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EL BURRO Y LOS ZORROS

En cierta aldea, allí de por esos tiempos del mes agosto donde el
cielo se pinta de multicolores cometas, de distintas formas como el
rombo, cuadrado, triangulo, hasta incluso están las estrellas rojas,
ese lugar donde el pasto es más verde que del uniforme de un
soldado, donde el cielo es más claro que el agua, donde el agua es
más pura que el alma. Allí en el centro de esa aldea se encontraba
Don Fausto, el carguero, hombre excesivamente flaco, de tés
morena, una de las cosas que más le caracterizaba a Fausto, era su
sombrero, siempre llevaba puesto su sombrero de color marrón que
usaba para esconder su rostro de los rayos de sol.
Don Fausto, se dedicaba de llevar las cosechas de las chacras a la
carretera más cercada, pero en si era lejos, se demoraba más de 2
horas para llegar; él usaba como cargadores a 20 burros los cuales
cada uno cargaban tres o cuatro costales.
Cierto día, cuando Don Fausto estaba descansando después de
descargar las cosechas de ese día, un grupo de zorros se habían
robado las sogas con las cuales ataba la carga pesada en los burros.
Ya al despertar Don Fausto se percata de la ausencia de sus sogas
y uno de los burros que no paraba de rebuznar empezó a hablar y le
dijo.
_ Patroncito yo vi quien se los llevo.
Don Fausto con una cólera tremenda le dijo
_ ¿Dime burro quien se los llevó?
El burro con un fuerte rebuzno ensordedor y antecedentemente dijo
_ Fueron un grupo de zorros los cuales se llevaron tus sogas.
_ Entonces burro ve y recupera mis sogas y a cambio te daré la
libertad.
_ Está bien. Dijo el burro sonriendo
Después de esa pequeña charla entre Don Fausto y el burro, el burro
partió hacia la montaña donde estaban los ladrones de las cuerdas,
mientras caminaba pensaba en una estrategia para poder recuperar
sus cuerdas, pero no se le venía nada a la mente.
Ya a unos metros de llegar a la zona donde estaba los zorros el burro
se hecha una siesta y los zorros los sorprenden mientras estaba
durmiendo, pero ellos creían que estaba durmiendo ya que
desprendía un olor fétido.
Los zorros conversando dijeron “Tenemos un buen banquete, pero
alguien nos puede descubrir y pues no debeos de compartir este
sabroso alimento, vayan a traer las sogas que robamos en la mañana
átemelos y llévanoslo al refugio (lo cual era una cueva escondida)
uno de esos zorros se dio cuenta que estaba vivo y dijo:
_ Está vivo, está vivo, acaso no se dan cuenta sarta de opas.
todos los que ya estaban atados al burro se burlaron sin piedad de
ese zorro no tan tonto. hasta que decidió morderlo.
Entonces de un momento a otro el burro salió despavorido por dicha
mordida y entre ellas no solo se llevó sogas sino también a los zorros,
y es así como el burro recupero las sogas de su patrón son querer
queriendo, es así como el burro fue libre.

Jauja 2 de agosto del 2022


Referido por Felicitas Arenales Sinche, de 93 años, natural de Paca,
abuela del estudiante.
Recogido por Víctor Jesús Vásquez Barzola, estudiante de séptimo
semestre de la carrera de educación en la especiada de
Comunicación en I.E.S.P.P “Pedro Monge Córdova”.
Recopilado por Jaime A. Kato, profesor de la especialidad del mismo
instituto.

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