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IVÁN MAURICIO LENIS GÓMEZ

Magistrado ponente

SL305-2022
Radicación n.° 84972
Acta 1

Bogotá, D. C., diecinueve (19) de enero de dos mil


veintidós (2022).

La Corte decide el recurso de casación que JAIRO


ROJAS ACUÑA interpuso contra la sentencia que la Sala
Laboral del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá
profirió el 4 de septiembre de 2018, en el proceso ordinario
laboral que la SOCIEDAD DE DESARROLLO
AGROPECUARIO S.A. -FIDUAGRARIA S.A.- y la
SOCIEDAD FIDUCIARIA POPULAR S.A CONSORCIO DE
REMANENTES TELECOM, integrantes del CONSORCIO DE
REMANENTES TELECOM, que actúa como administrador y
vocero del PATRIMONIO AUTÓNOMO DE REMANENTES
DE TELECOM Y TELEASOCIADAS EN LIQUIDACIÓN –PAR
TELECOM-, promueven contra el recurrente.

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I. ANTECEDENTES

Los accionantes solicitaron que se declare que el


demandado está obligado a reintegrar al PAR Telecom la
suma de $279.467.533 en virtud de la decisión que adoptó
la Corte Constitucional a través de sentencia SU-377-2014;
asimismo, requirió el pago de intereses moratorios desde el
12 de junio de 2014 y de las costas del proceso.

En respaldo de sus aspiraciones, señalaron que Jairo


Rojas Acuña fue trabajador oficial de la Empresa Nacional de
Telecomunicaciones –Telecom-, hoy liquidada, y luego de su
retiro instauró acción de tutela contra el PAR Telecom a fin
de obtener su inclusión en el Plan de Pensión Anticipada.

Agregaron que dicho asunto se tramitó ante el Juez


Primero Municipal de Lorica, quien mediante sentencia de 1°.
de septiembre de 2009 ordenó a la accionada incluirlo en el
citado plan y cancelarle las mesadas pensionales causadas
desde la fecha de su desvinculación; y que tal decisión fue
confirmada por el Juez Promiscuo de Familia de la misma
ciudad, a través de providencia de 5 de octubre de 2009.

Refirieron que el PAR Telecom procedió a dar


cumplimiento al fallo de tutela y por tanto canceló al
demandado los valores que le fueron impuestos; no obstante,
mediante sentencia SU-377-2014 la Corte Constitucional
revocó las citadas providencias y, en su lugar, declaró
improcedente el amparo invocado.

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Por último, afirmaron que el valor pagado al accionado


ascendió a la suma de $279.467.533, cuya causación carece
de sustento jurídico (f.º 2 a 10).

Al dar respuesta a la demanda, el convocado a juicio se


opuso a las pretensiones. En cuanto a los fundamentos
fácticos en que se soporta, únicamente aceptó los relativos al
trámite de la acción constitucional y las decisiones
adoptadas en virtud del mismo. En cuanto a los demás,
adujo que deben probarse, no constituyen hechos o no le
constan.

En su defensa, argumentó que el dinero que recibió fue


por mandato judicial, esto es, con «justa causa que lo
legitima», y que la decisión de la Corte Constitucional de
revocar las providencias de primera y segunda instancia que
ampararon sus derechos fundamentales se cimentó
únicamente en la ausencia de requisitos de procedibilidad de
la acción constitucional -inmediatez y subsidiariedad-; sin
embargo, no le endilgó mala fe alguna, razón por la cual se
abstuvo de ordenar el reintegro de los dineros cancelados.

Adujo que en este caso no se configuran los


presupuestos para dar lugar a la actio in rem verso; que las
demandantes no la ejercitaron a fin de obtener la declaratoria
del pago como injusto o ilegal, y que no hay lugar a la
estructuración de la figura del enriquecimiento sin causa, en
tanto el desembolso de la suma cuyo reintegro se persigue
obedeció a una «JUSTA CAUSA que lo legitima»; además, que

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no incrementó su patrimonio en la medida en que con dichas


sumas cubrió sus necesidades básicas y las de su familia.

En su defensa, propuso las excepciones de fondo que


denominó: «prevalencia del derecho sustancial sobre el
procesal, ausencia de presupuestos de la acción de
enriquecimiento sin causa -acrecentamiento del patrimonio,
inexistencia de causa que lo legitime, culpa del demandante
por no ejercitar otra vía de derecho- e inexistencia de la
obligación de pretender intereses» (f.º 62 a 66).

