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Artículo de revisión

Revisión de dos tipos de adicción : patológica

Juegos de azar y uso de sustancias

Seyed Amir Jazaeri y Mohammad Hussain Bin Habil

ABSTRACTO
El juego, incluido el juego patológico y el juego problemático, ha recibido una mayor atención por parte de médicos e investigadores durante las últimas tres
décadas desde que las oportunidades de juego se expandieron en todo el mundo. Los trastornos del juego afectan entre el 0,2% y el 5,3% de los adultos en
todo el mundo, aunque la medición y la prevalencia varían según los instrumentos y métodos de detección utilizados y la disponibilidad y accesibilidad de las
oportunidades de juego. Se han evaluado favorablemente varios enfoques de tratamiento distintos, como los modelos de tratamiento cognitivo conductual y
breve y las intervenciones farmacológicas. Aunque son prometedores, la terapia familiar y el apoyo de Jugadores Anónimos no cuentan con un respaldo
empírico tan bueno. Los trastornos del juego son altamente comórbidos con otros trastornos de salud mental y por uso de sustancias, y se necesita una mayor
comprensión tanto de las causas como de las implicaciones del tratamiento de este trastorno. Este artículo revisa la definición, las causas y las características
asociadas con el abuso de sustancias, la detección y el diagnóstico, y los enfoques de tratamiento.

Palabras clave: Adicción, juego, consumo de sustancias.

Introducción sirven para fortalecer la comprensión de diversas perspectivas teóricas sobre

Este artículo ofrece una revisión equilibrada de las principales perspectivas
contemporáneas sobre el abuso de sustancias y el juego. Este artículo debería
ser de gran ayuda para el lector en el desarrollo de la base multidisciplinaria
que es exclusiva de los comportamientos adictivos como el juego y el uso y
tratamiento de sustancias. Esperamos que los estudiantes y profesionales en
servicio encuentren la revisión de la teoría y la investigación lo suficientemente
provocativa como para hacerles reconsiderar sus concepciones sobre el juego
y el uso de sustancias. Este documento debería
el comportamiento adictivo, como el juego y el uso de sustancias, para ayudar
a las comunidades y a las personas a abordar estos problemas de manera
efectiva.
DEFINICIONES DE APUESTAS
Wildman[1] sugiere que lo importante que hay que recordar acerca del juego
es que se trata de “un esfuerzo consciente y deliberado de apostar objetos de
valor, generalmente, pero no siempre, moneda, sobre cómo se desarrolla algún
evento”.

También existen actividades “cuasi­apuestas”, como las apuestas por acciones.

Accede a este artículo en línea inversiones en el mercado y en bienes raíces que pueden utilizarse como
Código de Respuesta Rápida oportunidades para apostar y, por lo tanto, deben contabilizarse en cualquier
Sitio web:
estudio sobre la actividad de los juegos de azar. La frecuencia con la que una
www.ijpm.info
persona participa, así como la suma de dinero involucrada, pueden utilizarse
como criterio aproximado para considerar una actividad como "juego". También
DOI: se ha sugerido que, a menos que haya algún tipo de excitación o emoción
10.4103/0253­7176.96147 involucrada en la realización de una actividad, probablemente no se trate de un

juego.

Departamento de Medicina Psicológica, Centro de Ciencias de las Adicciones de la Universidad de Malaya (UMCAS), Facultad de Medicina,
Universidad de Malaya, Kuala Lumpur

Dirección para correspondencia: Dr. Seyed Amir Jazaeri

Departamento de Medicina Psicológica, Centro de Ciencias de las Adicciones de la Universidad de Malaya (UMCAS), Facultad de Medicina, Universidad de Malaya, Kuala
Lumpur. Correo electrónico: amirjazaeri@gmail.com

Revista India de Medicina Psicológica | Enero ­ marzo de 2012 | Volumen 34 | Número 1 5

