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SEMINARIO TEOLOGICO DE HONDURAS

SETEHO

LA IGLESIA Y EL PECADO SOCIAL

ASIGNATURA: Teología Sistemática

PROFESOR: Dr. Raúl Zaldívar

ALUMNO: Jorge Machado Banegas

Tegucigalpa, M.D.C. 27 de agosto de 2007.


INDICE

INTRODUCCION 3

CAPITULO I. Antecedentes 6
A. Realidad socio-económica latinoamericana 7
B. La iglesia evangélica en América Latina 10

CAPITULO II. La naturaleza y las implicaciones del pecado social 14


A. Definición 15
B. Características 17
C. Implicaciones 18

CAPITULO III. La respuesta evangélica 20


A. La Biblia y el pecado social 22
B. La responsabilidad social de la iglesia 24
C. Evangelismo y compromiso 26

CONCLUSIONES 29

BIBLIOGRAFIA 31

2
INTRODUCCION

A. Objeto de Estudio

Nos proponemos abordar un tema que ha sido debatido con gran intensidad

durante las últimas cuatro décadas, particularmente en América Latina: La iglesia

y el pecado social.

Es un tema que nos afecta profundamente. Como humanos, porque no podemos

ser insensibles ante el dolor y el sufrimiento de los demás, especialmente cuando

es producto de la violencia o de la injusticia. Como ciudadanos, porque no

podemos entender como es posible que países ricos en recursos naturales, sean

habitados por tantos pobres y desposeídos. Como cristianos, porque no podemos

pasar inadvertidos ante tanta injusticia social y tanta desigualdad económica y

política.

Coincidimos plenamente con el Dr. Raúl Zaldívar cuando, al analizar las

implicaciones del pecado social, concluye:

“Es entonces cuando cualquier corazón bien puesto se rebela en


contra de la injusticia integral, de la corrupción total, de la
explotación del hombre por el hombre, en contra de sistemas
políticos y económicos que son factores de insulto y terribles
desigualdades”.1

Definitivamente que si. Un corazón bien puesto se rebela y se pregunta, en un

mundo de tecnología de punta, de televisores con pantalla plana, de celulares ultra

finos, de computadoras de bolsillo, ¿Cómo es posible que aún pueda haber

1
ZALDIVAR, Raúl. Teología Sistemática desde una Perspectiva Latinoamericana. Edit. Clie, Barcelona, España, 2006.
P.319.

3
alguien que se muera de hambre? ¿Cómo explicar que todavía exista el

analfabetismo? ¿Cómo entender que haya compatriotas que se debatan, día a día,

en medio de la miseria?

B. Delimitación del Tema

Siendo un tema tan amplio, es menester delimitarlo. Nos enfocaremos a examinar

la naturaleza y las implicaciones del pecado social en el contexto latinoamericano,

así como a considerar la respuesta evangélica ante esta problemática.

Obviamente, no pretendemos agotar el tema ni resolverlo totalmente. Pero si de

su lectura resultan tantas inquietudes y se despiertan tantos propósitos, como los

que ha producido en mi su investigación, consideramos que se habrá justificado la

misma.

C. Fuentes del Conocimiento

Para elaborar este trabajo hemos consultado tratados teológicos clásicos, como

los de San Agustín y Santo Tomas de Aquino; y modernos, como la Teología

Sistemática del Dr. Raúl Zaldivar.

La consulta ha incluido diversa literatura referente a la Teología de la Liberación y

la Doctrina Social de la Iglesia Católica; así como sobre la propuesta evangélica

de la Misión Integral.

4
También hemos recopilado diversos artículos y ensayos sobre la espiritualidad

evangelica comprometida y el rol de la iglesia evangélica ante los desafíos que se

le presentan –hoy día- en Latinoamérica.

D. Plan a Desarrollar

En el primer capitulo, presentaremos un panorama actual de la realidad socio-

económica latinoamericana, y algunas consideraciones sobre el papel que ha

desempeñado la iglesia evangelica en la región, hasta el momento.

En el segundo capitulo estudiaremos la naturaleza y las implicaciones del pecado

social; estableciendo cual es la definición de pecado social, sus características e

implicaciones.

Finalmente, en el tercer capitulo, plantearemos la respuesta evangelica ante la

problemática estudiada, desde la perspectiva bíblica y a la luz de la

responsabilidad social y del llamado a evangelizar que sustenta la iglesia hoy día.

5
CAPITULO I. Antecedentes

A efecto de ubicarnos en el contexto geográfico e histórico adecuado, nos

proponemos presentar en este capitulo, un panorama de la realidad socio-

económica latinoamericana, y analizar el papel que ha desempeñado la iglesia

evangelica en la región.

La problemática de América Latina es compleja y data de varios siglos atrás. Son

tantos los problemas que la aquejan, tantas las desigualdades económicas que

muestra, tantas las injusticias sociales que la afectan, y tantos los pobres que la

habitan, que se ha dicho que la región descansa sobre una bomba de tiempo2.

Se ha conceptualizado que la historia del subdesarrollo de América Latina es la

historia del desarrollo del capitalismo mundial3. Nosotros perdimos, ellos ganaron.

Esta atadura que se ha perpetuado por siglos de ignominia, hay que romperla.

Para hacerlo, el Dr. René Padilla le plantea a la iglesia evangelica una interesante

invitación:

“La tarea de repensar la misión de la Iglesia es una tarea que


cada generación de cristianos tiene que encarar, ya que la misión
es una en esencia y múltiple en forma. Para llevar a cabo esa
tarea se requieren dos horizontes: el de la revelación de Dios en
Jesucristo y el de la situación histórica concreta”.4

Presentaremos a continuación ese segundo horizonte, un panorama de la

situación histórica concreta de América Latina, en la actualidad.

2
GALEANO, Eduardo. Las Venas Abiertas de América Latina. Siglo XXI Editores, Madrid, España.
3
Idem.
4
PADILLA, René. La Iglesia De Cristo Frente Al Desafío De La Realidad Socioeconómica Actual.
http://www.lupaprotestante.es/lpn/content/view/405/

6
A. Realidad socio-económica latinoamericana

Según el “Panorama Social de América Latina 2006”5 que prepara la Comisión

Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), el último cuatrienio (2003-

2006) puede calificarse como el de mejor desempeño económico y social de

América Latina en los últimos 25 años.

