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La ludopatía es una patología que consiste en la alteración progresiva del comportamiento por
la que el individuo experimenta una necesidad incontrolable de jugar, por encima de
cualquier consecuencia negativa. Está reconocida como enfermedad por la Organización
Mundial de la Salud y por la Asociación Americana de Psiquiatría (APA). La ludopatía se
produce en los juegos que tienen capacidad adictiva, que son aquellos en los que transcurre
poco tiempo entre la apuesta y el premio conseguido. Jerónimo Saiz, miembro del Comité
Ejecutivo de la Sociedad Española de Psiquiatría y patrono de la Fundación Española de
Psiquiatría y Salud Mental, explica que “el juego asociado a la ludopatía es el que tiene lugar
en bingos casinos y juegos online”. Según el especialista, “el ludópata es como un
drogodependiente que necesita el juego y hace lo que sea por jugar, es decir, convierte el
juego en una primera necesidad urgente”.
Causas
La ludopatía no tiene una relación directa con ninguna causa concreta, sino que es un conjunto
de factores lo que puede conducir a desarrollar un trastorno de juego patológico. Aunque es
una enfermedad que se desarrolla de forma diferente en función de la predisposición y el
entorno del individuo, se establecen diferentes factores de riesgo:
Genética
Parece que la dotación genética influye en la ludopatía, ya que se ha constatado que los hijos
de padres jugadores tienen mayor riesgo de acabar siendo ludópatas que los hijos de personas
no jugadoras. No obstante, el juego no es un rasgo físico o psíquico que se transmita de padres
a hijos, sino que lo que el hijo hereda es una cierta propensión a hacerse adicto en caso de
exponerse al juego.
Las personas que estén pasando por momentos de inestabilidad psicológica o que tenga
problemas personales y sociales representan un grupo de riesgo importante a la hora de
desarrollar ludopatía. El juego puede servir de escape para huir de la realidad y acabar
convirtiéndose en un hábito patológico necesario.
La mayoría de las formas de juego que pueden causar ludopatía; máquinas tragaperras, bingo,
juegos de casino, etcétera, tienen un componente adictivo que se basa en la repetición de una
conducta que se premia y que crea expectativas de ser premiada. Según Nieves Andrés,
psicóloga, terapeuta de conducta y miembro del Colegio Oficial de Psicólogos de Castilla y
León, “además de que muchos juegos están pensados para enganchar, si los jugadores asocian
ese hábito a momentos determinados, como una pausa para tomarse el café o cualquier tipo
de ocio y disfrute, se refuerza la acción de jugar y se puede llegar a convertir en una
necesidad”.
En algunos casos, existe publicidad que se lanza de forma constante y que refuerza la idea de
que el juego puede ser un medio para resolver problemas económicos y otro tipo de
situaciones conflictivas derivadas de la escasez económica.
Síntomas
La ludopatía se manifiesta a través de las consecuencias que derivan del juego patológico.
Según Saiz, se hace visible a raíz de los cambios que el juego produce en los hábitos y
conducta de los jugadores, que comienzan un período de autodestrucción. Los signos que
pueden indicar un caso de ludopatía son:
Abandono de la vida laboral y social: Según explica Saiz, el juego empieza a ocupar un
lugar preponderante en la vida de los individuos, que comienzan a despreocuparse de
su vida laboral y de sus relaciones sociales. La pasividad repentina y la conducta
excesivamente reservada, asociadas a factores como que la persona acuda de forma
frecuente al casino o que esté constantemente apostando en internet, pueden indicar
un caso de juego patológico.
Prevención
En muchas sociedades el juego está considerado como un acto socialmente aceptado y forma
parte de la cotidianidad. Una de las claves para prevenir la ludopatía es encontrar el límite
entre el juego sano como actividad de ocio y el juego patológico o perjudicial; para ello son
necesarias la información y la comunicación. Encontrar alternativas de ocio y mantener una
vida ocupada también pueden ser una forma de prevención.
Tipos
Juegos de azar: Aunque en este tipo de juegos (lotería, bingo, apuestas, etcétera)
exista una intermitencia del refuerzo de la conducta (dependiendo del tipo de juego,
es difícil conseguir un premio), se basan en el azar y la creación de expectativas, que
en ocasiones se ven cumplidas y premian la conducta.
Juegos de rol: Responde a un tipo de juego patológico que se aleja, en cierto grado,
del perfil del ludópata tradicional. El principal componente adictivo de los juegos de rol
es la huida de la realidad que ofrecen. Aunque quizá no se den los problemas
económicos que acarrean otros tipos de ludopatía, causa el mismo deterioro y
problemas personales y sociales que el resto.
Diagnóstico
La evolución y el diagnóstico de la enfermedad, afirma Jerónimo Saiz, “es como entrar en una
espiral donde se juega más de lo debido”. La espiral comienza con tener problemas con el
juego, lo que acarrea problemas económicos y sociales, que a su vez desencadenan una serie
de problemas psicológicos, como trastornos de ansiedad y depresión.
Tratamientos
Para mejorar las posibilidades de éxito del tratamiento han de combinarse distintos tipos de
terapias. La terapia farmacológica es de gran utilidad, ya que los medicamentos ayudan a
frenar los impulsos y a manejar los sistemas de regulación de la conducta. Se pueden
administrar fármacos inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina, empleados
también en el tratamiento de la depresión. También se utiliza la naltrexona, un fármaco que
frena la impulsividad.
Otros datos
Existen diferencias en cuanto al sexo en la ludopatía. Jerónimo Saiz, miembro del Comité
Ejecutivo de la Sociedad Española de Psiquiatría y patrono de la Fundación Española de
Psiquiatría y Salud Mental, afirma en este sentido que se ha comprobado que en la ludopatía
femenina se llega tarde al diagnóstico, pero se trata y evoluciona mejor que los hombres. Esto
se puede explicar por la idea tradicional de sociedad donde la mujer tenía una menor
contribución a la economía doméstica.