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TRABAJO FINAL

Integrantes:
Cervantes Pérez María Fernanda
Nucamendi Guerrero Luz Mariana
Olguín Morales Tania Itzel
Orona Valencia Sergio Eduardo
Sánchez González Noemi
Velázquez Colunga Aislinn

Asesora: Tania Alexandra Soto Gálvez

Universidad Autónoma de Querétaro


Facultad de Psicología
Área Clínica
Campus SJR

Grupo: 5to Semestre de Clínica

FECHA DE ENTREGA
23- JUNIO-2020
Índice

● Análisis semiológico del caso Sybil

A. Semiología del comportamiento


B. Semiología de la actividad psíquica basal actual
C. Semiología de los trastornos de la personalidad

● Ficha de identificación

● Motivo de consulta

● Historia familiar

● Diagnóstico de acuerdo a DSM-V

-Trastornos disociativos
Trastorno de identidad disociativo 300. 14 (F44.81)

-Trastornos relacionados con traumas y factores de estrés.


Trastorno de estrés postraumático. 309. 81 (F43.10)

● Reflexión crítica

● Bibliografía

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● Análisis semiológico del caso Sybil

A. Semiología del comportamiento:

(Primer encuentro) Al entrar a consulta la paciente se mostró asombrada y nerviosa, así


como retraída, la reacción ante la psiquiatra fue positiva. Comenzó la consulta con el
motivo de la misma, en donde se percibe una reacción de confianza y de cooperación, por
la manera en la que se dispuso a asociar libremente, expresando que se encontraba ahí
por demanda de la academia en donde estudia, en las observaciones se arrojó que en
cuestión de la mímica y psicomotricidad es casi nula (amimia), porte correcto, bien
arreglada, prendas homogéneas en color, la forma de hablar es señalada como logorrea a
pesar de mencionar su buena salud, por su estatura y peso, podemos dilucidar que en los
cuidados personales no hay mayor atención, los sueños no se logran recordar e inclusive
no dormía, la falta de apetito. En cuestión a la vida familiar, se observa una actitud de
dependencia (pero conflictiva) con la figura materna, en la actividad socioprofesional
comenta que en un principio era una de las mejores de la clase, pero que posteriormente
el rendimiento decae, como si olvidara todo, de pasar a ser una niña social se comenzó a
alejar de sus compañero a excepción de su mejor amigo Danny Martin.
(Segundo encuentro el 18 de octubre) al iniciar la sesión se le indicó a la paciente que
tomara asiento, ella comentó el cómo se sentía, dice que se sentía nerviosa, inquieta y
ansiosa ante la incertidumbre del reencuentro, después del tiempo de separación del
análisis, nuevamente su porte es correcto, prendas homogéneas en color, en esta ocasión
ya se conocían y apreciaban los cambios que tuvo cada una a lo largo del tiempo, se
retoma el análisis recabando datos de su graduación, su empleo, su profesión en la
terapia artística, y datos familiares como la muerte de su madre, expresando que no había
sido analizada a pesar de que en su tiempo ya se le había sugerido, en cuanto a la
observación se mostró sin emociones, nulo movimiento, con buena disposición para
dialogar.

B. Semiología de la actividad psíquica basal actual

Durante las sesiones de análisis, a partir de las experiencias vivenciales de la paciente se


pudieron detectar diferentes características y episodios concernientes a la actividad
psíquica. Respecto a la claridad, integración del campo de la conciencia, y orientación en
tiempos y espacios; la paciente hace mención de experimentar eventos en su vida que
parecían poco claros, que, aunque estuviera consciente le generaban confusión, pues se
sentía desorientada respecto al tiempo y los lugares donde se encontraba, lo cual la ponía
en un estado de nerviosismo, alerta y ansiedad, ya que no recordaba lo sucedido. Estos
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episodios le ocurrían frecuentemente, durante y en diferentes periodos de tiempo, desde
algunas horas, días e incluso en una ocasión durante dos años en su infancia, a los 9
años de edad, cuando presenció el entierro de su abuela. Inicialmente a estos episodios
se les daba la definición de “ataques de fuga”, que durante el análisis se pudo llegar a la
explicación de que surgían a partir de experiencias o sucesos importantes, que alteraban
emocional y psíquicamente a la paciente.
Respecto a los procesos de memoria de la paciente, principalmente se presentan
Amnesias, efecto de esos “estados de fuga”, quien puede constatar a partir de su propia
experiencia y su relación con las demás personas, por ejemplo: cuando le decían que
hacía cosas que ella no recordaba hacer, que tenía comportamientos inadecuados,
cuando repentinamente aparecía en lugares diferentes de un momento a otro, con objetos
que no reconocía como propios, de igual forma con actividades y comportamientos que
ella no tenía la habilidad o la consciencia de hacer o haber hecho.
En cuestión de un análisis de los Afectos en el caso, podemos entender a todos aquellos
fenómenos afectivos que entran en la experiencia psíquica y sensible de la paciente
(relacionados también con sentimientos vitales, el humor y las emociones). Respecto a los
afectos depresivos presentes en la paciente se pueden mencionar: rasgos de inseguridad,
actitud melancólica, sentimientos de tristeza, miedo, angustia y dolores físicos,
sentimientos de abandono (durante la época que se detuvo su análisis por motivo de una
neumonía y el no haber avisado su madre a la Doctora), inseguridad en el habla
(susurros), sentimientos suicidas y pensamientos constantes de muerte, timidez, fatiga.
Este tipo de afectos se relacionan principalmente a eventos traumáticos o negativos en la
vida de la paciente (pérdida de personas, vejaciones físicas y psicológicas por parte de su
madre, ausencia de su padre), los cuales tenían efecto en las emociones y la vida anímica
de la paciente, ya que debido su condición (respecto a la presencia de sus otras
personalidades) la percepción y el trato de las demás personas hacia la paciente, también
llegaba a afectarla pues no tenían un entendimiento integral de su enfermedad.
Del mismo modo podemos analizar aquellos afectos expansivos, los cuales tienen que ver
con la satisfacción de las necesidades vitales, y están ligadas a fenómenos afectivos
(dicha, placer y esperanza) y pulsionales (deseos libidinales). La paciente (y a través de
otras personalidades) también llegó a presentar: rasgos de seguridad y sofisticación, de
ambición, inteligencia matemática y actitudes de socialización, habilidades artísticas con
la música y la pintura, carácter vivaz y bromista, simpatía, carácter iracundo y eufórico,
alegría. Estos afectos expansivos sobrevienen en muchas ocasiones al presentarse
alguna situación o pensamiento con una fuerte carga emocional en la paciente, como a
manera de respuesta afectiva.