De acuerdo a este informe, los principales factores que marcaron una tendencia

positiva en varios países de la región son: el avance en la reducción de la pobreza,

la disminución del desempleo, la mejora en la distribución del ingreso en algunos

países y un aumento importante del número de puestos de trabajo.

Pese a esta primera halagadora apreciación, las más recientes estimaciones de la

magnitud de la pobreza realizadas por la CEPAL6, indican que en 2005, el 39,8%

de la población de la región vivía en condiciones de pobreza7 (209 millones de

personas) y un 15,4% de la población (81 millones de personas) vivía en la

pobreza extrema o la indigencia.

Según las estadísticas, América Latina es el continente con la mayor desigualdad

en la distribución de la riqueza: los ricos son cada vez más ricos y los pobres son

cada vez más pobres. Según la CEPAL, en los últimos seis años 23 millones de

latinoamericanos dejaron de ser de clase media para pasar a ser pobres.

5
CEPAL. Panorama Social de América Latina 2006. http://www.eclac.cl/cgi-
bin/getProd.asp?xml=/publicaciones/xml/0/27480/P27480.xml&xsl=/dds/tpl/p9f.xsl&base=/tpl/top-bottom.xsl
6
Idem.
7
La referencia utilizada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) es considerar pobres a las personas que
sobreviven con menos de dos dólares al día, e indigentes a las que tienen un ingreso inferior a un dólar diario.

7
Al analizar las causas de la situación de pobreza y miseria que hemos descrito, no

podemos menos que coincidir con Rene Padilla8 que entre todas las causas que

se podrían mencionar se destaca la injusticia entendida como la opresión que los

ricos –los dueños del poder económico y político-- ejercen sobre los pobres.

Enrique Iglesias, ex-Presidente del BID9, en un discurso pronunciado en el Teatro

San Martín de Buenos Aires, en un coloquio sobre “La sociedad civil y la lucha

contra la pobreza" organizado por la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA)

califica de fenómeno ofensivo el hambre que azota a los pueblos de América

Latina porque no se debe a la falta de recursos naturales sino a una aberrante

inequidad en la distribución de la riqueza.

“La pobreza en América latina es una pobreza que ofende, por


cuanto es difícil de explicar cómo es posible que en una región
enormemente rica en recursos para desarrollarse, sobre una
población de 500 millones de personas, hay 200 millones de
habitantes que viven con menos de dos dólares por día, y 80
millones con menos de un dólar por día, es decir, en la
indigencia”.10

Otra causa que socava nuestra riqueza y empobrece más al pueblo

latinoamericano, es la corrupción. Las Naciones Unidas la definen como:

“utilización ilegal de un cargo público en provecho propio. El


término "ilegal" significa que existen leyes o reglamentos que
rigen la conducta de las personas que desempeñan cargos
públicos”.11

8
Para mayor información Vide. PADILLA, René. La Iglesia De Cristo Frente Al Desafío De La Realidad Socioeconómica
Actual. Op. Cit.
9
Enrique Iglesias fue presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) desde marzo de 1988 hasta el 30 de
septiembre de 2005.
10
PADILLA, René. La Iglesia De Cristo Frente Al Desafío De La Realidad Socioeconómica Actual. Op. Cit.
11
Informe del secretario general de las Naciones Unidas, «El impacto de las actividades de la delincuencia organizada
sobre la sociedad en general», Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas, párrafo 36, 11 de enero de 1993;
citado por Arnoldo Wiens, Los evangélicos latinoamericanos ante el desafío de la corrupción

8
Debemos diferenciar entre un “acto corrupto” y un “estado de corrupción”. Los

actos corruptos se dan en todas las latitudes y sociedades. Usualmente, al ser

detectados los responsables, son procesados y castigados. La realidad

latinoamericana es más bien la de estados de corrupción. Esto acontece, según

puntualiza Mariano Grondona12 cuando:

“los actos de corrupción se han vuelto tan habituales que la


corrupción se convierte en un sistema”.13

La corrupción, por lo tanto, no es sólo un problema económico, social o político,

sino que ha llegado a penetrar en la misma expresión cultural de los países

latinoamericanos e incluso se enquistó en las esferas eclesiásticas14.

Todo esto, además de su efecto empobrecedor, también nos ha distanciado más

del llamado Primer Mundo, el mundo desarrollado:

“Los tres mayores mercados de América Latina -Argentina, Brasil


y México- no alcanzan a igualar, sumados, la capacidad de
consumo de Francia o de Alemania occidental, aunque la
población reunida de nuestros tres grandes excede largamente a
la de cualquier país europeo”.15

Esta es nuestra realidad socio-económica latinoamericana. Nos disponemos ahora

a analizar cual ha sido el papel de la iglesia evangelica ante este panorama

sombrío y preocupante.

12
Periodista, ensayista y presentador de televisión argentino, nacido en Buenos Aires en 1932.
13
GRONDONA, Mariano. La corrupción, Planeta, Buenos Aires, 1993, p. 22; citado por Arnoldo Wiens, Los Evangélicos
Latinoamericanos ante el Desafío de la Corrupción.
14
Se recomienda leer a: Arnoldo Wiens, Los evangélicos latinoamericanos ante el desafío de la corrupción.
15
GALEANO, Eduardo. Las Venas Abiertas de América Latina. Siglo XXI Editores, Madrid, España.

9
B. La iglesia evangélica en América Latina

Las raíces del movimiento evangélico en América Latina las encontramos en la

labor misionera de las llamadas “iglesias históricas” 16 que llegaron a nuestro

continente durante el siglo XIX. Estas, se caracterizaban por carecer de una visión

verdaderamente misionera; llegaron y se instalaron con sus respectivas colonias

europeas. Fueron los bautistas y los metodistas quienes se atrevieron a predicar

el evangelio, en medio de un contexto tradicionalmente católico. A este respecto,

nos comenta René Padilla:

“El origen del cristianismo evangélico latinoamericano, por lo


tanto, se remonta, principalmente a las labores de misioneros
evangélicos procedentes de los Estados Unidos y el Reino Unido
(incluso Escocia), quienes se dedicaron a la tarea de evangelizar
y plantar iglesias.”17

Con estos antecedentes, no debe sorprendernos el énfasis unilateral en el

evangelismo que ha caracterizado históricamente a la gran mayoría de iglesias

evangélicas en América Latina, quienes a lo largo de los años han dado por

sentado que su tarea prioritaria, si no única, es “ganar almas para Cristo” y

“plantar iglesias”.

