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Caso 1 -

Paciente de 45 años, diagnosticado con hipertensión, ingresa al hospital con síntomas de presión
arterial elevada. Durante su estancia, muestra agresividad verbal hacia el personal de enfermería.
Utiliza un lenguaje ofensivo y despectivo al expresar su frustración por la espera y las restricciones
dietéticas. Sus constantes quejas y expresiones hostiles dificultan la comunicación y la relación
terapéutica, lo que puede afectar negativamente su atención y su recuperación.

Caso 2 –

Mujer de 60 años, postoperada de una cirugía abdominal para extirpar un tumor benigno, se niega
obstinadamente a recibir los cuidados postoperatorios recomendados. Rechaza los cambios de
apósitos y se resiste a las movilizaciones tempranas. A pesar de las explicaciones del personal de
enfermería sobre la importancia de estos cuidados para prevenir complicaciones, la paciente
persiste en su negativa, poniendo en peligro su recuperación y aumentando el riesgo de infección.

Caso 3 –

Hombre de 50 años, diagnosticado con diabetes tipo 2, es hospitalizado debido a un descontrol


glucémico. A pesar de las instrucciones del personal de enfermería y el endocrinólogo sobre la
dieta y la administración de insulina, el paciente continúa consumiendo alimentos con alto
contenido de azúcar y se niega a seguir las indicaciones médicas. Su falta de cooperación dificulta
el manejo de su diabetes y retrasa su recuperación.

Caso 4 –

Paciente anciano en una residencia de cuidados a largo plazo muestra una actitud hostil y se
muestra reacio a interactuar con el personal de enfermería y otros residentes. Ignora las preguntas
y las actividades de socialización propuestas por el personal de enfermería, prefiriendo aislarse en
su habitación durante la mayor parte del día. Esta actitud dificulta la atención centrada en el
paciente y puede contribuir a su sensación de soledad y aislamiento.

Caso 5 –

Paciente joven con dolor crónico simula síntomas exagerados y utiliza tácticas manipulativas, como
el llanto constante, para obtener atención constante del personal de enfermería. A menudo se
queja de un dolor intenso y solicita analgésicos a pesar de haber recibido dosis adecuadas. Su
comportamiento manipulador desafía la capacidad del personal de enfermería para proporcionar
atención equitativa y puede impactar negativamente en otros pacientes necesitados.

Caso 6 –

Un paciente hospitalizado por una fractura de pierna llama repetidamente al botón de llamada de
enfermera para solicitar atención no urgente, como ajustes en la posición de la cama o cambios de
canal en la televisión. Esta conducta genera distracción en el entorno de cuidados y agota los
recursos del personal de enfermería, lo que puede afectar la calidad de la atención brindada a
otros pacientes con necesidades más apremiantes.
Caso 7 –

Un paciente con antecedentes de personalidad conflictiva presenta quejas falsas y acusaciones


infundadas contra el personal de enfermería. Afirma que no se le brinda la atención adecuada,
aunque su atención ha sido consistente con los estándares de calidad. Sus reclamos infundados
generan tensiones en el equipo de atención médica y pueden distraer al personal de enfermería de
sus responsabilidades con otros pacientes.

Caso 8 –

Un adolescente, paciente con trastorno de conducta, se niega a participar en su propia terapia de


rehabilitación después de una lesión deportiva. Se muestra desafiante y reticente a seguir las
indicaciones del terapeuta y el personal de enfermería. Su falta de colaboración obstaculiza su
recuperación y dificulta el progreso en su tratamiento, lo que puede prolongar su tiempo de
recuperación y aumentar el riesgo de complicaciones

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