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Respecto a una semiología psicomotora, se pudo observar en la paciente algunos
episodios de crisis que tenían efectos evidentes en su psicomotricidad, a través de
diferentes acciones. La paciente constantemente presentaba crisis nerviosas, agitación,
ataques de ira y carácter destructivo (rompiendo cosas, gritando), ansiedad (llanto, gritos,
susurros), y con acciones impulsivas en numerosas ocasiones pues escapaban del
control de la paciente.

En relación a las cuestiones de razonamiento y de actividades sintéticas de base, había


ocasiones en que la paciente presentaba dificultades de seguir un razonamiento, al
intentar plantear algún problema, idea o recuerdo, sus esquemas temporo espaciales eran
limitados, dependiendo la situación emocional en la que ella estaba, teniendo como
consecuencias alteraciones sintácticas. Uno de los trastornos que más presentaba
(melancolía) entorpecía la energía del pensamiento. En ocasiones la manipulación era su
arma de defensa. Todos estos puntos que derivan desde la comunicación del paciente y
el observador nos permiten el acceso a identificar trastornos más profundos y globales.

Para tratar de englobar aquellos aspectos semiológicos de la actividad psíquica basal, es


muy importante tomar en cuenta las cuestiones de la Percepción directamente de la
paciente, ya que es ella quien las vive y experimenta esa “percepción de la realidad”. En
este caso, resulta de vital importancia por la condición de la paciente, y la presencia de
otras personalidades en ella, por lo cual no podemos tomar a la ligera el aspecto
perceptivo de sus experiencias y vivencias.
La paciente en algunas ocasiones durante sus sesiones o experiencias vivenciales,
presentó eventos perceptivos que pudieran catalogarse como alucinatorias (en las cuales
tenía relación con recuerdos traumáticos de su infancia) o seudo alucinatorias; tanto
psíquicas, como sensoriales, ya que en algunos casos se trataba de cuestiones
imaginarias, representaciones o imágenes mentales. La paciente presentó algunos
episodios de alucinación: auditivas (relacionados con música o voces interiores de
personas de su pasado como su madre), táctiles (como cuando sintió que alguien la
jalaba en el funeral de su abuela) y visuales (con imágenes de su madre) presentes
durante algún episodio traumático o crisis. Al igual que algunos rasgos de automatismo,
respecto a algunas acciones o actividades que parecía que realizaba fuera de su
conciencia.
Algunas de los aspectos aquí descritos, tienen especial relación cuando se trate la
descripción de los trastornos de personalidad

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C. Semiología de los trastornos de la personalidad

Esta semiología se relaciona mucho con la anterior, en el caso de la paciente como tal,
cobró mayor importancia en medida que se iba descubriendo su condición psicológica,
respecto a las múltiples personalidades que presentaba

Era importante constatar un análisis semiológico del comportamiento y de la actividad


psíquica basal, para que el presente no se quedará como un adecuamiento de los
síntomas a un trastorno, de forma precipitada y simple, ya que es muy importante tomar
en cuenta el contexto, la historia, las experiencias, el comportamiento y la personalidad de
la paciente, para tener una mayor compresión del aquejamiento, alteraciones y situación
clínica en este tipo de casos.

En relación a los trastornos de carácter se habla de una invariabilidad e individualidad que


identifica a una persona, sin embargo, el carácter puede ser trascendental ya que no es
constitucional o innato, es algo que construimos y nos va construyendo para ser quienes
somos. En el presente caso, la paciente evidenciaba en distintas ocasiones diferencias en
su carácter que podrían ser catalogados desde: el carácter paranoico (por esos episodios
de ira y acciones destructivas), carácter esquizoide (por ese miedo y aversión al contacto
físico), carácter histérico (por esas actitudes infantiles que mostraba), en sí por trastornos
patológicos del carácter (por esa diversidad en los cambios de hábitos y comportamientos
y de los rasgos del mismo carácter). Pero al conocer su condición, y al llegar al final en su
análisis, al llegar a una integración de su personalidad, se puede hablar de “su carácter” y
no de “caracteres” ya que esta diversidad observada en el paciente era indicador de un
Trastorno, que por consecuencia dio paso al desarrollo de otras personalidades.

Es muy importante para poder analizar la semiología de los conflictos intrapsíquicos (Yo
neurótico) retomar elementos de la historia familiar de la paciente, ya que dentro del
ambiente familiar la relación con sus padres, era por un lado ausente y por otra
demasiado traumática, esto aunado a los propios conflictos intrapsíquicos de los padres
que de alguna forma como antecedentes familiares, desembocaron y tendrían efecto en la
propia personalidad de la paciente. Este tipo de conflictos irían mermando la capacidad de
afrontar experiencias en la paciente, lo cual tendría por efecto el surgimiento de otras
personalidades como mecanismo de defensa, que en sí sería un conflicto concerniente a
la neurosis. Después en cada personalidad se evidenciaron conflictos intrapsíquicos
diversos, cada una con los propios y que aludían a un Yo Neurótico, desde reacciones:
nerviosas, depresivas, histéricas, iracundas, inseguridades, de debilidad física, de fobias,
ideaciones suicidas.
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Las condiciones familiares en las que se desarrolló la paciente, la orillaron a ir formando
estas otras personalidades, personalidades que tendrían su propio carácter y sus propios
conflictos intrapsíquicos. Sin embargo durante un largo tiempo la paciente desconocía
esta condición y los efectos de esta forma de vida fue teniendo efectos en el carácter de
la personalidad central de la paciente, lo cual permite diferenciarlo de otro tipo de
trastornos de la personalidad, o al menos hasta conocer cada una de las personalidades,
ya que, el que la paciente como tal, presente esta diversidad de comportamientos,
actividades y caracteres no es que “la haga encajar” en una diversidad de trastornos
desde un sinnúmero de síntomas para un sinnúmero de diagnósticos, pues sería a priori,
determinarlos exentos de las experiencias y vivencias de la paciente como una
personalidad en principio, integral. Sin embargo, tiene cabida rescatar la diversidad de
características comportamentales, psíquicas, de personalidad y sintomatológicas en una
evaluación diagnóstica y en un diagnóstico diferencial.

