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INTRODUCCION

El control y la prevención de la desnutrición es una tarea inconclusa en muchos países, entre ellos
Colombia. Al mismo tiempo, enfermedades crónicas relacionadas con la nutrición son ahora la
principal causa de discapacidad y muerte, no solo a nivel global sino también en muchos de los
países en vías de desarrollo. Los cambios en los sistemas de alimentación, los patrones de trabajo
y recreación, la dieta y la actividad física están causando sobrepeso, obesidad, diabetes,
hipertensión, enfermedad cardiovascular y cáncer en los países más pobres.

En la mayoría de los países de Asia, América Latina, Norteamérica y el Oriente Medio, así como en
algunas áreas del África subsahariana, se ha experimentado un cambio en la estructura general de
sus hábitos alimentarios y su relación con el patrón de enfermedades originadas por este en las
últimas décadas. La malnutrición en la vida temprana, seguida por una dieta inapropiada y poca
actividad física en la niñez y la vida adulta, incrementan la vulnerabilidad a las enfermedades
crónicas a las enfermedades crónicas. Estos cambios incluyen un mayor incremento en el consumo
de grasas y azucares añadidos a la dieta, un marcado incremento de productos de origen animal y
un descenso en la ingesta total de cereales y fibras, unido a la disminución en la actividad física,
motivada en parte por el desarrollo de los artefactos tecnológicos que reducen el esfuerzo físico
( en particular en los estratos altos de la población) y también por el temor a desarrollar
actividades al aire libre, producto de los altos índices de violencia que se registran, en especial en
las zonas de menores ingresos, tanto de países ricos como pobres.

En Colombia, al igual que en muchos otros países, tradicionalmente se han utilizado criterios
antropométricos, como los índices basados en el peso, la talla y el índice de masa corporal (IMC),
para definir la obesidad, la desnutrición y los trastornos alimentarios. Estas variables poseen poca
sensibilidad para monitorear la respuesta al tratamiento, y es por eso que la evaluación de la
composición corporal puede cualificar este proceso; adicionalmente, la grasa corporal y su
distribución necesita una mayor atención en su relación con la etiología de las enfermedades
cardiovasculares, la hipertensión y la diabetes tipo 2, enfermedades que ahora se considera que
tienen su periodo de incubación durante la niñez y la adolescencia.

En 2005, la desnutrición infantil global total (que evalúa la relación entre peso y edad) en el país
en menores de 5 años era de 7.0%, entre los 5 y 9 años, del 5.4% y entre 10 y 17 años, del 6.6%,
mientras los niveles de sobrepeso para esos mismos grupos alcanzaban 3.1, 4.3 y 10.3%
respectivamente, prevaleciendo la desnutrición en el área rural y el sobrepeso en el área urbana.
Al igual que en otros estudios, estas cifras reflejan que el problema del sobrepeso, en general, se
incrementa en proporción directa con la edad, el nivel de pobreza en los países desarrollados y el
mayor estatus socioeconómico en los países en vías de desarrollo. Durante el periodo de la
transición nutricional, el problema del sobrepeso se traslada cada vez más hacia los estratos
socioeconómicos bajos, y coexiste con los problemas de desnutrición que se mantienen, lo que
somete a los pobres a una doble carga nutricional.
¿Que es la composición corporal?

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