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Jazaeri y Habil: Comparación del juego y el consumo de sustancias como dos conductas adictivas
Algunas personas, por ejemplo, no consideran que la compra de
billetes de lotería o de rifas con fines benéficos sea un juego de
azar y, sin embargo, existe claramente cierta anticipación o
entusiasmo involucrado en la compra de estos billetes,
independientemente de si se invierte o no una gran cantidad de
dinero o tiempo. en su compra. Una combinación de entusiasmo
y nivel de participación es quizás el mejor medio para determinar
qué es o no juego de azar. Los límites de lo que se considera un
comportamiento de “juego” han dado forma a las definiciones de
juego “problemático” que se utilizan y a cómo se mide el juego
problemático. hombre salvaje[1]
proporcionó un resumen útil de las teorías que explican por qué
la gente juega [Tabla 1]. Todas estas explicaciones se utilizan
para tratar a las personas afectadas por problemas con el juego.
Para quienes creen que el juego fue un comportamiento
importante en la evolución humana, así como para quienes
consideran el juego como un generador de excitación y
estimulación, la escuela de pensamiento biológica sobre el juego
problemático sugiere que existen predisposiciones genéticas
hacia el juego: juego problemático. En particular.
Por lo tanto, se producen cambios químicos mensurables en
alguien que tiene esta predisposición o que desarrolla un
comportamiento problemático con el juego. En estos casos es
necesario tratamiento médico.
Un enfoque más conductual del juego y los problemas con el
juego cree que estos comportamientos se derivan del aprendizaje
social, ya sea como un foco de socialización o como resultado de
un refuerzo. Este enfoque también abarca la personificación de
la suerte y otras formas de pensamiento supersticiosas que a
menudo se ven en personas sociales y afectadas por problemas
con el juego, una manifestación de “ceremonias mágicas o
religiosas primitivas” [Tabla 1]. Los enfoques de tratamiento
cognitivo conductual son el enfoque lógico si el comportamiento
de juego se considera vinculado a entornos específicos o sujeto
a desencadenantes específicos.
Aquellos que ven el juego como un comportamiento racional
podrían ser más propensos a sugerir que los jugadores a) ven
que el juego es estrictamente por diversión, ob) sienten que
pueden obtener ganancias con ello. Los enfoques cognitivo­
conductuales para los problemas de juego también son el medio
de tratamiento más probable para quienes ven el juego como un
comportamiento racional. Enseñar a los jugadores las probabilidades de
Tabla 1: Teorías explicativas del comportamiento de juego
Vestigios de un patrón de comportamiento que tuvo algunas ventajas para la evolución
de la especie[2]
Una continuación de las ceremonias mágicas o religiosas primitivas[3]
Comportamiento moldeado y perpetuado por refuerzo intermitente y otros fenómenos de quienes no los tienen. La literatura sugiere que esto no es cierto.
aprendizaje[4]
Con fines de lucro[5]
El juego como juego[6­8]
Un síntoma de conflicto psicodinámico[9]
Un foco de socialización y un “lubricante social”[10]
Un generador de excitación y estimulación[11]
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Los juegos a menudo cambian su creencia de que el juego puede
ser rentable. Sin embargo, ninguna de las explicaciones del
comportamiento de juego descritas en la tabla anterior proporciona
una justificación adecuada de por qué algunos jugadores
desarrollan problemas de juego. Para ello, debemos adoptar un
enfoque multidimensional. Por ejemplo, Wildman sugiere que
todas estas explicaciones pueden estar presentes, en distintos
grados, en el mismo individuo.
ADICCIÓN AL JUEGO
El juego problemático es la necesidad de jugar a pesar de las
consecuencias negativas dañinas o del deseo de dejar de hacerlo.
Muchos profesionales prefieren el término al juego compulsivo,
ya que pocas personas descritas por el término experimentan
verdaderas compulsiones en el sentido clínico de la palabra. Los
problemas con el juego a menudo se definen por si el jugador u
otros sufren daño, más que por el comportamiento del jugador.
Los problemas graves con el juego pueden diagnosticarse como
juego patológico clínico si el jugador cumple ciertos criterios.
El juego problemático se ha conceptualizado y definido con mayor
frecuencia en el pasado como una adicción o un problema
médico, porque era un marco familiar tanto para los responsables
políticos como para los médicos, y debido a las similitudes
superficiales entre los problemas con el juego y los problemas
con el alcohol y otras drogas. La definición de Rosenthal[12] es
quizás el mejor punto de partida en términos de definir los