Esto nos lleva a revisar la semiología de la Alienación, y es importante la forma en la que


entendemos este concepto de Alienación, no como condición, sino como característica
estrechamente relacionada con el Yo y su relación con el Mundo, con la Realidad. Y no
solo un mundo o realidad física, sino también el mundo humano y psíquico de la persona.
En esta semiología se trata un Yo Psicótico (que es la alienación de la persona) como
aquella inversión de las relaciones del yo en su mundo o realidad.

Es importante hacer mención sobre la forma en la que se manifiesta este Yo Psicótico, o


dicho de otra manera, este delirio, ya que podríamos cuestionar si realmente en la
paciente se manifiesta este tipo de delirios ya que, desde su condición y a su manera,
tanto la paciente como la mayoría de las personalidades buscaba (a través de sus propios
comportamientos) relacionarse de manera efectiva en el mundo y en la realidad con las
demás personas. A saber, este delirio se manifiesta con: ideas delirantes (translocación
de la existencia, megalomanía, ideas de grandeza), ideas de negación del mundo, ideas
de cataclismo, ideas de indignación moral y de culpabilidad, ideas de frustración (celos) e
hipocondriacas, ideas de persecución (físicas, morales). El asunto con este delirio es que
esas ideas tienden a desarrollarse, acrecentarse y a organizar la existencia de manera
total.

Es indudable la inteligencia que presenta la paciente, con relación a eso, para hablar del
sistema intelectual de la persona desde lo patológico (el Yo demencial) el cual se puede
entender como ese sistema basal concerniente a los procesos lógicos, de razonamiento,
operaciones intelectuales y del pensamiento, o “fondo mental”. En el caso de la paciente,

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no presenta como tal una disminución de la eficiencia de sus procesos intelectuales, sin
embargo, si presentaba algunas deficiencias respecto a sus conductas sociales, en
algunos casos también se veían reflejados en sus comportamientos, algunos rasgos de
regresión, sin embargo, como ya hemos mencionado anteriormente, es muy importante
evitar la confusión entre manifestaciones comportamentales, propias de la condición de la
paciente (en cada una de sus personalidades) y manifestaciones de algún trastorno en
este caso del sistema intelectual.

Respecto al patrimonio mental, es interesante su acepción, ya que se refiere al capital


intelectual del sujeto o el núcleo de aquellos procesos de conocimiento razonable que le
dan una estructura lógica al Yo. Esto podría entenderse también, desde la idea de que
estos procesos intelectuales y de razonamiento tienen también influencia en el desarrollo
de un trastorno desde los síntomas demenciales presentes (pérdida de la autocrítica y la
inconsciencia de la enfermedad, desorganización del Yo).

En la paciente, como ya mencionamos, era evidente su capacidad intelectual, y desde la


perspectiva de los síntomas demenciales, la relación podría ser respecto a aspectos
regresivos y a la inconsciencia o mejor dicho a un desconocimiento de su enfermedad,
pero estos aspectos podrían tener explicación conductual y no intelectual, debido a la
naturaleza del trastorno que presentaba la paciente.

A partir de los tres planos fundamentales de las semiologías analizadas (comportamental,


actividades psíquicas actuales y de trastornos a la personalidad) de la vida psíquica se
puede dar cuenta de que la paciente presenta disfuncionalidades, las cuales tenían que
ver mayormente con experiencias traumáticas que con una deficiencia o deterioro
intelectual, estos retrasos se encontraban en su vida afectiva pero esta área dañaba
algunas otras como la social e intelectual por la relación total que existe entre ellas. Este
análisis nos permite vislumbrar un pronóstico y diagnóstico, y realizar un trabajo clínico
más claro, pudiendo afrontar la dificultad que representa la presencia de diversos
síntomas.

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● Ficha de identificación

Elaborada el 18 de Octubre de 1954

Datos generales previo a la diagnosis

Nombre: Shirley Ardell Mason “Sybil Isabel Dorsett”


Edad: 22 Años
Sexo: Femenino
Fecha de nacimiento: 25 de Enero de 1923

Escolaridad Licenciatura en artes

Ocupación Artista

Estado civil Soltera

Religión Católica

Dirección Dodge Center, Minnesota, Estados Unidos

Nombre del padre Willard Dorsett

Nombre de la madre Hattie Dorsett

Peso 32 kg

Estatura 1.62 m

Descripción del Hija única, joven inteligente con coeficiente intelectual de 170, con
sujeto habilidades artísticas como la pintura y la música (piano). Ligero apego
afectivo hacia la abuela paterna, después de la muerte de su abuela sufre
depresión, aislamiento social y comienza a experimentar episodios de
fuga.
A la seis semanas de edad tuvo una enfermedad en los oídos.
Se percibe con una personalidad tímida, dócil, con limitaciones en
establecer relaciones interpersonales, desconfiada, temerosa, tranquila,
amable y con manifestación de diversos lapsus. Creencias religiosas muy
marcadas

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Muestra signos de perturbación emocional, fatiga y temor, ocasionalmente
por la noche.
Problemas visuales.
Represión al mostrar emociones frente a sus progenitores. Diversos
episodios traumáticos infantiles.
Observó el comercio sexual entre sus padres así como el abuso sexual de
su madre hacia un menor de 18 meses.
La identificación se daba con el padre.

