita
permitiendo el paso del nervio óptico y la arteria oftálmica.

Por lateral a la lámina cribosa del etmoides reconocemos las eminencias orbitarias en cuya
parte posterior se observa la sutura frontoesfenoidal.Esta zona además presenta elevaciones y
depresiones generadas por los giros y surcos del lobo frontal del cerebro.
En la unión de la lámina cribosa del etmoides con las eminencias orbitarias pueden observarse
los orificios de los canales etmoidales anterior y posterior que comunican esta fosa con la
órbita, permitiendo el paso de los vasos y nervios del mismo nombre; continuando hacia
anterior al canal etmoidal anterior se reconoce el surco etmoidal, que llevará a los elementos
hacia el agujero etmoidal situado anteriormente en la lámina cribosa del etmoides.

Fosa Craneal Media:


Está comprendida entre el límite posterior de la fosa craneal anterior, el borde superior del
dorso de la silla del esfenoides y los bordes superiores de las porciones petrosas de los huesos
temporales con el surco para el seno petroso superior.
En su parte central y mediana destaca la fosa hipofisiaria limitada en sus cuatro ángulos por
los procesos clinoides anteriores y posteriores, por anterior a la fosa se encuentra el surco
prequiasmático en cuyos extremos laterales se inicia el canal óptico, por lateral encontramos
el surco para el seno cavernoso y por posterior el dorso de la silla la que se continua hacia
posterior en la fosa craneal posterior con el clivus.

Por lateral a la fosa hipofisiaria se observan dos excavaciones profundas llamadas fosas
esfenotemporales que contienen a los lobos temporales del cerebro. En la conformación de
estas fosas participan la cara inferior de las alas menores del esfenoides, sus alas mayores y
las caras cerebrales de las porciones petrosas del temporal, por tanto en esta última zona
reconoceremos una elevación determinada por el canal semicircular superior: la eminencia
arcuata o arqueada, anteromedial a ella, una superficie lisa que corresponde a la pared superior
de la caja timpánica conocida como tegmen timpani o techo del tímpano, anteromedial a estas
formaciones se observan los hiatos para el nervio petroso mayor y los hiatos accesorios para
los nervios petrosos menor y profundo. Cerca del vértice de la porción petrosa del temporal
observamos la impresión trigeminal que alojará al ganglio trigeminal.

Fosa Craneal Posterior:


Limitada hacia anterior por el borde superior del dorso de la silla y los bordes superiores de
las porciones petrosas del temporal por posterior se extiende hasta el plano convencional que
separa la base de la calvaria a nivel de la protuberancia occipital externa. Es conveniente hacer
notar que no siempre la protuberancia occipital externa coincide en altura con la protuberancia
occipital interna, por esta razón los surcos de los senos transversos en ocasiones son límite de
la fosa craneal posterior y en otras se encuentran incluidos en ella.

En esta fosa de anterior a posterior podemos describir en la zona mediana el clivus, constituido
por el esfenoides y el occipital, formación en la que se apoya el puente y el bulbo; el agujero
magno que comunica el endocráneo con el canal vertebral; la cresta occipital interna que presta
inserción al falce cerebelar y la protuberancia occipital interna.

SUPERFICIE EXOCRANEAL

Calvaria:
Partiendo por anterior y en la línea mediana observamos la sutura frontal mediana, también
conocida como metópica, la cual desaparece con la edad.

Luego la sutura sagital la que se relaciona hacia posterior con los agujeros parietales; (Fig. 23)
finalmente la concha del occipital. Por lateral encontramos las tuberosidades frontal, parietal y
occipital, que se corresponden con las respectivas fosas endocraneales, entre ellas las suturas
coronal y lambdoidea.

Lateral a lo anterior encontramos la línea temporal (continuación hacia posterior del proceso
cigomático del hueso frontal, esta línea, en las cercanías de la sutura coronal, se divide en una
línea temporal superior e inferior que delimitan por superior a la región temporal. Esta región
por tanto se ubica en parte en la calvaria y en la pared de la base del cráneo.
Base:
En su visión exocraneal la base del cráneo es dividida en tres zonas por dos líneas
transversales: La primera se extiende de un tubérculo cigomático anterior al otro (línea
bicigomática); la segunda se traza del vértice de un proceso mastoideo al otro (línea
bimastoidea). De esta manera describiremos una zona anterior o facial, una media o yugular y
una posterior u occipital.
Zona anterior o Facial:
La zona facial ubicada por anterior a la línea bicigomática corresponde a la región del cráneo
que se articula con el macizo facial. Por tanto, para su observación deben retirarse los huesos
de la cara.
De anterior a posterior y en la línea mediana encontramos:
La espina nasal del frontal, la lámina perpendicular del etmoides. y la cresta esfenoidal inferior.