problemas de juego, porque es ampliamente aceptada por
psiquiatras, muchos psicólogos y miembros de Jugadores
Anónimos, y también es la base de los criterios del influyente
Manual Diagnóstico y Estadístico para los problemas. juego:
Un trastorno progresivo caracterizado por una pérdida continua o
periódica de control sobre el juego; una preocupación por el
juego y por obtener dinero para jugar; pensamiento irracional; y
una continuación del comportamiento a pesar de las consecuencias
adversas.
Esta definición, al igual que los criterios del Manual diagnóstico y
estadístico de trastornos mentales, cuarta edición (DSM IV), se
basa en el comportamiento y considera el juego como un trastorno
que uno tiene o no tiene. Capta la mayoría de los comportamientos
importantes
su favoritoque se observan en los problemas graves de juego,
pero sólo incluye indirectamente las consecuencias del juego.
Por supuesto, es por las consecuencias que la mayoría de los
jugadores terminan en tratamiento. Además, al llamar al juego un
“trastorno”, la definición sugiere que quienes tienen problemas
con el juego son de alguna manera cualitativa diferentes de
JUEGO PATOLÓGICO
Los casos extremos de problemas con el juego pueden pasar a
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Jazaeri y Habil: Comparación del juego y el consumo de sustancias como dos conductas adictivas
el ámbito de los trastornos mentales. El juego patológico fue
reconocido como un trastorno psiquiátrico en el DSM III, pero los
criterios se reelaboraron significativamente basándose en estudios
a gran escala y métodos estadísticos para el DSM­IV. Según lo
define la Asociación Estadounidense de Psiquiatría, el juego
patológico es un trastorno del control de los impulsos que es una
enfermedad mental crónica y progresiva.
El juego patológico se define ahora como un comportamiento de
juego desadaptativo persistente y recurrente que cumple al menos
cinco de los siguientes criterios, siempre y cuando estos
comportamientos no se expliquen mejor por un episodio maníaco:
1. Preocupación. El sujeto tiene pensamientos frecuentes sobre
experiencias de juego, ya sean pasadas, futuras o de fantasía.
2. Tolerancia. Al igual que con la tolerancia a las drogas, el sujeto
requiere apuestas mayores o más frecuentes para experimentar
la misma “subidón”
3. Retiro. Inquietud o irritabilidad asociada con los intentos de dejar
o reducir el juego.
4. Escapar. El sujeto juega para mejorar el estado de ánimo o
escapar de los problemas.
5. Persiguiendo. El sujeto intenta recuperar el juego.
Pérdidas con más juego.
6. Mentir. El sujeto intenta ocultar el alcance de su juego mintiendo
a familiares, amigos o terapeutas.
7. Pérdida de control. El sujeto ha intentado sin éxito reducir el juego.
8. Actos ilegales. El sujeto ha infringido la ley para obtener dinero
del juego o recuperar pérdidas en el juego.
9. Relación significativa arriesgada. El sujeto juega a pesar de
arriesgar o perder una relación, trabajo u otra oportunidad
importante.
10. Rescate. El sujeto recurre a familiares, amigos u otro tercero en
busca de ayuda financiera como resultado del juego.
11. Bases biológicas. El sujeto tiene una falta de
noradrenalina.
Como ocurre con muchos trastornos, la definición de juego patológico
del DSM­IV está ampliamente aceptada y utilizada como base para
la investigación y la práctica clínica a nivel internacional.
BASES BIOLÓGICAS
Según el Instituto de Illinois para la Recuperación de Adicciones, la
evidencia reciente indica que el juego patológico es una adicción
similar a la adicción química.
Se ha visto que algunos jugadores patológicos tienen niveles más
bajos de noradrenalina que los jugadores normales.
Según un estudio realizado por Alec Roy, MD, anteriormente en el
Instituto Nacional sobre el Abuso de Alcohol
Revista India de Medicina Psicológica | Enero ­ marzo de 2012 | Volumen 34 | Número 1
y Alcoholismo, la norepinefrina se secreta bajo estrés, excitación o
emoción, por lo que los jugadores patológicos juegan para
compensar su dosis baja.
Además de esto, según un informe de la División de Adicciones de
la Escuela de Medicina de Harvard, se construyó un experimento
en el que a los sujetos de prueba se les presentaban situaciones en
las que podían ganar, perder o alcanzar el punto de equilibrio en un
entorno similar a un casino. Las reacciones de los sujetos se
midieron mediante imágenes por resonancia magnética funcional
(fMRI), un dispositivo de imágenes de neuronas similar a la
resonancia magnética (MRI). Y según Hans Breiter, MD, codirector
del Centro de Neurociencia de la Motivación y la Emoción del
Hospital General de Massachusetts, “la recompensa monetaria en
un experimento similar al juego produce una activación cerebral