● Motivo de consulta
1. Demanda de la universidad en donde estudia por el comportamiento que había
tenido ultimamente, se le dio la sugerencia de tomarse un tiempo, visitar a algún
doctor, hasta sentirse mejor.
2. Síntomas nerviosos que había sufrido desde su niñez
3. Por sucesos en su vida que le resultaban incomprensibles
4. Pérdida de la noción del tiempo, eventos y lugares.

● Historia familiar

Madre

- Proveniente de una familia de 11 integrantes, antes de tener a sybil sufrió cuatro


abortos, tenía ideas contrarias sobre el deseo de tener un bebé, ocultamiento y
secreto durante el embarazo de Sybil, no alimentaba bien a la pequeña y tenía
desacuerdo con el nombre de la niña por lo que la llamaba Peggy. Padecía
esquizofrenia catatónica, con ataques agudos de devoción fanática religiosa,
(abusaba sexualmente, físicamente y psicológicamente de su hija, padecía de
ecolalia, obsesiones). A los primeros meses del nacimiento de su hija, la madre
sufrió una fuerte depresión y ansiedad, dejando a la pequeña al cuidado de una
niñera. Manifestaba acciones fuera de lo moral (defecaba en los jardines de sus
vecinos, como una forma de descargar su ira / se besaba con otras 2 mujeres en
el lago / cuando cuidaba a los hijos de sus vecinos les metia los dedos en sus
genitales, era abiertamente agresiva, siempre conspicua, y claramente cruel).
Padre
- Descuidado/ no protegía a su hija, teniendo la ideología que el cuidado de los
hijos debía ser solo por parte de la madre/ no se daba cuenta de que su hija sufría
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abuso por parte de su esposa y dejó a su hija al cuidado de una persona que él
sabía pero que ignoraba que sufría esquizofrenia. Perfeccionista, adicto al trabajo,
inteligencia superior a la normal, limitaciones y candidez superiores. Arquitecto y
carpintero, hombre intensamente religioso, se adhiere rígidamente a las doctrinas
de su fe fundamentalista. Hombre que trabajaba con cemento y ladrillo, estudiante
universitario más no terminó la universidad por su religión del fin del mundo,
trabajó como sastre, identificación de Willard con su madre, personalidad fuerte no
permitió que Sybil se adelantara un grado por temor a que la llamaran sabionda,
seducción verbal
Abuela paterna
- En ocasiones la abuela se hacía cargo de la paciente y ella se sentía más segura
en los brazos de su abuela, la paciente amaba más a su abuela que a sus padres,
muere de cáncer en la nuca. Cuenta con antecedentes familiares de
enfermedades como el nerviosismo, neurosis, esquizofrenia, úlceras, asma,
personalidades múltiples y psicosis maniaco depresiva.
- El abuelo paterno era agresivo y fanático, provocaba en Sybil ira, miedo y odio,
padeció de sordera.

● Evolución diagnóstica basada en el DSM V.


Trastornos disociativos
- “Se caracterizan por una interrupción o discontinuidad en la integración normal de
la conciencia, la memoria, la identidad propia y subjetiva, la emoción, la
personalidad, la identidad corporal, el control motor y el comportamiento. (...)”.
- La mayoría de estos trastornos aparecen como consecuencias de los traumas.
Trastorno de identidad disociativo
Criterios diagnósticos
- Perturbación de la identidad que se caracteriza por dos o más estados de la
personalidad bien definidos, que se puede describir en algunas culturas como una
experiencia de posesión.
Implica una discontinuidad importante del sentido del yo y del sentido de la
entidad, acompañado de alteraciones relacionadas con el afecto, el
comportamiento, la conciencia, la memoria, la percepción, el conocimiento. y/o el
funcionamiento motor.
- Lapsos recurrentes en la memoria de acontecimientos cotidianos, información
personal y/o sucesos traumáticos incompatibles con el olvido ordinario.
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- Los síntomas causan malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social,
laboral u otras áreas importantes del funcionamiento
- La alteración no es una parte normal de una práctica cultural o religiosa
ampliamente aceptada.
- Los síntomas no se pueden atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia u
otra afección médica.
Características diagnósticas
- Alteraciones del yo y la pérdida de la identidad personal pueden estar
acompañadas por la sensación de que y la pérdida de la entidad personal pueden
estar acompañadas por la sensación de que estas actitudes, emociones y
comportamientos, incluso el propio cuerpo, “no son míos” y /o “no están bajo mi
control”
- La amnesia disociativa se manifiesta en tres formas:
1) Como lagunas en la memoria remota de los acontecimientos vitales
personales
2) Como lapsos de la memoria reciente
3) El descubrimiento de una evidencia de sus acciones diarias y de las tareas
que no recuerdan haber realizado.
- Fugas disociativas, experimenta viajes disociativos frecuentes.
- Normalmente se manifiestan como conductas que aparecen de espíritu, ser
sobrenatural o una persona ajena ha tomado el control.
Características asociadas que apoyan el diagnóstico
- Se presenta una estrecha relación con la depresión, la ansiedad, el abuso de
sustancias, las autolesiones, las convulsiones no epilépticas u otros síntomas
comunes.
- Suelen informar de múltiples tipos de maltrato interpersonal en la infancia y en la
vida adulta.
- Prevalencia
- 12 meses
Factores de riesgo y pronóstico
- Ambientales: Abuso físico y sexual
- Modificadores del curso: Abuso continuo, la retraumatización posterior, como la
comorbilidad con trastornos mentales, una enfermedad grave y el retraso en el
tratamiento adecuado se asocian a un peor diagnóstico.
Riesgo de suicidio

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- El 70% de los pacientes con este trastorno se ha intentado suicidar: son múltiples
los intentos y las conductas autolesivas.
Consecuencias funcionales del trastorno de identidad disociativo
- Comúnmente minimizan el impacto de sus síntomas disociativos y traumáticos.