Sin embargo, el triste panorama socio-económico de la región que hemos

estudiado en el apartado anterior, exige otro tipo de respuestas para contestarse:

¿Qué hacemos? ¿Qué propone la iglesia evangélica? ¿Cuál es el papel que

desempeña la iglesia frente a las demandas sociales y políticas del pueblo? En

16
Se denominan “iglesias históricas” a los presbiterianos, luteranos, anglicanos y valdenses.
17
PADILLA, René. El Proyecto de Dios. http://www.kairos.org.ar/libroediciones.php?ID=2229

10
este sentido, se han dado a lo largo del tiempo dos extremos: dejar todo en manos

de Dios, y esperar; o, tomar acción e intentar resolver nosotros la situación.

“La idea de «dejar todo en las manos de Dios» no hace bien,


porque el procedimiento para la solución de muchos problemas
—aunque no de todos— previsto por el Señor es justamente el
inverso: «encomendar en las manos del hombre» la tarea de ser
bendición y ser bendito. El Señor propone los procedimientos,
provee la dinámica espiritual y los recursos. A través de Josué, el
pueblo conquistó la tierra prometida. A través de la iglesia
primitiva, las necesidades de todos eran cubiertas. Es a través de
la iglesia que la sociedad fue y puede ser transformada.”18

La principal propuesta evangelica, surgida desde una perspectiva latinoamericana,

ha sido la Misión Integral19. Sin embargo, el proceso no ha sido nada fácil ni rápido,

como nos lo comparte Rene Padilla:

Hasta hace unas dos décadas, poco o nada se hablaba de


«misión integral» en círculos evangélicos. Se daba por sentado
que la misión tenía que ver con la tarea de proclamar el evangelio
de Jesucristo a las naciones, preferentemente de ultramar, con el
propósito de «salvar almas» y «plantar iglesias».20

Frente a la teología de la liberación, y a la frustración causada por el intento fallido

de movimientos revolucionarios en varios países latinoamericanos, los misioneros

evangélicos ofrecían mejorar la calidad de vida de los pobres, a través de una

simple decisión personal: la de rendirse a Cristo. Esto, se presenta –claramente-

más fácil que cambiar el orden social imperante.

“Los evangélicos proporcionaban una ideología, no sólo de


resignación política como frecuentemente se señala, sino de
mejora personal. Decían a los pobres que no se preocuparan por
los grandes eventos en los que no podían influir en formas

18
Juan Carlos Carrasco, argentino, decano de CETI y profesor de Antiguo Testamento en el Instituto de Formación Bíblico-
Teológica, Pastoral y Misionológica. Vide. http://www.kairos.org.ar/articuloderevista.php?ID=230
19
Se han utilizado diversas frases para resumir el modelo bíblico de la misión o para expresar la participación de una
organización en ella, tales como misión holística, desarrollo holístico, transformación, buenas nuevas para los pobres,
desarrollo cristiano, diaconado holístico, misión integral, etc. Vide. http://www.redmiqueas.org/home/mision_integral
20
PADILLA, René. El Proyecto de Dios. Op. Cit.

11
directas y obvias. Más bien, una persona debía concentrarse en lo
que podía cambiar, como su hábito de beber.”21

Al paso del tiempo, se ha generalizado el pensamiento que es imposible cambiar

las cosas en América Latina. En particular, que no es factible erradicar la pobreza,

que el capitalismo y el neoliberalismo son la panacea y que fuera de la economía

de mercado y los tratados internacionales, “no hay salvación”.

Muchos cristianos, incluyendo pastores, están convencidos que la pobreza en

Latinoamérica es una realidad muy compleja, que la misma –en ultima instancia-

no es tan mala como lo hicieron creer los teólogos de la liberación y que no hay

otra salida que el actual modelo neoliberal.

Esta falta de visión se ha reflejado en una ausencia de respuestas a los problemas

latinoamericanos, al menos de una manera contextualizada y efectiva. Uno de

esos problemas que clama por una respuesta contundente y urgente es la

corrupción estructural y generalizada que afecta gravemente a América Latina.

“La iglesia cristiana, inmersa en un contexto de corrupción, aún


no ha ofrecido una respuesta ni es una alternativa válida en
muchos casos. La influencia secularizante ha sido tal que el
divorcio entre la teología y la ética cristiana es muy evidente. La
corrupción ya no es sólo un mal social sino que está presente,
como nunca antes, en muchas iglesias cristianas y en sus
estructuras denominacionales”.22

Esta visión limitada y ausencia de respuesta población más vulnerable, ha

provocado reacciones extremas como las del teólogo americano Juan Stam.

21
STOLL, David. ¿América Latina se vuelve Protestante? Edición digital autorizada por el autor, Nódulo, 2002
22
WIENS, Arnoldo. Los Evangélicos Latinoamericanos ante el Desafío de la Corrupción.

12
“Aceptar a Cristo es más que levantar la mano, pasar adelante y
llamarse protestante y hacerse miembro de una Iglesia
Evangélica. Aceptar a Cristo, es entregarse a El. Yo no tengo
duda que hay millones en las iglesias evangélicas, que cantan y
diezman y dicen: ¡Señor, Señor! y no entrarán al Reino de Dios.
No entrarán porque no hacen la voluntad de Dios y son
hacedores de maldad.”23

La preocupación de Stam es la mala comprensión de la salvación misma, así

como un “mensaje narcótico” que adormece la conciencia, y que hace olvidar las

injusticias sociales del entorno socio-político.

Y es que realmente es preocupante advertir como mientras las cifras del

crecimiento numérico de nuestras iglesias alcanza niveles explosivos, este

impacto no logra traducirse en una incidencia social, económica y política que

aporte soluciones a los grandes problemas de la región. Como diría Harold

Segura24: “Algo anda mal”.

“Somos conocidos por nuestras practicas de ayuno, la oración y


la lectura bíblica, por nuestros cultos emotivos, por nuestro afán
evangelizador, y por no fumar y ser abstemios; pero también, y
esto es lo que me preocupa, por no haber podido articular esa
espiritualidad evangelica con los ámbitos particulares de la vida
diaria, como la familia, la empresa, la escuela, la vida publica y la
sociedad. Algo, entonces, debe andar mal.”25

Ahora, con un panorama claro de la realidad latinoamericana, y del papel que ha

desempeñado en ella la iglesia evangelica, nos disponemos a estudiar la

naturaleza y las implicaciones del pecado social.