muy similar a la observada en un adicto a la cocaína que recibe una
infusión de cocaína. .”
Las deficiencias de serotonina también podrían contribuir al
comportamiento compulsivo, incluida la adicción al juego.
RELACIÓN CON OTROS PROBLEMAS
A medida que se acumulan las deudas, la gente recurre a otras
fuentes de dinero, como el robo o la venta de drogas. Gran parte de
esta presión proviene de casas de apuestas o usureros de quienes
la gente depende para obtener capital para apostar. Además, un
adolescente que no recibe tratamiento para el juego patológico
cuando se encuentra en su fase de desesperación es probable que
contemple el suicidio. Un total del 20% de los adolescentes que son
jugadores patológicos consideran el suicidio. Esto según el artículo
High Stakes: Teens Gambling with Their Futures de Laura Paul.
El abuso también es común en hogares donde está presente el
juego patológico. Crecer en una situación así conduce a un
desarrollo emocional inadecuado y a un mayor riesgo de ser víctima
de conductas problemáticas con el juego.
El juego patológico es similar a muchos otros trastornos del control
de los impulsos, como la cleptomanía, la piromanía y la tricotilomanía.
Otras enfermedades mentales que también presentan un trastorno
del control de los impulsos incluyen trastornos mentales como el
trastorno de personalidad antisocial o la esquizofrenia.
PREDOMINIO
Según una variedad de fuentes, la prevalencia (es decir, el alcance
de los casos existentes) de problemas con el juego es del 2 al 3% y
el juego patológico es del 1% en los Estados Unidos, aunque esto
puede variar según el país. Por el contrario, alrededor del 86% de
los estadounidenses ha jugado durante su vida y el 60% juega en
un año determinado. Curiosamente, a pesar del crecimiento
generalizado en la disponibilidad de juegos de azar y el aumento
del juego a lo largo de la vida durante los últimos 25 años, el año
pasado los problemas con el juego se mantuvieron estables.
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Jazaeri y Habil: Comparación del juego y el consumo de sustancias como dos conductas adictivas
Actualmente, hay poca evidencia sobre la incidencia de problemas
con el juego (es decir, casos nuevos).
Las investigaciones disponibles parecen indicar que los problemas
con el juego son una tendencia interna, y que los jugadores con
problemas tenderán a arriesgar dinero en cualquier juego
disponible, en lugar de que un juego en particular disponible
induzca problemas con el juego en individuos que de otro modo
serían “normales”. Sin embargo, las investigaciones también
indican que los jugadores problemáticos tienden a arriesgar dinero
en juegos de ritmo rápido. Por lo tanto, es mucho más probable
que un jugador problemático pierda mucho dinero en el póquer o
en las máquinas tragamonedas, donde las rondas terminan
rápidamente y existe la tentación constante de volver a jugar o
aumentar las apuestas, a diferencia de una lotería estatal donde el
jugador debe esperar hasta el siguiente dibujo para ver resultados.
Los agonistas de la dopamina, en particular el pramipexol
(Mirapex), han sido implicados en el desarrollo del juego compulsivo
y otros patrones de conducta excesivos (p. ej., PMID 16009751).
JUEGOS DE JUEGO Y ABUSO DE SUSTANCIAS:
UNA COMPARACIÓN
Comúnmente se considera que el juego es una adicción, aunque
no se incluye con otras adicciones en el DSM­IV.[13] Al describir
las categorías de diagnóstico de problemas relacionados con el
alcohol y otras drogas, el DSM­IV utiliza el término trastornos
relacionados con sustancias, que incluye, entre otros, el alcohol,
las anfetaminas y la cafeína. Los problemas de juego se denominan
juego patológico, que figura como uno de los seis trastornos
incluidos en los trastornos del control de los impulsos.
El DSM­IV reconoce dos niveles de gravedad en los trastornos
relacionados con sustancias: dependencia de sustancias y abuso
de sustancias. La dependencia de sustancias se distingue del
abuso de sustancias por varios criterios de diagnóstico, siendo la
diferencia más significativa que la presencia de tolerancia y
abstinencia son necesarias para un diagnóstico de dependencia.
Si hay tolerancia y/o retraimiento, no se puede hacer un diagnóstico
de abuso. En comparación, sólo se considera un nivel de gravedad
del problema para el juego: el juego patológico.
Una revisión de los criterios diagnósticos de estos trastornos
sugiere cierta similitud entre ellos. La dependencia de sustancias
se describe como "un patrón desadaptativo de uso de sustancias,
que conduce a un deterioro o malestar clínicamente significativo".
Luego, el DSM­IV detalla siete criterios de diagnóstico, de los
cuales al menos tres deben estar presentes durante un período de
