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Los lóbulos cerebrales son regiones anatómicas y funcionales del cerebro humano
que se dividen en diferentes áreas según sus características y funciones
específicas. El cerebro humano está dividido en cuatro lóbulos principales: el lóbulo
frontal, el lóbulo parietal, el lóbulo temporal y el lóbulo occipital. Cada uno de estos
lóbulos desempeña un papel importante en diversas funciones cognitivas y
sensoriales.
Lóbulos frontales
Los lóbulos frontales son una región del cerebro que se encuentra en la parte
anterior al surco central, y desempeñan un papel crucial en la planificación y
ejecución de comportamientos aprendidos e intencionales, así como en la
regulación de funciones inhibidoras. En los lóbulos frontales se encuentran varias
áreas que cumplen funciones distintas:
● la percepción auditiva
● los componentes receptivos del lenguaje
● la memoria visual
● la memoria declarativa (fáctica)
● la emoción
Los pacientes con lesiones del lóbulo temporal derecho habitualmente pierden la
capacidad para interpretar los estímulos auditivos no verbales (p. ej., la música). Las
lesiones del lóbulo temporal izquierdo interfieren mucho con el reconocimiento, la
memoria y la formación del lenguaje.
Lóbulos occipitales
Dentro de los lóbulos occipitales se encuentran:
Las crisis epilépticas que afectan el lóbulo occipital pueden generar alucinaciones
visuales. Estas alucinaciones a menudo toman la forma de patrones de colores
superpuestos o líneas en el campo visual opuesto al lado afectado.
En resumen, los lóbulos occipitales del cerebro contienen la corteza visual primaria
y áreas visuales de asociación. Las lesiones en la corteza visual primaria pueden
llevar a la ceguera cortical y el síndrome de Anton, mientras que las crisis
epilépticas en esta región pueden provocar alucinaciones visuales, como líneas y
patrones de colores.
Lóbulo límbico
En pacientes con focos epileptógenos en las partes mediales del lóbulo temporal
relacionadas con las emociones, se observan convulsiones parciales complejas.
Estas convulsiones se caracterizan por sentimientos incontrolables y alteraciones en
aspectos neurovegetativos, cognitivos o emocionales. En algunos casos, se
producen cambios en la personalidad, como la falta de sentido del humor, una
orientación hacia la religiosidad filosófica y manifestaciones obsesivas. Además,
estos pacientes pueden experimentar alucinaciones relacionadas con el sentido del
olfato y mostrar hipergrafía, que es una compulsión por escribir en exceso.
Aunque esta división en lóbulos es útil para comprender las áreas generales de
función, es importante tener en cuenta que el cerebro está altamente interconectado
y que las funciones cognitivas a menudo involucran la colaboración de múltiples
áreas cerebrales. Los lóbulos cerebrales no operan de manera aislada, sino que
trabajan en conjunto para producir comportamientos y procesos mentales
complejos.