II. SENTENCIA DE PRIMERA INSTANCIA

Mediante sentencia de 28 de septiembre de 2017, la


Jueza Treinta y Uno Laboral del Circuito de Bogotá decidió
(f. 210 y 211 y CD 4):

PRIMERO: CONDENAR a la parte demandada (…) a cancelar a la


parte demandante (…) la suma de $279.467.533.

SEGUNDO: CONDENAR a la parte demandada (…) a cancelar a la


parte demandante (…) los $279.467.533 debidamente indexados
conforme a lo siguiente:

1. $4.870.976, a partir del 03 de noviembre del 2009 hasta


el momento del pago total de la obligación.
2. A partir del 30 de noviembre del 2009 $4.870.976 hasta
el pago total de la obligación.
3. A partir del 24 de diciembre del 2009 $10.223.652 hasta
el pago total de la obligación.
4. A partir del 29 de enero del 2010 $4.968.629 hasta el
pago total de la obligación.
5. A partir del 26 de febrero del 2010 $4.968.430 hasta el
pago total de la obligación.
6. A partir del 31 de marzo del 2010 $4.968.330 hasta el
pago total de la obligación.
7. A partir del 3 de mayo del 2010 $4.968.330 hasta el pago
total de la obligación.
8. A partir del 31 de mayo del 2010 $4.968.330 hasta el
pago total de la obligación.

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9. A partir del 25 de septiembre del 2009 $234.659.879


hasta el pago total de la obligación.

TERCERO: CONDENAR a la parte demandada al pago de costas y


agencias en derecho en cuantía de medio salario mínimo legal
mensual vigente.

III. SENTENCIA DE SEGUNDA INSTANCIA

Por apelación del demandado, a través de sentencia de


4 de septiembre de 2018, la Sala Laboral del Tribunal
Superior del Distrito Judicial de Bogotá confirmó el fallo de
primer grado e impuso costas al recurrente (f.° 222 y 223 y CD
5).

En lo que interesa al recurso extraordinario, el ad quem


consideró que no fue materia de controversia en el proceso
que: (i) el PAR Telecom incluyó al demandado en el Plan de
Pensión Anticipada y realizó el pago de mesadas por valor de
$279.467.533, con ocasión a la sentencia de tutela de 1°. de
septiembre de 2009, confirmada a través de providencia de 5
de octubre del mismo año, que dictaron los jueces Primero
Municipal y Promiscuo de Familia de Lorica, en primera y
segunda instancia, respectivamente, y (ii) que la Corte
Constitucional revocó tales decisiones mediante sentencia
SU-377-2014, providencia que, posteriormente, fue aclarada
a través de auto 503 de 22 de octubre de 2015.

Adujo que al revocar las sentencias de tutela que


ampararon los derechos fundamentales del hoy demandado,
la Corte Constitucional eliminó el fundamento de la
obligación, y que, al no existir cimiento legal para continuar

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con el reconocimiento de esa prestación, habilitó al PAR


Telecom «para buscar la devolución de los dineros pagados sin
causa legítima», tal como da cuenta el citado auto aclaratorio
que transcribió en parte.

En esa dirección, explicó que si bien en sentencia SU-


377-2014 el órgano de cierre de la jurisdicción constitucional
no analizó de fondo el asunto materia de la precitada acción
de tutela, ni ordenó la devolución de algún emolumento, lo
cierto es que el reintegro de los valores percibidos por el
demandado debe materializarse como resultado de la
revocatoria del reconocimiento pensional, pues esta
circunstancia torna ilegal el pago de las mesadas, toda vez
que aquel no demostró que le asiste derecho a recibir la
prestación y a ser considerado tenedor de buena fe de las
sumas entregadas.

Asimismo, destacó que es «infructuoso» referirse al


eventual derecho pensional que pueda corresponderle al
demandado, toda vez que en el asunto se demostró su
enriquecimiento sin causa, circunstancia que, por demás,
habilita la devolución de los dineros recibidos, debidamente
indexados. Esto último, a consecuencia de la pérdida del
poder adquisitivo durante el tiempo que aquellos
permanecieron en dominio del convocado a juicio.

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IV. RECURSO DE CASACIÓN

El recurso extraordinario lo interpuso el demandado, lo


concedió el Tribunal y lo admitió la Corte Suprema de
Justicia.

V. ALCANCE DE LA IMPUGNACIÓN

El recurrente pretende que la Corte case totalmente la


sentencia impugnada, para que, en sede de instancia,
revoque el fallo del a quo y, en su lugar, lo absuelva de todas
las pretensiones de la demanda.

Con tal propósito, por la causal primera de casación,


formula tres cargos, que fueron objeto de réplica conjunta, y
que la Sala resolverá simultáneamente porque persiguen
idéntico fin.