23
Entrevista a Juan Stam. Hay una Iglesia Evangélica infiel. Por Edwin Sánchez, El Nuevo Diario, 15 de junio de 2007
24
Harold Segura es colombiano, reside en San José, Costa Rica. Ha publicado numerosos artículos y es Profesor Adjunto
de la Universidad Evangélica de las Américas.
25
SEGURA CARMONA, Harold. Hacia una Espiritualidad Evangélica Comprometida. Ediciones Kairos, Buenos Aires,
Argentina, 2002. P. 9.

13
CAPITULO II. La naturaleza y las implicaciones del pecado social

La Teología siempre le ha dedicado un apartado, significativo por cierto, al

pecado; en parte para entender mejor su origen y naturaleza, pero mas importante

aún para apreciar en toda su valía la doctrina de la salvación. A la luz de la fe se

denuncia y se aborrece el pecado; pero a la par se proclama la posibilidad de la

redención.

Durante los años inmediatamente posteriores a la Segunda Guerra Mundial, se

comenzó a hablar sobre el “pecado colectivo”. Posteriormente, la iglesia católica

en sus encíclicas Reconciliatio et Paenitentia 26 y Sollicitudo Rei Socialis 27

planteaba la “dimensión social del pecado”, dedicando párrafos especiales a las

denominadas "estructuras de pecado" y al “pecado social”.

Sin embargo, los antecedentes sobre la naturaleza del pecado social se remontan

a siglos atrás: Jesucristo denunció la opresión religiosa, porque los fariseos

colocaban en los hombros de los demás cargas intolerables; denunció la

ignorancia, porque los levitas guardaban para sí las llaves de la ciencia; denunció

la pobreza, porque los ricos no compartían su riqueza; denunció la opresión,

porque los que gobiernan hacían uso despótico de su poder.28

Examinaremos ahora la definición, características e implicaciones del pecado

social, en base a lo planteado por reconocidos teólogos y pensadores.


26
Vide. Reconciliatio et Paenitentia. Sobre el sacramento de la reconciliación; 2.XII.84
27
Vide. Sollicitudo Rei Socialis. Sobre la Cuestión Social; 2.XII.84
28
Vide. Capitulo 23 del Evangelio Según San Mateo. Todas las citas bíblicas corresponden a la Santa Biblia “La Palabra de
Dios para Todos, editada por el Centro Mundial de Traducción de la Biblia. La Liga Bíblica, Japón, 2005

14
A. Definición

En realidad, no existe pecado alguno, aun el más íntimo y secreto, que afecte

exclusivamente a aquel que lo comete. Todo pecado repercute, con mayor o

menor intensidad, en los demás y en el entorno que lo rodea. En este orden de

ideas, se podría calificar cada pecado –sea individual o colectivo- como pecado

social.

Sin embargo, algunos pecados constituyen, por su misma naturaleza, una

agresión directa contra el prójimo, a éstos –específicamente- se les denomina con

toda propiedad pecado social.

El Dr. Raúl Zaldivar lo define magistralmente:

“En realidad, el pecado social es una forma pedagógica o


categoría humana para explicar el fenómeno del pecado
voluntario, originado en el pecado innato que afecta directamente
a las multitudes”.29

El pecado social se manifiesta en varias dimensiones; a nivel interpersonal,

familiar o comunitario, como en el caso de la paternidad irresponsable, el

alcoholismo, la drogadicción, el adulterio, la violencia intrafamiliar, así como los

cometidos contra los derechos humanos y las libertades de los demás.

También se manifiesta en otra dimensión, mas amplia, que afecta a

conglomerados, segmentos de población o a la sociedad toda, como la corrupción

gubernamental, las injusticias sociales, la mala distribución de las riquezas, la

29
ZALDIVAR, Raúl. Teología Sistemática desde una Perspectiva Latinoamericana. Op.Cit. P.318.

15
defraudación fiscal, fraude electoral, así como los cometidos contra el bien común,

los derechos ciudadanos, etc.30

Tomas de Aquino nos ofrece otra categorización diferente, conforme al nivel de

ignorancia voluntaria que implique: a) ignorancia afectada, cuando se ignora

voluntariamente bien para excusarse del pecado o para no ser retraído de pecar;

b) ignorancia de mala elección, cuando no considera lo que puede y debe

considerar; y c) ignorancia por negligencia, cuando no se procura adquirir el

conocimiento que se debiera. En sus propias palabras:

“uno, en cuanto el acto de la voluntad se apoya en la ignorancia;


como si uno quiere ignorar, ya para excusarse del pecado, ya
para no ser retraído de pecar, según aquello de Job (21, 14): No
queremos conocer tus caminos, y ésta es la llamada ignorancia
afectada. Otro modo de ignorancia voluntaria ocurre cuando uno
ignora lo que puede y debe saber, porque en tal caso el no obrar
y el no querer se dicen voluntarios, según lo expuesto (a. 3). De
este modo, se halla la ignorancia, ora cuando uno no considera lo
que puede y debe considerar, y es la que llaman ignorancia de
mala elección, provenga de la pasión o del hábito; ora cuando
uno no procura adquirir el conocimiento que está obligado a
tener, y en ese caso la ignorancia de todo lo contenido en las
leyes y que uno está en obligación de saber, se dice voluntaria,
en cuanto a negligencia.”31

Al leer dicho texto no podemos evitar pensar si como cristianos, o como iglesia no

hemos caído alguna vez en uno de estos tipos de pecado social por ignorancia

voluntaria; cuando pretendemos ignorar lo que no queremos pero debemos

denunciar; o cuando no investigamos y conocemos todo lo que deberíamos para

estar en capacidad de denunciar lo que se esperaría que denunciáramos.

30
Para mayor detalle Vide. MOSER, Antonio. Pecado Estructural. Teología Moral.
http://www.mercaba.org/DicTM/TM_pecado_estructural.htm
31
AUGUSTINUS, Aurelius. La Ciudad de Dios. http://www.iglesiareformada.com/index.html

16
B. Características

El pecado social se caracteriza porque puede cometerlo una persona, a titulo

individual, o un grupo de personas. Puede estar enraizado también en estructuras

o mecanismos económicos, financieros y sociales, los cuales, aunque manejados

por la voluntad de los hombres, funcionan de modo casi automático y con una

dinámica propia.

