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La obesidad es una condición patológica muy común en el ser humano y presente desde la

remota antigüedad, que persiste y se incrementa durante siglos por factores genéticos y

ambientales, hasta convertirse actualmente en una pandemia con consecuencias nefastas para

la salud.

La obesidad es un síndrome de etiopatogenia multifactorial caracterizado por un aumento del

tejido graso. Esta anormalidad de la composición corporal se acompaña de variadas

manifestaciones patológicas. Así, la Conferencia de Consenso del NIH, USA 1985, señala:

"la obesidad está claramente asociada con hipertensión, hipercolesterolemia, diabetes mellitus

no insulinodependiente y aumento de algunos cánceres y otros problemas médicos...". En

consecuencia, esta patología, en forma directa o a través de sus enfermedades asociadas,

reduce las expectativas de vida de quienes la padecen.

Este incremento en la prevalencia de proporciones epidémicas está relacionado con factores

dietéticos y con un incremento en el estilo de vida sedentario. El aumento del consumo de

grasas saturadas y de carbohidratos, la disminución de la ingestión de frutas, vegetales y

pescado, así como de la actividad física, que se expresa desde la ausencia de esta actividad

programada hasta el incremento del tiempo dedicado a actividades con notable base

sedentaria, como ver la televisión o trabajar en la computadora, son las causas más

importantes en el desarrollo de este problema de salud mundial.

Por otra parte, las consecuencias de la obesidad alcanzan proporciones catastróficas. El riesgo

de muerte súbita de los obesos es tres veces mayor que el de los no obesos, y es el doble para

el desarrollo de insuficiencia cardíaca congestiva (ICC), enfermedad cerebrovascular (ECV)

y cardiopatía isquémica (CI), mientras la posibilidad de desarrollar de diabetes mellitus (DM)


es 93 veces mayor cuando el índice de masa corporal (IMC) pasa de 35. La obesidad tiene

una relación estrecha con la resistencia a la insulina y con factores genéticos y ambientales

probablemente comunes. La resistencia a la insulina tiene efectos fisiopatológicos

importantes en el desarrollo de DM, síndrome metabólico e HTA.

En la Región de las Américas ha habido, en las últimas décadas, un notable incremento de las

enfermedades no transmisibles (ENT) asociadas a estilos de vida no saludables. Estas

enfermedades y trastornos en conjunto, entre los que se encuentran la hipertensión arterial, la

diabetes mellitus tipo 2, la enfermedad coronaria, los accidentes cerebrovasculares, la

obesidad y algunos tipos de cáncer, son las principales causas de muerte, morbilidad,

discapacidad y deterioro de la calidad de vida. Otro aspecto crítico de esta epidemia de ENT

es el alto costo que representan para los servicios de salud el tratamiento y la rehabilitación

de pacientes con estas afecciones, factores que acentúan las inequidades existentes.

La obesidad como factor de riesgo

La obesidad determina diversos riesgos en el ámbito biológico, psicológico y social. Los

riesgos biológicos se manifiestan a corto, mediano y largo plazo a través de diversas

enfermedades. Desde el punto de vista respiratorio son frecuentes las apneas durante el

sueño, menor tolerancia al ejercicio, tendencia a las fatigas con facilidad, lo que dificulta la

participación en deportes o actividades físicas; además pueden agravarse los síntomas

asmáticos o aumentar las probabilidades de desarrollar asma, pudiéndose encontrar pruebas

de función pulmonar anormales en casos severos de obesidad.


El riesgo de muerte súbita es tres veces mayor y es el doble para el desarrollo de insuficiencia

cardiaca congestiva, enfermedad cerebrovascular y cardiopatía isquémica, mientras la

posibilidad de desarrollar diabetes mellitus es 93 veces mayor cuando el índice de masa

corporal (IMC) pasa de 35,13. La obesidad reduce la esperanza de vida entre cinco y ocho

años y también está claramente asociado a un riesgo multiplicado por dos de sufrir cáncer de

riñón así como cáncer de mama en la mujer menopáusica.