Por lateral observamos el techo de la cavidad nasal formado por la lámina cribosa del etmoides
por anterior y la cara inferior del cuerpo del esfenoides por posterior. Lateral a la lámina cribosa
encontramos la cara inferior del laberinto etmoidal del cual se desprenden de su cara medial
las conchas superior y media y el proceso unciformes.

Lateral a estas estructuras se ubica el techo de la cavidad orbitaria, constituida por la cara
orbitaria del frontal y la cara inferior de las alas menores del esfenoides, junto con esto vemos
parte de la pared medial de la órbita que está constituida por la lámina orbitaria del laberinto
etmoidal.
En ella encontramos por medial la fosita troclear (para la polea de reflexión del músculo oblicuo
superior del bulbo ocular) y por lateral la fosa lagrimal (para alojar a la glándula del mismo
nombre).

En esta zona se encuentran los siguientes agujeros:


En relación a la lámina cribosa del etmoides, observamos los agujeros olfatorios, la hendidura
y el agujero etmoidal (elementos ya vistos por el endocráneo) y el ostium del seno esfenoidal.
Por lateral y en relación a la cavidad orbitaria encontramos los agujeros etmoidales anterior y
posterior, el canal óptico y la fisura orbitaria superior. En relación al borde supraorbitario se
observa la incisura supraorbitaria, la que puede presentarse también como agujero dando paso
a los vasos supraorbitarios y al ramo lateral del nervio supraorbitario; medial a ella se encuentra
la incisura frontal para los vasos supratrocleares y el ramo medial del nervio supraorbitario.

Zona Media o Yugular:


La zona media está comprendida entre las líneas bicigomática y bimastoidea presenta:
En la línea mediana la superficie basilar del occipital con el tubérculo faríngeo, que presta
inserción a la fascia faringobasilar y la fosita navicular por anterior a él.

Por lateral a esta zona se conforman dos cuadriláteros. Cada uno de estos presenta, en sus
cuatro ángulos, cuatro eminencias óseas: el tubérculo cigomático, el proceso pterigoideo por
anterior; el cóndilo del occipital y el proceso mastoideo por posterior. Una serie lineal de crestas
y eminencias extendidas desde el proceso mastoideo a la base de la lámina lateral del proceso
pterigoideo: proceso estiloides con su proceso vaginal , la espina del esfenoides y una lámina
ósea prolongación del borde medial del ala mayor del esfenoides) divide el cuadrilátero en dos
triángulos: uno anterolateral y otro posteromedial. El triángulo anterolateral contiene el
conducto auditivo externo , la fosa mandibular. y el tubérculo articular del temporal, la fisura
tímpano escamosa, el agujero espinoso y el oval. El triángulo posteromedial presenta a su vez:
el agujero estilomastoideo (para el nervio facial y la arteria estilomastoidea); el agujero yugular
y la fosa yugular; el orificio inferior del canal carotídeo; la fosita petrosa y el canal timpánico
(para alojar el ganglio superior del glosofaríngeo y el nervio
timpánico respectivamente); posteromedial al agujero yugular y
en relación a los cóndilos del occipital se observa el orificio del
canal del hipogloso. Por anterior, en la zona de los procesos
pterigoideos se ubican el canal pterigoideo, la fosita escafoidea
(para el origen del músculo tensor del velo palatino) y el agujero
rasgado.

Zona Posterior u Occipital:


La zona posterior está ubicada por posterior a la línea bimastoidea hasta la protuberancia
occipital externa y las líneas nucales superiores.

En la línea mediana observamos al foramen magno, los cóndilos del occipital y la protuberancia
occipital externa

unidos entre si por la cresta occipital externa.