VI. CARGO PRIMERO

Acusa a la sentencia impugnada de trasgredir «por


infracción directa, por falta de aplicación [del] artículo 19 del
Código Procesal del Trabajo (sic) y de la Seguridad Social, con
referencia a los arts. 4, 29, 243 de la Constitución Política y
arts. 21 y 23 Decreto 2067 de 1991».

Para sustentar el cargo, afirma que el artículo 19 del


Código Sustantivo del Trabajo establece que a falta de norma
aplicable para decidir un asunto debe acudirse a la
jurisprudencia; así, considera que el Tribunal debió aplicar

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tal disposición, toda vez que este asunto se fundamentó en


el enriquecimiento sin causa, tema que no está regulado en
materia laboral.

En esa perspectiva, afirma que la jurisprudencia de esta


Sala ha definido los requisitos y elementos de la actio in rem
verso y que, no obstante, el juez de segundo grado omitió
emplearla en su decisión, lo que condujo a confirmar la
sentencia condenatoria de primera instancia. En apoyo,
reproduce un aparte de la providencia que identifica como
«Sent, de Cas. De 18 de julio de 2005, Exp. No. 1999-0335-
01».

Agrega que si se hubiese aplicado correctamente la


norma denunciada también se habría tenido en cuenta el
desarrollo jurisprudencial de la acción de enriquecimiento
sin justa causa y el ad quem habría negado las pretensiones
de la demanda.

VII. CARGO SEGUNDO

Afirma que el Tribunal vulneró la ley sustancial «por


falta de aplicación de los artículos 243 de la Constitución
Nacional y artículos 21 y 23 del Decreto 2067 de 1991».

En la demostración del cargo, expone que las normas


acusadas imponen a todas las autoridades del Estado,
incluidos los jueces, el respeto a la integridad de la
Constitución y su supremacía sobre todas las leyes, así como

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el deber de acatar los fallos de la Corte Constitucional. En


sustento, cita la sentencia CC T-009-2019.

Así, asevera que el Colegiado de instancia debió


considerar los preceptos que acusa como vulnerados y, en tal
virtud, aplicar a su situación lo decidido en sentencia CC T-
214-2018 que resolvió un asunto similar y en la que -afirma-
se aclaró lo dispuesto en la SU-377-2014, en lo relativo a la
devolución de dineros pagados en cumplimiento de las
decisiones de tutela que la Corte Constitucional revoca en
sede de revisión.

VIII. CARGO TERCERO

Acusa a la providencia del ad quem de trasgredir la ley


sustancial «por infracción indirecta [de los] Artículos 4, 25 y
83 de la Constitución Política, artículo 9 C.S.T. artículos 1603
y 2319 C.C.».

Aduce que dicha infracción se originó a causa de


«errores de hecho, manifiesto y evidentes» que cometió el ad
quem al dar por probado, sin estarlo, que actuó de mala fe,
pese a que en el expediente no obra prueba de ello y en la
sentencia SU-377-2014 la Corte Constitucional concluyó que
las actuaciones de los entonces accionantes no se
enmarcaron en la mala fe.

Refiere que el ad quem erró «al suponer» que no era


beneficiario del Plan de Pensión Anticipada, pues, aunque la
mencionada providencia revocó las sentencias de instancia

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que otorgaron su derecho, ello obedeció únicamente a la


ausencia de un requisito de procedibilidad de la acción de
tutela -inmediatez-, mas no al examen de fondo sobre la
procedencia de dicha prestación pensional.

Así, concluye que el Tribunal no realizó «un análisis del


material probatorio», lo que generó la confirmación del fallo
del juez de primer grado.

IX. RÉPLICA DEL DEMANDANTE

Al oponerse a la prosperidad de los cargos, el replicante


manifiesta que la demanda de casación adolece de
deficiencias técnicas insuperables.

Ello, por cuanto en los dos primeros ataques el


recurrente no expone argumentos dirigidos a acreditar el
yerro jurídico del Tribunal, además de acusar la infracción
directa de normas que sí fueron soporte de la decisión
impugnada; y, en el tercero, que dirigió por la vía indirecta,
no expuso los eventuales errores de hecho ni cómo estos se
originaron.

Aunado, refiere que el Tribunal cimentó su decisión en


el hecho que, en sede de revisión, la Corte Constitucional
revocó las providencias de tutela que ordenaron el
reconocimiento y pago de la pensión del demandado y, no
obstante, este no controvirtió tal argumentación. En tal
sentido, insiste, la sentencia cuestionada debe mantenerse

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incólume.