12 meses para justificar un diagnóstico de dependencia de
sustancias. Se utiliza la misma definición para el abuso de
sustancias, y solo es necesario que esté presente un criterio de
diagnóstico durante un período de 12 meses.
8 Revista India de Medicina Psicológica | Enero ­ marzo de 2012 | Volumen 34 | Número 1
para justificar el diagnóstico. Sin embargo, es fundamental señalar
que, aunque la descripción del abuso es la misma que la de la
dependencia, los criterios de diagnóstico son muy diferentes.
En particular, los criterios de tolerancia y retraimiento, que se
incluyen en los criterios de dependencia, están ausentes en los
criterios de diagnóstico de abuso.
El juego patológico se describe como “un comportamiento de juego
desadaptativo persistente y recurrente”, similar a la descripción de
la dependencia y el abuso de sustancias.
Hay 10 criterios diagnósticos, de los cuales deben estar presentes
al menos cinco para justificar un diagnóstico de juego patológico.
Los criterios están redactados en tiempo presente, lo que sugiere
que deben estar presentes en el momento de la entrevista de
diagnóstico para justificar el diagnóstico.
Un examen de los respectivos criterios de diagnóstico indica una
similitud entre los trastornos. Por ejemplo, dos de los criterios para
la dependencia de sustancias son la tolerancia y la abstinencia;
dos conceptos más comúnmente asociados con la ingestión de
una sustancia, como el alcohol u otras drogas. La tolerancia en
relación con la dependencia de sustancias se describe como la
necesidad de cantidades notablemente mayores de la sustancia
para lograr la intoxicación o el efecto deseado. Uno de los criterios
del juego patológico es la necesidad de apostar cantidades cada
vez mayores de dinero para conseguir la emoción deseada. Esto
es bastante similar a la definición de tolerancia.
De manera similar, el concepto de abstinencia, descrito en los
criterios de dependencia de sustancias como “el desarrollo de un
síndrome específico de una sustancia debido al cese o reducción
del consumo de sustancias que ha sido intenso y prolongado”,
también se identifica como criterio de juego patológico. . No se
etiqueta como abstinencia, pero se describe como estar inquieto o
irritable cuando se intenta reducir o dejar de jugar.
Otro criterio para la dependencia de sustancias incluye "un deseo
persistente o esfuerzos infructuosos por reducir o controlar el uso
de sustancias". El juego patológico implica "... esfuerzos repetidos
e infructuosos para controlar, reducir o detener el juego".
Otras similitudes incluyen la presencia de preocupación, compromiso
de actividades sociales, ocupacionales o recreativas y problemas
legales (que no están incluidos en los criterios de dependencia).
Los criterios parten sólo en dos áreas del diagnóstico.
La dependencia de sustancias incluye un criterio que se refiere a
que el uso de la sustancia continúa a pesar de que el individuo
sabe que el uso continuo de la sustancia probablemente resulte
en daños físicos o psicológicos recurrentes.
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Jazaeri y Habil: Comparación del juego y el consumo de sustancias como dos conductas adictivas
problemas. Los criterios para el juego patológico no abordan esta
cuestión. Por otro lado, los criterios para el juego patológico
enfatizan el impacto negativo en familiares y amigos en tres
criterios, mientras que el impacto en otros no se aborda en los
criterios para la dependencia de sustancias.
No está claro por qué el juego patológico se sitúa junto a los
trastornos del control de los impulsos en el DSM­IV, ya que parece
haber más similitudes entre el juego patológico y los trastornos
relacionados con sustancias que entre el juego patológico y los
trastornos del control de los impulsos, al menos en términos de sus
criterios diagnósticos.
En un sentido más general, Marlatt et al. definió la conducta
adictiva como:
Un patrón de hábito repetitivo que aumenta el riesgo de enfermedad
y/o asocia problemas personales y sociales.
Los comportamientos adictivos a menudo se experimentan
subjetivamente como “pérdida de control”: el comportamiento logra
ocurrir a pesar de los intentos voluntarios de abstenerse o moderar el uso.
Estos patrones de hábitos se caracterizan típicamente por una
gratificación inmediata, a menudo acompañada de efectos
retardados y nocivos. Los intentos de cambiar una conducta
adictiva (mediante tratamiento o iniciativa propia) suelen estar
marcados por altas tasas de recaída.[14]
Según la definición de Marlatt, los trastornos del juego y de
sustancias comparten una serie de características de conducta
adictiva, lo que nuevamente sugiere una similitud fenomenológica.