Las estructuras 32 aunque han sido creadas por personas o grupos, y por ellos

mismos son alimentadas, no son tan neutros o pasivos como podría parecer:

“Sobre todo en el contexto del tercer mundo son instrumentos al


servicio del status quo económico, social, político e ideológico.
Juntamente con los varios tipos de prejuicios, revelan tanto como
profundizan los mecanismos discriminatorios que mantienen y
alimentan la miseria y la marginación de las masas empobrecidas.
Así pues, al mismo tiempo manifiestan el pecado estructural y lo
alimentan. Más aún: se transforman en fuente de nuevos pecados
personales y sociales”.33

Los mecanismos económicos, sociales y políticos son maniobrados por los países

más desarrollados de modo directo o indirecto, y han sido dispuestos para

favorecer –por su misma naturaleza- los intereses de los que los maniobran, y

terminan por condicionar las economías de los países menos desarrollados.

Otra característica es que los afectados por el pecado social, no necesariamente

son carentes de recursos económicos; también se incluyen los de avanzada edad,

los marginados o discriminados sociales, enfermos, etc.

32
Algunas estructuras o macro-estructuras pueden ser: empresas, multinacionales, instituciones educativas, medios de
comunicación, etc.
33
MOSER, Antonio. Pecado Estructural. Teología Moral. Op.Cit.

17
C. Implicaciones

Talvez la mayor y mas lamentable implicación del pecado social, es que en países

tan ricos en recursos naturales, como el nuestro, millones de personas estén

viviendo en extrema pobreza; que en ciudades tan relativamente modernas como

las nuestras, existan vastos cinturones de miseria; y que en todos estos casos,

tanta vidas valiosas se estén perdiendo sin esperanza alguna.

El Dr. Zaldivar 34 se pregunta, con toda razón, el por qué de los vendedores

ambulantes, de la piratería, de las ventas de objetos robados. ¿Quién podría

mantenerse impasible ante tanta injusticia, ante tanta desigualdad, ante tanta

corrupción?

Otra implicación a considerar es la planteada por Tomas de Aquino, sobre la

cadena de pecados que se desenfrena, especialmente cuando se parte de la

ambición, la avaricia y la codicia.

“Pues, evidentemente, allí habla contra aquellos que, queriendo


hacerse ricos, caen en tentaciones y en el lazo del diablo, porque
la raíz de todos los males es la codicia. Por donde es evidente
que habla de la codicia en cuanto que es apetito desordenado de
las riquezas. Y en este sentido hay que decir que la codicia, en
cuanto que es un pecado especial, se llama raíz de todos los
pecados a semejanza de la raíz del árbol, que suministra su
alimento a todo el árbol. Pues vemos que por las riquezas el
hombre adquiere la facultad de cometer cualquier pecado y de
cumplir el deseo de cualquier pecado: porque el dinero le puede
ayudar a obtener cualquier bien temporal, según dice Ecl 10,19:
Todo obedece al dinero. Y en este sentido es claro que la codicia
de las riquezas es la raíz de todos los pecados”.35

34
ZALDIVAR, Raúl. Teología Sistemática desde una Perspectiva Latinoamericana. Op.Cit. PP.318-319.
35
AUGUSTINUS, Aurelius. La Ciudad de Dios. Op.Cit.

18
El pecado social implica que debe haber alguien que lo denuncie. Esto a su vez

nos lleva a pensar en la dosis de valor y compromiso que requiere quien lo haga36.

Ligado con lo expuesto por Tomas de Aquino, el que comete pecado social está

conciente que éste desencadenará otra seria de pecados, bien sea para ocultar,

excusar o diferir el ilícito cometido. En este orden de ideas, estará dispuesto

también a proceder a discreción con quien lo denuncie; esto puede implicar:

presiones, amenazas, secuestro, asesinato, etc.

Lo dicho magnifica el actuar del pastor bautista Martin Luther King, quien pagó con

si vida el valor y compromiso invertidos en su denuncia por los derechos civiles de

los negros en el sur de Estados Unidos de América. Es también un ejemplo que

nos advierte que un pueblo oprimido no soportará estarlo indefinidamente, y un día

levantará la bandera de la liberación:

“hemos estado ya demasiado tiempo pisoteados por la férreas


botas de la opresión”.37

Y, años después, en su Carta desde una Cárcel de Birmingham, nos hace

reflexionar:

“La injusticia en cualquier sitio amenaza la justicia en todo


sitio”.38

Conociendo la naturaleza y las implicaciones del pecado social, estudiaremos

ahora cual es la respuesta evangélica a esta problemática, desde el punto de vista

bíblica y desde la perspectiva de su responsabilidad social y su compromiso.

36
Vide. MOSER, Antonio. Pecado Estructural. Teología Moral. Op.Cit.
37
Martin Luther King citado por SCHAWRZ, John. ¿Conoces tu Fe?. Ediciones Puma, Lima, Perú., 2001. P. 286.
38
Idem.

19
CAPITULO III. La Respuesta Evangélica

Sin duda alguna, la iglesia evangelica Latinoamérica tiene muchos recursos con

los cuales responder a la problemática del pecado social en nuestra región. De

hecho, cuenta con la opción por excelencia: Jesucristo. El es la respuesta que

podemos ofrecer. Para salir de la encrucijada socio-económica y política en la cual

se debate el continente, El, y solo El, es “…el camino, la verdad y la vida”39.

Como iglesia evangelica, ofrecemos respuestas claras para combatir y

contrarrestar el pecado social. Bryant Myers nos ofrece la Misión Integral como

respuesta específica:

“La misión integral es una respuesta de los cristianos al mundo


donde Dios los ha colocado”.40

Juan Driver41 nos ofrece otro modelo, que recorre sendas antiguas, al encarnar

una espiritualidad para el siglo XXI, que redescubra la herencia humanizadora de

la espiritualidad cristiana del primer siglo, que mas que fundamentarse en

programas y presupuestos institucionales, simplemente en:

“Vivir cultivando relaciones de Amor: con Dios, con uno mismo,


con el prójimo y con el medio ambiente”.42

Para concretar cualquiera de estas aproximaciones, es menester que nos

identifiquemos con la gente, así como hizo Jesucristo, quien se hizo como

nosotros y vino a servir y no a ser servido. En esta época de grandes ministerios,

39
Evangelio según San Juan, 14:6
40
MYERS, Bryant. Caminar con los Pobres. http://www.kairos.org.ar/libroediciones.php?ID=369
41
Teólogo con una trayectoria de 40 años de servicio en el Comité Central Menonita y la Junta Menonita de Misiones en
Puerto Rico.
42
DRIVER, Juan. Convivencia Radical. http://www.kairos.org.ar/novedad.php?ID=2452

20
de ministerios de éxito, de congregaciones multitudinarias, de templos enormes y

elegantes, es propicio recordar las palabras del Dr. Pablo Deiros:

“(…) abandonar las pautas presentes de un “ministerio de éxito”


y movernos a ministerios sacrificiales y de servicio, como el que
llevó a cabo Jesús”. 43

La respuesta que da la Biblia a la problemática planteada por el pecado social es

contundente. Desde la antigüedad, Dios siempre ha levantado profetas que

denunciaron los pecados de las clases dominantes. Hoy día, no es diferente. El Dr.