Señala que el impugnante omitió identificar los


supuestos yerros jurídicos y fácticos en que incurrió el ad
quem, pues se limitó a transcribir decisiones judiciales sin
explicar la trascendencia y uso práctico de las mismas en la
resolución del asunto y omitió enlistar los medios de prueba
calificados en casación, cuyo análisis objetivo permitiera
arribar a los desaciertos del fallo recurrido.

Por último, cuestiona que el demandado no precisó el


precepto sustancial de alcance nacional que establece el
derecho que reclama.

X. CONSIDERACIONES

En cuanto a los reparos que expone la oposición, la Sala


no desconoce que la demanda de casación tiene
imprecisiones y no desarrolla a cabalidad todos los temas que
propone; no obstante, (i) las acusaciones incorporan una
proposición jurídica identificable, (ii) en aquellas dirigidas
por la senda de puro derecho el recurrente basa su discusión
en torno a la aplicación de instituciones jurídicas como la
actio in rem verso y la fuerza vinculante de las sentencias de
tutela, y (iii) la discusión por la vía fáctica contiene un error
de hecho identificable, enuncia la pieza procesal en la que
sustenta el reparo e incorpora un análisis relativo a su
ejercicio apreciativo. Ello impone a la Sala el deber de dar
respuesta a los planteamientos que propone la censura.

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Claro lo anterior, en el sub lite no se discute que: (i) el


demandado instauró acción de tutela contra el PAR Telecom
a fin de obtener su inclusión en el Plan de Pensión
Anticipada; (ii) el juez constitucional de primer grado accedió
al amparo invocado a través de sentencia de 1.° de
septiembre de 2009, confirmada en segunda instancia del
siguiente 5 de octubre; (iii) para dar cumplimiento a lo
ordenado, el entonces accionado pagó al demandado la suma
de $279.467.533, por concepto de mesadas pensionales, y
(iv) mediante sentencia SU-377-2014, aclarada en auto 503
de 22 de octubre de 2015, la Corte Constitucional revocó
dichas providencias.

Así, le corresponde a la Sala analizar: (1) si el Tribunal


erró al no examinar «los requisitos y los elementos
estructurales de la Actio in rem verso» al amparo de la
jurisprudencia laboral existente sobre el tema; (2) la fuerza
vinculante de las decisiones de tutela de la Corte
Constitucional, y (3) si el ad quem erró al examinar la
sentencia de unificación y concluir que el demandado actuó
de mala fe y no tiene derecho a percibir la prestación
pensional que reclamó a través de acción constitucional.

Estos temas serán desarrollados en el orden propuesto.

1. Análisis de los elementos de la actio in rem verso

Razón le asiste a la censura al afirmar que en materia


laboral no existe norma expresa que regule la citada acción;
no obstante, no acierta al alegar que cuando un asunto no

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está expresamente regulado en el ordenamiento laboral, el


deber del juez se circunscribe a aplicar la jurisprudencia del
trabajo que se haya ocupado de aquel.

Lo anterior, toda vez que conforme el artículo 230 de la


Constitución Política, «los jueces, en sus providencias, solo
están sometidos al imperio de la ley», y «la equidad, la
jurisprudencia, los principios generales del derecho y la
doctrina son criterios auxiliares de la actividad judicial».

En concordancia con tal norma Superior, los artículos


8.º de la Ley 153 de 1887 -declarado exequible en sentencia CC C-
083-1995-, 19 del Código Sustantivo del Trabajo -que el censor

acusa por infracción directa- y 145 del Código de Procedimiento

del Trabajo y Seguridad Social -en materia procesal- establecen


que en los casos en que no exista norma exactamente
aplicable a un asunto determinado, el juez debe optar por la
aplicación analógica de la ley.

Precisamente, en la citada sentencia de exequibilidad,


la Corte Constitucional estableció que dicho método de
integración jurídica tiene como fundamento el principio de
igualdad y se expresa mediante la aplicación de disposiciones
normativas o principios generales a situaciones que pese a
no tener una regulación expresa, solo difieren de aquellas
que sí lo están en aspectos jurídicamente irrelevantes; es
decir, los que no explican la razón de ser de la norma.

Y, según la doctrina y la jurisprudencia, la analogía


ocurre por vía legis en aquellos casos en los que el juez aplica

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una ley a una situación fáctica no contemplada


explícitamente en aquella, pero esencialmente igual; o por vía
iuris, en los casos en que, a partir de diversas disposiciones
normativas, el operador judicial extrae los principios
generales que las componen y por vía de inducción aplica
dichos preceptos a situaciones no previstas de modo expreso
en una norma determinada (CC C-083-1995).

En esa perspectiva, y en contraste a lo expuesto por el


censor, cuando un asunto que le corresponda resolver al juez
laboral no cuente con una normativa expresa que le sea
aplicable, le corresponderá acudir, en principio, a la
aplicación analógica de la ley.