Existen muchas similitudes en términos de cómo se tratan la
dependencia/abuso de sustancias y el juego patológico. Se
encuentran disponibles intervenciones profesionales y de autoayuda
para ambos trastornos. El concepto de relacionar al individuo con
el profesional adecuado o la intervención de autoayuda (o ambas)
parece ser un factor importante para determinar los resultados de
ambos trastornos.
El tratamiento de la dependencia de sustancias depende más de
los servicios residenciales, incluido el tratamiento y la gestión de la puede ser evidente una subestimación del efecto que el consumo
abstinencia, que el juego patológico.
Es probable que las personas con dependencia de sustancias
requieran con mayor frecuencia intervención médica.
Existe una gama similar de modalidades y orientaciones
terapéuticas disponibles para ambos trastornos, incluidas
modalidades individuales, grupales y familiares, así como enfoques
cognitivo­conductuales y psicodinámicos.
El abuso de sustancias y el juego comparten una controversia
común en la planificación del tratamiento: abstinencia versus
reducción del uso/juego como objetivo del tratamiento. La
investigación científica y el argumento ideológico sobre el fondo.
Revista India de Medicina Psicológica | Enero ­ marzo de 2012 | Volumen 34 | Número 1
La dependencia y el abuso están bien documentados. Se han
realizado muchas menos investigaciones sobre la viabilidad de los
objetivos de reducir el juego, pero el argumento ideológico a favor
y en contra de la abstinencia/objetivos reducidos se ha importado
de la literatura sobre abuso de sustancias a la literatura sobre el
juego. Sigue siendo una cuestión polémica en ambos campos.
Se reconoce que ambos trastornos tienen efectos nocivos
potencialmente graves en los miembros de la familia. La literatura
reciente sobre hijos de alcohólicos identifica los problemas de
desarrollo, interpersonales y emocionales involucrados en una
familia donde hay un padre con un problema de dependencia o
abuso de sustancias. Los estudios en hijos de jugadores patológicos
han encontrado un aumento de conductas que amenazan la salud
(como fumar, comer en exceso, abuso de sustancias, juego),
disforia y déficits en el funcionamiento.[15]
Una diferencia significativa entre los dos trastornos es que los
problemas con el juego se reconocen como un trastorno más
cognitivo que la dependencia o el abuso de sustancias. La mayoría
de los investigadores[16] han concluido que los jugadores excesivos
característicamente demuestran distorsiones cognitivas centrales
en sus sistemas de creencias sobre su capacidad para ganar en el
juego. Estas creencias pueden persistir incluso cuando el jugador
continúa perdiendo en el juego.
Es fundamental evaluar las creencias del jugador sobre su
capacidad para ganar. Algunos jugadores también tienen
distorsiones cognitivas no sólo acerca de su capacidad para ganar,
sino también de su necesidad de excitación y una creencia
distorsionada correlativa de que no podrán funcionar sin la
excitación que obtienen del juego. Se requiere terapia cognitiva
para identificar, desafiar y modificar las distorsiones cognitivas, o
es probable una recaída en el juego (porque el jugador cree que
va a ganar si juega). Otras intervenciones pueden ser apropiadas
y efectivas (p. ej., terapia conductual, terapia familiar, entrenamiento
para el control de impulsos, etc.), pero la evaluación y la terapia
cognitivas serán la piedra angular del plan de tratamiento.
El abuso de sustancias puede implicar minimizar el consumo y
tiene en áreas de la vida y en los miembros de la familia.
Sin embargo, estas características suelen interpretarse como
mecanismos de defensa (intentos inconscientes de hacer frente a
lo que se percibe como ataques contra el ego o uno mismo), en
lugar de, como en el caso del juego problemático, distorsiones
cognitivas en el sistema de creencias de uno (interpretar mal los
resultados y las causas). afectar las relaciones involucradas en el
juego.
Otro aspecto de la planificación del tratamiento, y del tratamiento
en el que los dos trastornos varían claramente, es la relación con
la situación financiera del jugador. El tratamiento del juego
patológico suele incluir un enfoque importante
9
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Jazaeri y Habil: Comparación del juego y el consumo de sustancias como dos conductas adictivas
sobre evaluación financiera, que incluye cuestiones como el acceso
al efectivo; control de cheques, control de tarjetas de crédito,
estrategias de resolución de deudas y planificación financiera
(consulte la Sección 5.2, “Las finanzas y el cliente de juegos de azar”).
Una crisis financiera es a menudo el problema que incita a un