Justificación y problematización

El trastorno expuesto anteriormente fue identificado en Sibyl puesto que, en el transcurso


de la entrevista se detectó que la paciente tenía momentos en los que menciona no haber
estado presente, pero sin embargo la gente a su alrededor llegaba a comentarle que no
actuara como si no supiera, prueba de ello sucedió en la escuela, en donde al resolver
una multiplicación no pudo ejecutarla de la manera correcta, además de deambular por
las calles sin ser ella consciente de eso, llevar a cabo acciones que en estado de
conciencia, no sería capaz de realizar, aunado a esto la asistencia a sitios de los cuales
ella no tenía conocimiento, existiendo momentos en el que el comportamiento, emociones
y personalidad era distinto a lo “habitual”
La paciente expresa que durante periodos siente no haberlos vivido o que lo ha olvidado,
esto sin padecer una afección médica, sin consumo de una sustancia, que lo justifique. De
igual manera alega que después de la muerte de su abuela pasaron dos años sin recordar
acontecimientos personales.
Al transcurrir el análisis experimenta, lo que su analista denomina “fugas”, denotando que
cada personalidad tenía un temperamento diverso, como depresión, ira, angustia,
timidez. Apareciendo cada uno de ellos como reacción ante el maltratado suscitado en la
infancia. Algo que llamó nuestra atención, fue el intento de suicidio.

Diagnóstico diferencial
Es importante contemplar dentro de la evaluación diagnóstica aquellos trastornos que
tengan relevancia con relación a algunas características sintomatológicas respecto al
caso, sin embargo, no hay que olvidar que el proceso del análisis clínico, así como el
análisis semiológico del mismo, debe ser cuidadoso, minucioso y ético, en las cuestiones
diagnósticas, ya que no podemos precipitarnos al tratar de interpretar y designar
síntomas. En el caso presente, se pudieron observar diversas manifestaciones de
comportamiento, las cuales podrían sugerir ciertos rasgos sintomatológicos, pero,
debemos recordar y reconocer a través del proceso analítico a la persona de forma
integral. Aunado a esto, como comentamos, resulta pertinente incluir algunos trastornos

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dentro del Diferencial, que incluyen algunas (no en su totalidad) características
sintomatológicas que pudieron observarse a lo largo del caso, precisamente para señalar
la perspectiva de una correcta evaluación diagnóstica

- Trastorno depresivo mayor. A menudo se deprimen y sus síntomas parecen


cumplir los criterios de un episodio depresivo mayor. Los individuos que sufren el
trastorno de identidad disociativo a menudo tiene un trastorno de depresión
especificado, tiene una característica importante: el estado de ánimo y las
cogniciones son fluctuantes, puesto que aparecen en algunos estados de la
identidad en otros no.
- Trastorno de estrés postraumático (TEPT). Este diagnóstico diferencial requiere
que el clínico establezca la presencia o ausencia de los síntomas disociativos que
no son característicos del trastorno por estrés agudo o trastorno del trastorno de
estrés postraumático.Manifiesta algunos síntomas disociativos como la amnesia
para algunos aspectos del trauma, flashbacks disociativos, los síntomas de
intrusión y evasión, las alteraciones negativas en la cognición en el estado de
ánimo, y la hiperactividad que ésta centrada en torno a evento traumático.
- Trastorno de personalidad. Presentan identidades que, a menudo, parecen
presentar características graves de trastornos de la personalidad.
- Amnesia disociativa

Trastornos relacionados con traumas y factores de estrés


- Son trastornos en los que la exposición a un evento traumático o estresante
aparece de manera explícita, como un criterio diagnóstico.
- El malestar psicológico tras el suceso traumático o estresante es bastante
variable.
- En algunos casos se presenta miedo y ansiedad
Trastorno de estrés postraumático
Criterios diagnósticos
- Experiencia directa del suceso (s) traumático (s)
- Presencia directa del suceso (s) traumático (s)
- Conocimiento de que el suceso (s) traumático (s) ha ocurrido a un familiar
próximo o a un amigo íntimo. En los casos de amenaza o realidad de muerte de un
familiar o amigo, el suceso(s) ha de haber sido violento o accidental.
- Exposición repetida de o extrema a detalles repulsivos del suceso (s) traumático
(s).

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Presencia de uno o más síntomas de intrusión siguientes asociados traumáticos, que
comienza después del suceso (s) traumático (s):
1. Recuerdos angustiosos recurrentes
2. Sueños angustiosos recurrentes relacionados con el suceso traumático
3. Reacciones disociativas
4. Malestar psicológico intenso o prolongado a exponerse a factores internos o
externos que simbolizan o se parecen a un aspecto del suceso traumático
5. Reacciones fisiológicas intensas a factores internos o externos que simbolizan o
se parecen a un aspecto del suceso traumático
- Evitación persistente de estímulos asociados a suceso traumático, que comienza
tras el suceso traumático, como se pone de manifiesto por una o las dos
características siguientes:
1) Evitación o esfuerzos para evitar recuerdos, pensamientos o sentimientos
angustiosos acerca o estrechamente asociados al suceso traumático .
2) Evitación o esfuerzos para evitar recordatorios externos que despiertan
recuerdos, pensamientos o sentimientos angustiosos acerca o
estrechamente asociados al suceso traumático
- Alteraciones negativas cognitivas y del estado de ánimo asociadas a suceso
traumatico que comienzan o empeoran después de suceso traumático, como se
pone de manifiesto por dos (o más) de las características siguientes:
1. Incapacidad de recordar
2. Creencias o expectativas negativas persistentes y exageradas sobre uno
mismo, los demás o el mundo
3. Percepción distorsionada persistente de la causa o las consecuencias del
suceso traumático
4. Estado emocional negativo persistente
5. Disminución importante del interés o la participación en actividades
significativas
6. Sentimiento de desapego o extrañamiento de los demás
7. Incapacidad persistente de experimentar emociones positivas.
- Alteración importante de la alerta y de actividad asociada al suceso traumático,
que comienzo o empeora después del suceso traumático, como se pone de
manifiesto por dos (o más) de las características siguientes:
1) Comportamiento irritable y arrebatos de furia.
2) Comportamiento imprudente o autodestructivo
3) Hipervigilancia