Ahora, al margen de la anterior precisión, lo cierto es


que el Tribunal fundó su decisión en los efectos jurídicos de
la sentencia CC SU-377-2014, al considerar que esta eliminó
la fuente de la obligación del PAR Telecom de reconocer la
pensión al demandado, en la medida que revocó las
decisiones de los jueces constitucionales de instancias que
así lo ordenaron, y que aun cuando en aquella no se analizó
de fondo el derecho pensional del demandado, a este le
corresponde reintegrar los valores que le pagaron, pues no
demostró que le asistiera derecho a recibir la prestación.

Con fundamento en lo anterior concluyó que el


accionado «se enriqueció sin justa causa».

Pues bien, para la Sala, esta última mención del


Tribunal significó la aplicación de un principio general del

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derecho, según el cual nadie puede incrementar su


patrimonio sin razón justificada en detrimento de otro.

Así, el juez de segundo grado no se ocupó de analizar


los elementos constitutivos de la actio in rem verso, entendida
como aquel remedio judicial que el ordenamiento jurídico
prevé, en materia civil y comercial, como conducente para
obtener la restitución o compensación de aquello que
disminuyó, sin causa justa, el haber financiero de un sujeto
en favor de otro; luego, obviamente tampoco realizó un
examen desprevenido de los mismos como lo sugiere el
recurrente.

Y es que el Derecho es, ante todo, razonamiento lógico,


de ahí que sea entendible que el Tribunal arribara a aquella
conclusión -que el demandado se enriqueció sin justa causa-, luego
de referirse a las consecuencias y efectos de la revocatoria de
una decisión de tutela por parte de la Corte Constitucional,
materia esta última que, además, ha sido objeto de análisis
por esta Corporación.

En efecto, en sentencia CSJ SL8211-2016, que


rememoró la CSJ SL, 8 feb. 2011, rad. 36864, y se reiteró en
la CSJ SL 1893-2020, esta Sala consideró sobre el particular:

(…) La conclusión del Tribunal sobre el efecto de la revocatoria de


una sentencia que decide una acción de tutela también se obtiene,
con claridad, de la regla procesal, de carácter general, prevista,
para los trámites de tutela, en el artículo 7 del Decreto 306 de
1992, reglamentario del 2151 de 1991, aplicable en el caso de
acciones dirigidas contra particulares, precepto que si bien no fue
considerado expresamente por ese fallador, contiene una regla que
acogió y a la cual la censura no se refiere. Tal disposición es del

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siguiente tenor literal:

“De los efectos de las decisiones de revisión de la Corte


Constitucional y de las decisiones sobre las impugnaciones
de fallos de tutela. Cuando el juez que conozca de la
impugnación o la Corte Constitucional al decidir una
revisión, revoque el fallo de tutela que haya ordenado
realizar una conducta, quedarán sin efecto dicha
providencia y la actuación que haya realizado la autoridad
administrativa en cumplimiento del fallo respectivo.”

De esta norma fuerza colegir que las medidas que se


hayan tomado en cumplimiento del fallo de tutela
revocado quedan sin efecto. Aunque se refiere a la
autoridad administrativa, como se dijo con antelación, esa
disposición, razonablemente interpretada, puede
extenderse respecto de los particulares. Por lo tanto, no cabe
duda de que cuando una sentencia de tutela dictada en
primera instancia es revocada, deja de producir efectos
jurídicos, por ser esa la consecuencia natural y obvia de la
derogatoria. Así también lo ha entendido la Corte
Constitucional, fallo de tutela de radicación T-068-95 de 22
de febrero de 1995:

“De lo anterior se concluye que, si bien un fallo de tutela en


primera instancia puede ser recurrido por cualquiera de las
partes dentro de los términos establecidos por la ley, su
cumplimiento por éstas es obligatorio mientras se surte la
segunda instancia, la cual, de confirmarlo, dejará en firme
la actuación del a-quo, pero en caso de revocarlo, dejará sin
efectos totales o parciales el fallo objeto de apelación, y
producirá otros, los cuales las partes deberán acatar. Si bien
esta circunstancia no modifica para nada las decisiones de
tutela objeto de revisión en el presente caso, se debe
prevenir al Juez de primera instancia para que en el futuro
decida con base en lo preceptuado por la citada disposición”.