jugador a buscar asesoramiento. Debido a que muchos jugadores
están muy endeudados, intentar lidiar con el endeudamiento
volviendo al juego para ganar dinero (una distorsión cognitiva)
puede ser un factor de recaída si su crisis financiera no se aborda
y gestiona adecuadamente.
No es raro, especialmente en las primeras etapas del asesoramiento,
sugerir que el jugador ceda el acceso y el control de los asuntos
financieros a su cónyuge, o a otra persona de confianza, como
medida preventiva.
Impedir o reducir el acceso al dinero (y, por tanto, eliminar los
medios para jugar) se considera una buena práctica.
Los asesores deben sentirse completamente cómodos hablando
con los clientes sobre la administración del dinero, incluidos los
ingresos, el patrimonio neto, los pasivos financieros (tarjetas de
crédito, hipotecas, préstamos) y la elaboración de presupuestos.
Esto requiere no sólo el conocimiento para asesorar al cliente
sobre estos asuntos (o derivarlo), sino también sentirse
psicológicamente cómodo al hacerlo.
Los clientes con problemas de abuso de sustancias también
pueden tener algunas presiones financieras relacionadas con el
costo de su uso, pero el dinero y las cuestiones financieras no
desempeñan un papel central en el plan de tratamiento como lo
hacen en el asesoramiento a los jugadores. Para muchos
consejeros que no están acostumbrados a trabajar con jugadores,
este enfoque puede representar una desviación dramática de la
forma en que normalmente asesoran a clientes que consumen
alcohol y drogas. Aceptar y abordar el papel integral de los asuntos
financieros con los clientes de juegos de azar puede requerir
desarrollo profesional para el consejero en abuso de sustancias.
TRATAMIENTOS DE LA ADICCIÓN AL JUEGO
Cada jugador es único y por eso necesita un programa de
recuperación diseñado específicamente para él o ella. Lo que
funciona para un jugador no necesariamente funcionará para usted.
El paso más importante en el tratamiento es darse cuenta de que
tiene un problema con el juego. Se necesita una fuerza y un coraje
tremendos para reconocer esto, especialmente si ha perdido
mucho dinero y ha tenido relaciones tensas o rotas en el camino.
No te desesperes y no intentes hacerlo solo. Muchos otros han
estado en tu lugar y han podido romper con el hábito.
Jugadores anónimos
Es un programa de recuperación de doce pasos inspirado en
Alcohólicos Anónimos. Una parte clave de un programa de 12
pasos es elegir un patrocinador. Un patrocinador es un ex jugador
que tiene tiempo y experiencia para mantenerse libre de
10
adicción y, a menudo, puede proporcionar orientación y apoyo
invaluables.
Terapia cognitivo­conductual La
terapia cognitivo­conductual (TCC) para los problemas con el juego
se centra en cambiar los comportamientos y pensamientos poco
saludables sobre el juego, como las racionalizaciones y las
creencias falsas. También enseña a los jugadores problemáticos
cómo combatir los impulsos de jugar, lidiar con emociones
incómodas en lugar de escapar a través del juego y resolver
problemas financieros, laborales y de relaciones causados por la
adicción. El objetivo del tratamiento es "reconectar" el cerebro del
adicto pensando en el juego de una manera nueva. También se ha
utilizado una variación de la terapia cognitivo­conductual, llamada
programa de cuatro pasos, en el tratamiento del juego compulsivo.
El objetivo es cambiar tus pensamientos y creencias sobre el juego
en cuatro pasos; reetiquetar, reatribuir, reenfocar y revalorizar.
¿Qué es la terapia cognitivo conductual? La TCC es una forma de
psicoterapia que enfatiza el papel del pensamiento en cómo nos
sentimos y en lo que hacemos. En realidad, existen varios tipos
diferentes de TCC, pero lo que son no es tan importante como lo
que pueden hacer. Cada uno de ellos tiene un límite de tiempo.
Es decir, no duran para siempre. Los pacientes no continúan
asistiendo a sesiones de TCC durante años como lo harían con la
psicoterapia tradicional. En cambio, se llevan a cabo durante un
período de tiempo determinado, normalmente unas 16 sesiones.
La TCC es un proceso colaborativo entre el terapeuta y el paciente.
Se basa en la idea de que nuestros pensamientos causan nuestros
sentimientos y comportamientos, y no personas, lugares y cosas
externas. El beneficio de recibir TCC es que los pacientes/clientes
pueden cambiar la forma en que piensan para sentirse y/o actuar
mejor, incluso si la situación no cambia.
La Tabla 2 describe algunas razones para jugar y ofrece algunas
soluciones para evitar o controlar el juego.
Los jugadores compulsivos y problemáticos a menudo necesitan el
apoyo de sus familiares y amigos para ayudarles en su lucha.
Tabla 2: Algunas razones para apostar y soluciones
Motivo del juego Ejemplos de comportamientos sustitutos