Desde el punto de vista psicológico, produce depresión, trastornos de la conducta alimentaria,

aislamiento y disminución de la autoestima, lo que afecta la esfera de relaciones personales,

familiares y académicas. También son propensos a deprimirse y caer en conductas

adictivas.Socialmente, perjudica a los individuos a la hora de encontrar trabajo o pareja, eleva

los costos para la familia, la sociedad y el sistema de salud, no solo en relación a la muerte y

la carga de enfermedades, sino en lo que respecta a la discapacidad y la calidad de vida de la

población.

Diversos estudios han analizado el impacto de la intensidad de la obesidad en la mortalidad.

Tratamiento

1. El tratamiento de la obesidad exige un importante conocimiento de las causas que lo

generan.

2. La indicación del tratamiento farmacológico tiene lugar cuando con dieta y actividad

física no se consigue una pérdida ponderal superior al 10 % del peso.

3. El control de la obesidad de la infancia y adolescencia deberán estar orientados a la

entrega de contenidos educativos que estimulen hábitos de vida saludable y a la

detección precoz de cambios en la ganancia ponderal que tiendan al sobrepeso y a la

obesidad.
4. El objetivo del tratamiento de la obesidad consiste en disminuir los riesgos asociados

a la obesidad.

Prescripción dietética

Dependiendo del grado de obesidad, esta debe considerar una adecuación a los

requerimientos reales o una restricción calórica. Debe ser equilibrada y aceptada, e

insustituible en el tratamiento. Deben aportar una cantidad de energía inferior a la necesaria

para el mantenimiento del peso y a la vez una cantidad equilibrada de nutrientes,

particularizada para cada paciente. Es necesario estimar la cantidad de calorías apropiada

para cada paciente y observar los resultados a las 3 o 4 semanas, de esta manera se procede a

los ajustes necesarios en caso de que fuesen necesarios. La disminución del aporte calórico se

realiza de forma importante e individualizada a base de una disminución del aporte calórico

en especial lípidos y azúcares simples.

En las dietas de menos de 1 200 kcal/día, es difícil mantener las cantidades de vitaminas y

minerales además de oligoelementos, por lo que se deben ingerir suplementos vitamínicos, la

dieta debe aportar al menos 0,8 g de proteínas de alta calidad por kilo de peso corporal. La

utilización de dietas ricas en grasas y pobres en hidratos de carbono son cetogénicas,

paradójicamente reducen el peso y el apetito, pero sus efectos secundarios las hacen

prohibitivas, en este tipo de dietas se basan muchos de los fraudes que ofrecen pérdidas de

peso rápido y suculentos beneficios económicos.


Obesidad en Honduras

La cantidad de hondureños con sobrepeso y obesidad se ha incrementado drásticamente en

los últimos años , según el último perfil nutricional en Honduras detallado en el reporte

global nutricional. Según el documento reporta en el territorio hondureno el 52% de la

población sufre de sobrepeso y el 20% obesidad,siendo las mujeres más afectadas con

problemas de sobrepeso y obesidad.

El reporte global de nutrición revela que el 58% del total de las mujeres hondureñas tienen

sobrepeso , los datos de obesidad marcan mucho más esta tendencia entre géneros ya que

26% de las mujeres en el país son obesas , pero en los hombres sólo alcanza el 13% de las

cifras.
Bibliografia

“En Honduras el 52% tiene sobrepeso y 20% obesidad - Diario La Prensa.” LaPrensa.hn, 19

September 2015, https://www.laprensa.hn/honduras/en-honduras-el-52-tiene-sobrepeso-y-20-

obesidad-ODLP881960#image-1. Accessed 29 January 2023.

García Milian, Ana Julia, and Eduardo David Creus García. “La obesidad como factor

de riesgo, sus determinantes y tratamiento.” SciELO Cuba, 4 Julio 2016,

http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0864-21252016000300011.

Accessed 29 January 2023.

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