Si bien es cierto es posible que en la providencia mediante


la cual se revoca la de primera instancia, se tomen algunas
otras determinaciones, que deberán ser cumplidas, la falta
de un pronunciamiento sobre ellas no puede ser suplida por
otra autoridad judicial (salvo por la Corte Constitucional, al
revisar las decisiones sometidas a su consideración), de
suerte que la revocación de la providencia producirá
como lógica consecuencia que no siga produciendo
efectos y que las medidas adoptadas en ella pierdan
toda eficacia (negrilla fuera del texto original).

En síntesis, el Tribunal no se ocupó de estudiar los


elementos que configuran la actio in rem verso, razón por la

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cual no puede acusársele de un error que no cometió -


analizarlos sin verificar la jurisprudencia laboral existente sobre el
tema-, menos aun cuando, se reitera, el criterio que asumió

en cuanto a la pérdida de efectos jurídicos de las providencias


de tutela revocadas en sede de revisión por la Corte
Constitucional coincide con el criterio que sobre el tema ha
desarrollado esta Sala.

Ahora, si el recurrente consideraba que el ad quem


debía analizar la primera de las cuestiones en mención, le
correspondía agotar los remedios establecidos en la
legislación procesal para obtener un pronunciamiento de
fondo -solicitud de adición de la sentencia-.

2. La fuerza vinculante del precedente


jurisprudencial

Tal como lo puntualizó esta Sala en sentencias CSJ SL


1938-2020 y CSJ SL2547-2020, la Corte Constitucional ha
definido el precedente judicial como el conjunto de
sentencias previas al caso que habrá de resolverse, y que, por
su pertinencia para la decisión del mismo, debe considerar
un juez o una autoridad determinada al momento de dictar
sentencia.

Asimismo, ha precisado que su precedente tiene fuerza


vinculante puesto que la jurisprudencia es fuente formal del
derecho, y la hermenéutica que elaboran las autoridades
judiciales que poseen la facultad de unificarla y otorgar
comprensiones a normas superiores contribuye a determinar

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el alcance de disposiciones jurídicas y a desarrollar


principios básicos del Estado Constitucional, como el de
seguridad jurídica; además, permite materializar los
principios de la igualdad, supremacía de la Carta Política,
debido proceso y confianza legítima (C-539-2011).

No obstante, ha diferenciado entre (i) providencias


derivadas del control abstracto de constitucionalidad; es
decir, aquellas que determinan el contenido y alcance de la
normativa superior y (ii) del precedente en vigor; esto es, el
que proviene de las decisiones de acciones de tutela.

El primero tiene fuerza vinculante especial y obligatoria


en razón de sus efectos erga omnes y su desconocimiento
significa una trasgresión a las disposiciones de la
Constitución Política (C-083-1995, C836-2001, C-335-2008 y C-
539-2011); mientras que el segundo, aunque también tiene

fuerza vinculante -como expresión de garantía del principio de


igualdad-, le permite al juez apartarse de sus postulados

siempre que cumpla con el deber de trasparencia y


argumentación suficiente; ello, debido a los efectos inter
partes que produce la jurisprudencia en estos casos (SU-611-
2017).

En esa línea de pensamiento y teniendo en cuenta que


los principios constitucionales no son absolutos y que su
aplicación debe ser proporcional –a fin de no quebrantar otros
bienes jurídicos superiores valiosos para los individuos y la sociedad-,

la Sala considera que el criterio expuesto en la sentencia CC


T-214-2018 no coincide con el que el recurrente pretende

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darle para ser aplicado a su situación, tal como se expone a


continuación.

Para contextualizar: en la sentencia SU-377-2014, la


Corte Constitucional resolvió 609 acciones de tutela que ex
empleados de Telecom presentaron contra el PAR de dicha
entidad, a fin de obtener el amparo de sus derechos
fundamentales. Para tal efecto, la Corte separó los asuntos
en tres grupos: (i) quienes reclamaban la aplicación del Plan
de Pensión Anticipada que Telecom ofreció a sus
trabajadores -entre quienes se encontraba el hoy demandado-, (ii)
los actores que invocaban garantías de fuero sindical, y (iii)
los accionantes que pretendían beneficiarse del retén social.

Al aplicar el test de procedencia, la Corte concluyó que


varias de las acciones constitucionales objeto de revisión
eran improcedentes por: (i) falta de legitimación en la causa,
(ii) demostrarse que los accionantes actuaron de mala fe, (iii)
no acreditarse el principio de subsidiariedad, y (iv) no
verificarse el cumplimiento del requisito de inmediatez.

En este último grupo se enlistó el asunto de Jairo Rojas


Acuña y fue así como la Corte Constitucional revocó las
sentencias de tutela de primera y segunda instancia que en
su momento le reconocieron el derecho pensional.