Zaldivar nos resume44 los tres pasos a asumir: a) denunciar la injusticia social; b)

tomar conciencia de la situación; y c) tomar acción, que no necesariamente

significa tomar las armas.

En este ultimo paso, que trata de materializar un sueño de liberación largamente

acariciado por el pueblo latinoamericano, coincide plenamente con lo expresado

por Leonardo Boff45, en otro contexto:

“Los sueños de liberación no son monopolio de las izquierdas


indiferentes, agnósticas o ateas”.46

Nos ocuparemos a continuación de examinar lo que la Biblia alude sobre el

pecado social, lo que implica la responsabilidad social de la iglesia, y lo que

relaciona el evangelismo y el compromiso.

43
DEIROS, Pablo. La Iglesia del Nuevo Milenio. Ediciones Certeza, Buenos Aires, Argentina, 2006. P. 153.
44
Para ampliar sobre este tema, Vide. ZALDIVAR, Raúl. Teología Sistemática desde una Perspectiva Latinoamericana.
Op.Cit. P. 319.
45
Teólogo, filósofo y escritor nacido en el Estado de Santa Catarina, Brasil en 1938; conocido por su apoyo activo a los
derechos de los pobres y excluidos. Es uno de los fundadores de la Teología de la Liberación, junto con Gustavo Gutiérrez
Merino.
46
BOFF, Leonardo. ¿Qué Iglesia Queremos? El Proyecto Popular de Iglesia. http://www.servicioskoinonia.org/relat/291.htm

21
A. La Biblia y el Pecado Social

A lo largo de toda la Biblia, encontraremos una diversidad de versículos y pasajes

pertinentes a la problemática que nos ocupa. Algunos de los textos parecieran,

incluso, que hubiesen sido escritos en la actualidad o con dedicatoria especial a

determinadas personas, grupos de poder o países en particular.

Resulta evidente, al efectuar el análisis de textos sugeridos en el párrafo

precedente, que los profetas del Antiguo Testamento tenían y entendían

claramente su doble función de anuncio y denuncia. Haroldo Segura nos lo

resalta:

“La explotación del hombre por el hombre, denunciada por Amos;


el olvido de Dios y su Palabra, denunciado por Joel; la
predicación vehemente de Isaías contra la religiosidad
desprovista de misericordia; el clamor de Miqueas frente al abuso
de los aristócratas de Jerusalén contra la mayoría del pueblo
campesino; todo esto nos advierte, sin duda, que no podremos
ser fieles a la verdadera función profética, si persistimos en
sostener y promover una fe cómoda que –como los apóstoles de
Hechos 1- mira hacia el cielo y evade el hecho que las
necesidades de esta tierra apuran nuestra misión y nos exigen un
mayor compromiso”.47

En el caso específico de Miqueas es sorprendente la precisión de sus palabras

contra los poderosos de su tiempo, como si fuesen escritas para los de hoy.

“Escuchen, lideres de Jacob y jefes de la nación de Israel:


¿Acaso no saben lo que es la justicia? Ustedes odian el bien y
aman el mal. Le arrancan la piel a la gente y le quitan la carne de
sus huesos. Devoran a mi pueblo; le quitan la piel, le rompen los
huesos. Lo descuartizan como para echarlo al caldero, como
carne para la olla”.48

47
SEGURA CARMONA, Harold. Hacia una Espiritualidad Evangélica Comprometida. Op.Cit. P. 74.
48
Miqueas 3:1-3

22
Sobre este impresionante pasaje, René Padilla nos comparte una reflexión:

“¿No es este un lenguaje apropiado para calificar las acciones de


la gran mayoría de gobernantes en nuestros países, donde
millones de personas no pueden cubrir sus necesidades básicas
a pesar de la vivir en tierras pródigas en recursos naturales?”49

Arnoldo Wiens en su artículo “Los evangélicos latinoamericanos ante el desafío de

la corrupción”, enfatiza como el ministerio de Jesús también fue un ministerio

profético con la doble función de anuncio y denuncia. Leamos:

“Durante su ministerio, Jesús hizo desafíos concretos,


denunciando la corrupción y llamando a un nuevo estilo de vida a
varios grupos o sectores de su sociedad. Jesús denunció de
manera especial la corrupción de los líderes económicos de su
tiempo, representados por los saduceos terratenientes (Mc.10.17-
22; Lc. 6:24; 12.20; 16.9). No cesó tampoco de denunciar la
corrupción entre los líderes religiosos (escribas, fariseos y
sacerdotes)”.50

Relacionar la totalidad de versículos y pasajes bélicos que abordan la temática del

pecado en su dimensión social, escapa al alcance y propósito de este trabajo.

Pero bastan los citados para que comprendamos que Dios siempre ha tenido claro

cual es el rol profético de su iglesia y sus discípulos en la historia de las naciones.

Los que –a veces- no lo hemos tenido claro somos nosotros.

Continuaremos ahora, precisamente, analizando la responsabilidad social de la

iglesia de Jesucristo en el mundo contemporáneo.

49
PADILLA, René. La Iglesia De Cristo Frente Al Desafío De La Realidad Socioeconómica Actual. Op.Cit.
50
WIENS, Arnoldo. Los Evangélicos Latinoamericanos ante el Desafío de la Corrupción. Op.Cit.

23
B. La Responsabilidad Social de la Iglesia

Como conocedora de la verdad, la iglesia evangélica tiene una significativa

responsabilidad social e histórica, y a la vez un gran reto, por ser instrumento

idóneo para que se cuenten por miles de millares los que conociendo también la

verdad, sean libres. Libres con toda la libertad, que solo Nuestro Señor puede dar.