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4) Respuesta de sobresalto exagerada
5) Problemas de concentración
6) Alteración del sueño
- La duración de la alteración es superior a un mes
- La alteración causa malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social,
laboral u otras áreas importantes del funcionamiento
- La alteración no se puede atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia u otra
afección médica
Características diagnósticas
- Se basa en la reexperimentación del miedo, y pueden predominar los síntomas
emocionales y de comportamiento.
Características asociadas que apoyan el diagnóstico
Puede producir:
- Regresión en el desarrollo
- Pseudoalucinaciones auditivas
- Experiencias sensoriales auditivas de los propios pensamientos en forma de una o
más voces.
Ideación paranoide
- Problemas para regular las emociones o para mantener unas relaciones
interpersonales estables
- Síntomas disociativos.
Factores de riesgo y pronóstico.
- Factores pre traumáticos
Temperamentales. Son los problemas emocionales de infancia entorno a la edad
de 6 años y los trastornos mentales previos
Ambientales. Son un bajo nivel socioeconómico, una educación escasa, la
exposición a un trauma previo la adversidad en la niñez, las características
culturales, una deficiencia de inteligencia, una condición racial- étnica minoritaria y
un historia psiquiátrica familiar.
- Factores pre traumáticos
Ambientales. Son la gravedad del trauma, el peligro vital percibido, las lesiones
personales, la violencia interpersonal.
- Factores postraumáticos
Temperamentales. Son las evaluaciones negativas, las estrategias de
afrontamiento inadecuadas y el desarrollo de estrés agudo.

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Ambientales. Son la posterior exposición a recuerdos molestos repetitivos, a
acontecimientos adversos posteriores y a pérdidas relacionadas con traumas
financieros o de otra índole. El apoyo social es un factor protector que modera el
resultado después de un trauma.
Consecuencias funcionales del trastorno de estrés postraumático
- Niveles alto de de discapacidad social, ocupacional.
- Deterioro del funcionamiento se exhibe a través de los dominios sociales,
interpersonales, del desarrollo, educacionales, de la salud física y ocupacional.

Justificación
El trastorno relacionado con trauma y factores de estrés
La paciente expresa haciendo un recuento muy forzoso pues deseaba evitar estos
recuerdos, llegó a comentar, que en la infancia pasaron situaciones las cuales la dejaron
marcada y al recordarles le causan un excesivo miedo y ansiedad, e inclusive mucha ira,
comentando que despertaba viejos recuerdos y no solucionados terrores, dando lugar a
las personalidades múltiples, las cuales representaban una reacción a múltiples traumas
infantiles que devienen de fuertes shocks a los cuales estuvo expuesta repetidas veces,
sin embargo no mostró emoción alguna y expresó que tuvo disminución en el interés y
participación en algunas actividades, así como el aislamiento pues parecía no conocer a
los demás, durante sus estados de fuga sus allegados como lo era la psiquiatra
comentaba que su comportamiento presentaba alteraciones, causándole malestar en lo
social y laboral

Diagnóstico diferencial.
Al igual que en el trastorno anterior, se presentan los diferenciales para tener una visión
de cómo se fue desarrollando la enfermedad de la paciente

- Trastorno depresivo mayor. Puede o no estar precedida de un evento traumático y


se debería diagnosticar sino existen otros síntomas de TEPT.
- Trastorno de personalidad. La dificultades personales que tuvieron su inicio que se
exacerbaron considerablemente después de la exposición a un evento traumático
indicarían un trastorno por estrés postraumático, en lugar de un trastorno de
personalidad, en el que se considera que tales dificultades son independientes a
de la experiencia traumática.

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- Trastornos disociativos. La amnesia disociativa, el trastorno de identidad
disociativo y trastorno de la despersonalización - desrealización pueden estar o no
precedidos por la exposición a eventos traumáticos o pueden o no producir
conjuntamente los síntomas TEPT

● Reflexión crítica

“El problema de la psiquiatría va a constituir precisamente en construir, en instalar una


prueba o una serie de pruebas tal que pueda responder a la exigencia del diagnóstico
absoluto: una prueba tal que realidad o irrealidad, que inscriba en el campo de la realidad
o descalifique como irreal lo que supuestamente es locura”

M. Foucault 1974

Después de haber analizado el manual diagnóstico y estadístico de los trastornos


mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría (DSM-V) por sus siglas en inglés,
podemos dar cuenta que si bien está dirigido a profesionales de la salud mental, los que
más provecho sacan de esto son los psiquiatras quienes a través del tiempo han tenido
más contras que pros, pues el mero hecho de haberse concebido como una rama de la
ciencia médica cuyo objeto es la enfermedad mental (Foucault,M 1974: 52), el mismo
concepto de enfermedad tiene tantos sesgos ya que conforme avanza el tiempo se le
describe diferente, recordemos que en la antigüedad estos padecimientos eran algo
sobrenatural, un castigo divino hasta convertirse en afección orgánica, misma que hasta
hoy día no ha podido definirse. Foucault (1974) plantea que existen enfermedades del
espíritu, estas son del cuerpo, las cuales consisten en simplemente mostrar síntomas o
síndromes psíquicos, lo que marca la diferencia entre una enfermedad del espíritu y una
enfermedad orgánica es el diagnóstico diferencial, el cual es una serie de enfermedades
que podían juzgarse bajo este diagnóstico.

