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PERSPECTIVA FREUDIANA SOBRE LA FASE FALICA, COMPLEJO DE

EDIPO Y LA ESTRUCTURACION DEL PSIQUISMO HUMANO.

La fase fálica de la teoría de Sigmund Freud comienza a los tres años y se


extiende hasta los seis años. En este momento, las pulsiones parciales de
fases precedentes se concretan en una cierta primacía de lo genital. Es la
primera organización libidinal del niño respecto al caos de las pulsiones
parciales anteriores (orales-anales), que se completará en la pubertad.

Los genitales son el objeto de placer, y aparece el interés por las diferencias
sexuales y los genitales, por lo que es de suma importancia la no represión de
este deseo y el correcto manejo de este estadio, ya que podría obstruir la
capacidad de investigación, conocimiento y aprendizaje general del niño.

De acuerdo con Freud, en la etapa fálica de la niñez ocurre un suceso clave


del desarrollo psicosexual. Los varones adquieren apego sexual a su madre y
las niñas a su padre, y sienten impulsos agresivos contra el padre del mismo
sexo, al que consideran un rival. A estos fenómenos Freud los llamó complejo
de Edipo y de Electra.

Más tarde los niños se identifican con sus padres y reprimen los sentimientos
hacia sus madres para dejar atrás esta fase. La correcta asimilación de esta
etapa tiene como consecuencia la madurez de la identidad sexual

Complejo de Edipo
Tiene lugar de manera aproximada, entre los tres y los cinco años. El complejo
de Edipo es una de las concepciones más controvertidas del sistema freudiano.
Y según la forma en que el sujeto resuelve este conflicto nuclear aparecerán o
no perturbaciones neuróticas posteriores.

El Complejo de Edipo es un término que usó Sigmund Freud en su Teoría de


los Estadios del Desarrollo Psicosexual para describir el sentimiento de deseo
de un niño por su madre y el odio hacía el padre. Este odio se debe a que el
niño percibe que su padre es un competidor por conseguir el cariño de la
madre, y expresa sus sentimientos en forma de enojos, rabietas y
comportamientos de desobediencia.

Freud propuso por primera vez el Complejo de Edipo en 1899 en su libro


Interpretación de los sueños, pero no empezó a utilizarlo formalmente hasta el
año 1910. El nombre nace tras inspirarse en Edipo, un personaje de la
mitología griega que mató a su padre accidentalmente.

Complejo de Edipo positivo: El triángulo afectivo se resuelve a favor del


progenitor de sexo opuesto; la hostilidad por tanto, será dirigida hacia el
progenitor del mismo sexo (la madre en el caso de la niña y el padre en el caso
del varón).

Complejo de Edipo negativo: En esta forma el progenitor del mismo sexo la


madre, en el caso de la niña, y el padre en el caso del varón, se convierten en
los depositarios del complejo edípico.

Configuración estructural de psiquismo desde la perspectiva


freudiana.
Freud lleva a cabo la diferenciación de los tres sistemas que, a su juicio,
conciertan el aparato anímico de todo ser humano: el sistema consciente, el
sistema preconsciente y el sistema inconsciente.

a) El sistema consciente. Interpuesto entre el estimulante mundo exterior


(realidad externa) y el inextricable sistema mnémico (relativo a la
memoria o que se caracteriza por ella) de inscripción y
almacenamiento del aparato mental (preconsciente), el sistema
consciente es el encargado de recoger (percibir) las excitaciones y las
informaciones provenientes tanto del mundo exterior como del interior.

b) El sistema preconsciente. Es el sistema situado entre el inconsciente y


el consciente, separándole de aquél, la censura dinámica. Está formado
por aquellos sentimientos, pensamientos, fantasías… que no están
presentes en la conciencia, pero que pueden hacerse presentes en
cualquier momento. No hay que vencer una gran resistencia para que se
hagan conscientes.
c) El sistema inconsciente. Concebido por Freud como uno de los
dispositivos del sistema mnémico del aparato psíquico, el sistema
inconsciente se caracteriza por ser la sede de las representaciones,
vivencias, fantasías y recuerdos que, aunque fuertemente cargados/as
de afecto, son incapaces por sí mismos de acceder a la conciencia, a no
ser que, previamente, hayan sido objeto de fuertes modificaciones y
sibilinas transformaciones, que, por otra parte, son igualmente ignoradas
por el sujeto consciente.

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