Por lateral se ven dos líneas curvas: la línea nucal superior (que va de la protuberancia al
proceso mastoideo) y la línea nucal inferior (que parte de la mitad de la cresta occipital externa
hacia lateral hasta el proceso yugular del occipital), ambas líneas y la superficie rugosa entre
ambas están destinadas a inserciones de músculos posteriores del cuello. Por medial al proceso
mastoideo se observa la incisura mastoidea, que presta inserción al vientre posterior del
músculo digástrico y por medial a ella encontramos el surco para la arteria occipital.
Ello explica el uso del adjetivo “branquial”. La característica más típica del
desarrollo de la cabeza y el cuello es la formación de arcos branquiales o faríngeos.
Estos arcos aparecen en la cuarta y quinta semanas de desarrollo intrauterino y
contribuyen en gran medida a las características externas del embrión. En un inicio
cada arco está constituido por un núcleo de tejido mesenquimático, recubierto por
ectodermo de manera externa y por endodermo en su cara interna, separado por
profundos surcos, denominados hendiduras branquiales o faríngeas. Los arcos
branquiales no sólo contribuyen a la formación del cuello sino que también desempeñan un
importante papel en la formación de la cabeza. Hacia el final de la cuarta semana, el centro de
la cara está formado por el estomodeo, rodeado por el primer par de arcos branquiales. Cuando
el embrión tiene 4 semanas y media de edad pueden identificarse cinco formaciones
mesenquimáticas, a saber: 1 y 2) los procesos mandibulares (primer arco branquial), que
pueden distinguirse caudalmente en relación con el estomodeo; 3 y 4) los procesos maxilares
(porción dorsal del primer arco branquial) Capítulo 121 Embriología, anatomía topográfica y
anatomí.
ARCOS BRANQUIALES
Cada uno de los arcos branquiales está formado por un núcleo central del tejido mesodérmico,
cubierto por su lado externo por ectodermo superficial, y revestido en su interior por epitelio
de origen endodérmico. Además de mesénquima local, la parte central de los arcos recibe un
número abundante de células de la cresta neural, que emigran hacia los arcos para constituir
los componentes esqueléticos de la cara.

PRIMER ARCO BRANQUIAL

El cartílago del primer arco branquial o faríngeo que a menudo se le llama arco mandibular, está
formado por una porción dorsal, llamada proceso maxilar que se extiende hacia delante debajo de
la región correspondiente al ojo, y una porción ventral, el proceso mandibular o cartílago de Meckel.
En el curso del desarrollo, ambos procesos (maxilar y cartílago de Meckel), experimentan regresión
y desaparecen, excepto en dos pequeñas porciones en los extremos dorsales, que persisten y
forman respectivamente, el yunque y el martillo. El mesénquima del proceso maxilar dará origen
más tarde al premaxilar, maxilar, hueso zigomático y parte del hueso temporal por osificación
membranosa.

SEGUNDO ARCO BRANQUIAL:


El cartílago del segundo arco branquial o arco hioideo (cartílago de Reichert) es el más desarrollado,
da origen al estribo, la apófisis estiloides del hueso temporal, el ligamento estilohioideo y
ventralmente, al asta menor y la porción superior del cuerpo del hueso hioides. Los arcos caudales
al segundo arco suelen denominarse sólo por número. Los músculos del arco hioideo son el músculo
del estribo, el estilohioideo, el vientre posterior del digástrico, el auricular, y los músculos de la
expresión facial. Todos estos músculos están inervados por el nervio facial, que es el nervio
correspondiente.

TERCER ARCO BRANQUIAL:

El cartílago de este arco origina la porción inferior del cuerpo y el asta mayor del hueso hioides. La
musculatura se circunscribe al músculo estilofaríngeo y posiblemente, a los constrictores faríngeos
superiores. Todos ellos son inervados por el glosofaríngeo, el nervio del tercer arco.

CUARTO Y SEXTO ARCOS BRANQUIALES :

Los componentes cartilaginosos de estos arcos se fusionan para formar los cartílagos tiroides,
cricoides, aritenoides, corniculado o de Santorini y cuneiforme o de Wrisberg de la laringe. Los
músculos del cuarto arco (cricotiroideo, periestafilino interno y constrictores de la faringe) son
inervados por la rama laríngea superior del vago, el nervio del cuarto arco. Sin embargo, los
músculos intrínsecos de la laringe reciben inervación de la rama laríngea recurrente del vago, el
nervio del sexto arco.

BOLSAS FARÍNGEAS:

El embrión humano posee cinco pares de bolsas faríngeas. La última es atípica y a menudo se la
considera parte de la cuarta. Dado que el revestimiento epitelial endodérmico de las bolsas da
origen a algunos órganos importante, las veremos detalladamente: PRIMERA BOLSA FARÍNGEA La
primera bolsa faríngea forma un divertículo pediculado, el receso tubo timpánico, que se pone en
contacto con el revestimiento epitelial de la primera hendidura faríngea, el futuro conducto auditivo
externo. La porción distal de la evaginación se ensancha en forma de saco, y constituye la caja del
tímpano o cavidad primitiva del oído medio, mientras que la porción proximal no aumenta de calibre
y forma la trompa de Eustaquio o faringotimpánica. El revestimiento de la cavidad timpánica
participa ulteriormente en la formación de la membrana timpánica o tímpano.