Posteriormente, el PAR Telecom solicitó la aclaración y


adición de la Sentencia SU-377-2014. En relación con las
acciones que la Corte Constitucional declaró improcedentes,
dicha entidad pretendió que se adicionara la parte resolutiva

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con una orden dirigida a la restitución de los montos pagados


en cumplimiento de las decisiones de instancia que revocó.

Mediante auto 503 de 2015, el Colegiado Constitucional


negó tal petición de aclaración tras considerar:

El hecho de que el PAR hubiere cancelado sumas de dinero a favor


de algunos peticionarios en cumplimiento de las sentencias de
instancia, a pesar de que las mismas eran objeto de revisión por
la Corte, no impacta la resolución a los problemas jurídicos que se
plantearon, ni tampoco significa que se omitió resolver algunos de
los extremos de la litis. La Sala Plena no dispuso la restitución de
dineros a favor del PAR de TELECOM, porque dicha entidad puede
hacer uso de los instrumentos legales que tiene a su disposición
para lograr la devolución de lo pagado con fundamento en el
principio del enriquecimiento sin causa, en tanto la fuente de la
obligación desapareció. Bastaba con revocar todas las órdenes
de las sentencias de instancia para entender que los pagos
efectuados en virtud de las mismas carecen de justificación
legal y constitucional, por lo que la restitución de las cosas
al estado inicial debe procurarse mediante los mecanismos
dispuestos en el ordenamiento jurídico para ello (…)
(resaltado fuera del texto original).

Ahora, la sentencia T-214-2018 se profirió como


resultado de la acción constitucional que el PAR Telecom
presentó contra el Juzgado Laboral del Circuito de Sevilla,
con ocasión del fallo absolutorio que emitió el 25 de abril de
2017 en el proceso ordinario laboral de única instancia que
dicho ente promovió contra César Olmedo Triana Quiroz, y
en el que pretendió obtener la devolución de los dineros que
le pagó en cumplimiento de un fallo de tutela que,
posteriormente, fue objeto de revocatoria en la pluricitada
sentencia SU-377-2014.

Para denegar la protección constitucional, el máximo


órgano de cierre de tal jurisdicción consideró que, en ese

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preciso asunto, la decisión del juez natural de no ordenar el


rembolso de las sumas pretendidas era razonable conforme
a los principios de buena fe y confianza legítima, en la medida
que en el juicio ordinario el demandante PAR Telecom no
demostró la existencia de un enriquecimiento sin causa del
demandado.

Así, es evidente que tal análisis constitucional no


condicionó ni limitó la autonomía del juez laboral para
adoptar la decisión que corresponda en cada proceso que
sobre el particular se adelante y de conformidad con la
valoración de las pruebas allegadas al mismo.

De hecho, en tal decisión, la Corte Constitucional


reiteró que si bien la sentencia SU-337-2014 y el auto 503 de
2015 no reconocieron un derecho económico en favor del PAR
Telecom ni constituyen un título jurídico que le permitiera
solicitar de manera directa la devolución de lo pagado a los
tutelantes, lo cierto es que, para tal efecto, dicha entidad
puede hacer uso de los mecanismos judiciales que tenga a
su alcance para «procurar» la restitución de tales dineros con
«fundamento en el principio del enriquecimiento sin causa».

En resumen, la acusación que formula el censor se


estructura a partir de una lectura que no surge de lo resuelto
por la Corte Constitucional en la sentencia T-214-2018, pues
al analizar el puntual caso que en esa oportunidad le fue
puesto en conocimiento, dejó a salvo la posibilidad que el juez
natural, en el marco de un proceso ordinario, pueda adoptar
una decisión diferente conforme se concluya de las pruebas

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que alleguen las partes y analice; y en caso de evidenciar que


se vulneró el principio de enriquecimiento sin justa causa,
habrá lugar a la restitución de lo pagado en exceso, situación
que precisamente fue la que tuvo lugar en ese asunto.

En efecto, recuérdese que, luego de analizar la


sentencia SU-337-2014, el Tribunal concluyó que en el sub
lite el demandando se «enriqueció sin justa causa», conclusión
fáctica que no fue controvertida por el censor.
Esencialmente, ese es el presupuesto que difiere del asunto
ordinario que la Corte Constitucional analizó en sentencia T-
214-2018, pues en aquel el juez laboral no lo encontró
acreditado.

En tal sentido, el Tribunal no incurrió en el error


relativo a la inobservancia del precedente jurisprudencial que
se le endilga.

3. Examen de la sentencia SU-337-2014

La Sala advierte de entrada que no le asiste razón al


recurrente en el reparo que erige contra el Tribunal, relativo
a que, de haber apreciado correctamente la sentencia SU-
377-2014, habría concluido que, en dicha decisión, la Corte
Constitucional no analizó lo relativo a su derecho pensional
y determinó que las actuaciones de los entonces accionantes
no se enmarcaron en la mala fe.

