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Muchas veces nos preguntamos que cuál será nuestro llamado y pensamos que la
palabra llamado es decir: “Yo soy pastor, yo soy apóstol, yo soy profeta, yo soy
evangelista, yo soy maestro”, y muchas veces estamos en el limbo, creyendo que Dios
nos va a dar un llamado especial.
En Génesis 1, vemos que Dios creó al hombre para que este fuera el representante de
Dios en la tierra, y lo enseñoreó sobre todo lo creado (Génesis 1:28), el hombre lo
perdió por la desobediencia; Dios envió a Su hijo y en sacrificio lo entregó para que el
hombre, a través de la obediencia de ese hijo, pudiera recuperar nueva vez lo que perdió
(el propósito de Dios en el hombre). Ese propósito no es más, que seamos
representantes de Dios aquí en la tierra.
Todo el tiempo ha existido una lucha entre el reino de las tinieblas y el reino de Dios, y
simplemente es como una competencia de avance. Es una batalla y es todos los días,
todo el tiempo, el reino de las tinieblas quiere avanzar y el reino de Dios también quiere
avanzar.
Es un conflicto espiritual: primero, por las almas perdidas; segundo, por los heridos; y
tercero, por los afligidos
Ahí es donde está el punto clave, por eso es la batalla, es una batalla campal, por eso la
iglesia tiene que entender cuál es su propósito, porque en lo que tú estás averiguando
cuál es tu propósito, tu llamado, los heridos y los afligidos se están perdiendo.
La lucha cada día va a ser peor, y los hijos de Dios vamos a tener que vivir por fe.
“También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos.
Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios,
blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables,
calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores,
impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán
apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita”.
1. Porque con eso que toleras vas a vivir. Si tú toleras el peligro, va a llegar un
momento donde te sientas normal viviendo en el peligro.
Dice Juan: Yo soy la luz del mundo, el que me sigue no andará en tinieblas, aquí está la
clave, el principal propósito que tú tienes en Dios es ser luz. La luz no tolera las
tinieblas, la luz penetra en las tinieblas, la perfora, la rompe, la luz desmenuza las
tinieblas, cuando la luz entra, la tiniebla se tiene que ir.
“Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las
tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas”.
“Para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la
potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de
pecados y herencia entre los santificados”.
Ese propósito y ese llamado deben de ser tu vida, tu pasión, tu estilo de vida, un faro de
luz. Por eso tienes que prepararte y concentrarte en lo que estás haciendo. Tienes que
crecer, el crecimiento espiritual es tu gran arma. Toda tu vida es una batalla.
Las naciones están siendo arrastradas cada vez más en todos los planos y esa fuerza, esa
presión de esas tinieblas es un bombardeo persistente y cada vez se levantan más
representantes y no cualquier representante, por eso levanta gente de fama, de autoridad
y de poder.
Cada vez se levantan más representantes de esa corriente de las tinieblas con voz, fama,
poder, imponiendo la doctrina del pecado.
Se tiene que levantar una generación con manifestación de un Cristo vivo, es una
generación que se está levantando con una visión de conjunto, esto significa que no
piensas solo en ti, piensas en todo el mundo, es una generación que hará que se cumpla
lo que dice Habacuc.
“Mirad entre las naciones, y ved, y asombraos; porque haré una obra en vuestros días,
que aun cuando se os contare, no la creeréis”.
“Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido
por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz
admirable”.
“Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer.
El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no
hay verdad en él. Cuando habla mentira, de lo suyo habla; porque es mentiroso, y
padre de mentira”.
Cuando entiendes que tú eres luz, que es tu llamado genuino, la gran comisión tiene dos
aspectos:
“Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido”
“El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio.
Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo”.
Tú no viniste a cargar una biblia, a estar sentado en una iglesia, no viniste a estar
viviendo de la misma manera, tú viniste a levantarte, a crecer.
Dios te ha hecho luz, martillo, para despedazar todo reino (reino de la enfermedad, de lo
suficiente, del pecado).
Tienes que entrar en un nivel que cuando tú camines los demonios salgan porque llegó
la luz.
Tienes que mirar que eres prisionero de tus actitudes, víctima de tu carácter, prisionero
de tus pensamientos y tus recuerdos, eres víctima de tus emociones y sentimientos. Haz
perdido los valores, ya no te valoras, te crees una porquería, mientras que Dios te dice:
“eres santo, pueblo escogido”.
Al diablo no le interesa lo que tienes por fuera, le interesa lo que tienes adentro, porque
él sabe que tu potencial no viene de afuera, viene de adentro.
Conviértete en un adversario, deja que salga el gigante que tengas dentro de ti, deja que
salga ese prisionero, levántate y deja de ser víctima, levántate como un adversario y
recupera tu vida.