La iglesia evangelica latinoamericana se ha debatido por décadas entre dos

extremos: la evangelización, efectiva y pura; y la acción social cristiana, pura y

efectiva. La solución salta a la vista. Deiros la resume con excelencia:

“Este ministerio simbiótico, que combina la evangelización con la


acción social, es la mayor necesidad de esta hora. Un ministerio
verdaderamente integral va a crear un efecto sinergístico (de
acción conjunta) en el que el todo será más que la suma de las
partes. En otras palabras, no puede haber una evangelización
efectiva si no está acompañada de una acción social cristiana
solidaria, y ésta carece de sentido en términos cristianos si no es
acompañada de una evangelización comprometida”.51

John Stott, por su parte, también lo tiene muy claro, aunque en otras palabras:

“La misión es nuestra respuesta humana a la comisión divina. Se


manifiesta en un estilo de vida cristiano e integral que incluye el
evangelismo y la responsabilidad social, dominado por la
convicción que Cristo nos envía al mundo como el Padre lo envió
a él al mundo, entonces al mundo debemos ir - para vivir y obrar
por él”.52

Stott toca así un punto, a mi parecer, fundamental. Nosotros somos enviados al

mundo así como el Padre envió a Cristo al mundo. No somos nosotros los que nos

enviamos, como simples “comisionados”. Se deduce, entonces, que no es nuestra

51
DEIROS, Pablo. La Iglesia del Nuevo Milenio. P. 230.
52
STOTT, John. La Fe Cristiana frente los Desafíos Contemporáneos. 1991.

24
voluntad, ni nuestra visión la que vamos a llevar al mundo, sino Su Voluntad y Su

Visión. Pareciera que a veces tendemos a olvidarlo. Cuantas veces no hemos

escuchado decir, con ese tono de voz que sale del corazón e indica que no solo es

semántica: “mi iglesia”, “mi visión”, “mi misión”, etc.

Alemu Beeftu53 nos hace reflexionar también en este mismo sentir:

“El liderato tiene un papel esencial en la economía y la


prosperidad de la comunidad o de la nación. Los líderes que
temen a Dios llevan justicia a nación. Dios bendice a la nación y
no es debido a su etnia o localización geográfica, sino a que
practica la justicia y teme a Dios. Mientras cuando los lideres
políticos y religiosos se apartan del Señor por motivos egoístas,
envolviéndose en sobornos y distorsión de la justicia, existe un
juicio directo o indirecto de Dios sobre la nación”.54

Todos, desde diferentes perspectivas, coincidimos que la iglesia tiene una

responsabilidad social ineludible, con Dios y con el mundo, para cumplir de

manera integral con la Gran Comisión. Para que logre hacerlo, es menester que

proceda conforme al Maestro, encarnándose en el mundo para sentir las angustias

de éste y para responder a ellas con las Buenas Nuevas del Reino. Para alcanzar

niveles de excelencia en su misión, se requiere que abarque un contexto más

amplio que el “mundo” donde se ha insertado, y no perder –así- de vista la

orientación de su misión. Para ilustrar este punto, Harold Segura nos comparte

esta interesante historia.

“Un viajero en el polo caminó todo un día en dirección norte. Para


ganar más tiempo, exigió al máximo a los perros de su trineo. Por
la tarde, después de tan duro viaje, quiso saber el punto al que
había llegado. Suponía que se encontraba más al norte. Su
53
Etiope. Fundador y Presidente de Gospel of Glory, dedicado a entrenar pastores, hombres de negocio y políticos de los
países en desarrollo, para que ellos puedan hacer lo mejor del llamado de Dios en sus vidas.
54
BEEFTU, Alemu. Determinación para hacer Diferencia. Gospel of Glory, Colorado Springs, Colorado, USA, 2003. P.125.

25
asombro fue inmenso cuando comprobó que ahora se encontraba
más al sur que cuando había comenzado por la mañana. ¿Qué
había pasado? El problema fue que durante todo el día corrió
velozmente hacia el norte… pero sobre un tempanote hielo que la
corriente del océano arrastraba hacia el sur.”55

Al respecto la reflexión de Harold Segura se enfoca en que muchas oportunidades

puede suceder, y en efecto sucede, que la iglesia absorta en su accionar

indudablemente se mueve, y quizá hasta celebra el avance… pero,

lamentablemente, en el contexto mas amplio de las necesidades y angustias del

mundo, se mueve en sentido contrario.

De lo que se trata, pues, es de no solamente avanzar… sino de hacerlo en la

dirección correcta conforme a la voluntad de Dios. Ya el Apóstol Pablo había

resumido esta lección en 1 Corintios 9:26: “Por eso yo no corro sin una meta…”

C. Evangelismo y Compromiso

Antes de comenzar el análisis sobre lo que debe hacer la iglesia evangelica

latinoamericana, para cumplir a cabalidad con su doble función de evangelización

y compromiso social, establezcamos primero que es lo que no debería hacer o no

debería ser la iglesia hoy día:

“Hay veces en las que la misma Iglesia se convierte en un lugar


anti-evangélico, es decir, en una institución de hecho
estructuralmente contradictoria con la buena noticia. Hay lugares
donde las Iglesias cristianas han hecho una opción por los
poderosos, Iglesias que están convencidas de la bondad y la
insuperabilidad del neoliberalismo, Iglesias que militan
activamente contra las esperanzas y las reivindicaciones de los
pobres y sus movimientos y organizaciones, Iglesias que alienan

55
SEGURA CARMONA, Harold. Hacia una Espiritualidad Evangélica Comprometida. Op.Cit. P. 50.

26
a los pobres, desvían su atención de las miserias que padecen,
les hacen besar el látigo neoliberal que los fustiga, los adormecen
alejándolos de la realidad histórica de pobreza y de miseria en la
que malviven y mueren... Hay que recordar algo, que a estas
alturas es meridianamente claro y pacíficamente poseído en
teología: la garantía máxima no es la Iglesia, sino el Reino. Lo que
importa no es estar en la Iglesia, sino caminar hacia el Reino”.56

Ahora si. Entonces, ¿qué debe hacer o que debe ser la iglesia y el cristiano hoy

día? El fundamento desde luego, sigue siendo partir de la clave para alcanzar la

vida eterna, según lo resumió Jesús mismo: Amar a Dios y amar al prójimo. En

este contexto, el buen samaritano fue y sigue siendo el modelo perfecto de amor

al prójimo, sobre lo cual Schawrz57 interpreta claramente el significado de amar al

prójimo, en el sentido de “amar ilimitadamente a quien padece necesidad”.

