Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
La Iglesia, por su parte, aprecia el esfuerzo de la razón por alcanzar los objetivos que hagan
cada vez más digna la existencia personal. Ella ve en la filosofía el camino para conocer
verdades fundamentales relativas a la existencia del hombre. Al mismo tiempo, considera a
la filosofía como una ayuda indispensable para profundizar la inteligencia de la fe y
comunicar la verdad del Evangelio a cuantos aún no la conocen.
De todos modos no hay que olvidar que la Revelación está llena de misterio. Es verdad que
con toda su vida, Jesús revela el rostro del Padre, ya que ha venido para explicar los
secretos de Dios; 13 sin embargo, el conocimiento que nosotros tenemos de ese rostro se
caracteriza por el aspecto fragmentario y por el límite de nuestro entendimiento. Sólo la fe
permite penetrar en el misterio, favoreciendo su comprensión coherente.
La filosofía, que por sí misma es capaz de reconocer el incesante transcenderse del hombre
hacia la verdad, ayudada por la fe puede abrirse a acoger en la « locura » de la Cruz la
auténtica crítica de los que creen poseer la verdad, aprisionándola entre los recovecos de su
sistema. La relación entre fe y filosofía encuentra en la predicación de Cristo crucificado y
resucitado el escollo contra el cual puede naufragar, pero por encima del cual puede
desembocar en el océano sin límites de la verdad. Aquí se evidencia la frontera entre la
razón y la fe, pero se aclara también el espacio en el cual ambas pueden encontrarse.
Esta verdad, que Dios nos revela en Jesucristo, no está en contraste con las verdades que se
alcanzan filosofando. Más bien los dos órdenes de conocimiento conducen a la verdad en
su plenitud. La unidad de la verdad es ya un postulado fundamental de la razón humana,
expresado en el principio de no contradicción. La Revelación da la certeza de esta unidad,
mostrando que el Dios creador es también el Dios de la historia de la salvación. El mismo e
idéntico Dios, que fundamenta y garantiza que sea inteligible y racional el orden natural de
las cosas sobre las que se apoyan los científicos confiados,29 es el mismo que se revela
como Padre de nuestro Señor Jesucristo.