SEGUNDA BOLSA FARÍNGEA :

El revestimiento epitelial de esta bolsa prolifera y forma brotes que se introducen en el mesénquima
adyacente. Los brotes son invadidos secundariamente por tejido mesodérmico, lo cual forma el
primordio de la amígdala palatina. Entre el tercero y el quinto mes se produce la infiltración gradual
de tejido linfático en la amígdala. Una porción de la bolsa no desaparece y se encuentra en el adulto
constituyendo la fosa tonsilar.
Los procesos faciales se observan desde la cuarta semana de gestación, rodeando al estomodeo
(futura cavidad oral). • Están formados por el mesénquima derivado de las CCN que integran el 1° y 2°
arcos faríngeos, formarán cartílago, hueso y ligamentos de la región facial y bucal.

• El prosencéfalo actúa como soporte mecánico y como centro de emisión de señales para el
desarrollo facial primitivo.
El estomodeo funciona como punto morfológico de referencia.
La hemicara inferior (región maxilar y mandíbula) deriva del primer arco branquial.
El mesénquima facial proviene de la cresta neural, de la región comprendida entre el
prosencéfalo y los 2 primeros rombomeros.

La estructura de la cara y de la región mandibular se origina a partir de primordios que rodean la


depresión del estomodeo. o La prominencia frontonasal o Dos procesos nasomediales y dos
nasolaterales: componen el primordio olfatorio (nasal), en forma de herradura. o Dos procesos
maxilares y dos mandibulares: derivados de los primeros arcos branquiales. El maxilar contiene una
población mixta de células de la cresta neural , derivadas del prosencéfalo y del mesencéfalo. La
mandíbula comprende células mesenquimatosas de procedentes de la cresta neural del mesencéfalo
y del rombencéfalo (rombómeros 1 y 2).

Estructuras que contribuyen a la formación de la cara prominencia Estructuras formadas Frontonasal


Frente, puente de la nariz y prominencias nasales mediales y laterales. Maxilar superior Mejillas,
porción lateral del labio superior. Nasal medial Surco subnasal del labio superior. Nasal lateral Aletas
de la nariz. Maxilar inferior Labio inferior.

Proceso frontal Proceso nasomedial Proceso nasolateral Fosita olfatoria estomodeo Proceso maxilar
Proceso mandibular
Los procesos maxilar y mandibular derivan del primer arco branquial. • El crecimiento de la
prominencia frontonasal y de los procesos maxilar y mandibular depende de las interacciones entre
el ectodermo y el mesénquima. • FGF y Shh se concentran en el ectodermo apical donde pueden actual
como un organizador morfogenico y un estimulo de para el crecimiento del mesénquima de los
primordios faciales. • La región oral del procesos mandibular responde a señales epiteliales locales
(FGF-2 Y FGF-4) estimulando la proliferación del mesénquima subyacente a través de la mediación de
Msx-1. • El crecimiento de la región lateral depende de FGF-8 dirigidas al mesénquima en crecimiento.
• El desarrollo mandibular esta regulado por un mecanismo apoptósico mediado por BMP-4 y BMP-7,
que son producidas en la región lateral del proceso mandibular.
Los procesos nasomedial y maxilar se hacen prominentes debido al crecimiento diferencial que tiene
lugar entre la 4° y la 8° semana para fusionarse y formar el labio superior y la mandíbula. • Los 2
procesos nasomediales se fusionan y forman el segmento intermaxilar , precursor de: 1. Philtrum del
labio. 2. Componente premaxilar del maxilar 3. Paladar primario.
Cordón epitelial Conducto nasolagrimal Se extiende desde la comisura interna del ojo hasta la fosa
nasal. En la vida posnatal actúa como sistema de drenaje de
las lagrimas Saco lagrimal
El área de fusión de los procesos nasomedial y maxilar
queda marcada por un rafe de epitelial, el cual se denomina
aleta nasal. • Las prominencias mandibulares bilaterales
aumentan de tamaño, y sus componentes mediales se
fusionan en la línea media formando el extremo medial de la
mandíbula. • En el interior de la mandíbula se diferencia una
estructura cartilaginosa, el CARTILAGO DE MECKEL,
derivado de las CCN del 1° arco branquial, constituye la base
alrededor de la cual se desarrolla el hueso membranoso
(forma el esqueleto de la mandíbula)

Bibliografía

https://www.uandes.cl/macroscopico/craneo/

https://www.google.com.mx/search?q=embriologia+del+craneo+ensayo&bih=538&biw=1242&hl=
es-419&sxsrf=APq-WBuDxwUurL2F2XJJPdUokTpmAG5kZQ%3A1647404154650&ei=emQxYqCiJ-
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