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Escritura de una reflexión que gire en torno a de qué modo Carlos Vaz

Ferreira contribuye con este enfoque a superar el dualismo heredado


sujeto/objeto, con el que venimos trabajando desde principios del curso.
Dentro de la interrogante de si es posible conocer, Vaz Ferreira indica que si pero para
poder llegar a ello se debe elaborar un discurso claro y preciso. Para poder llegar a lo
mencionado anteriormente es necesario reformular la lógica formal, aceptar el dinamismo
de los pensamientos psíquicos y el vínculo del lenguaje-pensamiento.
Bajo esta dualidad sujeto-objeto podemos decidir que el lenguaje sería el objeto y el
pensamiento el sujeto. Pero a diferencia de lo que veníamos trabajando, esta dualidad
presenta una relación, ya que, genera una hipótesis sobre el funcionamiento psíquico que
está constituida por psiquis- pensamiento- lenguaje, debido a que lo que se expresa es una
mínima parte de lo que se piensa y lo que se piensa es una mínima parte de lo que se
psiquea.
Dada esta relación indica que el psiqueo es una lógica no discursiva de la cual proviene la
intuición, el psiquico y el pensamiento son una lógica sub discursivas de menor esquema y
el lenguaje es una lógica discursiva de mayor esquema.

Cómo las falacias expuestas por el autor condicionan una posible


"llegada al saber".
El autor plantea que a medida que el discurso, mencionado anteriormente, avanza
debemos evitar caer en falacias, las cuales son razonamientos falsos que se parece a uno
correcto.
Para esto plantea cuatro tipos de falacias: Error de falsa oposición, cuestiones de hechos y
cuestiones normativas, cuestiones explicativas y cuestiones normativas y falsa
sistematización
Error de la falsa oposición.
En esta falacia pierde gran parte de su fuerza el término contradicción, para comprobar ello
analizaremos un ejemplo:
“La unión de las sociedades no la forma la lengua, la religión y las tradiciones, sino que
surge de un ideal de progreso de libertad y de simpatía recíproca”.
Si alguien considera que la unión de las sociedades está vinculada con la comunidad de la
lengua, de religión, etc., no podría estarlo en relación a las almas de un ideal de progreso
de libertad y si se considera que es a este ideal de progreso al que se debe la unión de las
sociedades, no puede afirmarse entonces que la lengua común, la religión y las tradiciones
tienen esa consecuencia. Es uno u otro, pero no los dos, ya que son opuestos. “Sino” y “no
la formas.. sino que..”, pone la idea de contradicción. Si se lee bien, podemos decir que la
oposición realmente no existe, no hay tal contradicción, se presenta complementariedad, ya
que las sociedades pueden estar unidas por ambos factores.
Cuestiones explicativas y cuestiones normativas

Consiste en cuestiones explicativas que refiere a sobre como algo “es” y cuestiones
normativas que refiere a como algo “debe ser”. Si tiene una función explicativa y
transformadora de la realidad, no necesariamente encaminada a lo “ideal” descriptivo.
Por ejemplo, no es lo mismo preguntarse si la luna tiene atmósfera, cuestión que tiene una
sola solución, aunque no lleguemos a ella, que llegar a una solución cuando discutimos
sobre si el Estado debe intervenir en las relaciones sociales, económicas, educativas, entre
otras, es una cuestión normativa, una posición sostiene que es la única solución perfecta y
que no hay inconvenientes, contra la que sostiene que la solución mejor es la contraria,
creándose, a la vez, un sofisma de falsa oposición. El sofisma se produce en la pretensión
de encontrar la solución perfecta como si se tratara de un problema matemático, y si no se
encuentra esa solución perfecta puede caerse en el escepticismo.

Falsa sistematización

Pensar por idea es diferente a pensar por sistemas. No se debe caer en la trampa de querer
encontrar un “sistema de explicaciones” normativo que se cumpla para “todas las cosas
aisladas”.
Un ejemplo, la pedagogía de Fransisco Berra, era un caso de falsa sistematización.
Presentar la Pedagogía en la forma que lo hacía el autor, reducida a un número fijo de leyes
claras y precisas, que pueden contarse y ponerse por orden, y capaz de ser aplicadas con
un resultado certero; derivar esas leyes de una psicología que nos encasillan, que las
facultades están claramente distinguidas, y separadas unas de otras; considerar que sólo
existe un método determinado para enseñar y para adquirir cada conocimientos; todo eso,
era dar a la Pedagogía un aspecto de precisión completamente ilegítimo y falso, que se
torno en resultados bastante dañinos.

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