Desde un comienzo “La psiquiatría ha perseguido dos metas, comprender científicamente


la enfermedad mental y curar a los enfermos” (Porter, R, 2004:175) aquí entramos en
otro dilema que hace percatarnos cómo desde aquí inicia una clasificación pues
hablamos de lo sano y lo enfermo, de lo normal y lo anormal, la etiqueta que se asignan
por medio de los tan nombrados síntomas, de las conductas que salen de lo establecido
por la sociedad, las leyes y lo moral. Este acto hace que pueda negarse un criterio que

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permita distinguir entre los que están locos y los que no lo están, el loco no es portador de
un signo, se confunde con los otros y está presente en todos, por lo tanto la presencia de
la locura es confusa, pero para llevar a cabo esta distinción era necesario reconocer lo
que era un loco, el cual era reconocido por su percepción marginal, la discordancia entre
su discurso y su conducta , ¿pero quien elegía si una persona era loco o no?, “El loco no
puede ser loco, sino solamente ante los ojos de un tercero” (Portes, R, 2004:290), la
locura es irreconocible dentro de la razón a menos que la norma social se vea
quebrantada, que ante los ojos de un tercero la conducta carezca de un razonamiento,
nos dejan pensando si el médico o la sociedad es quien segrega a esta población
denominada enfermos mentales o si solo se juega un papel de policía de la moral.

En el manual que revisamos podemos ver que se han reunido más de 200 trastornos con
grupos de síntomas para diagnosticar enfermedades y realizar un diagnóstico absoluto,
bajo este régimen funciona la psiquiatría, que más bien sirve para encasillar. Braunstein
(2013) aborda el asunto de las clasificaciones, sobre todo desde la formación que él tiene
y el acercamiento que tuvo a la psiquiatría, como una persona que clama ayuda y como
resultado obtiene una etiqueta que en el mejor de los casos calma la ansiedad de saber lo
que tiene, porque no es lo mismo andar entre la sociedad sin saber lo que tengo, que
poder justificar mis acciones con un diagnóstico; por otro lado, a donde quiera que vaya
será “señor N” con depresión y tratamiento para la misma, tratamiento que es
contraproducente pues crea dependencia y altera permanentemente al cerebro pero no
cura ¿no es pues este un objetivo de la psiquiatría? ¡Ay! Ha fallado, entonces ¿Cómo
cura? No es mejor nombrarlo como mantener a las personas bajo control, narcotizadas
como dice Thomas Szasz (1979) “el psiquiatra ahora dispondrá de la herramienta para
normalizar a los sujetos sin tener siquiera idea de la causa.” (pp:108) es verdad, a ellos no
les interesa el origen del malestar, no interrogan, no entrevistan.

Por otro lado, M. Foucault (1974) menciona que “... la demanda del psiquiatra es mucho
más gravosa, es mucho más sobrecargada y es esta: con lo que eres, con tu vida, con
aquello que motiva quejas a tu respecto, con lo que haces y dices, proporcióname
síntomas, no para que yo sepa que enfermo eres, sino para que pueda ser un médico
frente a ti” a los psiquiatras no les interesa el malestar del sujeto, .no conversan y mucho
menos escuchan solo diagnostican, y es así como al enfermo se le determina como un
dominado y al psiquiatra como un dominador sobre el mismo, de igual manera, prescriben
y dejan huella, pues el que entra es muy probable o casi seguro que saldrá con un
calificativo “el psiquiatra armado con la clasificación internacionalmente consagrado y con
el arsenal de armas químicas que la industria pone en sus manos”(Szasz, 1979, pp 122).

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Con el DSM, el psiquiatra basa sus diagnósticos en este manual, de acuerdo al texto
“clase del 30 de enero de 1974” de Michel Foucault , esto hace referencia al uso del DSM,
ya que en el campo de la psiquiatría lo que funciona es el poder del médico, que da
existencia de su autoridad de intervención, como en el campo disciplinario, de la misma
manera, el poder que se le da a un manual, que se aprovecha para dar una
representación a los motivos de lo que demandan los pacientes, como síntomas de
cualquier enfermedad o trastorno en el ámbito de la psiquiatría. Al médico se le da un
monstruoso poder , ya que en primer momento este pregunta aspectos individuales y
familiares al paciente, para que este cuando hable respecto a su vida y demás, el médico
se proporcionará de infinitos síntomas, gracias al DSM para diagnosticar y etiquetarlo con
algún trastorno, y de cuenta que el paciente está enfermo y el mismo médico se muestre
como un auténtico psiquiatra del saber frente al paciente. por otro lado, también plantea
los traumas y esto es un elemento que el DSM utiliza para diagnosticar algunos casos
como por ejemplo: los trastornos por estrés traumáticos y con ello las decisiones que se
toman que en gran mayoría es medicar y confinar en los hospitales mismos que hasta por
tipos los apartan, como si fuera un departamento más de los depresivos, los
esquizofrénicos pero a lo mejor ese depresivo es más alcohólico, así se les facilita el
trabajo pero no saben siquiera si es de ellos .

Esto nos hace pensar en el motivo y el objetivo de clasificar, en la salud pública y mental,
y las enfermedades mentales, si realmente se trata más de un negocio o solo en darle
mayor validez a una profesión que pareciera preocuparse más por la presunción ante la
comunidad, que la preocupación por ésta. Sin embargo, el psiquiatra prueba conocer y
darse cuenta de las manifestaciones que conlleva al sujeto a la locura, solo con ayuda de
un manual que deja mucho de lado el sufrimiento psíquico y el dolor humano de cada
sujeto, los psiquiatras rara vez conviven con los pacientes pero se dejan guiar por lo que
el manual les indica que es lo correcto en el comportamiento, ahora hasta un estándar de
normalidad tienen, nos dicen como ser, que sentir, cuánto tiempo, si es normal por ser
mujer o por ser hombre cuestión que ellos lo manejan como género ¿es el género quien
define que es hombre, mujer o es el sexo? Braunstein hace un trabajo interesante al
recabar las diferentes raíces de algunos conceptos que se tratan en la psiquiatría, hace
mención de que en todo sujeto existe un sufrimiento, que cada uno tiene distintas formas
y singulares de sufrir, y comenta “el sufrimiento es una sustancia que no se puede ni se
deja clasificar. ¿Es la noción de enfermedad mejor que la de pecado o la de embrujo para
explicar el sufrimiento de alguien? Habrá que aceptar que el sufrimiento depende de la
“vida social” de un sujeto inmerso en estructuras sociales, libidinales, antropológicas,