En efecto, el ad quem no solo analizó correctamente el


contenido de la citada providencia al recalcar que esta no se

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ocupó del «fondo» de la acción constitucional, sino que,


además, calificó de «infructuoso» referirse al derecho
pensional del hoy demandado.

Y es que, conforme a la controversia que le fue


planteada, se insiste, el fundamento central de la sentencia
del ad quem fue la pérdida de efecto jurídico de las decisiones
de tutela que ordenaron beneficiar del Plan de Pensión
Anticipada al convocado a juicio, circunstancia que lo llevó a
concluir que aquel debía reintegrar los valores percibidos por
tal concepto, pues no demostró que le asistía el derecho
prestacional o que fuera tenedor de buena fe.

De suerte que esa conclusión, por demás acertada, no


puede asimilarse a un análisis puntual de la situación
pensional del demandado, máxime cuando el Tribunal no
estaba facultado para el efecto, toda vez que ese preciso
aspecto no constituyó el objeto inicial de este litigio -obtener
el reembolso dinerario a que se ha hecho alusión-, ni tampoco fue

materia de demanda de reconvención por parte del


accionado.

En todo caso, es oportuno resaltar que este asunto


difiere de aquellos que, en sede de acción de revisión, conoce
esta Sala y en los que, con fundamento en el principio de
buena fe, se ha abstenido de ordenar el rembolso de las
sumas sufragadas con ocasión a reconocimientos
pensionales efectuados por las entidades pagadoras motu
proprio o por orden judicial. Sobre el particular en la ya citada
sentencia CSJ SL1893-2020, se puntualizó:

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No sobra advertir que la presente situación difiere ostensiblemente


de otras en las cuales las sumas recibidas, derivadas de
prestaciones periódicas que posteriormente se revisan por esta
Corporación o por el Consejo de Estado por irregularidades en su
generación o por su respaldo legal, la Corte las ha guarecido sobre
el concepto de buena fe, pues en tales oportunidades son el
resultado del reconocimiento de las entidades pagadoras motu
proprio o por orden judicial, con efectos de cosa juzgada relativa,
situación que en modo alguno ocurre en casos como el presente,
dado que las sumas pagadas a la actora lo fueron de manera
forzosa por orden del juez constitucional y por efectos del
cumplimiento inmediato que se debe a esta clase de sentencias, y
se mantuvieron sub júdices o latentes hasta que dicho trámite
procedimental terminó con la revisión efectuada por la Corte
Constitucional, que concluyó en que los actos que les dieron origen,
es decir, las órdenes judiciales ya enunciadas, ‘carecen de toda
eficacia y validez jurídica en el orden constitucional vigente’, de
manera que, en ningún momento cobraron alguna firmeza como
para que se pueda decir que escaparon a la decisión adoptada por
la Corte Constitucional en la revisión de los fallos del amparo
promovido.

Por tanto, en este punto el Tribunal tampoco incurrió


en el error apreciativo que le endilga el recurrente.

En el anterior contexto, los cargos no prosperan.

Las costas en el recurso extraordinario estarán a cargo


del recurrente. Se fijan como agencias en derecho la suma de
cuatro millones cuatrocientos mil pesos ($4.400.000) m/cte.,
que se incluirán en la liquidación que se practique conforme
lo dispuesto en el artículo 366 del Código General del
Proceso.

XI. DECISIÓN

En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de Justicia,


Sala de Casación Laboral, administrando justicia en nombre
de la República y por autoridad de la ley, NO CASA la

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sentencia que la Sala Laboral del Tribunal Superior del


Distrito Judicial de Bogotá profirió el 4 de septiembre de
2018, en el proceso ordinario laboral que la SOCIEDAD DE
DESARROLLO AGROPECUARIO S.A. - FIDUAGRARIA S.A.
y la SOCIEDAD FIDUCIARIA POPULAR S.A., integrantes del
CONSORCIO DE REMANENTES TELECOM, quien actúa
como administrador y vocero del PATRIMONIO AUTÓNOMO
DE REMANENTES DE TELECOM Y TELEASOCIADAS EN
LIQUIDACIÓN –PAR TELECOM-, promovió contra JAIRO
ROJAS ACUÑA.

Costas como se indicó en la parte motiva.

Notifíquese, publíquese, cúmplase y devuélvase el


expediente al Tribunal de origen.

Presidente de la Sala

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No firma por ausencia justificada


JORGE LUIS QUIROZ ALEMÁN

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