Para brindar Deporte o pasatiempo desafiante, como ciclismo de montaña,
emoción, obtenga una escalada en roca o carreras de Go Kart.
descarga de adrenalina.
Para ser más sociable, Asesoramiento, inscribirse en una clase de oratoria, unirse a un
supera la timidez grupo social
Para adormecer los Terapia, consulta la guía de ayuda para equilibrar tu vida
sentimientos desagradables,
no pensar en los problemas.
Aburrimiento o Encuentre algo que le apasione, como el arte, la música, los
soledad deportes o los libros, y luego busque otros con los mismos
intereses.
Para relajarse después Tan sólo 15 minutos de ejercicio diario pueden aliviar el estrés. O
de un día estresante respiración profunda, meditación o masajes. Las probabilidades
Para resolver siempre están en su contra, por lo que es mucho mejor buscar
problemas de dinero ayuda con las deudas de un asesor de crédito.
Revista India de Medicina Psicológica | Enero ­ marzo de 2012 | Volumen 34 | Número 1
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Jazaeri y Habil: Comparación del juego y el consumo de sustancias como dos conductas adictivas
para dejar de apostar. Pero la decisión de renunciar tiene que ser suya.
Por mucho que lo desees y por más difícil que sea ver los efectos, no
puedes hacer que alguien deje de apostar.
Si un miembro de la familia tiene un problema con el juego, otros
miembros de la familia pueden tener muchas emociones encontradas.
Es posible que intenten encubrir a un ser querido o que dediquen
mucho tiempo y energía a tratar de evitar que juegue. Al mismo tiempo,
podrían estar furiosos con su ser querido por volver a apostar y
cansados de intentar seguir con la farsa. Es posible que el jugador
también haya pedido prestado (o incluso robado) dinero a otros
miembros de la familia sin poder devolverlo. Es posible que haya
vendido posesiones familiares o haya acumulado enormes deudas con
tarjetas de crédito conjuntas. Cuando se enfrenta a las consecuencias
de sus acciones, un jugador puede sufrir una caída aplastante de su
autoestima. Ésta es una de las razones por las que existe una alta tasa
de suicidio entre los jugadores problemáticos.
Cuando alguien tiene un problema de adicción lo mejor es, por
supuesto, que salga él mismo de esa situación. Sin embargo, esto
requiere mucha autodisciplina y motivación por parte del jugador. Si no
puede hacerlo por sí solo, existen varias posibilidades de conseguir
ayuda. Pero también en este caso el éxito del tratamiento depende de
la motivación del jugador para afrontar la adicción.
En primer lugar, existen grupos de autoayuda dirigidos por Gambling
Anonymous (GA). Funcionan más o menos de la misma manera que
los grupos de Alcohol Anónimos (AA).
El pensamiento básico de estos grupos es que usted tiene un problema
de adicción y siempre tendrá un problema de adicción, incluso si nunca
vuelve a beber alcohol o ya no juega. Lo único que puedes hacer es
dejar de jugar porque nunca podrás afrontar los placeres del juego.
Otra posibilidad es la asistencia ambulatoria, por ejemplo, a través de
clínicas para pacientes ambulatorios de hospitales psiquiátricos o
instituciones de adicciones, o a través de clínicas para el abuso de
alcohol y drogas. Al tener conversaciones con el paciente se busca una
solución a sus problemas.
También la reestructuración de la deuda puede ser parte de esta
terapia. En casos más graves es necesario el ingreso a una clínica.
El tratamiento de la adicción al juego se centra principalmente en
ayudar al paciente a dejar de jugar. En este período, el tratamiento va
dirigido a un inventario de los problemas; Se elabora una lista de
deudas y se desarrolla un plan para saldarlas, se hacen acuerdos sobre
quién controla el dinero, se abordan los problemas de relación y se
analizan los problemas subyacentes. En ocasiones, el juego tiene que
ver con la muerte repentina de personas que rodean a la persona,
Revista India de Medicina Psicológica | Enero ­ marzo de 2012 | Volumen 34 | Número 1
negligencia o sentimientos de inferioridad. A veces, dejar de jugar
conduce a graves problemas psicológicos y somáticos. Es preferible
involucrar a la pareja o a los padres durante el tratamiento. Las
personas que rodean al adicto suelen tener esta necesidad. Pueden
desempeñar un papel importante en los acuerdos sobre el control del
dinero, el pago de deudas, etc. El tratamiento dura una media de 6
meses.
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Cómo citar este artículo: Jazaeri SA, Bin Habil MH. Revisión de dos tipos de
adicción: juego patológico y uso de sustancias. Indian J Psychol Med 2012;34:5­11.
Fuente de apoyo: ninguna. Conflicto de intereses: ninguno.
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