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TEMA 3.

PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES
TRIBUTARIOS
1. Principios constitucionales rectores del deber de contribuir

Art. 31 CE: “Todos contribuirán al sostenimiento de los gastos públicos de acuerdo con su capacidad
económica mediante un sistema tributario justo inspirado en los principios de igualdad y progresividad que,
en ningún caso, tendrá alcance confiscatorio”.

2. Principio de capacidad económica

El principio de capacidad económica es el principio material de justicia en el ámbito tributario. Este se recoge en
el art. 31 CE:

”Todos contribuirán al sostenimiento de los gastos públicos de acuerdo con su capacidad económica
mediante un sistema tributario justo inspirado en los principios de igualdad y progresividad que, en
ningún caso, tendrá alcance confiscatorio”.

3. EL PRINCIPIO DE IGUALDAD

La igualdad es:

- Un valor superior del ordenamiento juridico.

- Un objetivo que debe guiar la actuación de los poderes públicos.

- Una regla de tratamiento semejante de los sujetos.

- Una medida del ejercicio de los derechos en cualquier parte del territorio español.

- Un principio informador de un sistema tributario justo.

En función de la conexión de la igualdad con la capacidad económica, encontramos que el sistema


tributario puede configurarse como un mecanismo corrector de las desigualdades realmente existentes en
la sociedad: el tributo como instrumento de redistribución de la renta y la riqueza. Y aquí aparece otra
conexión: la progresividad.

El legislador puede incorporar desigualdades, pero éstas no pueden ser artificiosas o injustificadas, sino que
deben estar amparadas en razones objetivas, debidamente justificadas.

4.- LA PROGRESIVIDAD

La contribución de cada contribuyente al reparto de la carga tributaria aumenta de forma más que
proporcional a medida que aumenta su riqueza.

Más que un principio es una técnica instrumental al servicio de la

redistribución. Ejemplo:

DESDE CUOTA HASTA TIPO

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0€ 0€ 17.000 24%

17.001€ 4080€ 24.000 28%

- Si Juan gana 16000€, pagará 3840€ (un 24%).

- Si obtiene un 30% más (20.800€), tendrá que pagar 5144€ (4080€ + 1064€ -3800*28%-).

- El aumento de la cuota es de un 34%> al aumento de sus ingresos (30%).

Principio que se aplica sobre el conjunto del sistema: no todos los tributos tienen que ser progresivos
(STC 27/1981).

Aunque no todos los tributos tienen que serlo, la progresividad debe estar presente en las figuras que de
manera más directa y general incidan sobre el conjunto de la sociedad.

Por el principio de igualdad, se declaró inconstitucional el sistema de acumulación obligatoria, dando lugar
al sistema opcional de tributación conjunta

5.- LA NO CONFISCATORIEDAD

La mayoría de la doctrina entiende que la expresión final del art. 31.1 CE no añade nada a lo que ya
estaba comprendido en los otros principios.

Algunos consideran que la no confiscatoriedad es una garantía de la propiedad privada; otros, el límite de la
progresividad; o el límite del sistema tributario en su conjunto o el límite de la justicia tributaria.

Según el TC, el principio «obliga a no agotar la riqueza imponible –sustrato, base o exigencia de toda
imposición– so pretexto del deber de contribuir, lo que tendría lugar si mediante la aplicación de las
diversas figuras tributarias vigentes se llegara a privar al sujeto pasivo de sus rentas y propiedades”.

Pero también, que aunque el art. 31.1 CE haya referido el límite de la confiscatoriedad al "sistema
tributario", no hay que descuidar que también exige que dicho efecto no se produzca "en ningún caso", lo
que permite considerar que todo tributo que agotase la riqueza imponible so pretexto del deber de
contribuir al sostenimiento de los gastos públicos o que sometiese a gravamen una riqueza inexistente en
contra del principio de capacidad económica, estaría incurriendo en un resultado obviamente confiscatorio
que incidiría negativamente en aquella prohibición constitucional.

El TEDH se ha referido a este principio como aquel que prohíbe exigir al sujeto pasivo una carga impositiva
“excesiva”, “exagerada” o “desproporcionada”, como sucedía con la plusvalía municipal en los casos en los
que la cuota del impuesto superase el incremento de valor acreditado (STC de 31 de octubre de 2019).

6.- LOS PRINCIPIOS DE SEGURIDAD JURÍDICA E IRRETROACTIVIDAD

Algunos conceptos previos:

- Devengo (art. 21 LGT): es el momento en el que nace la obligación tributaria, en el que se considera
realizado el hecho imponible. Es esencial porque determina la ley aplicable (que es la vigente en el
momento del devengo).
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- Tributos instantáneos: el supuesto de hecho previsto en la ley se agota con su mera realización en un
momento determinado y concreto (en el impuesto sobre donaciones, cuando se hace la donación; en
el de sucesiones, cuando fallece el causante).

- Tributos periódicos: la realización del hecho imponible se prolonga a lo largo del tiempo, se produce
de forma continuada o tiende a reproducirse.

o En estos tributos, la ley acota períodos temporales que sirven para fraccionar dicha
continuidad (período impositivo).

o De cada período impositivo surge una obligación y el tributo devengado en cada uno de ellos será
autónomo y diferenciado.

o El devengo puede situarse al comienzo (IBI) o al final del periodo impositivo (IRPF).