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culturales, económicas, políticas, respecto de las cuales el psiquiatra es tan ciego como la
mayoría…” (Braunstein, 2013, p:86)

Pues como ya lo hemos abordado un escrito extenso nos marcan la forma hasta en la
que podemos sufrir, nos intentan hacer tan lineales que dejan de lado que somos seres
individuales con orígenes en culturas diversas, creencias, religiones tantos elementos que
hace como coincidimos divergimos a lo largo de nuestra vida, sabemos que aprendemos
de una manera singular y única, no llegaremos hacer igual que nadie y eso es lo hermoso
de la vida que a pesar de que haya un compendio que señala que dos o tres rasgos con
un tiempo de tanto ya eres miembro de una enfermedad . Para realizar revisiones cada
cierto tiempo debería ser más minuciosos con estos aspectos, por lo tanto, el DSM es un
ejemplo claro de diagnóstico absoluto, el cual, simplemente como es el glosario de
enfermedades y síntomas que puede presentar un paciente, en él sí se encuentra un
lugar para el loco, nos describe su conducta, y de acuerdo con los criterios que cumpla se
le encasilla en un constructo, se le etiqueta, sin preguntar o dudar más allá de este.

Es muy importante rescatar el análisis que hace Braunstein del término "Trastorno" desde
diferentes lenguajes, y también las preguntas que se hace respecto a otros "grandes
términos" abordados en la psiquiatría, medicina y psicología, ya que el universo del
lenguaje tiene matices significativos y simbólicos muy amplios en cada una de estas
disciplinas y en cada contexto de lenguaje.

La psiquiatría vista de un poder de dominación de sojuzgamiento donde reaparecen los


términos normal y anormal, creando así las clasificaciones en la vida cotidiana.

Como consecuencia otro de los poderes que da la psiquiatría es el del asilo la manera en
la que denomina la realidad en sí, se habla de un sitio que podría ser dado por la realidad
un lugar donde el loco podría ser vivido a partir de lo que en ella se crea, determinado
como un poder absoluto, se habla de una comparación donde la vida “cotidiana” se puede
asemejar a la vida en el asilo, las relaciones que se establecen en el son igual a las que
se establecen en la sociedad “ normal “, creemos que al final la locura como constructo
social vienen de ella y es por esto que se rige de la misma manera solo que con etiquetas
enormes que hacen que el individuo denominado loco se viva de esta manera.

Podemos finalizar esta reflexión, pensando en que nacemos, crecemos y nos


reproducimos ya con normas que se han venido gestando a lo largo de la vida, unas
cuantas establecidas por nuestro núcleo familiar y social para vivir en armonía al salir de

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eso está un poder que controla no solo nuestro entorno si no a los 195 países,
aglomerado en un libro de 947 páginas que ha servido a la psiquiatría.

Esto nos ha permitido cuestionar la posición que adquieren los profesionales de la salud,
respecto a aquello que clasifica y diagnostica su trabajo e instrumentos, y las
consecuencias que trae para los sujetos que llegan a enmarcarse con una etiqueta de
estas clasificaciones y diagnósticos, parece ser que es una posición de poder.

Poder que se han adjudicado estas 2 grandes “empresas” clasificatorias (CIE y DSM) a
partir de un trabajo que, si somos estrictos, ha facilitado la marginación, la separación
entre la sociedad, gracias a tan minucioso y exhaustivo trabajo de clasificar lo
disfuncional, lo anormal, lo patológico… lo diferente. Como si dentro de la “normalidad”
del ser humano eso no formará parte de su misma cualidad de Ser Humano. Pareciera
que dichos manuales debieran tomarse como un trabajo bíblico en el argot de la Salud
Mental, y que los profesionales debieran llevar esa palabra cual profetas en la sociedad,
como si ellos, por su posición, no pudieran entrar dentro de esa sociedad capaz de
trastornarse. Y aunque pudiera resultar de gran utilidad contar con un manual con tan
minucioso trabajo de clasificación y categorización, sobre todo desde nuestra formación y
como ejercicio interdisciplinario, no debemos pasar por alto que esa misma minuciosidad,
acalla y minimiza la subjetividad y singularidad de las personas, pues desde nuestra
formación se le da un lugar importante a la subjetividad, tanto en la posición de nosotros
como profesionales y como de la posición de las personas con las que lleguemos a
intervenir como psicólogos, esto aunado a las relaciones que cada uno tiene: el psicólogo
con otros profesionales (médicos, psiquiatras, otros psicólogos) y las otras personas con
otros sujetos que también “sufren de subjetividades”.

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● Bibliografía

Asociación Americana de psiquiatría (2014) Manual diagnóstico y estadístico de


los trastornos mentales (DSM-5). Madrid: Editorial Médica Panamericana.

Braunstein, N. (2013). Clasificar en Psiquiatría. México: Siglo XXI Editores, Cap. 4 y 5

Cervera, S. (1983). Tendencias Doctrinales en La psiquiatría actual. Servicio de


Publicaciones de la Universidad de Navarra, p:136

Ey, H., Bernard, P., y Brisset, C. (1978). Tratado de Psiquiatrìa. Barcelona :


Masson . Cap. Primero “Semiología”

Foucault, M. (1967). Historia de la locura en la época clásica I. México, Fondo de


Cultura Económica.

Rodríguez, E. (1996). El siglo del psicoanálisis. Buenos Aires, Editorial


Sudamericana, p:59

Szasz, T. (1970). Ideología y enfermedad mental. Buenos Aires, Amorrortu


editores.

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