Con ello, claro, el desafió apenas comienza. Las implicaciones que conllevan este

mandato y a la vez decisión de amar al prójimo son múltiples y variadas. Al

respecto, tres reflexiones prácticas de Beeftu:

“1) Cuando una persona decide arreglar las cosas, a gracia de


Dios siempre opera, lo entendamos o no. 2) Nunca jamás nadie
actúa de manera aislada; nuestras acciones siempre influyen en
otras personas de alguna manera. Al tomar decisiones, debemos
tener en cuenta siempre a los demás, y esto honrará a Dios. 3)
Decidir hacerse amigo es una forma de garantizar que sus actos
para cambiar la historia serán verdaderas bendiciones en la vida
de las otras personas.”58

Y a nivel de iglesia. ¿Cuál debe ser el rol de la iglesia en la sociedad? ¿Cuál es el

compromiso que adquiere? René Padilla, lo ha resumido de la siguiente manera:

56
VIGIL, José María. Evangelización y Erradicación de la Pobreza. Op.Cit.
57
SCHAWRZ, John. ¿Conoces tu Fe?. Op.Cit. P.280.
58
BEEFTU, Alemu. Determinación para hacer Diferencia. Gospel of Glory, Colorado Springs, Colorado, USA, 2003. P.243.

27
“El Reino de Dios, que se ha hecho presente en la vida y
ministerio de Jesucristo, es un reino de paz y justicia. La Iglesia,
como comunidad del Rey, ha sido convocada a encarnar esos
valores en su propia vida y ministerio, a demostrar su realidad en
medio de la sociedad civil y constituirse así en “sal de la tierra” y
“luz del mundo”. El Reino de Dios es una realidad presente que
se manifiesta mediante los ciudadanos del Reino en la medida en
que éstos son un testimonio vivo de la verdad de las
bienaventuranzas: son pobres en espíritu, lloran, son humildes,
tienen hambre y sed de justicia, son compasivos, trabajan por la
paz, son perseguidos por causa de la justicia (Mt 5:3-10)”59

Bueno, ¿y ahora? ¿Que sigue? El panorama es bastante claro. Solo hace falta

asumir el compromiso y tomar las decisiones correctas, y ser “sal” y “luz”, tanto e

nivel personal como iglesia, tanto en el entorno familiar o comunitario, como en el

de la sociedad y la nación.

Mientras tanto…

“Existen muchos hermanos necesitados que esperan ayuda,


muchos oprimidos que esperan justicia, muchos desocupados
que esperan trabajo, muchos pueblos que esperan respeto”.60

59
PADILLA, René. La Iglesia De Cristo Frente Al Desafío De La Realidad Socioeconómica Actual.
60
PONTIFICIO CONSEJO JUSTICIA Y PAZ. Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia. Librería Editrice Vaticana,
Tegucigalpa, Honduras, 2005.

28
CONCLUSIONES

Al estudiar la realidad socio-económica de América Latina advertimos que aún

ahora, a inicios del siglo XXI, en pleno post-modernismo, nuestra región continua

evidenciando profundas desigualdades económicas y sufre humillantes injusticias

sociales, a tal grado, que los mismos directores de los organismos que ha

contribuido a ello al admirar la obra realizada se sorprenden de ella.

La pobreza en América Latina es una pobreza que ofende… pero también, es una

pobreza que clama por misericordia, y que aguarda por la justicia.

La iglesia evangelica, mientras tanto, ha transcurrido por diversas etapas en

cuanto a su relación y al compromiso asumido frente a tal realidad. A veces,

distante, como si no co-existiera en el mismo mundo. Otras, interesada en

aprovechar la coyuntura y propagar un evangelio de adormecimiento, escapista, el

cual si bien es cierto mitiga en algo el dolor que sufre la región, solo posterga el

remedio, porque la enfermedad continua sin cura.

En ocasiones, se interesa un poco más a fondo, y advierte a integralidad del ser, y

la necesidad de predicar un evangelio completo. No siempre esto conlleva una

práctica igualmente integral, y solo se queda en discurso o reflexión. Pero en

algunos casos, esos que aunque no sean numerosos son suficientes para

confirmar la regla y para justificar el precio. En tales casos, si se lleva la

integralidad del evangelio de Jesús al ser latinoamericano integral.

29
Durante muchos años, la iglesia evangelica estuvo solamente evangelizando y

plantando iglesias. Pero desde hace unas décadas para acá, varios teólogos y

pensadores cristianos están formando una nueva generación de cristianos

formados integralmente, con conciencia y responsabilidad social, que responden

con valor al Desafió Miqueas.

El Pecado Social alude al efecto colectivo de un pecado voluntario originado en el

corazón de una persona o un grupo de personas. Es el pecado que se jacta de

afectar no solo al que lo comete sino también a quien o quienes se relacionan con

él. Es el pecado que se envanece de aprovechar posiciones de poder, ya sea

económico, político o social, para afectar a quienes no lo detentan. Es el pecado

que ofende, que humilla, que arremete, que sojuzga, que manipula, que explota.

¿Sus implicaciones? Masivas. Devastadoras. Empobrecedoras.

Finalmente, ante este sombrío panorama, ¿qué respuesta ofrece la iglesia

evangélica? La mejor. La única que en verdad puede liberar… para siempre!

Jesús es a respuesta. Nosotros, su iglesia, somos el instrumento liberador, ya sea

porque llevemos la palabra, o porque simplemente quitemos la venda de la

ignorancia y de la ignominia.

La iglesia evangélica tiene un compromiso serio, un compromiso múltiple. Con

Dios, por el mandato de la Gran Comisión. Con Jesús, porque así como recibimos

de gracia (la salvación por su intermedio), también debemos dar de gracia (la

30
liberación a quienes aun están cautivos). Con el Espíritu Santo, porque así como

por su poder hemos transformado nuestras vidas, nuestro testimonio debe servir

para que otros accedan a El.

Compromiso también con el pueblo. Porque si nuestro Padre no quiere que nadie

se pierda, sino que todos procedan al arrepentimiento, quienes somos nosotros

para excluir a alguien.

Compromiso con los pobres… y con los que tienen hambre y sed de justicia… y

con los marginados… y los enfermos… y los despreciados… todo aquel que

necesita de El.

La iglesia evangelica tiene un gran compromiso y una enorme responsabilidad

social con América Latina… está en deuda con ella… y debe cumplirle pronto,

porque la deuda, también es un pecado social!

31
BIBLIOGRAFIA

A. MANUALES DE TEOLOGIA

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