En el ámbito penal, rige con absoluta intensidad el principio de legalidad sancionadora con una doble garantía:

- Formal (solo por ley se establecen las infracciones y las sanciones).

- Material (los ilícitos y las sanciones asociadas están predeterminados en una ley anterior a su
perpetración.

¿Pueden las normas tributarias ser retroactivas? No hay en este ámbito una prohibición absoluta de
retroactividad, que podría hacer inviable cualquier intento de reforma fiscal.

La CE solo prohíbe la retroactividad de las “disposiciones sancionadoras o restrictivas de derechos


individuales”.

No tienen este carácter, desde luego, las normas fiscales no sancionadoras.

Art. 10.2 LGT: Salvo que se disponga lo contrario, las normas tributarias no tendrán efecto retroactivo y se
aplicarán a los tributos sin período impositivo devengados a partir de su entrada en vigor y a los demás
tributos cuyo período impositivo se inicie desde ese momento. No obstante, las normas que regulen el
régimen de infracciones y sanciones tributarias y el de los recargos tendrán efectos retroactivos respecto
de los actos que no sean firmes cuando su aplicación resulte más favorable para el interesado.

El TC entiende que la seguridad jurídica es fundamento principal para determinar la constitucionalidad de


una norma retroactiva y también la capacidad económica, y el ejercicio de ponderación del bien común.
Hay que atender tres grados de retroactividad:

a) Auténtica/en grado máximo: La norma grava hechos imponibles agotados. Están prohibidas, salvo
exigencias cualificadas del bien común. Ejemplos: se sube el IVA hoy, y debo pagarlo por el café que
me tomé ayer; o exigir mayor IRPF al año 2021 mediante una ley aprobada en 2022.

b) Impropia/en grado medio: se vinculan consecuencias jurídicas nuevas a situaciones no agotadas.


Deben ponderarse los bienes jurídicos, derechos y circunstancias de cada caso, y el grado de
previsibilidad de la norma. Se da en situaciones no agotadas, pero que se retrotraen al principio de la

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misma para aplicar la norma. No se pueden dar nunca en impuestos instantáneos, sí en periódicos
Ejemplo: el caso de la STC 182/1997, por el que se suben los tipos de IRPF a mitad de año de 1992, de
forma retroactiva a principio de año (el Tribunal Constitucional amparó este cambio).

c) Atenuada/en grado mínimo: Una norma se aplica pro futuro, pero puede afectar a situaciones ya
iniciadas con anterioridad, y surgidas bajo otra norma anterior. Para el TC no existe problema de
constitucionalidad. Ejemplo: Compro una vivienda habitual el 15 de diciembre de 2012 (antes de que
el 31 de diciembre se acabase la deducción de IRPF por compra de vivienda habitual), y creo que voy
a pagar la casa el tiempo estimado con la deducción, pero al suprimirlo, pierdo ese beneficio; eso sí:
de cara al futuro, de ahí que no plantee problemas de constitucionalidad.

En todo caso, debemos olvidarnos en esta materia de los “derechos adquiridos”. ¿Una norma fiscal
concreta puede suprimir beneficios fiscales, como bonificaciones, deducciones o exenciones? Aunque
algunos hablaron aquí de derechos adquiridos, no son tales.

7. Principio de reserva de ley tributaria

Se trata de una manifestación del principio constitucional de reserva de ley que exige, en este ámbito, que
las prestaciones patrimoniales públicas se establezcan con arreglo a la ley y que absorbe, por su carácter
relativo, solo los elementos esenciales subjetivos y objetivos de los tributos.

La Ley como fuente del Derecho siempre ha tenido una importancia decisiva en la configuración de las
instituciones tributarias y ello por varias razones.
En primer lugar, su conexión con otros principios constitucionales. El principio de jerarquía normativa y el de
seguridad jurídica requieren el respeto al principio de reserva de ley. Y el principio de seguridad jurídica no
puede ser operativo si no se respeta el principio de reserva de ley.
En segundo lugar, la Ley, como ha señalado SAINZ DE BUJANDA, puede prestar un servicio inestimable, no sólo
al valor seguridad, sino también a la utilidad y a la justicia. Lo útil en materia tributaria no es que la
Administración actúe deprisa, sino que actúe bien; no es cumplir un programa, sino que éste sea justo.
Este mismo convencimiento en la bondad de la Ley como elemento configurador de las instituciones tributarias
ha llevado al constituyente español a establecer de manera clara el imperio de la Ley en la configuración de las
instituciones básicas del ordenamiento tributario.
Así, el principio de reserva de ley en el establecimiento de los tributos aparece previsto en la Constitución, en
los artículos 31.3 y 133.1 y 2, extendiéndose también al establecimiento de beneficios fiscales que afecten a
tributos del Estado en el artículo 133.3.

Artículo 33

“3. Nadie podrá ser privado de sus bienes y derechos sino por causa justificada de utilidad pública o interés
social, mediante la correspondiente indemnización y de conformidad con lo dispuesto por las leyes”.

Artículo 133

“1. La potestad originaria para establecer los tributos corresponde exclusivamente al Estado, mediante ley.

2. Las Comunidades Autónomas y las Corporaciones locales podrán establecer y exigir tributos, de acuerdo con
la Constitución y las leyes.

3. Todo beneficio fiscal que afecte a los tributos del Estado deberá establecerse en virtud de ley.

4. Las administraciones públicas sólo podrán contraer obligaciones financieras y realizar gastos de acuerdo con
las leyes”.
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